Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
fhcs221 s2 Apuntes1
fhcs221 s2 Apuntes1
Estado:
Participación política en la
modernidad, ideas e
instituciones
estaciones del año, que se repiten una y otra vez. Es coincidente también con la
mirada del propio desarrollo de la vida humana, desde el nacimiento a su muerte y
su nuevo comienzo en sus descendientes. Pero la modernidad concebirá la historia
como progreso, referido no solo a la acumulación de saberes científicos y técnicos,
que probablemente es lo que primero pensamos cuando hablamos de progreso y
modernidad, sino también y por, sobre todo, un progreso moral entendido como la
creciente racionalización de la conducta humana. Respecto al proyecto moderno,
Habermas sostiene:
Por eso no será extraño leer a los modernos hablar del fin de la historia, porque si
la historia progresa lo hace en dirección a un fin. Podemos hablar del fin de la
historia en diversos sentidos. El primero, como la finalidad o propósito de la
historia. El segundo, como término, punto final. Ambas apreciaciones recogen la
principal característica del progreso, a saber, que la historia se encuentra
1
Al respecto, pueden revisar los textos de Garretón, M. (1991), Tironi, E. y Sunkel, G. (1993) y Fontaine, J.A.
(1993).
3
orientada hacia un fin. Que este fin sea una meta objetiva, realizable o, por el
contrario, un ideal irrealizable, no hace diferencia en este punto.
Para Hobbes, en cambio, lo que está en juego es sobre todo la seguridad de los
individuos. Por ello su argumento será empleado para legitimar una monarquía
absoluta, cuya finalidad es impedir la recaída en un estado de incivilidad, como el
de las guerras civiles. No es de extrañar su visión conservadora al respecto, pues
su Leviatán fue publicado en 1651, por lo tanto, escrito con la viva memoria de la
guerra civil. Pero incluso el poder absoluto del soberano 2 se haya supeditado al
pacto social que obliga a impedir la recaída en el estado de naturaleza, aquel de la
guerra de todos contra todos. Para Max Weber una característica distintiva del
Estado moderno es que tiene “el monopolio de la violencia física legítima” (1979,
83). Esto implica que la capacidad de violencia de los particulares se limita
exclusivamente a los casos en que el Estado lo autoriza. La legitimidad del poder
en la moderna idea del pacto social establece con ello mismo un poder que está
por sobre el poder de los ciudadanos, pero destinado en última instancia a
garantizar los fines propios del ciudadano, aun si esto se reduce a la
autoconservación como plantea Hobbes.
2
Para no ser injustos con Hobbes, debemos considerar que la monarquía no es la única forma de gobierno
contemplada por él, pues en su Leviatán señala reiteradamente que el soberano puede ser también una
asamblea (Hobbes, 1994).
5
El Estado moderno establece una particular relación jurídica entre los individuos
que forman parte de él. Este esquema jurídico implica la obediencia al orden del
derecho, cuya legitimidad descansaría en un pacto social mediante el cual se limita
el poder de los individuos, pero también el del gobernante civil. La idea de un
pacto social como origen de la legitimidad de orden político, supone la adhesión de
los individuos a esta “sociedad”, es la asociación hipotéticamente 3 “voluntaria” de
estos individuos lo que dan lugar al poder legítimo del Estado, que mediante e
pacto se constituye. De allí que los derechos individuales tengan un lugar
fundamental en el modo de concebir la relación entre los sujetos y entre estos y la
institución estatal. En tal sentido, la libertad de conciencia, el derecho de libertad
de expresión y otros materializan este pacto social. La tolerancia será uno de los
valores propios de un Estado civil. El poder civil no puede restringir la libertad de
culto cuando esta no compromete ninguna vulneración al estado civil, lo que traza
una línea divisoria entre los asuntos de la fe y los asuntos del Estado, como
argumentará Locke en su Carta de la tolerancia, de 1689.
3
Hipotética, pues es el supuesto de la legitimación del Estado y no se trata de un hecho particular en la
historia de cada organización política, que pudiera fijarse en una línea temporal. Tampoco requiere de la
manifestación expresa de todos los individuos. El pacto se supone tácitamente aceptado, por la decisión de
permanecer en la sociedad y vivir bajo sus leyes.
4
Conseil constitutionnel. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Recuperado de
https://www.conseil-constitutionnel.fr/es/declaracion-de-los-derechos-del-hombre-y-del-ciudadano-de-1789
6
las manifestaciones más evidentes de este orden institucional del Estado moderno.
El estado moderno establece límites entre la esfera pública y la privada. La
primera, la esfera de lo público, es aquella que corresponde a la dimensión
propiamente política e institucionalizada. La segunda, la esfera privada,
corresponde a las actividades dejadas a la iniciativa particular, la dimensión
estrictamente privada, pero también la iniciativa económica de los particulares.
Desde luego la relación entre política y economía continuará siendo estrecha, si
bien las sociedades modernas dejarán la actividad económica cada vez libre del
control estatal, en el libre fuego de las reglas del mercado. Así como la actividad
económica de las sociedades moderna tiende a la especialización y
profesionalización, también lo hará la ocupación de la cosa pública. Las sociedades
modernas darán lugar en una magnitud antes impensable a la política profesional,
de dirigencias política y funcionarios públicos.
La historia nos ha mostrado que los Estados modernos, las naciones en las que
vivimos, no son solo expresión del progreso moral de nuestras sociedades. El
conflicto y el terror también se han materializado asumiendo las formas del poder
estatal y haciendo uso del desarrollo técnico y científico para producir horrores de
magnitudes y alcances globales hasta antes inimaginables. Algunos críticos han
visto en esta idea moderna de progreso, entendida como la racionalización de los
diversos ámbitos de la vida en sociedad, el origen de muchos de los males que
aquejan a nuestro tiempo. Por ejemplo, el terrorismo de Estado. Este sería
consecuencia de la moderna noción de razón de Estado, que acompaña nuestra
idea de Estado de derecho. Habermas (2004) sostiene que no es la consumación
del proyecto moderno, sino precisamente lo contrario lo que explicaría los males
de una sociedad escindida entre progreso y tradición (Habermas, 2004, p. 60).
5
ONU. Declaración universal de los derechos humanos. Recuperado de
https://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdf
8
También es claro que los partidos pueden ellos mismos volver a generar procesos
de elitización, a medida que se concentra el poder en sus propias estructuras,
pues como explica Weber los partidos, en tanto organizaciones de asociación
6
BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE. La cuestión social en Chile (1880-1920). Memoria Chilena. Disponible en
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-679.html
10
voluntaria, son una actividad de “interesados”, lo que implica que las dirigencias y
los miembros activos obtienen de la participación partidaria algún tipo de
recompensa, mientras que las “masas no activamente asociadas”, en las
democracias representativas, son principalmente objeto para la solicitud y
obtención de votos (Weber, 2008, p. 229).
El fin de la historia
7
CIDH. Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros vs. Chile). Sentencia de 5 de febrero de
2001. Serie C, núm. 73. Recuperado de https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_73_esp.pdf
15
Referencias