Los Cinco

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LOS CINCO

'VENENOS
BLANCOS' QUE
CONSUMES CADA
DÍA

Son alimentos que consumimos día a día, incluso pensando que se tratan de
productos saludables. Sin embargo, el azúcar, la harina y sal refinada, el arroz
blanco y la leche de vaca pasteurizada son también llamados ‘los venenos blancos’.
Su aporte nutricional es muy bajo y potencian la aparición de enfermedades tales
como la diabetes o la hipertensión.

ARROZ BLANCO
Expertos de la Universidad de Harvard afirmaron que las personas que consumían
más de cinco porciones de arroz a la semana tenían un 17% más de posibilidades de
padecer diabetes que aquellos que solo consumían una porción al mes.
Consumir arroz blanco en exceso aumenta la glucosa en sangre. Además, el aporte
nutricional que contiene se extrae en su elaboración. Los expertos proponen
sustituirlo por arroz integral.

CANTIDAD POR 100


GRAMOS= 130
CALORIAS
LECHE DE VACA PASTEURIZADA
Las bacterias beneficiosas y las enzimas esenciales para la absorción de nutrientes
que contiene la leche de vaca desaparecen en el proceso de pasteurización. Por lo
que, según los expertos de la Academia de la Alergia, Asma e Inmunología, la leche
pasteurizada es la principal causa de la aparición de alergias en los niños.
Otros especialistas relacionan este producto con la diabetes y la osteoporosis debido
a la gran cantidad de grasas saturadas y de colesterol. Los expertos proponen la
leche vegetal como alternativa a este alimento.

CANTIDAD POR 100


GRAMOS= 60
CALORIAS

AZÚCAR BLANCO
El azúcar blanco es otro de los alimentos blancos que no nos aporta ningún
nutriente. De hecho, muchos nutricionistas lo consideran hoy en día un veneno.
Contiene las llamadas calorías vacías, que además contribuyen al sobrepeso. Son un
factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 y pueden dañar tus dientes. Además,
el azúcar blanco acidifica nuestra sangre y nos desmineraliza. Así, minerales como
el calcio disminuyen dejando nuestros dientes y huesos cada vez más débiles.
Para no dejar de comer dulce podemos sustituirlo por el azúcar moreno, la miel, la
panela, las melazas de cereales o los siropes naturales de fruta.

SAL REFINADA
La sal aumenta las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y su
consumo en grandes aumenta el riesgo de presión alta. Además de no contener gran
cantidad de nutrientes, los expertos recomiendan consumir sal de mar, ya que “tiene
muchos más minerales naturales.”
Generalmente nos referimos a la sal en general pero, sin embargo, es muy
importante que podamos diferenciar que, igual que tenemos azúcar blanco y azúcar
integral, también tenemos una sal refinada y una sal integral. La sal refinada se
conoce habitualmente como sal de mesa. Es simplemente cloruro de sodio procesado
sin ningún nutriente más. Además suele contener aditivos como antiaglomerantes.
No sólo no es un alimento saludable sino que su consumo habitual puede dañar, a la
larga, nuestra salud. En cambio, la sal integral contiene todas las vitaminas y
minerales, ya que no ha sido refinada. La más conocida y barata es la sal marina,
pero hay muchas otras (sal del Himalaya, sal celta, etc.).

HARINA REFINADA
Cada vez tenemos más alimentos blancos refinados, pero debemos saber que
todos aquellos cereales a los que se les ha quitado la fibra también ha perdido una
gran cantidad de valores nutricionales.
Las harinas refinadas, al contrario que las integrales, empeoran el estreñimiento,
aumentan la retención de líquidos, contribuyen al sobrepeso y además nos
predisponen en mayor medida a padecer cáncer de colon, el cual necesita el
consumo habitual de fibra para estar sano.
Incluimos también en este apartado no sólo los cereales y sus harinas, sino todos
aquellos derivados que son tan habituales en nuestros menús diarios: pasta, pan,
bollería, masas, bizcochos, etc.

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