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• Submodelo eugenésico
Este submodelo asume que las causas que dan origen a la discapacidad son
religiosas: un castigo de los dioses por un pecado cometido generalmente por los
padres de la persona con discapacidad o una advertencia acerca de que se
avecina una catástrofe.
Se considera que la persona con discapacidad es un ser cuya vida no merece la
pena ser vivida. Como consecuencia de estas valoraciones, -y en el caso de
detectarse diversidades funcionales congénitas-, los niños eran sometidos al
infanticidio.
En Esparta por ejemplo, la decisión de permitir vivir al recién nacido se encontraba
reservada a los miembros más ancianos de la tribu. El recién nacido entonces era
expuesto ante un consejo de ciudadanos y si se demostrase o sospechase signos
de deformidad, taras o debilidad debía ser abandonado en el monte Taigeto.
En Atenas, el infanticidio también se reservaba para los débiles y deformes. Se
recurría al método de la exposición del recién nacido en una vasija de barro lejos
de su casa, a menudo en lugares inhóspitos, fuera de la ciudad, donde podía morir
de hambre o ser despedazado por las fieras. Si el pequeño no había sido
aniquilado antes de cumplir diez días, recibía el nombre de su padre, garantía de
supervivencia y de cierta protección.
Probablemente como resultado de ciertas creencias religiosas, si la discapacidad
era generada con posterioridad al nacimiento, el tratamiento era diferente, sobre
todo en casos de diversidad funcional a causa de las guerras.
Respecto a los medios de subsistencia, el mundo del entretenimiento proveyó en
la antigüedad la forma más lucrativa para las personas con discapacidad, como
objeto de burla grotesca y diversión. En ese contexto histórico, para quienes
lograban sobrevivir, exponerse a ser burlados constituyó su fuente laboral.
Merece ser recordado que en el mundo antiguo el trabajo no podía considerarse
una virtud. El ideal humano de la Antigüedad era el individuo como miembro de la
polis del Estado, como un ciudadano absorbido por la vida social, política o
cultural, y no por el trabajo físico.
• Submodelo de marginación
Este submodelo parte de la idea de que la persona con discapacidad no tiene nada
que aportar a la sociedad, que es un ser improductivo, y además una carga que
deberá ser arrastrada por los padres o por la misma comunidad.
A diferencia de la sociedad antigua, en la que se prescindía de las personas con
discapacidad, en la Edad Media ocupaban un sitio: el de los marginados.
Las personas con discapacidad se encontraban en el mundo medieval incluidas
dentro del grupo de pobres y mendigos. Por tanto, ya no se cometía infanticidio,
aunque gran parte de los niños con discapacidad morían como consecuencia de
omisiones.
En aquel contexto histórico, el ejercicio de la mendicidad y ser objetivo de
diversión, exponiéndose al ridículo, constituyó su fuente laboral.
El tercero es el Modelo Social, dicho modelo considera que las causas que
originan la discapacidad no son ni religiosas ni científicas, sino que son en gran
medida sociales.
Esto significa que, más allá de las diversidades funcionales de las personas, la
discapacidad es el resultado de una sociedad que no se encuentra preparada ni
diseñada para hacer frente a las necesidades de todas y todos, sino sólo de
determinadas personas, que son consideradas personas estándar.
En tal sentido, puede señalarse que una incapacidad para caminar es una
deficiencia, mientras que una incapacidad para entrar a un edificio debido a que la
entrada consiste en una serie de escalones es una discapacidad.
Entonces la discapacidad estaría compuesta por los factores sociales que
restringen, limitan o impiden a las personas con diversidad funcional, vivir una vida
plena en sociedad.
Es posible situar el nacimiento del Modelo Social a finales de la década de los
años sesenta del siglo XX, donde los activistas del modelo de vida independiente
comenzaron a reclamar bajo el lema “nada sobre nosotros sin nosotros”.
De este modo, si en el modelo rehabilitador la discapacidad es atribuida a una
patología individual, en el modelo social se interpreta como el resultado de las
barreras sociales y de las relaciones de poder, más que de un destino biológico
ineludible. Por tanto, las soluciones deben encontrarse dirigidas hacia la sociedad.
Mientras que el modelo anterior se centra en la rehabilitación o normalización de
las personas con discapacidad, este modelo aboga por la rehabilitación o
normalización de una sociedad -para que pueda hacer frente a las necesidades de
todas las personas-.
Se parte de la premisa de que toda vida humana es igualmente digna.
Las personas con discapacidad remarcan que tienen mucho que aportar a la
sociedad, pero para ello deben ser aceptadas tal cual son, ya que su contribución
se encuentra muy relacionada con la inclusión, respeto, aceptación y valoración de
las diferencias.
El objetivo que se encuentra reflejado en este paradigma es rescatar las
capacidades, en vez de acentuar las discapacidades.
Definir a una persona sólo por lo que no puede hacer o en función de sus
limitaciones, supone extender el rótulo de inútil a la humanidad entera, ya que
prácticamente todo ser humano tiene limitaciones para desarrollar algunas
actividades: cantar, realizar cálculos matemáticos, orientarse en un lugar
desconocido, practicar deportes, bailar, realizar manualidades, etc.
Para este modelo no es correcto hablar de “personas con capacidades diferentes”
ni de “discapacitados”, puesto que toda persona tiene capacidades que pueden ser
consideradas diferentes al resto, y hablar de “discapacitados” implicaría reducir a la
persona a cierto déficit o falta. El modelo social habla de “personas con
discapacidad”. Primero son personas, eso es lo más importante y como tal se les
debe respetar todos los Derechos Humanos.
Este modelo se encuentra íntimamente relacionado con la asunción de ciertos
valores intrínsecos a los Derechos Humanos. Aspira a potenciar el respeto por la
dignidad humana, la igualdad y la libertad personal.
En cuanto a los medios de subsistencia, desde este modelo se plantea como
método idóneo el trabajo ordinario, y sólo excepcionalmente se acepta el protegido
-en tanto las personan lo requieran-.
Existe una creciente conciencia respecto de que las dificultades a las que se
enfrentan las personas con discapacidad a la hora de obtener y mantener un
empleo se deben más al modo en que el trabajo está estructurado y organizado,
que a la discapacidad en sí misma, y que esos obstáculos pueden ser superados si
se adoptan las medidas adecuadas.
En este sentido, un paso considerable ha sido la aprobación de la Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Este
instrumento es el resultado de una evolución que viene dándose en el plano del
Derecho, a partir de la década de los años ochenta del siglo XX.
Dejours (2006) afirma que en el campo del trabajo no buscamos amor, sino
reconocimiento, procuramos siempre una manera de retribución, que debe ser
diferenciada del amor, ser reconocidos por lo que hacemos.
Como contrapartida, los procesos sociales de devastación del mundo del trabajo
confirman, a partir de su falta, tanto el rol determinante del trabajo, como su
relevancia en términos identitarios y de reconocimiento, que enfrenta en especial a
los hombres a un tipo de sufrimiento desestructurante y desestabilizador de su
propia identidad (Dejours, 2006).
Por su parte, el empleo protegido está regulado por la Ley 26.816 que rige desde
1992, de creación del Régimen Federal de Empleo Protegido para Personas con
Discapacidad, por la que se creó el régimen de los talleres protegidos de
producción.
- Jurisdicción Nacional
• Deducción del 70% de Impuesto a las Ganancias.
• Exención del 50% de aportes patronales, el primer año de contratación.
• Descuento del 50% en contribuciones patronales por la contratación de grupos
laborales protegidos.
• Reducción en sus contribuciones destinado a la seguridad social: pagarán el
50% durante los primeros doce meses de las citadas contribuciones y el 75%
durante los segundos doce meses.
- Jurisdicción Provincial
• Ley 10.592, art. 17, reglamentado por el artículo167 del código fiscal de la
Provincia de Buenos Aires: “Si la empresa es contribuyente del impuesto sobre los
ingresos brutos podrá tomar como deducción el 50% del total de las
remuneraciones abonadas por el personal con discapacidad correspondientes al
mes que se liquida”.
Por otra parte, de acuerdo con el art. 88 de Ley 24.103, los empleadores que
contraten un 4% o más de trabajadores con discapacidad y deban emprender
obras en sus establecimientos para suprimir las llamadas barreras arquitectónicas,
gozarán de créditos especiales para la financiación de las mismas.
Resulta importante destacar que, a pesar de los mínimos de cupo establecidos por
la normativa y de los beneficios impositivos que se otorgan, los porcentajes de
ingresos de trabajadores con discapacidad en general no son alcanzados.
Fomento en emprendimientos
• Capacitación para que puedan desarrollar emprendimientos productivos
independientes o forjar un oficio demandado localmente -en la ciudad o pueblo
donde habiten-. El foco está puesto en desarrollar competencias técnicas y de
gestión específicas para el tipo de trabajo que se propone realizar.
• Asesoramiento sobre subsidios económicos otorgados por el gobierno para
facilitar los emprendimientos.
B) Los empleadores
• Acciones orientadas a sensibilizar a empresarios sobre la posibilidad de
incrementar el empleo de personas con discapacidad, concientizando a
empleadores y directivos sobre la importancia de incluir.
• Talleres enfocados en la reflexión y deconstrucción de prejuicios.
• Asesoramiento sobre posibilidades y beneficios que se otorgan en la
contratación de trabajadores con discapacidad.
Merece ser señalado que en Argentina, en el año 2004, se ha conformado una red
de empresas, el Club de Empresas Comprometidas (CEC), se trata de un grupo de
organizaciones del ámbito público, social y principalmente privado, que tienen el
objetivo de promover la inserción laboral de personas con discapacidad a nivel
nacional. Esta iniciativa comenzó en Buenos Aires y fue replicándose a nivel local
en distintos puntos del país, adquiriendo presencia en la mayoría de las provincias.
Dichas empresas poseen una misma visión: “Que las empresas de Argentina sean
reconocidas como referentes en la mejora de la empleabilidad de personas con
discapacidad”.
C) Las organizaciones
• Revisión y análisis de los puestos de trabajo. Identificación y descripción de las
competencias laborales requeridas para cada posición.
En ocasiones, hay descripciones de puestos que resultan obsoletas -poseen
competencias que no son necesarias para la posición, de acuerdo a los
requerimientos del puesto, el tipo de negocio y la cultura organizacional-. Otras
veces, nos encontramos con limitaciones basadas en prejuicios, tales como
que se soliciten postulaciones de trabajadores menores de cuarenta años, el
género o la no inclusión de personas con algún tipo de discapacidad -que no
afectaría el buen desempeño en determinado puesto-,
• Selección de los postulantes según el perfil del puesto a cubrir. En el proceso
de selección se pone foco en conocer qué pueden aportar los distintos
trabajadores con discapacidad a ciertos puestos, no se reduce la persona a la
falta.
En este punto, es menester subrayar que nadie cuenta con todas las
competencias para desempeñarse eficazmente en cualquier tipo de puesto. Lo
importante es analizar si están presentes las competencias necesarias para
desenvolverse en cierta posición.
• Capacitación orientada a la inclusión socio-laboral de personas con
discapacidad, dirigida a puestos de conducción y a los demás integrantes de la
organización. Dichas capacitaciones apuntan a informar, sensibilizar y derribar
barreras actitudinales, fomentando que conozcan distintas necesidades que
pueden presentar trabajadores con discapacidad e identifiquen aspectos a
tener en cuenta para comunicarse.
Por ejemplo, qué acciones realizar frente a una persona con discapacidad
visual, cómo presentarse y despedirse, la importancia de hablar con voz alta
para que puedan registrar nuestra presencia; o qué acciones tener en
consideración frente a una persona con discapacidad auditiva, como por
ejemplo hablar de frente modulando las palabras para facilitar la lectura labial,
entre otras acciones que poseen la finalidad de facilitar el entendimiento, la
interacción y el trabajo en equipo.
• Adaptación de las condiciones físicas y edilicias de trabajo.
Reflexiones finales
> ENDI (2002- 2003). Primera Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad
2002-2003. Complementaria Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2001. Argentina.
> OISS (2015). Medidas para la promoción del empleo de personas con
discapacidad en Iberoamérica.
> http://redi.org.ar/index.php?seccion=publicaciones&d=&subsec=12