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Las lágrimas: ese misterioso país

El manejo del discurso


educativo en el aula
Estela Terán Parral*

Las cometas, 1952. Serie Juegos infantiles

Introducción deseo comprender la vida y mi camino como


una permanente indagación, una búsqueda de
A través de mi vida estudiantil y luego certezas en medio de incertidumbres. Estos son
como docente, he comprobado la repercusión pasos ontológicos de mi vocación para encon-
que tienen palabras, mensajes y vivencias, que, trarme a mí misma y la procura de una práctica
día a día, se fraguan en nuestras aulas. Es así que de lo deontológico, siempre errante en mi con-
continúo cuestionándome el rumbo de la educa- ciencia. “Porque la elección ética está en todas
ción, tanto como su sentido en la formación de partes y en todos los momentos”.1
seres humanos. He sido obsecuente al célebre El manejo del discurso educativo en el
Einstein que dice, ‘la cuestión es no parar de aula, es un tema que cada vez adquiere mayor re-
cuestionar’. Por ello a través de esta presentación levancia por ser una práctica que permite al edu-

* Datos de la autora: Licenciada en Ciencias de la Educación (UPS). Este artículo fue presentado en el Tercer Seminario
de graduación de la Carrera de Pedagogía (febrero 2007).

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cando su desarrollo multidimensional. Este ma- genierías del aprendizaje que nos podrían distraer
nejo, integrado a las múltiples disciplinas en las del objetivo. Al respecto, oigamos lo que dice el
que se ha de formar el estudiante, contribuye a Eclesiastés: “Porque donde hay mucha sabiduría,
su crecimiento integral. La claridad de este obje- hay mucha molestia, y quien aumenta la ciencia,
tivo, así como la habilidad docente, facilitan un aumenta el dolor”,3 sin que esto signifique omitir
proceso educativo para construir aprendizajes la dimensión técnica que es indispensable en el
significativos y a la vez profundizar en la riqueza manejo del discurso educativo, o que constituya
de los conocimientos. una mera improvisación. Comprendámoslo así,
Por este motivo, es importante valernos junto a Juan Pablo II, “La ciencia puede purificar
del marco teórico pertinente, e incluir el espíritu la religión del error y la superstición. La religión
filosófico que impulsa esta temática, así como los puede purificar la ciencia de la idolatría y de los
principios científicos en el campo de la psicología falsos dogmas”.4 La idea promovida en este texto,
y de la pedagogía, que dan a luz los criterios bási- es justamente, que tratados diferentes e igualmen-
cos para madurar este estudio. A continuación, se te indispensables, puedan convivir antes que repe-
compone una visión palmaria del escenario edu- lerse, pues estoy segura, que lo distinto nos enri-
cativo y su discurso, y luego se detalla cada una de quece, expande la visión y la similitud nos acerca
las dimensiones que éste comprende. Finalmente, más, nos llena de esperanza. Por este motivo, pa-
y con auxilio de palabras ilustradas de los erudi- semos a configurar el parámetro filosófico que sea
tos y científicos convidados a compartir este pe- capaz de sustentar el discurso educativo.
queño tramo, este texto despliega una dimensión

Espíritu filosófico del discurso


con sentido meta-físico que aspira, por un lado,

educativo
reivindicar el rol docente, y por otro reflexionar
en lo genuino y realmente trascendente de la di-
vina misión que Dios encarga al maestro; como el
artista apasionado que esculpe con goce singular, Todo lo que involucra el ideal humano apun-
su pieza escultórica. ta al principio del Humanismo, corriente filosófi-
Para explicar este ensayo, reproduzco las ca que se originó en las artes y en las letras, como
palabras de Theodore Roszack: exaltación de las cualidades humanas. Toma y va-
lora la creación que sale de la mente y del espíritu.
“Demasiada parafernalia, al igual que demasia-
Este pensamiento considera al hombre como el al-
da burocracia, sólo sirven para inhibir el flujo
natural (de enseñar y aprender). El libre diálogo fa y el omega de nuestras sociedades. La educación
humano, deambulando por donde permita la que busca el perfeccionamiento del individuo es
agilidad mental, sigue estando en el centro de la Humanista, pues su misión es cultivar la ciencia
educación. Si el profesorado carece del tiempo, educativa como un arte genuino. Es así que toda
del aliciente o del ingenio necesarios para propi- actividad formadora, encuentra perfecta combina-
ciarlo; o si el alumno está demasiado desmorali- ción y empatía con esta base filosófica, como eje
zado, aburrido o distraído, como para dedicar la para el desarrollo integral de la persona. A su vez,
suficiente atención que su profesor o profesora el Humanismo se ve consolidado mediante princi-
requiere de él, ése es el problema educativo que pios democráticos e igualitarios que buscan un
hay que resolver, y hay que resolverlo desde den- compromiso en la comunidad, gracias al trabajo
tro de la experiencia, tanto del profesorado co-
cooperativo para una transformación social, es de-
mo del alumnado”.2
cir humana. El Humanismo también encuentra su
Afirmo con Neil Postman, que la naturaleza vigencia en valores como el bien común, la bon-
de este proceso no es técnica sino metafísica. Por dad que expresa solidaridad y la apología de lo es-
lo que es necesario ir al meollo, al alma, de esta tético. Sin embargo, el valor fundamental es la li-
problemática y dejar a un lado, por esta vez, las in- bertad dentro de una acepción fidedigna de la pa-

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El manejo del discurso educativo en el aula

labra; y también debe existir especial atención al milar lo nuevo, a lo que ya sabía y por último
respeto, la alteridad y la responsabilidad, lo que in- acomodarlo para formar y transformar los es-
fiere vivir dentro de ellos, coherentemente. quemas mentales. Cuando todos estos procesos
De todas formas como nada es perfecto y, se cumplen satisfactoriamente, surge el equili-
sobre todo para evitar riesgos de tipo dogmático, brio que no es sino el balance de esta suficiencia.
es necesario orientar este esquema desde enfo- Las etapas de desarrollo cognoscitivo que señala
ques teóricos y prácticos de otras disciplinas Piaget (sensoriomotriz, preoperacional, opera-

Este pensamiento considera al


científicas, que revelen una visión ecléctica para

hombre como el alfa y el omega de


conjugarse con el fundamento de base, que aca-
ba de ser presentado. Por lo tanto la Hermenéu-

nuestras sociedades. La educación que


tica a pesar de ser muy antigua, específicamente

busca el perfeccionamiento del indivi-


en la materia que compromete este estudio, re-

duo es Humanista, pues su misión es


sulta útil, pues contempla el lenguaje y la cons-

cultivar la ciencia educativa como un


trucción simbólica en distintos niveles de abs-

arte genuino.
tracción. Igualmente lo hace la Semiótica. Y es
que la explicación del mundo va más allá de las
descripciones lingüísticas que se puedan hacer
de él. Es posible de-codificar palabras, ideas y
pensamientos, lo que indica el camino hacia el cional concreta y operacional formal) trazan la
meta-lenguaje, “lenguaje sobre el lenguaje”5 co- secuenciación de los contenidos y las actividades
mo juicio que vigoriza la educación. Así mismo, que propician la superación de cada una de ellas.
la Etimología desentraña desde la raíz, la signifi- Así, el juego simbólico en la etapa preoperacio-
cación de las palabras. Por su parte, la Deontolo- nal, favorece la función semiótica, que permite a
gía resguardará el aspecto ético del discurso edu- los niños utilizar símbolos, lenguaje, imágenes y
gestos que ‘representan’ algo. (Ejemplo, una es-
cativo en el aula. Finalmente, para no diluir este
coba se convierte en un caballo). En esta etapa el
trabajo en inútiles divagaciones, hay que permi-
lenguaje es el mayor protagonista que abre paso
tir a las ciencias, al lenguaje, al arte, cobrar senti-
a las operaciones concretas y más tarde a las ope-
do verdadero y vida real, y conocer mejor los
raciones formales que requieren de un pensa-
principios psicopedagógicos del objetivo del dis-
miento lógico, abstracto y analítico.
curso, el educando.
Pero el discurso educativo encuentra su ma-

Principios psicopedagógicos del


yor asidero en el psicólogo ruso, Lev Vigotsky. Él

discurso educativo
propuso ideas alternativas a partir de la investi-
gación piageteana, pues otorga una fuerza y agu-
deza especiales al lenguaje y al entorno inmedia-
Sin duda el discurso educativo debe basarse to que interactúa con el educando, lo que da una
en quiénes son los que reciben el mismo. ¿Son perspectiva cultural a la evolución psicopedagó-
niños?, ¿adolescentes?, ¿cuál es su contexto social gica. Sucede así que un niño pobre vendedor de
y cultural? El desarrollo evolutivo del niño que dulces, sin haber asistido a la escuela, conoce las
plantea Piaget es una acertada directriz para operaciones matemáticas básicas. El ‘discurso
comprender hacia donde va el discurso. La di- privado’ de Vigotsky es una plática (audible) in-
mensión instructiva del discurso, exige los pro- terna del niño, que guía su aprendizaje tanto
cesos de organización mental de los conocimien- conductual como intelectual. A medida que éste
tos en esquemas de construcción; luego la adap- avanza, se convierte en murmullos y luego pro-
tación dentro de la cual la persona procura asi- nuncia palabras claves que dirigen su pensa-

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miento, para más tar- sajes verbales son


de, desaparecer. Sin aquellas expresiones
embargo, el adulto se totalmente claras y
vale de este ‘pensar en comprensibles. Los
voz alta’ para recor- no verbales, son los
dar, relacionar, alen- mensajes latentes que
tarse o también guiar- difícilmente pueden
se. El ‘aprendizaje ser identificados,
asistido’ del que habla pues carecen de la ex-
el autor, requiere la presión verbal. Por
asistencia de un adul- último los paraverba-
to o docente. Se crea les son los mensajes
6
un “andamiaje” que intermedios que se
da soporte al apren- encuentran semiex-
der independiente del plícitos, semiocultos.
alumno; por ejemplo, Reconocer el ni-
en el caso de realizar vel de madurez, la
preguntas, éstas gene- edad cronológica, las
ran conceptos y cate- necesidades, los inte-
gorizaciones. Esta reses, las circunstan-
asistencia es mayor, Barrio de San Juan. Litografía en color. 1955 cias culturales y el
ritmo de aprendizaje
cuando surgen difi-
tanto individual co-
cultades sobre todo
mo grupal, es un buen punto de partida. El dis-
en la “zona del desarrollo proximal”7 en donde el
curso educativo comprende la comunicación
niño puede resolver los problemas con ayuda de
recíproca que se produce entre emisores y re-
su tutor. Por lo tanto, este ‘aprendizaje asistido’
ceptores.
posee un vínculo muy estrecho con el ‘discurso De esta dinámica, se desprende el lenguaje
educativo’ en el que ahora cabe profundizar. como factor mediador. El maestro lo utiliza co-

El discurso educativo
mo “principal instrumento intelectual”8, ya que
el entorno se explica a través de un mapa lingüís-
tico. El autor Neil Postman, lamenta que el estu-
El discurso educativo es una serie de enun- dio del lenguaje no constituya el eje central tan-
ciados principalmente verbales, aunque tam- to en la formación docente como en la dicente,
bién se incluyen los no verbales y los paraverba- porque, a más de ser indispensable, cada materia
les, que son concatenados y congruentes entre posee su retórica característica. A pesar de que la
sí, y que se ponen a la disposición de la forma- mayoría de aprendizajes radican en el campo lin-
ción del alumno. El discurso facilita poco a po- güístico, el maestro actual es huérfano de esta
co el cumplimiento de metas que satisfacen una destreza. Como protección, Postman indica que
programación de aprendizajes de diferente cla- “…para reconocer el error, para defenderse de la
se. Éstos son manejados desde una perspectiva seducción de la elocuencia, hace falta tener algún
pluridimensional porque sus componentes son conocimiento del metalenguaje”9, como lo es el
completamente heterogéneos, lo que si bien ha- meta-conocimiento que concierne a la estrategia
ce complejo su desarrollo, produce enriqueci- del aprendizaje. Y Paulo Freire acoge este aspec-
miento formativo. Como queda dicho, los men- to, con el siguiente dictamen: “Generalmente,

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El manejo del discurso educativo en el aula

cuando se critica nuestra educación, nuestro dad. Entre las figuras literarias, la metáfora suele
apego a la palabra hueca, a la verbosidad, se dice embellecer las expresiones, por eso es un recurso
que su pecado es ser ‘teórica’. Se identifica así, ab- válido, afirma Postman, para explicar nuestra
surdamente, teoría con verbosidad10; y diría yo, propia cotidianidad, que perfile imágenes múlti-
se confunden estos términos, y continúa; “Es ples de un mismo panorama.
verbosidad, es palabrería, es ‘sonora’, es asisten- Lamentablemente, el posible encanto litera-
cialista11 no comunica; hace comunicados, cosas rio se rompe gracias a los libros de texto, “enemi-
bien diferentes”.12 Este fenómeno se sintetiza gos de la educación”,14 donde todo luce como un
grandemente con el concepto que Heidegger en- producto terminado, donde sólo hay una manera
trega: ‘palabra verdadera, palabra falsa’. Postman de aprender. Por ejemplo; la historia ecuatoriana
me ha exhortado a liberarme de la tiranía de las nos presenta héroes irreales, en situaciones ficti-
definiciones y la manera de hacerlo es crear con- cias, sin lugar a discusión; lo que construye un
ceptos alternativos; porque en el ‘poder’ que os- aprendizaje trivial y dogmático. Tanto es así, que
tenta el maestro, está implícito el imponer defi- Postman se vale del antiguo refrán, “El niño entra
niciones; y estimo que lastimosamente cae en las en la escuela como un signo de interrogación y sa-
‘etiquetas’ a las respuestas del alumno, como ‘co- le de ella como un punto”,15 cuando lo que corres-
rrecto o incorrecto’; o ‘verdadero o falso’. pondería, según este boceto, es que se marche car-
El educador debe manejar su discurso, tam- gado de interrogantes. De todos modos, se podría
bién a la luz del amor. “El lenguaje del amor bus- hacer un análisis positivo y pensar que los textos
ca los sonidos suaves y las palabras que se arrai- son pretextos para de allí partir en busca de los co-
gan en la historia de la humanidad, los conceptos nocimientos y de las verdades, y así deberían ser
profundos y universales, aquellos que recibieron usados por los profesores.
su principal brillo en las obras de los poetas”.13 Según Meirieu, la verbalización en el aula
La poesía, las historias, las novelas, la música, el juega un papel motor porque hace pensar y, co-
arte, de hecho son persuasivos lazos con los estu- mo dice Aebli, el pensar es actuar. Y al sentir de
diantes. Según Mallarmé, la poesía no se hace Sócrates, “cuando la mente piensa, se habla a sí
con ideas sino con palabras, como la seducción. misma”.16 Este es un diálogo interno comentado
Parafraseando al autor Álex Grijelmo, las pala- ya por Vigotsky, porque el “lenguaje proporciona
bras que en los diccionarios aparecen tan simé- organización a nuestro sentido moral”.17 El
tricas, silábicas, sintácticas y que guardan estric- maestro recurre a la mayéutica que consiste en
tamente los significados idiomáticos, no son sino formular preguntas hábiles, dirigidas a la refle-
la puerta de entrada a un mundo sensorial y de xión del alumno, para encaminarlo hacia un
reminiscencias aletargadas que cobran vida, con aprendizaje significativo que evita un razona-
sólo pronunciarlas. Regularmente las palabras miento parcial. Así, se produce la interiorización
cumplen su función de persuasión y disuasión del conocimiento, proyectado en las acciones
cuando van de la inteligencia del emisor, hacia la efectivas. Habrá momentos en que sea necesario
inteligencia del receptor. Pero es la seducción la devolver la pregunta a los estudiantes, diciendo:
que hace que éstas partan de las emociones del ‘respóndanse ustedes mismos’. De este modo, es
emisor hacia las de su receptor. muy provechoso problematizar situaciones para
Sin duda las palabras son también las semi- dar significación a las expresiones en donde len-
llas de nuestra herencia cultural. Por ello digo guaje y pensamiento sean correctamente conju-
que la literatura es la memoria de la humanidad gados. Por ello, la necesidad de un dominio tan-
y recopiladora universal, que refleja la necesidad to oral como escrito.
de trascendencia de los pueblos; y los profesores Dentro del aula y como parte del discurso,
tienen la obligación de escoger literatura de cali- el refuerzo positivo interviene de forma cons-

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tante y oportuna. “El refuerzo más efectivo en el ceptos, datos y términos tanto técnicos como
proceso del aprendizaje es aquel que sigue a la científicos.
acción con una mínima demora… el refuerzo Paulo Freire ve la misión del maestro como
inmediato”.18 Dilatar el tiempo, minimiza su coordinador que busca la participación y el inte-
efecto. Recurrir a la sanción, que para Meirieu rés para develar aquello que produce enriqueci-
es ‘escoria educativa’ e ‘instrumento de homo- miento mutuo. Se hace uno más entre los demás,
geneización’, es pretender moldear y amaestrar al encuentro de ese espacio de “diálogo vivo y
a los educandos, ‘cortarlos con la misma tijera’, creador en el cual todos saben algo o ignoran al-
y así morir a la heterogeneidad; “la uniformidad go y buscan juntos, saber más”.20 En este caso el
es enemiga tanto de la vitalidad como de la ex- maestro también guarda silencio, escucha con
celencia”.19 Ahora bien, quiero pensar con opti- respeto, con sencillez, y se solidariza con la lectu-
mismo que un alumno motivado no necesitaría ra que su alumno da de su entorno. Así, perso-
sanción alguna. Sin embargo, el mismo autor nalmente, procuraría acatar a Freire, en su Peda-
francés, pondera que una sanción oportuna, gogía de la Serenidad.
con razón contundente y convicción de un Por otro lado, el educando es ese ser imperfec-
obrar ético, es legítima. to y maravilloso a la vez, que habita en cada uno de
En resumen, el discurso educativo es muy nosotros, aunque creamos saberlo todo por nues-
extenso pues está presente de principio a fin, en tra edad y experiencia. Hablamos aquí de ‘educabi-
todas las aulas, en todo aspecto; de ahí que es lidad’, como Meirieu lo define, porque todos pode-
fundamental conocer su dimensionalidad, a fin mos perfeccionarnos, no para ser infalibles, sino
de obtener una percepción inteligible y poder para poder emanciparnos. “¿Qué más se puede es-
identificar cada una de las áreas de actuación perar de la educación que este descubrir la pleni-
docente. tud individual que se siente cuando uno se habita

Dimensionalidad del discurso


a sí mismo, cuando la voluntad coincide con el ac-
to y el sujeto puede ser el verdadero autor de sí

educativo
mismo y decir “yo”?”21 Pues bien, ese ‘yo’, al enten-
der de Marcel es un individuo ‘situado y fechado,
creador de cultura’.
La heterogeneidad y complejidad que fue- Estamos así, ‘insertos’22 en esta co-creación,
ron anotadas, corresponden a la multidimensio- porque estamos no ‘en’, sino ‘con’ el mundo, co-
nalidad del discurso educativo, divididas en cin- mo asegura Freire, porque a diferencia del ani-
co dimensiones distintas por sus particularida- mal que se acomoda y se ajusta a su entorno, el
des inherentes. hombre se integra para convertirse en un sujeto
consciente y activo. Esta “conciencia transitiva”23
que entiende el estado ideal del educando, en la
1. Dimensión instructiva etapa más elevada de la evolución de la concien-
Se refiere a la formación académica, que son cia, es crítica, participativa, democrática y mu-
las asignaturas y contenidos científicos. Tradicio- chas veces radical y rebelde. Obedece a causas
nalmente la instrucción ha jugado siempre el pa- reales y no míticas, por lo tanto es libre. Atiende
pel primordial, y se ha descuidado los otros com- al presente, incorpora el pasado, para proyectar-
ponentes discursivos. Posee un carácter expositi- se al futuro. Se aventura a buscar nuevos cami-
vo en el que predomina la objetividad. Sus cons- nos y tiene en cuenta su historicidad que justifi-
trucciones gramaticales son complejas con un ca esa facultad.
lenguaje riguroso pero claro. Promueve la fun- Meirieu se refiere al educando, con profundo
ción representativa del lenguaje. Proliferan con- respeto, como ‘el Otro’. Su palabra docta lo con-

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El manejo del discurso educativo en el aula

vierte en educador de educadores, que


escribe para educadores-educandos,
aunque sus obras cubren un amplio es-
pectro de lo humano. Este ‘Otro’, posee
la “…curiosidad intelectual (como)
fuente inagotable de descubrimientos y
alegrías…”.24 Porque, además, como lo
entiende Freire: “Frente a una sociedad
dinámica en transición, no admitimos
una educación que lleve al hombre a
posiciones quietistas, sino aquellas que
lo lleven a procurar la verdad en co-
mún, ‘oyendo, preguntando, investi-
gando’”.25 Así, el alumno se educa, do-
minado por la duda, se expresa –como
necesidad ontológica- desinhibida-
mente, sin temor a ningún ridículo y
sin la presión de criterios impuestos.
La rosa de los vientos, 1952. Serie Juegos infantiles
Mucho se ha reflexionado sobre la
teoría de Piaget respecto al desarrollo
evolutivo del infante, que ve al niño
Arqueología porque ésta nos da un sentido de
como una “…tábula rasa sobre la que se impri-
perspectiva planetaria; la Prehistoria y la Antro-
men progresivamente las impresiones suminis-
pología, por su parte, nos ayudan a comprender
tradas por los sentidos”;26 éstas forman un “cua-
mejor al ser humano y favorecen la asimilación de
dro intelectual”27 causado por una “impresión
su dimensión global; la Astronomía, identifica al
sensible”28 como lo reconocen Comenio y Pesta-
planeta como una nave espacial, en medio de tan-
lozzi; porque el espíritu percibe las impresiones
tas otras, a la que tenemos que salvar y cuidar,
que son elaboradas por el pensamiento, para lue-
uniendo las fuerzas de la especie humana. De esta
go hacer posible su evocación interior. Ardila
manera, es improductivo reducir las asignaturas a
cree que la máxima motivación es cuando los
fechas, pesos, medidas, fórmulas, catálogos, lími-
trabajos son, ni tan fáciles, ni tan difíciles, cuan-
tes geográficos, como históricamente se ha venido
do el sujeto elige el tema, cuando participa, ex-
proyectando. Se ha disminuido el radio de acción,
plora y propone variaciones.
se ha sometido al pensamiento y se ha confinado
Y con respecto a los contenidos que estamos
al ser humano a esta pena.
enseñando en nuestras aulas, ¿cuáles son las mate-
En definitiva, Neil Postman proclama la
rias que proporcionan sentido a la educación? En
necesidad de ‘narrativas’29 diferentes a las que
el orden lingüístico, no conocemos el origen del
nos hemos venido sujetando, a fin de dar un ca-
alfabeto, la interpretación de los manuscritos ilus-
rácter de cosmovisión tanto planetaria como
trados e incluso los inicios de la imprenta. Los fi-
humana.
lósofos griegos entendían el estudio como una ar-
monía humana entre la aritmética, la astronomía,
la música y la geometría; mientras que los sofistas 2. Dimensión afectiva
contemplaban la gramática, la lógica, la retórica.
Quizás deberíamos volver a ellas… como Post- Así como la anterior dimensión descrita
man propone, por ejemplo, volver al estudio de la posee la mayor preponderancia, la afectiva ha

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sido limitada y poco cultivada. Como indicado- 3. Dimensión motivacional


res tenemos que este espacio se maneja a través
Es aquella dimensión del discurso que pro-
del diálogo, lenguaje personal que expresa el es-
cura captar la mayor atención y entusiasmo. Se
tado de ánimo (anima=alma), por lo tanto es
caracteriza por presentar contenidos nuevos a
subjetiva y carece de homogeneidad. Sus voca- través de exposiciones y conversaciones, dentro
blos coloquiales hacen valoraciones positivas, de un contexto dinámico y versátil, así como ani-
mucho más que críticas o negativas. Incluye mado y artístico, en situaciones heterogéneas.
también la comunicación no verbal como el Utiliza ejemplos, jerarquías y coherencias. Se va-
contacto visual, la sonrisa, los gestos y así mis- le de la modulación de la voz, que se une a un
mo, existe mayor proximidad física. Este tema lenguaje evocador, atrayente y sugerente, y que
se ha puesto en manos del departamento psico- realiza pausas y silencios, para conciliar los ele-
pedagógico de las instituciones, o en los diri- mentos verbales y extraverbales. A mi modo de
gentes, a través de las horas de tutoría o asocia- ver, las actividades extracurriculares han abierto
ción de clase. Lamentablemente no se ha dado a esta área motivacional, a través de labores prác-
lo afectivo, el espacio predominante que requie- ticas, el deporte, el teatro, la música, las artes
re para satisfacer la importante misión a la que plásticas, las letras, el periodismo, etc. Los conte-
está llamado. Únicamente cuando los proble- nidos, es decir la dimensión instructiva, podrían
mas personales comienzan a afectar el rendi- producir mejores resultados, si llevasen una ma-
miento escolar, se toman medidas resolutivas y yor dosis motivacional, a fin de ‘crear’, aprendi-
ya no, de carácter preventivo. En todo caso, co- zajes significativos.
nozco algunos maestros de niveles más básicos, Pensando con Hans Aebli, hay que dar
que se han esforzado por preguntar el estado de oportunidad a que los estudiantes se desempe-
ánimo de sus alumnos, como un hábito, a fin de ñen con acciones reales como costura, carpinte-
‘cotidianizar’ la libre expresión, ajena de todo ría, etc., y materialicen el producto de su dedi-
prejuicio y así destruir la absurda idiosincrasia cación, a fin de que sea constatado con orgullo
de esconder los sentimientos. y satisfacción por el alumno. Igualmente, de-
senvolverse con acciones ficticias de problemas
Es más, entre los educadores, hay quienes de
prácticos, suscitan vivo interés. Sin duda, la au-
manera jocosa, definen su labor, como; ‘psicólo-
toestima se verá robustecida. En definitiva, el
go, terapeuta familiar, trabajador social, organi-
estudiante no puede ser ese ‘banco’ que recibe
zador político, consejero matrimonial, padre los ‘depósitos del conocimiento’, como Freire lo
adoptivo, sacerdote e incluso en algunos medios, compara, sino que debe formar parte de la so-
empleado doméstico’. Y es cierto. La escuela es la ciedad activamente, colaborando, produciendo,
piedra de tope de todos los problemas sociales, etc. Esta dimensión puede rescatar aficiones
como son la desintegración familiar, la pobreza, tempranamente, como un diagnóstico vocacio-
la alienación, la migración, etc., a los que debe nal, e ir generando gozo y amor al trabajo.
responder, aún cuando no aporte soluciones de-
finitivas. Es así que el educador se vuelve un pa-
liativo que alivia tales circunstancias a fin de 4. Dimensión Social
brindar el desfogue emocional que sus alumnos
Es aquella que lleva a la cohesión grupal a
no tienen en casa, restaurar la estabilidad, y en
través de la exaltación de los valores de la convi-
definitiva hacer más llevadera su existencia. A es- vencia humana, y así reconocer los comporta-
ta actuación, Rubén Ardila la califica como mientos y los valores actitudinales. Los Consejos
“coordinación emocional”.30 Estudiantiles, la labor social y las ‘pastorales’ de

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los colegios religiosos, son un claro ejem-


plo para esta dimensión. La dimensión
social es humanizadora, persigue ideales
personales y comunitarios, llama a una
interacción a través de debates que gene-
ran la reflexión crítica de la realidad, la
apreciación de lo cultural, de lo cívico; la
argumentación coherente para la adhe-
sión a ideas y personas. Se plantea fre-
cuentemente la ‘justicia’ y la ‘solidaridad’
acompañadas de muchos términos abs-
tractos. También recurre al léxico político
que suele involucrar cargas ideológicas en
sus mensajes, a través de exhortaciones
con apreciaciones subjetivas, orientadas a
la persuasión.
El método activo de Paulo Freire afir-
ma categórico, “La educación es un acto
de amor, por tanto, un acto de valor”.31 Y
así, quien educa debe enfrentarse consigo
mismo, debe encarar su realidad humana,
su pasado, su historia; no a modo de au-
tocrítica, sino de aceptación y, por voca-
ción, entregarlo todo, sin reservas. Este
“acto de valor” no pretende dar al educa-
dor el título de ‘héroe’, sino más bien re-
cordarle que es un ser de carne y hueso, Madre abrazando a su hija. 1954
capaz de superar la duda, el miedo y cual-
quier otra amenaza, con coraje y por
amor. Por este motivo, el maestro debe “retornar gran ausente, porque es incompatible con la in-
a su fuente que lo libera”32; nutrirse del amor a la tolerancia de la sociedad acorralada en este anti-
libertad que lo humaniza y lo aleja de la despia- diálogo. Y en el camino sin-salida, los explotados
dada cosificación. Esto se consigue cuando el de ahora que logran subir los peldaños de los an-
maestro, al decir de Jesús Arroyo en su libro ti-valores a los que fueron acostumbrados, co-
“Paulo Freire, su ideología y método”, está de ca- mienzan a ser los nuevos ‘opresores’33. Sino rom-
ra al mundo real, a los que sufren, está a favor del pemos este círculo vicioso, con decisión, como
cambio, para convertir nuestras sociedades en una acción ética, no seremos capaces de educar
comunidades plenamente humanas que recha- verdaderamente. Otra vez escuchemos la voz de
zan el pecado social e institucionalizado de la Paulo Freire: “No hay diálogo si no hay intensa fe
alienación. en el hombre”34.
El que se cree con derecho a imponer sus La práctica latinoamericana desde el colo-
ideas hace imposible la comunicación porque nialismo, ha mal-interpretado la educación co-
imprime violencia y acaba con los principios de mo domesticación, lo que trae servilismo y crea
convivencia armónica. Donde aún exista divi- una cultura del silencio porque hay miedo a la li-
sión, enfrentamiento, opresión, el diálogo será el bertad, cuando en realidad “Los hombres no se

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hacen en el silencio, sino en la palabra, en el tra- dor debe entender su misión de transmitir la éti-
bajo, en la acción, en la reflexión”.35 En efecto, el ca en el aula, a través de un ejemplo que impli-
miedo es el ardid del cobarde y una vida así es que su ecuánime discernimiento.
peor que la muerte. Estimo que el miedo parali- Philippe Meirieu evoca esta misión ética, y
za y rechaza el cambio. Sin innovación seremos declara: “…llamaremos ‘pedagogo’ a un educa-
castigados por la entropía, mientras que cuando dor que tenga como fin la emancipación de las
haya cabida a las diferencias, a la diversidad que personas que le han sido confiadas, la formación
nos hace inteligentes, vamos a fortalecernos y a progresiva de su capacidad de decidir por ellos
crecer. Ventajosamente, Paulo Freire también nos mismos su propia historia, y que pretende conse-
alienta con esta señal: “Solamente en la medida guirlo mediante determinados aprendizajes”.37
en que busco con esperanza, tengo el derecho de Como antítesis a esta definición, el mismo autor
esperar”.36 A esta consoladora alocución yo agre- con aire misterioso aunque real, rumora que es-
garía a la ‘solidaridad’ como el ‘lait-motif’ para ta profesión ‘se encuentra bajo sospecha’ pues
una acción eficaz dentro de esta dimensión. puede existir un deseo oculto de poder, que pre-
El educando está llamado a involucrarse, así

El educando está llamado a involu-


como ‘insertarse’, para tener derecho de poner en

crarse, así como ‘insertarse’, para tener


duda las opiniones de su propio profesor y mejor
aún, compartir controversias en un marco de res-

derecho de poner en duda las opiniones


peto, a manera de retroalimentación. Por eso, la

de su propio profesor y mejor aún, com-


energía e idealismo potencial de los jóvenes, no

partir controversias en un marco de res-


pueden ser desperdiciados, sino bien canalizados

peto, a manera de retroalimentación.


hacia fines benignos, constructivos y humanos.
Por tanto, no cabe una educación abstracta
y desconectada de la realidad y peor aún, caren-
te de objetivos. Discutir en el aula las metas so-
cio-educativas, permite trazar juntos un derrote- tende manipular a otros bajo un régimen dema-
ro que dignifique al alumno como ser humano. gógico y, por lo tanto dudoso, peligroso y perver-
so, desencadenado por sus deseos de venganza,
que se vincula a sus propias experiencias negati-
5. Dimensión ética vas con padres y maestros. Meirieu no pone en
Arranca desde la concepción ético-filosófica duda la calidad humana de quien educa, pero
institucional, en una organización axiológica, a evidencia su fragilidad ética que reclama un au-
través de los códigos de honor, estatutos, y más to-examen constante, al estar expuesto a situa-
reglamentos. Utiliza un lenguaje doctrinal, abs- ciones que puedan ser críticas, y al estar en juego
tracto, que innegablemente busca la objetividad la formación de muchos seres humanos, y nos
como la universalidad de valores morales; para recuerda que “…nada es más ético que el preser-
lograr una justa interacción entre las partes. var las condiciones del compromiso ético…”.38
Brinda espacio al diálogo, desarrolla el razona- Aquí está la realización verdadera del profesor,
miento moral y analiza casos de discusión. El porque entregarse al facilismo no brindaría la sa-
lenguaje adquiere una función perceptiva. No tisfacción plena que da el genuino deber.
obstante, si bien ha marcado directrices de ac- Esta es la respuesta a una llamada que exi-
tuación moral y ética para los alumnos, queda ge un compromiso vital. Equivale a la vocación
por fuera el elemento formativo esencial de todo de aprender, con dicha, sin descanso –como se-
lo que esto involucra. En consecuencia, el educa- res inacabados que somos-. Vocación de crear

50 Alteridad Julio de 2007


El manejo del discurso educativo en el aula

juntos, fusionados a la inclinación natural del acceso a más de una verdad profunda. Yerra gra-
educando, ávido de explorar, de vivenciar, de vemente, el que educa y pretende imponer ‘ver-
pensar...y el maestro confía y tiene como dice dades’ pre-establecidas. Por ejemplo, en el caso
Freire, “…fe en su vocación a ser más, que no es de dos verdades contrarias, se puede mantener la
privilegio de algunos, sino definición de los validez y utilidad de ambas, lo que forja toleran-
hombres”.39 cia y apertura, es decir, libertad. Lo contrario se-
Este es el testimonio de la ‘educabilidad’, ría la esclavitud a una sola verdad que derivaría
dentro de una sana convivencia con ese potencial hacia la hegemonía del fanatismo.
que cada alumno abriga, mientras que la compla- Así, para hacernos eco de estas palabras que
cencia podría indicar desinterés y hasta despre- nos animan a seguir en esta búsqueda, en el au-
cio. Meirieu enfatiza: “La exigencia ética es, a la to-conocimiento, en esta construcción co-creati-
vez, la piedra angular y el eje central de lo peda- va de sencillos ‘saberes’, con desparpajo que en-
gógico,…”,40 aunque también a veces se advierta, traña algo de rebeldía y con la idealización que
lo que él mismo manifiesta, “…toda actividad pe- denuncia placer, irreverentemente propongo a
dagógica se sitúa permanentemente entre la nos- los dictados científicos, una dimensión que la he
talgia de lo maravilloso y la tolerancia de la me- llamado ‘extra-oficial’.

Una dimensión extra-oficial


diocridad”.41 Sin embargo el ser humano tiene un
deseo intrínseco de crecer, de perfeccionarse. Pe-
ro se encuentra ante su realidad imperfecta, pro-
clive a la falibilidad. ‘Error’ sinónimo de fracaso, Más allá de cualquier dimensión, los actua-
por ello hay dos clases de personas; ‘los triunfa- les maestros que entienden la educación como
dores y los que nunca han fracasado’, como lo de- un arte, desafían los avatares de su contexto con
cretan Robert J. Kriegel y Louis Patler en su best- el ingrediente esencial del amor. Un amor sin
seller dedicado a los negocios. La clave está en no medida, como proclama el antiguo proverbio.
detenerse. Al respecto, Postman se atreve a con- Un amor que en educación cobra significado
tradecir el aforismo más famoso de John Dewey, porque es desinteresado, porque de lo contrario
“aprendemos haciendo”, para expresar ahora, sería sólo un disfraz. Este amor se refleja en el
“aprendemos equivocándonos”;42 es decir, por diálogo, que es ‘camino indispensable’ así califi-
medio del ensayo-error, en una seguidilla de fal- cado por Jaspers. Y en este encuentro, el diálogo
tas y correcciones a las mismas. Saber que todos prende el amor y se hace luz, llama;
fallamos nos pone de cara a la humildad y a la vez
nos asegura que ese constante caer y levantar, nos “…la llama es ‘la parte más sutil del fuego, que se
mantendrá vivos y atentos para no ser doblega- eleva y levanta a lo alto en figura piramidal’. El
dos por la obsolescencia. Igualmente, nuestro au- fuego original y primordial, la sexualidad, levanta
la llama roja del erotismo y ésta, a su vez sostiene
daz Postman, insinúa para que el educador, en
y alza otra llama, azul y trémula: la del amor.43
una secuencia de actos valientes, se entregue co- Erotismo y amor: la llama doble de la vida”.44
mo ‘carne de cañón’ a su alumno y enfrente ser
refutado por cualquiera de sus lapsus cometidos. El acto educativo cargado de sorpresas y
Es tal la fuerza de la autocrítica que propone, que evidencias, podría compararse a un acto erótico
incluso podría sugerir al estudiantado, como por la sensualidad de su movimiento fluctuan-
ejercicio, analizar la Constitución de su país, para te, que toma variadas formas. Cuando hay un
corregir sus inexactitudes. auténtico aprendizaje, hay seducción, encanto,
Por último, es equivocado pensar que el que se transforma en erotismo. Esta experiencia
error está en la contradicción a ‘una verdad’, pues penetra en busca del alma, se hace carne, se
hay muchas verdades y el educando debe tener aprehende y se apropia del ser. Educador y edu-

Alteridad Julio de 2007 51


Sección central

cando emprenden esta relación sagrada y se re- tencional y tiene fe en la ‘educabilidad’ del ‘Otro’;
flejan el uno al otro como espejo. En esa posi- y, a su vez, cuando quiero aprender, siento la
ción se crea el ‘diálogo horizontal’ como lo pun- confianza que tiene el otro (el maestro) en ‘Mí’.
tualiza Freire, que se nutre del amor y de la ple- Este equilibrio se demuestra cuando el alumno
na convicción de saberse semejantes y de enten- se encuentra a sí mismo, da sus propios pasos y
der definitivamente que el desarrollo y el bien traduce a la práctica lo que aprehende. El maes-
del ‘Otro’, es el propio. tro educa con autonomía y está consciente que
El diálogo se inicia en pequeños núcleos so- “Ser autónomo es querer que los demás también
ciales como la escuela y la familia. Tal es el caso lo sean”.46 La ‘emancipación’, cuyo antónimo
de Paulo Freire que creció en la ‘escuela del diá- “violencia ciega”,47 así contrastado por Meirieu,
logo’ como él llamó a su hogar, ya que entre su que infiere el ‘asistencialismo’ de Freire, es la lla-
madre católica y su padre espiritista, existía el mada tanto a la inteligencia como a la libertad
máximo respeto. En este vínculo tan cercano co- del ‘Otro’.
mo cotidiano, el diálogo se concibe en
la matriz del amor que genera fe y es-
peranza en el ‘Otro’. A través del diálo-
go se entabla una auténtica comunica-
ción y una relación de empatía, al re-
conocerse que ambos están en igual-
dad de condiciones, que no son otra
cosa que las propias características
humanas.
Dentro de la dimensión comuni-
cativa entre educador y educando, el
amor destruye la relación de poder y
el diálogo recurre a la palabra como el
incondicional amigo. En este punto es
importante identificar la condición si-
ne qua non de escuchar la expresión
de la libertad ajena. He ahí la razón
para propiciar una “…Educación que
lo coloque en diálogo constante con el
otro…”.45 Leer, por ejemplo, es una
faena crítica y creadora, un diálogo
entre el autor y el lector, que produce
el pensamiento reflexivo. Esta es la lla-
ve que abre la puerta del diálogo au-
téntico, cuando la reflexión se ha he-
cho íntima.
El diálogo brinda al alumno una
formación progresiva, eminentemente
ética, pues según Meirieu, la ética no
existe de entrada y es una exigencia
muy difícil. El deseo de enseñar es in-
Tres mujeres. 1937

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El manejo del discurso educativo en el aula

Es importante recalcar que el educando no Conclusión


puede depender de un tutor, aunque éste ejerza
una influencia positiva, y haya crecido una fuer- Hemos sido forjados a través de miles de
te relación con él, tal como si se tratara de una impresiones, acontecidas en nuestra infancia y
intensa amistad; porque “…la mediación es, en juventud, que definitivamente nos han marcado
efecto, a la vez, aquello que reúne y aquello que para toda la vida. El tacto, la delicadeza, la pru-
separa,…”.48 El amor es independencia, autono- dencia, e incluso el humor oportuno irradian un
mía, emancipación. Este nítido sentimiento no profundo respeto, haciendo la diferencia; porque
conoce la simbiosis. El maestro debe estar plena- las cosas se retienen en la memoria cuando son
nobles y muy agradables. Las superfluas, no tar-
mente consciente de la llegada de sus alumnos
dan en ser olvidadas. Por otro lado, ha habido
pero más aún de la partida; semejante a la vida
experiencias educativas tan fuertes y negativas,
misma, llena de encuentros y despedidas. Por eso
que quedan como herida abierta.
el maestro cuestiona, sacude, conflictúa y revolu-
Podemos entender ahora, mejor que nunca,
ciona el pensamiento y el alma, para plantear
a Postman con su mensaje: “En la medida en que
preguntas sin respuesta, derrumbar paradigmas
no somos conscientes de hasta qué punto la for-
y dar paso a la creación propia.
ma de hablar introduce las ideas en la mente, de-
A través de la humildad el educador renun-
jamos de controlar nuestra situación”.50
cia al protagonismo, a la razón, al absolutismo, a Al famoso decir de Confucio, ‘una gran
la imposición, al “…sentimiento de su omnipo- marcha empieza por un pequeño paso’; esta di-
tencia y el gusto sutil de una pequeña inmortali- sertación, no anhela ser más que unos primeros
dad…”.49 Por eso, también desiste de galardones pasitos y así debemos andar y andar. Hay mucho
y alabanzas e incluso está dispuesto a ser censu- que recorrer dentro de la sabiduría porque en
rado por la autoridad o por quienes no com- verdad, nada se sabe. La fantasía de pensar que
prenden su misión. Más aún, como dice Meirieu, todo está dicho y hecho, nos aleja de lo certero.
esta actitud es sabia porque evita la ceguera del No obstante, estoy convencida de que el mejor
orgulloso que lo aleja del propio conocimiento. camino es la humildad y la Madre Teresa de Cal-
Al respecto pienso que cuando el maestro sabe cuta nos recuerda en el susurrar de sus palabras,
manejarse bien en su oficio, la mayor parte de las que debemos reconocer a los niños, como nues-
veces, no recibe reconocimiento; sin embargo, tros mejores maestros.
cuando algo marcha mal, suele ser sancionado. No podemos dejar esto a cargo de sinceros
Ese es el sino del servicio; la fortuna de la humil- deseos. Actuar y comenzar dentro de las aulas se-
dad, que como sostiene Rabindranath Tagore, rá nuestro desafío, si huimos del ego y de los elo-
engrandece al hombre. San Agustín añadiría que gios, y si hablamos con honestidad para alcanzar
cuando creemos ser humildes, hemos dejado de nuestras metas. El juego debe ser lo más limpio,
serlo. Sin embargo, este Santo promete que la nada que empañe las verdades, nada que produz-
humildad es el único camino hacia el conoci- ca ilusión ficticia y auto-engaño. Pensemos cuán
miento de la verdad. A la tarea humilde del edu- trascendentes son las enseñanzas que dejamos en
cador, podríamos ilustrarla con este pensamien- las aulas; ¿será que son perdurables? ¿Será que
to de Miguel de Unamuno, ‘El acto de más gran- nos inspira ternura el ser humano que tenemos a
de humildad, de verdadera humildad, es obrar’ cargo? ¿Lo acogemos de verdad? ¿Queremos cul-
Análogamente, el maestro es la laboriosa hormi- tivar la ‘violencia ciega’ y el ‘asistencialismo’?
ga que trabaja y construye en esfuerzo manco- Preguntémonos también, por qué el Premio
munado, una pieza más del inconmensurable Nobel de la Paz 2006, el banquero bengalí, Mu-
engranaje de la biodiversidad. hammad Yunus declaró: “Decidí que debía re-

Alteridad Julio de 2007 53


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nunciar a todo lo que había aprendido en las au- duría de Rabindranath Tagore: ‘Dormí y soñé
las para intentar simplemente ser un ser humano que la vida era felicidad. Desperté y vi que la vi-
y buscar un modo de ser útil a otros seres huma- da era servicio. Serví y descubrí que en el servi-
nos” ¿Será que ya ‘formado’, tuvo que ‘aprender a cio se encuentra la felicidad’.
desaprender’? Es hora de despertar al imaginario del au-
Debemos mirarnos una y otra vez y com- téntico discurso educativo que forje las almas. Es
prender que todos somos gestores del cambio, co- oportuno mirar la utopía como una fabulosa
mandar ese poder con un sentimiento de revalo- existencia que teje la felicidad cotidiana en nues-
ración dignificante, para apelar a la sensibilidad tras aulas. Es ahora que estamos para servir ¡sin
de los demás con nuestro ejemplo de ‘ser’ y ‘obrar’. más postergación! a la sociedad que tanto lo de-
Por último, quiero rendir homenaje a quié- manda, y junto a la Madre Teresa ser una reso-
nes entienden la labor del magisterio como un nancia de su inmortal frase: ‘El fruto del servicio,
ideal de servicio, y para ello acogernos a la sabi- es la paz’.

Entierro de la niña negra. Xilografía en negro y celeste. Fragmento. 1958

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El manejo del discurso educativo en el aula

1 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro, S.L., Barcelona, 2001, p. 210
2 Postman, Neil., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barce-
lona, 1995, p. 40.
3 Ibíd, p. 123 (Eclesiastés 1:18).
4 Ibíd, p. 124.
5 Postman, Neil., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barce-
lona, 1995, p.141.
6 Expresión de Bruner, que consta en el libro –Psicología del Aprendizaje– de William Daandels.
7 Expresión de Vigotsky para identificar la fase en que el niño domina su tarea, con ayuda docente.
8 Postman, N., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, p. 194.
9 Ibíd, p.141.
10 En el original “verbosa”, así traducido del portugués; que pretende referirse a verbosidad, a palabrería.
11 Expresión de Paulo Freire que infiere una caridad que esclaviza y que no educa.
12 Freire, P., La educación como práctica de la libertad, Siglo XXI Editores S.A., Buenos Aires, Argentina, 1975,
p. 89.
13 Grijelmo, Á., La seducción de las palabras, Taurus, Madrid, 2000, p. 59.
14 Postman, N., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, p. 133.
15 Ibíd, p. 87.
16 Ibíd, p. 210.
17 Postman, N., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, p. 102.
18 Ardila, R., Psicología del Aprendizaje. Psicología y Etología, Silgo Veintiuno editores S.A., México, 1973,
p. 31.
19 Postman, N., El fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, p. 96.
20 Sánchez, S., Pablo Freire, Una pedagogía para el adulto, Colección Lee y discute, Serie R Num41, Madrid,
1974, p. 55.
21 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro, S.L., Barcelona, 2001, p. 163.
22 Expresión de Paulo Freire que se refiere a estar no ‘en’, sino ‘con’.
23 Sánchez, S., Pablo Freire, Una pedagogía para el adulto, Colección Lee y discute, Serie R Num41, Madrid,
1974, p. 17.
24 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro S.L., Barcelona, 2001, p. 164.
25 Sánchez, S., Pablo Freire, Una pedagogía para el adulto, Colección Lee y discute, Serie R Num 41, Madrid,
1974, pág.85
26 Aebli, H., Una didáctica fundada en la psicología de Jean Piaget, Editorial Kapelusz, Argentina, 1973, p. 16.
27 Ibíd, p. 21.
28 Ibíd, p. 28.
29 Neil Postman nombra así a la manera de contar a los alumnos nuestra historia, a la manera de cómo es-
tamos presentando los contenidos de estudio; ‘narrativa’ vendría a ser el ‘discurso’ del que hablamos.
30 Ardila, R., Psicología del Aprendizaje. Psicología y Etología, Siglo Veintiuno editores S.A., México, 1973,
p. 32.
31 Freire, P., La educación como práctica de la libertad, Siglo XXI Editores S.A., Buenos Aires, Argentina 1975,
pág.92
32 Freire, P., La educación como práctica de la libertad, Siglo XXI Editores S.A., Buenos Aires, Argentina
1975, p. 29.
33 Expresión utilizada por Paulo Freire en su Pedagogía del Oprimido.

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Sección central

34 Arroyo, J., Paulo Freire en Su ideología y método, Hechos y Dichos, Zaragoza, 1973, p. 27
35 Sánchez, S., Pablo Freire, Una pedagogía para el adulto, Colección Lee y discute, Serie R Num41, Madrid,
1974, p. 29 (Extraído del libro de P. Freire, Pedagogía del oprimido, p. 104).
36 Arroyo, J., Paulo Freire, Su ideología y método, Hechos y Dichos, Zaragoza, 1973, p. 23.
37 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro, S.L., Barcelona, 2001, p. 11.
38 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro, S.L., Barcelona, 2001, p. 177.
39 Arroyo, J., Paulo Freire, Su ideología y método, Hechos y Dichos, Zaragoza, 1973, p. 27.
40 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro, S.L., Barcelona, 2001, p. 175.
41 Ibíd, p. 178.
42 Postman, N., El fin de la educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, p. 136.
43 Compréndase que se refiere a ese amor asexuado dentro de una simbiosis entre profesor y alumno.
44 Paz, O., La llama doble. Amor y erotismo, Seix Barral, Barcelona, 1993, p. 7.
45 Sánchez, S., Pablo Freire, Una pedagogía para el adulto, Colección Lee y discute, Serie R Num41, Madrid,
1974, p. 85.
46 Meirieu, P., La opción de educar. Ética y pedagogía, Octaedro S.L., Barcelona, 2001, p. 165.
47 Ibíd, p. 182.
48 Ibíd, p. 124.
49 Ibíd, p. 125.
50 Postman, N., El fin de la educación. Una nueva definición del valor de la escuela, Eumo Octaedro, Barcelo-
na, 1995, pág. 197

El paraíso de los cayapas. Fragmento. 1958

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