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de la especie1
Eze Paez
Universitat Pompeu Fabra
Introducción
favorecer sus propios intereses frente a los intereses de los demás. Una persona egoísta
es, por tanto, parcial a favor de los intereses propios y en contra de los ajenos. Una
tanto a intereses propios como ajenos o, al menos, a dar un peso significativo a estos
últimos, aun cuando siga siendo parcial a favor de sus propios intereses.
Desde el punto de vista filosófico, cabe preguntarse qué razones morales tenemos
práctica parece que no sucede que la moral nos exija siempre, cualesquiera que sean las
soportar algún daño con el fin de que intereses ajenos, más importantes que los nuestros,
se vean satisfechos. En otras ocasiones, sin embargo, serán los intereses de otros
1 Agradezco a Catia Faria y a Oscar Horta sus útiles comentarios a sucesivas versiones de este
Publicado originalmente en ÁVILA GAITÁN, IVÁN DARÍO (comp.). 2016. La cuestión animal(ista).
mayor relevancia moral. La cuestión es, pues, cuándo tenemos la obligación moral de
que, en general, tenemos razones decisivas para sacrificar muchos de nuestros intereses
que los individuos que deben ser beneficiados de nuestra ayuda no son otros seres
que nos son cercanos (sección 1). Seguidamente expondré tres teorías (utilitarismo,
intereses de quienes se verían afectados por nuestra ayuda, ya sean animales humanos o
no humanos (2). Presentaré (3) un caso genérico sobre el que estas teorías acuerdan que
situación de otros seres humanos, se sigue que nos hallamos en ese tipo de caso y que,
por tanto, existe el deber de sacrificar nuestros intereses en beneficio de otros individuos
que son ellos, dada su situación, quienes deben ser los receptores de nuestra ayuda.
2
de esto, el relativo a la renuncia a tener hijas o hijos para poder emplear los recursos que
altruistas. Sería esperable que nuestras intuiciones respecto a cuándo existe esa
quien recibiría nuestra ayuda y nuestra situación, la de quien tiene que sacrificar intereses
propios para proporcionarla. En la práctica, sin embargo, parece que nuestras intuiciones
son más fuertes a favor del altruismo cuando los intereses que deberíamos sacrificar son
menos importantes, o cuando tenemos algún vínculo emocional con el individuo a favor
contemplamos la posibilidad de renunciar a cosas que son más importantes para nosotras.
También a medida que el individuo que se beneficiaría de nuestra decisión altruista nos es
porque es de otro país o incluso de otra especie. Necesitamos, pues, de una teoría moral
que nos permita determinar qué factores de los que condicionan nuestras intuiciones son
moralmente relevantes, y por qué lo son, y cuáles obedecen a sesgos arbitrarios que
hemos de ignorar.
2 En lo que sigue, con el fin de evitar lenguaje sexista, emplearé el femenino genérico para
cree que no sería infeliz en caso de no ser padre, sí cree que sería menos
río. Al acercarse, observa cómo hay dos niños que han caído en él. Es
evidente que apenas saben nadar y que corren grave peligro de ahogarse.
Asumamos además, por razones argumentativas, que a este joven tampoco le sería
posible criar a una hija o hijo no biológica, dada la tecnología disponible y las
instituciones de su sociedad. Al preguntarnos cuáles son las razones morales que este
joven tiene en esta situación, casi nadie diría que está moralmente obligado a preservar su
plan futuro de ser padre, aun a costa de las vidas de los niños. Pero quizá algunas
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personas sostendrían que sí le está permitido sacrificar el interés de esos niños en
continuar viviendo para satisfacer su interés en ser padre. Ello resulta muy implausible.
objetivamente más importante que el interés del joven en tener la vida más feliz que cree
variante en que el interés fundamental del joven no sea ser padre, sino ser nadador.
Supongamos que en esta variante los productos químicos causan lesiones musculares que
no impiden llevar una vida normal, pero sí que los músculos puedan ser sometidos al
estrés que requiere el deporte de élite. Para muchas personas, la frustración de su carrera
profesional puede tener un impacto negativo esperable en su bienestar similar al que para
otras tiene no poder ser madre o padre. Suponiendo que éste es uno de esos casos, y en el
ejemplo anterior negamos que tuviera el deber de salvar a los dos niños, también
deberíamos decir aquí que no hay nada incorrecto en que el joven prefiriera salvar su
carrera. Esto resulta inaceptable, sin embargo, y sugiere que debemos revisar nuestra
Finalmente, supongamos, como nueva variante del primer caso, que los niños que
corren peligro no son extraños para él. Quizá reconoce que son sus primos lejanos. O
quizá son los hijos de unos vecinos con los que mantiene buenas relaciones. Deberíamos
preocuparnos si en estos casos nuestras intuiciones a favor del deber de altruismo son
más fuertes. Es misterioso cómo podemos tener más razones para ayudar a alguien, con
idéntico coste tanto para esa persona como para nosotras, sólo porque existe alguna
vinculación biológica entre nosotras, o porque tenemos con ellas algún trato más cercano.
Estos casos ponen de manifiesto que nuestra teoría moral sobre el altruismo ha de
A continuación expondré una serie de teorías, que aunque desacuerdan entre sí en otros
aspectos, coinciden en que son los intereses (tanto propios como ajenos) que se ven
afectados por nuestras decisiones, los que tiene importancia central para determinar cómo
hemos de actuar.
La primera de estas teorías es el utilitarismo. Según esta teoría lo que más razones
tenemos para hacer es producir aquel resultado en que el agregado neto total de bienestar
sea mayor (Singer, 2011 [1979]). El utilitarismo sólo está preocupado por la cantidad de
unidades de bienestar que hay en el mundo. Cuando debemos decidir entre dos resultados
posibles nos pide que calculemos el bienestar neto total de cada uno de ellos (las
unidades de bienestar positivo menos las de sufrimiento) y que escojamos aquél de mayor
bienestar positivo neto o, en su caso, de menor sufrimiento neto. Ése cálculo de bienestar
debe ser, además, imparcial. Ello supone que no podemos dar más peso al bienestar de un
6
individuo simplemente porque dicho individuo seamos nosotras, o porque se trate de
disponemos de una serie de recursos, y sabemos que dárselos a otros producirá mayor
bienestar que emplearlos en nosotras mismas, de acuerdo con el utilitarismo, tenemos una
Las otras dos teorías que trataré, por centrarse especialmente en los intereses de
sostiene que la igualdad de bienestar neto entre los individuos de un resultado es otro
factor que contribuye a su valor total (Dworkin, 1981a; 1981b). El prioritarismo, por su
parte, sostiene que elevar el nivel de bienestar de quienes están peor tiene prioridad sobre
elevar el nivel de bienestar de quienes están mejor (Parfit, 1995). Esto significa, en
primer lugar, que entre dos resultados en los que el agregado de bienestar neto sea
idéntico, será mejor aquél en el que el bienestar esté distribuido de forma más igual entre
los individuos (igualitarismo) o aquél en el que los que están peor tengan un mayor nivel
bienestar neto total en un resultado puede ser compensada por el hecho de haya más
resultado así sería preferible, habida cuenta de todo, a otro resultado con mayor bienestar
neto total. Estas dos teorías asumen también el compromiso de imparcialidad del
utilitarismo, aunque sus objetivos adicionales de promover la igualdad y de mejorar la
situación de los que están peor permite que podamos derivar de ellas obligaciones de
altruismo más fuertes. Tanto igualitarismo como prioritarismo sostienen que cuando
nuestro nivel de bienestar es mayor que el de otras personas, podemos tener la obligación
moral de darles recursos a ellas en vez de emplearlos en nosotras mismas, aun en las
ocasiones en que hacerlo nos generaría más bienestar a nosotras que a ellas.
8
como una forma más de discriminación (Singer, 2009 [1975]; Horta, 2013)3 . En los
eran niños humanos. Ahora bien, los humanos no son los únicos seres que tienen un
interés en no morir, o en no sufrir y en disfrutar de sus vidas. Todos los seres sintientes,
aquellos con capacidad para tener experiencias positivas (de disfrute) y negativas (de
sufrimiento) poseen tales intereses. Una teoría moral plausible debe reconocer que los
intereses de todos los seres sintientes, sean humanos o no humanos, deben ser
moralmente considerados y que los intereses de los otros animales no pueden padecer un
trato desfavorable sólo por el mero hecho de no pertenecer a la especie humana. Así, al
cómo no existe ningún atributo que podamos identificar como fundamento de la consideración
especial de los seres humanos (autonomía, racionalidad, relaciones afectivas y sociales) que todos
los humanos posean y que ningún no humano tenga. Ello supone que algunos humanos no serían
moralmente considerables, y que no tendríamos por qué tener en cuenta sus intereses en nuestra
(Horta, 2013), muestra cómo el especismo seguiría sin estar justificado aunque todos los humanos
y ningún no humano tuviera el atributo identificado como relevante. Dado que lo que nos importa
moralmente es cómo nuestras acciones afectan al bienestar de los demás individuos, la única
propiedad de estos que puede resultar relevante es si tienen intereses (es decir, si son sintientes), y
de tales intereses sólo resulta relevante cómo su satisfacción o frustración contribuye a aumentar
o disminuir su bienestar. Eso es lo que determinará, al menos en parte, el mayor o menor peso de
decisiones puedan tener en los intereses de todos los individuos sintientes que se verían
Así, el utilitarismo nos dice que debemos tener en cuenta de forma imparcial los
intereses, propios y ajenos, de todos los individuos sintientes que se verían afectados por
nuestra acción, y sacrificar los intereses propios en beneficio de los ajenos cuando ello
sea lo que produzca más bienestar. Igualitarismo y prioritarismo nos dicen que también
podemos tener la obligación moral de ser altruistas, aun cuando satisfacer nuestros
tienen un nivel de bienestar menor que el nuestro. Dada la terrible situación en la que se
hallan los animales no humanos, todas estas teorías habrán de reconocer que las razones
para sacrificar nuestros intereses en beneficio de los otros animales son, cuanto menos,
muy fuertes.
Estas teorías nos piden que comparemos nuestros intereses propios con los ajenos, o
nuestro nivel de bienestar con el ajeno, para determinar qué tenemos más razones para
hacer. Será, pues, necesario, en primer lugar, describir un caso genérico respecto del que
todas estas teorías concluyan que tenemos un deber de altruismo. En segundo lugar, será
necesario constatar que efectivamente las circunstancias particulares en las que tenemos
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que decidir si sacrificar algunos de nuestros intereses para beneficiar a los no humanos se
corresponden con ese caso genérico. Ahora me centraré en describir el caso genérico,
aumento del bienestar neto de otras personas hasta cierto nivel, N2;
N1.
relevantes que las descritas para cada alternativa. De acuerdo con las teorías que he
razones para hacer depende de si el resultado en que escoge A es mejor que el resultado
en que escoge B.
bienestar positivo neto que supone para la agente moral renunciar a N1 es menor que la
que supondría para sus posibles beneficiarias no alcanzar N2. Escogiendo ayudar,
generamos más unidades de bienestar positivo neto. Supongamos, en segundo lugar, que
si la agente moral escogiera B, decidiendo no elevar su bienestar hasta N1, éste seguiría
siendo positivo. Al igual que ocurría en el ejemplo del joven excursionista, no se trata de
que, para ayudar a otros seres sintientes, sea necesario que la agente moral reduzca su
bienestar hasta niveles negativos netos (de sufrimiento) —es decir, que se condene a una
vida miserable que no valdría la pena vivir. Su decisión es sólo entre tener una vida buena
o una vida mejor. Por el contrario, la situación de los individuos a los que podría ayudar
es más acuciante. En caso de que, mediante su renuncia, esas vidas no sean elevadas
hasta el nivel de bienestar N2, serán irremisiblemente de sufrimiento neto. Esto quiere
decir que la agente moral tiene en su mano impedir que haya uno o más individuos que
vivan vidas que no merecerían ser vividas, proporcionándoles así una vida con más
decisión existe una gran desigualdad entre el nivel de bienestar de la agente y el nivel de
bienestar de quienes serían beneficiados por su acción altruista. Es más, podemos suponer
que el nivel de bienestar de estos individuos no es sólo mucho menor al de la agente, sino
que en realidad es menor al nivel de bienestar que posee la amplia mayoría de seres
De encontrarnos con una decisión así, parece claro que la agente moral tiene
razones decisivas para tomar la decisión altruista. Ello es cierto desde una posición
utilitarista, ya que el beneficio neto obtenido por los demás es mayor que el que ella
obtendría. Pero también es cierto, desde el igualitarismo y el prioritarismo. Ello es, según
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la posición igualitarista, porque los individuos en necesidad se hallan en situación de gran
desigualdad y, según la posición prioritarista, porque son los que están peor.
agente moral. La respuesta no puede ser más que rotundamente afirmativa, incluso si
necesidad.
malaria. Según datos de la OMS (2013), en 2012 murieron 627.000 personas a causa de
esta enfermedad, la mayoría niñas y niños. De acuerdo con los cálculos de Giving What
We Can 4, por cada 2.300 dólares donados a Against Malaria Foundation, se salva una de
estas vidas. Dado que la mayoría de las víctimas son niñas y niños en situación de
pobreza, morir tan jóvenes supone que han tenido pocas oportunidades para el disfrute y
que han padecido una permanente situación de privación. Así, será cierto para muchas de
ellas que, de morir tan temprano por causa de la malaria, sus vidas habrán contenido más
viviendo tendrían vidas que valdría la pena vivir, podemos afirmar que el beneficio que
en su conocido Famine Relief Argument para concluir que en tales casos tenemos un
“If it is in our power to prevent something very bad from happening, without
De hecho, podemos impedir que ocurran cosas muy malas sin perder algo de
Más allá de la suma concreta del caso que consideramos (2.300 dólares), lo
más nos apetece comer en cada momento. Tenemos una atención médica suficiente.
Incluso es posible que aunque algunas personas donaran esos 2.300 dólares seguirían
teniendo suficiente dinero que dedicar a actividades de ocio. Por supuesto, si emplearan
ese dinero en sí mismas, satisfarían más de sus intereses. Pero se trata de intereses
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neto. Si tenemos que escoger entre satisfacer intereses triviales propios e intereses ajenos
también para casos similares desde igualitarismo y prioritarismo. En estos casos nuestras
razones serían, de hecho, más fuertes, pues los beneficiarios de nuestra ayuda son
individuos que se encuentran en una situación mucho peor que la nuestra. Ahora bien, no
son otros seres humanos quienes deben verse beneficiados del sacrificio de nuestros
humanos, pues son ellos quienes se encuentran en una situación de necesidad mayor.
En esta discusión hemos estado operando, por razones argumentativas, bajo la restricción
arbitraria del ámbito del altruismo a los animales humanos. Ahora bien, ninguna teoría
alguna. Tenemos, pues, que determinar cuáles son nuestras razones para el altruismo una
vez tenemos en consideración los intereses de todos los seres sintientes, humanos o no.
Hecho esto, hay que reconocer que, en realidad, son los individuos no humanos
quienes más se pueden beneficiar de nuestra ayuda, en caso de que renunciemos a tener
hijos. Además, se encuentran en una situación mucho peor a la de la mayoría de seres
humanos. Ellos deben ser, pues, los destinatarios prioritarios de nuestra ayuda.
humana. Una parte muy importante de los individuos no humanos que sufren y mueren
individuos viven privados de toda condición que les permita disfrutar de sus vidas, sólo
para ser matados (generalmente de forma dolorosa) con el fin de obtener de ellos el
experimentos que les causan un enorme daño —experimentos a los que jamás
5 Según datos respecto de 2012 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura (FAO, 2012), más de 60 mil millones de no humanos estaban siendo explotados
por la industria agroalimentaria. Ello no incluye ni las capturas por pesca ni la acuicultura. Mood
y Brooke (2010) calculan que entre 0,97 y 2,74 billones de peces son capturados cada año,
mientras que entre 37 mil y 120 mil millones son víctimas de la acuicultura (Mood & Brooke,
2012).
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realizarlos6. Asimismo, miles sufren tortura y muerte sólo para proporcionar
viven en la naturaleza. La visión de que las vidas de estos animales en el entorno natural
son idílicas es falsa, a pesar de hallarse ampliamente extendida (Ng, 1995; Horta, 2010;
Faria, 2012). Más bien al contrario, suelen ser vidas cortas que contienen más sufrimiento
que bienestar. Basta con observar la estrategia reproductiva seguida por la mayoría de
especies animales. Ésta consiste en tener miles, en ocasiones millones, de crías en cada
ciclo reproductivo, pero dedicándoles una mínima inversión parental. El resultado es que,
de media, sólo sobrevive una por progenitor. El resto muere, habiendo tenido vidas cortas
sin apenas bienestar positivo, o con bienestar negativo neto. Pero los animales que
padeciendo múltiples daños por causas naturales a lo largo de sus vidas. Éstos incluyen
Vivisection (Taylor et al., 2008), sin embargo, eleva el número hasta entre 82 y 154 millones
durante el año 2005. Ninguna de esas cantidades incluye a los animales sintientes invertebrados
sometidos a experimentación.
La cuestión es, entonces, si podemos hacer algo para mejorar la situación de estos
animales, aun a costa de sacrificar algunos de nuestros intereses. Es verdad que, por
ejemplo, carecemos de los medios para ayudar a gran escala a los animales que viven en
Asimismo, podemos usar recursos para difundir la idea de que rechazar el especismo
implica también tomarse en serio los intereses de los animales que viven en la naturaleza
En cuanto a los animales bajo explotación humana, tenemos todos los medios para
intereses más triviales (como disfrutar del sabor de la carne o del queso). Por supuesto,
7 Así, por ejemplo, la rabia ha sido erradicada con éxito en la naturaleza en la mayoría de países
contra la rabia a animales que viven en la naturaleza en algunas regiones de EE.UU. (como
communicable/zoonoses/rabies/vaccfact.htm).
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desde un punto de vista imparcial, estos intereses son insignificantes en comparación con
altruismo más básicos hacia los animales no humanos. Ahora bien, no es el único.
Adoptar el veganismo es ciertamente una forma de evitar dañar a los otros animales, pero
considerar plenamente los intereses de los individuos supone aceptar que también
tenemos razones para beneficiarles, incluyendo razones para impedir que sufran un daño
por otras causas. Así, dada la terrible situación en la que los animales no humanos se
encuentran, tenemos razones de mucho peso para dedicar parte de nuestros recursos,
sus implicaciones para los animales no humanos. Esto supone que tenemos fuertes
segundo lugar, que tenemos fuertes razones para colaborar con aquellas organizaciones
humanos, siempre que esté en nuestra mano hacerlo y que no sea esperable que la
intervención genere mayor daño que el que se pretende evitar. Al igual que ocurre con
intereses de sus víctimas no implica sólo que cada una de nosotras abandone actitudes o
Llegados a este punto, cabe preguntarse cuán exigente puede ser la moral en requerir el
sacrificio de intereses que, para nosotras, puedan resultar muy importantes. Este podría
ser el caso, por ejemplo, del interés en criar hijas o hijos. Del argumento hasta ahora
de no procrear.
Al discutir sobre lujos caros solemos pensar en alquilar una casa más grande o más cerca
del centro de la ciudad que una más pequeña o más alejada. O en comprarnos un coche en
vez de usar el transporte público. O realizar viajes de placer a lugares lejanos. Todas estas
elecciones tienen en común que suponen un gran desembolso de dinero de una sola vez.
nosotras en vez de en quienes los necesitan más. Ahora bien, existen decisiones que
corto plazo sea menor que en los casos anteriores, en realidad suponen un gasto de
recursos agregado igual o superior. Es ese coste agregado el que hemos de tener en
cuenta, pues es el que corresponde a los recursos que emplearíamos en ayudar a otros
anterior, como destaca Stuart Rachels (2013). Es, además, de forma invariable,
20
extraordinariamente caro. Se ha calculado que criar una niña o niño en los Estados
conservadora (Rachels, 2013, p.4). Supongamos que una agente moral debe decidir entre
gastar en las próximas décadas 227.000 dólares en criar a un niño o donar esa misma
cantidad contra la malaria en África. Dado que es esperable que cada 2.300 dólares
destinados contra la malaria salven a una niña o niño enfermo en África, eso supone que
con ese dinero salvaría esperablemente a 98 niñas y niños 8. La conclusión que extrae
tenemos razones decisivas para no criar un hijo, ya sea biológico o adoptado. En vez de
ello tenemos razones decisivas para ayudar a otras niñas y niños ya existentes
que, siempre que sea cierto que exista el deber de no tener hijas o hijos, los beneficiarios
de esa decisión no deben ser otros seres humanos, sino los animales no humanos. Como
8 Rachels basa sus cálculos en el trabajo de Mark Lino (2011). Brian Tomasik (2012), por su
parte, sostiene que el coste, también en estimativa conservadora, estaría más bien alrededor de los
300.000 dólares. En ese caso, la alternativa a tener un hijo sería salvar a 130 niñas y niños de la
malaria. Habría, pues, más razones a favor del altruismo. En otros países, como España,
ciertamente el coste sería menor: 98.205 euros (119.464 dólares) (CEACCU, 2006). Ello
supondría salvar a 52 niñas y niños. Todas estas variaciones, sin embargo, no afectan
sustancialmente a mi argumento.
humanos está repleta de sufrimiento. De hecho, es mucho peor que las vidas de las niñas
y niños en situación de extrema necesidad que, de acuerdo con Rachels, deberían ser
quienes recibiesen nuestra ayuda. Vimos cómo la consideración de los intereses de estas
niñas y niños nos daba razones muy fuertes para renunciar a tener hijos en su beneficio.
Puesto que la situación en la que se hallan los animales no humanos es mucho peor, las
razones para ayudarles a ellos son todavía más fuertes. Ayudar a los animales no humanos
tiene prioridad moral sobre ayudar a otros seres humanos (Faria 2014). Por lo tanto,
siempre que ser altruista exija no tener hijas o hijos, lo que hemos de hacer es emplear los
Cabe preguntarse aquí si realmente destinar 227.000 dólares (el gasto de criar un
hijo o una hija) en ayuda de los animales no humanos les beneficia de modo suficiente
como para que hacerlo sea preferible a ayudar a niñas y niños humanos. Alguien podría
decir que no está justificado emplear ese dinero en ellos porque podemos salvar a muy
pocos, en comparación con los seres humanos a los que podríamos ayudar.
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Fundamentemos, pues, mi tesis con cifras9. Vimos anteriormente que destinar ese dinero
contra la malaria, salvaba las vidas a 98 niñas y niños de África. De acuerdo con Animal
Charity Evaluators, donar ese dinero a la organización Mercy for Animals salvaría a un
9 En lo que sigue considero sólo a organizaciones de ayuda a animales bajo explotación humana.
Esto es porque son las únicas cuyo impacto ha sido analizado por Animal Charity Evaluators,
pero no porque que crea que son necesariamente estos animales no humanos, y no los que viven
en la naturaleza, quienes deben ser receptores prioritarios de nuestra ayuda. Como se ha visto,
estos últimos se hallan en una grave situación de necesidad. Recientemente han surgido
organizaciones, como Ética Animal, parte de cuya labor es dar a conocer la situación de estos
10 Véase, http://www.animalcharityevaluators.org/recommendations/top-charities/mercy-for-
animals/.
Humane League salvaría a un estimado de 771.80011; mientras que donarlo a Igualdad
organizaciones es mucho mayor que el que resultaría de ayudar a niñas y niños humanos.
Ello tanto por el número de individuos que resultan beneficiados, por la vida terrible de la
que son rescatados y por el hecho de que, de todos los que podrían recibir nuestra ayuda,
son los que se hallan en la situación peor. Ellos son quienes deben ser beneficiarios de
probablemente falso que en las circunstancias reales en que tenemos que actuar, lo
moralmente mejor sea que todas las personas que han rechazado el especismo, y han
charities/the-humane-league/.
charities/animal-equality/.
13 Es cierto que estas cifras se basan en un cálculo aproximativo. En cualquier caso, resulta poco
probable que las cifras reales sean tales que tengamos que concluir que los destinatarios de
nuestra ayuda deben ser, después de todo, otros seres humanos. Esto es porque la diferencia entre
órdenes de magnitud.
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comenzado por adoptar el veganismo, decidan no procrear. Algunas de estas personas,
erradicación del especismo. Para ellas es verdad que el coste de oportunidad de criar a
una hija o hijo es moralmente injustificable, y que lo mejor que pueden hacer es dedicar
todo ese tiempo y dinero en ayudar más a los animales no humanos. Ahora bien, es
verdad que muchas de estas personas, por diferentes causas, no van a dedicar su dinero o
su tiempo a promover el antiespecismo. Esto quiere decir que, aunque estas personas
decidieran no tener descendencia, los recursos que hubieran sido empleados en ella no
serán destinados tampoco a ayudar a los animales no humanos. Sería positivo entonces
que estas personas tuvieran hijos o hijas, bajo la asunción de que sea lo más probable que,
en caso de tenerlas, éstas también sean veganas. Esto es porque ello hace previsible un
mayor porcentaje de gente vegana, lo cual es de esperar que sea mejor para la difusión
exige renunciar a nuestro interés en procrear sólo muestra que se ha cometido algún error
en el camino argumentativo. Esto asume que la moral no puede ser tan exigente como
tratar aquí en detalle esta objeción. Cabe, no obstante, hacer la consideración siguiente:
estas teorías morales son exigentes dado cómo de hecho es el mundo. Como señalan
individuos vive vidas de sufrimiento neto y sólo una pequeña minoría disfruta de vidas
que vale la pena ser vividas, sería implausible que una teoría moral no impusiera
mejora de esta situación. En las palabras de Shelly Kagan que esta autora y autor
reproducen: “Given the parameters of the actual world, there is no question that
promoting the good would require a life of hardship, self-denial and austerity” (Kagan,
1989, p.360).
7. Conclusión
beneficio de intereses ajenos, siempre que éstos últimos sean de mayor relevancia moral.
Al considerar de forma imparcial tanto nuestros intereses como los de los demás,
descubrimos que lo cierto es que hay muchos individuos a los que podríamos rescatar de
una vida llena de sufrimiento o de la muerte sin que ello suponga un daño similar para
nosotras. En ocasiones, podemos lograrlo sacrificando intereses que nos parecen poco
importantes. En otras ocasiones, sin embargo, ello sólo es posible renunciando a lo que
creemos que es una parte sustancial de lo que nos hace disfrutar de nuestras vidas. Se
trata de intereses cuyo sacrificio no haría que lleváramos vidas que no valiera la pena
Ahora bien, al considerar cuándo surge tal deber de altruismo y quiénes deben ser
los receptores de nuestra ayuda, tenemos que tener en cuenta los intereses de todos los
26
seres sintientes a quienes podríamos beneficiar, independientemente de su especie. Como
hemos visto, los animales no humanos son quienes llevan las vidas más terribles.
Además, destinar a ellos nuestra ayuda es mucho más efectivo: con la misma cantidad de
hallan supone, en todo caso, no sólo que debemos adoptar el veganismo, sino que hemos
de beneficiar activamente a los otros animales destinando una parte de nuestros recursos
a la erradicación del antiespecismo. Para las personas que se hallan en situación de poder
dedicar gran parte de su dinero y su tiempo a ayudar a los animales no humanos, ser
altruistas exige, además, renunciar a tener hijas o hijos. Para muchas personas, sacrificar
éste u otros intereses puede suponer llevar una vida con un menor nivel de bienestar.
Aunque ello constituye un coste, éste siempre será mucho menor que el del sufrimiento y
muerte de que son librados, gracias a ello, los animales no humanos beneficiarios de
nuestra ayuda.
Referencias
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