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o prelógico. Por el contrario, es una imagen del universo extre-
SU muerte, se le sacrificaron víctimas humanas. Ambos hechos eran
mada y precisamente ordenada, en la cual las cosas se compene-
parte de una misma estructura fuera del tiempo.» (Needham.)
tran con tal exactitud que «no cabe entre ellas un cabello». Pero
En China, el orden social y del mundo no se basaba en un
es un universo en el cual esta organización, no proviene de de-
ideal de autoridad, sino en una concepción de responsabilidad
cretos dictados por un legislador-creador supremo (como en la
rotatoria. El Tao era el nombre global que se daba a este orden,
cosmología cristiana), ni del choque físico de innumerables bolas
un medio reactivo neuronal, el Tao no era un creador, porque
de billar, en que el movimiento de una es la causa de la impulsión
nada se crea ni el mundo fue creado. La ciencia consistía en ir
de las otras (como en la física newtoniana), sino de una armonía
añadiendo más correspondencias analógicas al repertorio de corre-
ordenada de voluntades, sin ordenador, como los movimientos
laciones. Los ideales chinos no implicaban ni Dios ni Ley. El
espontáneos, pero ordenados en el sentido de rítmicos, de los
increado organismo universal —cada una de cuyas partes, por una
bailarines en una danza.
En China la idea de correspondencia tiene gran significación compulsión interna que nacía de su propia naturaleza, efectuaba
y reemplaza a la idea de causalidad: las cosas están conectadas voluntariamente sus funciones en las recurrencias cíclicas del
más que causadas. La implicación es que el universo es un vasto todo— era reflejado en la sociedad humana por una idea universal
organismo en el que ora un componente, ora otro, toma el lide- de bien mutuo y entendimiento, un sutil régimen de interdepen-
razgo. En tal sistema, la causalidad es reticular y jerárquicamente dencias y solidaridades que nunca se podrá basar en ordenanzas
fluctuante, no particulada y catenaria como en la física newto- incondicionales, es decir, en leyes.
niana. La concepción característica de la causalidad de los chinos Lo mecánico y cuantitativo, lo obligatorio e impuesto externa-
es algo como la que forma el fisiólogo para estudiar la malla mente, estaban ausentes. La noción de Orden excluyó la noción
nerviosa de los coelenteratos o la llamada «orquesta endocrina» de Ley. En vez de observar sucesiones de fenómenos, los chinos
de los mamales. En estos fenómenos no es fácil saber qué ele- registraban alternaciones de aspectos. Si dos aspectos les parecían
mento toma el liderazgo en cada momento. La imagen de una conectados no era por una relación de causa y efecto, sino más
orquesta evoca un director, pero no se sabe quién es el director bien «apareados» como el haz y envés de algo o, para usar la
de las operaciones sinergéticas de las glándulas endocrinas en los metáfora de El libro de las mutaciones, como eco y sonido, luz
vertebrados superiores. Además, cada vez parece más probable y sombra.
que los centros nerviosos más elevados de los mamíferos y del La relevancia actual, en el nivel social, de esta concepción
hombre mismo constituyen una especie de continuo reticular o taoísta del mundo, reside en que coincide con el gran movimiento
malla-neurona! flexible. En un momento dado, una glándula o cen- filosófico de nuestra época para rectificar el universo mecánico de
tro nervioso puede tomar el lugar más alto en la jerarquía de cau- •Newton, incorporando hipótesis sobre el significado de la orga-
sas y efectos, y otro en otro momento, de ahí el término «jerár- nización natural. Es lo que, en la filosofía moderna, representan
quicamente fluctuante». «La convicción de que el universo y cada el pensamiento de Whitehead y, más recientemente, Lancelot Law
uno de los todos que lo componen, tienen naturaleza cíclica, su- White,' Este pensamiento organicista es necesario para extirpar
friendo alternancias, domina de tal modo el pensamiento chino que las raíces filosóficas de nuestra crisis ecológica; raíces que consis-
la idea de sucesión siempre estuvo subordinada a la de interde- ten e ¿ las/dualidades hombre-naturaleza, espíritu-materia, dios-
pendencia. Y por eso, por ejemplo, las explicaciones retrospecti- creación, introducidas erróneamente por la tradición judeocristia-
vas no les daban ningún miedo. Por ejemplo, tal señor feudal, y en la asimilación de lo vivo a una máquina, realizada por la
en su vida, no consiguió obtener hegemonía porque, después de íeductiva ciencia mecanicista del siglo xvn. Una ciencia taoísta
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podría, como sugiere Maslow en su Psicología de la ciencia, corre-
el goteo intermitente de la lluvia— y los ritmos naturales largos
gir estas deficiencias. Una ciencia que:
—como el amanecer y el crepúsculo, la sequía y florecimiento de
los árboles, la lluvia y buen tiempo, las estaciones, el viento y la
«no sea como la ciencia experimental oficial, que tiende por
calma, las lunas— cuando se contemplan e internalizan, van co-
definición a ser intrusiva, a interferir, redisponer, e incluso
romper; aunque en teoría se supone que es fría, neutral, no municando no verbalmente al cuerpo el ritmo vital. El taoísmo
interfiriendo ni cambiando la naturaleza de lo que estudia. es la sabiduría de la naturalidad, es decir, del comportamiento que
Una ciencia taoísta, que sea capaz de observar sin presuponer, sigue el ejemplo de la naturaleza. El Tao-te-ching está lleno de
clasificar, evaluar». imágenes sobre el modo de obrar de la naturaleza. Dado que el
hombre se supone indisolublemente unido a su medio natural,
Es evidente que no es posible entender la vida desde el punto aprender los modos de la naturaleza es la manera más eficaz de
de vista de una máquina, porque al analizarla, y desmontar las saber moverse, de mover el cuerpo más grande que es el mundo.
piezas, ya no está allí. Como decía Woodsworth, matamos para Así ensalza Po-chu-I la sabiduría natural de los pinos, imagen del
comportamiento taoísta:
diseccionar, y esto no es forma de estudiar lo que está vivo, sino
lo que está muerto.
«En otoño susurran un canto sedante,
Desde el punto de vista individual, el taoísmo es una filo- en verano esparcen fresca sombra,
sofía dirigida a poner al individuo en contacto con los ritmos de en primavera, la suave lluvia crepuscular
la naturaleza. Su objetivo es enseñar al hombre a integrarse en llena sus agujas de perlas pequeñas y brillantes,
la naturaleza, a comportarse como ella, a compenetrarse de tal al acabar el año, pesada nieve
modo que llegue a experimentar en el propio cuerpo los ritmos adorna sus ramas con jade inmaculado.
vitales de la naturaleza. Para comprender este objetivo taoísta Porque saben derivar de cada estación
hemos de remitirnos al Chi o vibraciones que los taoístas sabían un encanto particular,
manejar. Como expliqué en Textos de la estética taoísta, los pin- no tienen par entre los árboles.»
tores chinos tienen un canon estético que dice: «Captar el espí-
Los que moldean su cuerpo según los ritmos vitales, son los
ritu viviente, a través de los ritmos de las cosas». Este espíritu
hombres del tao, aquellos «cuyo aliento benigno y suave cuida
viviente es el Chi o vibraciones, una entidad energética que, según
todas las cosas vivas e inanimadas, enriquece la vegetación con
los chinos, está dentro de todos los seres, vivos e inanimados.
humedad, y penetra piedras y metales». Este «aliento benigno y
Este Chi se puede notar a través de ejercicios que lo hacen cir-
suave» es el Chi, las vibraciones del hombre integrado, sereno,
cular dentro del cuerpo; entre estos ejercicios están el aikido
vitalista, que irradia energía hacia todo cuanto le rodea, porque
japonés, la danza Tai-chi-chuan, y el método más esotérico del
se ha convertido en receptor y emisor de la energía vital, que
«Secreto de la Flor de Oro» (véase el libro de este título, editado nunca se agota y es delicia eterna, porque es el cuerpo del uni-
por C. G. Jung y R. Wilheim) o circulación de la luz. Mediante verso.
esta serie de ejercicios que los taoístas conocen y practican, el
cuerpo humano sintoniza con los ritmos de la naturaleza, ganando
serenidad mental y energía física.
Los ritmos naturales cortos —como la secuencia del oleaje
del mar, el cimbreo de las cañas al viento, el pulso del corazón,
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