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BIOGRAFÍA DE SÓCRATES

Sócrates fue un filósofo griego considerado como uno de los más importantes de la
filosofía occidental y mundial, fundador de la filosofía moral. Fue maestro de Platón,
quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo los tres representantes fundamentales
de la filosofía de la Antigua Grecia. Nació en Alopece, Atenas (Antigua Grecia), entre
los años 470 y 469 a. C. A Pesar de que no dejó ninguna obra escrita y son escasas
las ideas que se le pueden atribuir, con seguridad es una figura capital del pensamiento
antiguo hasta el punto de que los filósofos anteriores a él, fueron llamados
presocráticos.
Sus padres llamados: Sofronisco de profesión escultor y Fainarate comadrona.
Emparentados con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la vida
de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de:
Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422) a.C.
Recibió una educación tradicional: literatura, música, gimnasia. Se familiarizó con la
dialéctica y la retórica de los sofistas. Al principio Sócrates siguió con el trabajo de su
padre realizó un conjunto de estatuas: “las tres gracias”, las cuales colocaron en la
entrada de la Acrópolis de Atenas, hasta el siglo II a.C. Tuvo por maestro al filósofo
Arquelao quien lo metió en las reflexiones sobre la física y la moral.
Sócrates era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos camaleónicos y nariz
respingada exageradamente, por esta razón era motivo de chanza. Alcibíades lo
comparó con los silenos. Apreciaba mucho la vida y alcanzó popularidad social por su
viva inteligencia y un sentido del humor agudo desprovisto de sátira o cinismo.
Se casó de edad algo avanzada con Xantipa, de familia noble con la que tuvo dos hijas
y un varón, Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la
actividad del marido y propensa a comportarse de manera brutal y soez. Aunque Platón
muestra (cuando narra la muerte de Sócrates en el Fedón) una relación normal e
incluso buena entre dos.
Desde muy joven llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus
razonamientos y su facilidad de palabra. La cuestión moral del conocimiento del bien
estuvo en el centro de las enseñanzas de Sócrates, con lo que imprimió un giro
fundamental en la historia de la filosofía griega.
No escribió ningún libro porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas,
lo que se sabe con certeza de él es por los escritos de sus dos discípulos más notables
Platón que atribuyó sus propias ideas a su maestro y el historiador Jenofonte, un
escritor prosaico que quizá no consiguió comprender muchas de las doctrinas de su
maestro.
Ética
Sócrates llamó “virtud” aquello que era común para toda la raza humana y en todas las
circunstancias, por ejemplo, la justicia, la valentía o el autocontrol. De esta manera no
sólo se opuso al relativismo de los sofistas, sino que extrajo de todas las virtudes
aquellas que hoy llamaríamos “virtudes morales”. Por esa razón a Sócrates se le
considera como el fundador de la ética.

El pensamiento filosófico de Sócrates descansa en dos divisas fundamentales:

El saber fundamental para Sócrates, es el saber acerca del hombre (de ahí su máxima:
“Conócete a ti mismo”) que se caracteriza por esto tres rasgos:
 es un conocimiento universal válido, contra lo que sostienen los sofistas
 es ante todo un conocimiento moral
 es un conocimiento práctico (conocer para obrar correctamente).

La ética de Sócrates es racionalista. En ella  encontramos:


 una concepción del bien (como felicidad del almas)
 lo bueno (como lo útil a la felicidad)
 la tesis de la virtud como conocimiento
 vicio como ignorancia (el que obra mal es porque ignora el bien; por tanto, nadie
hace el mal voluntariamente)
 la tesis de origen sofista de que la virtud puede ser transmitida o enseñada.

Para Sócrates, bondad, conocimiento y felicidad se enlazan estrechamente.


Intelectualismo moral, Contemporáneo de los sofistas, Sócrates fue uno de los
personajes más curiosos de su época y su fama ha perdurado a lo largo de los siglos.
Platón, discípulo suyo, le rindió homenaje en su obra, haciéndolo aparecer como
interlocutor principal en gran parte de sus diálogos.

La mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto por


Sócrates.

Consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque


Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las
siguientes fases en este método:
 en un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que
Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo
¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?;
 en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta
inmediatamente discutida o rebatida por el maestro;
 a continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en
confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que
antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el
aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta
antes de dar a luz;
 tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse
progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la
cuestión que se investiga (la belleza, la ciencia, la virtud);
 la discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro,
consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que
se investiga (aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la
discusión queda abierta e inconclusa).

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al
alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el
que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí
mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los sofistas daban
discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen; Sócrates, mediante el
diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a alcanzar por sí mismo el
saber.

El arte de la mayéutica implica la teoría platónica de la reminiscencia pues al considerar al


discípulo competente para encontrar dentro de sí la verdad debe suponer que el alma de aquél
la ha debido conocer en algún momento antes de hacerse ignorante.

Apología de Sócrates es una obra de Platón que da una versión del discurso que Sócrates
pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le acusó de
corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis. Aunque su datación exacta es
incierta, el texto, por su temática, pertenece al ciclo platónico de las primeras obras llamadas
«socráticas», que Platón escribió en su juventud, e incluso se piensa que es su primera obra.

Sócrates comienza diciendo que no sabe si los atenienses (asamblea general) han sido ya
persuadidos por los que lo acusan. Este comienzo es crucial para establecer el tema de todo el
discurso, pues es frecuente que Platón comience sus diálogos socráticos exponiendo la idea
general del texto. En este caso, el diálogo se abre con "¡Ciudadanos atenienses!, Ignoro qué
impresión habrán despertado en vosotros las palabras de mis acusadores". Este ignoro sugiere
que la filosofía expuesta en la Apología va a consistir enteramente en una sincera admisión de
ignorancia, pues todo su conocimiento procede de su no saber nada: "Sólo sé que no sé nada".

Sócrates pide al jurado que no le juzgue por sus habilidades oratorias, sino por la verdad que
estas convocan. A su vez, asegura que no va a utilizar ornamentos retóricos ni frases
cuidadosamente preparadas, sino que va a decir en voz alta lo que se le pase por la cabeza,
las mismas palabras que utilizaría en el ágora y en las reuniones, pero a pesar de esto
demuestra ser un maestro en retórica, y que no es solo elocuente y persuasivo, sino que sabe
jugar con el jurado. El discurso, que ha puesto a los lectores de su lado durante más de dos
milenios, no consigue ganarle el juicio. Sócrates fue condenado a muerte, y ha sido admirado
por su calma aceptación de ello.

La acusación
Los tres hombres en presentar cargos contra Sócrates son:

Anito, hijo de un ateniense prominente, Antemión. Anito aparece (Menón 90f) inesperadamente
mientras Sócrates y Menón (que está visitando Atenas) discuten si la virtud puede ser
enseñada. Sócrates argumenta que no, y ofrece como evidencia que muchos buenos
atenienses han tenido hijos inferiores a sus padres, tras lo cual procede a dar nombres, entre
ellos Pericles y Tucídides.
Anito se ofende, y avisa a Sócrates que menospreciar ("kakòs légein") a esas personas le
traerá problemas algún día. (Menón 94e-95a).

Meleto, de los tres el único en hablar durante la defensa de Sócrates. También se lo menciona
en otro diálogo, Eutifrón, aunque no aparece. En él Sócrates dice que Meleto es un joven
desconocido de gran nariz aquilina. En la Apología, Meleto presenta sus acusaciones, lo que
permite a Sócrates rebatirlas. Sin prestar mucha atención a los cargos que está afirmando,
acusa a Sócrates de ateísmo, y de corromper a la juventud mediante sus enseñanzas.

Licón, del cual poco se sabe; de acuerdo con Sócrates era representante de los oradores.

Los cargos contra Sócrates

Sócrates dice que tiene que rechazar dos tipos de acusaciones diferentes: los viejos cargos de
que es un criminal y un curioso que pregunta hasta al cielo y la tierra, y los más recientes
cargos legales de corromper a los jóvenes y de creer en cosas sobrenaturales de su propia
invención, en vez de los dioses de la polis.

Sobre los viejos cargos dice que son el resultado de años de rumores y prejuicio, y por lo tanto
no pueden ser respondidos. Sócrates desvirtúa estos "cargos informales" dándoles una
apariencia legal diciendo: "Sócrates comete delito al investigar los fenómenos celestes y
subterráneos, debido a que, según ellos, convierte el argumento más débil en el más fuerte,
instruyendo esto a otros, y sin creer en los dioses, es decir, es ateo". También dice que estas
alegaciones nacieron de la boca de cierto poeta cómico, es decir, Aristófanes.

La apasionada defensa de Sócrates al ser acusado de sofista, no es más que una distracción
de las otras, más graves, acusaciones, pues los sofistas no eran condenados a muerte en
Grecia; al contrario, eran frecuentemente buscados por los padres para ser tutores de sus hijos,
por lo que Sócrates dice que no puede ser confundido con un sofista, ya que éstos son sabios
(o creen que lo son), y están bien pagados, mientras que él es pobre (a pesar de ser
frecuentemente visto en las mesas de juego), y dice no saber absolutamente nada.

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