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Palacio de las Tullerías

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Palacio de las Tullerías
Palais des Tuileries
Achille Quinet, Arc du Carrousel, c. 1870.jpg
El palacio de las Tullerías detrás de su entrada monumental, el Arco del Carrusel.
Localización
País Francia
Ubicación París, Bandera de Francia Francia
Coordenadas 48°51′44″N 2°19′57″E
Información general
Estado Demolido
Usos Palacio real
Estilo Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, Neobarroco, Estilo Segundo
Imperio
Primera piedra 1564
Construcción 1564
Demolido 1883
Diseño y construcción
Arquitecto Philibert de l'Orme (1564-1570)
Jean Bullant (1570-1578)
Baptiste Androuet du Cerceau (1578-1582)
Louis Le Vau (1659-1667)
Jacques-Germain Soufflot (1763-?)
Charles Percier (1802-1812)
Pierre Fontaine (1802-1848)
Hector-Martin Lefuel (1852-1870 y 1874-1879)
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El palacio de las Tullerías (en francés, Palais des Tuileries) fue un palacio
imperial y real situado en el centro de París, formando junto al Louvre un único
complejo arquitectónico.

Construido como maison de plaisance (capricho) para la reina madre Catalina de


Médicis, el palacio se usó raramente hasta 1789. En plena efervescencia de la
Revolución francesa, Luis XVI y su familia trasladaron su residencia de Versalles a
las Tullerías; a partir de entonces, el palacio se convertiría en la principal
residencia de los monarcas franceses en el siglo XIX. Por metonimia, "las
Tullerías" pasó a designar la jefatura del Estado francés y fue el centro político
de Francia de 1789 a 1870.

Durante mayo de 1871, el palacio de las Tullerías fue uno de los varios edificios
oficiales incendiados por los miembros de la Comuna de París.1 El nuevo régimen
republicano decidió su demolición definitiva en 1883.

Del antiguo palacio solo se conserva el anexo jardín de las Tullerías, que alberga
el Musée de l'Orangerie y la simétrica Galerie nationale du Jeu de Paume. El
palacio de las Tullerías se situaba justo entre el jardín homónimo (oeste) y el
actual Musée du Louvre (este).

Índice
1 Origen del nombre
2 Historia
2.1 La maison de plaisance de Catalina de Médicis (1563-1582)
2.2 El Grand Dessein de Enrique IV (1595-1609)
2.3 La ampliación barroca de Luis XIV (1659-1667)
2.4 El siglo XVIII: música y teatro
2.5 Residencia real durante la Revolución francesa (1789-1792)
2.6 El Terror y el Directorio (1792-1799)
2.7 El Consulado (1799-1804)
2.8 El Primer Imperio (1804-1815)
2.9 La Restauración Borbónica (1815-1830)
2.10 La Monarquía de Julio (1830-1848)
2.11 La Revolución de 1848 y la Segunda República (1848-1852)
2.12 El Segundo Imperio (1852-1870)
2.12.1 El Nouveau Louvre
2.12.2 Las Nouvelles Tuileries
2.13 La caída del Imperio (septiembre de 1870)
2.14 El gobierno provisional (septiembre de 1870 - marzo de 1871)
2.15 La Comuna y la destrucción del palacio (marzo-mayo de 1871)
2.16 Las ruinas durante la Tercera República (1871-1883)
2.17 Vestigios
2.17.1 En París
2.17.2 En otros sitios
2.18 Propuesta de reconstrucción
3 Notas y referencias
4 Bibliografía
5 Enlaces externos
Origen del nombre
El nombre es una castellanización del original francés Palais des Tuileries, cuya
traducción correcta sería Palacio de las tejerías, nombrado así por las fábricas de
tejas (tuiles en francés) que existían antiguamente en lo que luego sería el
emplazamiento del palacio,2 las cuales se derruyeron para permitir su construcción.

Localización del palacio (líneas rojas), entre las dos alas del Louvre que se abren
al Jardin des Tuileries.
Historia
Antes de la construcción del palacio, ocupaban los terrenos solares vacíos y
fábricas de tejas (tuiles en francés), situados fuera de la murallas que Carlos V
había mandado construir durante la segunda mitad del siglo XIV.

La maison de plaisance de Catalina de Médicis (1563-1582)


Tras la muerte de su esposo, el rey Enrique II de Francia, la reina madre Catalina
de Médicis pidió al arquitecto Philibert de l'Orme edificar allí un palacio.Fo. 1
La intención era que el edificio sirviera de retiro para la Reina Madre, lejos del
tumulto de la corte (situada en el cercano Louvre), pero al mismo tiempo lo
suficientemente cerca para mantener una cierta influencia política.3 Asimismo, el
amplio jardín italiano que se tenía que construir anexo al palacio, buscaba
rememorar a los jardines florentinos en los que la reina Catalina había pasado su
infancia.

Elevación y planta del proyecto original del palacio.


La idea inicial proyectaba la construcción de un edificio rectangular organizado
alrededor de tres patios interiores y conformado por pabellones conectados por
galerías. La profusa decoración escultórica de las fachadas, típica del
renacimiento francés, recordaba al Ala de Francisco I en el Blois o a la fachada
que Pierre Lescot había construido pocos años antes en el Louvre.

El palacio (inacabado) y el jardín hacia 1570.


Sin embargo, el proyecto original jamás llegó a terminarse. Iniciado en 1563, las
obras avanzaron de forma lenta. Tras la muerte de De l'Orme en 1570 le sustituyó
Jean Bullant,Fo. 2 aunque todo se paralizó hacia 1574 y Bullant murió cuatro años
después. Cuenta la leyenda, que la supersticiosa Catalina recibió un día la
predicción de que moriría "cerca de Saint-Germain" y, creyendo que se trataba de la
cercana de iglesia parroquial de Saint-Germain, la reina ordenó paralizar las obras
de las Tullerías.Nota 1 Lo más probable, no obstante, es que el proyecto avanzara
con lentitud a causa de la inestabilidad política, los conflictos religiosos y
ciertas dificultades económicas.Fo. 3 A partir de 1572, Catalina de Médicis
trasladó su residencia al hoy desaparecido Hôtel de Soissons.4Durante el reinado de
Enrique III, hubo un efímero reinicio de las obras, de 1578 a 1582, bajo la
dirección de Baptiste Androuet du Cerceau, hijo del afamado tratadista Jacques
Androuet du Cerceau. Así pues, del proyecto original, solo llegó a emerger del
suelo un ala, la que daba al jardín, apenas un sexto de todo lo proyectado. En el
centro de dicha ala había un pabellón cubierto por una cúpula elíptica, al sur el
llamado Pavillon Bullant en honor a su arquitecto, y al norte un pabellón inacabado
del que solo se llegó a construir la planta baja.

Proyecto original de De l'Orme del palacio y el jardín de las Tullerías.


Sí que se llegó a terminar, sin embargo, el anexo jardín de las Tullerías, ejemplo
de jardín italiano, y que sirvió de lugar de esparcimiento a la corte, alojada en
el Louvre. A través de dicho jardín, el rey Enrique III huiría de París en mayo de
1588 durante el Día de las barricadas.5 Catalina de Médicis falleció en 1589 y su
hijo Enrique III murió asesinado el mismo año.

El inacabado palacio de las Tullerías hacia 1570, según un grabado de Theodor


Hoffbauer.
El Grand Dessein de Enrique IV (1595-1609)
Después de años de conflictos religiosos y políticos, la llegada del primer Borbón
al trono de Francia, Enrique IV, supuso, a la par, el inicio de una etapa de
estabilidad y de fiebre constructiva. Grandes proyectos como la Place Dauphine, la
Place Royale o el Château Neuf de Saint-Germain-en-Laye son prueba de ello.

El Grand Dessein, según un fresco del castillo de Fontainebleau.


Instalado en el Louvre, Enrique IV decidió unir dicho palacio con las Tullerías: el
proyecto se llamó el Grand Dessein (el Gran Proyecto), no obstante aunque se sabe
que el propio soberano tomó parte activa en los diseños, se desconoce el nombre del
arquitecto, barajándose, sin mucha certidumbre, los nombres de Jacques II Androuet
du Cerceau y Louis Métezeau. Entre 1595 y 1607 se construyó una larga galería, la
Grande Galerie, paralela al río Sena, que unía ambos palacios. Al oeste, en su
unión con las Tullerías se erigió, de 1603-1609, el Gros Pavillon, un monumental
pabellón, más tarde llamado Pavillon de Flore. Al este, otra galería, la Petite
Galerie, servía de conexión con el Louvre. A partir de entonces, la evolución
histórica y arquitectónica del Louvre y de las Tullerías estaría inextrincablemente
ligada.Fo. 4

El complejo Louvre-Tuileries en 1615, según el mapa Merian.


La muerte de Enrique IV en 1610 sumió otra vez a las Tullerías en un periodo de
letargo, paralelamente, sin embargo, el palacio del Louvre experimentaba
importantes transformaciones arquitectónicas.

La ampliación barroca de Luis XIV (1659-1667)


Las Tullerías conocieron entonces un periodo de abandono. Durante el reinado de
Luis XIII, las obras de ampliación de Louvre acapararon la atención de la Corona.
Dichas obras se prolongaron bajo el reinado de su hijo y sucesor, Luis XIV. Fue sin
embargo este último quien decidió reanudar las obras del palacio. Como la
ampliación del Louvre renacentista parecía eternizarse, el Rey Sol y su
superintendente Colbert decidieron, paralelamente, la ampliación de las Tullerías,
para que éstas sirvieran de residencia alternativa. El afamado arquitecto Louis Le
Vau, que había construido Vaux y que más tarde ampliaría Versalles, fue el
encargado de dirigir las obras, junto con su discípulo François d'Orbay.
Desde 1659 y hasta 1662, Le Vau se encargó de corregir la disimetría del viejo
palacio de Catalina de Médici: el Pavillon de Flore recibió su pendant con el
Pavillon de Marsan (situado en el extremo norte), del mismo modo que el Pavillon du
Théâtre equilibraba al Pavillon Bullant. En esta nueva sección norte se edificó,
además, el elemento más llamativo del interior del palacio: un teatro. La inmensa
sala se empezó en 1660 y fue inaugurada el 7 de febrero de 1662 con el ballet
Ercole Amante de Franceso Cavalli6 y pronto recibió el nombre de Salle des Machines
(Sala de las Máquinas) debido a sus elaborados mecanismos, obra de los ingenieros
italianos Gaspare y Carlo Vigarani. Con un aforo de casi 4000 espectadores, la
Salle des Machines se consideró una de la mayores de Europa.Fo. 5 No obstante, su
éxito fue efímero. Además de la inauguración de 1662, la sala solo se usaría otra
vez en 1671 para la première de la tragedia ballet Psyché de Moliere.Fo. 6

La nueva fachada oeste de las Tullerías en época de Luis XIV con todos los
pabellones.
A continuación, el objetivo de Le Vau fue armonizar los estilos disparejos de las
distintas construcciones (la exuberancia renacentista por un lado y la
monumentalidad barroca por otro). Por ello, entre 1662 y 1665 el viejo palacio del
siglo XVI se remodeló por completo, todas las fachadas se rehicieron de nuevo en
estilo clasicista francés, y de la obra de Philibert de l'Orme solo sobrevivieron
las arquerías o loggias que daban al jardín. También se rehízo el viejo pabellón
central con su cúpula elíptica y en su lugar se erigió un pabellón al estilo del
Pavillon de Flore y de Marsan con una cúpula cuadrangular, dicho pabellón recibió
el nombre de Pavillon de l'Horloge a causa del reloj que había en una de sus
fachadas. La fachadas de las Tullerías alcanzaron entonces una longitud de 328
metros.Fo. 7Los alrededores del Palacio de la Tullerías sufrirían también
importantes transformaciones durante el reinado de Luis XIV. Al oeste, André le
Nôtre remodeló el jardín homónimo . Desde 1664, el paisajista transformó el
recluido jardín à l'italienne en un grandioso jardín à la française; se anunciaban,
ya, los fastos de Versalles. En la zona este, otro pequeño jardín se eliminó para
crear una amplia cour d'honneur. En dicho patio se celebró, en junio de 1662, un
carrusel (desfile militar)7 que daría nombre al lugar: la Place du Carrousel (plaza
del Carrusel).8

Carrusel celebrado por Luis XIV en 1662, fachada este de las Tullerías.
Por último, los interiores fueron completamente remozados de 1666 a 1667,
recibieron una suntuosa decoración en base a frescos rodeados de elaboradas
cartelas y estucos dorados.Fo. 8 La planta principal del palacio se organizó de la
siguiente manera:Fo. 9

el Grand Appartement de Luis XIV (cara al Carrousel): Escalera, Salón de la Cúpula


(en el pabellón central), Sala de Guardias, Antecámara, Chambre de parade
(Dormitorio de ceremonia), Gran Gabinete y Galería de los Embajadores.
el Petit Appartement de Luis XIV (cara al jardín): Antecámara, Dormitorio, Oratorio
y Gabinete.
el Appartement de la reina María Teresa de Austria (cara al jardín): Sala,
Antecámara, Chambre de parade, Dormitorio, Gabinete y Oratorio.
la mitad norte del palacio la ocupaban la capilla y la Salle des Machines.
Los aposentos de la planta baja repetían una distribución muy parecida:

el Grand Appartment bajo y el Petit Appartment bajo de Luis XIV: idéntica


distribución que los de arriba pero sin galería, estaban destinados a la vida
diaria del monarca.
el Appartment del delfín Luis de Francia: se situaba justo debajo del de su madre
la reina y con igual distribución.
La Galería de los Embajadores (o Galería de Diana en el siglo XIX) en las
Tullerías, acuarela de Fournier (circa 1860).
En total, el monarca francés poseía cuatro aposentos en el nuevo palacio de las
Tullerías, dos en cada piso. Sin embargo, cada vez mostraba más interés por
Versalles y más disgusto hacia París. Una vez terminadas las ampliaciones, el rey y
la corte se trasladaron al palacio en el invierno de 1666, con lo que terminó para
siempre el uso del Louvre como residencia real. La relevancia de las Tullerías fue,
no obstante, de corta duración: Luis XIV solo pasó tres inviernos en el palacio,
siendo su último invierno el de 1671. A partir de 1678, los presupuestos para las
obras de Versalles se dispararon mientras que las del inacabado palacio del Louvre
se desplomaban. En 1682, el rey Sol trasladó de forma permanente la corte a
Versalles.

En palabras del embajador veneciano Foscarini:9

Mucho se ha dicho sobre que el rey había abandonado París como consecuencia de un
resentimiento, aún vivo, hacia las revoluciones ocurridas en tiempos de su minoría
de edad [la Fronda]; pero el hecho que Su Majestad aborrezca todas las ceremonias
donde hay gentío, su deseo de evitar las reuniones populares nos hacen ver que él
no detesta París, sino al populacho de París y que prefiere residir en un lugar
donde él sea siempre el más fuerte. Los trágicos ejemplos de los reyes sus
antecesores han aumentado su desconfianza natural.
El siglo XVIII: música y teatro

Planta de la Salle des Machines y la nueva Salle Soufflot.


París y las Tullerías perdieron su rey con el traslado de la corte a Versalles,
pero el palacio continuó siendo la residencia oficial del monarca en la capital.
Tras la muerte de Luis XIV y durante la regencia del duque de Orleans, el joven
Luis XV vivió en el palacio de 1715 a 1722, en dicho año la corte se reinstaló en
Versalles.Fo. 10 Luis XV volvió a habitar el palacio, brevemente, en noviembre de
1744 volviendo de Metz y en mayo de 1745 de vuelta de Fontenoy, en ambos casos en
el contexto de la guerra de Sucesión Austríaca.1011

Las Tullerías fueron habitadas entonces por algunos cortesanos a los que el rey
había concedido apartamentos, y por numerosos artistas a los que se permitía vivir
y tener talleres en el palacio. Así pues, al escenógrafo Giovanni Niccolò
Servandoni se le permitió vivir en el palacio y abrir, en 1739, una exposición de
"panoramas" (dioramas) en la antigua Salle des Machines.12 Otro ejemplo es el de la
condesa de Marsan, Gobernanta de los Enfants de France, que vivió durante décadas
en el pabellón norte, llamado desde entonces Pavillon de Marsan.13

Asimismo, la ausencia real de las Tullerías se compensó con una intensa vida
musical y teatral, convirtiendo el palacio en uno de los mayores centros de
difusión cultural del Siglo de las Luces francés.Fo. 11 Cuando en 1763 un incendio
destruyó sus instalaciones en el Palais Royal, la Opéra de París se vio obligada a
buscar una nueva sede. Decidió instalarse entonces en la inmensa, pero vetusta,
Salle des Machines de las Tullerías.14 El arquitecto Jacques-Germain Soufflot
encabezó las reformas necesarias, que consistieron en construir una nueva sala en
la parte delantera del escenario de la vieja sala. La capacidad de la nueva Salle
Soufflot, como se la llamó, era bastante inferior a la antigua (500 plazas frente a
4000. El auditorio de la vieja Salle des Machines permaneció inalterado, usándose
como almacén para decorados.Fo. 12

En 1770, la Comédie-Française se instaló en la Salle Soufflot,15 que estaba vacante


porque la Ópera de París se había trasladado a su nueva sala del Palais Royal. Ocho
años después, en la sala de las Tullerías, se celebró la première de la polémica
obra de Beaumarchais, El barbero de Sevilla. A partir de 1782 y hasta la
Revolución, la Salle Soufflot alojó al Thêatre de Monsieur, compañía teatral así
llamada por estar bajo el patronazgo de Monsieur, apelativo dado al hermano de Luis
XVI, el conde de Provenza.

Residencia real durante la Revolución francesa (1789-1792)


Es paradójicamente a la Revolución francesa cuando el palacio de las Tullerías se
convierte en residencia real y adquiere relevancia como centro del poder político.

Algunos de los primeros altercados de 1789 se produjeron en el jardín de las


Tullerías. El día 12 de julio por la tarde, la multitud se reunió para protestar
por la destitución de Necker, se lanzaron piedras, sillas y botellas contra los
soldados mercenarios del regimiento Royal-Allemand al mando del príncipe de
Lambesc, quien respondió cargando contra la multitud.

Sin embargo, el devenir del palacio de las Tullerías no cambió radicalmente sino
hasta las jornadas del 5 y 6 de octubre de 1789. En dicha fecha, Luis XVI y su
familia fueron obligados a abandonar el aislamiento de Versalles, símbolo de la
monarquía absoluta y trasladarse a las Tullerías, viviendo entre sus súbditos como
símbolo de la monarquía constitucional que se quería instaurar.Fo. 13 Del mismo
modo, la Asamblea Constituyente también se vio obligada a trasladarse a París,
estableciendo su sede en la antigua manège (en español, picadero) del palacio
situada en el extremo norte de jardín (en el sitio de la actual Rue de Rivoli).

La familia real asistiendo a misa en la Galerie de Diane.


En un principio, la instalación de la familia real en el vetusto palacio no fue
fácil, al encontrarse éste habitado por numerosos cortesanos y artistas a los que
los anteriores monarcas había cedido los espacios. Dichos habitantes fueron echados
rápidamente y poco a poco el palacio fue recibiendo mobiliario de otras residencias
reales o del guardamuebles de la Corona.Fo. 13

Los aposentos se distribuyeron de la siguiente manera:Fo. 1416

el grand appartement de parade se situaba en la larga enfilada de salas del primer


piso al lado del Carrousel.
el appartement privé del rey Luis XVI y las estancias de sus hijos, el delfín Luis
y la princesa María Teresa, se localizaban en los antiguos aposentos de la reina
María Teresa de Austria cara al jardín.
el appartement de la reina María Antonieta estaba en la planta baja al lado del
jardín, justo debajo de sus hijos, en las antiguas estancias del delfín Luis (hijo
de Luis XIV) que habían sido redecoradas y remozadas por la condesa de Lamarck poco
antes del estallido de la Revolución.
la princesa Isabel y la princesa de Lamballe se repartían el primer piso y la
planta baja, respectivamente, del Pavillon de Flore.
las princesas Adelaida y Victoria tenían destinadas el primer piso y la planta
baja, correspondientemente, del Pavillon de Marsan; aunque residieron sobre todo en
su castillo de Bellevue en Meudon.
Por su parte, el conde de Provenza se instaló en su residencia del palacio del
Luxemburgo, el conde de Artois ya había partido al exilio.Fo. 14

Con excepción del verano de 1790 que pasaron en Saint-Cloud, la familia real
viviría en las Tullerías durante tres largos años. Pero poco a poco, a raíz de las
discrepancias con la Asamblea Constituyente, se convertiría en su prisión dorada.
La muerte de Mirabeau, la Constitución Civil del Clero, los sucesos de Pascua de
1791 o el licenciamiento de la guardia real empujaron a Luis XVI a intentar una
huida de la capital.

María Antonieta el 20 de junio de 1792.


Fue la noche del 20 de junio de 1791, cuando el rey y su familia salieron del
palacio para intentar reunirse con tropas leales a la corona estacionadas en
Montmédy. Apenas un día después, la familia real fue descubierta y detenida en
Varennes, el día 25 volvían a las Tullerías. Oficialmente, se dijo en un primer
tiempo que Luis XVI no había huido, sino que había sido secuestrado por un grupo de
aristócratas. Sin embargo, la llamada Fuga de Varennes dañó la imagen de la
monarquía y ni siquiera la firma de la nueva Constitución en septiembre del mismo
año logró frenar la caída de su popularidad.

El asalto de las Tullerías el 10 de agosto de 1792.


La carestía de alimentos, el alza de los precios, las derrotas del ejército francés
frente a la invasión de los ejércitos austriacos y prusianos, el descrédito del rey
que no aceptaba la pérdida de su poder absoluto y esperaba la victoria de las
potencias extranjeras,17 y los encendidos discursos de Danton y Marat encresparon
los ánimos de las clases populares parisinas, que asaltaron la residencia real el
20 de junio de 1792, siendo desalojados más tarde, y el 10 de agosto,18 obligando
esta vez al rey y a su familia a refugiarse en la sede de la Asamblea Legislativa.

Ese mismo día, mientras las Tullerías eran saqueadas y la Guardia Suiza masacrada,
la Asamblea votó la "suspensión" de Luis XVI, encarcelado días más tarde, junto con
su familia, en el Temple.

El Terror y el Directorio (1792-1799)

El nuevo hemiciclo de la Convención.


La Convención Nacional, el nuevo parlamento republicano dominado por jacobinos y
cordeliers, tomó posesión del antiguo palacio real, y en la Salle Soufflot (ver más
arriba) se proclamó la República el 21 de septiembre de 1792.

El nuevo régimen encargó pronto al arquitecto Jacques-Pierre Gisors la destrucción


de la Salle des Machines y de la Salle Soufflot para crear un nuevo hemiciclo para
las sesiones de la Convención.Fo. 15 Las oficinas del gobierno revolucionario, y
entre ellas las del Comité de Salud Pública, se instalaron en los antiguos
aposentos reales. Al mismo tiempo, los pabellones Flore, de l'Horloge y Marsan se
renombraron como Égalité, Unité y Liberté respectivamente.Fo. 16

La Tullerías se mantuvieron, por lo tanto, durante el Terror como el centro del


poder político de Francia. Una de las últimas insurrecciones revolucionaria tuvo
precisamente lugar en el palacio cuando, el 1 de pradial del año III (20 de mayo de
1795 según el calendario republicano), los jacobinos asaltaron la cámara
legislativa y decapitaron al diputado girondino Jean-Bertrand Féraud.

Con la proclamación de Directorio en 1795, el poder político se repartió: el


Consejo de los Ancianos o cámara alta se instaló en la antigua sala de la
Convención,Fo. 17 mientras que el Consejo de los Quinientos lo hizo en el Palais
Bourbon; los directores, por su parte, residieron en el Luxembourg.19

El Consulado (1799-1804)

El Palacio de las Tullerías bajo el Primer Imperio.


Después del golpe de Estado de Brumario, el general Bonaparte, ahora Primer Cónsul
de la República, residió en la antigua residencia de los directores en el
Luxembourg, pero a partir del 19 de enero de 1800 se instaló en el palacio parisino
por excelencia: las Tullerías.Fo. 17 A partir de entonces y hasta 1870, con breves
excepciones, el Palacio de las Tullerías sería el centro del poder político de
Francia.

El arquitecto que el Directorio había nombrado para las Tullerías, Étienne Chérubin
Leconte, tuvo apenas tres meses para adaptar el palacio como nueva residencia
consular y eliminar los despachos de los aposentos para nuevamente convertirlos en
habitables. No obstante, apenas instalado Napoléon, Leconte fue despedido y Charles
Percier y Pierre François Léonard Fontaine le sustituyeron. Ambos se convertirían
en arquitectos de cabecera de Napoléon y Fontaine acabaría dirigiendo todas las
transformaciones del palacio hasta la tardía fecha de 1848.Fo. 17

Napoléon ocupó el antiguo appartement de los hijos de la familia real así como el
dormitorio de Luis XVI, todo ello situado en el primer piso cara al jardín. Por su
parte, su esposa Josefina se instaló justo debajo, en las estancias de la
infortunada María Antonieta. Ambos aposentos, que no eran excesivamente extensos,
comprendían una sala de guardias, un primer salón, un gran salón, un dormitorio, un
tocador/vestidor y un despacho. También los hijastros de Napoléon, Eugenio y
Hortensia, se trasladaron al palacio. Asimismo, el tercer cónsul Lebrun residió en
el Pavillon de Flore (hasta 1802), mientras que el segundo, Cambacérès, prefirió el
Hôtel d'Elbeuf, frente al palacio.Fo. 17Fo. 18

Aparte de la dignificación interior del palacio, el exterior también se embelleció.


A partir de 1801, las construcciones parasitarias de plaza del Carrousel
desaparecieron dejando un amplio espacio libre apto para las revistas militares, el
cual no sufriría modificaciones hasta finales del siglo XIX. También se prosiguió
con la construcción de una verja ya empezada en tiempos de la Revolución.Fo. 19

El Primer Imperio (1804-1815)

Salón del trono de las Tullerías.


El 2 de diciembre de 1804, Napoléon partió junto con su esposa rumbo a Notre-Dame
para ser coronado "Emperador de los franceses" (Empereur des français). Durante el
evento, el papa Pío VII se alojó en el Pavillon de Flore del 28 de noviembre al 4
de abril, ejemplificando la normalización de la relación con la Santa Sede después
del anticlericalismo revolucionario.20 Inmediatamente antes de la coronación, el
antigua chambre de parade de Luis XIV cara al Carrousel fue transformada en Salón
del Trono, conservaría dicha función hasta la desaparición del palacio.Fo. 20La
progresiva expansión del Imperio francés y las victorias en los sucesivos
conflictos se tradujeron en mejoras y embellecimientos de los interiores del
palacio. De 1805 a 1808, Percier y Fontaine restauraron el Grand Appartment cara al
Carrousel, se construyó una nueva capilla de corte en el Pavillon du Théatre (ver
más arriba) y la antigua sala de la Convención dio paso a la nueva Salle de
Spectacles rodeada de un pórtico de columnas jónicas y cubierta por cúpulas
doradas.Fo. 21

En 1808, los arquitectos, se concentraron en los aposentos privados del emperador y


la emperatriz, ampliándolos dos nuevos dormitorios en el Pavillon Bullant, sendos
dormitorios recibieron un suntuoso mobiliario style Empire que hoy se conserva en
el Grand Trianon.2122Fo. 22

Cama de Napoléon, hoy en el Grand Trianon.


Al mismo tiempo, de 1806 a 1808, se construyó una entrada triunfal al palacio: el
arco del Carrousel y una verja que separaba la cour d'honneur del la Plaza del
Carrousel y del barrio de callejuelas estrechas que había entre las Tullerías y el
Louvre.2324 Más tarde, en 1809, empezó la construcción de la Aile Neuve, una nueva
ala que partía del Pavillon de Marsan y que, paralela a la Rue de Rivoli (abierta
en la misma época), debía unirse con el Louvre pero que no se llegó a terminar.25
Fo. 23

En 1810, las Tullerías alcanzaron su cenit cuando fueron escenario de la boda entre
Napoléon y la archiduquesa María Luisa, el cortejo nupcial partió del palacio y
recorrió toda la Grande Galerie hasta el Salon Carré del Louvre, donde se ofició la
misa nupcial. El banquete, por su parte, tuvo lugar en la Salle de Spectacles.2627
En los aposentos de la Emperatriz nació, en marzo de 1811, el rey de Roma.
En el apogeo del Primer Imperio francés los interiores de las Tullerías se
organizaban de la siguiente manera:Fo. 18

el Grand appartement (en el primer piso cara al Carrousel y prácticamente


inalterado desde época de Luis XIV): Escalera, Salón de los Mariscales, Salón de
los Grandes Oficiales, Salón de los Príncipes o de la Paz, Salón del Trono, Gran
Gabinete del Emperador y Galería de Diana.
en el ala norte del primer piso: Escalera, Salas del Consejo de Estado, Capilla y
Salle de Spectacles.
el Appartement del Emperador (en el primer piso cara al jardín): Sala de Guardias,
Primer Salón, Gran Salón, Gabinete de trabajo, Gabinete topográfico, Dormitorio y
Cabinet de toilette.
el Appartement de la Emperatriz (en la planta baja cara al jardín, debajo del
anterior): Antecámara, Primer Salón, Segundo Salón, Billar, Gabinete, Dormitorio,
Boudoir y Sala de baños; Comedor y Sala de Música (esta dos últimas salas cara al
Carrousel).
el Appartement del rey de Roma (en la planta baja cara al Carrousel).

El Salón des Maréchaux (Salón de los Mariscales) en el pabellón central decorado


con retratos de los mariscales de Napoléon.
Durante la desastrosa Campaña de Francia, Napoléon evacuó la capital ante la
llegada de las tropas de la Sexta Coalición, que tomaron la ciudad después de la
batalla de París el 31 de marzo. El emperador abdicó días más tarde, el 6 de abril
de 1814, en Fontainebleau. Desde el 3 de mayo el palacio de las Tullerías fue
habitado por Luis XVIII, monarca restaurado en el trono.

Sin embargo, Napoléon logró escapar de la Isla de Elba y emprender el retorno a


París. El 19 de marzo de 1815 al atardecer, Luis XVIII abandonaba el palacio en
dirección a Gante, el día siguiente al mediodía llegaba Napoléon, iniciando el
periodo de los Cien Días. Durante dichos meses, Napoléon I prefirió la intimidad
del Élysée a la magnificencia de las Tullerías, que habitó raramente.

La restauración de Napoléon en el trono fue de corta duración, después de ser


derrotado en Waterloo, signó su segunda y definitiva abdicación en el Palacio del
Elíseo el 22 de junio de 1815.

La Restauración Borbónica (1815-1830)

Fachada oeste del palacio hacia 1820.


Cuando Luis XVIII fue restaurado en el trono francés en 1814, la intención parecía
ser el retorno a Versalles, sin embargo, después de la vuelta de Napoléon y de los
Cien Días la idea quedó descartada. La Restauración quería plantearse como un
régimen conciliador y moderado, y por otro lado Versalles necesitaba una profunda
puesta a punto que las arcas del estado no podían permitirse. La corte se quedó en
las Tullerías, que por otro lado se encontraban en perfecto estado después del
remozamiento napoleónico.

Luis XVIII, se contentó en encargar al ex-arquitecto de Napoléon, Fontaine,


substituir las Ns por Ls y el águila imperial por la flor de lys. El monarca se
instaló en el antiguo appartement del emperador en el primer piso, la duquesa de
Angulema en el de la emperatriz en la planta baja (que había sido precisamente el
de su madre María Antonieta) y el duque de Angulema, al lado de su esposa, cara al
Carrousel, en las antiguas estancias del rey de Roma. El conde de Artois, por su
parte habitó el Pavillon de Marsan y el duque y la duquesa de Berry se instalaron
en el Élysée.Fo. 24

Luis XVIII en su gabinete, que anteriormente fue de Napoléon.


En esa época las Tullerías fueron conocidas con el sobrenombre de "le Château", en
oposición al de "le Palais" que había tenido en época napoléonica,28 y la corte de
Francia recuperó las elaborada etiqueta y jerarquía prerrevolucionarias. Sin
embargo, no fue un periodo de fastos y fiestas, Luis XVIII era inválido y tanto el
duque como la duquesa de Angulema eran de naturaleza seria y reservada. Sí que fue,
no obstante, un importante centro de intrigas políticas, sobre todo el Pavillon de
Marsan, residencia del conde de Artois, líder de la facción ultrarrealista. Solo la
instalación de la duquesa de Berry en el Pavillon de Marsan después del asesinato
de su marido en 1820 vino a alegrar un poco las cosas, la joven princesa quiso
animar el sombrío día a día del palacio con fiestas y bailes de disfraces sobre
todo a partir de 1828. También con el reinado de Carlos X la vida de corte se animó
un poco más.

El 16 de septiembre de 1824, Luis XVIII falleció en su dormitorio de las Tullerías,


siendo el último monarca francés en morir en el trono y no en el exilio. Fue
sucedido por su hermano el conde de Artois, que reinó como Carlos X, constituyendo
la única vez en el siglo XIX en la que un jefe de estado francés terminó su mandato
y fue sucedido según la legalidad establecida en ese momento, los siguientes
monarcas serían derrocados, el presidente de la Segunda República daría un golpe de
estado y los presidentes de la Tercera República no terminarían sus mandatos hasta
Émile Loubet en 1906.2930

La capilla ardiente de Luis XVIII en el Salón del Trono.


Bajo la Restauración no hubo cambios destacables en el palacio, se aprovechó la
suntuosa decoración y mobiliario instalado por Napoléon y el arquitecto Fontaine,
mantenido en al cargo, se limitó a labores de conservación. Solo cupo destacar tres
encargos de envergadura y altamente simbólicos. En primer lugar la renovación del
trono, todos los muebles y las colgaduras del Salón del Trono, encargada en 1816 al
decorador Jean-Démosthène Dugourc y al ebanista Jacob-Desmalter y finalizada en
1822. Por otro lado, de 1817 a 1819 se confeccionaron nuevas y suntuosas tapicerías
y colgaduras azul borbónico para el dormitorio del rey. De 1824 a 1826 fue el turno
de la cama del rey y su dosel hechos de madera dorada y encargados por el nuevo rey
Carlos X para sustituir la cama en la que había muerto su hermano Luis XVIII (y que
era la de Napoléon).3132

En verano de 1830, estando la familia real en Saint-Cloud, estalló una insurrección


en París, contra lo que se percibió como un retorno a las políticas absolutistas
por parte de Carlos X. El 29 de julio, tras dos días de combates callejeros, las
Tullerías fueron tomadas por la muchedumbre y saqueadas: se destrozaron muebles,
cuadros de la familia real, espejos y arañas, sin embargo, los asaltantes montaron
guardia en las puertas para que nadie se fuera con objetos robados. Al anochecer
varios revolucionarios entregaron al ayuntamiento el tesoro de la capilla, la
platería del rey, joyas y otros objetos preciosos confiscados a los ladrones.33
Menos suerte tuvieron los sirvientes de palacio, cuando el ujier Edmond Marc volvió
a las Tullerías a recoger sus pertenencias y pidió las llaves de su cuarto al
portero le dijeron que no eran necesarias porque la turba había arrancado todas las
puertas. Encontró su aposento destrozado y lleno de ropa de obreros, habían
saqueado su vestidor y dejado solo una sombrerera.34

Carlos X refugiado en Rambouillet con su familia, abdicó en su sobrino, el conde de


Chambord y partió al exilio.

La Monarquía de Julio (1830-1848)

Vista aérea de las Tullerías hacia 1840, aún sin unir con el Louvre.
Cuando el duque de Orléans fue nombrado rey en verano de 1830, bajo el nombre de
Luis Felipe I, se negó a habitar las Tullerías, prefiriendo su residencia habitual
en París, el Palais-Royal, que por otro lado acababa de ser reformado. Sin embargo,
después de los disturbios de febrero de 1831 y bajo la instigación del primer
ministro Casimir Perier, que quería realzar el prestigio de la joven monarquía
liberal, el monarca se vio obligado a instalarse finalmente en las Tullerías. El 21
de septiembre de 1831, las Tullerías volvían a ser residencia real. Luis Felipe I,
al que se apodó "Le Roy Citoyen" (el Rey Ciudadano), decidió marcar distancias con
sus predecesores y renunciar a parte de las extensa Maison du Roi y a nombrar altos
cargos de honor, del mismo modo se negó a habitar el appartement del rey en el
primer piso, prefiriendo compartir con su esposa los aposentos de la planta baja.35
Las antiguas estancias de Napoléon y Carlos X se destinaron a reuniones
ministeriales, y el dormitorio de este último se transformó en un salon de famille,
una sala para reuniones familiares después de la cena.36

Nueva escalinata diseñada por Pierre Fontaine.


El reinado de Luis Felipe fue también una época de importantes transformaciones
arquitectónicas. Una vez más, fue el experimentado Fontaine el encargado de añadir
una nueva escalinata37 (la de la época de Luis XIV era demasiado pequeña),
suprimiendo una de las terrazas (la norte) que Le Vau había construido cara al
jardín (ver más arriba). En el lugar de la vieja escalera y estancias anexas se
construyó una inmensa sala de baile que recibió el nombre de Galerie de la Paix
(Galería de la Paz) en referencia a una escultura alegórica que en ella se
colocó.Fo. 25 Los nuevos espacios del palacio fueron inaugurados el 30 de enero de
1833 con una multitudinaria recepción que congregó a 2500 personas.38

Multitudinario Souper des Dames en la Salle des Spectacles, 1835.


La distribución del palacio quedó, por lo tanto, organizada de la siguiente
manera:Fo. 26

el Grand Appartement en el primer piso cara al Carrousel, sin grandes alteraciones


a excepción de la nueva escalera y la Galerie de la Paix.
el Appartement Gouvernemental en el primer piso cara al jardín, destinado a
audiencias y al consejo de ministros y al que se añadieron un Salon de Famille y un
billar.
el Appartment del Rey y de la Reina en la planta baja cara la jardín, con un
dormitorio compartido siguiendo la costumbres burguesas.39
La numerosa familia del monarca, que tenía cinco hijos y tres hijas con sus
respectivos cónyuges e hijos, también buscó acomodo en el palacio:

los aposentos de las princesas Marie y Clementine se situaron en la planta baja


cara al Carrousel.
en el Pavillon de Marsan y parte de la Aile Neuve se instalaron los duques de
Orléans, en la planta baja, y los duques de Nemours, en el primer piso.
en el Pavillon de Flore se acomodaron la princesa Adelaide en la planta baja, los
príncipes de Joinville en el primer piso y los duques de Aumale y los de
Montpensier en el segundo.
en la Aile Neuve había también un appartement reservado para la princesa Louise y
su esposo el rey Leopold I de Bélgica.

Luis Felipe I en el consejo de ministros, celebrado en el antiguo salón de Napoléon


I.
Bajo la monarquía de Luis-Felipe I, las Tullerías se sacudieron de la rigidez
militar napoleónica y del tedio de la Restauración y por primera vez se
convirtieron en el centro de innumerables recepciones, bailes y conciertos que
llegaron a congregar a miles de personas. En el palacio, transformado en una
"máquina de recibir" confluían la nobleza antigua y nueva, la alta burguesía, los
parlamentarios, los altos cargos de la administración, extranjeros de visita etc.
El rey quería ejemplificar con esas recepciones el espíritu conciliador e
integrador que debía caracterizar su reinado y el proyecto social meritocrático del
orleanismo.40 Las quejas por parte de la nobleza legitimista no se hicieron
esperar, se acusaba a algunos invitados de no vestir ni comportarse de forma
adecuada, aunque, del mismo modo también lamentaban que la corte de Luis XVIII y
Carlos X no hubiera tenido este ánimo tan aperturista.41 Pese a las críticas, bajo
la égida de la reina Marie-Amélie, la corte supo revestirse de un carácter
patriarcal y sencillo en las audiencias y recepciones íntimas pero manteniendo la
etiqueta y el ceremonial en las grandes ocasiones.42 Más elitista y estricto con la
etiqueta, el duque de Orléans y príncipe heredero organizó sus propias recepciones
en sus aposentos del Pavillon de Marsan, rodeándose de escritores, artistas y
pensadores liberales. Asimismo, los aposentos del duque de Orléans y los de su
hermano el duque de Némours fueron suntuosamente redecorados en 1837 y 1842,
respectivamente, siguiendo los gustos historicistas y mezclando antigüedades de los
siglos XVII y XVIII con muebles neo-boulle y neo-rococó.4344Fo. 27

Recepción del duque de Orléans.


Al contrario que la corte de la Restauración, que rara vez abandonó las Tullerías,
Luis Felipe I y su familia complementaron su estancia invernal en París con visitas
a otras residencias reales históricas que fueron ampliamente restauradas y
renovadas. En primavera fueron frecuentes las excursiones a Fontainebleau, en
julio/julio una estancia en St-Cloud, en agosto/septiembre en el castillo de Eu, en
setiembre una corta visita a Compiégne para presidir maniobras militares y en otoño
de nuevo excursiones a St-Cloud o a Fontainebleau. También hubo estancias puntuales
en el Grand Trianon y muchas visitas de un día al palacio de Versalles en plena
transformación como museo. Asimismo, las residencias privadas de los Orléans fueron
usadas de forma constante, ya fuera el castillo de Neuilly, muy cercano a París, y
usado a lo largo de todo el año; o residencias más lejanas como La Ferté-Vidame,
Bizy o Dreux.45

La Revolución de 1848 y la Segunda República (1848-1852)

Saqueo de la Sala del Trono en 1848.


Con el estallido de la Revolución de 1848, la familia real se vio obligada a
abandonar las Tullerías in extremis al mediodía del 24 de febrero, poco antes de
que fuera asaltado por la muchedumbre, prueba de la precipitada huida fue que los
asaltantes encontraron la mesa servida para el almuerzo. Una vez más, las Tullerías
fueron saqueadas: los retratos de la familia real fueron rasgados, fusilados y
pisoteados, a excepción de los del difunto duque de Orléans (muerto en 1842) y su
hermano el príncipe de Joinville; en el Salón de los Mariscales se destrozaron los
retratos de los mariscales Soult y Bugeaud; una estatua de bronce del rey en el
Salon de Famille fue lanzada por la ventana y luego fundida; las porcelanas, arañas
y espejos fueron rotos en mil pedazos y esparcidos por el suelo; la ropa de cama y
los guardarropas fueron robados; algunos muebles fueron lanzados a piras
improvisadas en la plaza y el trono real fue llevado en procesión a la plaza de la
Bastilla para ser quemado en una fogata. También las bodegas del palacio y los
cuartos de la servidumbre fueron saqueados; para disgusto de los historiadores, lo
mismo ocurrió en los despachos de la administración, quemádose los archivos de la
casa y la intendencia, así como todos los archivos del arquitecto Fontaine que,
ampliamente decepcionado, dejaría el cargo meses más tarde. El gran reloj que
coronaba el pabellón central, el Pavillon de l'Horloge, se detuvo a la una y
veinte, después de que algunos asaltantes robaran parte del mecanismo.46

Se respetaron, sin embargo, algunos aposentos: los del duque de Orléans (intactos
desde su muerte en 1842) y su viuda y los de los duques de Némours en el Pavillon
de Marsan; así como los de la princesa Adélaïde (fallecida en 1847) en el Pavillon
de Flore; los del popular príncipe de Joinville, preservados en un principio,
fueron devastados tras descubrirse dos barriles de ron. Del mismo modo, los objetos
sagrados de la capilla fueron salvados gracias a la intervención de un alumno de la
École Polytechnique que los llevó a la Iglesia de St-Roch. El gobierno provisional
se vio forzado a pintar en los muros del palacio "Les voleurs sont punis de mort"
("Los ladrones serán ejecutados").47 En los días siguientes, varios humildes
obreros y otros ciudadanos devolvieron a las autoridades joyas, valores y objetos
personales de la familia real. En la Salle des Spectacles se instalaron tres
grandes mesas donde los representantes de los Orléans vinieron a recoger los
objetos devueltos: vestidos hechos jirones y condecoraciones y joyas llenas de
barro.4648

Con tal de salvar al palacio de más explosiones de ira popular, desde el mismo 24
de febrero las Tullerías fueron habilitadas como un hospital para mutilados y su
nombre cambiado al de Hôtel des Invalides civils. Clausurado el hospital en junio,
desde entonces al edificio albergó al general Thomas, jefe de la Guardia Nacional.
Tras la dimisión de Fontaine, el arquitecto Firmin Bourgeois se encargó de meras
labores de reparación de los daños sufridos y de mantenimiento. En setiembre del
mismo año, el arquitecto Abel Blouet propuso la instalación de la Asamblea Nacional
en el palacio, edificando una inmensa sala de sesiones octogonal en la plaza del
Carrousel, pero el proyecto no tuvo continuidad. A la espera de un uso preciso, el
palacio fue abierto al público.Fo. 28

Cuando el nuevo presidente de la Segunda República, el príncipe Luis Napoléon


Bonaparte, inauguró su mandato en diciembre de 1848, la residencia oficial que se
le asignó, con tal de romper con la tradición monárquica, no fueron las Tullerías
sino el palacio del Élysée . Allí residió durante sus cuatro años de mandato y, en
la misma sala donde su tío Napoléon I había firmado su segunda y última abdicación,
él fraguó el golpe de estado que lo elevaría al poder el 2 de diciembre de 1852.

El Segundo Imperio (1852-1870)


Con poderes absolutos y el nuevo título de "prince-président" (príncipe-
presidente), Luis Napoléon se instaló en las Tullerías el 1 de enero de 1852;Fo. 28
el mismo año, el Imperio fue proclamado y él nombrado emperador Napoléon III. El 30
de enero de 1853, se casó con la cosmopolita y sofisticada aristócrata española
Eugenia de Montijo.

La recepción en los jardines durante la Exposición de 1867.


Reconvertidas en residencia imperial, las Tullerías bajo el Segundo Imperio
experimentaron su último periodo de esplendor. En un principio, las obras se
limitaron a restaurar y refrescar la decoración de las estancias. Siguiendo la
estela del reinado anterior, el Emperador se instaló en la planta baja, en el
antiguo appartement de Luis Felipe I y su esposa. Por el contrario, la Emperatriz
lo hizo en los antiguos aposentos de Napoléon I y Carlos X, en dichos aposentos
nació el único hijo de la pareja el 16 de marzo de 1856.Fo. 29En las Tullerías, la
corte residía en invierno, la llegada del buen tiempo marcaba el traslado al
cercano Château de Saint-Cloud, luego en junio/julio a Fontainebleau, en agosto era
el turno de tomar las aguas en Vichy o Plombières, en septiembre los bains de mer
en Biarritz, a continuación una corta estancia en Saint-Cloud y finalmente el otoño
en Compiègne.49 Mientras la corte residió en las Tullerías, estas fueron centro de
innumerables fiestas y celebraciones.

En 1858, Hector Lefuel (arquitecto del palacio desde 1852) acometió una importante
transformación de los aposentos imperiales, la loggia y terraza sur que Le Vau
había construido desaparecieron para dejar paso a nuevas estancias para la pareja
imperial.Fo. 30 En el primer piso, en el appartement de la Emperatriz, tres nuevos
salones fueron construidos: el salon vert, el salon rose y el salon bleu, usados,
respectivamente, como salón para las damas, antecámara y salón de audiencias.
Dichos salones pueden considerarse como el ejemplo más perfecto de aquello que se
llamará style Louis XVI-Impératrice, en otras palabras el típico ejemplo de
decoración Segundo Imperio, que mezclaba revivals históricos, antigüedades y
muebles nuevos y confortables con tapicerías capitoné.50
El Gabinete del Emperador.

El Salón de los Ministros.


En uno de los periodos más espléndidos de su existencia, poco antes de su
definitiva destrucción, el Palacio de las Tullerías se organizaba de forma parecida
a épocas precedentes:Fo. 29

el Grand Appartement en el primer piso cara al Carrousel: Escalera, Galería des


Travées con acceso a la Capilla, Sala de Guardias, Galería de la Paz, Sala de la
Columna (fumoir), Salón de los Mariscales, Salón de Primer Cónsul, Salón de Apolo,
Salón del Trono, Salón Luis XIV (comedor) y Galería de Diana.
el Appartement de la Emperatriz en el primer piso cara al jardín, con acceso desde
el pabellón central: Escalera de la Emperatriz, Salón de los Ujieres, Salón Verde
(damas de compañía), Salón Rosa (sala de espera), Salón Azul (sala de audiencias),
Gabinete de la Emperatriz, Boudoir de la Emperatriz, Dormitorio de la Emperatriz.
El resto de salas hasta el Pavillon de Flore estaban destinadas al Príncipe
imperial desde 1868.
el Appartement del Emperador en la planta baja cara al jardín, con acceso desde el
pabellón central: Salón de los Ujieres, Salón de los aides-de-camp, Salón del
Consejo, Biblioteca del Emperador, Tocador del Emperador, Baño del Emperador y
Dormitorio del Emperador. El resto de salas hasta el Pavillon de Flore estaban
destinadas al sus secretarios.
el Pavillon de Marsan estaba ocupado por altos cargos de la Casa del Emperador: el
Grand Mariscal de Palacio y el Gran Chambelán de Palacio.
el Pavillon de Flore estuvo destinado en origen al príncipe Luís Napoléon, luego
estuvo en obras desde 1861.
El Nouveau Louvre

Mapa del complejo con el Nouveau Louvre en negro, las Tullerías a la izquierda y el
Louvre a la derecha.
Paralelamente a la instalación de las Familia Imperial en el palacio, se acometió
de 1852 a 1861 la ansiada reunión del Louvre y las Tullerías por el norte,
siguiendo el "Grand Dessein" de principios del siglo XVII y eliminado,
definitivamente, el decrépito barrio que se erigía entre ambos palacios. Los
arquitectos Louis Visconti y, tras su muerte en 1853, Hector Lefuel fueron
responsables de dirigir el primer proyecto faraónico del reinado.

Panorámica del Nouveau Louvre desde el Palacio de las Tullerías.


En 1857, después de seis años de trabajos, el Emperador inauguró los nuevos
edificios, llamados "Le Nouveau Louvre", con sus característicos pabellones
repletos de esculturas y sus altísimos tejados. Los nuevos edificios no solo
contenían salas de exhibición del museo, sino también los nuevos establos
imperiales además de varias oficinas ministeriales, la Bibliothèque du Louvre y una
vasta sala del trono para sesiones conjuntas del Parlamento (la Salle des États).
El acondicionamiento y decoración de los interiores se alargó hasta 1861.51 Tras su
terminación, el gigantesco complejo formado por el Louvre y las Tullerías se
convirtió en un auténtico "quadrilatère impérial".52

El quadrilatère impérial con el Louvre (al fondo) Tullerías (primer plano) y el


Nouveau Louvre en medio.
Las Nouvelles Tuileries
Apenas terminadas las obras en el Nouveau Louvre en 1861, Lefuel consideró que era
el momento de continuar la renovación del complejo centrándose ahora en el Palacio
de las Tullerías. No en vano, el Pavillon de Flore construido más de dos siglos
antes bajo el reinado de Enrique IV, amenazaba ruina. Desde 1850, el pabellón
permanecía apuntalado y, en 1860, parte de la cornisa se había desprendido. Lefuel
propuso demolerlo y reconstruirlo de nuevo. El arquitecto también convenció al
Emperador para hacer lo mismo con la parte oeste de la Grande Galerie que
comunicaba con el palacio del Louvre, en parte por cuestiones estructurales, en
parte porque consideraba el orden colosal de su fachada "una invención
desafortunada que tuvo una influencia nefasta".53

El nuevo Pavillon de Flore fue reconstruido con un orden superpuesto profusamente


decorado con relieves y esculturas y un alto tejado. En la cornisa, Carpeux
esculpió un exuberante "Triunfo de Flora". Una articulación similar siguieron las
fachadas de la Grande Galerie y, además, se construyó un monumental pórtico en la
parte central que comunicaba con la Cour du Carrousel.

El nuevo Pavillon de Flore.


El interior sufrió cambios en su distribución, en el pabellón y en la parte tomada
a la antigua Grande Galerie se proyectó un appartement para soberanos extranjeros
de visita. Asimismo, se añadió, cara a la Cour du Carrousel un nuevo pabellón (el
Pavillon des Sessions54) que debía contener una amplia sala del trono en
sustitución de la Salle des États del Nouveau Louvre (ver más arriba). En verano de
1870, cuando estalló la Guerra Franco-prusiana, las obras estaban terminadas,
faltando, esencialmente, labores de decoración y acondicionamiento interior.Fo. 31

Se quedó en el tintero la reforma de toda la parte norte, incluyendo una nueva


fachada para el Pavillon de Marsan y la ampliación de la Aile Neuve, todo ello
destinado a albergar oficinas de la administración de la corte; por no hablar de un
nuevo pabellón gemelo al Pavillon des Sessions y que debía contener un nuevo teatro
de corte en sustitución de la ya anticuada Salle des Spectacles. Del mismo modo
tampoco se llegaron a empezar las transformaciones que Lefuel proyectó para el
núcleo del palacio, incluyendo nuevas fachadas parecidas a las de la Grande
Galerie, una nueva capilla o una monumental escalera.Fo. 31

La caída del Imperio (septiembre de 1870)


En julio de 1870, Napoléon III declaró la guerra a Prusia, pronto las primeras
noticias de los fracasos militares empezaron a llegar a la capital, la emperatriz
Eugenia, regente ante la ausencia del Emperador, decidió abandonar Saint-Cloud e
instalarse en las Tullerías. La medianoche del 6 de agosto, la Emperatriz y la
corte reentraron en la capital. El 9 de agosto cayó el gobierno del Émile Ollivier
y se formó uno de nuevo con el general Palikao a la cabeza.55

Durante estas semanas, el palacio permaneció como si la corte no estuviera allí,


con las fundas puestas sobre muebles y lámparas, y, ante el desastroso curso que
tomaba la guerra, ninguna celebración tuvo lugar.

El 3 de septiembre llegaron las primeras noticias de la Derrota de Sedan y la


captura del Emperador. Al día siguiente se produjeron los primeros disturbios en
París, la muchedumbre invadió el Hôtel de Ville y proclamó la república. En las
Tullerías, ante una Emperatriz consternada, se barajaron varias posibilidades para
abandonar el palacio, mientras grupos de manifestantes empezaban a invadir el
jardín de las Tullerías y la plaza del Carrousel. Usar una de las barcazas del Sena
era demasiado arriesgado ya que ante la primera esclusa cerrada, todos serían
detenidos, tampoco era recomendable usar uno de los carruajes oficiales, con los
cocheros de librea y las armas imperiales grabadas en los laterales. Finalmente, se
decidió usar un carruaje convencional, pero se convino que sería más seguro cogerlo
delante de Saint Germain l'Auxerrois. A la una y media del mediodía, la Emperatriz
y su pequeño séquito, Madame Lebreton (su dama de compañía), Constantino Nigra (el
embajador italiano) y Richard von Metternich (el embajador austríaco) abandonaron
las Tullerías cruzando el Pavillon de Flore y la Grande Galerie, que aún se
encontraban en obras. Cruzaron las desiertas salas del Louvre, repletas de obras de
arte y salieron por la Colonnade, en el extremo este del complejo Louvre-Tullerías.
Allí, las dos mujeres cogieron un fiacre de alquiler. Después de visitar las casas
de dos miembros de la corte (que encontraron vacías), se dirigieron a la residencia
del Doctor Evans, el dentista americano de la Emperatriz. Gracias a su ayuda, tres
días después, la emperatriz fugitiva llegaba a Londres.56

Después de la partida de Eugenia, los sirvientes del palacio y miembros de la corte


fueron dejando sus uniformes y libreas y abandonando las Tullerías, hacia las
cuatro todo el mundo había partido. Esta vez, al contrario que en 1830 y 1848, no
hubo saqueos, pero una vez más se escribió "Mort aux voleurs" (Muerte a los
ladrones) en los muros.

El 4 de septiembre de 1870, el Segundo Imperio había dejado de existir, y con él,


la monarquía en Francia. Los horas más funestas del Palacio de las Tullerías aún
estaban por llegar.

El gobierno provisional (septiembre de 1870 - marzo de 1871)


Tal como había ocurrido en 1848, después de la caída de la monarquía, el palacio
fue transformado en hospital para los heridos de guerra y en sus puertas se
escribió "PROPIÉTÉ NATIONALE".

El 10 de septiembre el palacio fue oficialmente desafectado por el nuevo gobierno


republicano. Todo los antiguos miembros de la corte y servidores del palacio
abandonaron definitivamente sus aposentos, solo permaneciendo el administrador y el
personal de mantenimiento junto con los enfermos del hospital y los enfermeros.
Poco a poco, las piezas de arte y mobiliario más relevantes se fueron trasladando
al vecino Palacio del Louvre o al ex Gardemeuble Impérial (actual Gardemeuble
National). Paralelamente se hizo lo mismo con los efectos personales de la Familia
Imperial, que fueron guardados en maletas y cajas y enviados a Londres (donde se
había exiliado la Emperatriz) o a la Embajada de Austria en París.57 Asimismo, se
procedió a un examen minucioso de los "papeles de las Tullerías", es decir de los
documentos encontrados en los gabinetes del Emperador y la Emperatriz, dichos
documentos fueron más tarde publicados.5859

Ocasionalmente, se permitía a los parisinos visitar el emblemático edificio,


siguiendo a antiguos sirvientes que hacían de guías. A principios de marzo de 1871,
fueron los victoriosos oficiales prusianos los que visitaron el palacio.

La Comuna y la destrucción del palacio (marzo-mayo de 1871)


Mientras las Tullerías parecían adormecerse, la Guerra Franco-prusiana siguió y con
ella la derrota de la nueva república. La firma del armisticio con el Reino de
Prusia sublevó a parte de la población parisina y el nuevo gobierno francés, con
Adolphe Thiers a la cabeza, se vio obligado a trasladarse a Versalles. En París se
proclamó la Comuna el 18 de marzo.

El Pavillon d'Horloge en ruinas.


La Comuna de París utilizó el antiguo grand appartement de las Tullerías para
fiestas y conciertos populares: los «conciertos comunitarios». Asimismo, varios
líderes communards se instalaron en los antiguos aposentos de altos cargos de la
corte imperial en el Pavillon de Marsan.60

El 22 de mayo, las tropas gubernamentales de Versalles empezaron la dura


reconquista de la ciudad, dando inicio a la llamada "Semana Sangrienta" en
referencia a la dureza de los combates y de la represión. Ese mismo día, el
"general" Bergeret se instaló en el palacio con su estado mayor, declarando
entonces: «Cuando deje las Tullerías, las Tullerías serán cenizas».

El 22 y el 23 de mayo, los communards acorralados por el avance de las tropas


gubernamentales prendieron fuego a varios edificios emblemáticos antes de
retirarse. Fueron los conocidos como pétroleurs, llamados así por llevar consigo
cubos de petróleo.

La antigua escalera principal construida por Fontaine en 1831 en ruinas.


Finalmente, el 23 de mayo por la tarde, bajo las órdenes de Bergeret, sus ayudantes
Bénot y Boudin condujeron una banda por todos los aposentos del palacio e hicieron
rociar las paredes de petróleo. Hacia las 8 de la tarde empezó el incendio; poco
antes de las 9, el reloj de las Tullerías se paró por el efecto del fuego y hacia
medianoche el pabellón central, el Pavillon de l'Horloge, donde se habían
almacenado barriles de pólvora, fue sacudido por una gran explosión que hundió la
cúpula. Bergeret, que había observado el incendio desde las terrazas del Nouveau
Louvre, envió entonces un mensaje al ayuntamiento, la sede de la Comuna: "Los
últimos vestigios de la realeza acaban de desaparecer. Deseo que lo mismo ocurra a
todos los monumentos de París."616263El palacio de las Tullerías ardió durante casi
dos días hasta que el fuego se empezó a propagar por las alas laterales que lo
unían con el Louvre. El museo y sus colecciones solo se salvaron gracias a la
intervención, el 24 de mayo, del militar gubernamental Martian de Bernardy de
Sigoyer, que lideraba al 26º batallón de chasseurs à pied y que antes de continuar
los combates decidió ayudar a extinguir las llamas.64

El antiguo Salon des Maréchaux bajo la cúpula central tras el incendio.


Con el incendio de las Tullerías, la Comuna aspiraba a destruir uno de los símbolos
del régimen monárquico francés, no en vano todos los soberanos franceses del siglo
XIX habían residido en él. Se argumentó que el incendio del edificio respondió a
razones tácticas, causa difícilmente justificable cuando se tiene en cuanta que la
mayoría de los edificios incendiados en París fueron sedes de instituciones
gubernamentales como el Ministerio de Finanzas, la Bibliothèque du Louvre con su
preciada documentación sobre historia del arte, el Palais-Royal, el Hôtel de Ville
y el Palais de Justice (con sus irremplazables archivos parroquiales) o la sede de
la Legión de Honor. También fueron pasto de las llamas las residencias de
importantes personalidades como el político Adolphe Thiers (que lideraba el nuevo
gobierno republicano) o el escritor Prosper Mérimée (vinculado al derrocado régimen
imperial).

Poco antes del inicio de los combates, la anarquista Louise Michel, una de las
líderes de la Comuna, había declarado: "Paris será nuestro o no existirá".65

Las ruinas durante la Tercera República (1871-1883)

La fachada del jardín con el Pavillon de Marsan en el primer plano tras el


incendio.
Para el nuevo régimen republicano surgido de la desastrosa Guerra Franco-prusiana
las ruinas calcinadas del antaño fastuoso palacio fueron un símbolo doblemente
incómodo, por un lado recordaban a los fastos monárquicos (la monarquía a punto
estuvo de ser restaurada en 1873) y por otro a los excesos de la Comuna y a los
annus horribilis de 1870-1871.

La antigua Galerie de la Paix (ver más arriba) tras el incendio.


A partir de 1873, algunas partes del palacio empezaron a ser restauradas, a la
espera de un proyecto de reconstrucción definitivo. Mediante derribos, la parte
central fue separada de los pabellones y alas laterales, que fueron reconstruidos.
De 1874 a 1878, Hector Lefuel reconstruyó el Pavillon de Marsan y la Aile Neuve
siguiendo el modelo que él mismo había hecho en el Pavillon de Flore y parte de la
Grande Galerie.Fo. 32 Desde 1905 este espacio alberga el Museo de las Artes
Decorativas de París.66 De 1878 a 1879, fue el turno del Pavillon de Flore y el ala
paralela al rio, mucho menos dañados por el fuego a gracias al uso del hierro en su
estructura y techumbre.Fo. 32 En 1879 al Ayuntamiento de París se instaló en esa
zona, donde permaneció hasta 1890, con la inauguración del nuevo Hôtel de Ville.67
En 1877 se abrió la Avenida Général-Lemmonier el lado de las ruinas, separando, por
primera vez en más de trescientos años, las Tullerías del jardín homónimo.

Fachada hacia el jardín, con los aposentos del Emperador en la planta baja y de la
Emperatriz en el primer piso, en ruinas.
Con la elección de Jules Grévy como presidente de la República en 1879, el gobierno
francés tomó una serie de decisiones destinadas a eliminar varios símbolos
monárquicos.68 Ese mismo año se votó en la Asamblea Nacional la demolición de las
ruinas de las Tullerías que, finalmente, se produjo en 1883 durante el gobierno del
republicano Léon Gambetta.69Fo. 33 En ese mismo contexto también se decidió la
venta de las Joyas de la Corona en 1887 o la demolición del castillo de Saint-Cloud
en 1892.

Vestigios
Los restos de las Tullerías fueron, en su mayor parte, adquiridos por el estado
francés o vendidos a particulares franceses o extranjeros. El emblemático diario Le
Figaro, por ejemplo, regaló a sus abonados pisapapeles hechos con fragmentos de
mármol del palacio.70 A pesar de la dispersión, algunos restos aún pueden
contemplarse en:7172

En París
las esculturas que ornaron el ático del Pavillon de l'Horloge en su fachada este
(hacia la Cour du Carrousel) se exhiben en el Louvre, al lado de los cimientos
medievales del museo.
el frontón y el reloj de la misma fachada fueron remontados en la Square Georges-
Cain, en Le Marais.
restos varios se encuentran en el patio del número 9 de la Rue Murillo, en París
el marco de un ventanal de la planta baja de la fachada este (hacia la Cour du
Carrousel) se encuentra escondida entre el follaje del Jardin du Trocádero.
una exuberante arcada construida por De l'Orme para la loggia del jardín está
expuesta en la sección de escultura del Louvre desde 2011.73
otra arcada muy parecida se erige en el Jardín de las Tullerías.
una columna, también de De l'Orme, se conserva en el patio de la École de Beaux-
Arts.
una villa en Suresnes y otra en Marly también poseen fragmentos de la fachada.
En otros sitios
una gran cantidad de elementos de las fachadas del palacio fueron usados para la
construcción del Château de la Punta en Ajaccio, propiedad del Duque de Pozzo di
Borgo, declarado enemigo de los Bonaparte.
las balaustradas de hierro serían las del lejano Palacio de Carondelet (Palacio de
Gobierno), en Quito, Ecuador.74
parte de las verjas fueron compradas para la Plaza Grande de Quito, Ecuador y
desmontadas en 1938, quedando rezagos en varias propiedades privadas alrededor de
la ciudad. 75
parte de las verjas de las Cour du Carrousel estarían en un palacio de la familia
Esterhazy en Hungría.70
Propuesta de reconstrucción
En febrero de 2004, bajo iniciativa de la Académie du Second Empire, se creó el
"Comité nacional para la Reconstrucción de las Tullerías" (en francés: Comité
national pour la reconstruction des Tuileries)76 que buscaba reconstruir el palacio
con suscripciones privadas, por una cantidad estimada en torno a 350 millones de
euros. El proyecto se inspiraba en otros contemporáneos como la Frauenkirche de
Dresde o el Stadschloss de Berlín. En junio de 2006, el Ministerio de Cultura y
Comunicación creó por decreto ministerial una comisión de estudios presidida por el
exministro de Cultura Maurice Druon.77
Este proyecto, que en principió no encontró oposición por parte del gobierno
francés ni del Ayuntamiento de París, fue, desde su inicio, muy debatido en la
opinión pública francesa.7879808182 El 17 de enero de 2009, los miembros del Comité
Francés de Historia del Arte (Comité français d'Histoire de l'Art — CFHA) aprobaron
por unanimidad una moción contraria al proyecto de reconstrucción, arguyendo que el
nuevo edificio sería un pastiche, que implicaría la destrucción de parte de las
fachadas de los pabellones Marsan y Flore, que no se puede rehacer la historia y
los recursos podrían destinarse al patrimonio francés en peligro.83

El poco entusiasmo de las instituciones, la crisis económica de 2008 y la muerte de


su principal promotor Alain Boumier en 201084 acabaron dejando el proyecto en el
aire.

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