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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales
“Rómulo Gallegos”
Área de Ciencias Políticas y Jurídicas
Programa de Formación en Derecho
Unidad Curricular: Derecho Procesal Civil
4to Año- Sección 1

LA ACCIÓN.

Abogada. Bachilleres.
Ingrid Hernández. Caldera Fabiola V.27.238.760
Castro Ignacio V.27.863.806
García Fabiola V.27.408.804
Rojas Loreana V.27.049.399
Torrealba María V.28.174.178
San Juan de los Morros. Noviembre 2021
INDICE.

INTRODUCCION ............................................................................................ 4

ETIMILOGIA Y ETIOLOGIA. .......................................................................... 8

EVOLUCION HISTORICA. ........................................................................... 10

LA ACCIÓN EN EL DERECHO ROMANO. ................................................. 10

LA ESCUELA PROCESALISTA ALEMANA. .............................................. 12

CONCEPTO DE ACCION............................................................................. 13

CARACTERISTICAS DE LA ACCION. ........................................................ 14

ELEMENTOS DE LA ACCIÓN. .................................................................... 15

CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES. ....................................................... 19

ORIGEN ........................................................................................................ 22

ESCUELAS QUE PLANTEAN EL OBJETO Y NECESIDAD DE LA ACCIÓN.


...................................................................................................................... 25

ACEPCIONES DE LA ACCION. .................................................................. 26

IMPORTANCIA MODERNA DE LA ACCION. ............................................. 29

TRASMISION DE LA ACCION. .................................................................... 30

LA ACCION SEGÚN NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO. ................ 30

FACULTAD DE PROVOCAR LA JURISDICCIÓN. ..................................... 35

CONCEPTO CONSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN. ..................................... 37

SUJETOS. OBJETO Y CAUSAS DE LA ACCIÓN. ..................................... 38

ACCIÓN COMO DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL. ................ 42


CLASIFICACIÓN DE LA ACCIÓN POR SU OBJETO. ................................ 43

CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS PROCESALES. .............................. 43

CONCLUSION. ............................................................................................. 54

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. ........................................................... 56


INTRODUCCION.

El mundo ha ido avanzando y así lo han hechos su sociedades y por


supuesto el derecho, así tenemos que anteriormente se aplicaba justicia de
otra forma (la ley del talión por ejemplo) y hoy en día tenemos métodos muy
efectivos para aplicar la justicia, es observable como la humanidad ha creado
distintos métodos y procedimientos para hacer justicia de forma más
eficiente y buscar el equilibrio social que todos deseamos. Ahora bien, en la
actualidad la sociedad, goza de una dinámica más o menos uniforme para
que el ciudadano común obtenga justicia. Así, quien se considere agraviado,
dirige su reclamo ante el órgano competente (representante del Estado),
para exigir su participación activa en la búsqueda de una solución para la
reparación del daño sufrido. Entonces, se presenta la acción como
herramienta fundamental, la cual le permite al justiciable obtener el acceso
debido a la jurisdicción, denominada como tal, aquella función pública
realizada por el Estado a través de sus órganos competentes para dirimir
conflictos y satisfacer las aspiraciones de los particulares.

El derecho de acción, representa uno de los pilares fundamentales de


la tutela judicial efectiva, y es considerado por la doctrina como un
metaderecho. La Acción, en sentido general, es entendida como una
operación que exterioriza una persona a través de una actividad, movimiento,
tanto de forma voluntaria como involuntaria con algún propósito específico;
ahora, planteando una definición jurídica, se define como una facultad o
poder constitucional de promover la protección jurisdiccional de
un derecho subjetivo, a través de la apertura de la instancia, es decir, de
actividad la función jurisdiccional del Estado venezolano.

Con base a lo anterior, es decir, tomando en cuenta ambas


definiciones, podemos concretar que la acción en relación al Derecho
Procesal, tiene como objetivo que una persona, en este caso, actuando
como sujeto de la obligación, cuyo objeto especifico sea una pretensión
sobre un caso concreto, se le subsane la situación jurídica que afecta sus
derechos subjetivos, aquellos que de conformidad al ordenamiento jurídico
deberán ser protegidos y respaldados, principalmente por los legados y
principios de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999). (COUTURE, 1981) ha afirmado que el vocablo Acción aparece con
significados diferente en todos los campos del derecho, lo cual efectivamente
conlleva a afirmar el laborioso trabajo que ha resultado para la doctrina en
general, encontrar una concepción globalizada de la Acción. Para el
Ordenamiento Jurídico Venezolano, la acción como instrumento jurídico,
posee una importancia de rango constitucional, tal y como lo establece el
artículo 26 de su Carta Magna

Ahora bien, como ya el lector pudo notar, la acción activa la función


del órgano jurisdiccional; pero es de resaltar que todos en nuestro país
deben regirse por una competencia, que en este caso, sería aquella
concerniente al Derecho Procesal Civil; que nos indicará sus elementos,
características, funciones, y lo más resaltante su fundamento e importancia
dentro de ese aspecto adjetivo; ya que, tal y como se evidencia en la cita del
“Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano” del Dr. Arístides Rengel Romberg, La
Acción es: “El poder jurídico concedido a todo ciudadano, para solicitar del juez, la
composición de la litis, mediante la actuación de la pretensión que hace valer el
demandante contra el demandado”. Es claro, como dicho poder, es concedido

de conformidad al Debido Proceso, que debe garantizar una justa


composición de dicha “litis”, es decir, un litigio, que se resuelva mediante un
procedimiento justo, que busque hacer valer la eficacia de una tutela judicial
efectiva, debido a la necesidad de administrar justicia que emana de los
Ciudadanos.

En consecuencia y para coadyuvar al estudio del concepto de acción, se ha


considerado pertinente la necesidad de analizar todo lo relacionado a la
figura jurídica de la acción dentro del Derecho Positivo Venezolano.
LA ACCION.

ETIMILOGIA Y ETIOLOGIA.
La palabra "acción" viene del latín actio, actionis. Sus componentes
léxicos son: actus (llevado a cabo), más el sufijo -ción (acción y efecto).

Ningún término del léxico procesal ha sido más trajinado que la


palabra “acción” y sobre ninguno se ha tejido el más variado, contradictorio o
afín conjunto de interpretaciones. Guiados por un propósito de investigación,
los procesalistas del siglo pasado y de lo que va del presente, han realizado
los más fatigosos esfuerzos por acertar el contenido jurídico de la palabra
acción y otros al fin se han retirado con cierto pesimismo, como Calamandrei,
para sostener que es un concepto relativo, que cambia gradualmente con los
factores políticos y sociales que la engendran y que si hoy se la considera
con carácter público, ello se debe a la influencia preponderante que el
Estado tiene en las sociedades modernas. Pareciera, pues, que en concepto
del ilustre profesor de Florencia, la idea de acción fuera más política que
procesal.

En un primer sentido se asimila la palabra acción a la de derecho.


Esta asimilación es común en el legislador de todos los países. En el
nuestro, es fácil espigar en las páginas de nuestro Código Civil esta
confusión entre acción y derecho. En un segundo sentido la palabra acción
se usa como equivalente de pretensión y hasta procesalistas españoles
(Estévez, Guasp, y otros), han propuesto formalmente eliminar
definitivamente la palabra acción debido a las confusiones y sustituirla por
pretensión. Sin embargo, ahora es posible, en cierto límite, deslindar la
diferencia que la doctrina ha admitido como más razonable entre acción y
pretensión. La acción es el poder jurídico dirigido contra el Estado para que
se administre justicia por éste, mientras que la pretensión es el pedimento
que el demandante formula contra el demandado. Algunos (Prieto Castro,
entre ellos), llaman pretensión a la acción civil, o sea a la relación jurídica de
derecho material que liga al acreedor con su deudor por el contrato de
préstamo y en virtud del cual el acreedor solicita del Tribunal que su deudor
le devuelva el capital prestado. En verdad, en nuestro lenguaje forense
acostumbramos designar con el nombre de “pretensiones” del actor a los
pedimentos que éste formula contra el demandado. La distinción radica,
pues, en que mientras la acción se dirige contra el Estado, por medio del
órgano jurisdiccional, la pretensión, fundada o no, se dirige contra el
demandado. Cuando en la demanda dirigimos una solicitud al Juez de
Primera Instancia y en ella pedimos que el demandado convenga en
devolvernos el inmueble (pretensión), o en su defecto a ello sea condenado
por el tribunal (acción), se delimita la diferencia hasta donde es relativa y
gráficamente posible hacerlo. La acción se dirige contra el Estado para evitar
la justicia por sí mismo y si éste encuentra fundada la acción proporciona a
quien lo solicita la tutela jurídica. Cuando en la sentencia el Tribunal,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,
declara con lugar la demanda de A contra B y en consecuencia, condena a B
a devolver el inmueble X, la acción se ha dirigido contra el Estado y como
resultado de la actividad de éste es que el actor ve satisfecha su pretensión
de que B devuelva el inmueble apropiado. Por último se ha visto otra clara
distinción entre acción y pretensión al considerar que aquélla es en verdad
un derecho, pero no el derecho; que ésta es un hecho jurídico o más
propiamente un acto jurídico. Desde un tercer punto de vista acción es
sinónimo de demanda. Este es el sentido técnico y propio que más
corresponde a la ciencia procesal. Ese poder jurídico de dirigirse al Juez para
que administre justicia por medio de un escrito que en nuestro juicio ordinario
denominamos ‘libelo”, esa es la acción en sentido formal. Esta acción implica
como decía Chiovenda, un poder jurídico para pedir la actuación de la ley e
implica también para el Juez el deber de admitir o rechazar la demanda, so
pena de que su silencio o negligencia le acarree responsabilidad civil o penal
por denegación de justicia. Este poder acarrea para el demandado la
obligación de defenderse para evitar las consecuencias de la confesión ficta;
Como bien dice Couture, el demandado para defenderse no necesita oponer
un contra-derecho al del actor pues él en definitiva no aspira sino a su
liberación del proceso. Cuando opone un contra-derecho se convierte a su
vez en demandante por virtud de la reconvención.

EVOLUCION HISTORICA.

LA ACCIÓN EN EL DERECHO ROMANO.


La palabra actio encuentra un contenido diferente conforme a cada
uno de los diversos sistemas en vigor. En las acciones de la ley (legis actio),
es la recitación de memoria, de estricto carácter sacramental, que los
pontífices enseñaban a los litigantes y que éstos debían repetir fielmente
ante el magistrado, ya que cualquier error o modificación en los términos
implicaba la pérdida del litigio. Es de sobra conocido el ejemplo de Gayo. Un
agricultor -perdió su demanda porque habiendo intentado una acción por las
viñas de su propiedad, que le fueron arrancadas por el vecino, usó la palabar
vitibus (viñas), en vez de arboribus, que era la prescrita. Durante mucho
tiempo las fórmulas de la ley fueron privilegio de los patricios y secreto de los
pontífices hasta que más tarde, un plebeyo, Cnaeus Flavius, publicó el
formulario y a ese repertorio se le denominó Derecho Flaviano (Ius Flaviano).
El viejo sistema de las acciones de la ley era preciso, pero formalista y
sacramental y hubo de ceder, en el curso de una larga evolución, a otro
sistema más humano y flexible, en que la autoridad del Pretor es tan extensa
e intensa que crea un derecho propio, el pretoriano. En las actio legis el
Pretor se limitaba a vigilar la observancia de las formas, y por ello la justicia
era más privada que pública. En cambio, en el llamado sistema formulario, la
acción está representada en una nota redactada por el Pretor, a menudo
escogida por las partes del álbum previamente preparado por éste,
generalmente concebida así: “Sean Jueces. Si consta que Numerio Negidio
debe dar a Aulio Agerio diez mil sestercios, sobre lo que se litiga, condena,
oh juez, a Numerio Negidio, a pagar a Aulo Agerio diez mil sestercios; si no
consta, absuélvelo”. En este sistema, la faz in iure ante el Pretor, que se
desarrolla desde la citación ( in ius vocatio) hasta la contestación de la
demanda (litis contestado), afirma entre las partes el convenio del proceso
según el cual éstas escogen el Juez que habrá de investigar los hechos y
aplicar el derecho conforme a la fórmula redactada por el magistrado,
comprometiéndose además a acatar y respetar la sentencia, ya que el Juez
es a menudo un particular que carece del imperium, o sea del poder público
necesario para hacer cumplir sus decisiones.

En el sistema formulario, pues, la acción es la fórmula escrita que el


Pretor envía al Juez, completamente independiente del derecho material
invocado por las partes. Pero más tarde cuando a partir de Dioclesiano se
generaliza un sistema que sólo se habla aplicado hasta entonces en los
conflictos con el Estado y en materia de interdictos, por lo que se llamó
sistema extraordinario (extraordinem), vuelve a reinar la confusión entre el
derecho y la acción, en la litis denuciatio, que es la petición que por escrito
hace el demandante ante el Juez, y que Justiniano convierte en el libellus
conventionis, exposición razonada de hecho y de derecho que el Juez debe
revisar para admitir o rechazar. Desde entonces la acción y el derecho
aparecen confundidos, hasta hacerse clásica en el Bajo Imperio la famosa
definición de Celso (“el derecho de perseguir en juicio lo que a uno se le
debe”), que recogen devota y pacíficamente las Instituías.

LA ESCUELA PROCESALISTA ALEMANA.


Durante la Edad Media en el derecho germánico y en el canónico, lo
mismo que en la llamada época de la recepción, poco interés despierta el
estudio de la acción en sí. Se identifican el derecho con la acción en forma
tan absoluta que ningún jurista se ocupa de examinar si los bordes están
perfectamente ajustados pues se les considera una sola y única pieza. Esta
misma subordinación sufre el Derecho Procesal reducido a simple mecánica
y que al decir de Chiovenda equivalía a desenvolver el derecho sucesoral
estudiando tan sólo la trama de los testamentos. Correspondió a la vieja
escuela procesalista alemana, desde mediados del Siglo XIX, la
preocupación, por primera vez, en ahondar sobre si realmente esa
identificación entre acción y derecho era absoluta o más bien aparente.
Hasta entonces, Savigny y otros juristas no habaín visto en la acción sino el
derecho en movimiento, el transcurso de la norma en estado de reposo
(derecho) al estado dinámico, colérico y encrespado, en pie de guerra
(acción). Pero esta concepción romántica, como otras tantas mixtificaciones
impuras que en torno de ella se tejieron, esterilizaban el Derecho Procesal,
que esperaba tan solo la voz que a Lázaro dijo: “Levántate y anda”. Esta voz
fué la de Windscheid en 1.865 con la publicación de su libro: “La acción del
derecho civil romano desde el punto de vista del derecho actual”. Windscheid
perteneció a la escuela procesalista alemana cuyo fundador fué Bethmann-
Hollweg, seguidor a su vez de las investigaciones que en torno a la evolución
del derecho romano de la Edad Media había realizado Savigny. Es Bernardo
Windscheid quien por primera vez acredita a la acción carácter de derecho
autónomo independiente del derecho material y equivalente según él a
pretensión. Este año de 1.856 es un momento estelar en la historia de la
ciencia jurídica porque a partir de entonces comienza la obra lenta de
independencia del Derecho Procesal, como ciencia autónoma desligada de
la estrecha subordinación que sobre él había ejercido hasta entonces el
Derecho Privado. Al año siguiente, (1.857), otro alemán, Muther, responde a
Windscheid con “La Teoría de la acción romana y el moderno derecho de
obrar” en la que se expone el concepto de acción como un derecho público y
subjetivo dirigido hacia el Estado, “que tiene por presupuesto un derecho
privado y su violación, corresponde en el Estado no sólo el deber, respecto al
titular del derecho, de impartirle la tutela, sino también de realizar contra el
particular la coacción necesaria para obtener de él el cumplimiento de sus
obligaciones” (Chiovenda, “La acción es el sistema de los derechos”). La
polémica trasciende y de ella quedan como conclusiones concretas la
autonomía de la acción y su carácter público de derecho subjetivo.

A partir de entonces, aun cuando en orden confuso y en opuestas


direcciones, la investigación en torno a la naturaleza de la acción se hace
cada vez más fecunda y hoy es abrumadora la bibliografía jurídica en torno a
ella.

CONCEPTO DE ACCION.

Chiovenda (1940, 18) de la escuela sistemática italiana, que estudio


el tema de la autonomía de la acción, la define como:
“la acción es un poder que corresponde frente al
adversario, respecto al cual se produce el efecto jurídico
de la actuación de la ley. El adversario no está obligado
a ninguna cosa frente a este poder; está simplemente
sujeto a él. La acción se agota con su ejercicio, sin que
el adversario pueda hacer nada ni para impedirla, ni
para satisfacerla. Tiene naturaleza privada o pública
según la naturaleza e la voluntad de la ley”.

Continúa el autor afirmando, “la acción existe siempre que la ley hace
depender de la voluntad privada su propia actuación y no tiene que ver nada
con el derecho subjetivo, no es una parte suya, no es una función suya, no
es una potencia suya, ni un derecho que surge necesariamente de la
violación de un derecho”

Analizando esta definición, se deduce que la acción se trata según


este autor, de un derecho potestativo concreto que va dirigido frente al
adversario al cual éste está sujeto.

Echandía (1985, 120), define la acción como “el derecho público,


cívico, subjetivo, abstracto y autónomo, que tiene toda persona natural o
jurídica, para obtener la aplicación de la jurisdicción del Estado a un caso
concreto mediante sus sentencias, a través de un proceso, o para pedir que
se inicie la investigación penal previa al proceso”

CARACTERISTICAS DE LA ACCION.

1. Pueden interponerlas las personas físicas o jurídicas.


2. Puede interponerlas un grupo de personas, como por ejemplo, una
asociación de consumidores.
3. Una vez fijada esta acción se fija el objeto del conflicto y sobre el que
decidirá el juez sin poder cambiar.
4. La acción protege un derecho subjetivo del que es titular la persona que
interpone esta acción y que ve vulnerado.
5. Funciona como impulso procesal, ya que inicia el proceso judicial.
6. Esta acción solo puede tener como objetivo proteger derechos reconocidos
en el CODIGO CIVIL, los derechos civiles.
7. Solo podrán interponerse en este proceso civil aquellas acciones consideras
civiles.
8. Estas acciones pertenecen al DERECHO PRIVADO, al igual que pertenece
el derecho civil.

ELEMENTOS DE LA ACCIÓN.
Cuando se habla de los elementos de la acción en realidad se hace
referencia a la estructura de la pretensión. La mayoría de los tratadistas
hablan de elementos subjetivos y elementos objetivos.
El elemento subjetivo se refiere básicamente a los sujetos de la
relación procesal: el demandante que ejerce la pretensión a través de la
demanda; el demandado que puede reconocer esa pretensión, desconocer o
reconvenir, y el juez frente al cual se actúa. El elemento objetivo, son los
elementos materiales que permite la transformación del derecho vulnerado; o
de acuerdo a la naturaleza de un proceso, la creación de un nuevo derecho,
el reconocimiento de un derecho, o la modificación de un estado, se cita
como ejemplo: el casado en divorciado.
Existen varias subdivisiones de los elementos de la acción según
varios autores de distintos libros, sin embargo, otros investigadores
consideran que la mejor división de los elementos de la acción, es la que
aporta Giuseppe Chiovenda, quien considera que los elementos de la acción
son: Sujeto, Objeto y Causa de la Acción.
1.- LOS SUJETOS: Se debe diferenciar entre sujeto y parte procesal.
Se llama parte procesal a aquella persona que tiene interés directo legítimo y
actual. En materia civil se habla de partes procesales porque el interés
adquiere relevancia privada, particular. Se llama sujeto procesal en materia
penal, porque el interés no se convierte en particular sino más bien es
público, porque es el Estado quien impone la sanción.

Estos sujetos tienen dos clases de intereses: interés procesal e interés


material. El interés procesal es la acción y la pretensión deducida a través de
la demanda frente al juez. En cambio el interés material es deducido frente al
demandado.
En este mismo orden de ideas, dentro de la división de los sujetos de
la acción tenemos a 3 tipos distintos:
Titular de la Acción: Es el tutelar de la acción, quien acude a un
Órgano Jurisdiccional, estatal o arbitral a reclamar una prestación, con la
pretensión de obtener una conducta forzada determinada en el demandado.
Comúnmente se le puede denominar como actor o demandante.
Órgano Jurisdiccional, Arbitral o Estatal: Es el sujeto que está
dotado de facultades para decidir sobre el derecho subjetivo del actor.
Sujeto Pasivo: Es el sujeto a quien se le reclama el cumplimiento de
una obligación de dar, hacer o no hacer en relación directa con el derecho
subjetivo del actor.
Para comprender mejor lo anteriormente descrito, se puede decir que
el sujeto viene a ser El actor o demandante como sujeto activo y el Juez en
representación del Estado, como sujeto pasivo. El sujeto activo puede ser
cualquier persona natural o jurídica por un solo acto de voluntadal iniciar el
proceso con cualquier fin, otra cosa es que la ley exija determinados
requisitos para que la demanda sea admitida y se inicie el proceso
(presupuestos procesales) y para que se pueda resolver esa pretensión de
fondo mediante la sentencia.

2.- EL OBJETO: Es la prestación o conducta que se reclama y se


exige su cumplimiento al sujeto pasivo o demandado. Persigue una
sentencia favorable o desfavorable; en penal, que se resuelva justa e
imparcialmente sobre la responsabilidad o la inocencia del imputado y del
procesado; en civil que se acceda a las pretensiones del actor.
En este mismo orden de ideas, Chiovenda expone al particular, que el
efecto al cual tiene del poder de obrar lo que se pide (petitum), aclarando que
lo inmediatamente se pide es la actuación de la ley.

3.- LA CAUSA: (causa pretendi). Es la razón jurídica de la acción y de


la pretensión, es decir se asimila a la posibilidad jurídica porque la causa
necesariamente tiene que estar amparada por el derecho sustantivo. En este
particular, igualmente Chiovenda dice que ha sido concebida como el título
de la demanda; el fundamento o razón de una pretensión la constituye según
el autor: a) La afirmación de una relación jurídica. b) La afirmación de la
existencia de un hecho particular c) La afirmación del hecho del que nace el
interés en obrar.
Aunado a lo anteriormente expuesto, Existen en el ordenamiento
jurídico unas condiciones fundamentales para poder ejercer el derecho de
acción, cuales son la cualidad y el interés, que para buena parte de la
doctrina y albergado por nuestra jurisprudencia, se instituyen como
elementos constitutivos de la acción. En cuanto a la cualidad, la Sala
Político-Administrativa ha señalado:

“La cualidad o legitimatio ad causam es condición


especial para el ejercicio del derecho de acción y podemos
entenderla siguiendo las enseñanzas del Maestro Luis Loreto,
como aquélla “... relación de identidad lógica entre la persona
del actor, concretamente considerada, y la persona abstracta a
quien la ley concede la acción o la persona contra quien se
concede y contra quien se ejercita en tal manera...”. (Ensayos
Jurídicos, “Contribución al Estudio de la Excepción de
Inadmisibilidad por Falta de Cualidad”, Fundación Roberto
Goldschmidt. Editorial Jurídica Venezolana, Caracas
1987,p.183.).
Es decir, la cualidad debe entenderse como la
idoneidad de la persona para actuar válidamente en juicio,
idoneidad que debe ser suficiente para que el órgano
jurisdiccional pueda emitir un pronunciamiento de mérito a
favor o en contra; (…).” (Ver al efecto, entre múltiples otras,
Sent. N° 01116 del 19/09/02; Sent. N° 1454 del 24/09/03 y Sent.
N° 00372 del 21/04/04).”

Respecto del interés procesal, sea cual fuere el concepto de acción,


en sentido amplio o restringido, la acción requiere de elementos
constitutivos, siendo uno de ellos, el interés procesal, el cual en el
accionante debe ser activo (el interés de obrar jurídicamente). El interés
procesal en obrar y contradecir; surge precisamente cuando se verifica en
concreto aquella circunstancia que hace considerar que la satisfacción del
interés substancial tutelado por el derecho, o sea, cuando se verifica en
concreto la circunstancia que hace indispensable poner en practica la
garantía jurisdiccional.
El interés surge así, de la necesidad que tiene una persona, por una
circunstancia o situación jurídica real en que se encontraba, de acudir a la
vía judicial para que se le reconozca un derecho y evitar un daño injusto,
personal o colectivo.
Por último, es conveniente resaltar:
1) Que el interés procesal es uno de los elementos constitutivos de la
acción y un requisito indispensable.
2) Que ese interés surge de la necesidad que tiene una persona por
una circunstancia o situación jurídica real en que se encuentra, de acudir a la
vía jurisdiccional para que se le reconozca por intermedio de la sentencia
judicial un derecho y evitar un daño injusto, personal o colectivo.
3) Que el interés procesal debe desprenderse de alguna forma de la
demanda o solicitud, y mantenerse a lo largo del proceso, toda vez que la
pérdida del interés procesal conlleva al decaimiento de la acción.
4) El interés es la medida de la acción.
5) Que sin interés no hay acción.
6) Que siendo el interés procesal un requisito procesal de la acción,
constatada esa falta de interés, ella puede ser declarada de oficio, ya que no
hay razón para poner en movimiento a la jurisdicción, si la acción no existe.

CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES.

1) Según el derecho que se hace valer en el juicio:


Personales: Se ejercen directamente sobre la persona que debe
cumplir una prestación (el pago de alimentos, de daños y perjuicios, entre
otros).
Reales: Protegen los derechos que se ejercen sobre las cosas
muebles o inmuebles. Estas acciones no se tienen contra personas
determinadas, sino contra cualquiera que perturbe o impida el goce del
derecho real de que se trate (Acción reivindicatoria, cumplimiento de una
hipoteca, entrega de la prenda).
Mixtas: Son aquellas acciones en las que simultáneamente se ejerce
un derecho real y un derecho personal vinculados entre sí. Se dice que en el
Derecho romano se consideraban mixtas la acción de deslinde (finium
regundorum), la acción de partición de herencia (familiae erciscundae) y la
acción de división del dominio (comuni dividundo).
2) Según el objeto:
Mobiliarias e inmobiliarias;
Principales y accesorias: Son acciones principales las que garantiza
la acción de resolución, estudia la procedencia de los daños y perjuicios para
tener efecto; las accesorias son las subordinadas a las Personales (demanda
de resolución de contrato por incumplimiento del demandado, más daños y
perjuicios por el incumplimiento, entre otras).
De estado, posesorias, petitorias; entre otras. Son acciones
petitorias las acciones que garantizan el derecho de dominio de una cosa, en
ellas se prueba y discute el dominio. Las acciones posesorias las que
protegen el derecho de posesión de una cosa, en ellas solamente se
prueban y discute la posesión.
Estas clasificaciones vienen del derecho romano, que distinguía las
acciones en reales y personales según que con ellas se pretendiera el
señorío jurídico sobre un objeto o el cumplimiento de una prestación a que
está obligado un sujeto.

3) Según la naturaleza del fallo: mero declarativo, constitutivo, de condena


y determinativo, o acciones declarativas y ejecutivas, según se solicite la
mera declaración de un derecho, o la constitución, supresión o modificación
de un estado, o la condena a una prestación, o la ejecución, entre otros.
Las acciones de condena: son aquellas que pretenden del
demandado una prestación de dar, hacer o no hacer. Con ellas se pretende
la ejecución inmediata del derecho declarado por la sentencia judicial; su fin
esencial es la ejecución del fallo.
Las acciones declarativas: son aquellas en que el actor pretende
terminar con una situación de incertidumbre que gira alrededor del derecho
que le sirve de fundamento a la acción.
Las acciones constitutivas: son aquellas que se dirigen a obtener la
creación, modificación o la extinción de un derecho o una obligación, o una
situación jurídica.
Las acciones cautelares, preservativas o preventivas: son aquellas
que tienen como objeto conservar la futura efectividad de una acción
definitiva en la persona o en los bienes del demandado.
Las acciones ejecutivas: son aquellas que derivan de un documento
con cualidades específicas que permite, desde que se ejercitan, antes de la
sentencia definitiva, afectar provisionalmente el patrimonio del deudor.
La clasificación tradicional de los derechos y bienes en reales y
personales, muebles e inmuebles, es la tenida en cuenta en el Código de
Procedimiento Civil para la determinación de la competencia territorial del
juez.
Artículo 40. Las demandas relativas a derechos personales y
las relativas a derechos reales sobre bienes muebles se
propondrán ante la autoridad judicial del lugar donde el
demandado tenga su domicilio, o en defecto de éste su
residencia. Si el demandado no tuviere ni domicilio ni
residencia conocidos, la demanda se propondrá en cualquier
lugar donde él se encuentre.

ORIGEN.

En sus orígenes la acción consistía en la actividad de reproducir


mímicamente ante un tribunal el hecho de la reclamación. De actividad
evolucionó al concepto de derecho a ejercer esa actividad. Celso, definió la
acción como el derecho a perseguir en juicio lo que se nos debe.
Definiciones como ésta, hicieron que durante mucho tiempo se confundiera
la acción con el propio derecho subjetivo.
Sin embargo, no es el mismo derecho reclamado, sino más bien un
derecho abstracto a reclamar ante el Juez un determinado derecho concreto,
la pretensión, que viene a ser el contenido de la acción. De esta forma la
acción obtuvo su autonomía, lo que a su vez constituyó el punto de partida
para reconocer la autonomía del derecho procesal.
En 1856 comienza la separación entre los conceptos y la
conformación de la teoría publicista (dualista), creando el concepto de quiexa
(klage). Por entonces Windscheid, pandectista alemán, publica en Düsseldorf
su libro La acción en el derecho civil romano desde el punto de vista
moderno, sosteniendo que cuando los romanos ejercían el derecho de
acción procurando de este modo la tutela jurídica, no identificaban el derecho
vulnerado con el acto cumplido; en realidad, dirigían una pretensión contra el
adversario, que se transformaba en acción al hacerla valer en juicio.
Esta pretensión (anspruch) podía reconocerse por el Estado a través
de la sentencia correspondiente, o por el mismo particular que decidiera
autocomponer el conflicto. Por eso la acción no era otra cosa que la
pretensión jurídica deducida en el proceso.
Por vez primera, se mencionaba una voz diferente en la presentación
del interrogante. Aparece la “pretensión”, como algo diferente a la acción y
como típico acto de un derecho nuevo aún sin perfilar.
La posición mereció la crítica de Muther, quien en 1857 edita en
Erlangen (Baviera) La teoría de la acción romana y el derecho moderno de
obrar, argumentando que la acción es un derecho público subjetivo mediante
el cual se obtiene la tutela jurídica, y se dirige contra el Estado para la
obtención de una sentencia favorable, y contra el demandado para el
cumplimiento de una prestación insatisfecha. La acción tiene por
presupuesto la existencia de un derecho privado y su violación, pero aunque
está condicionada por el derecho subjetivo es independiente de este y su
regulación corresponde al derecho público.
Con esta concepción se genera la famosa polémica que da origen a la
autonomía de la acción.
En 1878, Degenkolb pretende demostrar que la acción no es el
derecho, ni lo supone, simplemente es la afirmación de su existencia. De
este modo, la expectativa de obtener una sentencia favorable es
absolutamente contingente; tanto ejerce la acción quien resulta triunfador en
el proceso como quien lo pierde y aunque la demanda carezca de
fundamento, el juez no puede omitir su consideración al menos a fin de
proceder a desestimarla.
Por ello, a esta posición se la llama de derecho abstracto, porque le
corresponde a cualquiera, tenga o no razón, siendo posible pensar en una
demanda infundada. Así las cosas, la acción sería el potestad de carácter
jurídico que revista toda persona de reclamar la satisfacción de una
pretensión al órgano jurisdiccional.
Partiendo de esta constatación de la realidad, en 1885 Adolf Wach
sostiene el carácter concreto de la acción. A partir de esta óptica, la acción
no resulta equiparada al derecho, sobre todo si se asevera que no existe
acción sin derecho. Por lo tanto, solo son sus titulares quienes se encuentren
asistidos de razón y consigan el dictado de una sentencia favorable.
En 1903, Chiovenda expone su famosa prolusión sobre la acción en el
sistema de derechos, en oportunidad de hacerse cargo de su cátedra en la
Universidad de Bolonia (Italia). Por tanto, Chiovenda vuelve a colocarse en el
punto de partida para demostrar que toda acción se ejercita cuando el
derecho ha sido menoscabado, determinando así la diferencia entre el
derecho de acción y el derecho sustancial:

“…Las normas jurídicas tienden a actuarse. La


coacción es inherente a la idea del derecho, no en el sentido
de que para tener un derecho se deba poder actuarlo
efectivamente, sino en el de que aquel tiende a actuarse
mediante todas las fuerzas que de hecho se encuentran a su
disposición. Siendo el fin principal de una obligación jurídica
la ejecución de la ley, dícese cumplir la ley quien se conforma
con sus mandatos. Pero no todas las normas que regulan las
relaciones entre los sujetos jurídicos son ejecutables por el
obligado, ni todas esas normas tienen una naturaleza
adecuada para poderse ejecutar por el particular. En muchos
casos la actuación del derecho es realizada por órganos
públicos. Pero estos órganos ya proveen a la aplicación de la
ley por su iniciativa, por deber de oficio, ya pueden hacerlo
solamente a petición de parte; en estos últimos casos la
actuación de la ley depende de una condición: de la
manifestación de voluntad de un particular, el cual decimos
que tiene acción”.

En consecuencia para Chiovenda, “la acción es el poder jurídico de


dar vida a la condición para la actuación de la voluntad de la ley”.

ESCUELAS QUE PLANTEAN EL OBJETO Y NECESIDAD DE LA ACCIÓN.


1.- Escuela Alemana: Representada por el señor WINDSCHEID, MUTER Y
WACH.

WINDSCHEID, concibió la acción como el derecho mismo y la


potestad de reaccionar contra su violación, con miras al demandado y
pidiendo una sentencia favorable, dice que todo lo que le hace daño a un
derecho genera una pretensión por parte del afectado, este proponiéndose
resarcir su derecho o satisfacción de una obligación. La persona perjudicada
puede lograr la satisfacción del daño producido (pretensión de la persona)
acudiendo en casos difíciles al órgano jurisdiccional, convirtiéndose esto en
una acción.
MUTER, ve a la acción como u derecho subjetivo publico; derecho del
cual se obtiene una tutela jurídica y que se dirige de una parte contra el
estado y otra contra el demandado.
WACH, ve a la acción como un derecho autónomo contra el estado y
frente al demandado; en cuanto el estado debe otorgar tutela al derecho
invocado y el demandante debe asumir las pretensiones por medio de la
sentencia.
En consecuencia, estas teorías hacen ver al estado, como protector
de los derechos de las personas, por medio del derecho público, pero
también hace dar cuenta que es derecho privado e individual; que además
prevalece como obligación del estado, al tutelarlo de manera jurídica
conforme a la ley.

2.- Escuela Italiana: Como ya es de conocimiento, esta escuela tiene como


principal representante a GIUSEPPE CHIOVENDA, quien expuso la teoría de
la acción como derecho potestativo; el autor distingue entre derecho
subjetivo y objetivo, considerando al primero como la manifestación de la
voluntad colectiva encaminada a regular la actividad de los ciudadanos o de
los órganos públicos.

Por lo que este es un derecho en donde un sujeto tiene un poder


jurídico para tomar decisiones frente a otro sujeto de manera subjetiva, pero
objetiva al ser otorgado por el estado mediante el derecho correspondiente.
La teoría abstracta de la acción, que la ve como independiente y
autónoma dirigida a obtener una sentencia sea favorable o no; por lo que
toda persona tiene el derecho a la acción sin considerar si es el titular de
este.

ACEPCIONES DE LA ACCION.

La delimitación del concepto de Acción, ha sido la piedra angular


derivativa del nacimiento del Derecho Procesal como ciencia autónoma.
Dicha noción, la cual, unida a la de Jurisdicción y al de proceso forman el
Trinomio de la disciplina jurídica adjetiva, ha sido estudiada a través de los
últimos 200 años, adquiriendo distintas definiciones.

Según el Diccionario de Guillermo Cabanellas la Acción es:“ El poder


jurídico, distinto del derecho y de la demanda en sentido formal,
dirigido a lograr la actividad estatal, por medio de sus órganos
competentes, para la declaración coactiva de un derecho”.

Según El texto: “Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano” del


Dr. Arístides Rengel Romberg (1987), La Acción es: “El poder jurídico
concedido a todo ciudadano, para solicitar del juez, la composición de
la litis, mediante la actuación de la pretensión que hace valer el
demandante contra el demandado”.

ANÁLISIS DE LA CITA.

Ampliamente se puede decir, que la acción en sentido jurídico, es la


facultad o derecho constitucional, universal y humano, otorgado a cualquier
sujeto natural o jurídico, con la finalidad de acceder a través de los medios y
la oportunidad establecida por la ley, a los órganos jurisdiccionales,
representantes del Estado, quienes tienen el deber de proveer en referencia
a la petición realizada por el justiciable afirmante de la titularidad de un
derecho. Reconociéndose que la Acción es un derecho el cual permite la
satisfacción y protección de otros derechos legales y constituciones por lo
cual recientemente se le atribuye el carácter de metaderecho.

Acción y pretensión

La pretensión es otra de las figuras de suma importancia dentro del


estudio del derecho procesal, aunque no tan compleja como la teoría de la
acción, si es importante conceptualizarla y diferenciarla de la acción, y de la
demanda como acto procesal. La pretensión es la afirmación de un sujeto de
derecho de merecer la tutela jurídica y de la aspiración de que se haga
efectiva.
Eduardo Couture (1932) claramente afirma que la pretensión no es la
acción, y considera que: “la acción es el poder jurídico de hacer valer la
pretensión”. Por tanto, podemos decir que la pretensión es una
manifestación de voluntad, subjetiva e individualizada que se hace valer con
la acción, pues por sí sola no puede manifestarse y ningún juez u órgano
atribuido de jurisdicción puede satisfacer una pretensión que no ha sido
manifestada a través de la acción. La pretensión necesita de la acción para
hacerse valer y a su vez toda acción lleva inmanente una pretensión de
obtener favorable dictamen; son figuras jurídicas emparejadas.

Diferencias

La diferencia entre acción y pretensión consiste en que mientras en la


acción tienes la facultad de impulsar la actividad jurisdiccional para que un
juzgador resuelva tu pretensión relacionada con un derecho subjetivo que
consideras te ha sido violado, la pretensión únicamente consiste en lo que
pide, solicita o pretende quien haya ejercitado la acción, es decir, el sujeto
activo.

Acción y demanda

La demanda es un acto procesal, se ve materializada en el escrito por


el cual se inicia el proceso, denominado Libelo de Demanda. Para Couture
(1932) el derecho de demandar es la acción, el indica que todo sujeto de
derecho junto con sus derechos materiales o sustantivos, tiene su poder de
acudir a la jurisdicción; y la acción es ese poder jurídico.

El derecho de demandar es el ejercicio concreto del derecho a acudir


a la jurisdicción. La demanda tiene un doble contenido, pues en ella se
reúnen el derecho de acción y la pretensión. Ambas figuras se ven inmersas
en el acto procesal de demandar, es decir, al demandar el individuo ejerce la
acción y a su vez hace valer su pretensión.

Con la resolución o la sentencia favorable del juez se satisfacen


ambos aspectos, la acción y la pretensión. Si la demanda no es fundada solo
queda satisfecho el derecho de acción. Con esto se pone en evidencia el
error de algunos tratadistas al afirmar que la acción es el derecho de obtener
una sentencia favorable.

Diferencias

Con la demanda se ejerce la acción y se deduce la pretensión, es


decir, que la demanda contiene la, acción que despierta la actividad
jurisdiccional, para darle paso al proceso, y contiene a su vez la pretensión o
reclamación del solicitante de la tutela por parte del Estado.

De esta manera, la acción es un derecho o potestad; la pretensión,


una declaración de voluntad, y la demanda un acto procesal.

IMPORTANCIA MODERNA DE LA ACCION.


Al abolirse la defensa por la propia persona, es decir, hacerse justicia
por propias manos (ley del talión), lo que viene a constituir quizás uno de los
fundamentos esenciales del ordenamiento jurídico moderno, corresponde al
Estado resolver los conflictos surgidos entre personas, mediante el ejercicio
de la función jurisdiccional, que consiste en el estudio y decisión de los
litigios con la aplicación del derecho subjetivo a cada caso en particular.
Ahora bien, la Ley y el Juez no actúan por sí mismos, siendo necesario que
para que una norma de derecho tenga su aplicación, esto es, el dictado de
una sentencia por los órganos jurisdiccionales del estado que ponga fin a
una controversia, es necesaria una primera puesta en marcha, un
movimiento inicial. Esa puesta en movimiento de los referidos órganos
mediante la privada iniciativa y ese impulso es lo conocido como LA
ACCIÓN.

La acción es entonces el poder jurídico que tiene todo sujeto de


derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamar la satisfacción
de una pretensión. Es un medio de plantear la solución pacífica de los
conflictos de intereses jurídicos y derechos aparentes ante el órgano judicial.

Es importante destacar que el asunto jurisdiccional desde este


planteamiento está siendo examinado desde el punto de vista del ciudadano
y las personas jurídicas que piden justicia y no desde el punto de vista del
Estado que cumple con la función de administrar justicia, es decir, desde el
punto de vista de la jurisdicción en sí misma.

TRASMISION DE LA ACCION.
La acción puede transmitirse por acto entre vivos (cesión) o por causa
de muerte (sucesión). En principio son transmisibles todas las acciones, pero
algunas no lo son en razón de que protegen un derecho personalísimo que
solo puede ser reclamado por su titular. Ejemplo: Las acciones de divorcio, la
de desconocimiento de paternidad, la de nulidad de matrimonio, entre otros.
La acción de reconocimiento de filiación puede cederse cuando de ella
dependa la eficacia de la cesión de un derecho de contenido patrimonial

LA ACCION SEGÚN NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO.

Desde el inicio del estudio del Derecho Procesal Civil Venezolano, se


dice que la Acción es un derecho al que tienen acceso todas las personas,
es de rango constitucional. Consagrándose este derecho en cada uno de los
artículos constitucionales referentes a ello e incluso en innumerables
jurisprudencias, en las cuales el interés del individuo está por encima de
todo, y es deber del Estado velar por los derechos e intereses de los mismos.

Pensamos que la acción es, más que un derecho, un mecanismo de


defensa que tiene una persona en un momento determinado para hacer valer
un derecho que crea vulnerado.

Textualmente el Articulo 26 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela expresa lo siguiente:

Artículo 26 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela (1999): Toda persona tienen derecho
de acceso a los órganos de administración de justicia para
hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o
difusos, a la tutela efectiva de los mismos y obtener con
prontitud la decisión correspondiente.

El estado garantizará una justicia gratuita, accesible,


imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente,
responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas,
sin formalismos o reposiciones inútiles.

ANÁLISIS DEL ARTÍCULO

Dicho artículo nos señala que todos los ciudadanos que se encuentren
en nuestro territorio tienen el pleno derecho de acceder a la justicia para
hacer valer y defender sus derechos e intereses, el Estado deberá garantizar
un proceso limpio, transparente, accesible, imparcial y JUSTO. Disposición
que hoy en día no se respeta mucho sobre todo en su único aparte, ya que a
nuestro parecer vivimos en un país dividido tanto ideológica como
políticamente y en algunos casos se favorecen a unos pocos a pesar de
decirse bien claro que se garantiza una JUSTICIA IMPARCIAL. A pesar de
esto se siguen aplicando, por lo menos en la teoría distintas disposiciones en
las que prevalece el interés de todas las personas.

De allí que entre las clasificaciones que se han elaborado de los


derechos fundamentales, tenga especial relevancia la que distingue unos de
otros por su contenido, es decir, según el bien jurídico protegido.

Así, pues, según su objeto, los derechos fundamentales pueden ser


clasificados del siguiente modo:

 a) Personalísimos ( derechos a la vida, a la integridad física y moral,


libertad ideológica y religiosa, derecho al honor y propia imagen y al
de objeción de conciencia);

 b) De sociedad, comunicación y participación (igualdad y no


discriminación, libertad de culto, inviolabilidad del domicilio, secreto de
las comunicaciones, libertad de residencia y de circulación, libertad de
expresión y de información, derecho a la creación literaria, científica,
artística y técnica, libertad de cátedra, derecho de reunión y
manifestación y derecho de asociación);

 Políticos (libertad de intervenir en asuntos públicos y acceder en


condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos);

 De seguridad jurídica (derecho a la libertad y a la seguridad, las


garantías en caso de detención, asistencia de abogado); y e)
derechos económicos, sociales y culturales (propiedad, trabajo, salud,
educación, vivienda, cultura).

Para proteger estos derechos fundamentales se han establecido una


serie de garantías, las cuales encuentran en la acción de amparo una
expresión concreta. En efecto, el amparo constitucional es una garantía
judicial del ejercicio y disfrute de los derechos fundamentales, es el medio
más célere que dispone nuestro ordenamiento jurídico para restablecer un
derecho constitucional, el cual opera no sólo frente a violaciones de derechos
constitucionales ya ocurridas, sino frente a amenazas inminentes, es decir,
aquellas que con certeza se van a concretar.

Ahora bien, la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela (1999) consagra una serie de derechos fundamentales
procesales; ejemplo de ello es el artículo 49 eiusdem, en el cual se impone el
respeto al derecho a la defensa, a la asistencia jurídica, a ser notificado, a
recurrir del fallo que declare la culpabilidad y al juez imparcial
predeterminado por la ley, entre otros; el artículo 26 eiusdem, que consagra
el derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales; y el artículo 253
eiusdem, segundo párrafo que establece el derecho a la ejecución de las
sentencias.

Estos derechos fundamentales procesales aseguran el trámite


de las causas conforme a ciertas reglas y principios que responden al valor
de la seguridad jurídica, es decir, al saber a que atenerse de cara a la
manera en que se tramitan las causas.

Todos los bienes jurídicos procesales a que se ha hecho


referencia, han sido agrupados por la doctrina alemana y la española en el
llamado derecho a la tutela judicial efectiva.

En él estarían garantizados tres aspectos del procedimiento:


 El acceso a la justicia: Y al respecto se exige la constitucionalidad
de los requisitos procesales y el reconocimiento al derecho a la
justicia gratuita para incoar cualquier proceso, entre otros;

 El proceso debido: En él se garantiza el derecho al juez imparcial


predeterminado por la ley, el derecho de asistencia de abogado, el
derecho a la defensa (exigencia de emplazamiento a los posibles
interesados; exigencia de notificar a las partes, así como de
informar sobre los recursos que procedan; derecho a información
de la acusación; derecho a formular alegaciones; derecho a probar;
presunción de inocencia; publicidad del proceso; y el derecho a la
invariabilidad de las sentencias, entre otros), y el derecho a un
proceso sin dilaciones indebidas;

 El derecho a la ejecución de la sentencia: La valoración o


interpretación forma parte de la autonomía e independencia de la
que gozan los jueces al decidir, quienes, si bien deben ajustarse a
la Constitución y a las leyes al resolver una controversia, disponen
de un amplio margen de valoración del derecho aplicable a cada
caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo a su
entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, sin
que el juzgador de amparo pueda inmiscuirse dentro de esa
autonomía del juez en el estudio y resolución de la causa, salvo
que tal criterio viole notoriamente derechos o principios
constitucionales

La justicia constituye uno de los fines propios del Estado Venezolano,


conforme lo estatuye el artículo 2 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, fin que realiza a través del proceso, como un
instrumento fundamental.

FACULTAD DE PROVOCAR LA JURISDICCIÓN.


La facultad de provocar la jurisdicción, viene dada por las diferentes
acepciones que constituyen a la Acción, por lo que en este punto es
importante recordar a la trilogía que caracteriza al proceso, “Jurisdicción,
Acción y Proceso”; es decir, tiene coherencia que una de las acepciones
tengan relación con la jurisdicción, porque en sí, es la encargada de
materializar el objetivo de dicho acción a través de la pretensión.

Dicha clasificación, es la siguiente:

 COMO SINONIMO DE DERECHO. El sentido que tiene el


vocablo cuando se dice, "el actor carece de acción", lo que significa que el
actor carece de un derecho efectivo que el juicio deba tutelar.

 COMO SINONIMO DE PRETENSIÓN. Es el sentido más usual


del vocablo en la doctrina y legislación. Se habla entonces de acción fundada
y acción infundada, la acción real y personal, de acción civil y penal. En estos
vocablos, la acción es la pretensión de que se tiene un derecho válido y en
nombre del cual se promueve la demanda respectiva. Esta aceptación de la
acción como pretensión, se proyecta sobre la demanda, por lo que es
habitual oír hablar en el foro de demanda fundada e infundada.

 COMO SINÓNIMO DE FACULTAD DE PROVOCAR LA


ACTIVIDAD DE JURISDICCIÓN. Es decir, el poder jurídico que tiene
todo individuo como tal, y en nombre del cual le es posible acudir ante los
Jueces en demanda en protección de sus Derechos a través de su
pretensión. El hecho de que esta pretensión sea fundada o infundada no
afecta la naturaleza del poder de accionar; pueden promover
sus acciones en justicia aun aquellos que erróneamente se consideran
asistidos de razón.

Sin embargo, para profundizar más sobre este última clasificación,


tenemos, que la función jurisdiccional, es una facultad de ejercicio inminente
por parte del estado, es decir, es quien se obliga a prestarla, mediante el
establecimiento de directrices y políticas a Poder Judicial venezolano, quien
de conformidad al poder correlativo de la acción, deberá velar por una
resolución con miras a una tutela judicial efectiva; ya que se trata de una
persona que por medio de la acción, afirma ser titular de una relación jurídica
infringida y que a afecta sus Derechos.

Vale resaltar en este análisis, un criterio establecido por una de las


fuentes directas de nuestro Derecho, y es una Jurisprudencia de la Sala
Constitucional, con carácter vinculante y aplicable por todos los tribunales, y
por ende, ls jueces de nuestro país:

Sala Constitucional en Sentencia del año 2001. Destacó


los siguientes elementos:

1. El fin que persigue el Estado con el ejercicio de la


función jurisdiccional, que como ya se ha dicho, es la tutela
judicial de intereses jurídicos. Por lo que algunos autores
como “Pesci (2006, 160) califican este fin como inmediato para
contraponerlo al mediato, que es el que, en primer lugar, le
interesa lograr el Estado, garantizando la paz social, fin que
calificamos como mediato.
2. El medio que utiliza para el ejercicio de dicha
función, es que atendiendo a la definición, (con la que como
antes he dicho); concuerdo expuesta por longo, es la
declaración de voluntad, mediante la justa aplicación de la ley
al caso concreto, en consecuencia el medio para conseguir
ese fin mediato (garantizar la paz social). Se obtiene
satisfaciendo el inmediato (de la tutela de intereses jurídicos.

ANÁLISIS DE LA CITA.

Nos resultó demasiado interesante explicar esta cita, ya que está a


parte de explicarnos la función jurisdiccional y como se ejerce, nos plantea
dos fines, el mediato e inmediato de dicha función, como el lector pudo notar
el mediato es la “paz social”; constituido como principio fundamental de
nuestra constitución; y que sin es de justa aplicación por parte de la
jurisdicción, ya que ella evita que las personas propicien un caos por
situaciones jurídicas en la que no pueden tener una resolución que los
beneficie por medio de un órgano competente; y, en cuant al fin inmediato
son los intereses que mediante la tutela judicial efectiva serán protegidos,
logrando la justicia, el bien común y la seguridad jurídica, que como ya
sabemos y desarrollaremos en el presente trabajo de investigación,
constituyen nuestros fines del Derecho.

CONCEPTO CONSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN.

La acción, se encuentra fundamentada en nuestra Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, en el siguiente Artículo:

TÍTULO III DE LOS DERECHOS HUMANOS Y


GARANTÍAS, Y DE LOS DEBERES Capítulo I Disposiciones
Generales. Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso
a los órganos de administración de justicia para hacer valer
sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente. El Estado garantizará una justicia
gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma,
independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.

ANÁLISIS DEL ARTÍCULO.

A través del presente Artículo encontramos el conocido “Acceso la


Justicia”; que en relación al tema, se materializa con la ejecución de la
Acción, con base a la Jurisdicción que tiene el Estado venezolano en todos
los tribunales de nuestro país, siendo esto lo que permite el respaldo de una
tutela judicial efectiva. Como ya vimos, esto se encuentra respaldado a
través de unos principios, que incluso mencionan a los fines de nuestro
Derecho, que trabajando en conjunto, logran que la decisión más allá de
eficiente, logre ser eficaz en beneficio de los sujetos que mencionaremos en
el siguiente punto.

SUJETOS. OBJETO Y CAUSAS DE LA ACCIÓN.

Estos tres puntos, a pesar de estar inicialmente en el programa de


estudio, separados, nos dimos cuenta que conforman los elementos de la
acción, y que conforme al gran doctrinario Chiovenda (1998) son
clasificados conforme a la siguiente explicación:

1. LOS SUJETOS: son las personas naturales o jurídicas, titulares


de la acción, que tienen el poder de provocar la actividad jurisdiccional en
sentido activo (actor o demandante) o en sentido pasivo (demandado).
En materia procesal los sujetos son denominados partes o litigantes, a veces
intervienen también los terceros y el Ministerio Público.
En cuanto a este primer elemento, es menester explicar ciertos
puntos, primero que nada el fundamento de la clasificación de las personas,
que lo encontramos fundamentado en: “Código Civil Venezolano (1982).
SECCIÓN I. DE LAS PERSONAS NATURALES. Artículo 16. Todos los
individuos de la especie humana son personas naturales.”

Código Civil Venezolano (1982). SECCIÓN II. DE LAS


PERSONAS JURÍDICAS. Artículo 19. Son personas jurídicas y
por lo tanto, capaces de obligaciones y derechos:

1º La Nación y las Entidades políticas que la


componen.

2º Las iglesias, de cualquier credo que sean, las


universidades y, en general, todos los seres o cuerpos
morales de carácter público.

3º Las asociaciones, corporaciones y fundaciones


lícitas de carácter privado. La personalidad la adquirirán con la
protocolización de su acta constitutiva en la Oficina
Subalterna de Registro del Departamento o Distrito en que
hayan sido creadas, donde se archivará un ejemplar auténtico
de sus Estatutos. El acta constitutiva expresará: el nombre,
domicilio, objeto de la asociación, corporación y fundación, y
la forma en que será administrada y dirigida. Se protocolizará
igualmente, dentro del término de quince (15) días, cualquier
cambio en sus Estatutos. Las fundaciones pueden
establecerse también por testamento, caso en el cual se
considerarán con existencia jurídica desde el otorgamiento de
este acto, siempre que después de la apertura de la sucesión
se cumpla con el requisito de la respectiva protocolización.
Las sociedades civiles y las mercantiles se rigen por las
disposiciones legales que les conciernen
ANÁLISIS DE LOS ARTÍCULOS.

Como se evidencia, lo primero que nos menciona la doctrina cuando


buscamos los sujetos de la acción, son las personas naturales y jurídicas; por
lo que consideramos que era importante manejar su fundamentación dentro
de nuestro ordenamiento jurídico, pero, para ir un poco más allá, como
análisis, explicaremos cada una de estas personas.

1) LAS PERSONAS NATURALES. Son también denominadas


personas físicas, ya que hace referencia a todo individuo humano que
posee obligaciones y derechos otorgados por la Ley o la Constitución.
Evidentemente, que de esta definición genérica, un buen investigador tendría
mucho que acotar; partiendo de que todo individuo desde el momento de su
nacimiento se encuentra respaldado bajo las directrices de nuestro
ordenamiento jurídico, y; a medida que va creciendo y desarrollándose en
sociedad, va aplicando en su vida ese conjunto de principios fundamentales
que encontramos en nuestra carta, que sin duda, garantizan la justicia, el
bien común y la seguridad jurídica.

2) LAS PERSONAS JURÍDICAS. También denominada persona


moral o ficticia, es una organización o institución formada por varias personas
físicas y que posee personalidad jurídica. Es decir,
tiene capacidad independiente de la de sus miembros, de las personas
que mencionábamos anteriormente, para ser titular de obligaciones y
derechos. Como ya vimos en la clasificación que nos facilita el Código Civil
podemos entender como muchas de esas personas estructuran a nuestra
país en sus diversas empresas, asociaciones, corporaciones y más, tanto de
carácter público, como privado.
2. LA CAUSA (PRETENDI): “Pretendi”; significa, pedir una cosa a la
cual un aspira cree tener cierto derecho, e incluso hacer las diligencias
necesarias para conseguirla. Por lo que si relacionamos esto con la
demanda, entendemos que ha sido concebida como el titulo de la misma, el
fundamento o razón de una pretensión, que puede desglosarse autor, de la
siguiente manera:

a) La afirmación de una relación jurídica.

b) La afirmación de la existencia de un hecho particular.

c) La afirmación del hecho del que nace el interés en obrar.

Ahora bien, de esta causa se desprende, la necesidad de demostrar


que existe el vínculo jurídico entre dos o más sujetos, en virtud del cual, uno
de ellos tiene la facultad de exigir algo que el otro debe cumplir; es decir, en
virtud de una relación jurídica, una persona tiene la facultad de exigir algo
(derecho subjetivo), que otra debe cumplir (deber jurídico a cargo
del sujeto pasivo de la relación).

3. EL OBJETO (PETITUM): entre muchos de los significados, uno de


los más interesantes de acuerdo al “PETITUM” fue, petición de la demanda;
y evidentemente, tiene una estrecha relación con el tema objeto de
investigación, ya que sería, aquella cosa que se reclama o se exige.

Sin embargo, a pesar de ser bastante clara esta concepción tripartita


de Chiovenda, ha sido un poco abandonada, para constituirse la concepción
abstracta que considera a la acción, con dos elementos constitutivos las
cuales señalan los siguientes:
a) ELEMENTO SUBJETIVOS: Que son los sujetos procesales o
partes. Es decir, tiene relación con lo que desglosábamos anteriormente en
relación a las personas, solo que en esta clasificación se agrupa bajo la
subjetividad, que es conocida por nuestra Derecho, como aquellas facultades
inherentes a las personas, relacionadas a la titularidad de los derechos
concedidos por el Derecho Objetivo, que me indica cómo debo proceder para
la satisfacción de mis propios intereses.

b) ELEMENTO OBJETIVO: En este elemento se agrupa tanto la


causa como la pretensión, con el objetivo de reclamación que una parte
dirige frente a otra y ante el rector del proceso, el juez, por un acto de
subordinación de un interés ajeno a otro propio, con miras a una resolución
eficiente y eficaz por parte del órgano jurisdiccional.

ACCIÓN COMO DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL.

En este particular, el jurista Adolfo Wach (1855) siguiendo el


planteamiento de Müther de distinguir la acción del derecho subjetivo,
desarrollo su teoría que concibe la acción como “derecho del ciudadano a
obtener del Estado tutela jurídica”. Afirmando, que la pretensión de la
tutela jurídica no es una función del derecho subjetivo; sino que es el medio
que permite hacer valer el derecho, pero no es el derecho mismo: no es su
"función", ni el lado público del derecho objetivo.

Wach concibe la acción dentro del campo del Derecho Público, dado
que sólo puede ser satisfecha por el Estado.

Aunque algunos juristas, dicen, que no hay derecho subjetivo de la


persona a la tutela jurídica, ya que el Estado al tutelar el derecho lo que hace
es cumplir su función natural y no está satisfaciendo el derecho subjetivo del
particular sino que cumple con su función esencial, que es tutelar el derecho.

CLASIFICACIÓN DE LA ACCIÓN POR SU OBJETO.


Como tal, la acción se clasifica desde diversos puntos de vista y
respecto a su objeto, el autor Hugo Alsina (1963) clasifica la acción de la
siguiente forma:

1) En razón de que el objeto sea mueble o inmueble las acciones


se clasifican en:
a) Personales mobiliarias. Por ejemplo, la obligación del deudor de
pagar una suma de dinero.
b) Personales inmobiliarias. Por ejemplo, la obligación del
vendedor de entregar el terreno.
c) Real inmobiliaria. Por ejemplo, la reivindicación de un vehículo.
d) Real inmobiliaria. Por ejemplo, la ejecución de una hipoteca
Apropósito éste era el criterio clasificador del Código de Procedimiento
Civil derogado.

Donde los supuestos (a) y (b), dependen de que el objeto de la


obligación de hacer o consecuencial de dar, se refiera a un bien mueble o
inmueble. Y los supuestos (c) y (d), según que el objeto sobre el cual nace el
derecho de usar, gozar o disponer sea un bien mueble o inmueble.

CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS PROCESALES.

A través de la historia los denominados “Sistemas Procesales” se han


clasificado en tres (3) grandes sistemas y que a saber, son:

A) SISTEMA ACUSATORIO
Primero que nada, es menester explicar conforme a la doctrina y al
Derecho Comparado, que se entiende por sistema acusatorio.

Alberto Bovino. (2005) Lo define, el desdoblamiento, de


las funciones de perseguir y de juzgar en dos órganos
estatales diferentes. El principio acusatorio no sería suficiente
para separar los roles persecutorios y decisorios, sino se
asegura una efectiva separación entre el Ministerio Público y
Poder Judicial, así se mantiene el principio de oficialidad, pero
juez y acusador no son la misma persona.

José Abad Liceras (2015) Considera que el principio


acusatorio consiste; en que para que se abra un proceso y se
dicte sentencia, es preciso que exista una acusación
formulada por el Ministerio Público, que sean distintas las
funciones de acusar u de juzgar. Ambas son funciones
públicas, pero en virtud del principio acusatorio, el Estado no
puede acusar y juzgar al mismo tiempo a través de sus
órganos y funcionarios, debe existir una dicotomía entre el
ente acusador (Ministerio Público) y el Jurisdiccional, con el
fin de que se brinden las garantías necesarias al desarrollarse
el proceso penal; siendo estas garantías la oralidad del
proceso, publicidad del procedimiento y la igualad de las
partes.

ANÁLISIS DE LAS CITAS.

Ahora bien, de lo anteriormente expuesto, en relación al Derecho


Comparado, se explicó el sistema acusatorio, pero bajo la figura de Principio,
y Sistema. Por ende, corresponde distinguirlos, entendiendo que el primero
forma parte integral del sistema acusatorio y que, en garantía de la
imparcialidad judicial, regula determinados aspectos de él, en concreto:
(i) La necesaria separación de la función de acusar y juzgar.

(ii) El hecho de que no puede haber ni juicio ni condena si no hay


una acusación previa.

(iii) El hecho de que la condena no puede ir más allá de lo


planteado por el fiscal en su acusación.

(iv) Que la promoción o proposición de pruebas queda en manos


de las partes intervinientes en el proceso.

En sí, el sistema acusatorio comprende la vigencia de principios


procesales y su aplicación a la configuración propia del sistema penal. Está
referido al engranaje y aplicación concertada y sinfónica de principios que
informan el proceso penal y que son propios del referido sistema, entre ellos,
el principio de oralidad, publicidad, inmediación, concentración y
contradicción, incluso, el propio principio acusatorio.

Que apropósito están establecidos en la norma adjetiva penal:

“Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 14. Oralidad: el juicio será
oral, y sólo se apreciarán las pruebas incorporadas en la audiencia, conforme a lo
establecido en este Código.”

“Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 15. Publicidad. El juicio oral
tendrá lugar en forma pública, salvo las excepciones de la Ley.”

“Código Orgánico Procesal Penal (2012) Artículo 16. Inmediación. Los jueces
que han de dictar la sentencia deben presenciar, ininterrumpidamente el debate y la
incorporación de las pruebas de las cuales obtienen convencimiento.”
“Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo17. Concentración: iniciado el
debate, este debe concluir sin interrupciones en el menor número de días
consecutivos.”

“Código Orgánico Procesal Penal (2012.) Artículo. 18. Contradicción: el


proceso tendrá carácter coactivo. (Con fuerza para apremiar u obligar).”

ANÁLISIS DE LOS ARTÍCULOS.

Todos estos principios, se encuentran caracterizados desde el punto


de vista adjetivo, es decir, en cuanto al proceso se refiere, por ser aquellos
que rigen como debe desarrollarse, como aplican los sistemas, el
comportamiento del juez, y en sí, un cumulo de responsabilidades contenidas
en cada una de ellos que tienen como objetivo que se cumpla bajo los
ideales de eficiencia y eficacia, en pro del Debido proceso Artículo 49-7
Ordinal de nuestra carta magna.

Asimismo, en relación al principio acusatorio, como parte de este


sistema, es de vital importancia desglosar las características que los
componen:

a) Separación entre el órgano investigador/acusador y el


juzgador. El primer elemento esencial del principio acusatorio lo constituye el
hecho de que el órgano investigador/acusador no puede ser el mismo que el
juzgador. En garantía del principio acusatorio debe el funcionario encargado
de la investigación del imputado ser distinto y absolutamente independiente
del funcionario que se encargará de llevar adelante su juzgamiento. Si bien
es cierto que en ambos casos las funciones de investigar/acusar y juzgar son
llevadas adelante por funcionarios públicos que dependen de la
Administración Pública Central, no debe pasarse por alto que debe existir
independencia absoluta entre ellos.

b) No hay condena ni juicio sin acusación. Nadie puede ser


juzgado sin que exista una acusación o querella en su contra. Esa es la
premisa fundamental de este segundo elemento del principio acusatorio. En
efecto, la acusación fiscal o la interposición de una querella particular
constituyen presupuestos indispensables para que cualquier persona sea
sometida a juicio.

c) La sentencia condenatoria no puede ir más allá de la


acusación. El tercer elemento integrante del principio acusatorio exige, más
que ningún otro, la preponderancia y validez de su esencia pues vigila que
exista estricta correlación entre lo acusado y lo sentenciado. Ciertamente, el
principio acusatorio en este sentido exige que el tribunal penal esté vinculado
estrechamente a los términos de la acusación desde el punto de vista fáctico
y jurídico.

d) La promoción o proposición de pruebas queda en manos de


las partes intervinientes en el proceso. Atendiendo al principio acusatorio
tenemos que la promoción o proposición de pruebas en el proceso penal
queda en manos de las partes. En principio, son las partes intervinientes en
el proceso las que tienen la carga de alegar y probar sus alegatos y defensas
quedando vedado al juzgador proponer o hacer evacuar pruebas conforme a
su voluntad.

Sin embargo, en el Código Orgánico Procesal Penal, encontramos una


excepción a este cuarto elemento integrante del principio acusatorio.
Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 342.
Excepcionalmente, el tribunal podrá ordenar, de oficio o a
petición de parte, la recepción de cualquier prueba, si en el
curso de la audiencia surgen hechos o circunstancias nuevas,
que requieren su esclarecimiento. El tribunal cuidará de no
reemplazar por este medio la actuación propia de las partes.

ANÁLISIS DEL ARTÍCULO.

Lo anterior, en nuestro criterio, debe interpretarse de manera taxativa


y literal para concluir que serán admisibles nuevas pruebas en la fase de
juicio cuando en el curso de la audiencia surjan hechos o circunstancias
nuevas que requieran esclarecimiento y que hayan sido desconocidas por las
partes. Es decir, podemos evaluar que en cuanto al Derecho Probatorio se
refiere, existe una excepción de manera jurisdiccional para solicitar otra
prueba, con el medio idóneo y pertinente, que aplique al proceso una
convicción judicial.

e) Prohibición de la reforma en perjuicio. Esta prohibición se refiere


al hecho de que quien recurre de una sentencia condenatoria no puede ser
perjudicado por la sentencia que resuelva sobre el recurso interpuesto.

En conclusión, de este sistema, lo distinguimos en cuanto el principio


acusatorio se refiere; ya que, el primero, tiene como cimiento la garantía de
la imparcialidad e independencia del órgano jurisdiccional por aplicación de
sus cinco elementos esenciales, explicados anteriormente, mientras que, el
segundo, comprende al conjunto de principios oralidad, publicidad,
inmediación, concentración.
Y, entendimos que este sistema se fomenta en los siguientes
principios:

 Facultad de acusar de todo ciudadano.


 Necesidad de que alguien distinto al juez formule acusación para
que pueda existir un juicio. El juez no procede ex oficio.
 Quien juzga es una asamblea o jurado popular, por lo que las
sentencias no son apelables, sino que rige el principio de instancia
única.
 Libertad personal del acusado hasta que exista sentencia
condenatoria.
 Igualdad absoluta de derechos y deberes entre el acusador y
acusado.

B) SISTEMA INQUISITIVO

El Sistema Penal Inquisitivo obtiene su nombre del término procesal


“inquirir”, esto era una manera de iniciar el proceso penal, Este, al igual que
muchas de las figuras del Derecho, tiene raíces en el Derecho Romano
Germánico. Históricamente nace conociéndose como la “inquisición”, la
antigua forma de juzgar en el Derecho Canónico, “el derecho canónico es del
derecho de la iglesia católica” creada en la Edad Media y que se extendería por

toda Europa. El estado y la Iglesia eran uno solo y juntos regulaban al


hombre de la época. Históricamente se ha utilizado también el nombre de
Derecho Eclesiástico, el cual hoy por hoy es una rama del Derecho
Canónico, este, son normas del Derecho Eclesiástico provenientes del
derecho estatal.
Durante la inquisición los herejes eran considerados enemigos del
Estado y de la Iglesia como si fueran criminales públicos o terroristas que se
oponían al orden establecido, el Estado mismo los acusaba y juzgaba, de ahí
parte el nombre del actual sistema inquisitivo. Siendo el derecho romano la
base de sistemas jurídicos en la actualidad, siendo Roma la cuna de la
iglesia católica, es como partiendo de estas normas se va creando el
derecho en tantos países.

Sin embargo, el sistema de justicia venezolano ha evolucionado a


través del tiempo, como respuesta a los cambios culturales y necesidades de
la sociedad, dichos avances se evidencia si hacemos un breve recorrido al
sistema que regía durante la vigencia del Código de Enjuiciamiento Criminal,
que hoy día esta derogado, por el Código orgánico procesal Penal, dicho
código de enjuiciamiento estaba regido por una serie de aspectos y principios
que son contrarios al derecho y al Estado Democrático, ya que se basaba en
lo que en la doctrina se conoce como sistema Inquisitivo, que es en un
proceso donde las facultades de acusar y juzgar recaen en manos de una
misma persona, o mejor dicho, el juez y el órgano acusador trabajan a la par,
nos referimos al Ministerio Público y al Poder judicial.

Pero, de aquí nace la verdadera diferencia con el Sistema Acusatorio;


el poder judicial estaba representado por el juez, quien tenía la potestad de
iniciar el juicio, investigaba en el sumario “que era una fase en la que toda la
investigación de los hechos se realizaba prácticamente en secreto y a espaldas del
acusado mismo”, conducía el debate en el plenario “que era la fase en que, en

teoría, el acusado podía enterarse de su situación” y, finalmente, sentenciaba, es

decir, el Juez era casi omnipotente y tenía facultades infinitas; esto quiere
decir que el Juez no es neutral, ya que su trabajo al mismo tiempo es acusar
y no ser una especie de observador externo, aunado a esto que era un
sistema fundamentalmente escrito, que atentaba con los principios del
debido proceso, como lo es la oralidad y publicidad.

Y también nacen, las siguientes características:

1. En relación con la acusación.

El acusador se identifica con el juez.

La acusación es oficiosa.

2. En relación con la defensa.

La defensa se encuentra entregada al juez.

El acusado no puede ser patrocinado por su defensor.

La defensa es limitada.

3. En relación con la decisión:

La acusación, la defensa y la decisión se concentran en el juez.

El juez tiene una amplia discreción en lo tocante a los medios


probatorios aceptables.

En lo relacionado a las formas de expresión:

1. Prevalece lo escrito sobre lo oral y la instrucción y el juicio son


secretos.
2. En el sistema inquisitivo prevalece el interés social sobre el interés
particular. Oficiosamente principia y continúa todas las indagaciones
necesarias.

3. Se desvirtúa la teoría general de la prueba, la cual engendra la


obtención de la confesión mediante el tormento.

En sí, este Sistema, acoge los siguientes principios:

 Concentración de las tres funciones de acusar, defender y


juzgar en manos de un mismo órgano.
 Esas funciones se encomiendan a unos órganos permanentes,
con exclusión de cualquier forma de justicia popular.
 Denuncia. Será el acto idóneo para iniciar una causa, la cual se
realizará mayoritariamente en forma anónima.
 Oficialidad. Lo anterior hará que la investigación se inicie por
una delación (denuncia anónima) o la mera sospecha, sustentada aun en un
rumor público, de que se cometió o se cometerá un hecho ilícito.
 El procedimiento es escrito, secreto y no contradictorio.
 Se admite como prueba bastante para la condena la de la
confesión del reo.
 El acusado no tiene derechos frente al inquisidor por ser este
considerado infalible, característica que se le atribuye por ser el poseedor del
poder divino de juzgar.
 Secreto. El secreto, que termina con la publicidad impuesta por
el sistema acusatorio, aparece juntamente con el procedimiento de actas
(que todo debía quedar por escrito) y tenía como fin inmediato, asegurar el
éxito de la investigación.
 Prueba. Primeramente, encontramos las declaraciones
testimoniales que constaban en actas; por otro lado, tenemos al imputado en
sí, que como mencionáramos anteriormente, a la hora de referirnos al fin del
proceso “búsqueda de la verdad histórica.

C) SISTEMA MIXTO.

Este sistema procesal penal nace en Francia, con un enfoque en el


valor del respeto; delos Derechos de todos los ciudadanos a ser juzgados
públicamente en un proceso contradictorio, con la acusación oficial,
encargada a funcionarios que de modo permanente suplan la carencia de
acusadores particulares con lo que nace el Ministerio Fiscal.

Los principios que resaltan de este sistema son:

 La separación de la función de investigación y acusación y


la función de juzgar.
 Del resultado de la instrucción depende que haya
acusación y juicio.
 El acto del juicio es oral, publico y confrontativo, y se rige
por el principio de inmediación.
 Según el modelo francés, la sentencia se da mediante una
cooperación de Magistrados y Jurados.

Cabe destacar, que el sistema que adopta el Código Orgánico


Procesal Penales mixto, pero les otorga preponderancia a las formas del
sistema acusatorio, en comparación con el sistema inquisitivo
CONCLUSION.

Luego de la investigación realizada, en líneas generales que el


derecho de acción es la columna vertebral del Derecho Procesal o por lo
menos se considera como el que lidera o establece en si los procesos bien
sea civil o penal al permitirnos accionar contra un adversario que ha
violentado o nos ha provocado una situación jurídica perjudicial para el
desarrollo de cualquier actividad en la sociedad. Ahora bien, la acción
precede desde el derecho Romano, con los pretores y sus sistemas de ley y
la Edad Media en la escuela de Alemania donde los juristas tomaron interés
en establecer reglas para lo que era el derecho de acción en esa época.

Se puede decir sobre la acción, que es el inicio del Proceso


como tal y que busca proteger los intereses del afectado, puede ser utilizado
por cualquier persona natural o jurídica, por un grupo de personas capaces
jurídicamente para iniciar un proceso y aclarando que la acción es DE
DERECHO PRIVADO por tratarse de particulares. Debe existir para la
consolidación de la acción, sujetos, tanto activo que es el afectado y sujeto
pasivo que es la persona a cual se le exige el cumplimiento de una
obligación, el objeto de la acción, que es la conducta que se pretende exigir y
la causa que es esa acción realizada.

Una vez hecho este recuento en líneas generales de lo que es


el DERECHO DE ACCION, profundizamos un poco más, la acción es eje
central de PROCESO como tal, es por esto que es fundamental en los
SISTEMAS PROCESALES CONOCIDOS (función de acusar, función de
defensa y función de decisión) en relación de la acusación es oficiosa,
respecto a la defensa es entregada al juez y de forma limitada y en cuanto a
la decisión concentrada en el juez también y a las formalidades establecidas
en la ley. En nuestro sistema procesal, se adapta mas a los sistemas mixtos
y al sistema acusatorio, donde podemos mencionar la separación de las
fases del proceso, acusación, investigación y juzgar, tal cual como en
nuestro sistema; se realiza la acusación de oficio que dicha acusación y
causa este previamente establecida en la norma escrita, al proceder la
acción, inicia la investigación de la causa, las pruebas, la valoración de la
prueba y luego de todo el proceso de investigación se procede a juzgar. Y el
carácter de juicio oral, publico, conflictivo de todo proceso judicial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

 CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE


VENEZUELA (1999). Gaceta Oficial N°36.860 de fecha 30 de diciembre.
 CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL. Gaceta Oficial N°6.078
Extraordinario de fecha 15 de junio de 2012.
 CÓDIGO CIVIL. Gaceta Nº 2.990 Extraordinaria del 26 de Julio de
1982.
 CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL. Gaceta Oficial N°4.209
Extraordinaria de fecha 18 de septiembre de 1990.
 PUPPIO, VICENTE J. (2014) Teoría General del Proceso Decima
Segunda Edición, revisada y ampliada, Caracas: Universidad
Católica Andrés Bello.

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