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Manejo del dolor

Tratamiento del dolor agudo en el adulto

El dolor es uno de los síntomas más comunes que requieren tratamiento en las salas de

urgencias.

No es posible generalizar la amplitud y calidad del control del dolor necesaria para un

paciente específico. Por otra parte, un paciente lesionado podría elegir soportar más dolor

por creencias personales o culturales. Siempre que sea posible, se prefieren los fármacos

que actúan sobre sitios específicos que inician la señal de dolor, en lugar de fármacos

como los opioides, que ocultan el dolor. Un ejemplo excelente es el tratamiento de la

migraña. El tratamiento preferido incluye agonistas de la serotonina o antagonistas de la

dopamina (fenotiazinas) en lugar del uso tradicional de meperidina, un opioide con

actividad agonista serotoninérgica débil.

FISIOPATOLOGÍA

El dolor es la respuesta fisiológica a un estímulo nocivo, mientras que el sufrimiento (la

expresión del dolor) se ve modificado por una compleja interacción de dimensiones

cognitivas, conductuales y socioculturales. La experiencia dolorosa individual no es

estática, sino que varía de acuerdo con los antecedentes médicos y de la situación actual,

madurez física y emocional, estado cognitivo, significado del dolor, actitudes familiares,

cultura y medio ambiente. Las emociones pueden modificar el dolor ya sea en forma

positiva o negativa: el temor y la ansiedad pueden acentuar el dolor o bien éste puede

suprimirse por completo si es una actividad esencial que debe realizarse o si existe

preocupación aguda por otro ser amado.


El dolor implica la liberación de mediadores potentes de la inflamación y es modulado

por factores neurocognitivos que ocasionan una experiencia sensorial y emocional

desagradable. Los nociceptores periféricos aferentes primarios tienen terminales

nerviosas poco diferenciadas con velocidades de conducción lenta

La asta dorsal de la médula espinal integra y modula el dolor y otros estímulos sensitivos.

Los centros supra espinales se integran y procesan la información del dolor, permitiendo

la detección y percepción del mismo. A diferencia del dolor somático, que se localiza con

facilidad, las vías de dolor visceral son mucho más complejas y difieren en cuanto a

estructura de las vías del dolor somático, lo cual puede explicar la mala localización del

dolor visceral.

Los analgésicos opioides actúan al unirse y al estimular a receptores en la médula espinal

y en el encéfalo. Hay tres tipos principales de receptores opioides y diferentes fármacos

se unen para estimularlos en grados diferentes. La estimulación de los receptores opioides

μ2 causa depresión respiratoria, disminución de la motilidad gastrointestinal y depresión

cardiovascular.

VALORACIÓN

En la valoración inicial se documenta el dolor. El dolor es dinámico y ocurren cambios

con el tiempo, por lo que es necesaria la revaloración periódica del dolor. La valoración

del dolor en las salas de urgencias implica conocer su duración, ubicación, tipo, intensidad

e identificar los factores que lo incrementan o lo alivian.


El reporte del dolor se basa en la impresión subjetiva del paciente, no en la impresión del

trabajador sanitario, lo que constituye la base para la valoración y tratamiento. Existe una

correlación entre los signos no verbales, como la taquicardia, taquipnea, cambios en la

expresión y movimientos del paciente y el dolor que reporta el paciente, de forma que no

debe depender solamente de estos datos para establecer la intensidad del dolor en un

paciente.

ESCALAS DEL DOLOR

El objetivo de las escalas del dolor es cuantificar la intensidad del mismo, utilizando

mediciones cuantitativas para elegir y administrar el tipo apropiado de analgésico y para

revalorar la respuesta al dolor a fi n de establecer la necesidad de dosis repetidas o de la

administración de analgésicos más eficaces.

El punto de valoración para el tratamiento del dolor depende del juicio del paciente con

respecto al alivio del dolor. La interpretación del dolor es variable y el único objetivo

relevante debe ser aquel que satisfaga las necesidades del paciente.

Escala de calificación basada en adjetivos

Es un método simple, descriptivo que se representa en forma gráfica o en forma verbal

como una lista de descripciones del dolor. Las etiquetas van desde ausencia de dolor hasta

el peor dolor posible y los instrumentos permiten la colocación de marcas entre las

etiquetas.
Escala análoga visual

La escala análoga visual es una escala lineal de 100 mm marcada en un extremo con la

frase sin dolor y en el otro extremo la frase el peor dolor imaginable. El paciente coloca

una marca en la línea en el punto que representa mejor su dolor. La VAS se califica al

medir la distancia de la marca del paciente a alguno de los extremos de la escala. Un

cambio de 13 mm a lo largo de esta escala es el cambio mínimo de importancia clínica y

percibido por el paciente, en tanto que una disminución en promedio de 30 mm parece

ser el cambio mínimo aceptable

Escala numérica

La escala numérica puede presentarse como una escala verbal o gráfica para describir la

intensidad del dolor. El paciente reportó su dolor en una escala que va de 0 (sin dolor) a

10 (el peor dolor posible) y puede hacer referencia verbal al número; registrarlo en un

gráfico o bien si existen dificultades para expresarse en forma verbal, puede indicar la

cifra numérica al apuntar hacia arriba con los dedos.

Escala cuantitativa verbal

La más utilizada; los pacientes califican el dolor del 1 al 10, sin utilizar descripciones.

Los pacientes están familiarizados con el concepto y por lo común se sienten cómodos al

asignar una calificación.


ESCALAS FUNCIONALES DEL DOLOR EN POBLACIONES ESPECIALES DE

PACIENTES

Las personas de edad avanzada a menudo reportan el dolor de manera muy diferente a los

niños pequeños por los cambios fisiológicos, psicológicos y culturales relacionados con

el envejecimiento. Los déficits visuales, auditivos, motores y cognitivos pueden ser

obstáculos para una valoración eficaz del dolor. Los miembros de la familia y cuidadores

a menudo tienen la capacidad de juzgar acciones no verbales de los pacientes que

constituyen dolor o angustia, de forma que cuando están disponibles, deben utilizarse para

colaborar en la valoración del dolor en personas de edad avanzada. Los individuos con

traumatismos y aquellos con intoxicaciones agudas pueden participar de manera menos

eficaz en el uso de escalas del dolor en comparación con individuos no traumatizados o

no intoxicados.

TRATAMIENTO DEL DOLOR

El dolor agudo por lo común se acompaña de ansiedad y sensación de pérdida de control.

Si la tranquilización combinada con analgésicos no es suficiente, podría ser necesaria la

administración de ansiolíticos.

El término “tratamiento escalonado del dolor” significa que se inicia con un fármaco de

baja potencia y se añaden o cambian fármacos a compuestos de mayor potencia si persiste

el dolor. Es preferible elegir el analgésico inicial apropiado con base en la intensidad del

dolor del paciente (leve, moderado, intenso). Los fármacos como los NSAID deben

considerarse para el dolor leve a moderado y los opioides sistémicos para el dolor

moderado a intenso. En casos específicos, como el cólico renal o biliar, los NSAID

pueden controlar el dolor intenso, aunque el tratamiento combinado con opioides suele

ser mejor.
ANALGÉSICOS OPIOIDES

Los analgésicos opioides son la base del tratamiento farmacológico del dolor moderado

a intenso. El uso de opioides en las salas de urgencias a menudo se ve afectado por la

preocupación de que se desencadenen efectos secundarios como depresión respiratoria o

hipotensión o bien que se faciliten conductas de búsqueda de drogas. El uso apropiado de

opioides requiere tomar en consideración los siguientes aspectos:

1. Vía de administración y tiempo deseado de inicio de la acción.

2. Dosis inicial.

3. Frecuencia de administración ajustada con la respuesta analgésica.

4. Uso simultáneo de analgésicos no opioides y fármacos auxiliares.

5. Incidencia y gravedad de efectos secundarios

6. . 6. Si los analgésicos deben continuarse en un paciente hospitalizado o ambulatorio.

Se ha desalentado el uso de meperidina por diferentes razones:

1) a menudo se administra en dosis insuficientes

2) la meperidina puede interactuar con muchos fármacos para precipitar el síndrome

serotoninérgico

3) el fármaco original se metaboliza a normeperidina, que tiene propiedades

neuroexcitadoras y una semivida de eliminación prolongada.

Los efectos secundarios de los opioides incluyen náusea, vómito, estreñimiento, prurito,

retención urinaria, confusión y depresión respiratoria. El prurito, retención urinaria,

confusión y depresión respiratoria son más comunes con la administración intravenosa,

transmucosa y epidural, a diferencia de la administración por vía oral.


OPIOIDES AGONISTAS-ANTAGONISTAS

Los opioides agonistas-antagonistas reducen algunos de los efectos secundarios de los

agonistas opioides puros. Su mayor beneficio radica en su efecto máximo sobre la

depresión respiratoria: no se observa reducción en la respiración con mayores dosis

después de una dosis dada. No está claro si existe un efecto terapéutico máximo para la

analgesia. La variabilidad en la eficacia depende de la afinidad de cada fármaco en

particular para diversos receptores centrales del dolor.

FÁRMACOS NO OPIOIDES

El paracetamol es un analgésico eficaz que es adecuado para el dolor leve a moderado.

No afecta la agregación plaquetaria y no tiene efecto antiinflamatorio. No se necesitan

cambios para la afección renal o hepática leve. La dosis máxima diaria recomendada para

un adulto para uso repetido es de 4 g/día.

Los NSAID, entre los que se encuentran el ácido acetilsalicílico, naproxeno,

indometacina, ibuprofeno y cetorolaco son analgésicos y antiinflamatorios excelentes.

Como analgésicos, los NSAID se unen a los receptores de la ciclooxigenasa 2 en la asta

dorsal de la médula espinal; como fármacos antiinflamatorios, disminuyen la liberación

de prostanoides y de péptidos inflamatorios mediados por ácido araquidónico, producidos

en el sitio de la lesión. No causan sedación o depresión respiratoria y tampoco interfieren

con la función intestinal o vesical. Tienen un efecto significativo para disminuir la dosis

de fármacos opioides. Existen preparaciones para su administración por vías oral, rectal,

intravenosa o tópica.
El cetorolaco es el único fármaco parenteral disponible en Estados Unidos. Entre los

efectos secundarios de los NSAID se encuentra disfunción plaquetaria, nefropatía,

cefaleas, mareo e irritación del tubo digestivo con hemorragia. Todos los NSAID

incrementan el riesgo de muerte cardiaca en pacientes en riesgo para cardiopatía

isquémica, aunque los fármacos con actividad específica sobre la ciclooxigenasa 2

parecen acompañarse del riesgo más elevado para dicha complicación.

OTROS FÁRMACOS

La cetamina y el óxido nitroso son los fármacos que se han utilizado ampliamente para

tratamientos analgésicos de corta duración. Tales fármacos también poseen propiedades

sedantes. Los antidepresivos tricíclicos y los anticonvulsivos son útiles en el tratamiento

del dolor neuropático.

Cetamina La cetamina es un derivado de la fenciclidina que produce analgesia y

anestesia por disociación con la ventaja de causar depresión respiratoria mínima. La

capacidad de la cetamina para producir amnesia la hace un fármaco adecuado para

procedimientos breves, menores, por ejemplo, la reparación de una herida. Los efectos

secundarios incluyen hipersalivación y fenómeno de reemergencia anestésica, en especial

cuando se utilizan dosis de inducción.

Óxido nitroso El óxido nitroso es un fármaco sedante que se administra por inhalación,

de inicio rápido y efectos analgésicos de corta duración útil para la atención de las heridas

y para procedimientos breves, menores. Los efectos adversos principales son la náusea y

el vómito. Por lo común se suministra como una mezcla al 50% con oxígeno y se

administra al paciente con mascarilla facial.


Antidepresivos tricíclicos y anticonvulsivos Los pacientes con dolor neuropático son

difíciles de tratar con los analgésicos estándar y pueden ser resistente los opioides de

acción corta. Puede ser difícil identificar las causas del dolor neuropático en los pacientes

de urgencias, pero si se sospecha, es necesario un tratamiento y vigilancia más

específicos.

VÍA DE ADMINISTRACIÓN

Los analgésicos sistémicos para el dolor pueden administrarse por vías oral, rectal,

intravenosa, intramuscular, transmucosa, transdérmica, por inhalación o por

administración epidural. Los opioides intravenosos son adecuados para administración

IV o en goteo continuo; se prefieren tales vías a las inyecciones intramusculares

intermitentes, las cuales son dolorosas, dificultan el ajuste de la dosis y no tienen ventaja

clínica relevante sobre los medicamentos administrados por vía oral. La absorción puede

ser variable, en especial en pacientes con drepanocitosis y en individuos con hipotensión

o disminución del volumen circulante.

DOSIFICACIÓN Y PRECAUCIONES

Guías básicas para la dosificación El objetivo para un uso seguro y eficaz de opioides

es ajustar la dosis hasta lograr el efecto deseado, manteniendo al mínimo los efectos

secundarios. En pacientes no expuestos a opioides, la administración de dosis excesivas

puede ocasionar depresión respiratoria y disminución del nivel de conciencia. La

hipotensión es poco común y casi siempre se debe a la liberación de histamina con la

primera dosis del fármaco. La hipotensión por lo general es de corta duración.


Individuos de edad avanzada Estos pacientes pueden tener más de un origen del dolor

y las enfermedades asociadas incrementan el riesgo de interacción farmacológica y de los

fármacos con la enfermedad. Los pacientes de edad avanzada no expuestos con

anterioridad a los opioides son más sensibles a los efectos analgésicos de éstos, porque

experimentan dosis máximas más elevadas y mayor duración del alivio del dolor.

Además, son más sensibles a la sedación, depresión respiratoria y disfunción cognitiva y

neuropsiquiátrica.

Adicción La adicción consiste en el uso inadecuado de un fármaco o droga con

detrimento del bienestar del paciente. El término dependencia indica que la interrupción

súbita del fármaco o droga ocasiona síntomas agudos de abstinencia. La presencia de uno

no infiere la presencia del otro.

AJUSTES EN LA DOSIS

Disfunción hepática y renal La mayor parte de los analgésicos se metaboliza por vía

hepática o renal, y por tanto se debe tener precaución cuando se utilizan opioides en

pacientes con alteración de la función hepática o renal. La insuficiencia renal leve puede

impedir la excreción de los metabolitos de muchos opioides, dando origen a narcosis de

importancia clínica y depresión respiratoria. En pacientes con insuficiencia renal se

prefieren opioides como hidromorfona y fentanilo.

Insuficiencia respiratoria Los pacientes con insuficiencia respiratoria y aquellos con

neumopatía obstructiva crónica, fibrosis quística y trastornos neuro musculares que

afectan el esfuerzo respiratorio (p. ej., distrofia muscular y miastenia grave) son en

particular vulnerables a los efectos de depresión respiratoria de los opioides y del óxido

nitroso. Es necesario un ajuste cuidadoso de la dosis y vigilancia de la oxigenación y

respiración.
Interacciones farmacológicas Los opioides pueden causar sedación sinergista como

efecto secundario en pacientes con enfermedades psiquiátricas que reciben ansiolíticos u

otros fármacos psicoactivos. El uso de inhibidores de la monoaminooxidasa en

combinación con meperidina se ha asociado con reacciones secundarias graves, lo que

incluye la muerte como consecuencia de síndrome serotoninérgico.

SITUACIONES ESPECÍFICAS

Existen varias situaciones en las cuales el tratamiento ideal con analgésicos en las salas

de urgencias es complejo o controversial. El dolor abdominal agudo, migraña y

traumatismos se encuentran en tales situaciones.

Dolor abdominal La administración temprana de opioides intravenosos es segura para

el tratamiento del dolor abdominal agudo en la sala de urgencias y no se acompaña de

efectos secundarios sobre la precisión de la valoración, diagnóstico y tratamiento. La

única preocupación válida con respecto a la analgesia y dolor abdominal es que la

reducción del dolor no indica una mejoría del proceso fisiopatológico.

Migraña No existe un fármaco que pueda considerarse como consistentemente mejor

para el tratamiento de pacientes con migraña en la sala de urgencias. Los opioides para el

tratamiento de la migraña aguda han perdido adeptos por su bajo desempeño en estudios

clínicos y deben considerarse como una alternativa si otros fármacos no son eficaces. La

tasa de éxito de la prometazina, clorpromazina y proclorperazina son impresionantes, de

hasta 95%, pero su uso se ve limitado por los efectos secundarios extrapiramidales.
Traumatismo

Se recomienda el uso habitual de analgesia regional. No debe administrarse en pacientes

con traumatismo mayor. Los riesgos incluyen: 1) hemorragia excesiva por disfunción

plaquetaria y úlceras gástricas por estrés y 2) la posibilidad de insuficiencia renal aguda

en pacientes con disminución del volumen circulante.

DESTINO Y VIGILANCIA

Aunque poco común, el dolor intratable puede ser la principal razón para la

hospitalización. La mayor parte de los pacientes puede ser dada de alta con seguridad con

un plan para tratamiento del dolor que incluya instrucciones para cuantificar y tratar el

dolor leve a moderado. Los fármacos de acción corta, con duración de acción de hasta 6

h, deben prescribirse después de lesiones agudas o por un episodio agudo de dolor. En

tales casos se recomienda la revisión del plan para tratamiento del dolor con el médico

familiar. Los pacientes con recurrencia de dolor intenso o cambios en las características

del dolor deben regresar al servicio de urgencias para valoración y control óptimo del

dolor.

Información adicional

¿Qué es el manejo del dolor?

El manejo del dolor incluye medicamentos y terapias para tratar el dolor de una cirugía,

lesión o enfermedad. El dolor puede provocar cambios en la salud física y emocional,

como problemas de depresión y de insomnio. El manejo del dolor podría ayudarlo a

descansar, sanar y regresar a sus actividades diarias. El manejo del dolor también puede

ayudar a aumentar su apetito, el sueño y la energía y mejorar su estado de ánimo y las

relaciones.
¿Cuáles son los tipos del dolor?

• El dolor agudo comienza repentinamente y dura poco tiempo. El dolor

generalmente desaparece a medida que el cuerpo sano, pero puede volverse crónico

si no se trata.

• Dolor crónico dura mucho tiempo o empeora. Éste puede durar por meses o años

debido a una condición crónica. Puede ser dolor que permanece después de usted

haberse recuperado de una lesión o enfermedad.

¿Cómo se diagnostica la causa del dolor?

• Un diario del dolor puede ayudar a determinar la causa de su dolor. El diario puede

ayudarlo a rastrear ciclos de dolor. Anote cuándo comenzó el dolor, cuánto duró y

su intensidad. También incluya cualquier cosa que haya empeorado o mejorado el

dolor.

• Las escalas del dolor pueden ayudar a medir cuánto dolor siente. Las escalas del

dolor pueden incluir números o expresiones faciales. Es probable que su médico le

pida que califique el dolor en una escala de 0 a 10.

• Una radiografía o una tomografía computarizada (TC) o una imagen por

resonancia magnética (IRM) se pueden usar para encontrar la causa de su dolor.

Es posible que le administren un líquido de contraste para que las imágenes se

aprecien mejor.

• Las pruebas de estímulo pueden ayudar a encontrar los nervios o músculos

afectados por el dolor.


¿Cómo se puede manejar de dolor sin medicamentos?

• La terapia de masaje ayuda a aliviar los músculos tensionados. Esto podría

ayudarlo a relajarse y disminuir el dolor.

• El ultrasonido puede ayudar a aliviar el dolor. El ultrasonido es un

procedimiento que utiliza ondas sonoras para crear el calor aplicado a los músculos.

• La acupuntura ayuda a reducir el dolor y otros síntomas. Se usan agujas

delgadas para equilibrar los canales de energía en el cuerpo.

• La biorretroalimentación ayuda a que el cuerpo responda de manera diferente

al dolor. Usted aprenderá cuál es su ritmo respiratorio y cardíaco cuando esté

relajado. Le ayudará a llevar su respiración y ritmo cardíaco a esos niveles cuando

siente dolor.

• La estimulación eléctrica puede utilizarse para controlar el dolor. La

electroestimulación nerviosa transcutánea (TENS) es un dispositivo portátil que se

pega a la piel. Usa señales eléctricas leves y seguras para ayudar a controlar el dolor.

La estimulación de la médula espinal (SCS) es un procedimiento que utiliza un

alambre de metal cerca de la médula espinal para ayudar a controlar el dolor. La

SCS también utiliza señales eléctricas suaves y seguras. La SCS se coloca mediante

una cirugía.

• La cirugía y otros procedimientos pueden ayudar a aliviar el dolor. Por

ejemplo, ondas de radio, térmicas (calor) o terapia con láser. La cirugía puede

incluir cortar nervios o reparar articulaciones que sean la causa de su dolor crónico.

Se puede realizar una cirugía si no funciona ninguna otra terapia.


¿Qué medicamentos de venta libre pueden usarse para el dolor?

• Los AINE, como el ibuprofeno, ayudan a disminuir la inflamación, el dolor y la

fiebre. Los AINE pueden causar sangrado estomacal o problemas renales en ciertas

personas. Si usted está tomando un anticoágulante, siempre pregunte si los AINEs

son seguros para usted. Siempre lea la etiqueta de este medicamento y siga las

instrucciones. No administre este medicamento a niños menores de 6 meses de

vida sin antes obtener la autorización de su médico.

• Acetaminofén alivia el dolor y baja la fiebre. Está disponible sin receta médica.

Pregunte la cantidad y la frecuencia con que debe tomarlos. Siga las indicaciones.

Lea las etiquetas de todos los demás medicamentos que esté usando para saber si

también contienen acetaminofén, o pregunte a su médico o farmacéutico. El

acetaminofén puede causar daño en el hígado cuando no se toma de forma correcta.

No use más de 4 gramos (4000 miligramos) en total de acetaminofeno en un día.

• Una crema, gel o parche para el dolor puede aplicarse a la piel en las zonas

dolorosas.

¿Qué medicamentos recetados pueden usarse para el dolor?

• Varias clases de medicamentos para el dolor recetados están disponibles. Por

ejemplo, un medicamento para el dolor opiáceo o narcótico. Se pueden utilizar

analgésicos de venta con receta para el dolor a corto plazo (agudo). Es posible

que estos medicamentos no se administren para el control del dolor a largo plazo

(crónico). Además, algunos medicamentos para el dolor recetados contienen

acetaminofén. No tome otros medicamentos que contengan acetaminofén sin

consultarlo con su médico. Demasiado acetaminofeno puede causar daño al

hígado.
• Relajantes musculares ayudan a reducir dolor y espasmos musculares.

• Esteroides disminuyen la inflamación que causa el dolor.

• Los anestésicos se pueden administrar con una inyección en o alrededor de un

nervio para bloquear signos de dolor de los nervios.

• Los medicamentos contra la ansiedad disminuyen la ansiedad. Altos niveles

de ansiedad hacen que el dolor sea más difícil de manejar.

• Antidepresivos se pueden usar para disminuir o prevenir síntomas de depresión

o ansiedad. Estos también pueden ser utilizados para tratar el dolor de los

nervios.

• Los anticonvulsivos se utilizan generalmente para controlar las convulsiones.

También pueden usarse para disminuir el dolor crónico.

¿Qué puedo hacer para controlar el dolor?

Lo siguiente puede ser útil si usted tiene dolor leve o dolor entre dosis de los

medicamentos:

• Aplique calor o hielo según lo indicado. El calor también alivia los espasmos

musculares. El hielo puede ayudar a evitar el daño de los tejidos. Su médico puede

recomendarle solo calor o solo hielo, o indicarle que alterne. Para el calor, utilice

una compresa o almohadilla caliente o una toallita tibia.

• La temperatura no debe ser lo suficientemente caliente como para quemarle la piel.

Aplíquese calor de 20 a 30 minutos cada 2 horas durante los días que le indiquen.

Para el hielo, use un paquete de hielo o ponga hielo molido dentro de una bolsa
plástica. Envuelva el hielo con una toalla antes de colocarlo sobre su piel. Aplique

hielo por 15 a 20 minutos por hora o según indicaciones.

• Eleve la zona dolorida por encima del nivel del corazón, si es posible. Esto va a

disminuir inflamación y el dolor. Use almohadas o cobijas dobladas para elevar la

zona dolorida de forma cómoda.

• Aplique compresión con un vendaje elástico o faja abdominal según se le haya

indicado. Un vendaje elástico se puede utilizar después de la cirugía en la

articulación, como la rodilla. Una faja abdominal puede usarse para cirugías en el

abdomen.

• Utilice dispositivos para ayudarlo a moverse y disminuir el dolor. Estos

dispositivos le pueden ayudar a quitar presión de la lesión y brindar apoyo adicional.

Los dispositivos de asistencia incluyen férula, bastón, muletas o caminador. Las

rodilleras y las abrazaderas ayudan a disminuir el dolor y brindan apoyo adicional

para las rodillas.

• La aromaterapia utiliza esencias para relajarse, aliviar el estrés y disminuir el

dolor. Pueden utilizarse aceites, extractos o fragancias de flores, hierbas y árboles.

Estos pueden ser inhalados o usados durante masajes, faciales, envolturas

corporales, y baños.

• La meditación le enseña a examinar su propio interior. El objetivo de la

meditación es ayudar a que usted tenga más calma y mayor tranquilidad.

• La imaginación guiada le enseña a representarse una imagen en su

mente. Aprenderá a centrarse en la imagen en lugar de su dolor. Es posible que le


ayude a aprender a cambiar la manera en que su cuerpo percibe y reacciona frente al

dolor.

• La música puede ayudar a aumentar su nivel de energía y mejorar su estado de

ánimo. También puede ayudar a reducir el dolor al provocar que su cuerpo libere

endorfinas. Estos son químicos naturales del cuerpo que disminuyen el dolor. La

música puede utilizarse con cualquiera de las otras técnicas, como relajación y

distracción.

• La autohipnosis es una forma de dirigir su atención a algo distinto a su

dolor. Usted podría repetir una afirmación positiva para ignorar el dolor o percibirlo

de forma positiva.

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