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El verbo “calcular” se refiere a resolver un problema

matemático mediante las distintas operaciones que se requieran


con los datos que se tengan para llegar a un resultado. En otras
acepciones, el término también puede referirse a
un padecimiento de salud, en el que se desarrollan piedras en
algún órgano del cuerpo; o también el que es aplicado a otras áreas
profesionales.

La etimología de la palabra proviene del latín calculus que


significa “piedrita”, debido a los elementos en forma de bolitas del
ábaco con los que se contabilizaban cosas. En la antigüedad se
utilizaban bolitas de piedra para contabilizar el ganado, cada
piedrita representando un animal.

En la vida cotidiana es tan importante, que usualmente las


personas realizan cálculo mental en sus actividades diarias,
aplicándolo para tareas en el hogar, la escuela o el trabajo, y en el
área laboral es de gran utilidad para realizar diversas cuentas como
el cálculo de nómina.

Sus primeros orígenes se remontan a la antigua Grecia, hace


aproximadamente 2.500 años, cuando lograron hallar el área de un
círculo con el método exhaustivo, que consiste en aproximar un
resultado basado en la geometría, y mientras más complejas sean
las cuentas, más aproximado será.

Siglos más adelante, se desarrolló en el XVII para resolver


varios problemas, que fueron hallar los valores mínimo y máximo
de un rango; la longitud de una curva y su tangente en un
determinado punto; el área de una región; el volumen de un sólido;
hallar la aceleración, distancia y velocidad de un cuerpo en un
instante aleatorio.

Mentes brillantes como Aristóteles, Platón, Tales de Mileto, Zenón


y Pitágoras, pusieron las primeras piedras en la construcción del
cálculo tal y como se conoce hoy día.

El cálculo, desde otra perspectiva, trata de estimar la magnitud de los cambios


en las variables, así como de determinar medidas como longitudes, áreas,
volúmenes, etc.
El cálculo, también, se puede definir, valga la redundancia, como la acción de
calcular. Es decir, de hacer una operación aritmética o algebraica.

Cabe destacar que, cuando el cálculo es aritmético, consiste en sumar, restar,


multiplicar, dividir, o efectuar cualquier otra operación con números. En cambio,
en el campo del álgebra, se realizan los mismos procedimientos, solo que a un
nivel más abstracto y reemplazando números por letras (cuando el valor es una
incógnita).

Como damos a entender líneas arriba, el cálculo se vincula con la geometría,


siendo este necesario para hallar las medidas que presentan las figuras
geométricas, como su perímetro y su volumen.

El cálculo se aplica en diversos ámbitos profesionales, como la arquitectura, la


ingeniería, la informática, la contabilidad, la economía y las finanzas.
En ese sentido, existe el cálculo actuarial. Esta es una modalidad de las
matemáticas aplicadas, que sirve para predecir o simular determinados hechos
económicos. Por otro lado, el cálculo vectorial es el análisis de vectores en
dos o más dimensiones.

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