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ANTROPOGÍA DE LA SEXUALIDAD
Un estudio interdisciplinar
A partir del siglo XVIII, y desde un giro antropológico de la filosofía moderna, el ser
humano retoma dimensiones muy concretas, en las que se desea saber no tanto
qué es el ser humano en abstracto, sino quién es en su singularidad irrepetible y
su sexualidad como una característica que aparece ya en el mundo animal, pero
que cobra unos matices peculiares respecto al ser humano.
Antes de continuar es preciso decir que hasta hoy se ha hecho poca filosofía en
torno al cuerpo y menos en torno a la sexualidad, sin embargo, hay muchas
cuestiones que dependen de su estudio como, por ejemplo: la homosexualidad, la
estructura del amor y de la familia; las relaciones personales como la filiación, la
conyugalidad, la paternidad, la maternidad, la fraternidad; etc. A esto, es preciso
profundizar ante todo en la noción de persona, como distinta de la del individuo,
por acoger en su interior una relación constitutiva que le abre al otro. Ahora bien,
están las categorías de igualdad y diferencia y el modo de conjugarlas, para no
caer o bien en el subordinacionismo o en el igualitarismo. En cuanto a la cuestión
terminológica se complica por haber aparecido en las últimas décadas, en los
foros científicos y políticos, la noción de género aplicado a la antropología. El
concepto de género es un término polisémico, pues se utiliza en lógica, en sentido
de una idea general que ha de ser completada por la diferencia específica, se
utiliza en gramática, donde tiene tres significados: masculino, femenino y neutro. Y
aplicado a la antropología cultural cuando la multitud de datos recabados de las
ciencias experimentales y sociológicas pedía una clasificación terminológica. A
partir del año 75 los esquemas sexo-género tuvieron fortuna y se determinó utilizar
el término sexo para las diferencias biológicas y el término género (gender) para
las diferencias culturales.
Comentario Personal:
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Finalmente, considero que este texto es una herramienta muy útil para la
comprensión de lo antes argumentado, sin embargo, en lo personal observa que la
perspectiva religiosa que la atribuye la autora le da un cierto matiz de misticismo.
Además, considero de suma relevancia para complementar dicho conocimiento lo
que plantea la filósofa Judith Butler.
A finales del siglo XIX y sobre todo en el XX, desde la filosofía y, sobre todo,
desde la psiquiatría se intuyó la importancia que el «sexo» tiene en la
comprensión del ser humano, y su estudio se puso en el centro de la antropología.
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luego cada vez es más indudable que configuran el cerebro una manera que no
hace ni a los hombres ni a las mujeres más o menos listos sino con capacidades
complementarias de observar y abordar la realidad.
Después del pecado el dolor recae sobre la mujer de un modo algo diferente que
sobre el varón: él sufrirá más por los frutos que la tierra le negará, más inclinado
como está al dominio de las cosas. La mujer, más sensible al conocimiento de las
personas, sufrirá más afectivamente, además de los dolores que comporta la
maternidad física.
Hoy se advierte que es necesario construir una familia con padre y una cultura
con madre, siendo el varón trabajador y padre, y la mujer, madre y trabajadora.
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decir, con razón, que no hay un espacio social femenino, pues en todas las
esferas -familiar, laboral y política-, puede y debe estar la mujer.
3. Qué es la sexualidad
Dos son, por tanto las concepciones de la sexualidad, que se pueden distinguir por
esos vocablos de sexualidad y condición sexuada, la primera enfocándose a la
parte biológica (animal) y la segunda enfoca todas las dimensiones humanas.
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4. Valores complementarios
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Este apartado del artículo se refiera a la complementariedad que existe entre los
valores, partiendo de que antropológicamente hademos la suposición de que
hombres y mujeres somos diferentes, pero, y al mismo tiempo, iguales, haciendo
que estos sean complementarios, pero sin romper la igualdad ontológica, pues
hombres y mujeres somos personas y por lo tanto, poseemos la misma dignidad
ontológica.
Los hombres suelen tener más habilidad para las tareas abstractas y analíticas,
mientras que las mujeres suelen ser más empáticas, solidarias y buenas en el
trato personal. Las mujeres se encuentran más relacionadas a la realidad. El valor
en la complementariedad no busca encerrar en estereotipos a hombres y mujeres,
cada individuo posee cualidades únicas independientemente de su sexo. Los
autores tratan de hacer un mapa que sirva de referencia para distinguir valores o
cualidades femeninas y masculinas. La idea de estos mapas es resaltar lo
complementario entre cada uno de ellos.
5. Sexualidad Y Personal
El sexo no solo es un atributo de la persona, sino que es algo que constituye a
esta. Se ha estudia el concepto de persona de varios autores como: Karol Wojtyla,
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los análisis de Xavier Zubiri y Leonardo Polo. Ser persona, desde el punto de vista
filosófico, consiste, a diferencia de las demás realidades del cosmos, en tener el
propio acto de ser en propiedad. Por eso se ha podido describir a la persona como
“alguien delante de Dios y para siempre”. La persona está constituida por un
núcleo interior del cual nacen sus acciones, del cual ella es propietaria, y nadie
más (excepto Dios, como lo menciona el texto) tiene derecho de propiedad sobre
ella. La persona es dueña de sí, tiene derecho a la autodeterminación, y nadie
puede poseerla a menos que se entregue. Ahí radica su dignidad. Una
característica de ese ser personal es que es inteligente y que es libre, llamado a
conocer la verdad y a que la verdad sea la guía de la libertad.
En segundo lugar, además de la intimidad, o de la auto-propiedad de su acto de
ser, la persona tiene otra característica constitutiva incuestionable: la apertura o la
relación, como se quiera llamar. No es que la persona se constituya en la relación
con el tú, como afirman algunos personalistas, reduciendo la persona a relación.
Es que la persona es por constitución máxima comunicación. Esa estructura
enclavada en su ser íntimo se manifestará posteriormente en sus actos.
Opinión:
Me gustaría mencionar que en cuestión en este apartado no se denota la
sexualidad plenamente, pero si debemos mencionarla como algo no solo del
ámbito del coito sino de todas las características psicológicas, sociales y físicas
que complementan este ámbito. Cada persona es libre de llevar a cabo su
sexualidad como esta desee, siempre y cuando no afecte a segundos o terceros,
se debe de respetar sus decisiones y pensamientos, ya que, al ser una persona
este tiene el derecho a ser escuchado y a llevar acabo las decisiones que allá
tomado, todo plenamente con información que este requiera.
No se debe de dejar de hablar acerca del tema de la sexualidad ya que es uno de
los temas menos mencionados o tratados en la familia, lo cual no debería de ser,
la libertad de nuestra sexualidad comienza sus cimientos desde el hogar, pero al
ser a un una sociedad un tanto conservadora la sexualidad se ha visto satanizada
de alguna manera por algunas personas, las cuales solo conciben a esta como el
alto del coito, y no ven más allá o no se informan de todos los aspectos que tiene
de trasfondo la sexualidad. Por eso se necesita una educación mas libre y certera
de la sexualidad en escuelas.
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Pero ese orden del ser, que también está presente en la metafísica es distinto del
orden transcendental de la antropología que se sitúa en otro nivel, el de la
libertad. Según esta antropología, que desde parámetros distintos es coincidente
con la filosofía zubiriana, que habla de una tipicidad transcendental53, supone
distinguir niveles en el orden transcendental54. Si se distingue un nivel
transcendental específico para lo humano, éste puede tener sus transcendentales
característicos55. Sin embargo, estos transcendentales polianos coincidirían
-como en la filosofía clásica con el ser del hombre.
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En este apartado, se hace mención del papel fundamental que juegan el hombre y
la mujer en el proceso sexual, haciendo un énfasis en la relación heterosexual.