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La historia del revestimiento del hombre de estos instintos por el Creador se encuentra en
los primeros dos capítulos del Génesis. Notemos los cinco instintos más importantes:
1. Primero, el instinto de conservación, que nos advierte del peligro y nos capacita
para cuidarnos y protegernos. El instinto de conservación está implicado en la
prohibición y advertencia que dice: "Más del fruto del árbol que está en medio del
huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis."
2. Segundo, el instinto de adquisición, que nos lleva a adquirir aquello que nos es
necesario para la subsistencia. El instinto de la adquisición es evidente al recibir
Adán de manos de Dios el hermoso huerto de Edén.
3. Tercero, el instinto del hambre y de la sed que nos estimula a buscar alimentos y
satisfacer el hambre natural. El instinto de buscar alimentos queda expuesto en las
palabras: " Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para
comer."
Dios ordenó que las criaturas inferiores se gobiernen primeramente por instinto. Empero el
hombre fue honrado con el don del libre albedrío y de la razón, por medio de los cuales se
disciplinaria y se convertiría en árbitro de su propio destino.
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En calidad de guía para regular las facultades del hombre, Dios impuso una ley. El
entendimiento del hombre con respecto a esta ley produjo la conciencia. Cuando el hombre
escuchó la ley, tenía una conciencia instruida; cuando desobedeció a Dios, sufrió los efectos
de una conciencia que le acusaba. En la narración relativa a la tentación (Gn. 3) Leemos de
qué manera el hombre se rindió a la concupiscencia de la carne, y la soberbia u orgullo de la
vida (1Juan_2:16), y uso sus poderes contrarios a la voluntad de Dios. El alma a sabiendas y
de buena voluntad empleó el cuerpo para pecar contra Dios. Esta combinación del alma
pecante con un cuerpo humano constituye lo que se conoce como "el cuerpo de pecado,"
(Romanos: 6:6) o la carne. Gálatas 5:24. La inclinación o deseo del alma en el empleo del
cuerpo de esta manera se describe con la frase "intención de la carne," (Romanos 8:7).
Porque el hombre pecó con el cuerpo, será juzgado de acuerdo a lo "hecho por medio del
cuerpo," 2 Corintios 5:10. Esto envuelve una resurrección. Juan 5:28-29.
La "carne" debe definirse como la suma total de todos los instintos del hombre, no como
fueron recibidos por primera vez del Creador, sino después de haber sido torcidos y
convertidos en anormales por el pecado. Es la naturaleza humana en su condición caída,
debilitada y desorganizada por la herencia racial derivada de Adán, y debilitada y pervertida
por actos conocidos de pecado. Representa la naturaleza humana no regenerada, cuyas
debilidades son disculpadas con frecuencia con las palabras: "Es la naturaleza humana
después de todo."
Es la perversión de los instintos y las facultades con las cuales Dios ha dotado al hombre lo
que constituye la base del pecado. Por ejemplo, el egoísmo, la susceptibilidad, la envidia, el
enojo son corrupciones del instinto de conservación.
El robo y la codicia son corrupciones del instinto de adquisición. "No robarás," y "no
codiciarás," significan: "No corromperás en instinto de adquisición." La glotonería es la
desnaturalización del instinto de buscar alimentos, y por lo tanto es pecado. La impureza es
perversión del instinto de reproducción. La tiranía, la injusticia y el espíritu contencioso
constituyen abusos del instinto de dominación. Vemos entonces que el pecado es
fundamentalmente el abuso o desnaturalización de las fuerzas con las cuales Dios nos ha
dotado.
Y notemos las consecuencias de esta corrupción: En primer lugar, una conciencia culpable,
que le dice al hombre que ha deshonrado a su Hacedor, y le advierte con respecto al terrible
castigo. En segundo lugar, la desnaturalización de los instintos reacciona contra el alma,
debilitando la voluntad, iniciando y fortaleciendo malos hábitos, y creando males del
carácter. Pablo hace una lista de la perversidad del alma en Gálatas 5:19-21 : "Y manifiestas
son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatra,
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hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes." Pablo considera esto tan serio que
añade las palabras: "Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."
Bajo la culpabilidad y el poder del pecado, el alma muere en delitos y pecado. Efesios_2:1.
Situada entre el cuerpo y el espíritu, entre lo superior e inferior, entre lo terreno y lo
espiritual, ha escogido incorrectamente. Mas la elección no ha producido beneficio, sino
perdición eterna. Mt.eo_16:26. Se ha realizado el mal negocio de Esa·: el trueque de una
bendición espiritual por algo terreno y perecedero. Hebreos_12:16. A la muerte, un alma
semejante debe pasar a la otra vida "contaminada." Judas 1:23.
Empero existe un remedio - la doble curación - tanto para la culpabilidad como para el poder
del pecado.
(1) Puesto que el pecado es una ofensa contra Dios se necesita la expiación para remover la
culpabilidad, y limpiar la conciencia. La provisión del evangelio es la sangre de Jesucristo.
(2) Puesto que el pecado provoca la enfermedad del alma y el desorden en el ser del hombre,
se necesita una fuerza sanadora y correctiva. Ese poder es proporcionado mediante la
operación interna del Espíritu Santo que corrige la perversidad de nuestra naturaleza, y pone
en movimiento, en nuestro interior, fuerzas en la dirección que corresponde. Los resultados,
("frutos") son "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza." Gálatas 5:22-23. En otras palabras, el Espíritu Santo nos hace justos, palabra
que en el idioma hebreo significa, literalmente, "recto". Pecado equivale a tener el alma
torcida, la justicia es rectitud del alma.
Páginas: 33 y 34 del Libro en formato digital y pagina 78- 80 del libro impreso
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La teoría de las necesidades humanas de Abraham Maslow
Psicólogo Humanista. (1908-1970).
La teoría de las necesidades humanas de Abraham Maslow, fundador y principal exponente
de la psicología humanista, se basa en la existencia de una serie de necesidades que atañen a
todo individuo y que se encuentran organizadas de las más urgentes a las que lo son menos.
Esto se debe a que según Maslow, nuestras acciones nacen de la motivación dirigida hacia el
objetivo de cubrir ciertas necesidades, las cuales se ordenan según la importancia que tengan
para nuestro bienestar.
En la parte más baja de la estructura se ubican las necesidades más vitales y prioritarias para
la supervivencia de orden biológico, mientras que en la superior se encuentran aquellas de
menor urgencia y que tienen que ver con la autorrealización. Así, al ser satisfechas las
necesidades de los niveles inferiores, el individuo no se vuelve apático sino que encuentra en
los estadios superiores la meta próxima a alcanzar para estar satisfecho.
La teoría de las necesidades humanas de Maslow formula una estructura jerárquica que
defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos
desarrollan deseos más elevados. Estas metas estarían categorizadas en de cinco niveles:
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prestigio y destacar dentro de un grupo social. De igual manera, también se incluyen
la autovaloración y el respeto por uno mismo.
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