Está en la página 1de 1

*6. ¿Qué promesa le dio Dios, para que pudiese sacar a los presos de la cárcel?

Isa. 42:6, 7.
7. ¿Por qué fue capaz Jesús de abrir la cárcel de Satanás? Hech. 2:24; S. Juan
10:17, 18.
8. ¿Podría haberlo hecho alguna otra persona? ¿Por qué no? *S. Juan 5:26.
9. Al salir de la tumba, ¿qué llevó consigo? Apoc. 1:18.
10. ¿Cómo usará Jesús estas llaves maravillosas? S. Juan 5:28, 29.
11. En vista de que Jesús salió del sepulcro, ¿qué dice él que es? S. Juan 11:25
p.p.
*12. ¿Por qué deberíamos estar agradecidos? 1 Cor. 15:57. Léanse también los
vers. 55. 56.
Capítulos a recordar. Isa. 4 2 -la cárcel de Satanás; 1 Cor. 15—el capítulo de la
resurrección.

XII. ¿POR QUE NO PODIA UN ANGEL HABER SIDO EL SACRIFICIO


POR EL PECADO?

Texto: “El amor pues es el cumplimiento de la ley” . Rom 13:10.


Referencias: Sal. 19:7; 36:9; 111:7, 8; Rom. 3:20; 7:12, 14; Sant. 1:25;
1 S. Juan 4:8; S. Mat. 19:17;Heb. 1:4;S. Juan 10:17, 18.

1. Otra pregunta. Hay otra pregunta que deberíamos entender. ¿Por qué era
necesario que el Padre sufriese la pérdida de su Hijo a fin dé pagar la pena de su
ley quebrantada? ¿Por qué había de arriesgarse el mismo cielo? ¿No podía un
ángel haber pagado el precio?
2. El carácter de la ley de Dios. Al contestar esta pregunta, debemos conside­
rar primeramente la naturaleza de la ley de Dios y comprender lo que significa
quebrantar la ley. El Dios perfecto es quien hizo la ley. Dios es inmutable; pues
si un ser perfecto cambiase, desde ese momento sería imperfecto, y si fuera im­
perfecto no podría ser Dios. La ley de Dios es la expresión de su propia vida y
carácter, el mismo fundamento del gobierno del universo tanto en el cielo como
en la tierra. Como Dios, la ley es eterna. “Seguros son todos sus preceptos; esta­
blecidos para siempre jamás” . La ley de Dios es “santa, y justa y buena” . Es una
“ley de libertad” . Es “espiritual” . Como Aquel que la hizo, “la ley de Jehová es
pérfecta” . Si llegase a cambiar, sería una ley imperfecta, injusta y mala; una ley
de esclavitud, una ley carnal. Cuando decimos que la ley de Dios ha sido que­
brantada, no queremos decir que la ley misma ha sido dañada o cambiada. Sim­
plemente indicamos que no ha sido obedecida por algún corazón imperfecto y
carnal.
3. Se necesitaba uno “tanto más excelente” que un ángel. Sin embargo, es
necesario reparar la ley de Dios,—repararla en nuestros corazones, donde ha sido
quebrantada. ¿Podía un ángel hacer esto? Supongamos que tengo un florero de
oro. Un enemigo rompe despiadadamente el hermoso tesoro. Si lo remiendo con
cualquier material que no sea el que se usó originalmente, ¿será aún todo de oro?
No, ciertamente. A pesar del esfuerzo, será un objeto remendado y de apariencia
36

También podría gustarte