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Sin embargo, frente al gran descenso de población indígena por las causas
anteriormente mencionadas, se optan por tomar otras medidas, las cuales sigan
siendo obra de mano barata y sobre todo sirva de remplazo de la población
indígena perdida. Es así como producto de la escasez de población nativa
utilizada como mano de obra, hubo la necesidad de traer esclavos negros, cuya
importación en escala considerable se inició en el siglo XVII, con el usufructo
intenso de minas y haciendas, y cuando la cantidad indígenas había disminuido
notablemente. Las normas impartidas para los esclavos eran discriminatorias en
extremo, de carácter penal y de una inmensa dureza. Se les prohibía comerciar
unos con otros, se establecían penas que iban desde azotes a desorejada y
muerte. En cuanto a las relaciones con los indios, se les prohibía todo comercio,
relaciones de amistad, compadrazgo, y todo tipo de interacción social. El negro
esclavo cumplió una función económica esencial para la producción de miel,
azúcares y panela, la ganadería, el trabajo doméstico y, especialmente, en la
actividad minera.
Las mujeres africanas llegaron, en menor cantidad que los varones, pero a partir
del último tercio del siglo XVIII los superaron en número y en precio en el
mercado, eran capaces de desempeñarse en una muy amplia gama de
actividades en el ámbito doméstico o trabajando fuera y aportando sus jornales a
la economía de sus amos. El trabajo femenino esclavo era principalmente
doméstico. Casi todas las lavanderas eran negras hasta muy avanzado siglo XIX,
y también lo eran la gran mayoría de las amas de cría, las cocineras, las sirvientas
y las planchadoras. Dentro del trabajo doméstico que se realizaba en el siglo XVII
se en encontraban los que podríamos denominar oficios curiosos. Aparecen en
estas causas “amas de cría” que trabajaban además en el campo. Otras que
cosían ropa para sus amos o para afuera y se dedicaban a numerosas tareas para
mantener a sus amas. Las negras libertas o libres, se desempeñaban en el mismo
tipo de tareas que cuando eran esclavas porque, se conchababan para el servicio
doméstico, durmiendo o no en la casa donde trabajaban recibiendo un salario
mensual al que se le agregaba la comida, la asistencia médica y la vestimenta.