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Antonio J Conejo Instalaciones Eléctricas 2007
Antonio J Conejo Instalaciones Eléctricas 2007
ELÉCTRICAS
INSTALACIONES
ELÉCTRICAS
ISBN: 978-84-481-5639-8
Depósito legal: M.
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xiii
2. Aparamenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 5
2.1. Aparatos de maniobra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.1.1. Análisis del cortocircuito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.1.2. Apertura de los circuitos eléctricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.1.3. Cierre de los circuitos eléctricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.1.4. Principales aparatos de maniobra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.1.4.1. Interruptor automático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.1.4.2. Seccionador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.1.4.3. Interruptor e interruptor seccionador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.1.4.4. Fusible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.1.4.5. Contactor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
vi Instalaciones eléctricas
6. Protecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
6.1. Sistemas de protección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
6.2. Protección frente a sobretensiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
6.2.1. Propagación de las ondas en las líneas eléctricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
6.2.2. Refracción y reflexión de las ondas electromagnéticas . . . . . . . . . . . . . 171
6.2.3. Descargas atmosféricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
6.2.4. Ondas de sobretensión y de sobrecorriente normalizadas . . . . . . . . . . . 176
6.2.5. Nivel de aislamiento (BIL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
6.2.6. Posicionamiento de los cables de guarda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
6.2.7. Posicionamiento de los pararrayos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
6.2.8. Coordinación de aislamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
6.3. Protección frente a sobrecorrientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
6.3.1. Protección de cables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
6.3.1.1. Protección de cables frente a sobrecargas . . . . . . . . . . . . . . . . 186
6.3.1.2. Protección de cables frente a cortocircuitos . . . . . . . . . . . . . . 190
viii Instalaciones eléctricas
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
Biografías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
PREFACIO
Este texto va dirigido a estudiantes de ingeniería que han de conocer los fundamentos de las
instalaciones eléctricas para emplearlos en sus respectivos campos de aplicación. En el actual
contexto de convergencia europea en educación superior, este texto se dirige a estudiantes de
grado en disciplinas científico-técnicas diversas.
El texto establece los procedimientos de estudio (análisis y diseño) de las instalaciones
eléctricas. El contenido abarca las instalaciones eléctricas más comunes con un tratamiento
teórico bien fundamentado, excluyendo temas demasiado específicos. Las instalaciones eléctri-
cas constituyen una disciplina aplicada de la que no debe excluirse el rigor y la formalidad. Este
texto tiene complemento y continuidad en manuales de máquinas eléctricas y de sistemas de
energía eléctrica.
Para seguir adecuadamente este texto se requieren conocimientos elementales de álgebra
lineal, cálculo infinitesimal, y de teoría de circuitos y máquinas eléctricas. El contenido de este
texto puede enseñarse en un curso anual de ciento veinte horas o en dos cursos semestrales de
sesenta horas: sesenta teóricas, treinta de ejercicios de pizarra y computacionales, y treinta de la-
boratorio experimental.
Cada capítulo es una mezcla elaborada de conceptos teóricos y de ejemplos ilustrativos
que facilitan la comprensión en detalle de la teoría expuesta. Estos ejemplos se han elabo-
rado con particular cuidado y persiguiendo este propósito. Esta perspectiva nos parece de
interés y utilidad y se enmarca en la tradición norteamericana de la que hemos aprendido
mucho.
Explícitamente, se huye de una aproximación reglamentista a las instalaciones eléctricas.
Consideramos que los reglamentos proporcionan reglas cambiantes y mejorables y que, por
tanto, el estudiante debe tener una visión crítica aunque constructiva frente a los mismos, evi-
tando su uso no razonado.
El Capítulo 1 proporciona una visión global de los sistemas de energía eléctrica, haciendo
hincapié en las redes de distribución y baja tensión, sobre las que versan los siguientes capítu-
los de este libro.
En el Capítulo 2 se describe la aparamenta de media y baja tensión, incluyendo aparatos de
apertura y cierre de circuitos, aparatos de transformación y dispositivos de protección.
En el Capitulo 3 se proporcionan los procedimientos de análisis y diseño de redes y con-
ductores de media y baja tensión, teniendo fundamentalmente en cuenta, los criterios de máxi-
ma densidad de corriente y de máxima caída de tensión.
xiv Instalaciones eléctricas
El Capítulo 4 analiza las instalaciones de conexión, que comprenden las subestaciones, los
centros de transformación y los cuadros eléctricos que constituyen la interfaz hombre-instala-
ción.
El Capítulo 5 está dedicado a la compensación de potencia reactiva y a la regulación de la
tensión. Se trata particularmente la compensación de reactiva de los motores de inducción.
En el Capítulo 6 se analizan las principales protecciones empleadas en las instalaciones de
media y baja tensión. Se detallan las protecciones frente a sobretensiones, frente a sobrecorrien-
tes y las específicas de faltas a tierra.
En el Capítulo 7 se analizan en detalle las instalaciones de puesta a tierra, de importancia
crucial para asegurar la protección de las personas frente a fallos en el aislamiento eléctrico y
frente a faltas de naturaleza diversa.
El Capítulo 8 está dedicado a las instalaciones de iluminación tanto de interior como de
exterior. También se establecen las bases de la luminotecnia.
En el Capítulo 9 se describen y analizan los conceptos necesarios para una formación ra-
cional de precios y el subsiguiente proceso de facturación. Se revisan brevemente los procedi-
mientos de medición de potencia y energía.
El Capítulo 10 recoge lo expuesto en los capítulos anteriores y describe los ingredientes
necesarios de un proyecto eléctrico, los cuales se ilustran con diversos ejemplos realistas fun-
damentados en la reglamentación vigente.
Se incluye un apéndice que resume la teoría de circuitos trifásicos de energía eléctrica en
régimen estacionario sinusoidal, el sistema por unidad y el análisis de desequilibrios y faltas en
redes eléctricas.
Al final de cada capítulo se incluye una colección de cuestiones y/o ejercicios, cuyas solu-
ciones se adjuntan, y que permiten al lector comprobar su nivel de comprensión del material
de cada capítulo.
Este libro es fruto de la experiencia de los autores en la enseñanza de instalaciones eléctri-
cas en contextos académicos diversos y durante un buen número de lustros, y se inspira en el
principio de que la mejor docencia es la que emana del quehacer investigador.
Queremos expresar nuestro reconocimiento a todos nuestros alumnos que han disfrutado o
padecido nuestro interés por las instalaciones eléctricas.
Agradecemos a la Universidad de Castilla-La Mancha el proporcionarnos un entorno ex-
cepcionalmente propicio para la investigación, el estudio y la docencia.
1
DISTRIBUCIÓN
Y SUMINISTRO
DE ENERGÍA ELÉCTRICA
Generador
Subestación
elevadora
MT/AT
Red de transporte
Consumidor
AT
Subestación Generación
AT/MT distribuida
poner en peligro el equilibrio dinámico del sistema. Además, la pérdida de este equilibrio pue-
de dar lugar a la pérdida del suministro de algunas o muchas áreas del sistema.
Un sistema de energía eléctrica trabaja bajo la supervisión continua de un sistema de control
y protección a efectos de mantener el equilibrio dinámico generación-consumo y solventar los
problemas relacionados con la integridad del sistema, como son las faltas en las líneas o las
averías en las centrales de producción.
1. Centrales nucleares, que emplean la energía liberada en la fisión del combustible nuclear
para generar vapor de agua que mueve una turbina de vapor a la que está acoplado un
alternador que produce energía eléctrica.
Distribución y suministro de energía eléctrica 3
Energía
primaria
Energía
eléctrica
Fuente de Turbina de
Alternador
vapor vapor
2. Centrales térmicas, que queman un combustible fósil (carbón, fuel-oil o gas) para pro-
ducir vapor que, como en el caso de las centrales nucleares, permite generar energía
eléctrica mediante un conjunto turbina de vapor-alternador. La Figura 1.2 ilustra la es-
tructura de las centrales que emplean un conjunto turbina de vapor-alternador para
producir energía eléctrica.
3. Centrales de ciclo combinado, que integran una turbina de gas (similar a la turbina de
un avión de reacción) que mueve directamente un alternador, y una turbina de vapor
que mueve el mismo u otro alternador, y es alimentada con vapor obtenido fundamen-
talmente empleando el calor de los gases de combustión de la turbina de gas. La Figu-
ra 1.3 ilustra la estructura de una central de ciclo combinado, que incluye dos turbinas,
una de gas y otra de vapor.
4. Centrales hidráulicas, que emplean la energía potencial del agua almacenada en un em-
balse (centrales de embalse) o la energía cinética de la corriente de un río (centrales de
agua fluyente) para producir energía eléctrica mediante una turbina hidráulica.
5. Centrales de energía renovable, que emplean energía que la naturaleza renueva conti-
nuamente. Además de las centrales hidráulicas ya mencionadas, cabe destacar las cen-
trales eólicas y las solares. Las centrales eólicas utilizan la energía del viento para
mover directamente un alternador eléctrico. Las centrales solares (alejadas aún de los
niveles de rentabilidad) son fundamentalmente de dos tipos: las fotovoltaicas, que pro-
ducen directamente energía eléctrica mediante células fotovoltaicas; y las térmicas, que
concentran la energía solar para producir vapor de agua que se emplea en un conjunto
turbina de vapor-alternador para producir energía eléctrica.
Energía Turbina
Alternador
primaria de gas
Calor Energía
Energía eléctrica
primaria
Fuente Turbina
Alternador
de vapor de vapor
6. Otras centrales. Cabe destacar, entre otras, las centrales mareomotrices, que utilizan la
energía que conlleva el desnivel de las mareas; las geotérmicas, que emplean energía
geotérmica en zonas con actividad volcánica; las centrales que emplean biomasa; y las
de cogeneración, que aprovechan el calor producido al generar energía eléctrica para
procesos industriales o acondicionamiento térmico.
Subestación
Trifásica elevadora 50 Hz
Red de transporte
13,8 kV Transformador 220 ó 400 kV
MT/AT
230 kV
18 22
17 21
23 Generador
16 19 20
14 Compensador
síncrono
15 13
24 11 12
Transformador
3 9 10 6
4 Reactancia
5
8
132 kV
1 2 7
Carga
alterna. En los países escandinavos y en la costa oeste de Estados Unidos hay instaladas un
número significativo de estas líneas.
El coste total de la red de transporte (amortización de la construcción, mantenimiento y
explotación) en un determinado período de tiempo (por ejemplo, un año) es bajo en compara-
ción con el volumen de negocio eléctrico en ese mismo período de tiempo, estando típicamen-
te por debajo del 10 % de ese volumen de negocio. Sin embargo, un funcionamiento inadecua-
do de la red de transporte puede dar lugar a disfunciones fundamentales en el suministro de
energía eléctrica. Por tanto, es muy conveniente que la red de transporte esté adecuadamente
dimensionada y se explote adecuadamente.
Se denominan subestaciones a los nudos de interconexión de las redes eléctricas y, en ge-
neral, subestaciones de alta tensión a las subestaciones de la red de transporte. En las subesta-
ciones es posible desacoplar líneas de la red mediante interruptores eléctricos (que permiten
abrir el circuito en condiciones de corriente de carga y de avería) y seccionadores (que, a efec-
tos de seguridad, permiten visualizar la apertura). En las subestaciones también se encuentran
6 Instalaciones eléctricas
transformadores que permiten modificar el nivel de la tensión eléctrica. En particular, las sub-
estaciones de transformación acoplan la red de transporte con las redes de distribución bajando
la tensión de 400 ó 220 kV a niveles de media tensión (típicamente 20 kV). Asimismo, en las
subestaciones se encuentran sistemas de medida que incluyen transformadores de tensión y
corriente, voltímetros, amperímetros y vatímetros, así como relés de protección y un adecuado
sistema independiente de comunicación.
La red de transporte constituye un monopolio natural, dado que no es socialmente razona-
ble disponer de redes paralelas de transporte de energía eléctrica. Por tanto, la red de transpor-
te ha de ser ampliada y gestionada, persiguiendo el bien común, por un gestor regulado.
La red de transporte tiene un límite físico y un límite de estabilidad en cuanto al nivel máxi-
mo de energía que puede transportarse. El límite de estabilidad es en general más restrictivo
que el límite físico. Por tanto, si la demanda crece, la red de transporte deberá ser periódica-
mente ampliada.
Empleando la analogía del transporte por carretera, se puede decir que la red de transporte
está constituida por las autopistas y autovías que permiten un tráfico de gran volumen entre las
regiones de un país.
Transformador
AT/MT
Red de
distribución
Red de
distribución
Red de transporte 220 kV 20 kV
ó 50 Hz
400 kV
Trifásica
Red de
distribución
Subestación
Cada vez más, en las redes de distribución se integran centrales de generación distribuida,
como los parques eólicos, lo que supone una complicación técnica en la explotación y amplia-
ción de estas redes.
Las redes de distribución también son monopolios naturales por las mismas razones que la
red de transporte. Independientemente de sus dueños, han de ser accesibles a cualquier consu-
midor y ampliarse y explotarse de forma regulada.
Las redes de distribución presentan límites físicos en las líneas que no pueden sobrepasar-
se y que vienen establecidos por la corriente máxima que admiten los conductores. Si la de-
manda crece, la correspondiente red de distribución habrá de reforzarse y/o ampliarse.
Empleando nuevamente el símil del transporte por carretera, las redes de distribución equi-
valen a las carreteras regionales que conectan la red de autopistas con las carreteras locales.
Según su disposición sobre el terreno, se distinguen dos tipos de redes de distribución: aé-
reas y subterráneas. Las redes aéreas pueden construirse con conductor desnudo o con cable
aislado, mientras que las redes subterráneas emplean cable aislado.
Las dos ventajas principales de las redes aéreas con respecto a las redes subterráneas son
su menor coste de inversión inicial y su mayor accesibilidad, que simplifica la detección de
averías. Por el contrario, la acción de los agentes atmosféricos incide notablemente en la fiabi-
lidad de las redes aéreas, implicando, además, un mayor coste de mantenimiento y una reduc-
ción en su vida útil. Por otro lado, las redes aéreas están en desventaja frente a las subterráneas
en lo que se refiere a los impactos ambiental y estético.
Como resultado de estas ventajas e inconvenientes, el uso de las líneas aéreas es mayorita-
rio en las redes de distribución que suministran a zonas rurales, zonas industriales de densidad
de carga baja, zonas exteriores a núcleos urbanos y núcleos urbanos con densidad de carga
reducida (0,5 a 2 MW/km2). Las redes subterráneas se emplean principalmente en núcleos
urbanos y en zonas industriales, ambos con densidades de carga elevadas (en torno o superior
a 50 MW/km2).
Alimentadores
Subestación
Centro de
transformación
Para reducir la caída de tensión de la configuración anterior se emplean redes radiales con
centros de distribución en las que los alimentadores de gran sección se extienden hasta puntos
próximos a los centros de cargas, llamados centros de distribución, desde donde se ramifican
las derivaciones hacia los centros de transformación. De esta forma, se reduce la longitud de
las ramificaciones, incurriéndose en caídas de tensión menores. Estas redes, además, permiten
conectar la carga de un ramal defectuoso a un ramal próximo, de forma que la interrupción del
suministro afecte al menor número posible de consumidores. La Figura 1.8 ilustra una de estas
redes, en la que se indican los centros de distribución mediante cuadrados.
Las principales ventajas de las redes radiales son: i) simplicidad en el diseño y operación;
ii) coste bajo, por el número reducido de aparatos de maniobra y por la sencillez del sistema
de protección, y iii) localización rápida de averías debido al sentido único de la corriente en
condiciones normales.
Por el contrario, las principales desventajas son: i) poca fiabilidad del suministro, ya que
cualquier avería o trabajo sobre la red implica la pérdida de suministro de algunos o muchos
consumidores; ii) caídas de tensión considerables, y iii) limitada capacidad de ampliación del
suministro.
Estas características limitan el uso de las redes radiales para el suministro de energía a zo-
nas de densidad de demanda baja y media y/o con pocas exigencias en cuanto a calidad del
suministro.
Centro de
distribución
Alimentadores
Subestación
malladas. El suministro de energía eléctrica se puede realizar mediante una o varias subesta-
ciones conectadas en diversos puntos del anillo.
Normalmente, las redes en anillo se conectan dando lugar a distintas configuraciones en
pétalo:
1. Pétalo simple. El origen y el final de cada anillo es la misma subestación (Figu-
ra 1.9).
2. Pétalo múltiple. El origen y el final de cada anillo es la misma subestación o una cabe-
cera de pétalo, donde se centraliza la aparamenta de maniobra que permite enlazar va-
rios anillos (Figura 1.10).
Las redes en anillo están provistas de elementos de maniobra que permiten la apertura o
cierre de cualquier sección del anillo (Figura 1.11). En condiciones normales, estas redes se
suelen explotar con una sección abierta, es decir, en modo radial. La aparición de una avería en
una línea obliga a realizar ciertas maniobras que permiten aislar la zona afectada y restaurar el
suministro a todas las cargas. Para el funcionamiento correcto tras una avería, las líneas del
Subestación
Centro de transformación
Cabecera de pétalo
Subestación
Centro de transformación
anillo están diseñadas para no sobrecargarse cuando algún circuito está fuera de servicio. Asi-
mismo, la avería o el mantenimiento de un transformador de un centro de transformación no
interrumpen el suministro a los otros centros de transformación conectados al mismo anillo.
Las principales ventajas de las redes en anillo con respecto a las redes radiales son: i) me-
nor caída de tensión ante variaciones bruscas de la carga (con anillo cerrado); ii) mayor fiabi-
lidad y continuidad del suministro, ya que las averías afectan a menos consumidores; iii) mayor
flexibilidad de operación, ya que permite un mejor reparto de la carga, y iv) mayor facilidad de
mantenimiento.
Por el contrario, la configuración en anillo presenta los siguientes inconvenientes: i) es más
cara; ii) los sistemas de protección empleados son más complejos; iii) la conexión de un centro
de transformación adicional es más complicada, y iv) una falta en una línea, automáticamente
despejada mediante la apertura y cierre de los interruptores pertinentes, puede ignorarse duran-
te bastante tiempo si no hay alarmas.
Las redes en anillo se suelen usar para suministrar grandes cargas como consumidores in-
dustriales o consumidores comerciales, donde la continuidad del suministro es de gran impor-
Interruptor
Centro de
transformación Subestación
tancia. Asimismo, este sistema también se emplea para alimentar cargas distribuidas como las
de los consumidores residenciales en zonas de elevada densidad de carga.
Figura 1.12. Red de distribución mallada. Figura 1.13. Red de distribución mallada.
Arquitectura en huso simple. Arquitectura en huso con centro de reflexión.
2. Regulación de la tensión. Las líneas de las redes malladas suelen tener poca longitud y
gran sección por lo que las caídas de tensión son pequeñas y no experimentan grandes
alteraciones ante variaciones en el consumo. Además, las líneas están alimentadas por
ambos extremos, lo cual contribuye a una mejor regulación de la tensión en condiciones
normales.
3. Pérdidas de energía. Las pérdidas son generalmente menores por las mismas razones
que las mencionadas en la regulación de la tensión: líneas cortas de gran sección y ali-
mentación por ambos extremos.
Por otro lado, las redes malladas proporcionan una mayor flexibilidad porque pueden aco-
modar directamente el aumento o variación de la demanda con pequeño impacto sobre la red.
Una característica importante de las redes malladas es que utilizan subestaciones pequeñas
ubicadas cerca de los centros de consumo. Esto, junto con la interconexión de los centros de
transformación, hace posible quitar o añadir pequeños incrementos de capacidad de determina-
dos transformadores sin tener que hacer modificaciones importantes en las redes.
La flexibilidad de las redes malladas es una gran ventaja en la economía a largo plazo del
sistema de distribución, particularmente cuando la demanda total cambia en el tiempo signifi-
cativamente o cuando se producen desplazamientos de la demanda de una zona a otra. Gracias
a esta flexibilidad, la inversión es casi proporcional a la demanda suministrada. Las redes ma-
lladas se caracterizan por pequeños incrementos regulares de la inversión mientras que las redes
radiales requieren grandes inversiones esporádicas.
El principal inconveniente de las redes malladas es su elevado coste. Por un lado, el sistema
de protección es considerablemente más complejo debido al mayor número de dispositivos de
protección requeridos y a unas mayores exigencias de selectividad y potencias de cortocircuito.
Por otro lado, las líneas emplean conductores de gran sección, a diferencia de las líneas teles-
cópicas usadas en las redes radiales.
Centro de Interruptor
transformación
Subestación
(centros de transformación). Las líneas suelen ser aéreas y los centros de transformación se
ubican en postes o casetas.
Interruptor
Centro de
transformación
Subestación
Centro de
reflexión
Seccionador
Centro de
transformación
Línea
cero
Interruptor
Subestación
La Figura 1.19 muestra el esquema detallado de la configuración típica de una red urbana
de distribución con cable subterráneo. Se trata de una red mallada en huso apoyado y de estruc-
tura simple.
Interruptor
Alimentador
principal
Consumo
industrial
Alimentador
auxiliar
Subestación
MT/MT
Carga
Motor
Centro de Centro de
Subestación
transformación transformación
las técnicas de resolución propuestas no son capaces de resolver el problema de forma exacta,
por lo que la operación óptima de la red de distribución sigue siendo un campo abierto a la
investigación.
Una vez determinadas las posiciones de los elementos de la red de distribución, la operación
de esta red se suele realizar de forma automática desde centros de control que maniobran de
forma remota los interruptores, las baterías de condensadores y las tomas de transformadores.
Transformador MT/BT
Consumo en baja
Consumo en
20 kV 400 V monofásica
Red de distribución trifásica trifásica 230 V
fase-neutro
50 Hz Centro de
transformación
Consumo en baja
A B C D
Alimentador conjunto
E
Centro de
transformación Alimentador individual
Las redes de baja tensión suelen ser de longitud corta y presentan una estructura radial, en
anillo o mallada en función del tipo de carga a la que se suministra energía. En cualquier caso,
la explotación de estas líneas se suele hacer de forma radial. La principal ventaja del uso de
redes radiales es su bajo coste.
La Figura 1.24 muestra un ejemplo de red radial en la que los centros de carga (edificios
de viviendas, edificios de una instalación industrial, etc.) más alejados o más importantes se
alimentan con alimentadores individuales (consumo E), mientras que los centros de carga de
pequeña potencia se alimentan con líneas con derivaciones (consumos A, B, C y D). El sumi-
nistro mediante alimentadores individuales tiene la ventaja de subdividir bien la carga y de
posibilitar el control, la maniobra y la medida de cada consumo desde el centro de transforma-
ción. El uso de líneas con derivaciones para el suministro de grupos de consumos es la solución
más económica que se aconseja cuando el consumo total no es elevado.
Las acometidas de los consumos parten de la línea asignada a cada edificio o grupo de edi-
ficios y terminan en las cajas de acometidas en el interior de los edificios.
En zonas urbanas la red de baja tensión se suele disponer en forma de mallas subterráneas
cerradas (véase la Figura 1.25). Esta red conecta los transformadores de los centros de trans-
formación, obteniéndose un perfil de tensión más estable. Para el suministro de cargas elevadas
se suelen instalar varios transformadores en un mismo centro de transformación.
Centro de transformación
Con objeto de reducir la longitud de las acometidas, los cables se instalan lo más cerca
posible de las paredes de los edificios. Para aislar tramos de líneas en caso de avería, las redes
cuentan con cajas y armarios de distribución dotados de aparamenta para la adecuada protec-
ción de estas instalaciones.
La operación de las redes de baja tensión se realiza con los siguientes objetivos:
1. Continuidad del suministro. Cuando se produce una anomalía, la red de baja tensión
debe permitir aislar el defecto, desconectando el menor número posible de consumos
durante el menor tiempo posible.
2. Regulación de la tensión. La red debe garantizar el mantenimiento de la tensión dentro
del margen reglamentado, tanto en condiciones normales como anómalas.
3. Mínimas pérdidas. La longitud y la sección de los conductores deben ser tales que se
minimicen las pérdidas por efecto Joule durante la operación de la red.
35.000
30.000
Demanda (MW)
25.000
25.000
15.000
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23
Hora
a) Día laborable
35.000
30.000
Demanda (MW)
25.000
25.000
15.000
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23
Hora
b) Día festivo
Excitación
Regulación
automática
Generador +
– de la tensión
Flujo de síncrono
energía Vref
Vg
Turbina
Válvulas Pelec f
de control
Pref
Regulación
automática de
la frecuencia
1.7. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de los aspectos técnicos de los sistemas de energía
eléctrica, y los subsistemas de generación, transporte, distribución y baja tensión, así como de
la demanda. Se describen brevemente los sistemas de control y seguridad que supervisan per-
manentemente el sistema de energía eléctrica. Dado el alcance de este libro, se hace particular
hincapié en las redes de distribución y de baja tensión.
El resto de los capítulos de este libro se centra en los subsistemas de distribución y baja
tensión, de importancia fundamental para un suministro adecuado de energía eléctrica.
Distribución y suministro de energía eléctrica 23
El lector interesado puede encontrar información adicional sobre la operación de los siste-
mas de energía eléctrica en [Gómez 2002] y [Westinghouse 1964], y en las publicaciones de
los operadores de las redes de transporte, por ejemplo, en [REE 2006]. El funcionamiento de
los circuitos eléctricos trifásicos se describe, por ejemplo, en [Conejo 2004] y el de los alter-
nadores en [Fraile 2003].
1.8. Cuestiones
Cuestión 1.1. ¿Es posible que toda la energía eléctrica de un país se suministre con centrales
eólicas?
Solución: No es posible porque no se puede almacenar energía eléctrica en cantidades sig-
nificativas y la producción eólica es dependiente del viento y, por tanto, inexistente en algunos
períodos de tiempo.
Cuestión 1.2. ¿Por qué no es posible generar a 220 kV evitando de esta forma la subestación
elevadora?
Solución: No es posible por problemas de aislamiento en los alternadores.
Cuestión 1.3. ¿Por qué la red de transporte funciona a muy alta tensión?
Solución: Para minimizar las pérdidas de energía en la propia red de transporte.
Cuestión 1.4. ¿Por qué son monopolios naturales las redes de transporte y distribución?
Solución: Porque no es apropiado ni económica ni socialmente disponer de más de una red
de transporte y superponer redes de distribución.
Cuestión 1.5. ¿Por qué las redes son en general trifásicas y el consumo generalmente mo-
nofásico?
Solución: Las redes son trifásicas por razones fundamentalmente económicas y el consumo
es generalmente monofásico por razones de seguridad y sencillez.
Cuestión 1.6. ¿Por qué las redes de distribución se explotan en modo radial?
Solución: Porque así es más fácil, eficaz y económica su protección.
Cuestión 1.7. ¿Por qué son malladas las redes de distribución en entornos urbanos?
Solución: Para disponer de varios puntos de conexión con la red de transporte, aumentando,
por tanto, la fiabilidad del suministro.
Cuestión 1.8. ¿Por qué no se suelen usar redes malladas en zonas rurales?
Solución: Porque la dispersión geográfica de los consumos requeriría una cantidad de con-
ductores tan elevada que sería económicamente inviable.
24 Instalaciones eléctricas
Cuestión 1.9. ¿Cuál es la función de la línea cero en una red de distribución mallada?
Solución: Cuando se produce una falta en un lazo de la malla, la línea cero alimenta a las
cargas del lazo.
Cuestión 1.10. ¿Por qué generalmente no se consume energía en alta tensión evitando así los
centros de transformación?
Solución: Porque es peligroso para los usuarios de la electricidad.
APARAMENTA 2
El término aparamenta abarca el conjunto de dispositivos o aparatos empleados para la ma-
niobra, transformación y protección de los sistemas de energía eléctrica. En las redes de dis-
tribución y de baja tensión, la función de la aparamenta eléctrica es garantizar la continuidad
del suministro, la protección de los elementos de la instalación y la seguridad de las per-
sonas.
La aparamenta está constituida por aparatos capaces de efectuar al menos una de las si-
guientes operaciones:
1. Maniobra.
2. Transformación.
3. Protección.
2. Funcionamiento normal. Por normal se entiende que por el circuito circula la corriente
nominal (o de sobrecarga).
3. Funcionamiento anormal. Por anormal se entiende que por el circuito circula una co-
rriente de cortocircuito debida a una falta.
Obsérvese que sólo el funcionamiento anormal está asociado a faltas, mientras que el fun-
cionamiento bajo las sobrecorrientes asociadas con sobrecargas se considera normal. Las con-
diciones de corrientes de sobrecarga y de cortocircuito se ilustran más detalladamente en el
Capítulo 6.
La Tabla 2.1 muestra las funciones de los dispositivos de maniobra más comunes. Obsér-
vese que es posible agregar dos o más dispositivos para obtener todas las funciones necesarias.
Por ejemplo, un fusible y un interruptor seccionador en serie se comportan como un interruptor
automático pero son más económicos.
El cortocircuito y la apertura y el cierre de un circuito eléctrico originan fenómenos transi-
torios que en algunos casos pueden provocar problemas en el funcionamiento del sistema eléc-
trico (por ejemplo, sobretensiones y sobrecorrientes). Además, del análisis del cortocircuito y
Interrupción Establecimiento
Interruptor
Sí Sí Sí Sí Sí Sí
automático
Seccionador Sí No No Sí No No
Interruptor Sí Sí No Sí Sí Sí
Interruptor
Sí Sí No Sí Sí Sí
seccionador
Fusible No Sí* Sí No No No
Contactor Sí Sí No Sí Sí No
de la apertura y el cierre de los circuitos es posible definir los principales parámetros de dise-
ño de la aparamenta de maniobra.
A continuación, se describen, en primer lugar, el fenómeno del cortocircuito y los fenóme-
nos asociados a la apertura y cierre de los circuitos eléctricos. Después, se estudian los aparatos
de maniobra comúnmente utilizados en subestaciones, centros de transformación y redes de
media y baja tensión: interruptores automáticos, seccionadores, interruptores, interruptores sec-
cionadores, fusibles y contactores.
diL (t )
2 V cos (ω t + ϕ ) = RiL (t ) + L (2.1)
dt
cuya solución es:
iL ( t )
R L
t 0
2V cos( Zt M ) ZC
G C G C
iCC (t)
De (2.2) resulta que la corriente de cortocircuito iCC(t) está compuesta por una componente
continua transitoria, Aeat, y una componente sinusoidal Bcos(wt + y) (véase la Figura 2.2). La
corriente transitoria depende de las condiciones de carga anteriores a la falta y también del
momento en el que se produce la falta. Además, en los sistemas trifásicos, debido a la simetría
de las corrientes, cada fase presenta una componente continua distinta.
iCC (t ) Componente
continua
Componente
sinusoidal
IU = 0,8 2 I S (2.3)
El estudio de las corrientes de cortocircuito es, por tanto, un estudio en régimen permanen-
te sinusoidal que se aborda utilizando fasores.
Las aproximaciones que se suelen utilizar para la determinación de las corrientes de corto-
circuito en sistemas de distribución son que las faltas se consideran simétricas, trifásicas y de
impedancia despreciable. Además, el sistema suele considerarse en vacío y todas las tensiones
iguales a las tensiones nominales.
Una información importante para el cálculo de las corrientes de cortocircuito es conocer el
equivalente de Thévenin de la red o de las redes de alimentación del sistema que se quiere
analizar. La información necesaria es, además de la tensión nominal, la impedancia de Théve-
nin de la red ZTh. Típicamente, las redes de distribución suelen caracterizarse mediante la po-
tencia de cortocircuito SCC en el punto de entrega de la energía eléctrica. Por ejemplo, 500 kVA
es un valor típico para una red de media tensión.
De la potencia trifásica de cortocircuito SCC se puede calcular la impedancia de Thévenin
ZTh de la red como sigue:
Aparamenta 29
VN
VN = ZTh ICC ⇒ ZTh = (2.4)
ICC
SCC
SCC = 3VN ICC ⇒ ICC = (2.5)
3VN
donde ICC es la corriente de cortocircuito y VN es la tensión nominal de fase. Por tanto, la im-
pedancia de Thévenin es función de la potencia de cortocircuito y de la tensión nominal:
3VN2
ZTh = (2.6)
SCC
3VN2 SB vN2 1
zTh = = ≈ (2.7)
SCC 3VB2 sCC sCC
donde VB y SB son las bases de tensión de fase y de potencia trifásica del sistema, respecti-
vamente. Obsérvese que la aproximación vN ≈ 1 es correcta sólo si la base de tensión del sis-
tema en magnitudes unitarias es próxima a la tensión nominal de la red de alimentación, es
decir, VB ≈ VN.
De (2.4), (2.5) y (2.7) se obtienen las siguientes expresiones útiles por unidad:
vN 1
sCC = vN iCC ≈ iCC = ≈ (2.8)
zTh zTh
Red 1 Red 2
1 2
L1 L2
1 1
xTh1 ≈ = = 0,1 pu
sCC 1 10
1 1
xTh 2 ≈ = = 0,125 pu
sCC 2 8
v3 z + zL 1 + zTh 2 + zL 2
iCC 3 = = v3 Th1
zTh 3 ( zTh1 + zL 1)( zTh 2 + zL 2 )
De la misma manera, se pueden calcular las corrientes de cortocircuito en todos los nudos del
sistema.
Aparamenta 31
_ _
e1 e2
+ +
zTh1 zTh2
1 2
z L1 z L2
zTh1 zTh2
1 2
(zTh1 z L1 )(z Th2 z L2 )
zTh3
zTh1 z L1 zTh2 z L2
z L1 z L2 3
3
(a) (b)
Desde los puntos de vista eléctrico y energético es mucho más costoso abrir un circuito en
carga que en vacío. De hecho, una de las características más importantes de un aparato de ma-
niobra es el poder de corte, es decir la máxima corriente que puede interrumpir sin daño para
el aparato.
Cuando están cerrados, los electrodos de un aparato de maniobra se mantienen en contacto
por la presión de un muelle. Durante la apertura de los electrodos la presión se reduce rápida-
mente y el área de contacto entre los electrodos disminuye. Como consecuencia, la densidad
de corriente aumenta (J ≈ 1.000 A/mm2) y el gas alrededor de los contactos se ioniza. Cuando
el proceso de apertura finaliza, los electrodos se separan. Sin embargo, el gas ionizado permite
todavía la circulación de corriente y se produce un arco eléctrico. Si en el interior del aparato
de maniobra está hecho el vacío, el gas está formado sólo por los vapores metálicos ionizados
que se desprenden de los electrodos. El arco se extingue cuando los electrodos están suficien-
temente lejos y el gas ionizado, menos denso, ya no permite la circulación de corriente.
La tensión Va necesaria para activar un arco eléctrico es una función de la corriente I que
circula por el aparato de maniobra y de la distancia d entre los electrodos, como se muestra en
la Figura 2.6.
En condiciones de régimen permanente el arco eléctrico puede representarse mediante la
ley de Ayrton, deducida de forma experimental y válida para arcos cortos y corrientes no muy
elevadas:
Va (V)
300
d
200
100
0
0 5 10 I (A)
Figura 2.6. Tensión Va necesaria para activar el arco eléctrico en función de la corriente I
que circula por el interruptor y de la distancia d entre los electrodos.
Aparamenta 33
B Dd
Va = A + + Cd + (2.10)
I I
donde Va es la tensión de arco, I es la corriente de arco y d es la distancia entre los electrodos
que generan el arco o longitud de arco. Las otras constantes se describen a continuación:
• A es la caída de tensión entre los electrodos, que es independiente de la corriente de
arco.
• B/I es la caída de tensión dependiente de la corriente de arco.
• C es la caída de tensión por unidad de longitud debida a la ionización térmica del gas
entre los electrodos (denominada columna positiva) y que es independiente de la corrien-
te de arco.
• D/I es la caída de tensión por unidad de longitud de la columna positiva dependiente de
la corriente de arco.
El arco eléctrico depende también de la temperatura. A medida que la temperatura es mayor,
menor es la resistencia del arco. Por tanto, la tensión es inversamente proporcional a la tempe-
ratura del arco y conviene que la tensión sea elevada para reducir la temperatura del arco. En
los circuitos de corriente alterna, el arco se extingue de manera natural, por el paso por cero de
la corriente cada medio ciclo. En los circuitos de corriente continua la única manera de extinguir
un arco es aumentar la distancia entre los electrodos resultando un proceso necesariamente más
lento que la extinción en alterna. Este factor constituye una de las ventajas de los sistemas de
corriente alterna respecto a los sistemas de corriente continua.
La tensión entre los electrodos tras la apertura del aparato de maniobra depende del circui-
to donde éste está instalado. En general, esta tensión tiene dos componentes:
1. Componente transitoria o tensión transitoria de restablecimiento.
2. Componente permanente o tensión de retorno.
La componente permanente tiene la frecuencia de la red de alimentación (50 Hz en Europa),
mientras que la componente transitoria depende de las frecuencias propias del circuito donde
está instalado el aparato de maniobra. La frecuencia de la componente transitoria es general-
mente mucho mayor que la de la red.
Para analizar el transitorio tras la apertura de un aparato de maniobra, considérese el cir-
cuito de la Figura 2.7, que representa el circuito monofásico equivalente de una línea de distri-
bución de energía eléctrica (modelo en p) conectada a una red de alimentación infinita (fuente
de tensión ideal). Se estudia el transitorio de la tensión vi (t) en las bornas del interruptor que
abre en t = 0.
Para t < 0 el circuito alimenta una falta de impedancia despreciable. Para simplificar se
supone que antes de abrir el interruptor el circuito está en régimen permanente. Obsérvese tam-
bién que la rama en derivación izquierda de la línea no afecta al transitorio de la tensión vi (t)
por ser la red infinita.
En el circuito de la Figura 2.7, para t ≥ 0, se obtiene la siguiente ecuación de segundo
orden:
2V d 2 vC (t ) ⎛ R G ⎞ dvC (t ) ⎛ 1 RG ⎞
cos(ω t + ϕ ) = +⎜ + ⎟ +⎜ + v (t ) (2.11)
LC dt 2
⎝ L C ⎠ dt ⎝ LC LC ⎟⎠ C
34 Instalaciones eléctricas
iL (t) t 0
R L + +
iCC (t)
2Vcos(Ȧc M ) vC (t) vi (t)
G C G C
_ _
2V d 2 vC (t ) G dvC (t ) 1
cos(ω t + ϕ ) = + + v (t ) (2.12)
LC dt 2
C dt LC C
cuya solución general es:
G G2 1
α ± jωn = − ± − (2.14)
2C 4C 2 LC
Las constantes A y h se obtienen imponiendo las condiciones iniciales vC(0+) = vi(0+) = 0
y dvC(t)/dt|0+ = iCC(0−)/C. Finalmente, las constantes B y y se obtienen de la solución particular
en régimen permanente.
Generalmente, la conductancia G es muy pequeña con respecto a los otros parámetros y,
por tanto, los autovalores de la ecuación diferencial homogénea suelen ser complejos y conju-
gados. Además, normalmente, wn >> w (a 50 Hz, w = 100p).
De (2.13) se deduce que la tensión vi(t) tiene dos componentes, una transitoria Aeat cos(wnt +
+ h) y otra permanente B cos(wt + y). La componente transitoria o de restablecimiento puede
alcanzar valores de cresta muy elevados (hasta 3 2V ) según las condiciones de interrupción
del cortocircuito (véase la Figura 2.8).
A continuación, se calculan unos valores típicos de la pulsación propia de las líneas de
distribución y se ilustra el proceso de apertura de una línea trifásica.
Aparamenta 35
vi (t)
2 Vcos(Ȧ t )
iCC (t)
Figura 2.8. Gráfica de vi(t), iCC(t ) y 2V cos(ωt ) tras la interrupción del circuito.
1
ωn ≈
LC
1 ω ω
ωn ≈ = =
LC ω LωC X L BC
ωn 1
= ≈ 32 para la línea de 45 kV
ω X L BC
ωn 1
= ≈ 98 para la línea de 20 kV
ω X L BC
45 30 10 95
20 10 3,5 30
36 Instalaciones eléctricas
C Z1 I1
+
B +
Red _
E
Vi V1 V2 Z2 I2
A + _
_
(a) (b)
Si se supone Z1 = Z2, ya que el punto donde se produce la falta está lejos de los generadores, se
obtiene:
E
I1 = − I2 =
2 Z1
E E
V1 = E − Z1 I1 = E − =
2 2
Por tanto, las tensiones de las fases que todavía no se han abierto son:
VA = V1 + V2 = E
E
VB = α 2V1 + α V2 = −
2
y, finalmente, la tensión Vi donde se ha abierto el interruptor es:
Vi = VA − VB = 1,5 E
Desde los puntos de vista eléctrico y energético es mucho más costoso el segundo tipo de
cierre.
Es posible que en algunos casos accidentales un aparato de maniobra, al cerrarse, provoque
un cortocircuito. En estos casos, antes de que se unan los contactos del aparato de maniobra se
forma un arco eléctrico que frena el movimiento de cierre de los electrodos. Si el mecanismo
de cierre no ejerce una fuerza suficiente sobre los electrodos para superar la resistencia mecá-
nica del arco, el aparato de maniobra se puede dañar o incluso destruir por la energía despren-
dida por el arco. Por tanto, los aparatos de maniobra se caracterizan por un poder de cierre,
definido como la máxima corriente que pueden cerrar sin dañarse.
En condiciones normales el cierre de un circuito eléctrico no da lugar a una corriente de
cortocircuito, pero sí puede ocasionar sobrecargas transitorias. Por ejemplo, algunas lámparas
presentan una resistencia en frío (sin corriente) menor que la resistencia en caliente (en régimen
permanente a plena carga) como se muestra en la Tabla 2.3. Por tanto, cuando se conectan, la
corriente inicial puede ser mucho mayor que la corriente nominal.
Incandescentes 15
Fluorescentes no compensadas 2
Fluorescentes compensadas 20
VN
Xm =
Iarr
38 Instalaciones eléctricas
Xm V S
xm = 2
= N N2
V / SN
N
Iarr VN
1 SN I
Iarr = = N = 5I N
xm VN xm
donde IN es la corriente nominal de línea. El principal inconveniente de las elevadas corrientes que
pueden producirse en el momento de cerrar algunas cargas es la caída de tensión que aparece en
bornas de las mismas. Esta caída de tensión debe tenerse en cuenta en la fase de diseño de la red de
alimentación y en la compensación de potencia reactiva (véase el Apartado 5.5 del Capítulo 5).
VN ! 100 kV VN d 100 kV
v v
v2
v1
v1
t1 t2 t t1 t
Sin embargo, el poder de cierre se define en función del valor máximo de la corriente de cor-
tocircuito porque el cierre está relacionado con los esfuerzos electrodinámicos sobre los elec-
trodos.
El valor de cresta o valor máximo de la corriente de cortocircuito es:
I P = 2 I S + IU = 2 I S + 0,8 2 I S ≈ 2, 5I S (2.15)
I NA z I NB
A B
I CC I CC
A B
I NA I NB
A B
S AN 75 kVA I CC I CC S BN 50 kVA
2.1.4.2. Seccionador
La misión del seccionador, cuyo símbolo se muestra en la Figura 2.14, es unir o separar de
forma visible dos partes de un circuito. También sirve para la puesta a tierra de componentes o
partes de la red. El corte visible garantiza que una zona del sistema está fuera de servicio o
Aparamenta 41
I2
I CC A
A I1
I CC
puesta a tierra para que los trabajos de inspección, mantenimiento o sustitución de componen-
tes puedan realizarse de forma segura.
El seccionador normalmente abre/cierra sin carga aunque en media tensión puede operar
con cargas pequeñas. El seccionador no tiene poder de corte para interrumpir corrientes de
cortocircuito, para lo que es necesario un interruptor. Sin embargo, debe ser capaz de soportar
durante un tiempo determinado los efectos térmicos y dinámicos de las corrientes de cortocir-
cuito. Para evitar operaciones incorrectas, los seccionadores disponen de unos mecanismos de
enclavamiento.
Atendiendo a sus formas constructivas, los seccionadores se pueden clasificar en:
1. Seccionadores de cuchillas giratorias.
2. Seccionadores de cuchillas deslizantes.
3. Seccionadores de columnas giratorias.
4. Seccionadores de pantógrafo.
La forma constructiva de estos seccionadores puede verse, por ejemplo, en [Carmona,
2004].
El accionamiento de los seccionadores en media tensión suele ser manual (directo) o me-
diante pértiga o palanca. Para potencias elevadas se accionan por control remoto de forma
neumática o con motor eléctrico.
42 Instalaciones eléctricas
Por tanto, los interruptores son similares a los interruptores automáticos pero no pueden
cortar las corrientes de cortocircuito.
El interruptor seccionador, cuyo símbolo se muestra en la Figura 2.16, tiene las mismas
funciones que el interruptor y, además, en la posición abierta tiene las mismas características
que el seccionador.
2.1.4.4. Fusible
La misión del fusible, cuyo símbolo se muestra en la Figura 2.17, es interrumpir corrientes de
sobrecarga y de cortocircuito.
Aparamenta 43
elemento fusible
corriente corriente
El funcionamiento del fusible está basado en el efecto Joule, como se describe a continua-
ción. Si la corriente que circula por el fusible es mayor que un valor determinado durante un
tiempo suficiente, la temperatura en algunas partes del fusible aumenta hasta alcanzar la tem-
peratura de fusión del material del fusible. El período durante el cual el material se funde y
empieza a evaporarse se llama tiempo de prearco. Cuando el material está completamente eva-
porado se produce un arco conductor. El tiempo que va desde la formación del arco eléctrico
hasta su extinción se llama tiempo de arco. El arco se extingue cuando finalmente se disipa su
energía térmica. En algunos casos, si se utilizan arenas inertes en el interior del fusible para
extinguir más rápidamente el arco eléctrico, pueden formarse pequeñas corrientes residuales
durante un tiempo muy reducido denominado tiempo de postarco.
Cabe destacar que durante el tiempo de arco se produce una tensión de arco que limita la
corriente de cortocircuito. Si la tensión de arco alcanza un valor suficientemente elevado (en
particular, mayor que el valor máximo de la tensión de alimentación) o, lo que es lo mismo, si
la resistencia de arco es elevada, la corriente de cortocircuito es menor que la corriente máxima
de cortocircuito. La Figura 2.19 ilustra el efecto limitador sobre la corriente de cortocircuito
debido a la elevada tensión de arco en un fusible; tp y ta son el tiempo de prearco y de arco,
mientras que iM e iL son la corriente máxima de cortocircuito y la corriente limitada de corto-
circuito, respectivamente.
Los principales parámetros de un fusible se describen a continuación.
1. Corriente nominal IN. Es la corriente que el fusible debe soportar durante un tiempo
indefinido sin fundirse o modificar sus características físicas.
44 Instalaciones eléctricas
i
iM
iL
tp ta t
2. Corriente de fusión If. Es, generalmente, una corriente entre 1,4 y 1,5 veces la corrien-
te nominal IN. Para estos valores de corriente el fusible no debe fundirse en un tiempo
que varía entre 1 y 4 horas. Los límites efectivos son: el fusible no debe fundirse para
corrientes menores que 1,2 IN, en cambio debe fundirse para corrientes mayores que
1,6 IN.
3. Máxima tensión de funcionamiento. Es la máxima tensión que el fusible puede soportar
sin daños en su aislamiento.
Es importante observar que la característica tiempo-corriente de un fusible es de tiempo
inverso (véase el Apartado 2.3.2), como se muestra en la Figura 2.20.
IN I f I
A pesar de todas las características positivas del fusible, no se suele utilizar como protección
primaria (para las definiciones de protección primaria y de protección de apoyo véase el Apar-
tado 6.3.2 del Capítulo 6), por lo menos en redes industriales. La razón es que la corriente de
fusión del fusible es poco precisa y no puede garantizarse un nivel de precisión adecuado.
Los fusibles se emplean como protección de apoyo de los interruptores y como limitadores
de corriente en redes en las que la corriente de cortocircuito supera el poder de corte de los in-
terruptores. Por esta razón el fusible se instala siempre delante del interruptor. Delante y detrás
se refieren al sentido del flujo de potencia. Por ejemplo, para una línea que alimenta una carga,
el fusible está delante del interruptor si el interruptor está instalado entre el fusible y la carga.
El fusible se utiliza también como protección de apoyo de los contactores, que no tienen
capacidad para cortar corrientes de cortocircuito.
Además, los fusibles se utilizan para proteger los transformadores en MT y BT. En el lado
de mayor tensión del transformador, el fusible protege frente a cortocircuitos, mientras que en
el lado de menor tensión protege frente a sobrecargas.
En la Figura 2.21 se ilustran algunas combinaciones típicas de fusibles con otros aparatos
de maniobra.
Interruptor seccionador
Interruptor y fusible Seccionador y fusible
y fusible
Fusible interruptor
Fusible interruptor Fusible seccionador
seccionador
2.1.4.5. Contactor
El contactor, cuyo símbolo se muestra en la Figura 2.22, es un aparato de maniobra que inte-
rrumpe, establece y conduce la corriente en condiciones normales de funcionamiento. Los
contactores no pueden abrir o cerrar el circuito en condiciones anormales de funcionamiento
(cortocircuito).
A diferencia de otros aparatos de maniobra, como los seccionadores o los interruptores, que
tienen dos posiciones (abierta y cerrada) en las que pueden permanecer indefinidamente, el
contactor sólo tiene una posición estable (generalmente la posición abierta) y únicamente cam-
bia de posición tras el suministro de energía de una fuente externa (por ejemplo, a través de un
relé). Si se corta el suministro de energía, el contactor vuelve a su posición estable.
Los contactores se caracterizan por los valores límite de las corrientes que pueden interrum-
pir y establecer en condiciones de funcionamiento normal del sistema eléctrico. Puesto que los
46 Instalaciones eléctricas
Fusible t Fusible
IN=70 A
1,2IN
Contactor
Relé térmico
Relé térmico
Contactor
1. Economía: cuanto más bajos son los valores de corriente y de tensión, tanto más eco-
nómicos y de menor tamaño son los relés.
2. Seguridad: cuanto más bajos son los valores de corriente y de tensión, tanto mayores
son las condiciones de seguridad en las que trabaja el personal que mantiene el sistema
de protección y medida.
IA IA
Ia Ia
La norma [UNE-EN 60044] clasifica los transformadores de corriente en varias clases según
la precisión de la conversión de la intensidad de corriente. Los transformadores de corriente
utilizados para protecciones tienen una precisión del 5 % o del 10 %. Para sistemas de medida
se usan transformadores de corriente más precisos. Una propiedad importante de los transfor-
madores de corriente de protección es que deben poderse sobrecargar. La capacidad de sobre-
carga de los transformadores de corriente varía entre el 120 % y el 200 %, según su clase. Exis-
ten también transformadores de corriente con dos secundarios y dos núcleos: uno para
protección (baja permeabilidad y alta capacidad de sobrecarga) y otro para medida (alta per-
meabilidad y fácilmente saturable).
Una aplicación particular del transformador de corriente es el transformador toroidal utili-
zado para la protección diferencial frente a contactos indirectos en las instalaciones de baja
tensión (véase el Apartado 7.7.5 del Capítulo 7).
La Figura 2.25 muestra un transformador toroidal en el que se encuentran enrollados tres
devanados. Los devanados superior e inferior son exactamente iguales. Considérese que am-
bos devanados están recorridos por corrientes i1(t) e i2(t) tal como muestra la Figura 2.25. Si se
verifica que i1(t) = i2(t), los campos magnéticos que se producen son iguales y opuestos y, por
tanto, el campo magnético neto en el núcleo toroidal es nulo y v(t) = 0 V. Si las corrientes i1(t)
e i2(t) son diferentes, se produce un campo magnético neto que, guiado por el núcleo magnéti-
co, atraviesa el tercer devanado. Si dicho campo magnético es variable en el tiempo, se crea en
bornes del tercer devanado una tensión inducida v(t), proporcional a la diferencia de ambas
corrientes.
+ v(t) _
i1 (t)
i1 (t)
i2 (t)
i2 (t)
En redes de baja o media tensión, los transformadores de tensión (TT) son transformadores de
pequeña potencia con la tensión secundaria normalizada a 100 V (véase la Figura 2.26). Como
en el caso de los transformadores de corriente, la norma [UNE-EN 60044] define las clases de
los transformadores de tensión en función de su precisión. Precisiones alrededor del 5 % son
adecuadas para transformadores de tensión de protección. Para sistemas de medida se usan
transformadores de tensión más precisos.
Aparamenta 49
+ VA _
VA
Va + Va _
A
+ C1
VP L
C2 R
_
A´
C1 ⎛ 1 ⎞
VAA′ = V, ZAA′ = j ⎜ω L − (2.16)
C1 + C2 P ⎝ ω (C1 + C2 ) ⎟⎠
Si C1 << C2 entonces VAA' << VP. Además, para anular el efecto de ZAA' en la medida se
impone que
1
L= (2.17)
ω (C1 + C2)
2
50 Instalaciones eléctricas
(a) (b)
Figura 2.28. Símbolo del relé y ejemplos: a) código ANSI y b) reglamento CEI.
Desde el punto de vista del sistema de protección, un relé debe ser fiable, selectivo y rápi-
do (véase el Apartado 6.1 del Capítulo 6).
Desde el punto de vista constructivo, los relés pueden ser de diversos tipos:
1. Electromagnéticos.
2. Térmicos.
3. Electrónicos.
4. Digitales o con microprocesador.
La lista anterior está en orden cronológico de desarrollo y utilización. Claramente, los relés
con procesadores son los más flexibles porque se pueden programar mediante el software ade-
Aparamenta 51
cuado. Sin embargo, debido a su larga vida, la mayoría de los relés instalados son electromag-
néticos, térmicos o electrónicos. Aunque los relés digitales son más flexibles, los principios de
fiabilidad, selectividad y rapidez son generales y conceptualmente independientes del tipo cons-
tructivo. Por otro lado, es de interés analizar los relés electromagnéticos y electrónicos porque
permiten visualizar el proceso de actuación del relé.
A continuación, se describen los relés más utilizados en las protecciones de las instalaciones
eléctricas. Al final del capítulo se describen brevemente el cable de guarda y el pararrayos, que
también se pueden considerar aparamenta de protección.
Ig ≥ Imáx (2.18)
Área de actuación
I máx
I máx
a) b)
Cuando se cumple esta condición el relé actúa de manera instantánea. Este tipo de relé, tam-
bién conocido como relé electromagnético, se usa como protección frente a cortocircuitos puesto
que la corriente de cortocircuito, una vez detectada, debe cortarse lo más rápidamente posible.
La Figura 2.31 muestra un relé electrónico instantáneo en el que la tensión de ajuste del
relé vR puede variarse a través del potenciómetro, es decir, vR ∈ [0, vG]. El transistor funcio-
na como un interruptor. Si vR > vi el transistor está polarizado inversamente y no conduce. Si
vi > vR el transistor está polarizado directamente y sí conduce. También en este caso la actuación
del relé es instantánea.
contacto
muelle
corriente
+
vi
_
vR
_ +
vG
la señal medida por el relé, se habla de relé de tiempo inverso. Los relés de tiempo diferido,
electromagnéticos o electrónicos, hacen posible la coordinación con otros relés (véase el Apar-
tado 6.3.2 del Capítulo 6).
La Figura 2.32 muestra un relé electromagnético de tiempo diferido. El flujo magnético crea
un par mecánico en el disco. Para recorrer el ángulo q el disco tarda un tiempo t. Cuanto mayor
sea la intensidad de la corriente que circula por la bobina del relé, menor será el tiempo ne-
cesario para recorrer el ángulo q. Por tanto, este relé presenta una característica de tiempo in-
verso.
contacto
corriente ș
disco
disco
La Figura 2.33 muestra un relé electrónico de tiempo diferido. La tensión vu(t) está en re-
traso respecto a la tensión vi(t) según una función exponencial:
Al variar la resistencia R se obtienen diversas constantes de tiempo del circuito y, por tanto,
puede regularse la característica del relé. Además, siendo el tiempo de actuación inversamente
proporcional a la corriente, el relé es de tiempo inverso.
54 Instalaciones eléctricas
R
+ +
vi (t) vu (t)
_ C _
vR (t)
_ +
vG (t)
Para los relés de corriente de tiempo diferido, las características de protección se definen
según los siguientes parámetros:
1. Corriente nominal IN. Es la corriente que puede circular por el relé durante un tiempo
indefinido en condiciones normales de temperatura sin perjuicio para la vida útil del
relé. Esta corriente está normalizada.
2. Corriente de ajuste Ia. Es la corriente que el relé utiliza para detectar la sobrecorriente.
En la abscisa de las curvas tiempo-corriente se indican múltiplos de la corriente de
ajuste M = I/Ia, donde I es la corriente real medida por el relé (véanse las Figuras 2.34
a 2.36).
3. Curva de actuación k. La característica tiempo-corriente del relé no es una única curva,
sino una familia de curvas. Para fijar el tiempo de actuación mediante el factor M de la
corriente de ajuste es necesario seleccionar una de estas curvas.
4. Corriente de actuación instantánea. Es el valor de corriente para el que el relé actúa
instantáneamente.
Todos los parámetros anteriores pueden ajustarse, dando lugar a una elevada versatilidad
(véase el Ejemplo 6.10 del Capítulo 6). Además, dependiendo del tipo de sistema a proteger, se
establecen distintas características de tiempo inverso: normal, inversa alta, e inversa muy alta:
• Normal. El tiempo de actuación depende poco del valor de la corriente de cortocircuito.
Es adecuada para sistemas donde el valor de la corriente de cortocircuito varía conside-
rablemente dependiendo del punto donde se origina la falta. Esto es típico en sistemas
donde la impedancia de cortocircuito (o impedancia de Thévenin) de la red de alimenta-
ción es mucho menor que la impedancia de la línea a proteger. La Figura 2.34 muestra
un ejemplo de característica normal.
• Inversa alta. El tiempo de actuación depende del valor de la corriente de cortocircuito. Es
adecuada para sistemas donde el valor de la corriente de cortocircuito varía dependiendo
del punto donde se origina la falta. Esto es típico en redes donde la impedancia de cor-
tocircuito (o impedancia de Thévenin) de la red de alimentación es menor o igual que la
impedancia de la línea a proteger. La Figura 2.35 muestra un ejemplo de característica
inversa alta.
• Inversa muy alta. El tiempo de actuación depende fuertemente del valor de la corriente
de cortocircuito. Esta característica es adecuada para la coordinación con fusibles en sis-
Aparamenta 55
t (s)
20
10
9
8
7
6
5
4
3
k
1,1
2
0,9
0,7
1 0,5
0,9
0,8
0,7
0,6 0,3
0,5
0,4 0,2
0,3
0,2 0,1
0,05
0,1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 20 30 M
t (s)
20
10
9
8
7
6
5
4
3
1
0,9
0,8
0,7
0,6 k
0,5 1,1
0,4 0,9
0,7
0,3
0,5
0,2
0,3
0,2
0,1
0,09
0,08
0,07 0,1
0,06
0,05
0,05
0,04
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 20 30 M
t (s)
50
10
0,5
k
1,1
0,1 0,9
0,7
0,5
0,3
0,05 0,2
0,1
0,05
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 20 30 M
Figura 2.36. Relé de tiempo inverso: característica de tipo inversa muy alta.
El calentamiento puede ser directo, si la corriente pasa directamente por el bimetal (Figu-
ra 2.37a) o indirecto, si la lámina se calienta por intercambio térmico con otro elemento por el
que pasa la corriente (Figura 2.37b).
Los relés térmicos se utilizan en asociación con relés electromagnéticos instantáneos para
formar relés magnetotérmicos que se utilizan ampliamente en las redes eléctricas de baja ten-
sión. La Figura 2.38 muestra la característica de un relé magnetotérmico estándar. El ajuste de
este relé suele ser el siguiente:
1. El relé térmico actúa para corrientes menores de 6 a 8 veces la corriente nominal del
circuito que se protege.
2. El relé magnético actúa para corrientes mayores de 6 a 8 veces la corriente nominal del
circuito que se protege.
58 Instalaciones eléctricas
I I
I
I
(a) (b)
El relé diferencial responde al valor de la suma algebraica de dos o más señales. Cuando la
suma de estas señales supera un valor asignado, el relé actúa. La aplicación más común es el
relé diferencial de corriente, cuyo principio de funcionamiento se muestra en la Figura 2.39.
En condiciones normales Ia está en fase con Ib e Ia − Ib = Ic ≈ 0.
térmico
magnético
IN 6I N 8I N I
IA TC TC IB
Sistema protegido
Relé
Ia Ib
Ic
Circuito auxiliar
La suma no es nunca igual a cero por la presencia de corrientes parásitas capacitivas que
son generalmente despreciables. Si se produce una falta en el sistema protegido se origina un
desequilibrio entre las corrientes Ia e Ib. En el caso de que el sistema esté alimentado por ambos
lados, una de las dos corrientes, Ia o Ib, cambia de sentido. Si sólo hay alimentación por un
lado, una de las dos corrientes se anula y la otra pasa en su totalidad por el relé. Si la falta ocu-
rre fuera del sistema a proteger, no hay desequilibrio de corrientes.
El esquema de la Figura 2.39 se basa en la circulación de corriente por el sistema de pro-
tección y se utiliza para sistemas de pequeña potencia. Si la potencia fuera grande, se necesi-
tarían tensiones elevadas en los secundarios de los transformadores de corriente.
Existen también sistemas basados en la comparación de tensiones. En estos sistemas, las
corrientes de los transformadores de corriente se convierten en tensiones, lo que permite tras-
mitir la medida a larga distancia.
Puede producirse un funcionamiento incorrecto de los sistemas diferenciales en caso de
elevadas corrientes de cortocircuito fuera del área protegida. Durante las faltas, las elevadas
corrientes homopolares, aunque transitorias, pueden causar la saturación de los transformadores
de corriente de la protección diferencial. Si los transformadores de corriente se saturan de ma-
nera distinta se obtiene un desequilibrio en las corrientes de la protección y, por tanto, un fun-
cionamiento incorrecto.
Para evitar este tipo de funcionamiento inadecuado se utilizan relés de balanza. La Figu-
ra 2.40 muestra el esquema básico de un relé diferencial electromagnético de balanza y su
circuito equivalente. N0 es el número de espiras del devanado de funcionamiento, mientras
que Nr es el número de espiras del devanado antagonista. Si el flujo del devanado de funciona-
miento es mayor que el flujo del devanado antagonista, la armadura móvil se activa y el relé
actúa.
La fuerza magnética que atrae la pieza móvil es proporcional al cuadrado de las fuerzas
magnetomotrices de los devanados. La condición para que el relé detecte un desequilibrio de
las corrientes Ia e Ib es:
2
⎛N N ⎞
( N 0 Ic ) > ⎜ r I a + r I b ⎟
2
(2.21)
⎝ 2 2 ⎠
60 Instalaciones eléctricas
Ia
N r /2
N0 N r /2
Ib
Ic
N r /2 N r /2
Ia Ib
N0
Ic
Nr = kN 0 (2.22)
donde k es llamado margen de la protección diferencial. El valor de k está entre 0,1 y 0,4. La
condición de activación del relé se puede escribir como sigue:
2
⎡ kN ⎤
( N0 Ic )2 > ⎢ 0 ( Ia + Ib )⎥ (2.23)
⎣ 2 ⎦
que lleva a dos condiciones:
k k
Ic > ( I + I ), Ic < − (I + I ) (2.24)
2 a b 2 a b
Aparamenta 61
Ib
2k
Ib Ia
2k
Área de actuación
Área de no actuación
2k
Ia Ib
2k
Área de actuación
Ia
V (kV)
Va
Vr
t (s)
2.4. Resumen
En este capítulo se ofrece un resumen de los aspectos teóricos del cortocircuito, y de la aper-
tura y el cierre de los circuitos eléctricos. Asimismo, se describe la aparamenta utilizada en las
instalaciones eléctricas de media y baja tensión, incluyendo aparatos de maniobra, de transfor-
mación y de protección.
El lector interesado puede encontrar información adicional sobre aparamenta en [Fraile
1996] y [Roger 2002]. El análisis de cortocircuitos y el funcionamiento de los circuitos eléc-
tricos trifásicos se describen, por ejemplo, en [Gómez 2002] y en [Conejo 2004].
Cuestión 2.3. ¿Es correcto afirmar que para el accionamiento de los motores se utiliza un
contactor en lugar de un interruptor sólo porque es más económico?
Solución: No, existen también razones técnicas. El contactor puede proporcionar un núme-
ro muy elevado de aperturas y cierres sin deteriorarse, mientras que cada operación de apertu-
ra y cierre del interruptor (aunque sea en condiciones de funcionamiento normal) conlleva una
reducción de su vida útil.
Cuestión 2.4. ¿Por qué no se pueden proteger los transformadores de corriente con fu-
sibles?
Solución: Porque si se emplean fusibles pueden producirse sobrecorrientes y sobreten-
siones.
Cuestión 2.5. ¿Es correcto afirmar que los relés digitales son más fiables, más selectivos y
más rápidos que los relés electromagnéticos?
Solución: No necesariamente. Fiabilidad, selectividad y rapidez son conceptos comunes a
todo tipo de relé.
Ejercicio 2.1. Determínese la condición sobre a para que la magnitud de la componente con-
tinua de la corriente de cortocircuito del sistema de la Figura E2.1 sea máxima en t = 0+.
t 0
R L
iCC (t)
2 Esen(Ȧs Į)
Ejercicio 2.2. La Figura E2.2 muestra el circuito equivalente de una falta en una línea aérea de
distribución. El interruptor está instalado físicamente lejos del punto donde se produce la falta
y, por tanto, la línea se puede modelar a través de dos circuitos equivalentes en p. Determínese
66 Instalaciones eléctricas
la tensión vi(t) en los contactos del interruptor suponiendo que la corriente se corta a su paso
por cero.
t 0
+ v (t) _
i
L1 L2
L1 L2
Solución: vi (t ) = VM cos ω t − VM cos ω1t − VM cos ω2t, donde ω1 = 1/ L1C1
L2 + L1 L2 + L1
y ω2 = 1/ L2C2 .
Ejercicio 2.3. Considérese el sistema trifásico de la Figura E2.3. En el nudo 2 se produce una
falta. Como consecuencia, las corrientes de secuencia que provienen del motor son: IM1 = −0,5
− j0,75 pu, IM2 = −j0,5 pu, IM0 = 0 pu, mientras que las corrientes de secuencia del transforma-
dor en la zona en estrella son: IT1 = 0,5 − j0,25 pu, IT2 = −j0,5 pu, IT0 = −j pu. Determine: a) el
tipo de falta, y b) las corrientes de secuencia inyectadas por la red durante la falta.
Red 1 2 Motor
Ejercicio 2.4. La Figura E2.4 representa un sistema eléctrico de media tensión. La potencia de
cortocircuito trifásica de la red de alimentación es 200 MVA y las inductancias de las líneas es-
tán en magnitudes unitarias respecto a las bases monofásicas Sb = 10/3 MVA y Vb = 15/ 3 kV.
Determínense las corrientes de cortocircuito trifásico en los nudos A, B, C y D.
Aparamenta 67
A B C
j 0,05 pu j 0,05 pu
j 0,1 pu
Red j 0,1 pu
D
j 0,1 pu
A
Soluciones: ICC = I CC
D
= 3.300 A, ICC
B
= 2.310 A, I CC
C
= 1.777 A.
j0,05 pu B
j0,05 pu
SCC f
j0,1 pu
C
C
Soluciones: a) iCC = 20 pu; b) iCC
C
= 10 pu.
Ejercicio 2.6. El sistema de la Figura E2.6 funciona a la tensión nominal sin circulación de
corriente en la línea. Determínense: a) las reactancias de Thévenin equivalentes de los circuitos
secuenciales en el nudo 3, y b) la corriente de falta monofásica a tierra en el mismo nudo. Los
parámetros del sistema son los siguientes:
• Red 1: x1 = x2 = 0,15 pu; x0 = 0,05 pu.
• Transformador 1: x1 = 0,2 pu; xL = 0,1 pu.
• Línea: x1 = 0,3 pu; x0 = 0,9 pu.
• Transformador 2: x1 = 0,15 pu; rT = 0,5 pu.
• Red 2: x1 = x2 = 0,2 pu; x0 = 0,1 pu.
68 Instalaciones eléctricas
1 2 3 4
T1 T2
Línea
Red 1 Red 2
xL rT
Soluciones: a) xTh3,2 = xTh3,1 = 0,2275 pu; xTh3,0 = 0,3214 pu; b) if = −j3,86 pu.
Capítulo
CÁLCULO Y DISEÑO
DE REDES 3
Este capítulo se dedica al cálculo eléctrico de las redes de distribución y de baja tensión, así
como al cálculo de la sección de los conductores con los que se construyen estas redes. En el
apartado de cálculo se establecen las expresiones matemáticas que proporcionan los valores de
corriente y de caída de tensión en los distribuidores más habituales. El análisis se realiza tanto
para redes trifásicas como monofásicas. Posteriormente, el capítulo analiza el diseño de los
distribuidores, es decir, la determinación de la sección de los conductores siguiendo diversos
criterios.
aproximadas que aprovechan las características particulares de las configuraciones más habi-
tuales de estas redes: distribuidor radial con un único consumo, distribuidor radial con múltiples
consumos, distribuidor radial alimentado por los dos extremos y distribuidor en anillo.
La aplicación de la segunda ley de Kirchhoff al circuito de la Figura 3.2 relaciona las ten-
siones simples en ambos extremos de la línea con su impedancia:
VS = VR + I(R + jX) (3.2)
donde j es positivo para cargas inductivas y negativo para cargas capacitivas. La Figura 3.3
muestra el diagrama fasorial correspondiente a (3.2) y (3.3).
Operando convenientemente sobre (3.3), el módulo de VS se puede expresar como:
R jX I
+ +
S R
VS VR
Consumo – –
G
VS
jXI
O A B C D
VR
I
RI
E F
resultado que se puede comprobar en la Figura 3.3. Sin embargo, (3.4) no permite obtener ex-
plícitamente la caída de tensión.
De la Figura 3.3 se puede deducir la siguiente relación entre los módulos de las tensiones
simples en los extremos de la línea:
VS − VR = AB + BC + CD = AB + EF + CD
(3.5)
= RI cos ϕ + XI sen ϕ + VS − VS2 − ( XI cos ϕ − RI sen ϕ )2
En la práctica, las caídas de tensión son pequeñas, por lo que el segmento CD se puede
despreciar, dando lugar a la expresión aproximada:
VS − VR ≈ AB + BC = RI cos j + XI sen j (3.6)
El error cometido con esta aproximación es nulo cuando el ángulo j cumple la siguiente
relación:
X
ϕ = arctan (3.7)
R
Esta afirmación se puede comprobar si se observa que la parte imaginaria de (3.3) se anula
cuando se cumple (3.7).
Por tanto, sustituyendo (3.6) en (3.1), la caída de tensión de la línea resulta:
∆VL
e= ·100 (3.13)
VN
donde e es la caída de tensión relativa.
Haciendo uso de (3.8), la caída de tensión relativa se puede expresar de forma aproximada
como:
3 ( RI cos j + XI sen j) 3 ( RIa + XIr )
e= ·100 = ·100 (3.14)
VN VN
Finalmente, la siguiente expresión establece la relación entre la caída de tensión relativa y
las potencias activa y reactiva del extremo receptor:
1
e= ( RP + XQ)100 (3.15)
VN2
A continuación, se resuelve un ejemplo en el que se comparan las expresiones exacta y
aproximada de la caída de tensión.
P 4.000.000
I = = = 144, 34 A
3VLR cos j 3 · 20.000 · 0,8
Cálculo y diseño de redes 73
20.000
Tomando como referencia de fases la tensión simple en el extremo receptor VR = ∠ 0 º V,
la expresión vectorial de la corriente de línea es: 3
La tensión simple en el extremo suministrador se puede calcular de forma exacta con (3.2):
20.000
VS = ∠ 0 + (144, 34 ∠ − 36, 87) (12,27 + j8,42) = 13.693,35 ∠ − 0,37 º V
3
3.717, 58
e= · 100 = 18, 59 %
20.000
n
IS = ∑I
i =1
i (3.16)
donde Ii es el módulo de Ii, Iai e Iri representan las componentes activa y reactiva de la corrien-
te absorbida por la derivación i, respectivamente, y ji es el desfase entre la tensión y la corriente
del consumo i, siendo positivo para cargas inductivas y negativo para cargas capacitivas.
Si la información disponible de los consumos está expresada en términos de potencias, las
corrientes en cada derivación se calculan considerando la hipótesis habitual de que la caída de
tensión en el distribuidor es pequeña, por lo que la tensión en cada derivación es prácticamen-
te igual a la tensión nominal del distribuidor:
Pi Qi Pi Qi
Ii ≈ Iai − jIri = − j ≈ − j (3.18)
3VLi 3VLi 3VN 3VN
⎛ n n ⎞
∆VLi = 3 ⎜ Ri
⎝
∑ j=i
Iaj + Xi ∑ I ⎟⎠
j=i
rj (3.19)
donde RTi y XTi son, respectivamente, la resistencia y la reactancia por fase acumuladas desde
el extremo suministrador hasta la derivación i.
A partir de las potencias activa y reactiva consumidas en cada derivación la caída de tensión
total se puede expresar como:
n
∑ (R P + X
1
∆VLT = Ti i Ti Qi ) (3.22)
VN i =1
Obsérvese que (3.21) y (3.22) se reducen respectivamente a (3.8) y (3.12) para el caso de
una única derivación.
1
∆VLT = ( R P + XT 1Q1 + RT 2 P2 + XT 2Q2 + RT 3 P3 + XT 3Q3) =
VN T 1 1
1.000
= (3,068 · 100 + 2 · 0 + 9,204 · 60 + 6 · 80 + 12,272 · 80 + 8 · 60) = 140,04 V
20.000
∆VLT 140,04
e= · 100 = · 100 = 0,70 %
VN 20.000
⎛ n n ⎞
⎡ n(n + 1) n(n + 1) ⎤
∆VLT = 3 ⎜ Iai Ri
⎝
∑
i =1
i + Iri Xi ∑
i⎟ = 3 ⎢Iai Ri
i =1 ⎠ ⎣ 2
+ Iri Xi
2 ⎥⎦
(3.24)
o finalmente:
⎛R X ⎞
∆VLT = 3 ⎜ T IaT + T IrT ⎟ (3.25)
⎝ 2 2 ⎠
donde IaT e IrT son las componentes activa y reactiva de la corriente total consumida a lo largo
del distribuidor (n + 1 derivaciones), y RT y XT representan la resistencia y la reactancia totales
por fase del distribuidor, es decir, de los n tramos. Por tanto, se concluye que el distribuidor de
la Figura 3.5 es equivalente a un distribuidor simple en el que toda la carga se encuentra situa-
da en el punto medio.
0 1 2 n
De forma análoga, la caída de tensión se puede expresar en función de las potencias activa
y reactiva totales, PT y QT:
1 ⎛ RT X ⎞
∆VLT = P + T QT ⎟ (3.26)
VN ⎜⎝ 2 T 2 ⎠
o igualmente:
1 ⎛ RT X ⎞
∆VLT = ⎜ PT + T QT⎟ (3.28)
VN ⎝ 2 2 ⎠
Como se puede apreciar, se llega a las mismas conclusiones que en el caso de una distribu-
ción discreta de cargas.
Frecuentemente, los distribuidores contienen cargas repartidas irregularmente y cargas uni-
formes, dando lugar a los llamados distribuidores mixtos. Para calcular la caída de tensión en
los distribuidores mixtos se convierten primero las cargas uniformes a sus equivalentes y des-
pués se procede como si se tratara de un distribuidor exclusivamente con cargas irregularmen-
te distribuidas, aplicando (3.21) o (3.22). El Ejemplo 3.3 ilustra el uso del distribuidor equiva-
lente de un distribuidor con consumos idénticos equidistantes.
y
dy
S
ia jir dy
10 km 5,5 km
1 km 1 km
S ... S
a) b)
a 1 km del extremo suministrador de la red. La línea está construida con un conductor caracterizado
por una resistencia eléctrica igual a 0,6136 Ω/km y una reactancia igual a 0,4 Ω/km. Se determina
a continuación la caída de tensión máxima en la línea.
El distribuidor de la Figura 3.7a) es idéntico al de la Figura 3.5 con la excepción de que no hay
consumo en el extremo suministrador. Para resolver este problema se transforman las 10 cargas en
una carga equivalente de 1.000 kW y factor de potencia 0,707 inductivo, situada en el punto medio
del tramo de línea comprendido entre las cargas extremas, es decir, a 5,5 km del extremo suminis-
trador. Como se puede apreciar en la Figura 3.7b), el distribuidor equivalente es un distribuidor radial
simple con un consumo, como el analizado en el Apartado 3.1.1.1.
La potencia reactiva total consumida es:
Por otro lado, los valores de la resistencia y de la reactancia por fase del distribuidor equivalen-
te son:
1 1.000
∆VLT = ( Req PT + Xeq QT ) = (3, 3748 · 1.0000 + 2, 2 · 1.000) = 278,74 V
VN 20.000
∆VLT 278,74
e= · 100 = · 100 = 1,39 %
VN 20.000
IA I A I1 IB
1 2 n
A ... B
I1 I2 In
ZT 1
ZT 2
ZTn
ZT
acumulada desde el extremo A hasta la derivación i, y ZT es la impedancia total por fase del
distribuidor.
El objetivo de los siguientes cálculos es obtener las corrientes que recorren el distribuidor
y determinar el punto en el que se produce la máxima caída de tensión, denominado punto de
mínima tensión. El punto de mínima tensión siempre es alguno de los puntos de consumo.
Las corrientes inyectadas por los puntos de alimentación se relacionan por la primera ley
de Kirchhoff:
n
IA + IB = ∑I
i =1
i (3.29)
Para obtener la caída de tensión total entre los extremos se puede usar la expresión aproxi-
mada (3.21), considerando la corriente IB como un consumo negativo situado en el extremo B:
n
∆VLT = VLA − VLB = 3 ∑ (R I
i =1
Ti ai + XTi Iri ) − 3 ( RT IaB + XT IrB ) (3.30)
donde IaB e IrB son las componentes activa y reactiva de IB, y RT y XT representan la resistencia
y la reactancia totales por fase del distribuidor.
Como se puede apreciar, el problema formado por (3.29) y (3.30) es indeterminado ya que
hay 4 incógnitas (IaA, IrA, IaB e IrB) y sólo 3 ecuaciones (las dos correspondientes a (3.29) y la
(3.30)). Por tanto, es necesario aplicar de forma exacta la segunda ley de Kirchhoff:
n ⎛ i −1
⎞
DVT = VA − VB = ZT 1 IA + ∑ (Z
i=2
Ti − ZTi − 1) ⎜IA −
⎝
∑ I ⎟⎠ − ( Z
j =1
j T − ZTn) IB (3.31)
donde DVT es la diferencia vectorial entre las tensiones simples de los extremos A y B.
Combinando (3.29) y (3.31) y operando convenientemente se pueden determinar las co-
rrientes inyectadas por los extremos en función de las corrientes de los consumos, de las impe-
dancias y de la caída de tensión fasorial entre los extremos del distribuidor:
80 Instalaciones eléctricas
n ∑Z I − DVT
Ti i
IA = ∑I −
i =1
i
i =1
ZT
(3.32)
∑Z
i =1
Ti iI − DVT
IB = (3.33)
ZT
Es importante resaltar que para resolver (3.32) y (3.33) es necesario conocer los fasores Ii
y DVT con respecto a una única referencia de fases. Considerando las mismas hipótesis que para
un distribuidor radial alimentado por un extremo, se obtienen las expresiones vectoriales de las
corrientes consumidas mediante (3.17) o (3.18). Una vez conocidas las corrientes inyectadas
en cada extremo es posible calcular la diferencia entre la tensión del extremo A y la tensión en
el punto de derivación k:
k ⎛ i −1
⎞
VA − Vk = ZT 1 IA + ∑ (Zi=2
Ti − ZTi − 1) ⎜IA −
⎝
∑ I ⎟⎠
j =1
j (3.34)
⎛ k i −1
⎞
VB − Vk = VB − VA + VA − Vk = − DVT + Z1 IA +
i=2
( ZTi − ZTi − 1) ⎜IA −
⎝
∑ ∑ I ⎟⎠
j =1
j (3.35)
La Figura 3.9 muestra las características de un distribuidor trifásico de 20 kV alimentado por los
dos extremos. La línea se caracteriza por una resistencia igual a 0,6 Ω/km y una reactancia igual a
0,4 Ω/km. Se determina a continuación la caída de tensión máxima en la línea y el punto donde se
produce si las tensiones en los dos extremos son idénticas.
1 km 1 km 1 km 1 km
1 2 3
A B
A continuación, se determinan las impedancias por fase acumuladas desde el extremo A hasta
cada punto de derivación:
La corriente IB se determina mediante (3.33) teniendo en cuenta que DVT es igual a 0, ya que
las tensiones de los dos extremos son idénticas:
Con los valores de IA e IB se calcula la diferencia vectorial entre las tensiones de los extremos
y de cada punto de derivación. Como las tensiones de los dos extremos son iguales es indiferente el
extremo con respecto al cual se realiza este cálculo. Por ejemplo, para el extremo A se obtiene:
Por tanto, el punto de mínima tensión se corresponde con la derivación del consumo 2. La máxi-
ma caída de tensión relativa en el distribuidor es:
∆VLmáx 213,79
emáx = · 100 = · 100 = 1,07 %
VN 20.000
El análisis de líneas alimentadas por los dos extremos puede simplificarse si los dos extre-
mos están a la misma tensión y las impedancias de los tramos del distribuidor tienen el mismo
desfase. Esta última condición se corresponde con casos prácticos en los que el distribuidor está
construido con el mismo tipo de conductor o con casos en los que la reactancia de la línea es
despreciable frente a la resistencia (por ejemplo, en líneas subterráneas). En este caso, (3.32) y
(3.33) se transforman en:
n n n
n ∑Z Ti i I n ∑Z I
Ti i n ∑R Ti iI
IA = ∑I
i =1
i −
i =1
ZT
= ∑I i =1
i −
i =1
ZT
= ∑I
i =1
i −
i =1
RT
(3.36)
n n n
∑
i =1
ZTi Ii ∑
i =1
ZTi Ii ∑R
i =1
Ti i I
IB = = = (3.37)
ZT ZT RT
Obsérvese que los fasores ZTi y ZT se han sustituido primero por sus módulos y finalmente
por sus resistencias, aprovechando la relación constante entre resistencia e impedancia en todos
los tramos. Estas relaciones son útiles para el cálculo de la sección de los conductores según el
criterio de caída de tensión, que se analiza en el Apartado 3.2.2.
La parte real y la parte imaginaria de (3.36) y (3.37) están desacopladas por lo que se pue-
den resolver de forma separada. Por ejemplo, para IB:
n
∑ R I cos j
i =1
Ti i i
I B cos jB = (3.38)
RT
n
∑ R I sen j
i =1
Ti i i
I B sen jB = (3.39)
RT
∑R I
i =1
Ti ai
IaB = (3.40)
RT
n
∑R I
i =1
Ti ri
IrB = (3.41)
RT
Cálculo y diseño de redes 83
∑R P
i =1
Ti i
PB = (3.42)
RT
∑R Q
i =1
Ti i
QB = (3.43)
RT
La Figura 3.10 muestra las componentes activas de las corrientes por los tramos del distri-
buidor.
84 Instalaciones eléctricas
135 A 35 A 45 A 125 A
1 2 3
A B
100 A 80 A 80 A
Se puede observar que el flujo de corriente por el distribuidor cambia de sentido a partir del
consumo 2, identificando el mismo punto de mínima tensión obtenido en el Ejemplo 3.4 sin tener
que calcular las caídas de tensión correspondientes.
I3
3
IB
IA IB
1 2 3
F 2 I2 F F
IA
I1 I2 I3
1
b)
I1
a)
100 A
cos 0,8 inductivo
141,42 A 100 A
1 3
cos 0,707 capacitivo cos 0,8 capacitivo
Alimentación
misma. El punto de mínima tensión es el punto 2 y para su determinación se pueden utilizar las
expresiones simplificadas (3.36) a (3.43) ya que la caída de tensión entre los extremos es nula (por
ser un anillo) y las impedancias de todos los tramos tienen el mismo desfase (por ser el mismo tipo
de conductor).
El proceso de cálculo eléctrico para líneas monofásicas es análogo al de las líneas trifásicas,
pues el análisis de éstas se realiza mediante el circuito monofásico equivalente. Las dos únicas
diferencias son: i) en el caso monofásico no hay valores de tensión compuesta o de línea, por
lo que las caídas de tensión se refieren a diferencias entre módulos de tensiones simples, y ii)
la resistencia y la reactancia por fase de las líneas trifásicas se sustituyen respectivamente por la
resistencia y la reactancia del conductor de ida y de vuelta en el caso monofásico.
La Tabla 3.1 muestra un resumen de las expresiones de la caída de tensión en los distribui-
dores radiales monofásicos más habituales. La notación empleada en la Tabla 3.1 se basa en la
usada en el Apartado 3.1.1.
En el caso de distribuidores alimentados por los dos extremos, el análisis eléctrico reali-
zado en el Apartado 3.1.1.3 es directamente aplicable al caso monofásico y se resume a conti-
nuación.
De forma general, las corrientes inyectadas por cada extremo del distribuidor, A y B, se
obtienen mediante:
n
n ∑Z I − DVT
Ti i
IA = ∑I
i =1
i −
i =1
ZT
(3.44)
86 Instalaciones eléctricas
∆V = RIa + XIr
Con un consumo 1
∆V = ( RP + XQ)
VN
n
∆VT = ∑ (R
i =1
I + XTi Iri )
Ti ai
Con n consumos n
1
∆VT =
VN
∑ (R
i =1
P + XTi Qi )
Ti i
RT X
∆VT = I + T IrT
2 aT 2
Con múltiples consumos idénticos y equidistantes
1 ⎛ RT X ⎞
∆VT = P + T QT ⎟
VN ⎝⎜ 2 T 2 ⎠
RT X
∆VT = I + T IrT
2 aT 2
Con consumo uniformemente repartido
1 ⎛ RT X ⎞
∆VT = P + T QT ⎟
VN ⎜⎝ 2 T 2 ⎠
∑Z
i =1
I − DVT
Ti i
IB = (3.45)
ZT
donde DVT es la diferencia vectorial entre las tensiones de los dos extremos.
La tensión de cada punto de derivación k se relaciona con las tensiones de los extremos
mediante las siguientes expresiones:
k ⎛ i −1
⎞
VA − Vk = ZT 1 IA + ∑
i=2
( ZTi − ZTi − 1) ⎜IA −
⎝
∑ I ⎟⎠
j =1
j (3.46)
k ⎛ i −1
⎞
VB − Vk = VB − VA + VA − Vk = − DVT + ZT 1 IA +
i=2
∑
( ZTi − ZTi − 1) ⎜IA −
⎝
∑ I ⎟⎠
j =1
j
(3.47)
El punto de mínima tensión es aquél con el menor módulo de tensión y establece la máxi-
ma caída de tensión en el distribuidor.
Al igual que en el caso trifásico, el análisis de estos distribuidores se simplifica si los dos
extremos están a la misma tensión (por ejemplo, en distribuidores en anillo) y las impedancias
de los tramos del distribuidor tienen el mismo desfase (por ejemplo, líneas construidas con un
Cálculo y diseño de redes 87
único tipo de conductor o líneas con reactancia despreciable). Las expresiones simplificadas de
las componentes activa y reactiva de las corrientes inyectadas por los extremos son:
n
n ∑R I Ti ai
IaA = ∑
i =1
Iai −
i =1
RT
(3.48)
∑R I
i =1
Ti ai
IaB = (3.49)
RT
n ∑R I Ti ri
IrA = ∑I
i =1
ri −
i =1
RT
(3.50)
∑R I
i =1
Ti ri
IrB = (3.51)
RT
Igualmente, las potencias activa y reactiva inyectadas en los extremos del distribuidor
son:
n
n ∑R P Ti i
PA = ∑P −
i =1
i
i =1
RT
(3.52)
n ∑R Q Ti i
QA = ∑
i =1
Qi −
i =1
RT
(3.53)
∑R P
i =1
Ti i
PB = (3.54)
RT
n
∑R Q
i =1
Ti i
QB = (3.55)
RT
Finalmente, el punto de mínima tensión queda identificado como el nudo de carga a partir
del cual el flujo de potencia activa (o de la componente activa de la corriente) cambia de sen-
tido. A continuación se resuelve un ejemplo en el que se emplean estas expresiones simplifi-
cadas.
88 Instalaciones eléctricas
r 0,018 · 2 · 15
R= = = 0, 09 Ω
A 6
Obsérvese, que la longitud total del conductor es el doble de la longitud de la línea, es decir, se
consideran los conductores de ida y de vuelta.
Haciendo uso de la expresión correspondiente de la Tabla 3.1 (distribuidor con un consumo) se
obtiene la caída de tensión en la línea:
1 0,09 · 3.000
∆V = ( RP + XQ) = = 1, 23 V
VN 220
∆V 1,23
e= · 100 = · 100 = 0 ,56%
VN 220
En el caso de línea aérea, al iniciar el proceso de diseño se desconoce la distancia entre las
fases y, por consiguiente, la reactancia de la línea. La distancia entre fases viene impuesta por
el tipo de apoyo, que es un resultado del cálculo mecánico. Por tanto, el diseño comienza apli-
cando los criterios eléctricos, utilizando un valor aproximado de reactancia. A continuación se
realiza el cálculo mecánico, comprobando que la sección obtenida por los criterios eléctricos
proporciona una resistencia mecánica que permita soportar las condiciones más desfavorables
establecidas por la reglamentación. El cálculo mecánico establece las características de los
conductores, apoyos y aisladores. Por último, es necesario comprobar el cumplimiento de los
criterios eléctricos con el valor de la reactancia obtenido tras el cálculo mecánico.
En las líneas subterráneas se emplean cables aislados y el cálculo mecánico no es tan rele-
vante como en las líneas aéreas. Los criterios de diseño más importantes son el criterio de ca-
lentamiento, de caída de tensión y de corrientes de cortocircuito, predominando generalmente
este último.
Obsérvese que satisfacer los cuatro primeros criterios conduce a aumentar la sección de los
conductores, mientras que el criterio económico persigue el objetivo contrario. Por tanto, es
necesario establecer un compromiso entre la seguridad, generalmente impuesta por la regla-
mentación vigente, y el coste.
En los apartados siguientes se describen brevemente estos criterios excepto el correspon-
diente al cálculo mecánico, cuyo estudio se resume en el Capítulo 10.
dq
Q = Asc + Q e (3.56)
dt
·
donde Q es la energía calorífica total por unidad de tiempo, A es la sección transversal del con-
ductor, es la longitud del conductor, sc es el calor específico volumétrico del conductor, q es
·
la temperatura del conductor y Qe es la energía calorífica por unidad de tiempo transferida al
exterior.
La elevación de la temperatura que experimenta el conductor puede perjudicar al propio
conductor, a los aislamientos de los cables aislados y a las propiedades mecánicas de los con-
ductores desnudos. Por ejemplo, se ha comprobado experimentalmente que el funcionamiento
permanente de un conductor superando en 10 ºC la temperatura máxima admisible reduce su
vida útil a la mitad.
90 Instalaciones eléctricas
q − q1 q j − q j +1 q − qa
Q = c =…= =…= n (3.59)
Rq1 Rqj +1 Rqa
șa șn
șn1
Rșn
Rș 2 ș2
...
ș1
Rș1
șc
∆q
I = (3.63)
RRqT
R= r (3.64)
A
donde r es la resistividad, (3.63) se convierte en:
∆qA
I = (3.65)
rRqT
I ∆q
J = = (3.66)
A A rRqT
Se puede apreciar que la densidad de corriente disminuye al aumentar el tamaño del con-
ductor si los parámetros restantes se mantienen fijos.
La normativa vigente proporciona expresiones más completas para calcular la corriente o
la densidad de corriente máximas admisibles de un conductor según sus condiciones de opera-
ción. En general, estas expresiones dependen de:
92 Instalaciones eléctricas
SR 5.000.000
I = = = 144, 34 A
3VLR 3 · 20.000
En segundo lugar, se comprueba si la corriente máxima admisible del conductor, de acuerdo con
la reglamentación aplicable, es superior a la corriente máxima demandada. El reglamento español
Cálculo y diseño de redes 93
[RLAT] establece las densidades de corriente máximas de los conductores de cobre, aluminio, y
aleaciones de aluminio en función de su sección. Para conductores formados por hilos de aluminio
y acero este reglamento proporciona unos factores reductores que deben aplicarse a los valores de
densidad de corriente correspondientes al aluminio. Para conductores como el del ejemplo, con una
composición 6 + 1, el factor reductor es igual a 0,926.
Según el reglamento, la densidad de corriente máxima admisible de un conductor de aluminio
de 50 mm2 (sección normalizada más próxima a la sección del conductor empleado) es 4 A/mm2.
Por tanto, la corriente máxima admisible para un conductor de aluminio y acero de 50 mm2 y com-
posición 6 + 1 es:
Dado que la corriente máxima demandada es inferior a la corriente máxima admisible para
50 mm2, también lo será para la corriente máxima admisible del conductor empleado, de sección
algo superior, por lo que este conductor cumple el criterio térmico.
1. El proceso comienza con una estimación previa de la reactancia por unidad de longitud
de la línea. Por ejemplo, en líneas aéreas es frecuente el uso de 0,4 Ω/km.
2. Se calcula la reactancia acumulada de cada tramo del distribuidor.
94 Instalaciones eléctricas
Con frecuencia, las líneas de las redes de distribución y de las redes de baja tensión son
cortas, de sección pequeña, y construidas con cable aislado, por lo que la reactancia es despre-
ciable frente a la resistencia. En estos casos, el cálculo de la sección se reduce a los pasos 3 a 5,
como se ilustra en el ejemplo siguiente.
5 km
1 MVA
cos inductivo
1 km
A
B
20 kV 3 km
2 MVA
cos
En la red radial de la Figura 3.14 la máxima caída de tensión puede ocurrir entre los extremos
A y C o entre los extremos A y D. Por tanto, es necesario aplicar la expresión de la caída de tensión
(3.22) para los dos distribuidores resultantes, dando lugar a dos secciones mínimas AAC y AAD, res-
pectivamente.
Tramo AC
El distribuidor resultante se muestra en la Figura 3.15. Obsérvese que en el punto B se tiene en
cuenta la potencia consumida en D (aplicación del principio de superposición). Particularizan-
do (3.22) al distribuidor de la Figura 3.15 se obtiene:
1 1 ⎡ρ AB r(( AB + BC ) ⎤
∆VLT = ∆VLmáx = ( R P + RTC PC ) = ⎢ P + PC ⎥
VN TB B VN ⎣ AAC B AAC ⎦
r
AAC = ⎡AB PB + (AB + BC ) PC ⎤⎦
∆V L
máx
NV ⎣
0,01759
= (1.000 · 2 · 106 + 6.000 · 0,8 · 106 ) = 5,98 mm2
1..000 · 20.000
Tramo AD
El distribuidor resultante se muestra en la Figura 3.16. De forma análoga, en el punto B se tiene en
cuenta la potencia consumida en C (aplicación del principio de superposición). Particularizan-
do (3.22) al distribuidor de la Figura 3.16 se obtiene:
1 1 ⎡ r AB r( AB + BD ) ⎤
∆VLT = ∆VLmáx = ( RTB PB + RTD PD ) = ⎢ PB + PD⎥
VN VN ⎣ AAD AAD ⎦
1 km 5 km
A C
B
2 MW 0,8 MW
1 km 3 km
A D
B
0,8 MW 2 MW
ρ
AAD = ⎡ AB PB + ( AB + BD ) PD⎤⎦ =
∆VLmáxVN ⎣
0,01759
= (1.000 · 0,8 · 106 + 4.000 · 2 · 106 ) = 7,74 mm2
1.000 · 20.000
Finalmente, la sección mínima con la que se debe diseñar el distribuidor es AAD, que es mayor
que AAC.
Por último, existen distribuidores de gran longitud en los que la sección no es constante
para reducir el coste de la línea. Estos distribuidores de sección escalonada se denominan dis-
tribuidores telescópicos. El proceso de diseño tiene ahora un grado de libertad adicional por lo
que es necesario añadir una restricción extra para que el problema no tenga múltiples solucio-
nes. Generalmente, el distribuidor se diseña de forma que se cumpla la caída de tensión máxi-
ma admisible con el mínimo volumen de material conductor (véase el Ejemplo 3.10).
donde Ri, i y Ai son la resistencia por fase, la longitud y la sección del tramo i, respectivamente, e
Iaj es la componente activa de la corriente consumida por la derivación j.
El volumen de material conductor empleado es:
n
Vol = 3∑ Ai i
i =1
Para determinar los valores de las secciones de cada tramo, Ai, se impone la condición de que
el volumen sea mínimo. Resolviendo este problema de optimización [Castillo 2002] se obtiene:
3r n ⎛n n ⎞
Ai =
∆VLmáx
∑
j =i
I aj ⎜∑ k
⎝k =1
∑I
m=k
am ⎟
⎠
1 2 3 n
n
r i n
∆VLmáx i ∑I aj
r n ⎛ n n ⎞
Ai =
VN ∆VLmáx
∑ P ⎜⎝ ∑ ∑ P
j =i
j
k =1
k
m=k
m ⎟
⎠
n
∆VLmáx i ∑P j =i
j
∆VLi = n n
∑ ∑ P
k =1
k
m=k
m
En la práctica no se cambia de sección en cada derivación, sino que la red se divide en ra-
males de sección constante que comprenden varios consumos. En estos distribuidores la sección
de los ramales disminuye a medida que éstos se alejan del punto de alimentación. Un ejemplo
de este tipo de redes telescópicas es la red ramificada de la Figura 3.18 en la que se distinguen
los ramales AC, CE y CF. El diseño de este distribuidor sigue pasos análogos a los del Ejem-
plo 3.10, es decir, se minimiza el volumen total de material conductor sujeto a que la máxima
caída de tensión en la red no supere el límite admisible.
D
SE
A B C SD
SB SC F
SF
dq
Q = Asc = RiCC
2
(t ) (3.67)
dt
donde iCC(t) es la corriente de cortocircuito instantánea.
De (3.64) y (3.67) se obtiene:
Asc d q A2 sc d q
2
iCC (t )dt = = (3.68)
R r
Asimismo, la resistividad depende de la temperatura a través de la siguiente expresión:
donde ti y tf representan los instantes de tiempo inicial y final del cortocircuito, respectivamen-
te, y qi y qf representan respectivamente las temperaturas al inicio y al final del cortocircuito
expresadas en ºC.
El término integral de (3.70) se conoce como la integral de Joule y es la energía por unidad
de resistencia (J/Ω) que pasa por el conductor antes de que el sistema de protección interrumpa
la falta. La integral de Joule también se denomina energía de paso o energía específica. Como
se puede apreciar, la integral de Joule es función de la sección del conductor y de las tempera-
Cálculo y diseño de redes 99
turas inicial y final. La duración del cortocircuito está limitada por el tiempo de actuación de
las protecciones existentes en la red. Para considerar el caso más desfavorable se supone que
la temperatura al comienzo del cortocircuito es la temperatura máxima admisible en régimen
permanente y que la temperatura al final del cortocircuito es la temperatura de fusión del con-
ductor o del aislante.
Particularizando (3.70) para el caso más desfavorable, se obtiene:
tf
∫i
ti
2
CC (t )dt = K 2A2 (3.71)
donde K es un coeficiente que depende del conductor y del aislante. Por tanto, K2A2 representa
la energía máxima de paso o energía admisible durante el cortocircuito.
En la práctica se suele simplificar el problema suponiendo que la corriente de cortocircuito
es constante durante la falta, por lo que (3.71) se convierte en:
2
ICC ∆tCC = K 2A2 (3.72)
para Baja Tensión vigente en España [RBT]. Se supone que la potencia de cortocircuito en bornas
del devanado de MT del transformador es infinita y que el tiempo máximo de actuación de la pro-
tección contra cortocircuitos es 0,2 s.
En primer lugar, se calcula la corriente de cortocircuito en el punto más desfavorable del conduc-
tor, que es el punto de conexión con el transformador (véase el Apartado 6.3.2 del Capítulo 6). Dado
que la potencia de cortocircuito en bornas del devanado de MT del transformador es infinita, la impe-
dancia de Thévenin en el punto más desfavorable es igual a la impedancia del transformador, resultan-
do la siguiente corriente de cortocircuito por unidad (véase el Apartado 2.1.1 del Capítulo 2):
1 1
iCC = = = 20 pu
zTh 0,05
Esta corriente de cortocircuito se puede expresar en valores reales multiplicando por la base de
corriente del devanado de BT del transformador:
1.000 · 103
SB 3
ICC = iCC = 20 · = 30.386,9 A
VB 380
3
Por tanto, la densidad de corriente de cortocircuito es:
ICC 30.386,9
JCC = = = 607,7 A/mm2
A 50
El reglamento español establece las densidades máximas de corriente de cortocircuito de los
conductores subterráneos de cobre y aluminio en función de su aislamiento, de su sección y de la
duración de la falta (instrucción ITC-BT-07 [RBT]). En el caso de conductores de cobre, con aisla-
miento de PVC, de sección no superior a 300 mm2 y duración del cortocircuito de 0,2 s, la densidad
máxima de corriente de cortocircuito es 257 A/mm2. Por tanto, el cable elegido no cumple el crite-
rio de corrientes de cortocircuito.
Finalmente, la sección mínima requerida por el reglamento es:
ICC 30.386,9
Amín = máx
= = 118,2 mm2
JCC 257
Como se puede apreciar, esta sección mínima es menor que 300 mm2, por lo que la densidad
máxima de corriente de cortocircuito aplicada es correcta. En caso contrario, es necesario emplear
la densidad máxima de corriente de cortocircuito establecida por el reglamento para cables de sec-
ción superior a 300 mm2.
donde kif representa el coste de inversión fijo (coste de la canalización, mano de obra, etc.) y kiv
representa el coste de inversión variable (coste de adquisición).
Por otro lado, el coste anual de las pérdidas se expresa como:
3 rIeq2 t le kp
C p = 3 RIeq2 t λe = = (3.75)
A A
donde t es el tiempo de funcionamiento anual de la red, le es el precio de la energía, Ieq es la
corriente equivalente mencionada anteriormente, y kp es el coeficiente de pérdidas.
Por tanto, la función objetivo a minimizar es:
kp
CT = kif + kiv A + (3.76)
A
Finalmente, la sección que minimiza el coste total anual es:
kp
A= (3.77)
kiv
Obsérvese que esta sección es la que iguala el coste anual de pérdidas y el coste anual va-
riable de inversión, dando lugar a la denominada regla de Kelvin.
Si la sección óptima no coincide con una sección normalizada se calcula el coste para las
secciones normalizadas inmediatamente superior e inferior, escogiendo la que resulte más eco-
nómica.
3.3. Resumen
Este capítulo presenta el cálculo eléctrico de las redes de distribución y de baja tensión, que es
necesario para el diseño de los conductores con los que se construyen estas redes. El capítulo
introduce en primer lugar las expresiones matemáticas para redes trifásicas. Posteriormente,
102 Instalaciones eléctricas
estas expresiones se particularizan para las redes monofásicas. El capítulo concluye con la des-
cripción de los principales criterios empleados en el diseño de redes de distribución y de baja
tensión.
El lector interesado puede encontrar información adicional sobre el cálculo y diseño de dis-
tribuidores en [Carmona, 2004], [Fraile, 1996], [Ramírez, 1998], [Ras, 1973] y [Roger, 2002].
3.4. Ejercicios
Ejercicio 3.1. Una línea aérea trifásica se emplea para suministrar energía eléctrica a 10 km
de distancia. La resistencia y reactancia por fase de la línea son 0,2 Ω/km y 0,4 Ω/km, respec-
tivamente. Determine de forma exacta y mediante el método aproximado las potencias activa y
reactiva máximas con factor de potencia igual a 0,707 inductivo que pueden consumirse en el
extremo final de la línea si la tensión en el extremo suministrador es 20 kV y la caída de tensión
máxima admisible es igual al 7 %.
Soluciones: Método exacto: PRmáx = 4.322,60 kW, QRmáx = 4.322,60 kVAr; método aproxi-
mado: PRmáx = 4.339,89 kW, QRmáx = 4.339,89 kVAr.
Ejercicio 3.2. Una línea aérea trifásica alimenta a un centro de transformación que consume
3.000 kW con factor de potencia igual a 0,9 inductivo a una tensión de 20 kV. La línea tiene
20 km de longitud y se caracteriza por una resistencia y una reactancia por fase iguales a
0,4 Ω/km y 0,35 Ω/km, respectivamente. Determine las caídas de tensión absoluta y relativa de
forma exacta y por el método aproximado.
Soluciones: Método exacto: ∆VL = 1.713,67 V, e = 8,57 %; método aproximado: ∆VL =
= 1.708,63 V, e = 8,54 %.
Ejercicio 3.3. En el distribuidor del Ejemplo 3.9, calcule la caída de tensión relativa máxima
si la sección es constante e igual a 10 mm2.
Solución: emáx = eAD = 3,87 %.
Ejercicio 3.4. En el distribuidor del Ejemplo 3.9 suponga que los tramos tienen secciones
distintas para economizar en material conductor. Determine las secciones de cada tramo si la
caída de tensión relativa máxima es igual al 5 %.
Soluciones: AAB = 11,54 mm2, ABC = 4,47 mm2, ABD = 6,71 mm2.
Ejercicio 3.5. La Figura E3.1 muestra un distribuidor trifásico alimentado a 20 kV. La línea
tiene una resistencia y una reactancia por fase iguales a 0,4 Ω/km y 0,2 Ω/km, respectivamen-
te. Calcule la caída de tensión relativa máxima en el distribuidor.
Solución: emáx = 0,45 %.
Ejercicio 3.6. La red trifásica de la Figura E3.2 está alimentada por los extremos A y F, los
cuales están a la misma tensión. Todos los tramos están construidos con el mismo tipo de
Cálculo y diseño de redes 103
3 km 1 km 2 km
20 kV
10 A 5A 12 A
cos 0,707 inductivo cos cos 0,8 inductivo
2 km 3 km 3 km 2 km 2 km
A F
B C D E
1 km
6 + j4,5 MVA 6 + j6 MVA 2 + j1,5 MVA
3 + j0 MVA G
" mín
GH
H
2 + j0 MVA
conductor siendo la resistencia y la reactancia por fase respectivamente iguales a 0,5 Ω/km y
0,4 Ω/km. Determine la longitud del tramo GH, mín
GH , a partir de la cual H es el punto de míni-
ma tensión. Asimismo, identifique el punto de mínima tensión para longitudes del tramo GH
inferiores a mín
GH .
Ejercicio 3.7. Determine si una línea construida con un conductor de 6 hilos de aluminio y
1 de acero, con resistencia por fase igual a 0,6136 Ω/km y reactancia por fase igual a 0,4 Ω/km,
se puede emplear en el distribuidor trifásico de la Figura E3.3 de acuerdo con el criterio térmi-
co y el Reglamento de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta Tensión vigente en España. El anillo
recibe la energía por el punto A.
Solución: Sí, ya que IAB = 126,27 A es la máxima corriente que circula por el anillo y es
inferior a la corriente máxima admisible establecida por el reglamento.
Ejercicio 3.8. La Figura E3.4 representa el esquema de una línea subterránea trifásica de
20 kV que alimenta a dos cargas formando un anillo. Determine el punto de mínima tensión y
la sección mínima del conductor para que la caída de tensión máxima no supere el 2 %. Con-
sidere que la reactancia de la línea es despreciable y que la resistividad del conductor es igual
a 0,018 Ωmm2/m.
Soluciones: Puntos de mínima tensión: B y C, Amín = 36 mm2.
104 Instalaciones eléctricas
20 A
Alimentación cos 1
5 km
A D
3 km 3 km
B C
5 km
100 A 80 A
cos 0,8 inductivo cos 0,85 inductivo
8 MW
cos = 0,9 inductivo
2 km C
2 km
A
20 kV B 4 MW
cos = 0,8 inductivo
4 km
Ejercicio 3.9. Determine la sección mínima del distribuidor monofásico de la Figura E3.5
para que la caída de tensión máxima admisible sea del 7 %. La línea está construida con cobre
de resistividad igual a 0,018 Ωmm2/m y su reactancia es despreciable. El anillo se alimenta por
el punto E a 220 V.
Solución: Amín = 42,89 mm2.
Ejercicio 3.10. La Figura E3.6 muestra un distribuidor monofásico alimentado por el punto A
a 220 V y en el que las secciones de los tramos BC y BD son idénticas pero diferentes de la
del tramo AB. Determine ambas secciones para una caída de tensión máxima admisible del 5 %.
Cálculo y diseño de redes 105
30 kW
70 m D
60 m
E
220 V
C
50 m
A
B 20 kW
30 m
25 m
10 kW
40 kW
La línea está construida con cobre de resistividad igual a 1/56 Ωmm2/m y su reactancia es des-
preciable.
Soluciones: AAB = 147,70 mm2, ABC = ABD = 76,27 mm2.
C
50 m
150 m 120 A
A
cos
B
220 V
100 m
D
80 A
cos
INSTALACIONES
DE CONEXIÓN 4
Este capítulo está dedicado a las instalaciones eléctricas de conexión presentes en los sistemas
de energía eléctrica. Estas instalaciones se utilizan para conectar diversas partes de un siste-
ma de energía eléctrica y para centralizar la aparamenta de protección, medida, maniobra y
corte usada en las redes de transporte, distribución y baja tensión.
El capítulo comienza con una descripción de las subestaciones eléctricas en la que se pre-
sentan las principales funciones de estas instalaciones y se pone especial énfasis en sus confi-
guraciones más típicas. La segunda parte del capítulo está dedicada a los centros de transfor-
mación y aborda tanto aspectos descriptivos como aspectos de diseño. Finalmente, el capítulo
concluye con la descripción y el cálculo de los cuadros eléctricos de media y de baja tensión.
4.1. Subestaciones
Una subestación es una instalación eléctrica con tres funciones principales: i) transformar el
nivel de tensión para reducir al máximo las pérdidas en el transporte y la distribución de la ener-
gía eléctrica; ii) interconectar líneas para aumentar la fiabilidad del transporte y la distribución
de la energía eléctrica, y iii) alojar la aparamenta de medida, protección, corte y maniobra.
Las subestaciones constituyen los nudos del sistema eléctrico y su operación es fundamen-
tal para el funcionamiento correcto del sistema en condiciones normales y para evitar que una
falta en algún punto del sistema provoque perturbaciones en el resto del mismo. En la actua-
lidad, la mayoría de las subestaciones están automatizadas y se operan mediante telemando
desde despachos centrales de maniobra, donde se controla y supervisa el funcionamiento del
sistema.
Los principales componentes de una subestación son: i) transformador de potencia; ii) ba-
rras colectoras y líneas; iii) aparamenta de medida, protección, corte y maniobra, y iv) instala-
ciones de control y mando.
Según la función desempeñada en el sistema eléctrico, las subestaciones se clasifican en:
Debido al elevado número de parámetros de diseño, existe una gran variedad de configura-
ciones, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Los diseños de subestaciones más habitua-
les son: barra simple, barra partida, barra principal y barra de transferencia, barra doble, barra
Instalaciones de conexión 109
1. Ofrece una fiabilidad baja ya que una falta en la barra produce la pérdida total del su-
ministro.
2. Si la carga conectada a la línea no se puede alimentar por otra fuente, cuando el inte-
rruptor y sus seccionadores están abiertos por inspección o mantenimiento, se pierde el
suministro.
3. El mantenimiento de las barras también origina la pérdida del suministro.
4. No es posible alimentar independientemente una o varias líneas.
5. No se puede ampliar la subestación sin interrumpir totalmente el suministro.
Barra
Seccionador
de puesta a
Interruptor tierra
Seccionador
Línea
Seccionador
de by-pass
Seccionador de barra
Barra principal
Interruptor de
acoplamiento
Barra de transferencia
Barra 1
Barra 2
Barra 1
Barra 2
Barra 1
Barra 2
Barra de transferencia
Barra 1
Barra 2
Debido a su elevado coste, este esquema se emplea en las subestaciones más importantes
que alimentan a partes del sistema en las que la continuidad del suministro es primordial, tan-
to en condiciones de falta como de mantenimiento.
Barra 1
Barra 2
MT
MT MT MT
MT
Centro
de transformación
BT BT BT BT
BT BT
MT
MT BT
BT
Centro de transformación
por tanto, recomendable para un CT cuyo suministro no debe interrumpirse (por ejemplo, un
hospital).
MT 1
MT
MT 2 BT
Centro
de transformación
de las instalaciones residenciales, comerciales y administrativas. Para clientes con una deman-
da elevada, es posible contratar el suministro directamente en media tensión. Ésta es la situación
típica de los complejos industriales que construyen su propio CT. Desde el punto de vista téc-
nico la única diferencia que conlleva un CT de cliente respecto al CT de red pública es la pre-
sencia de un sistema de medida (el CT de red pública no necesita el sistema de medida).
E P M
I I U
C 2
E P E P I>
(÷)
C C
I>
(÷)
a) b)
E P
c)
Obsérvese que las potencias activa y reactiva de cada carga no son necesariamente las po-
tencias nominales de la propia carga. Por ejemplo, la potencia nominal de los motores de in-
ducción se elige mediante una tabla de potencias normalizadas y es muy común que los moto-
res estén sobredimensionados (entre el 15 y el 30 %).
Es posible, pues, definir para cada carga o para cada grupo de cargas similares un factor de
utilización, Ku, que tiene en cuenta que la potencia nominal de la carga no se corresponde en
algunos casos con su potencia de uso normal. La Tabla 4.2 muestra unos factores de utilización
típicos. En cualquier caso, lo más conveniente es basarse en el conocimiento del sistema que
se debe alimentar para establecer coeficientes de uso más precisos.
122 Instalaciones eléctricas
Tipo de carga Ku
Lámparas 1
Motores de 0,5 a 2 kW 0,7
Motores de 2 a 10 kW 0,75
Motores de más de 10 kW 0,8
Hornos eléctricos 1
Convertidores 1
Máquinas de soldadura 0,7 a 1
Calefacción eléctrica 1
Máquinas herramientas y cintas 0,6 a 0,8
Ascensores y montacargas 0,8 a 1
Bombas y ventiladores 1
Hornos hasta 2 1
hasta 10 0,6
Motores de 0,5 a 2 kW hasta 20 0,5
hasta 50 0,4
hasta 10 0,7
Motores de 2,5 a 10 kW
hasta 50 0,45
hasta 5 0,8
Motores de 10 a 30 kW hasta 10 0,65
hasta 50 0,5
hasta 2 0,9
Motores de más de 30 kW hasta 5 0,7
hasta 10 0,6
hasta 4 0,75
Ascensores y montacargas
hasta 10 0,6
Alumbrado — 0,8
en cuenta que no todas las máquinas y/o los aparatos eléctricos instalados funcionan siempre o
simultáneamente.
En los sistemas industriales es generalmente posible determinar el factor de simultaneidad
a través de una sencilla encuesta sobre los procesos y los turnos de trabajo. Sin embargo, si el
centro de transformación es para uso público o si no se conoce a priori el sistema que se debe
alimentar, la definición exacta del factor de simultaneidad puede ser imposible.
La reglamentación define unos factores de simultaneidad estándares en función de datos
estadísticos y de la práctica habitual. Por ejemplo, las Tablas 4.4 y 4.5 [RBT] muestran algunos
factores de simultaneidad para sistemas industriales y para urbanizaciones.
Número de viviendas Kc
Pérdidas
Tensión
Potencia Corriente Corriente Pérdidas en devanados
de
nominal de vacío de conexión en núcleo a carga
cortocircuito
nominal
50 8 15 3 370 1.000
100 7 15 3 580 1.890
160 6 13 4 800 2.730
200 5,5 13 4 900 3.190
315 4,5 12 4 1.200 3.980
400 4 12 4 1.520 5.320
500 4 12 4 1.700 6.230
630 3,5 12 5 1.840 7.150
800 3,5 12 5 2.140 9.990
1.000 3,2 12 5 3.000 10.300
1.250 3 12 5 3.400 12.180
1.600 3 12 5 4.000 15.400
2.000 3 12 6 4.700 17.200
2.500 3 12 6 5.900 21.900
3.000 3 12 6 6.900 25.800
Una vez conocidas las cargas, los factores de utilización y de simultaneidad y todas las
potencias reactivas, (4.1) proporciona la potencia aparente deseada para el transformador. Los
transformadores de MT/BT se construyen con potencias normalizadas y parámetros típicos
(como, por ejemplo, la tensión de cortocircuito). La elección del transformador se hace median-
te una lista de transformadores normalizados (véase la Tabla 4.6). Generalmente, se elige un
transformador con una potencia nominal entre un 20 y un 30 % mayor que la potencia obtenida
sumando las potencias de las cargas. Esto permite compensar eventuales errores en la elección
de los factores de utilización o simultaneidad y proporciona un margen de seguridad frente a
un aumento de la carga total del sistema.
La segunda solución es, generalmente, la más adecuada aunque la primera puede ser más eco-
nómica.
Instalaciones de conexión 125
La potencia de los transformadores de MT/BT está limitada por el poder de corte de los in-
terruptores utilizados para su protección. Por ejemplo, la corriente de cortocircuito en las bornas
secundarias de un transformador de 3.000 kVA es la siguiente [Fraile 2003]:
SN 1 3.000 · 103 1
ICC = = = 72,2 kA
VCC % /100 3VN 0,06 3 · 400
donde VCC% = 6 es la tensión de cortocircuito en porcentaje del transformador según la Tabla 4.6 y
VN = 400 V es la tensión nominal de línea del lado de baja tensión del transformador.
Obsérvese que, actualmente, las máximas corrientes de cortocircuito que se pueden cortar en
baja tensión son del orden de 100 kA. Por tanto, este valor constituye no sólo el límite físico de las
protecciones en BT, sino también el límite de la potencia de los transformadores.
La solución más adecuada es, por tanto, utilizar dos transformadores de 2.500 kVA que alimen-
tan las cargas a través de un nudo doble con interruptor (véase la Figura 4.16). El interruptor debe
estar normalmente abierto para no poner los transformadores en paralelo, lo que aumentaría la co-
rriente de cortocircuito en el lado de BT.
4300 kVA
SN 1,3(n − 1)
s= · 100 = · 100 (4.3)
SE n (1 − a)
n SN SE s
2 0,5S 0,615S 81 %
MT MT MT
BT BT BT
a) b) c)
I0 I0 I0 3I 0
I0 I0 I0
Por tanto, resulta claro que no conviene tener tensiones de cortocircuito demasiado grandes
para evitar elevadas caídas de tensión. Por otro lado, tampoco conviene tener una tensión de
cortocircuito demasiado reducida para evitar corrientes de cortocircuito elevadas (véase el
Ejemplo 4.1).
En la práctica, la tensión de cortocircuito para transformadores de centros de transformación
varía entre el 3 y el 7 %.
P = KuPN/hN
Ahora bien, el transformador se diseña para una potencia nominal un 30 % superior a la poten-
cia ST. Este criterio tiene en cuenta posibles errores en la estimación de los factores de simultaneidad
así como la posibilidad de futuras ampliaciones de la planta industrial.
Un vez decidida la potencia mínima del transformador, hay que encontrar un transformador en
el mercado que tenga una potencia igual o mayor. De acuerdo con la Tabla 4.6, que muestra algunos
transformadores estándares para centros de transformación, y de acuerdo con los Apartados 4.2.3.4
y 4.2.3.6, el transformador más adecuado resulta ser el siguiente:
• Potencia nominal: 630 kVA.
• Tensión nominal primaria: 15 kV.
Tabla 4.8. Diseño de un transformador de MT/BT para el Ejemplo 4.4
PN P Q S S S ST
Sección Uso mN Ku cos ϕN Kc Kc Kc
(kW) (kW) (kVAr) (kVA) (kVA) (kVA) (kVA)
1. Ensayo de sobrecalentamiento.
2. Ensayo de tensión de aislamiento.
3. Ensayo de cortocircuito.
4. Ensayo de la eficiencia del sistema de protección (conexión de las masas y del circuito
de protección).
Obsérvese que, aunque cada parte del cuadro sea estándar (por ejemplo, la envolvente y los
tableros de control eléctrico), siempre hay que comprobar caso por caso la correcta instalación
del equipo, controlar las conexiones de los cables, hacer los ensayos de aislamiento, etc. Estas
verificaciones y ensayos son poco costosos y pueden realizarse a simple vista o con un polí-
metro.
Por otra parte, en algunos casos resulta imposible utilizar componentes construidos en serie.
Éste es el caso de los cuadros para accionamientos que contienen componentes electrónicos de
134 Instalaciones eléctricas
potencia. Si se tuviera que realizar todos los ensayos para los sistemas no estándares el coste
sería excesivo (aparte de un retraso notable debido a la realización de los ensayos). Por tanto,
la normativa permite instalar sistemas no estándares siempre y cuando se respeten algunas con-
diciones establecidas a través de cálculos. La reglamentación también proporciona los procedi-
mientos analíticos que se deben utilizar. En general, es más sencillo y eficaz utilizar sistemas
estándares y la vía por cálculos analíticos debe utilizarse sólo si es imprescindible.
Los métodos aconsejados por la reglamentación permiten solucionar problemas que serían
muy complicados de resolver mediante el análisis termodinámico del cuadro. Además, sólo si
se respetan las prescripciones de la normativa, el cuadro puede considerarse seguro y conforme
a la ley, aunque cálculos más detallados conduzcan a diseños y soluciones diferentes.
En los apartados siguientes se muestran algunos métodos para determinar la potencia disi-
pada, la temperatura y la idoneidad frente a cortocircuitos de los cuadros eléctricos.
Pdp = ∑K
j
2
uj PNje + ∑K
j
2
cj PNjs (4.7)
donde:
• PNje es la potencia activa nominal del dispositivo de entrada j.
• PNjs es la potencia activa nominal del dispositivo de salida j.
• Kuj = mín{0,85, INjs /I Nj
e
}, siendo INjs la intensidad de corriente nominal del dispositivo de
e
salida j e I Nj la intensidad de corriente nominal del dispositivo de entrada j.
• Kcj puede determinarse mediante alguna de las siguientes formas:
a) Si se conoce el valor de la corriente de cada carga ICj y la correspondiente corriente
nominal INj, entonces Kcj = ICj /INj.
b) Si no se conocen las corrientes de las cargas, se define el factor de simultaneidad
Kc = I Ne /INs , donde I Ne es la corriente nominal de entrada del cuadro e INs es la corriente
nominal de salida del cuadro.
c) Se utiliza el valor definido por la norma [UNE-EN 60439] como se indica en la Ta-
bla 4.9.
Instalaciones de conexión 135
2y3 0,9
4y5 0,8
6 a 9 inclusive 0,7
10 (y superiores) 0,6
Ae = ∑Ai
i
b
(4.10)
k
Ae m 2 4,0
3,8
1 3,6
3,4
1,5 3,2
2 3,0
2,5 2,8
3 2,6
4 2,4
5 2,2
6 2,0
7
8 1,8
10 1,6
12 1,4
14
1,2
1,0
0,8
c a)
1,6 b)
c)
d)
e)
1,5
1,4
1,3
1,2
1,1
1,0
2 4 6 8 10 12
Ae m 2
Figura 4.21. Coeficiente c para envolvente sin ventanas de ventilación y con Ae > 1,25 m2.
138 Instalaciones eléctricas
son: a) envolvente separada y libre por todos los lados; b) primera y última envolventes sepa-
radas; c) envolvente separada y pegada a la pared; d) envolvente central pegada a la pared y con
parte superior cubierta, y e) envolvente central pegada a la pared.
donde n se determina a partir de la Tabla 4.12 e Icw es la corriente de corta duración admisible,
es decir, la máxima corriente de 1 s de duración que el cuadro debe soportar sin daños o defor-
maciones. A partir de esta corriente se determina la energía de paso a la que está sometido el
cuadro:
(I 2t)cuadro = Icw
2
·1 (4.14)
Una vez definidas estas corrientes, es posible determinar si el cuadro necesita verificación.
En las Figuras 4.22 y 4.23 se muestran las condiciones que se deben respetar para considerar
adecuado el cuadro eléctrico.
A continuación, se desarrolla un sencillo ejemplo numérico de protección de cuadros eléc-
tricos frente a los efectos del cortocircuito.
ICC (kA) n
ICC ≤ 5 1,5
5 < ICC ≤ 10 1,7
10 < ICC ≤ 20 2,0
20 < ICC ≤ 50 2,1
50 < ICC 2,2
Instalaciones de conexión 139
Ip limitada por el
SÍ dispositivo de protección
SÍ a 17 kA
NO
No se necesita
Se necesita verificación
verificación
NO
ICC del sistema <
Icw del cuadro
SÍ
El interruptor que
SÍ protege el cuadro tiene:
SÍ ICC del sistema < NO
I2t interruptor < I2t cuadro ICC condicional del
Ip interruptor < Ip cuadro cuadro
NO
Dado que estos valores son mayores que los valores correspondientes del interruptor, el cuadro
está adecuadamente protegido. Obsérvese que, para completar el análisis, se debe también determi-
nar si los interruptores instalados en el cuadro están protegidos frente a cortocircuitos mediante
protecciones de apoyo.
Las normas básicas para el diseño de los cuadros de uso doméstico se describen a continuación
[RBT].
En primer lugar, es conveniente definir las siguientes corrientes:
1. Corriente nominal de entrada, INe . Se define como la corriente nominal de entrada del
dispositivo de protección o maniobra (o la suma de las corrientes nominales si el cuadro
contiene varios dispositivos de entrada que pueden funcionar simultáneamente) multi-
plicada por un coeficiente de utilización Ku = 0,85.
2. Corriente nominal de salida, INs . Se define como la suma de las corrientes nominales de
salida de los dispositivos de protección y/o de maniobra destinados a funcionar simul-
táneamente.
3. Corriente nominal del cuadro, INc . Se define como la menor corriente entre la corriente
nominal de entrada INe y la corriente nominal de salida INs .
1. La envolvente debe ser estándar. Además, en la envolvente debe estar indicada la po-
tencia máxima disipable Penv.
2. La corriente de entrada debe cumplir INe ≤ 125 A o, si no hay dispositivos de entrada, la
condición anterior se aplica a la corriente de salida, es decir, INs ≤ 125 A.
3. La corriente de cortocircuito debe ser menor o igual que 10 kA, salvo que estén insta-
lados dispositivos limitadores de corriente que la limitan por debajo de 15 kA.
1. Cuadros de corriente nominal hasta 32 A. En este caso el único requisito es que el cua-
dro tenga una placa que indique los siguientes datos:
a) Nombre o marca del constructor.
b) Tipo u otra identificación del cuadro.
c) Corriente nominal del cuadro.
d) Tipo de corriente y frecuencia.
e) Tensión nominal de funcionamiento.
f) Grado de protección.
2. Todos los cuadros que no sean del grupo anterior y presenten una corriente nominal
menor o igual que 125 A. Para estos cuadros se aplican las siguientes condiciones:
a) Deben tener una placa similar a la de los cuadros del grupo 1.
Instalaciones de conexión 141
4.4. Resumen
En este capítulo se proporciona un resumen de las instalaciones eléctricas de conexión presen-
tes en los sistemas de energía eléctrica y se pone especial énfasis en la descripción de las sub-
estaciones eléctricas y de los centros de transformación. Asimismo, se describen las caracterís-
ticas principales de los cuadros eléctricos de media y de baja tensión.
El lector interesado puede encontrar información adicional sobre las subestaciones en [Wes-
tinghouse 1964], [Enríquez 1999] y [Ramírez 2004]. Los centros de transformación y los cua-
dros eléctricos se describen, por ejemplo, en [RCE] y [UNE-EN 60439].
Ejercicio 4.1. Un transformador de puesta a tierra para un centro de transformación tiene una
potencia de 1.000 kVA, una relación de transformación de 20 kV/400 V y una tensión de cor-
tocircuito del 5 %. Se dispone de una bobina de reactancia XL = 33 Ω. Hállense las reactancias
de secuencia homopolar reducidas al lado de alta tensión para las dos configuraciones que se
ilustran en la Figura E4.1.
Soluciones: a) X0 = 220 Ω; b) X0 = 1.200 Ω.
XL
XL
a) b)
Ejercicio 4.3. Determínese la potencia nominal del transformador para un centro de transfor-
mación que alimenta a las siguientes cargas: 2 motores asíncronos de 90 kW, cuatro bombas
de 50 kW y alumbrado de 30 kW.
Solución: SN = 400 kVA.
Ejercicio 4.4. Una instalación eléctrica tiene las siguientes características: tensión nominal
400 V, frecuencia 50 Hz y corriente de cortocircuito 70 kA. El interruptor general que protege
la instalación tiene una integral de Joule I2t menor que 10 MA2s y una corriente de cresta Ip
menor que 50 kA. Determine si es adecuado utilizar un cuadro eléctrico caracterizado por una
corriente de cortocircuito de corta duración Icw = 18 kA.
Solución: El cuadro no es adecuado.
Capítulo
5
COMPENSACIÓN
DE POTENCIA REACTIVA
Y REGULACIÓN DE TENSIÓN
Sistema de
alimentación
IS
IR VF
VF M
jI X
IC YC GC jBC IC IS
Esta corriente tiene una componente en fase con la tensión de alimentación de módulo IR,
y una en cuadratura de módulo IX, como se muestra en la Figura 5.1. La potencia compleja
trifásica consumida por la carga es:
IS 1
= (5.3)
IR cos j
donde cos j = PC /SC es el factor de potencia de la carga (véase la Figura 5.2). Esta denomina-
ción indica que el factor de potencia es la fracción de la potencia aparente SC que se puede
convertir en otras formas de energía utilizable.
Debido a que IS > IR, los cables y/o las líneas que alimentan a la carga deben tener un ta-
maño mayor que el mínimo necesario. Asimismo, obsérvese que el calentamiento y las pérdidas
del conductor son proporcionales a IS2 y, por tanto, son proporcionales a 1/cos2 j.
Compesación de potencia reactiva y regulación de tensión 147
SC
QC
M
PC
P, Q
PC
a)
QC
P, Q
PC
b)
QC
Figura 5.3. Ejemplo de cargas con un factor de potencia medio cos j = 0,9 inductivo.
148 Instalaciones eléctricas
Sistema de
alimentación
IȖ
IS IR VF
VF M
IC IȖ
jI X
IC
YC GC jBC YȖ jBJ
aunque la carga de la Figura 5.3b) tiene un consumo de corriente máximo corriente superior.
Asimismo, nótese que sólo la carga de la Figura 5.3a) es aceptable porque su factor de potencia
es siempre inductivo.
El principio básico a la hora de compensar es que la potencia reactiva se produzca local-
mente, es decir, lo más cerca posible de la carga, en lugar de ser transportada a través de la red
de distribución. Por tanto, la solución más sencilla es conectar en paralelo con la carga a com-
pensar un compensador del tamaño adecuado, como se muestra en la Figura 5.4. En esta nueva
configuración, la red suministra la corriente:
IS = IC + Ig = VF (GC + jBC) − jVFBg (5.4)
Puesto que la mayoría de las cargas son inductivas, se obtiene generalmente Qg < 0, aunque
la compensación de potencia reactiva es independiente del tipo de carga.
Se habla de compensación completa si uBgu = uBCu, aunque, como se ha establecido previamen-
te, en la mayoría de las aplicaciones no es necesario alcanzar un factor de potencia cos j = 1.
Por consiguiente, habitualmente uQgu < uQCu. El tamaño del compensador se determina median-
te un compromiso entre su coste y el pago para obtener la misma potencia reactiva de la red.
P, Q
[kW, kVAr]
120 QC
100 PC
80
15 m 30 m t
sen j 0,4359
Q=P =P = 0,484 P ≈ 0,5P
cos j 0 ,9
Esto es, la potencia reactiva media del conjunto formado por la carga y la compensación debe
ser la mitad de la potencia activa consumida; por consiguiente:
Sistema de
alimentación
VF
YC GC jBC
Figura 5.6. Esquema de una carga con variación discreta de potencia reactiva.
Desde un punto de vista técnico, esta solución y la solución del Ejemplo 5.1 anterior son acep-
tables porque aseguran un factor de potencia medio igual a 0,9 inductivo. Sin embargo, salvo que
existan otros requisitos particulares, emplear dos baterías de condensadores no es recomendable en
este caso por su elevado coste. La segunda solución se traduce en una mayor potencia reactiva ins-
talada y en la necesidad de dos interruptores y de un sistema de control para conectar y desconectar
los condensadores.
En la Figura 5.7 se muestran algunos compensadores que permiten una regulación continua
de la potencia reactiva, cuyas características principales se describen a continuación. El orden
es cronológico de invención y de uso. Estos compensadores son: a) compensador síncrono con
Automatic Voltage Regulator (AVR); b) compensador estático con regulación a través de tiris-
tores (Static VAr System, SVS) que incluye: b1) Thyristor Switched Capacitor (TSC), y b2)
Thyristor Controlled Reactor (TCR), y c) compensador estático con fuente de tensión en con-
tinua (StatCom).
AVR AC
DC
Filtro Filtro
C
a) b1) b2) c)
s − sen s
IC 50Hz = Bγ ( s )VF = VF (5.6)
pX g
V
BJmáxV 2 BJmáxV 2
V máx
V mín
BJ (V )
I
1
t
V S
0
V S V
Figura 5.9. Corriente en función del tiempo y susceptancia (pu) en función del ángulo
de conducción s.
SC*
DV = E − V = ZS IC , IC = (5.7)
3V *
SC* P − jQC
IC = = C (5.8)
3V 3V
E V
ZS RS jX S YC GC jBC
IC
'V 'V X
M
M V jX S I C
RS I C 'V R
IC
Por tanto:
( PC − jQC ) RS PC + X S QC X P − RS QC
DV = ( RS + jX S ) = + j S C = ∆VR + j ∆VX (5.9)
3V 3V 3V
RS PC + X S QS X P − RS QS
E = V + DV = V + + j S C (5.10)
3V 3V
donde la incógnita es la potencia reactiva total QS suministrada por la red al conjunto de carga
y compensador. Elevando al cuadrado e imponiendo la condición E = V se tiene:
2 2
⎡ R P + X S QS ⎤ ⎡X S PC − RS QS ⎤
V = ⎢V + S C
2
⎥ +⎢ ⎥ ⇒ 0 = aQS2 + bQS + c (5.11)
⎣ V ⎦ ⎣ V ⎦
V YC GC jBC
E
ZS RS jX S
PC jQS QJ
Cabe destacar que siempre existe una solución físicamente posible de (5.11), independien-
temente del valor de la potencia activa de la carga PC. Por tanto, si se dispone de un sistema
suficientemente rápido para seguir las variaciones de la carga y el campo de variación de Qg es
suficientemente amplio, es posible alimentar la carga a tensión constante. Obsérvese que sólo
es posible regular el módulo de la tensión V, mientras que el ángulo ∠V varía con la carga.
En los apartados anteriores se ha mostrado cómo un compensador puede funcionar bien
como compensador de potencia reactiva (y, por tanto, del factor de potencia cos j) o bien como
regulador de tensión. Sin embargo, como se muestra a continuación, las dos funciones están
relacionadas.
Supóngase que se quiere imponer QS = 0 en el circuito de la Figura 5.12. Con esta condición
el incremento de tensión vale:
RS PC X P
DV = + j S C (5.13)
3V 3V
El término de la derecha es cero sólo para una carga puramente inductiva, que no es una
situación de interés práctico. Por tanto, un compensador inductivo no puede controlar a la vez
la tensión y el factor de potencia. Esto es razonable, puesto que no es posible regular dos va-
riables independientes (V y cos j) a través de una única variable de control (Qg).
∆VR
E2
cos ϕCC PC + E2
sen ϕCC QC
=
SCC SCC
V V2
(5.16)
sen ϕCC PC − SE cos ϕCC QC
2 2
E
∆VX
=
SCC CC
V V2
donde jCC = jS es el ángulo de la impedancia del equivalente Thévenin en bornas de la carga.
Esto es, las caídas de tensión se expresan de forma normalizada respecto al módulo de la
tensión V. En la práctica, se suele despreciar el término ∆VX/V, porque sólo afecta al ángulo de
la variación de tensión DV respecto a la tensión de alimentación E. Por el contrario, ∆VR/V
afecta principalmente al módulo de DV.
Otra simplificación usual es considerar en (5.16) que la relación E2/V2 ≈ 1. Esta aproximación
no significa que no haya caída de tensión, sino que la caída es pequeña. Generalmente, la máxi-
ma variación de tensión admisible en un contexto industrial es del 5 %. Por tanto, se obtiene:
∆V ∆VR 1 1
≈ ≈ cos ϕCC PC + sen ϕCC QC (5.17)
V V SCC SCC
Esta última ecuación es muy utilizada en la práctica y es válida también para pequeñas
perturbaciones de la carga, esto es, si se sustituye PC y QC por ∆PC y ∆QC, respectivamente.
Para emplear (5.17), además de SCC, se necesita conocer el ángulo jCC que el suministrador ha
de proveer.
Si el punto de conexión a la red es en media tensión (centro de transformación) o en alta
tensión (subestación), la resistencia equivalente de Thévenin de la red de alimentación es ge-
156 Instalaciones eléctricas
∆V Q
≈ C (5.18)
V SCC
La Ecuación (5.18) se puede interpretar de la manera siguiente: la variación por unidad de
la tensión V de la carga es igual a la variación de la potencia reactiva QC de la carga respecto a
la potencia de cortocircuito de la red de alimentación. De (5.18) se deduce también que para
que las caídas de tensión sean pequeñas debe cumplirse QC SCC. Se dice en este caso que la
red de alimentación es fuerte respecto a la carga. Al contrario, si QC ≈ SCC, la red es débil res-
pecto a la carga.
Mediante (5.19) es posible definir una curva (V, QC) característica de la carga:
QC ⎛ Q ⎞
E = V + ∆V = V + V = V ⎜1 + C ⎟ (5.19)
SCC ⎝ SCC ⎠
y por tanto:
E
V = (5.20)
Q
1+ C
SCC
Obsérvese que esta última relación sólo utiliza módulos, ya que si DV ≈ ∆VR entonces
∠E ≈ ∠V. Además, si la red es fuerte, es decir, QC SCC, se puede utilizar el desarrollo de
Taylor de primer orden de (5.20) que resulta en:
⎛ Q ⎞
V ≈ E ⎜1 − C ⎟ (5.21)
⎝ SCC ⎠
La Figura 5.13 representa la Expresión (5.21). Las siguientes consideraciones son rele-
vantes:
1. Para carga inductiva, es decir para QC > 0, la tensión cumple V < E.
2. Para carga capacitiva, es decir para QC < 0, la tensión cumple V > E.
E E
S CC
QC
⎛ Q ⎞ ∆V Q
V = E ⎜1 − S ⎟ , = S (5.22)
⎝ SCC ⎠ V SCC
donde QS = QC − Qg.
∆V
Qg = S = 0,01 · 250 = 2,5 MVAr
V CC
A P C
xT 0,12 pu
S CC f 10 : 10 :
S CC f
132 kV 66 kV
10 :
xT 0,12 pu
132 kV B
S CC f
A P C
j 0,12 pu j1,15 pu j1,15 pu
j1,15 pu
j 0,12 pu
(66 · 103)2
ZB = = 8,7 Ω
500 · 106
XL 10
xL = = = 1,15 pu
ZB 8,7
En la Figura 5.15 se muestra el sistema de la Figura 5.14 por unidad. La reactancia de Thévenin
en el punto P resulta, por tanto, la siguiente:
0,5(0,12 + 1,15)1,15
xTh = = 0,4 pu
0,5(0,12 + 1,15) + 1,15
Por tanto:
1
sCC = iCC = = 2,5 ⇒ SCC = 500 sCC = 1.250 MVA
xTh
∆V 2
Qγ = SCC = · 1.250 = 38 MVAr
V 66
Obsérvese que este compensador inductivo tiene escasa aplicación en la práctica, puesto
que con una compensación inductiva se empeora el factor de potencia. El compensador induc-
tivo puede ser un TCR (véase la Figura 5.7).
Por otra parte, supóngase que se ha de diseñar un compensador que mantenga constante la
tensión V* de la carga al variar la potencia reactiva QC de la misma. Para que la variación de
la tensión sea la mínima posible y el factor de potencia sea cos j ≈ 1 es necesario utilizar un
compensador capacitivo. En la práctica se persigue mantener V* ≈ E. En la Figura 5.17 se
muestra la curva (V, QC) para compensación completa e incompleta. Un compensador capaci-
tivo es, por ejemplo, un TSC (véase la Figura 5.7).
Finalmente, se considera un compensador inductivo-capacitivo. Este tipo de compensadores
tiene interés en el caso de cargas inductivo-capacitivas. Sin embargo, las cargas son casi todas
inductivas. No obstante, si el compensador se utiliza para la regulación de tensión de un nudo
de una red de transporte o de distribución mallada, es posible que, dependiendo de las condi-
ciones de carga y de generación, el nudo regulado necesite compensación inductiva o capaciti-
va. La Figura 5.18 muestra la característica de un compensador inductivo-capacitivo.
V Compensación
incompleta
Compensación
completa
V*
QJmáx
QS* QC
Compensación
V completa
Compensación
V* incompleta
QJmáx
QS* QC
V*
QJmáx QJmáx QL
cos M
0,9
0,5 1 Pm pu
Figura 5.19. Curva (cos j, Pm) para un motor de inducción típico de uso industrial.
cos M
0,95
0,5 1 Pm pu
Figura 5.20. Curva (cos j, Pm) para un motor de inducción con compensación.
162 Instalaciones eléctricas
que puede dar lugar a pares muchos mayores que los pares nominales (hasta 20 veces). Por
tanto, antes de reconectar el motor es necesario esperar a que la tensión residual se haya redu-
cido por debajo del 20 al 30 % de la tensión nominal, lo que se puede comprobar mediante un
voltímetro en las bornas del motor.
Además del problema del bajo factor de potencia, los motores de inducción se caracterizan
también por sus elevadas corrientes de arranque, hasta 8 veces el valor nominal. La reactancia
del motor durante el arranque es la reactancia de rotor bloqueado y cos jarr ≈ 0. Como conse-
cuencia, durante el arranque los motores de inducción pueden causar una repentina caída de
tensión.
Se requiere conectar en estrella un motor de inducción de tensión nominal 380 V, corriente nominal
100 A y frecuencia 50 Hz a una red con potencia de cortocircuito de 5.000 kVA. Se determina a
continuación la capacidad de los condensadores a conectar en triángulo para compensar completa-
mente el motor cuando funciona a plena carga. El motor tiene los siguientes parámetros:
V1 F V1 F
I1 = + =
ZFe R1 + R2′ /s + jXCC
′
380 / 3 ∠ 0 º 380 / 3 ∠ 0 º
= +
0,925 + j 7,25 0, 025 + 0,025 / 0,0101 + j 0,43
= 99,5 ∠ −26,5º A
Considerando una base de potencia de 100/3 kVA y una base de tensión de 380/ 3 V, se ob-
tiene:
El paralelo de x'CC, xm y xC resulta en xeq = 0,307 pu. Si se desprecian las resistencias del motor
durante el arranque, la caída de tensión en porcentaje es:
Compesación de potencia reactiva y regulación de tensión 163
xTh
∆V% = · 100 = 6,1 %
xeq + xTh
xTh
∆V% = · 100 = 6,3 %
′ + xTh
xCC
5.6. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de la compensación de la potencia reactiva y de
la regulación de la tensión. Asimismo, se describen los principales tipos de compensadores y
se deducen los criterios para el diseño de los mismos.
El lector interesado puede encontrar información adicional en [Carmona, 2004], [Fraile,
2003], [Saccomanno, 2003] y [Marconato, 2004].
Ejercicio 5.1. Considérese el sistema trifásico de 380 V de la Figura E5.1. Las cargas en A,
B y C son equilibradas y valen:
• A: 30 A, cos j = 1;
• B: 20 A, cos j = 0,5 inductivo;
• C: 50 A, cos j = 0,9 inductivo.
Determine:
a) La caída de tensión entre los nudos F y C.
b) El factor de potencia en bornas del transformador.
c) El factor de potencia de la carga C que maximiza la caída de tensión entre los nudos F
y C.
164 Instalaciones eléctricas
F A B C
Ejercicio 5.2. Para el sistema de la Figura E5.2, determine la máxima variación de tensión
posible con un compensador inductivo de Qg = 0,2 pu en el nudo C.
Solución: ∆V %máx = 2,25 %.
Ejercicio 5.3. Para el sistema de la Figura E5.3, determine: a) las tensiones de los nudos 1
y 2, y b) la compensación de potencia reactiva necesaria para obtener una tensión 1 pu en el
nudo 2.
Soluciones: a) v1 = 1,1840 pu, v2 = 1,0985 pu; b) qC = 0,493 pu (consumo).
A B C D
Red 1 j 0,15 pu j 0,15 pu Red 2
v 1 pu
xTH 0,1 pu S CC f
j 0,2 pu
QȖ 0,2 pu
1 2 3
Red 1 j 0,2 pu j 0,4 pu Red 2
v 1 pu
S CC 5 pu S CC f
P 0,2 pu
P 0,5 pu
cos M 0,8 inductivo Q 0,2 pu
PROTECCIONES 6
En este capítulo se describen las protecciones de las instalaciones eléctricas de media y baja
tensión. En particular se analizan en detalle las protecciones frente a sobretensiones, frente a
cortocircuitos, tanto trifásicos como monofásicos a tierra, y las protecciones diferenciales. Asi-
mismo, se desarrollan e ilustran los principales criterios y métodos de diseño y coordinación
de las protecciones de los centros de transformación y de las redes de distribución.
los efectos producidos por las diversas perturbaciones que pueden afectar a las redes de media
y baja tensión.
En general, el sistema de protección está formado por (Figura 6.1): i) aparamenta de pro-
tección, que usa las variaciones de tensión, corriente o frecuencia para detectar los defectos y
producir señales de alarma o de disparo de interruptores; ii) aparamenta de maniobra y corte
(seccionadores, interruptores, fusibles), que aísla la parte de la red afectada, y iii) transforma-
dores de protección (de corriente y/o de tensión), que convierten las magnitudes medidas en
valores apropiados para los relés y que aíslan las partes de alta y baja tensión.
Para cumplir las funciones que le han sido asignadas, es decir, reaccionar de manera eficaz
a las perturbaciones producidas en las líneas y máquinas, el sistema de protección ha de cumplir
un conjunto de exigencias entre las que cabe destacar:
Línea
Interrupción
Transformación
Red Red
Protección
11. Modularidad. El sistema de protección debe permitir la sustitución rápida de los mó-
dulos integrantes del mismo para su mantenimiento, así como posibilitar futuras am-
pliaciones.
Para estudiar la propagación de las ondas en las líneas eléctricas son necesarias algunas aproxi-
maciones. En primer lugar se considera un circuito monofásico. Esta aproximación es adecua-
da si el neutro del sistema trifásico original está conectado a tierra, pero no lo es tanto si el
sistema es de neutro aislado. La segunda hipótesis es que la resistencia de las líneas es despre-
ciable. Ésta es una hipótesis conservadora puesto que la resistencia amortigua las ondas.
En la Figura 6.2 se muestra el modelo clásico de una línea de transporte con parámetros
distribuidos.
168 Instalaciones eléctricas
wi
i Ldx i dx
wx
+ +
wv
v Cdx v dx
wx
_ _
x dx
⎛ ∂i ⎞ ∂ ⎛ ∂v ⎞
i − ⎜i + dx⎟ = Cdx ⎜v + dx (6.1)
⎝ ∂x ⎠ ∂t ⎝ ∂ x ⎟⎠
⎛ ∂v ⎞ ∂i
v − ⎜v + dx = Ldx (6.2)
⎝ ∂ x ⎟⎠ ∂t
∂v ∂i
= −L (6.3)
∂x ∂t
∂i ∂v
= −C (6.4)
∂x ∂t
La forma particular de las funciones v1 y v2 está determinada por las condiciones iniciales
y por la distribución de la corriente en la línea. Además, teniendo en cuenta (6.3), se obtiene la
distribución de la corriente:
1 1
i( x, t ) = i1 ( x − kt ) + i2 ( x + kt ) = v1 ( x − kt ) − v ( x + kt ) (6.9)
zw zw 2
1 L
zw = = (6.10)
Lk C
v1
i1
v2
i2 x
t 0
A B
x
V
Asociada con la onda de tensión está la onda de corriente de magnitud V/zw. Cuando la onda
de corriente llega a B, la corriente debe respetar la ley de Kirchhoff de corrientes: estando la
línea abierta, la suma de las corrientes en B debe ser cero. En B se forma una onda de corrien-
te negativa que anula la onda positiva de corriente procedente de la fuente.
La Figura 6.5 muestra la propagación de las ondas de tensión y de corriente en la línea en
vacío.
El caso de una línea en vacío es el caso límite de discontinuidad y la reflexión tanto de la
onda de tensión como de corriente es completa. En la práctica, esta situación es poco usual,
pero su modelo matemático tiene relevancia por lo siguiente. Los transformadores suelen tener
impedancias características del orden de 5.000 Ω, que es un orden de magnitud superior a la
impedancia típica de las líneas aéreas (300 a 400 Ω) y dos órdenes de magnitud respecto a la
impedancia de los cables subterráneos (80 Ω), donde dominan los efectos capacitivos. Por tan-
to, los transformadores se comportan en buena medida como un circuito abierto respecto a las
ondas de tensión y corriente que viajan por las líneas.
v
A i B t T
v
A B t |T
i
vr
A B t !T
Figura 6.5. Ondas de tensión y de corriente para el sistema de fuente y línea en vacío.
Protecciones 171
⎛ z⎞ 2 z2
2 v1 = ⎜1 + 1⎟ v2 ⇒ v2 = v (6.14)
⎝ z2⎠ z1 + z2 1
2 z2
Se define el coeficiente de refracción para la onda de tensión como .
z1 + z2
Análogamente:
v2 2 2 z1 v1 2 z1
i2 = = v1 = = i (6.15)
z2 z1 + z2 z1 + z2 z1 z1 + z2 1
z1 z2
vr
v2
v1
z1 z2
ir
i1 i2
2 z1
y, por tanto, se define el coeficiente de refracción para la onda de corriente como .
z1 + z2
Despejando la tensión y la corriente reflejadas, se obtiene:
2 z2 z −z
vr = v2 − v1 = v −v = 2 1v (6.16)
z1 + z2 1 1 z1 + z2 1
vr z −z
ir = = 2 1 i1 (6.17)
z1 z1 + z2
de donde puede definirse el coeficiente de reflexión de las ondas de tensión y de corriente como
z −z
rr = 2 1 .
z1 + z2
Con las expresiones desarrolladas en este apartado es posible calcular los valores de las
sobretensiones debidas a las descargas atmosféricas y a las maniobras de los interruptores en
las líneas eléctricas.
z3
z1 v3
vr
v1
v2
z2
son mayores que la rigidez dieléctrica de los aisladores, el rayo se descarga a tierra a través de
los postes. En caso contrario, las ondas siguen propagándose por la línea hasta amortiguarse
completamente o hasta encontrar un transformador que, como se ha establecido en el apartado
anterior, se comporta de manera análoga a un circuito abierto y refleja la onda de tensión.
En este caso los medios continuos son tres: el aire (de impedancia característica z1) y los
dos tramos de la línea aérea (de impedancias características z2 y z3 = z2). Por tanto, pueden es-
cribirse las siguientes expresiones:
v1 + vr = v2 = v3 (6.18)
i1 − ir = i2 + i3 (6.19)
v2 v
i2 = = i3 = 3 (6.20)
z2 z3
de donde se obtiene:
v1 vr v 2z
i1 − ir = 2i2 ⇒ − = 2 2 ⇒ v1 − vr = 1 v2 (6.21)
z1 z1 z2 z2
z2 + 2 z1 2 z2
2 v1 = v2 ⇒ v2 = v (6.22)
z2 z2 + 2 z1 1
v2 2 v1 2 z1
i2 = = = i (6.23)
z2 z2 + 2 z1 z2 + 2 z1 1
Se define la corriente de rayo if como el valor de la corriente en el caso de que el rayo des-
cargue directamente a tierra (véase la Figura 6.8).
En este caso los cálculos se simplifican puesto que sólo hay dos medios: aire y tierra. Si se
considera que la tierra tiene impedancia z2 = 0, entonces:
2 z1
if = i = 2i1 (6.24)
z1 + z2 1
Obsérvese que la corriente real del rayo es la mitad de la corriente que va a la tierra.
rayo
z1
i1
tierra
if z2 0
La tensión en la línea aérea según (6.22) en función de la corriente de rayo dada por (6.24)
es:
2 z2 2 z2 z1 2 z2 z1
v2 = v1 ⇒ v2 = v1 ⇒ v2 = i (6.25)
z2 + 2 z1 z2 + 2 z1 z1 z2 + 2 z1 1
Finalmente:
z2 z1 if
v2 = if = (6.26)
z2 + 2 z1 1 2
+
z1 z2
if 10 · 103
v2 = = ≈ 1.300 kV
1 2 1 2
+ +
z1 z2 500 350
zL 40
t 0
A B
160 V x zC 120
En el instante en que el interruptor se cierra, empieza a propagarse en la línea una onda rectan-
gular de tensión. Después de un tiempo T la onda llega a la carga (punto B) donde hay una reflexión
de la onda. El coeficiente de reflexión en B es:
zC − zL 120 − 40
rrB = = = 0 ,5
zC + zL 120 + 40
La mitad de la onda de v1 = 160 V que llega a la carga se refleja. La onda reflejada es también
rectangular y vale vr = 80 V.
Cuando tras un tiempo T la onda de tensión reflejada llega a la fuente (punto A), se obtiene una
nueva reflexión de la onda de tensión. El coeficiente de reflexión en A es:
zg − z L 0 − 40
rrA = = = −1
zg + z L 0 + 40
La onda de tensión se refleja por completo y es negativa, ya que la tensión en bornas de la fuen-
te es 160 V. Este resultado es esperable ya que la fuente fija el nivel de tensión en sus bornas.
La onda de tensión de −80 V reflejada por el generador llega después de un tiempo T a las bor-
nas de la carga en B. La mitad de esta onda se refleja (−40 V) y vuelve a la fuente que refleja otra
onda de 40 V, y así sucesivamente. La Figura 6.10 muestra la evolución temporal de la onda de
tensión en la carga (punto B).
El cálculo de sobretensiones puede hacerse mediante el diagrama de Bewley, como se mues-
tra en la Figura 6.11. En el eje vertical se escriben los tiempos en múltiplos del tiempo T. En el eje
horizontal se escribe la distancia entre el punto inicial (A) y el punto final (B) de la línea. En las
rectas inclinadas se escribe el valor de la onda de tensión y, finalmente, en los espacios entre las rec-
tas inclinadas se escriben las sumas de los valores anteriores de las ondas de tensión. De esta ma-
nera se puede visualizar la variación espacial y temporal de la onda de tensión.
VB(t) (V)
240
180
120
t
0 T 2T 3T 4T 5T 6T
Figura 6.10. Evolución temporal de la tensión en las bornas de la carga del Ejemplo 6.3.
176 Instalaciones eléctricas
A B
U rA 1 0 U rB 0 ,5
160
T
80
240
2T
-80
160
3T
-40
120
4T
40
160
5T
Obsérvese que conocer la evolución espacial y temporal de las ondas de sobretensión es críti-
co para determinar la posición de los pararrayos, como se ilustra más detalladamente en el Apar-
tado 6.2.7.
V (kV)
100%
90%
50%
10%
t (s)
T1 1,2 μs
T2 50 μs
Para el ensayo de impulso de tensión se usa T1 = 1,2 ms y T2 = 50 ms. La Figura 6.12 ilustra
el impulso de tensión 1,2/50 ms normalizado.
Existen también impulsos normalizados de corriente. Por ejemplo, la Figura 6.13 muestra
el impulso de corriente de T1 = 8 ms y T2 = 20 ms. Para los impulsos de corriente también se
I (kA)
100%
90%
50%
10%
T1 8 μs t (s)
U 30%
T2 20 μs
3 6,7 13,3
6 6,7 10
10 6 7,5
15 5 6,3
20 4,75 6,25
30 4,8 5,7
Protecciones 179
Para garantizar que los aisladores de las líneas no se perforen, se considera un valor de sobre-
tensión superior a 90 kV, por ejemplo, de 100 kV. Por tanto, el BIL es:
100 · 103
BIL = = 6,1 pu
2 · 20 · 103 / 3
1.300 · 103 / 2
VN = 3 = 637 kV
2,5
1.300 · 103
BIL = = 2,5 pu
2 · 637 · 103
3
Obsérvese que la tensión de la mayoría de las líneas de transporte es inferior a 637 kV.
Valores típicos de tensión para líneas de AT son 220 y 380 kV. Por tanto, las sobretensiones
debidas a las maniobras de los interruptores son en general menos peligrosas que las sobreten-
siones de origen atmosférico. Obsérvese también que, para líneas de distribución, la protección
frente a sobretensiones externas da lugar a un BIL del orden de 50 a 100 pu. Para no tener que
utilizar aisladores u otros sistemas de aislamiento demasiado costosos se utilizan sistemas de
protección específicos contra las sobretensiones externas. A continuación, se describen los cri-
terios de posicionamiento de los equipos más utilizados: cables de guarda y pararrayos.
De (6.23) y (6.24) se deduce que las máximas corrientes de rayo admisibles para las dos
líneas son:
( z2 / 2) + z1 máx
i fmáx = 2 IL ≈ 650 A (para la línea de 20 kV)
z1
( z2 / 2) + z1 máx
i fmáx = 2 I L ≈ 1.050 A (para la línea de 30 kV)
z1
donde se ha considerado que la impedancia del aire es 500 Ω. Las corrientes de rayo inferiores
a la corriente ifmáx no son peligrosas para el aislamiento de la línea.
Cuanto mayor es la densidad de carga, o lo que es lo mismo, la corriente de rayo if, mayor
es la distancia de propagación del rayo. La Figura 6.14 muestra la distancia de alcance (propa-
gación) en función de la intensidad de corriente del rayo. En la Figura 6.14 se muestra también
que a la corriente máxima ifmáx le corresponde una distancia límite DL. El diseño del cable de
guarda debe, por tanto, asegurar que todos los rayos de corriente if > ifmáx alcanzan el cable
de guarda (o el suelo). Éste es un problema principalmente geométrico.
La Figura 6.15a) muestra un ejemplo de un poste de AT. Se identifican los siguientes luga-
res geométricos:
1. Recta d: lugar geométrico de los puntos que equidistan del cable de guarda y del con-
ductor.
2. Parábola b: lugar geométrico de los puntos que equidistan de los conductores y del
suelo.
DL
i máx
f
if
Cables de guarda
A
G
DL Cable de guarda A
B G
Conductores de fase
J
E
Conductor de fase
C
B
(a) (b)
3. Circunferencia g de radio DL: lugar geométrico de los puntos que distan DL del conduc-
tor de fase.
La recta d y la parábola b definen tres zonas: A, B y C. Todos los rayos que provienen de la
zona A terminan en los cables de guarda, los rayos que provienen de la zona B terminan en el
conductor de fase de la línea aérea y los rayos que provienen de la zona C terminan en el suelo.
Obsérvese que de todos los rayos que provienen de la zona B sólo los que están fuera de la
circunferencia g superan la corriente ifmáx (según indica la Figura 6.14). Por tanto, el área raya-
da es la única realmente peligrosa y se puede reducir modificando el ángulo de protección a
(según indica la Figura 6.15b). En la práctica, el ángulo a varía entre 20º y 30º. Sólo si la pa-
rábola b y la circunferencia g intersecan la recta d en el mismo punto se obtiene una protección
completa. Sin embargo, la protección completa no se lleva a cabo por razones prácticas.
U
x
Onda de k
sobretensión
A B
Pararrayos
VBmáx − Va k
= 2r ⇒ x = (V máx − Va ) (6.27)
x/ k 2r B
BIL − Va
MP = (6.28)
BIL
VA
Va
2U
T 2T t* 3T 4T t
VB
máx
V B
2U
T 2T 3T 4T t
t* T
Obsérvese que imponer Va < VBmáx, aunque sea más económico, tiene dos inconvenientes:
Una onda de sobretensión tiene una velocidad de propagación k igual a la velocidad de la luz y una
pendiente r de frente de tensión de 450 kV/μs. Se calcula a continuación la distancia necesaria entre
el transformador y el pararrayos si VBmáx − Va = 150 kV.
Empleando (6.27) se obtiene la distancia necesaria:
k 3 · 108
x = (VBmáx − Va ) = · 150 · 103 = 50 m
2r 2 · 450 · 109
184 Instalaciones eléctricas
24 145 6
36 195 5,4
63 325 5,2
90 450 5
150 700 4,7
Protecciones 185
Una corriente de cortocircuito es una sobrecorriente que aparece en un circuito tras el con-
tacto a través de una impedancia despreciable de dos puntos del sistema eléctrico que, en con-
diciones normales, tienen tensiones distintas. En el Capítulo 2 se estudian las características de
las corrientes de cortocircuito y se introduce el procedimiento de cálculo de las mismas. El
Apéndice proporciona información adicional sobre circuitos en falta.
Generalmente, la magnitud de las sobrecargas es menor que la magnitud de las corrientes
de cortocircuito. Sin embargo, en la definición no se habla del valor de la sobrecorriente, sino
sólo de su causa. También es importante observar que la corriente de cortocircuito no es nece-
sariamente una corriente elevada.
El circuito de la Figura 6.18 representa una red modelada a través de su equivalente de
Thévenin transitorio (VTh, ZTh), una línea de alimentación (ZL), una carga (ZC) y una falta equi-
librada (ZF). En general ZTh ZC y ZL ZC. La intensidad de la corriente de cortocircuito en
la línea depende del valor de la impedancia de la falta:
VTh
ICC = (6.29)
ZC ZF
ZTh + ZL +
ZC + ZF
Para el diseño de las protecciones se supone el peor escenario, es decir, impedancia de cor-
tocircuito ZF = 0.
La protección de las redes de media y baja tensión frente a cortocircuitos se realiza a través
de dispositivos automáticos (véase el Capítulo 2). De esta manera los tiempos de actuación son
reducidos y se garantiza la seguridad del sistema.
Los equipos eléctricos que se encuentran cercanos al punto donde se produce un cortocir-
cuito se pueden dañar por la elevada intensidad de corriente y/o por las asimetrías introducidas
por la falta. Las corrientes de cortocircuito pueden calentar excesivamente los transformadores
con el consiguiente peligro de explosión por el sobrecalentamiento del aceite aislante. Por otro
lado, las máquinas rotativas no soportan secuencias inversas (originadas por faltas desequilibra-
das) por encima de un pequeño porcentaje de la corriente nominal.
A continuación, se ilustran los criterios de protección frente a sobrecorrientes para cables
y para redes de distribución.
Z Th ZL
I CC
+
VTh ZF ZC
1h
Actuación
No actuación segura
segura
I nf If I
IN I nf If
Posible actuación en t 1 h
No actuación Posible actuación Actuación segura en t 1h
No actuación en t 1 h
If ≤ 1,45Iadm (6.31)
(a)
IN If
IE I adm
(b)
IN If
If
= Kf (6.32)
IN
Por ejemplo, los fusibles tienen generalmente Kf = 1,6. Entonces, de (6.30), (6.31) y (6.32)
se obtiene la condición:
1,45
IN ≤ I (6.33)
K f adm
2. Kf > 1,45. En este caso (6.33) es más restrictiva que (6.30) y la condición que se debe
respetar es:
1,45
IE ≤ I N ≤ I (6.35)
K f adm
Obsérvese que si Kf > 1,45 es posible que haya una considerable diferencia entre IE e Iadm,
lo que corresponde a una escasa utilización del cable.
80 90
100 120
120 150
Protecciones 189
Y, por tanto, se puede elegir una corriente admisible Iadm = 120 A. El porcentaje de utilización
del cable es:
IE 90
· 100 = · 100 = 75 %
Iadm 120
Para cada cable es posible definir una curva de sobrecarga admisible en función del tiempo
de sobrecarga. Las protecciones deberán intervenir antes de este tiempo máximo de sobrecarga
admisible. Por tanto, la curva de la protección debe estar siempre por debajo de la curva de
sobrecarga del cable (véase la Figura 6.22). La reglamentación [RBT] no exige que se cumpla
esta condición ya que respetando (6.30), (6.31) y (6.33) se cumple también la condición de la
Figura 6.22.
La Figura 6.23 ilustra la curva de vida útil de un material aislante en función de la tempe-
ratura. Los puntos obtenidos experimentalmente se usan para extrapolar la vida útil del material
en condiciones de trabajo normales. La curva de sobrecarga de un cable se determina en función
de la curva de vida útil del material aislante.
La curva de sobrecarga admisible se obtiene considerando un número convencional de
sobrecargas (típicamente 100). Estas 100 sobrecargas no deben reducir más del 10 % la vida
útil del cable. Por tanto, una sobrecarga es aceptable si no reduce la vida útil del cable más
del 0,1 %. Las curvas de vida útil de un cable se dibujan en un plano bi-logarítmico tiempo-
temperatura (t, q), donde el tiempo se mide en horas.
La Figura 6.24 representa la curva del 0,1 % de la vida de un cable. Esta curva se usa de la
forma siguiente. Si la temperatura del cable es q* durante un tiempo t*, la vida del cable se
reduce en un 0,1 %.
Si la duración de la sobrecarga es mucho mayor que la constante de tiempo térmica del
cable, se puede considerar que el sistema funciona en régimen permanente. Por tanto, para cada
sobrecorriente se halla la temperatura q (véase el Apartado 3.2.1 del Capítulo 3) y de la curva
de vida útil del cable se obtiene el tiempo admisible (correspondiente a una pérdida de vida útil
del 0,1 %).
Curva de
sobrecarga
Curva de
actuación
t (h)
106
105
104
103
102
101
60 100 140 180 220 260 300 ș (º C)
ș* ș
Figura 6.24. Curva del 0,1 % de la vida útil de un cable en función de su temperatura.
IE ≤ IN (6.36)
Además, el poder de corte IPC del interruptor asociado a la protección debe ser mayor o
igual que la corriente de cortocircuito ICC en el punto donde se instala la protección:
Finalmente, la energía que la protección deja pasar durante el cortocircuito debe ser menor
o igual que la energía admisible por el cable (véase el Apartado 3.2.3 del Capítulo 3):
tf
∫i
ti
2
CC (t )dt ≤ K 2A2 (6.38)
Esta última condición debe cumplirse en cada punto del cable. Sin embargo, sólo es ne-
cesario comprobarla en dos puntos: al comienzo y al final del cable, como se describe a conti-
tf
nuación.
2
Los fabricantes de protecciones proporcionan la curva de la energía de paso iCC (t )dt en
∫
ti
función de la corriente iCC(t). Si no se dispone de esta curva se puede aproximar la corriente
durante la falta con una corriente constante y, por tanto:
tf
∫i
ti
2
CC (t )dt ≈ ICC
2
(t f − ti ) = ICC
2
∆tCC (6.39)
donde ∆tCC es el tiempo de actuación de la protección. Una vez conocida la curva del disposi-
tivo de protección se compara con K2A2.
En el caso de los fusibles hay una única intersección en Im, como se muestra en la Figu-
ra 6.25. Para todas las corrientes de cortocircuito que cumplen ICC < Im, la energía que el fusible
deja pasar por el circuito antes de fundirse y abrirlo es excesiva para el cable. O, lo que es lo
mismo, el fusible protege el cable tanto mejor cuanto mayor es la corriente de cortocircuito. El
punto crítico en el que se tiene que verificar (6.38) es el punto final del cable (suponiendo que
la protección está instalada al comienzo del mismo). De hecho, la normativa establece para los
fusibles que (6.38) se verifique para la mínima corriente de cortocircuito, que se corresponde
con la corriente de cortocircuito en el punto del cable que está más lejos del fusible.
En el caso de interruptores magnetotérmicos se tienen generalmente dos intersecciones, Im
e IM, como se muestra en la Figura 6.26.
Energía
K 2 A2
tf
³i
2
CC ( t )dt
ti
Fusible
Im I
tf
Energía
K 2 A2
tf
³i Interruptor
2
CC ( t )dt
ti magnetotérmico
Im IM I
tf
La curva del interruptor magnetotérmico primero decrece, tiene un mínimo y vuelve a cre-
cer, ya que para corrientes grandes el tiempo de actuación es constante (el dispositivo magné-
tico actúa siempre con la misma velocidad). Por tanto, las corrientes de cortocircuito deben
cumplir ICC ∈ [Im, IM]. Como consecuencia de esto, sólo se requiere que se verifiquen las dos
condiciones siguientes (si el interruptor está instalado al comienzo del cable):
1. En el extremo inicial del cable: ICC ≤ IM.
2. En el extremo final del cable: ICC ≥ Im.
El interruptor magnetotérmico necesita, por tanto, cumplir una condición adicional respec-
to al fusible. Sin embargo, la condición sobre el poder de corte, IPC ≥ ICC, no siempre se debe
verificar en el caso de interruptores magnetotérmicos. En particular, se admite que el interrup-
tor magnetotérmico cumpla IPC < ICC si y sólo si delante del interruptor está instalado un fusible
con IPC ≥ ICC, llamado fusible de apoyo. Esta situación es relativamente común en la práctica.
Por ejemplo, esto es así si la red de alimentación aumenta su potencia de cortocircuito (menor
impedancia de cortocircuito), o bien si se añade un transformador al centro de transformación
(el paralelo de los transformadores tiene impedancia equivalente menor). Tras las modificacio-
nes de la red de alimentación, el poder de corte del interruptor puede no ser adecuado. Si esto
es así, una solución cara es cambiar el interruptor magnetotérmico. Pero la solución más econó-
mica es añadir un fusible en serie con el interruptor. La característica del conjunto interruptor-
fusible es la que se muestra en la Figura 6.27. Existen también interruptores con efecto limita-
dor de corriente (debido a la elevada resistencia de arco) que funcionan, por tanto, de manera
similar a los fusibles para elevadas corrientes de cortocircuito, como se ilustra en la Figura 6.28.
tf
Energía
K 2 A2
Fusible +
tf
Interruptor
³i
2
CC ( t )dt magnetotérmico
ti
Im IM I
tf
Figura 6.27. Energía de paso ∫ i 2CC(t )dt del conjunto de un interruptor magnetotérmico
ti
y un fusible en función de la corriente.
Energía
K 2 A2
Interruptor
tf
magnetotérmico
³i
2
CC ( t )dt limitador
ti
Im IM I
tf
El ICP está formado por un interruptor automático y un relé instantáneo de máxima corrien-
te y se sitúa inmediatamente delante del cuadro general de mando y protección. Aunque au-
mente la seguridad de las instalaciones y proteja de los efectos de posibles sobrecargas, la
función principal del ICP es limitar el consumo de potencia al máximo contratado.
1. Protecciones primarias.
2. Protecciones de apoyo (o de back up).
Cada protección es primaria para su zona. Las protecciones primarias deben actuar en los
tiempos establecidos y eliminar la falta aislando la mínima parte posible de sistema. Si una
protección primaria falla o tarda en eliminar la falta, entonces debe intervenir una protección
de apoyo.
En el sistema eléctrico que se muestra en la Figura 6.30 se produce una falta en la línea 1-5.
Se analizan a continuación los conceptos de protecciones primarias y protecciones de apoyo
para esa falta.
2 1 5
A B E F
Red Red
3 4
D C G H
Red Red
Figura 6.30. Sistema eléctrico utilizado para ilustrar los conceptos de protecciones
primarias y protecciones de apoyo.
Protecciones 195
A
B C D E
Red
1. Amperimétrica. Los relés actúan en función de los valores de las corrientes de cortocir-
cuito.
2. Cronométrica. Los relés actúan con un determinado tiempo de retraso.
I CC
x
A B C D E
El poder de corte de los interruptores debe ser mayor o igual que la máxima corriente de corto-
máx
circuito ICC en el punto donde se instala el interruptor. Por tanto, el poder de corte de los interrup-
máx
tores en los nudos A, B, C y D debe ser mayor o igual que las ICC de los nudos correspondientes.
Obsérvese que no es posible ni seguro ajustar los relés únicamente con selectividad amperimé-
trica, tal como se ilustra en la Figura 6.33. Por ejemplo, si se ajustara el relé en A como protección
de apoyo para el tramo BC utilizando la corriente de 10.200 A, el relé no protegería el tramo AB si
la corriente de cortocircuito en el nudo A bajara a 8.500 A. Por otro lado, si se ajustara el relé en A
para la corriente de 6.500 A, el relé en A intervendría siempre, para cualquier falta en el tra-
mo BC.
Corrientes de ajuste
I CC de los relés
x
A B C D E
R1 R2
Red
G1 G2
cortocircuito en G2. El relé R1 debe actuar después de R2 para las faltas que se producen en
la zona de protección de R2. Si se produce una falta en G2, no se puede asegurar que el relé
R1 no intervenga si la detección de la falta se basa únicamente en el valor de la corriente.
En conclusión, un sistema de protección basado únicamente en la selectividad amperimé-
trica es seguro pero no es selectivo.
Tiempo de actuación
t de los relés
't
x
A B C D E
A
t
B
t A1
t B1
t A2
I CC
M
M G1 M G2 Ia
A B
Red
G2 G1
5,0 · 106
I21 = = 218,7 A
3 · 13,2 · 103
200 Instalaciones eléctricas
4 3 2 1
TC3 TC2 TC1
Red
R3 R2 R1
7
t (s)
k
11
2
10
9
8
7
6
1 5
4
3
2
1
0 1/2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 12 14 16 18 M
Figura 6.38. Característica de tiempo inverso de los relés del Ejemplo 6.10.
Protecciones 201
(5,0 + 3,0)106
I32 = = 349,9 A
3 · 13,2 · 103
(5,0 + 3,0 + 8,5)106
I43 = = 721,7 A
3 · 13,2 · 103
I21 218,7
I R1 = = = 3,65 A
k1 300 / 5
I32 349,9
IR2 = = = 4,37 A
k2 400 / 5
I43 721,7
IR3 = = = 6,01 A
k3 600 / 5
Las corrientes de ajuste de los relés se eligen de manera que sean las más próximas a las
corrientes nominales de línea reducidas al secundario de los transformadores de corriente. En este
caso, las corrientes de ajuste de los relés son 3, 4, 6 y 7,5 A. Por tanto, una posible elección es la
siguiente:
IaR1 = 4 A, IaR2 = 4 A, IaR3 = 6A
Definidas las corrientes de ajuste, falta por determinar la curva de los relés utilizando la Figu-
ra 6.38.
El relé R1 es la protección primaria de la línea 2-1 y no debe coordinarse con ningún otro relé.
Por tanto, la única condición que debe respetarse es que este relé elimine lo más rápidamente posi-
ble las corrientes de cortocircuito en su zona de protección (línea 2-1). La curva k = 1/2 es la más
rápida según la Figura 6.38. El relé R1 debe eliminar todas las faltas de corriente de cortocircuito
mayor o igual que 2.700 A. Para saber el tiempo de actuación del relé R1, es necesario reducir la
corriente de cortocircuito al secundario del transformador de corriente:
2.700
ICC 1R1 = = 45 A
300 / 5
ICC 1R1
M11 = = 11,25
IaR1
3.000 ICC 2 R1
ICC 2 R1 = = 50 A ⇒ M21 = = 12,5 ⇒ t21 ≈ 0,1 s
300 / 5 IaR1
Si se respeta el tiempo de coordinación para la falta más onerosa vista por el relé R1 puede
considerarse que también se respeta el tiempo de coordinación para todas las faltas en la línea 2-1.
Además, para una falta en el nudo 2, se obtiene:
3.000 ICC 2 R 2
ICC 2 R 2 = = 37,5 A ⇒ M22 = = 9,4
400 / 5 IaR 2
Con el punto = (9,4, 0,6) puede elegirse la curva k = 3 en la Figura 6.38. La curva elegida debe
ser la primera curva que queda por encima del punto (9,4, 0,6) para asegurar que el tiempo de co-
ordinación sea mayor o igual que 0,5 s. Obsérvese que t22 ≈ 0,8 s.
A continuación se calcula el tiempo de actuación del relé R2 para la falta más perjudicial en su
zona de protección primaria, es decir, para una falta en el nudo 3. Para ello se tiene en cuenta que
la curva del relé R2 es R2 = 3.
3.300 ICC 3 R 2
ICC 3 R 2 = = 41,25 A ⇒ M32 = = 10,3 ⇒ t32 ≈ 0,7 s
400 / 5 IaR 2
La curva del relé R3 se determina de manera análoga a la del relé R2. El relé R3 debe coordi-
narse con el relé R2, como sigue:
3.300 ICC 3 R 3
ICC 3 R 3 = = 27,5 A ⇒ M33 = = 4 ,5 8
600 / 5 IaR 3
El punto (4,58, 1,2) permite elegir la curva k = 4 en la Figura 6.38, por lo que t33 ≈ 1,4 s.
30
MT
t (s)
20
2 MVA
10
9
BT (400 V) 8
7
6
5
4
3
k
1,1
TCT RT 2
0,9
0,7
1 0,5
0,9
0,8
0,7
0,6 0,3
0,5
0,4 0,2
TC1 R1 0,3
0,2 0,1
0,05
30 kA 0,1
1 2 3 4 5 6 7 8 910 20 30 M
(a) (b)
neas y del transformador son iguales y tienen la característica de protección de tipo normal de la
Figura 6.39b). Finalmente, las corrientes de ajuste de los relés pueden elegirse entre las siguientes:
4, 5, 6, 6,5 y 7 A.
En primer lugar, debe calcularse el tiempo de actuación del relé de la línea. La corriente de
cortocircuito reducida al secundario del transformador TC1 es:
30.000
ICCR1 = = 100 A
1.500 / 5
La corriente nominal normalizada del relé es 5 A, por tanto la corriente de ajuste es:
IaR1 = 1,2 · 5 = 6 A
1,3 · 2 · 106
máx
I BT = = 3,75 kA
3 · 400
204 Instalaciones eléctricas
Puede utilizarse, por tanto, una corriente de ajuste IaRT = 6,5 A, es decir, una corriente algo ma-
yor que la corriente de sobrecarga del transformador.
La corriente de cortocircuito en el secundario del transformador de corriente TCT es:
30.000
ICCRT = = 50 A
3.000 / 5
que conlleva:
ICCRT 50
M= = = 7,7
IaRT 6,5
Los sistemas radiales de distribución, aunque muy comunes, no aseguran una buena conti-
nuidad del suministro. Para mejorar la continuidad se utilizan topologías con doble alimenta-
ción, en anillo y, en redes de elevada potencia, topologías malladas (véase el Capítulo 1).
A medida que la topología de las redes se complica y aumenta la garantía de continuidad
del suministro, aumenta también notablemente la complejidad del diseño del sistema de pro-
tección.
A continuación, se describen las metodologías de protección de las redes de distribución
con doble alimentación y en anillo, y la protección de líneas en paralelo. Asimismo, se muestran
los principios básicos de la protección de redes malladas.
B C D E
A B C D E
A B C D E
0,3 0,7 1,0 1,4
La eliminación de la falta debe realizase desactivando la mínima parte del sistema eléctrico.
Por ejemplo, si la falta está en el tramo CD, deben intervenir sólo las protecciones en C y
en D.
El diseño de las protecciones se realiza dividiendo el sistema original en dos sistemas ra-
diales con una única alimentación, como se muestra en la Figura 6.41. El procedimiento para
diseñar cada sistema radial es similar al procedimiento ilustrado en el Ejemplo 6.10. En la Fi-
gura 6.41 se muestran también los tiempos de actuación en segundos de cada relé para una
falta al final de cada sistema radial con alimentación simple. Para garantizar la selectividad, el
relé más rápido está al final de la red y el más lento al comienzo de la misma.
Sin embargo, el hecho de que la red original tenga doble alimentación conlleva una com-
plicación adicional. Si los relés fueran simplemente relés de tiempo inverso, el sistema de pro-
tección resultante no sería selectivo. Por ejemplo, una falta en el tramo CD activa todos los
relés, y los más rápidos son, como se indica en la Figura 6.41, los instalados en B y D. Enton-
ces, las protecciones en B y D eliminarían la falta en el tramo CD.
Para obtener la adecuada selectividad de actuación, los relés en B, C y D deben ser, no sólo
de tiempo inverso, sino también direccionales. De esta manera, la falta en el tramo CD es eli-
minada por los relés en C y en D, los cuales se activan sólo si la corriente tiene un determina-
do sentido. La Figura 6.42 muestra el sentido de la corriente al que son sensibles los relés.
Obsérvese que no es necesario que los relés en A y en E sean direccionales.
A B C D E
1,4 0,3 1,0 0,7 0,7 1,0 0,3 1,4
Figura 6.42. Sentido de las corrientes en los relés direccionales para un sistema
con doble alimentación.
206 Instalaciones eléctricas
1. Sistema AB.
2. Sistema BCDEA.
A B
C
B
A C
A B
0,5 0,1
Red
0,5 0,1 Carga
pasiva
C D
interruptor. Después de 0,5 s desde el comienzo del cortocircuito, el relé en A abre su interrup-
tor y la falta queda eliminada.
Para garantizar la continuidad del suministro, cada línea debe diseñarse para soportar toda
la carga, o bien debe poder soportar sobrecargas si la otra línea no está en servicio. Cuando no
sea económico diseñar las líneas para alimentar la totalidad de la carga, es necesario reducir
parte de la carga tras un cortocircuito en una de las líneas mediante relés de deslastre de
carga.
0,1x (2 − x ) 0, 1 (2 − x ) x
xTh = = · 0, 1
(2 − x + x ) 0, 1 2
1 2
iCC ( x ) = = · 10
xTh (2 − x ) x
A B
Red ZA ZB
Red
IA IB
V 0
Dado que el valor de la impedancia varía en función de la posición de la falta, estas protec-
ciones se llaman también protecciones de distancia. Los sistemas de AT son, generalmente, muy
mallados por lo que las protecciones de distancia tienen gran relevancia en estos sistemas. Sin
embargo, los sistemas de MT son raramente mallados y, por tanto, las protecciones de distancia
no son comunes en MT.
3 eTh
m
iCC = (6.40)
z1 + z2 + z0
Zona de actuación jX
X AB / R AB
R
Z AB
donde, en la mayoría de las aplicaciones, se puede considerar que las impedancias de secuencia
directa e inversa son iguales (z1 = z2). Puesto que la corriente de falta trifásica es:
eTh
t
iCC = (6.41)
z1
se obtiene que la falta trifásica es más grave que la falta monofásica sólo si se verifica la si-
guiente condición sobre los módulos de las impedancias directa y homopolar:
z1 < z0 (6.42)
Normalmente, esta condición se cumple en sistemas lejos de los generadores (para los ge-
neradores z1 > z0, mientras para las líneas z1 < z0). Obsérvese además que los transformadores
con devanados conectados en estrella con neutro aislado o en triángulo limitan la propagación
en la red de las corrientes homopolares debidas a las faltas monofásicas.
En conclusión, las faltas simétricas trifásicas son, en la mayoría de los sistemas de MT y
BT, las más perjudiciales y, por tanto, es conveniente basarse en ellas para calcular el poder de
corte de los interruptores. En cualquier caso, es siempre conveniente determinar cuál es la fal-
ta más grave en un sistema eléctrico, como se muestra en el ejemplo siguiente.
1 2 3
Red T
Línea
x1 x2 0,2 pu
x1 x2 0,3 pu
x0 0,05 pu
x0 0,4 pu
x1 0,1 pu
Para limitar la corriente de falta monofásica se utiliza una resistencia Rt conectando el cen-
tro de estrella y la puesta a tierra. Esta resistencia se diseña de forma que la corriente de falta
sea fácilmente detectable por las protecciones y a la vez no sea perjudicial para el sistema.
Obsérvese que la resistencia total de tierra debe ser lo suficientemente estable para asegurar el
correcto funcionamiento de las protecciones y la seguridad del sistema.
1 1 1
3 = 0 ,5 = = =
m
iCC
( x1 + x2 + x0 ) + (3rn )
2 2
(3 · 0,1) + (3rn )
2 2
0,3 + 9rn2
2
4 − 0,09
rn = = 0,67 pu
9
En los sistemas de media y baja tensión la resistencia del centro de estrella a tierra en pu
es mucho mayor que la impedancia de Thévenin en el punto donde se produce la falta, es decir
rn zTh. Por tanto, en presencia de la resistencia del centro de estrella a tierra, la corriente de falta
monofásica se puede aproximar mediante:
1 1
m
iCC = ≈
( xTh1 + xTh 2 + xTh 0 )2 + (rTh1 + rTh 2 + rTh 0 + 3rn )2 3rn
6.4.2. Protecciones frente a faltas monofásicas a tierra en redes con neutro aislado
Los sistemas industriales de MT se diseñan con neutro generalmente conectado a tierra a través
de una resistencia. Distinto es el caso de los sistemas de MT de distribución pública.
En algunos países (por ejemplo, Estados Unidos y Canadá), la distribución pública funcio-
na con el neutro conectado directamente a tierra. Las redes de distribución en diversas regiones
de estos países pasan generalmente por bosques en áreas escasamente habitadas, si no total-
mente deshabitadas. Por tanto, el riesgo para las personas en caso de falta a tierra es bajo. Por
otro lado, el coste y el tiempo de intervención de los equipos de mantenimiento para reparar
los daños causados por las faltas son relativamente elevados. Para despejar faltas monofásicas
a tierra se utiliza un sistema llamado reenganchador automático. Las faltas se originan en la
mayoría de los casos por ramas de árboles que caen sobre las líneas aéreas. Una vez detectada
la falta, el interruptor abre la línea y el reenganchador intenta cerrarla una o dos veces por si la
falta es transitoria (la rama se ha caído a tierra o destruido y ya no afecta a la línea aérea). Si
después del segundo intento de cierre la falta todavía persiste, el reenganchador no vuelve a
actuar. En la mayoría de los casos la rama se quema y la falta se extingue espontáneamente,
212 Instalaciones eléctricas
por lo que esta estrategia asegura una buena continuidad del suministro (las interrupciones son
breves) y evita en la mayoría de los casos la necesidad de intervención de los equipos de repa-
ración.
En Europa, la mayoría de los sistemas de MT públicos funcionan con neutro aislado. Esta
elección garantiza un grado de continuidad del suministro mayor que en el caso de neutro a
tierra. Si el neutro está aislado, la primera falta a tierra no causa una corriente de cortocircuito
y, por tanto, el sistema puede seguir funcionando.
Sin embargo, el hecho de que la corriente de falta monofásica a tierra sea nula o muy pe-
queña complica notablemente el diseño de los sistemas de protección. Debe tenerse en cuenta
que es necesario detectar las faltas aunque no conlleven corrientes de cortocircuito porque
siempre aumentan las condiciones de riesgo (por ejemplo, la segunda falta monofásica a tierra
produciría una elevada corriente de cortocircuito) y reducen la seguridad ya que pueden dar
lugar a tensiones de contacto peligrosas, como se estudia en el Capítulo 7.
La Figura 6.49 muestra un sistema con neutro aislado con una falta monofásica a tierra.
Este sistema es representativo del secundario de un transformador AT/MT de donde parte una
línea de MT. Los condensadores en derivación representan las capacidades parásitas de los
conductores respecto a tierra. Estas capacidades son muy pequeñas por lo que son impedancias
muy grandes. En condiciones normales de funcionamiento el efecto de estas capacidades es
despreciable. Sin embargo, para faltas monofásicas a tierra en un sistema con neutro aislado,
constituyen el único camino cerrado para las corrientes de falta.
Considérese en primer lugar, el sistema antes de que se produzca la falta monofásica a tie-
rra. Puede suponerse que todas las capacidades son iguales, pues el sistema es equilibrado y la
tensión del centro de estrella de la alimentación es igual a la tensión de tierra. La corriente en
una capacidad genérica C es:
Ii = jωCEi (6.43)
_ EA +
IA
_ EB +
IB
N
_ EC +
IC
C C C
Considérese ahora una falta monofásica a tierra de la fase C. El punto donde se produce la
falta toma el potencial de la tierra. Es decir, el efecto de la falta es análogo a aplicar un gene-
rador de tensión −EC en el punto de la falta. Las otras dos fases toman la tensión compuesta y
el centro de estrella alcanza la tensión −EC, que es la tensión homopolar del sistema.
La corriente de falta If puede determinarse utilizando las leyes de Kirchhoff, como se ex-
plica a continuación. En primer lugar, se supone que la falta puede modelarse como una resis-
tencia de valor Rf y que la red en bornas de la falta tiene una potencia de cortocircuito muy
elevada (red infinita). El circuito equivalente se muestra en la Figura 6.50.
Las ecuaciones de malla y de nudo son las siguientes:
1
EA − EC = I − ZIC (6.44)
j wC A
1
EB − EC = I − ZIC (6.45)
j wC B
IA + IB + IC = 0 (6.46)
Rf If = ZIC (6.47)
donde se ha definido:
1
Rf
j wC Rf
Z= = (6.48)
1 1 + j wCR f
Rf +
j wC
_ EA +
IA
_ EB +
IB
_ EC IC
+
If
C C C
Rf
Rf I f
IC = (6.51)
Z
j3wCEC
If = (6.52)
1 + j3wCR f
j3wCEC − EC
VN = − EC + R f I f = − EC + R f = (6.53)
1 + j3wCR f 1 + j3wCR f
j wCEC
I0 = (6.54)
1 + j3wCR f
_ EA +
_ EB +
0
_ EC +
3 E0
Una solución a este problema es, por ejemplo, abrir cíclicamente todas las líneas hasta que
se elimine la componente homopolar. Pero, claramente, esta solución no asegura la continuidad
del suministro.
Una solución más aceptable es utilizar un filtro de corriente homopolar en lugar de un filtro
de tensión. La corriente homopolar de la línea donde se produce la falta monofásica tiene sen-
tido contrario a las corrientes homopolares de las líneas sanas. Además, si el número de líneas
que salen del nudo es elevado, el módulo de la corriente homopolar de la línea con la falta
monofásica es mayor que el de las corrientes homopolares de las líneas sanas.
Es posible, por tanto, realizar una protección que discrimine en función de la fase o del
módulo de la corriente homopolar.
La Figura 6.52 muestra un sistema de protección frente a faltas monofásicas para un siste-
ma con más de una línea en paralelo y neutro aislado. Los relés en cada línea son sensibles al
producto de la corriente homopolar por la tensión homopolar del sistema. La protección es, por
tanto, una protección direccional de tierra. Obsérvese que la medida de la tensión homopolar
se hace sólo en un punto porque la tensión homopolar es común para todo el sistema.
Generalmente, la actuación de estos relés está retrasada de 0,3 a 1 s para evitar que se abra
una línea en caso de falta transitoria o cuando la corriente homopolar se deba a la maniobra de
un interruptor.
Para discriminar las corrientes en función de sus fases, es necesario definir una referencia
común para todas las corrientes. La corriente de la línea afectada por la falta monofásica está
adelantada 90º respecto a la tensión homopolar, mientras que la corriente de cualquiera de las
líneas sanas está retrasada 90º respecto a la tensión homopolar. Por tanto, la tensión homopolar
proporciona la referencia de fase para el sistema.
Para determinar la línea con falta a partir del módulo de la corriente se necesita un relé de
máxima corriente homopolar como se muestra en la Figura 6.53. La protección es selectiva sólo
si la corriente de ajuste del relé es mayor que la corriente homopolar de cada línea. Si el mó-
dulo de la corriente de falta es If y el sistema tiene n líneas, entonces se utiliza generalmente
una corriente de ajuste del relé mayor que If/n.
1
EA − EC = I − ZIC (6.55)
j wC A
1
EB − EC = I − ZIC (6.56)
j wC B
IL = IA − IB − IC (6.57)
_ EA +
IA
N _ EB +
IB
_ EC IC
+
L If
C C C
IL Rf
I' C
donde Z se define en (6.48). De (6.55) a (6.58) se deduce la condición sobre la corriente IC:
3 wC − 1 / wL
IC = jEC (6.59)
1 + j 2 wCZ − jR f / wL
1 1
3 wC = ⇒ L= (6.60)
wL 3w2C
Obsérvese que IC = If + I'C y que If está en cuadratura con I'C. Por tanto, IC = 0 implica que
If = 0 y que I'C = 0. Cabe también notar que (6.60) es la condición de resonancia a la frecuencia
fundamental de la red. Por esta razón la bobina Petersen se llama también bobina de reso-
nancia.
Las siguientes observaciones son pertinentes:
R R
Para la protección de barra doble conectada por un interruptor no es posible utilizar el sis-
tema de protección de barra simple porque no es selectivo (una falta en un nudo conlleva la
exclusión del otro nudo). Por tanto, la solución adoptada es la que se muestra en la Figura 6.56.
Las conexiones discontinuas no son adecuadas porque el interruptor T no estaría protegido.
I R1
N1
I R2
R
+
I R3
N2 VT1
_
N3
Las protecciones diferenciales de las líneas se utilizan para sistemas industriales o para lí-
neas públicas importantes y de longitud máxima de 15 km. Para longitudes mayores se utilizan
protecciones con relés que comparan las fases de las corrientes de entrada y de salida, o con
relés direccionales. En estos casos la señal se transfiere de un extremo al otro a través de la
misma línea de distribución utilizando frecuencias del orden de 100 a 300 kHz.
Si los transformadores de corriente de cada fase son iguales, las corrientes secundarias son equi-
libradas. Por tanto, VT1 es distinta de 0 sólo si las reactancias y, por tanto, el número de espiras de
los devanados primarios, son distintos.
La Figura 6.58 muestra un transformador de 7,5 MVA, 33 kV/11 kV, Dyn. A continuación, se ilus-
tra cómo diseñar los transformadores de corriente del primario y del secundario para la protección
diferencial del transformador.
El primer paso es determinar las corrientes nominales del transformador:
SN 7,5 · 106
IN1 = = = 131 A
3VN1 3 · 33 · 103
SN 7,5 · 106
IN2 = = = 394 A
3VN2 3 · 11 · 103
150 1.000
kT 1 = , kT 2 =
5 5
primario secundario
I1 I2
I R1 I R2
R
131
I R1 = · 5 = 4,37 A
150
394 3
IR2 = · 5 = 3,4 A
1.000
I R′1 3,4
kTa = = = 0,78
I R1 4,37
150 500
kT 1 = , kT 2 =
5 5
primario secundario
I1 I2
I R1 I' R1 I R2
R
R
TC adaptador
primario secundario
I1 I2
I R1 I' R1 I R2
R
R
TC adaptador
131 393
I R1 = · 5 = 4,37 A, IR2 = · 5 = 3,93 A
150 500
3,93
kTa = = 1,56
4,37 / 3
xE
Is = (6.62)
Rn
donde x ∈ [0,1] indica por unidad la parte del devanado afectado por la falta.
Durante la falta, la relación de transformación cambia con respecto a la relación nominal:
Np
kx = (6.63)
xNs
donde Np y Ns son los números de espiras de los devanados primario y secundario, respectiva-
mente.
Por tanto, la corriente en el primario es:
Is xE xNs x2 E
Ip = = = (6.64)
kx Rn N p kRn
primario secundario
_ E +
Ip Rn
Is
Is
Ip
'I
100% x
Zona no protegida
primario secundario
_ E +
Ip Rn
Is
0
3I 0
R
primario secundario
I1 I2
Rn
I' R1 I R2
R
6.6. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de los aspectos técnicos de las protecciones de las
instalaciones eléctricas de media y baja tensión. Particular atención se dedica al desarrollo, aná-
lisis e ilustración de los principales criterios y métodos de diseño y coordinación de las protec-
ciones de los centros de transformación, de las subestaciones y de las redes de distribución.
El lector interesado puede encontrar información adicional sobre las protecciones en el
Reglamento sobre Condiciones Técnicas y Garantías de Seguridad en Centrales Eléctricas y
Centros de Transformación, y sus Instrucciones Técnicas Complementarias [RCE] y en el Re-
glamento Electrotécnico para Baja Tensión, y sus Instrucciones Complementarias [RBT]. El
diseño de las protecciones se describe, por ejemplo, en [Iriondo, 1997], [Roger, 2002] y [Mar-
conato, 2004].
228 Instalaciones eléctricas
Cuestión 6.4. ¿Por qué los sistemas de distribución en anillo funcionan generalmente abier-
tos? Aun así, ¿es necesario utilizar protecciones direccionales?
Solución: Porque así se reducen las corrientes de cortocircuito en caso de falta. Sí, para
proteger correctamente el anillo si está cerrado.
Cuestión 6.5. Establezca la conexión a tierra más adecuada para los motores de inducción de
una planta industrial.
Solución: El uso de motores de inducción en una planta industrial depende de los procesos
de producción, de los turnos de trabajo, de la estacionalidad, etc. Resulta por tanto, inadecuado
conectar el centro de estrella de estos motores a tierra porque la resistencia total del sistema de
tierra depende del estado de conexión de los motores. Además, en muchos casos el sistema de
arranque de un motor asíncrono es el arranque estrella-triángulo, en el que el neutro del motor
queda aislado. En conclusión, el estado del neutro más adecuado para los motores de inducción
de uso industrial es aislado.
Cuestión 6.6. ¿Por qué se suele conectar el neutro de los sistemas industriales a través de una
resistencia?
Solución: Para identificar claramente las faltas monofásicas a tierra y, al mismo tiempo,
limitar la corriente de cortocircuito de estas faltas.
Protecciones 229
zL 45
t 0
A B
120 V x zC 90
Ejercicio 6.1. La Figura E6.1 muestra un circuito eléctrico con una fuente de tensión continua
de 120 V y de resistencia interna despreciable. La onda de tensión que se produce tras el cierre
del interruptor tarda un tiempo T en recorrer la distancia entre los puntos A y B. Dibuje el
diagrama de Bewley para 3T.
Solución: La solución del Ejercicio 6.1 se muestra en la Figura E6.2.
Ejercicio 6.2. En el sistema eléctrico de la Figura E6.3 se produce una falta en la línea 2-3.
Determine las protecciones primarias y las protecciones de apoyo para esa falta.
Solución: C y D son las protecciones primarias. A y F son las protecciones de apoyo.
A B
U rA 1 0 U rB 1/3
120
T
80
160
2T
-80
120
3T
1 2 3 4
A B C D E F
Red Red
A B C
TCa TC b
Red
Ra Rb
Ejercicio 6.3. La Figura E6.4 representa un sistema eléctrico de media tensión. Las corrientes
A
de cortocircuito son ICC = 3.300 A, ICC
B
= 2.310 A e ICCC
= 1.777 A. Suponga que los relés Ra y
Rb son iguales y están alimentados por dos transformadores de corriente con relación 400/5 A
y que las corrientes de ajuste de los relés son IaA = 3 A e IaB = 3 A. Determine las curvas de los
relés Ra y Rb según la gráfica de la Figura E6.5 si el tiempo de coordinación ∆t entre las pro-
tecciones es 0,5 s. ¿Es necesario que los interruptores sean direccionales?
Soluciones: k = 3 para el relé Ra y k = 1 para el relé Rb. No es necesario que los relés sean
direccionales.
Ejercicio 6.4. La Figura E6.6 muestra una línea de distribución con neutro aislado a la que
se ha conectado un dispositivo para discriminar la fase donde se produce una falta monofásica
a tierra. El aparato está formado por un transformador de tensión con primario y secundario en
t (s)
10
k
10
9
8
7
1 6
5
4
3
1
0,1
1 10 M
VT
V1 V2 V3
estrella. Los centros de estrella del primario y del secundario del transformador de tensión están
conectados a tierra mediante un transformador monofásico con tensión nominal igual a la ten-
sión de fase de la línea. Determínese cómo puede discriminarse la fase B donde se ha produci-
do la falta mediante la lectura de los voltímetros que se muestran en la Figura E6.6.
Solución: El voltímetro VT mide la tensión simple de la fase B, mientras que la tensión
que mide el voltímetro V2 es 0.
Ejercicio 6.5. La Figura E6.7 muestra un nudo de distribución con neutro aislado alimentado
por un transformador y del que salen dos líneas. Calcúlense la corriente de falta monofásica If
en la resistencia Rf y las corrientes homopolares en las dos líneas, I01 e I02.
j3wCT EC j3wC2 EC
Soluciones: I f = , donde CT = C1 + C2; I01 = ; I02 = −I01.
1 + j3wCT R f 1 + j3wCT R f
Ejercicio 6.6. Determínese la corriente de ajuste del relé de corriente homopolar para un sis-
tema con 4 líneas e If = 40 A. La resistencia de la falta es Rf = 0.
Solución: La corriente de ajuste del relé debe ser mayor que 10 A.
232 Instalaciones eléctricas
I A2
I B2
I C2
_ EA + IA
C2 C2 C2
_ EB + IB
0
_ EC + IC
I A1
I B1
I C1
If
C1 C1 C1 Rf
Ejercicio 6.7. Se tiene un sistema trifásico de tensión 5 kV y frecuencia 50 Hz. Los conduc-
tores que alimentan el sistema tienen las características que se muestran en la Tabla E6.1. Ob-
sérvese que se trata de una línea telescópica o línea de sección variable.
Se produce una falta consistente en un cortocircuito fase-tierra. Calcule el valor de la bobi-
na Petersen de puesta a tierra para que la corriente de falta se anule.
Solución: L = 1,92 H.
INSTALACIONES
DE PUESTA A TIERRA 7
El presente capítulo analiza, desarrolla e ilustra las instalaciones de puesta a tierra. Tras la in-
troducción de conceptos generales, se describen las diferentes técnicas de puesta a tierra. Uti-
lizando el análisis de corrientes constantes, se analizan detalladamente y de forma rigurosa
redes de tierra de geometría sencilla. También se estudia la respuesta de la red de tierra a ondas
de corriente tipo rayo. Los problemas de corrosión se abordan brevemente. La última parte del
capítulo se dedica a la protección de personas. Se describen las protecciones frente a contactos
directos e indirectos y el cálculo de tensiones de paso y contacto. También se ilustra el cálculo
de corrientes en circuitos eléctricos en falta donde el cuerpo humano queda sometido a una
diferencia de potencial.
a b c
Figura 7.1. Electrodo o red de puesta a tierra: a) pica; b) malla o parrilla, y c) malla
con conductores verticales.
que se clava en el terreno. La Figura 7.1b) muestra una estructura conocida con el nombre de
malla o parrilla. Dicha estructura está constituida por un conjunto horizontal de conductores
desnudos e interconectados entre sí. La estructura de malla puede contener conductores verti-
cales tal como se indica en la Figura 7.1c).
La Figura 7.2a) muestra una red monofásica esquematizada mediante un generador G y una
carga cubierta de una carcasa metálica externa. Un polo (neutro) del generador G se encuentra
conectado a tierra. La puesta a tierra del neutro de la alimentación (alternador, transformador,
etcétera) se denomina puesta a tierra de servicio. La carcasa metálica de la carga está también
conectada a tierra a través de un conductor de protección designado por CP o PE (protection
earth). La puesta a tierra de partes metálicas que no están en tensión pero que pueden estarlo
debido a una falta, se denomina puesta a tierra de protección. El objetivo de la puesta a tierra
de protección, como su propio nombre indica, es la protección de las personas.
IR
Carga
Carga
Falta
G G
IR
CP ID ID CP
a) b)
En general, las cubiertas metálicas de los aparatos son accesibles al usuario. Dichas cubier-
tas metálicas se denominan masas. Las partes activas de la instalación son aquéllas que, en
condiciones normales de funcionamiento, se encuentran en tensión. La línea de alimentación
en las Figuras 7.2a) y 7.2b) es un ejemplo de parte activa.
La Figura 7.2a) muestra que la corriente IR del receptor o carga circula por el conductor supe-
rior y retorna por el inferior. No circula corriente hacia la tierra. Tampoco existe diferencia de
potencial entre la carcasa metálica y el terreno, pues están unidos por un conductor y no circu-
la corriente por él. Se observa que la puesta a tierra no tiene influencia en condiciones norma-
les de funcionamiento de un sistema.
Supóngase que debido al desgaste se produce un fallo de aislamiento y el conductor supe-
rior establece contacto con la cubierta metálica, tal como muestra la Figura 7.2b). La cubierta
se pone en tensión y la conexión a tierra permite la circulación a través del terreno de una co-
rriente ID, desde el punto de la falta hasta el polo del generador conectado a tierra. Dicha co-
rriente ID se denomina corriente de defecto o de falta. Un dispositivo de protección detecta la
corriente que circula por el terreno y acciona el disparo de los interruptores de desconexión.
Por tanto, las tomas de tierra permiten una detección fácil de defectos en las instalaciones eléc-
tricas y suponen una protección de los equipos que pueden deteriorarse si se prolonga la falta
en el tiempo.
Obsérvese que en la Figura 7.2b) no es correcto afirmar que, bajo cualquier circunstancia,
la carcasa metálica y el terreno se encuentran al mismo potencial. En condiciones de falta,
cuando circula corriente por la tierra y dado que ésta no tiene resistencia nula, se origina un
mapa de potenciales en el terreno y aparecen diferencias de potencial entre distintos puntos de
la instalación. La conexión a tierra limita dichas diferencias de potencial y contribuye a un in-
cremento en la seguridad de las personas.
Algunos dispositivos, incluso no eléctricos, pueden acumular carga estática en su superficie.
Por ejemplo, la transmisión de movimiento entre dos ruedas metálicas acanaladas a través de
una correa de goma genera electricidad estática. Cuando se ha almacenado una cantidad de
carga estática suficiente, se puede producir un paso de corriente (descarga eléctrica) entre la
parte cargada y la tierra o entre la parte cargada y cualquier objeto cercano a tierra. Dicha des-
carga puede provocar daños fisiológicos a las personas, explosiones en ambientes propicios,
daños en dispositivos electrónicos, etc. La Figura 7.3a) muestra dos dispositivos D1 y D2 ais-
lados. D1 tiene una carga estática de signo positivo suficiente para producir la ruptura dieléc-
trica del aire. Se produce una descarga entre D1 y el suelo (que, por inducción, está cargado
negativamente) e, incluso, entre D1 y D2. Las cargas acumuladas en un cuerpo conductor son
eliminadas al conectarlas a tierra o a objetos que estén permanentemente conectados a tierra.
La Figura 7.3b) muestra los dispositivos D1 y D2 unidos mediante un conductor. El dispositivo
D2 está conectado a tierra. La carga estática generada en el dispositivo D1 se drena hacia D2
y de D2 a tierra.
Nótese, que la unión entre D1 y D2 proporciona una red equipotencial formada por ambos
dispositivos y el cable de conexión. Una red equipotencial es una conexión eléctrica entre todas
las partes metálicas (conductoras) accesibles de los diferentes elementos, pertenezcan o no a la
236 Instalaciones eléctricas
+ ++ +++ + + +
D2 + D1 + D2 + D1 +
+ ++ + ++
+ +
+
+
+
a) b)
instalación eléctrica, y permite mantener sustancialmente al mismo potencial todas las partes
metálicas de dicha red.
La protección de edificios contra los rayos consiste en el establecimiento de un camino de
baja impedancia que conduzca la corriente de descarga del rayo a tierra sin que circule por las
estructuras metálicas del edificio. En este caso, la resistencia de puesta a tierra debe tener un
valor muy reducido, pues la magnitud de la corriente del rayo es tan fuerte que produciría una
caída de tensión muy elevada.
En virtud de lo expuesto, se enumeran diversas razones en las que se fundamenta la puesta
a tierra:
1. Fija el neutro de los sistemas de corriente alterna. Los sistemas de corriente alterna
y alta tensión se proyectan con neutro conectado a tierra. Si el neutro se conecta a tie-
rra, cualquier punto del sistema se encuentra a un cierto potencial con referencia a la
tierra.
2. En caso de una falta, la corriente circula a través de la tierra pudiendo ser detectada por
circuitos de protección y evitando que la falta progrese.
3. Limita las diferencias de potencial, evitando tensiones peligrosas entre diferentes puntos
de la instalación.
4. Proporciona un camino de baja impedancia que drena las cargas estáticas acumuladas
procedentes de fenómenos eléctricos y/o atmosféricos.
y tiene carácter permanente al no existir dispositivos de protección que accionen el disparo de los
interruptores y la aíslen.
En sistemas más complicados sin puesta a tierra, la localización de la falta es muy laboriosa.
Dado el carácter permanente de la falta, ésta puede progresar y, si una segunda falta ocurre mientras
la primera está activa, se pueden producir daños en los dispositivos del sistema. Por ejemplo, si la
tensión en la carcasa es elevada, puede producirse un arco eléctrico y causar nuevos fallos de aisla-
miento.
La Figura 7.4a) muestra una conexión de puesta a tierra rígida. El neutro del sistema se conec-
ta directamente a tierra sin interponer ninguna impedancia. Con esta disposición las corrientes
de falta son considerables, por lo que pueden ser fácilmente detectadas y aisladas con disposi-
tivos de protección. Nótese que las corrientes de falta elevadas pueden provocar daños en los
circuitos magnéticos de las máquinas eléctricas.
La puesta a tierra rígida se utiliza, por razones de seguridad, en sistemas de tensión de has-
ta 1 kV. También en los sistemas de tensión superior a 35 kV, pues las sobretensiones llegan a
ser más importantes que las fuertes corrientes de falta. Los sistemas de tensiones comprendidas
entre 1 y 35 kV pueden ponerse rígidamente a tierra si la potencia de cortocircuito es baja.
238 Instalaciones eléctricas
A A A
N B N B N B
C C C
a) b) c)
Figura 7.4. Puesta a tierra del neutro: a) rígidamente a tierra; b) a través de reactancia,
y c) a través de resistencia.
a) b)
conexión del neutro a tierra a través de una impedancia elevada (1.000 a 2.000 Ω), bien aisla-
miento de las partes activas respecto a tierra.
La segunda letra (T o N) considera la situación de las masas respecto a tierra. La letra T
indica que las masas están conectadas directamente a tierra. La letra N indica que las masas
están conectadas al neutro. A continuación, se analizan los diferentes esquemas de conexión.
El estudio de estas configuraciones adquiere particular interés en el análisis de una posible co-
rriente de falta.
Alimentación Alimentación
A A
B B
C C
CPN N
CP CP CP
CP CP
Receptores Receptores
a) b)
Alimentación
A
B
C
N
CPN CP CP CP
CP CP
Receptores Receptores
c)
Figura 7.6. Esquemas TN: a) esquema TN-C; b) esquema TN-S, y c) esquema TN-C-S.
Instalaciones de puesta a tierra 241
neutro y protección están combinadas (TN-C) en un solo conductor en los primeros niveles de
la distribución y separadas (TN-S) en dos conductores en la última parte de la distribución. Es
decir, el esquema TN-C-S es la utilización del esquema TN-S aguas abajo del esquema TN-C.
Alimentación Alimentación
A A
B B
C C
N
Receptores Receptores
CP CP CP CP
a) b)
Las Figuras 7.8a), 7.8b), 7.8c) y 7.8d) muestran los esquemas TN-C, TN-S, TT e IT, respecti-
vamente, donde se han dibujado los recorridos de la corriente de defecto debida a una pérdida de
aislamiento entre la fase A y la masa del receptor trifásico.
Las Figuras 7.8a) y 7.8b) muestran los bucles de defecto en las configuraciones TN-C y TN-S,
respectivamente. Obsérvese que la corriente de falta ID es elevada pues está limitada exclusivamen-
te por las impedancias de la alimentación y de los conductores de la fase afectada. El retorno de
dicha corriente al neutro de la alimentación se produce a través de los conductores CPN o CP y no
circula por la tierra. Nótese, que el fallo de aislamiento es, en realidad, un cortocircuito. Los dispo-
sitivos que protegen la instalación frente a sobrecorrientes son los encargados de accionar la aper-
tura de los interruptores.
La Figura 7.8c) muestra el recorrido de la corriente de falta en la configuración TT. Dicho re-
corrido está formado por la impedancia de la alimentación, la impedancia de los conductores y las
resistencias de puesta a tierra Rt1 y Rt2. Por tanto, la corriente de falta es más reducida que en la
configuración TN. La presente configuración requiere la utilización de dispositivos que detecten la
corriente de falta que circula por la tierra y accionen la apertura de los interruptores (véase el Apar-
tado 7.7.5).
El bucle de defecto en el esquema IT se indica en la Figura 7.8d). Obsérvese que la corriente
de defecto se cierra a través de la impedancia Z y de las capacidades parásitas de la línea. Si el neu-
tro está aislado, toda la corriente de defecto circula por estas últimas. Nótese, que la corriente de
defecto es despreciable debido a las impedancias tan elevadas que se encuentra en su recorrido. Por
A A
B B
C C
CPN N
ID ID
CP
Rt1 Rt1
a) b)
A A
B B
C C
N
ID
Z
ID
Rt1 Rt2 Rt1 Rt2
c) d)
tanto, el potencial de la carcasa metálica está limitado (unos pocos voltios) y no constituye peligro
alguno. La instalación puede continuar funcionando aunque es necesario encontrar y eliminar el
defecto. Con este fin, se vigila la impedancia de aislamiento a tierra, utilizando un controlador per-
manente de aislamiento. Nótese que, si se produce un segundo fallo sin haberse eliminado el prime-
ro y aquél afecta al mismo conductor activo, no ocurre nada y la instalación puede continuar fun-
cionando. Si el segundo defecto afecta a otro conductor activo, se produce un cortocircuito.
ra 7.9 muestra la variación de la resistividad (Ωm) en función de los tres primeros parámetros
indicados.
Nótese que, la conducción en el terreno se realiza fundamentalmente a través del electróli-
to formado por el agua y las sales disueltas. Por ello, cuanto mayor sean los contenidos en agua
y sales, menor será la resistividad del terreno.
La Figura 7.9a) indica que un incremento en el contenido de sales disueltas reduce la re-
sistividad sensiblemente. Cloruros, nitratos y sulfatos de sodio, potasio, magnesio o calcio se
utilizan como aditivos del suelo aunque pueden originar problemas medioambientales y de
corrosión.
Según se ha indicado anteriormente, la conducción del terreno es principalmente de tipo
electrolítico y, por tanto, la Figura 7.9b) muestra una dependencia clara entre la resistividad del
suelo y su grado de humedad. La resistividad cambia muy poco si el grado de humedad excede
del 22 %. Téngase presente que el grado de humedad varía según la estación del año o después
de una falta a tierra de gran magnitud y de duración prolongada.
La Figura 7.9c) indica la variación de la resistividad del terreno en función de la tempera-
tura. Se observa que por debajo de 0 ºC, la resistividad crece de manera abrupta. En efecto, la
disolución de las sales en el agua disminuye bruscamente si el agua se congela.
Se concluye que la resistividad del terreno varía en un amplio intervalo, desde 10 Ωm
(o menos), correspondiente a suelos húmedos orgánicos, hasta 10.000 Ωm en suelos rocosos.
Es necesario indicar que cuanto más compacto es el terreno, menor es su resistividad. La arci-
lla y el yeso tienen menos resistividad que las arenas, gravas y rocas. La Tabla 7.1 indica de
manera simplificada una relación de valores típicos de resistividad según la naturaleza del
terreno.
La normativa española indica unos valores orientativos para la estimación de la resistividad
del terreno. Véanse las Tablas 3 y 4 de la instrucción técnica complementaria ITC-BT-18 del
Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión [RBT] y la Tabla 1 de la instrucción técnica
complementaria MIE-RAT 13 del Reglamento sobre Condiciones Técnicas y Garantías de Se-
guridad en Centrales Eléctricas, Subestaciones y Centros de Transformación [RCE].
103
Resistividad,
101 102
102
5 10 15 5 10 15 20 25 0 20 40 60
Sales, % Humedad, % Temperatura, ºC
a) b) c)
Figura 7.9. Variación de la resistividad del terreno en función de: a) presencia de sales
disueltas; b) grado de humedad, y c) temperatura.
Instalaciones de puesta a tierra 245
Vt
Rt = (7.1)
I
El potencial Vt se denomina potencial de tierra o GPR (ground potential rise). La circula-
ción de corriente a través de tierra establece en ella un mapa de potenciales V(x, y, z) y, por
tanto, aparecen diferencias de potencial entre distintos puntos de la instalación. En el presente
capítulo, cuando se especifica el potencial de un punto, se considera que dicho potencial está
referido a un punto lejano o tierra lejana de potencial cero.
Siendo la corriente constante, el campo eléctrico E en un conductor es irrotacional y, por
tanto, puede escribirse como:
E = −∇V (7.2)
I aire
tierra
y
&
uy
&
uz &
ux x
z
donde ∇V denota el gradiente de potencial V. La Expresión (7.2) indica que las superficies
equipotenciales son perpendiculares a las líneas
del campo eléctrico. Según el sistema de refe-
rencia indicado en la Figura 7.10, el vector ∇V se expresa como:
∂V ∂V ∂V
∇V = u + u + u (7.3)
∂x x ∂y y ∂z z
donde ux, uy y uz son los vectores unitarios con la dirección de los ejes coordenados x, y, z.
Nótese que los campos vectoriales se indican mediante una flecha encima del símbolo co-
rrespondiente.
La diferencia de potencial VAB entre dos puntos A y B de la instalación viene indicada por
la integral de línea del campo eléctrico E:
A
∫
VAB = − E · d
B
(7.4)
Los conductores de interés en la red de puesta a tierra son conductores óhmicos en los que
si se mantienen campos eléctricos constantes, las corrientes también
lo son. La ley de Ohm
puntual expresa dicha proporcionalidad entre el campo eléctrico E y la densidad de corriente J ,
en función de la conductividad s o de la resistividad r, inversa de la conductividad (r = 1/s):
1
J = sE = E (7.5)
ρ
Por tanto, la densidad de corriente J es co-direccional con el campo eléctrico y proporcio-
nal a él.
El flujo del vector densidad de corriente a través de cualquier superficie S de la instalación
proporciona la corriente I:
I =
∫∫
S
J · ds (7.6)
R= r (7.7)
A
Sin embargo, en la redes de puesta a tierra con geometrías más o menos complicadas, se
producen corrientes a lo largo de secciones variables y la distribución de potenciales y corrien-
Instalaciones de puesta a tierra 247
Sin embargo, (7.8) no se verifica en las superficies de discontinuidad del medio como es el
caso de las interfases suelo-aire o electrodo-tierra.
La Figura 7.11 muestra el límite de separación (interfase)
entre dos medios conductores 1
y 2. La Figura 7.11a) muestra los campos eléctricos E1 y E2 en los bordes de los medios 1 y 2,
respectivamente. La Figura 7.11b) dibuja las densidades de corriente
J1 y J2 en los bordes
de
los medios 1 y 2, respectivamente.
Obsérvese que, según (7.5), E1 es co-direccional con J 1 y E2
es co-direccional con J2.
Con corrientes constantes, en la superficie deseparación de ambos medios se conservan las
componentes tangenciales del campo eléctrico E y las componentes normales de la densidad
de corriente J. Por tanto, el campo eléctrico y la densidad de corriente sufren un cambio de
dirección al pasar de un medio a otro, pues se conserva una de las componentes pero no la otra.
Estos extremos se indican de forma analítica en (7.10) y (7.11) y gráficamente en las Figuras
7.11a) y 7.11b).
E1t = E2t (7.10)
J1n = J2n (7.11)
normal normal
tangente tangente
& J 1n J 2n &
E1 D1 J 1
D1
D2 D2
& &
E2 J2
E1t E2t
a) b)
En el estudio de dicho cambio de dirección se obtiene una relación útil en función de las
resistividades del medio 1 (r1) y del medio 2 (r2), y de los ángulos de incidencia (a1) y refrac-
ción (a2), indicados en las Figuras 7.11a) y 7.11b):
tan a1 r
= 2 (7.12)
tan a2 r1
Nótese, que el campo eléctrico en un medio provoca dos fenómenos físicos: mueve las car-
gas libres a través del medio y polariza las cargas ligadas (fijas). Ambos fenómenos pueden
relacionarse. Si se consideran (7.1), (7.5) y (7.6) es posible escribir:
Vt Vt
Rt = = (7.13)
I (1/ρ)
∫∫
E · ds
S
Por otro lado, la capacidad C de un electrodo (respecto a otro situado en una tierra lejana
de potencial cero) se escribe como la relación entre su carga q y el potencial de tierra Vt. A su
vez, utilizando la primera ley de Maxwell [García-Ochoa 2004], la carga neta almacenada en
un volumen
se expresa en función de la permitividad e del medio y del flujo del campo eléc-
trico E a través de la superficie cerrada que encierra dicho volumen:
C =
q
=
e
∫∫
S
E · ds
(7.14)
Vt Vt
Las Expresiones (7.13) y (7.14) muestran la analogía entre el campo eléctrico en un medio
conductor y el campo electrostático, respectivamente.
La Figura 7.12 muestra una pica hincada verticalmente en el terreno. La pica evacua una corrien-
te I constante. Se dibujan a mano alzada y de forma aproximada las líneas equipotenciales. Se ana-
liza cuidadosamente la refracción de las líneas de corriente en las interfases pica-tierra y tierra-aire.
Las regiones correspondientes al aire y la tierra son homogéneas.
Obsérvese que, debido a la simetría axial que presenta este sistema, es posible estudiar cualquier
plano que pase por el eje de la pica. Uno de estos planos se muestra en la Figura 7.12 donde se han
dibujado las líneas equipotenciales con trazo discontinuo.
Primeramente, se analiza la tierra. Las líneas de corriente parten desde la pica perpendicular-
mente a ésta y se dirigen hacia cargas iguales y opuestas que las existentes en la pica y que se con-
sidera que están muy alejadas. Nótese que las líneas equipotenciales son perpendiculares a las líneas
de corriente.
A continuación, se analiza por qué las líneas de corriente parten perpendicularmente desde la
pica. La resistividad de la tierra es variable (véase el Apartado 7.4.1) pero muy superior a la de la
pica y, por tanto, el cociente de resistividades rtierra /rpica es muy elevado. En virtud de (7.12) y de la
Instalaciones de puesta a tierra 249
aire
tierra
Figura 7.11b), el cociente tan apica/tan atierra es también muy elevado y, consiguientemente, el ángu-
lo atierra es mucho más pequeño que el ángulo apica. El ángulo atierra tiende a ser nulo, por lo que las
líneas de corriente parten perpendicularmente desde la pica hacia la tierra, tal como muestra la Fi-
gura 7.12. Nótese que el electrodo puede considerarse equipotencial (la superficie del electrodo es
perpendicular a las líneas de corriente).
Para finalizar, se analiza la región correspondiente al aire. La corriente evacuada por la pica
circula por el terreno y produce diferencias de potencial en su superficie. Por tanto, en la región del
aire las líneas equipotenciales no pueden incidir perpendicularmente a la superficie del terreno por-
que éste no es equipotencial. En la interfase tierra-aire el campo eléctrico (tangente a las líneas de
corriente en cada punto) sólo tiene componente tangencial en el borde del terreno y dicha compo-
nente se conserva en el borde del aire según (7.10).
La Figura 7.12 muestra que el vector densidad de corriente en la interfase tiene una componen-
te normal en el lado del aire y, sin embargo, no se cumple (7.11), pues no existe componente normal
en el lado de la tierra. La componente normal de la densidad de corriente en el lado del aire está
originada por la densidad de carga libre que se acumula en la superficie del terreno debido a las
diferencias de potencial aparecidas en él. Nótese que no pueden producirse corrientes apreciables
en la región del aire por tener éste una resistividad muy elevada.
2r
d= (7.16)
mw
250 Instalaciones eléctricas
donde m0 es la permeabilidad magnética del vacío. Los detalles de la deducción de (7.17) pue-
den encontrarse en el Ejercicio 7.6 al final de este capítulo.
de 712 m. Comoquiera que la longitud de penetración es mucho mayor que el tamaño típico de las
redes de puesta a tierra, es posible efectuar el análisis como si de corriente constante se tratara.
En el caso de la onda de corriente de variación rápida de pulsación w = 2p Mrad/s, se obtiene
un valor de la profundidad de penetración de 5 m. Se concluye que si la onda de corriente es de
variación rápida, la longitud de penetración es del mismo orden o incluso menor que el tamaño tí-
pico de las redes de puesta a tierra, por lo que no es posible realizar el análisis utilizando corrientes
constantes. Este extremo se ilustra en el Apartado 7.5.
A continuación, se resuelven dos ejemplos en los que se utilizan las bases teóricas expues-
tas en los Apartados 7.4.2 y 7.4.3.
I I
x
C b C b
r
P &
E
&
ur
b)
a)
Potencial
b
Distancia x
c)
La Figura 7.13b) muestra el campo eléctrico en un punto P genérico situado a una distancia r
del centro de la semiesfera. A continuación se calcula el potencial del punto P respecto a una tierra
remota. Para ello, es necesario el conocimiento del campo eléctrico y éste se obtiene a partir de la
densidad de corriente.
Considérese
una semiesfera de radio r, concéntrica con el electrodo, y que pasa por el punto P.
El vector J es co-direccional con el elemento de superficie dsen todos los puntos de la semiesfera
concéntrica. Por tanto, el producto escalar de ambos vectores, J y ds, es el producto de sus módulos.
El módulo j de la densidad de corriente es constante en toda la superficie semiesférica de radio r y
puede extraerse del integrando de (7.6). La semiesfera elegida tiene una superficie S = 2pr2 y la
densidad de corriente en el punto P tiene como valor:
I
I = ∫∫ S
J · ds = ∫∫ S
J ds = J ∫∫ ds = J S = J 2pr
S
2
⇒J =
2 pr 2
ur r ≥b
donde ur es el vector unitario en dirección radial. El campo eléctrico en el punto P se escribe a par-
tir de (7.5):
1 rI
J = E ⇒ E = rJ = ur r ≥b
r 2 pr 2
El potencial VP(r) del punto P, se obtiene utilizando (7.4). El camino de integración desde el
punto P hasta un punto lejano situado en el infinito se realiza, por comodidad, en la dirección ra-
dial:
r r
∫ ∫ 2pr
rI rI
VP (r) = − E · dr = − 2
dr = r ≥b
2 pr
• •
Considérese el punto P situado en la superficie del terreno y sea x la distancia desde el centro C
del electrodo al punto P. El potencial de dicho punto P se escribe como:
rI
VP ( x) = x≥b
2 px
La ecuación precedente indica que la distribución del potencial en la superficie del terreno sigue
una ley hiperbólica, tal como muestra la Figura 7.13c). Nótese que, entre dos puntos próximos de
las inmediaciones de la semiesfera, existe una diferencia de potencial elevada. La gráfica es asintó-
tica al eje horizontal, obteniéndose tensión nula en un punto alejado una distancia infinita del cen-
tro C del electrodo semiesférico. Dado que la propia semiesfera es equipotencial, la gráfica se torna
horizontal para distancias inferiores al radio b. La gráfica de la Figura 7.13c) es simétrica respecto
al eje vertical para valores de x negativos, pero este extremo no ha sido dibujado.
El potencial Vt de tierra es el potencial de la esfera respecto a un punto lejano de potencial cero.
Particularizando en la expresión anterior x = b:
rI
Vt =
2 pb
Vt r
Rt = =
I 2 pb
Instalaciones de puesta a tierra 253
rI rI rI ⎛ 1 1 ⎞
VP (x) = − = −
2 px 2 p(d − x) 2 p ⎜⎝ x d − x⎟⎠
rI ⎛ 1 1 1 1⎞
V = VP • (b1) − VP • (d − b2 ) = ⎜ − − + ⎟
2 p ⎝ b1 d − b1 d − b2 b2 ⎠
d
x d-x
I P I
b1 b2
x d-x
I P P -I
b1 b2
a) b)
Según la hipótesis de partida, los radios de las semiesferas son despreciables frente a la distan-
cia entre éstas, d − b1 ≈ d, d − b2 ≈ d y la diferencia de potencial entre electrodos se escribe:
rI ⎛ 1 1 2⎞
V = ⎜ + − ⎟
2 p ⎝ b1 b2 d⎠
V r ⎛1 1 2⎞
R= = ⎜ + − ⎟
I 2 p ⎝ b1 b2 d⎠
I
U2 y
U1
U1 U1
y y
I I
a) b)
-I
b
d
U
U
U
d d
b I b
I
a) b)
La Figura 7.18a) muestra la configuración objeto de estudio donde se ha señalado el punto ge-
nérico P perteneciente al semiplano inferior. También se ha indicado un sistema cartesiano de ori-
gen O y de versores ux y uy. En virtud del principio de superposición, el potencial del punto P se
obtiene como la suma del potencial en P debido a la contribución de la esfera inferior y del potencial
en P debido a la contribución de la esfera superior.
En primer lugar, se calcula el potencial del punto P considerando la esfera inferior. Esta situación
se contempla en la Figura 7.18b) donde también se muestra el sistema de referencia cartesiano in-
dicado en la Figura 7.18a). Debido a la simetría existente, las líneas de corriente son radiales y
uniformemente distribuidas. Las superficies equipotenciales son esferas concéntricas. Considérese
una esfera concéntrica de radior1, superficie 4pr12, y que pase por el punto P. Utilizando (7.5) y (7.6),
se obtiene el campo eléctrico EP1 de dirección radial según el versor ur1:
rI
EP1 = r J = ur 1 r1 ≥ b
4 pr12
Nótese que, el módulo de la densidad de corriente es la mitad que en el Ejemplo 7.5, pues, para
la misma corriente drenada, se tiene el doble de superficie.
O u&x
&
uy
d P
x
a)
&
x 2 d y
u r1 2
& r2 dy
& E P1 &
O ux O ux
& &
uy P uy
x P
dy
x 2 d y
2
r1
&
EP2
&
ur 2
b) c)
El potencial VP1 del punto P debido a la esfera inferior se obtiene utilizando la integral de lí-
nea (7.4):
r1
∫
rI
VP1 (r1) = − EP1 · dr1 = r1 ≥ b
4 pr1
•
La Figura 7.18c) muestra la esfera superior o imagen. Actuando de la misma manera se obtiene
que el potencial VP2 en el punto P debido a la contribución de la esfera superior es:
rI
VP 2 (r2 ) = r2 ≥ d
4 pr2
rI ⎛ 1 1⎞
VP (r1, r2 ) = VP1 (r1) + VP 2 (r2 ) = + r1 ≥ b, r2 ≥ d
4 p ⎜⎝ r1 r2 ⎟⎠
El potencial del punto P de coordenadas (x,y), se expresa en función del sistema de referencia
cartesiano indicado en la Figura 7.18a):
rI ⎛ 1 1 ⎞
VP (x , y) = + y≥0
4 p ⎜⎝ x 2 + (d − y)2 ⎟
x + (d + y) ⎠
2 2
La expresión anterior constituye la distribución del potencial en el terreno. Nótese que, según
la teoría de imágenes, el potencial VP(x, y) obtenido es sólo válido para cualquier punto P del terre-
no que pertenezca al semiplano inferior (y ≥ 0).
La distribución del potencial VP(x) en la superficie del terreno se obtiene al particularizar VP(x, y)
en y = 0:
rI 1
VP (x) =
2p x + d2
2
El resultado obtenido se utiliza en el Ejercicio 7.3 al final de este capítulo para el cálculo de la
resistencia de tierra de una pica hincada verticalmente en el terreno.
A continuación se calcula el potencial Vt y la resistencia Rt de tierra. Puesto que el electrodo es
equipotencial, el potencial en toda la esfera enterrada es el mismo y coincide con el que existe en
su borde. Si se toma, por ejemplo, el punto superior del borde del electrodo, se tiene que el potencial
Vt de tierra es:
rI ⎛1 1 ⎞
Vt = VP (0, d − b) = +
4 p ⎜⎝ b 2d − b⎟⎠
Según una de las hipótesis iniciales, el radio de la esfera es despreciable frente a la profundidad
a la que se encuentra enterrada. Por tanto, 2d − b ≈ 2d y, en virtud de (7.1), la resistencia Rt de
tierra es:
Vt r ⎛1 1⎞
Rt = = +
I 4 p ⎜⎝ b 2d⎟⎠
258 Instalaciones eléctricas
r ⎛1 1⎞
d Rt = +
4 p ⎜⎝ b 2d⎟⎠
Esfera enterrada a profundidad
b determinada
db
r ⎛ 2⎞
Pica hincada verticalmente en Rt = ln ⎜ ⎟
2 p ⎝ a ⎠
2a el terreno
a
r ⎡ ⎛ 2⎞ ⎛ ⎞⎤
d Placa enterrada horizontalmen- Rt = ⎢ln ⎜ ⎟ + ln ⎜ ⎟⎥
2 p ⎣ ⎝ w ⎠ ⎝ 2d⎠⎦
te a profundidad determinada
2w d ≥ 3w
La Figura 7.19a) muestra una pica, denominada con el número 1, hincada verticalmente e inyectan-
do una corriente I hacia tierra. La Figura 7.19b) muestra la pica número 1 rodeada de n − 1 picas.
Las picas, idénticas entre sí, están conectadas mediante un conductor de resistencia despreciable de
tal forma que cada pica inyecta en la tierra una corriente de valor I/n. Se calcula la resistencia de
tierra del conjunto y se compara con la de una sola pica.
El potencial creado por una pica de longitud en un punto P de la superficie del terreno se es-
cribe según el Ejercicio 7.3 del final de este capítulo como:
rI + 2 + x 2
VP (x) = ln
2π x
I
n
I I
n I n
I
n
d3
" 3
dn d2
2a 2
n
1 1
a) b)
Figura 7.19. Figura del Ejemplo 7.8: a) pica aislada y b) n picas idénticas
dispuestas en paralelo.
260 Instalaciones eléctricas
El potencial Vt de tierra de la pica número 1 se escribe como la suma del propio más los creados
por las demás:
rI + 2 + a2 rI + 2 + d22 rI + 2 + dn2
Vt = ln + ln ++ ln
2 pn a 2 pn d2 2 pn dn
Nótese que, a y si además se verifica que las picas están muy próximas (di ), se
tiene:
rI ⎛ 2 2 2⎞ rI (2)n rI 2
Vt = ln
⎜⎝ a + ln + + ln ⎟ = ln = ln
2 pn d2 dn ⎠ 2 pn ad2 d3 dn 2 p n ad2 d3 dn
r 2
Rt = ln
2π n ad2 d3 dn
rI 2
Vt = ln
2 pn a
Y la resistencia de tierra corresponde a la de una sola pica dividida por el número n de picas:
r 2
Rt = ln
2 pn a
Rt1
Rt = K
n
donde Rt1 es la resistencia de tierra de cualquiera de ellas y K es un factor de corrección que consi-
dera tanto el número de picas como su disposición geométrica.
A efectos prácticos, es necesario indicar que las picas pueden disponerse en profundidad
conectándolas en serie e introduciendo una encima de otra. A partir de la segunda pica, suele
ser necesaria una maquinaria especial (martillos neumáticos). Las profundidades habituales son
6, 8, 10 y 12 m. Si se dispone de suficiente superficie de terreno, la instalación de picas en pa-
ralelo es mucho más sencilla y económica.
En el diseño de una red de puesta a tierra se requiere el conocimiento del valor de la resis-
tencia de tierra con una seguridad razonable. A continuación, se exponen dos métodos de me-
dida de la resistencia de tierra y de la resistividad del terreno.
Instalaciones de puesta a tierra 261
La Figura 7.20a) muestra el método de tres electrodos para la medida de la resistencia de tierra.
Este método está basado en la propia definición de resistencia de tierra de (7.1). Utilizando el
electrodo cuya resistencia de tierra quiere conocerse y un electrodo auxiliar, se inyecta una
corriente I en el terreno. Se mide el potencial V del electrodo en estudio respecto a un punto
lejano de potencial cero. A partir de (7.1) se obtiene la resistencia de tierra.
La Figura 7.20b) muestra el método de Wenner o método de los cuatro electrodos utiliza-
do en las medidas de resistividad del terreno. Cuatro electrodos se colocan alineados, equies-
paciados e hincados verticalmente en el terreno a una profundidad en torno a 30 cm. Utilizan-
do los dos electrodos externos se inyecta una corriente I. Dicha corriente produce un mapa de
potenciales en el terreno y, por tanto, una diferencia de potencial V entre los dos electrodos
internos. La resistividad del terreno (véase el Ejercicio 7.5 al final de este capítulo) se escribe
como:
V
r = 2 pa (7.18)
I
Obsérvese que si la distancia entre los electrodos inyectores de corriente aumenta, la co-
rriente circula a mayor profundidad pero su densidad disminuye. Modificando esta distancia y
a partir de las medidas de potencial en los dos electrodos internos, es posible detectar capas
horizontales de suelo estratificado. Estas técnicas de sondeo eléctrico vertical se utilizan en
prospecciones geoeléctricas para conocer la forma, composición y dimensión de cuerpos in-
mersos en el subsuelo a partir de medidas en la superficie.
Existen instrumentos en el mercado en los que utilizando las dos configuraciones mencio-
nadas puede obtenerse un valor fiable de la resistencia de tierra. Sin embargo, la existencia de
corrientes vagabundas puede afectar a la medida. Las corrientes vagabundas son el resultado de
la acción bacteriológica, la diferencia en la salinidad del suelo o en su aireación, corrientes
galvánicas, etc.
I I
A A
I I I V I
V x
d a a a
tierra lejana
a) b)
V r 2 V V 2 p
Rt = ⇒ ln = ⇒ r=
I 2 p a I I ln (2 /a)
Rt C Rt
a) b)
Figura 7.21. Circuito eléctrico equivalente de una red de tierra: a) ondas de frecuencia
elevada y b) ondas de frecuencia baja o corriente continua.
impulso de corriente tipo rayo queda caracterizado por cuatro parámetros: el valor I de corrien-
te máxima o de pico, la máxima pendiente del frente de onda en kA/ms, el tiempo t1 de duración
del frente de onda (hasta alcanzar el valor máximo) y el tiempo t2 hasta alcanzar la mitad del
valor de pico una vez sobrepasado éste. Según datos estadísticos, el 50 % de los rayos exceden
de 25 kA de valor de pico, tienen una pendiente máxima del frente de onda de más de 10 kA/ms
y un tiempo t1 de valor menor que 1,5 ms. El valor medio de t2 se encuentra comprendido entre
30 y 40 ms. Véase información complementaria sobre el modelado de rayos en el Capítulo 6.
El análisis de las componentes en frecuencia de la onda tipo rayo puede realizarse utilizan-
do la transformada de Fourier [Oppenheim 1996]. La transformada de Fourier proporciona la
descripción en frecuencia de una señal aperiódica definida en el dominio del tiempo. La trans-
formada de Fourier de (7.19) es:
⎛ 1 1 ⎞
I ( j w) = I ⎜ − (7.20)
⎝ j w + a j w + b⎟⎠
I
Corriente, i(t)
Mod [I(j
0,5 I
Figura 7.22. Onda de corriente tipo rayo: a) representación en el dominio del tiempo y b)
representación en el dominio de la frecuencia.
264 Instalaciones eléctricas
frecuencia se ha optado por dibujar el eje horizontal en escala logarítmica. Se observa cómo las
componentes en frecuencia superiores a 1 MHz pueden, en general, despreciarse. Es necesario
indicar que cuanto más escarpado es el frente de onda, las componentes de frecuencias elevadas
se hacen más importantes.
La velocidad de respuesta de un sistema está determinada por los valores de sus constantes
de tiempo. Si el período de la corriente evacuada es muy superior a los valores de las constan-
tes de tiempo de la red de tierra, significa que no es necesario considerar los fenómenos capa-
citivo e inductivo. Estos extremos se ilustran en el ejemplo siguiente.
r ⎛ 2⎞
Rt = ln
2 p ⎜⎝ a ⎟⎠
re 2 pe
C = =
Rt ⎛ 2⎞
ln ⎜ ⎟
⎝ a⎠
m0 ⎡ ⎛ 2⎞ ⎤
L = ⎢ln ⎜ ⎟ − 0,75⎥
2p ⎣ ⎝ a⎠ ⎦
tC = Rt C = re
⎡ ⎛ 2⎞ ⎤
⎢ln − 0,75⎥
L m0 2 ⎣ ⎜⎝ a ⎟⎠ ⎦ ≈ m0
2
tL = =
Rt r ⎛ 2⎞ r
ln ⎜ ⎟
⎝ a⎠
La pulsación natural wn de la red de tierra coincide con la del circuito que la modela:
Instalaciones de puesta a tierra 265
⎛ 2⎞
ln ⎜ ⎟
1 1 ⎝ a⎠ 1
wn = = ≈
LC m0 e ⎡ ⎛ 2⎞
2
⎤ m0 e
⎢ln ⎜ ⎟ − 0,75⎥
⎣ ⎝ a ⎠ ⎦
superficie anódica (revestimiento de zinc) es mucho más grande que la superficie catódica (acero
expuesto) y la densidad de corriente en el ánodo es muy pequeña. Además, el zinc es resistente
a la corrosión pues desarrolla una capa de carbonato de zinc que retarda su corrosión.
Cuando la resistividad del terreno disminuye, las corrientes galvánicas son más elevadas y
los electrodos se corroen más rápidamente. Otros factores que incrementan la corrosión son,
entre otros, un nivel de pH muy elevado o muy reducido, un alto contenido en agua y la pre-
sencia de cloruros y sulfatos.
La circulación de una corriente eléctrica altera las señales electroquímicas de transmisión ner-
viosa pudiendo provocar parálisis temporal o contracciones musculares involuntarias. Si el
camino de la corriente incluye nervios o músculos que controlan la aportación de oxígeno al
cerebro el problema es mucho más serio. El corazón es el órgano más susceptible a la corrien-
te. Una corriente que excite parte de las fibras musculares del corazón puede cambiar las vías
eléctricas de propagación en el miocardio, desincronizando la actividad del corazón y ocasio-
nando una actividad muscular sin orden e ineficaz denominada fibrilación. Si la fibrilación
ocurre en los ventrículos (fibrilación ventricular) el corazón deja de bombear sangre. Si la cir-
culación sanguínea no se restablece en pocos minutos, se lesiona el cerebro y se produce la
muerte.
Los efectos fisiológicos que produce la circulación de una corriente dependen de su fre-
cuencia, magnitud y duración. Corrientes de frecuencia industrial y un segundo de duración con
una magnitud inferior a 5 mA no se consideran peligrosas, si bien con este nivel de intensidad
la sensación es un poco desagradable y dolorosa. Cuando al menos uno de los contactos se
establece agarrando un conductor con la mano, las corrientes que sobrepasan los 10 ó 20 mA
pueden agarrotar los músculos del brazo y hacen imposible soltar el conductor. La fibrilación
ventricular se puede producir con corrientes superiores a 100 mA, mientras que corrientes
de 1 ó 2 A pueden agarrotar los músculos del corazón y producir una contracción continua del
mismo, acompañada con frecuencia de parálisis respiratoria. Para aquellos efectos fisiológicos
que afecten al corazón o la respiración, se supone que el camino de la corriente incluye la región
del pecho.
El efecto destructivo de la corriente depende de la energía que se comunica al cuerpo hu-
mano y es función del producto I2t. Un modelo utilizado es la fórmula de Dalziel [IEEE Std.
80-2000] que describe la relación entre la fibrilación y la duración de la corriente. Dicha rela-
ción se indica en (7.21) y se refiere a una persona media de unos 50 kg de peso:
Instalaciones de puesta a tierra 267
0,116
Imáx = (7.21)
t
donde Imáx es el umbral de corriente en A que provoca fibrilación ventricular y t es el tiempo
en segundos de duración de la corriente. La Expresión (7.21) se aplica con tiempos de faltas
comprendidos entre aproximadamente 0,03 y 3 s. Si se consideran personas de 70 kg de peso,
la constante 0,116 de (7.21) se sustituye por el valor 0,157.
Obsérvese que, si se conoce la duración t de la exposición, es posible obtener la corriente
máxima admisible Imáx que puede circular por el cuerpo. A partir de la resistencia de éste y
utilizando la ley de Ohm es posible calcular la tensión máxima de contacto admisible entre los
dos puntos del cuerpo que forman parte del circuito eléctrico en falta. Este aspecto se ilustra en
el Ejemplo 7.11.
De (7.21) se obtiene la corriente máxima admisible que puede circular por el cuerpo de una
persona de un peso medio de 50 kg:
0,116
Imáx = = 0,49 A
0,056
Si se considera una resistencia para el cuerpo humano de 1.000 Ω, en virtud de la ley de Ohm,
se obtiene que el potencial máximo de contacto tiene un valor:
Una vez analizados los efectos fisiológicos que produce la corriente, se exponen los tipos
de contactos eléctricos accidentales que pueden producirse en las instalaciones eléctricas.
A A
B B
C C
N N
a) b)
Un contacto indirecto tiene lugar cuando una persona toca alguna parte de la instalación
que se encuentra en tensión debido a alguna falta. Dicha parte de la instalación no presenta
tensión en condiciones normales de funcionamiento. La Figura 7.23b) muestra un individuo
tocando con su mano la carcasa metálica de un aparato trifásico que se encuentra accidental-
mente en tensión debido a un fallo de aislamiento.
Nótese que en ambos casos, el individuo puentea entre su mano y sus pies dos puntos de la
instalación que se encuentran a diferente potencial. Ello provoca la circulación de una corrien-
te por el cuerpo que produce diversos efectos fisiológicos (véase el Apartado 7.7.1).
En alta y baja tensión, la protección frente a contactos directos contempla el alejamiento de
las partes activas de las personas, la interposición de obstáculos (vallas, cierres, etc.) y el recu-
brimiento de las partes activas mediante aislamientos apropiados.
Las protecciones frente a contactos indirectos giran en torno a las tomas de tierra, tanto en
alta como en baja tensión. Según se ha expuesto en los apartados anteriores, la red de puesta a
tierra posee una impedancia finita y, por tanto, cuando ocurre una falta se establece un mapa
de potenciales en el suelo y existen diferencias de potencial entre distintos puntos de la insta-
lación. Esta circunstancia proporciona una fuente de riesgo que puede causar daños fisiológicos
de diversa consideración para las personas involucradas. Las razones de riesgo se resumen fun-
damentalmente en dos posibilidades:
• La Figura 7.24a) muestra una estructura metálica que debido a un fallo de aislamiento
inyecta una corriente en la tierra. Por tanto, existe un mapa de potenciales en la super-
ficie del terreno. Un individuo se encuentra caminando en las proximidades de la es-
tructura. En cada paso, los pies se encuentran separados y apoyados en dos puntos
distintos del suelo (A y B) entre los que existe una diferencia de potencial. Dicha dife-
rencia de potencial provoca la circulación de una corriente a través del cuerpo de la
persona involucrada. Se define la tensión de paso como la diferencia de potencial entre
los dos pies cuando éstos están separados la distancia de un metro.
• La Figura 7.24b) muestra un individuo que está de pie y toca con la mano una estruc-
tura metálica que inyecta una corriente en la tierra. Se establece una diferencia de po-
tencial entre la mano (que está al potencial de la estructura) y los pies (apoyados en el
Instalaciones de puesta a tierra 269
A B D
I I
1m
a) b)
suelo que se encuentra a potencial distinto del de la estructura). Esta diferencia de po-
tencial entre los puntos C y D se denomina tensión de contacto y provoca la circulación
de una corriente a través del cuerpo de la persona involucrada, desde la estructura me-
tálica hacia la tierra. La tensión de contacto también puede aparecer en elementos me-
tálicos (vallas, tuberías, etc.) ajenos a la instalación. En este caso se habla de tensión de
contacto transferida.
100 A 1.600
1.200
Potencial, V
800
400
2m
a) b)
rI
V (x) = x≥b
2 px
La diferencia de potencial existente en una zancada de un metro según la Figura 7.25a) es:
rI ⎛ 1 1 ⎞
Vpaso (x) = V (x) − V ( x + 1) = − x≥2
2 p ⎜⎝ x x + 1⎟⎠
La Figura 7.25b) muestra la distribución del potencial en la superficie del terreno. Se observa
que entre dos puntos próximos de las inmediaciones de la semiesfera existe una diferencia de po-
tencial grande. La tensión de paso más desfavorable para el individuo de la derecha de la Figu-
ra 7.25a) se produce en x = 2 m (borde del electrodo semiesférico):
200 · 100 ⎛ 1 1 ⎞
Vpaso = ⎜⎝ 2 − 2 + 1⎟⎠ = 530,52 V
2p
r 200
Rt = = = 15,92 Ω
2 pb 2 p2
El potencial de tierra Vt, que es el mismo al que se encuentra la estructura, se calcula utilizando
la ley de Ohm:
Por otro lado, el potencial del punto del suelo sobre el que se apoyan los pies del individuo de
la izquierda es:
200 · 100
V (2,5) = = 1.273 V
2 p 2,5
Una vez calculadas las tensiones de paso y de contacto, es posible obtener el valor de la corrien-
te que circula por un individuo y así obtener un indicador de los procesos fisiológicos que ocurren
(véase el Apartado 7.7.1). Para ello, es necesario conocer la resistencia existente entre los dos pun-
tos del cuerpo donde se produce bien una tensión de paso, bien una tensión de contacto.
Se calculan las corrientes que circulan por los individuos que se muestran en la Figura 7.25a) del
Ejemplo 7.12 y que están sometidos a tensiones de paso y de contacto.
En el Ejemplo 7.12 se han calculado las tensiones de paso (Vpaso = 530,52 V) y de contacto
(Vcont = 319 V). Considerando la ley de Ohm y (7.22), la corriente en el individuo de la Figura 7.25a)
sometido a la tensión de paso es:
Vpaso 530,52
I = = = 241,1 mA
1.000 + 6 r 1.000 + 6 · 200
Vcont 319
I = = = 245,4 mA
1.000 + 1, 5 r 1.000 + 1,5 · 200
A partir de (7.21), (7.23) y (7.24) se obtienen, mediante la ley de Ohm, las expresiones de las
máximas tensiones admisibles de paso y de contacto que no deben superarse en ningún punto
de la instalación:
0,116
Vpaso máx admisible = (1.000 + 6 r) (7.25)
t
0,116
Vcont máx admisible = (1.000 + 1, 5 r) (7.26)
t
Las Expresiones (7.25) y (7.26) son válidas para terrenos homogéneos y de resistividad r.
Sin embargo, en aras de la seguridad de las personas, es habitual recubrir el terreno de la ins-
talación con una capa de varios centímetros de grosor de un material de resistividad elevada.
Esta circunstancia se contempla en (7.27) y (7.28) donde se ha introducido el factor CS y la
resistividad rS de la capa.
0,116
Vpaso máx admisible = (1.000 + 6 rS CS ) (7.27)
t
0,116
Vcont máx admisible = (1.000 + 1, 5 rS CS ) (7.28)
t
Instalaciones de puesta a tierra 273
⎛ r⎞
0,09 ⎜1 − ⎟
⎝ rS⎠
CS = 1 − (7.29)
2 hS + 0,09
En una subestación de distribución se produce una falta cuya eliminación se efectúa en 20 ciclos de
50 Hz. El terreno se considera homogéneo y de resistividad r = 150 Ωm. Se calculan los valores
máximos admisibles de tensión de paso y de contacto. Posteriormente, se recubre el área de la ins-
talación de un material de resistividad rS = 2.000 Ωm. La capa de material tiene un espesor de 10 cm.
Se vuelven a calcular dichos valores máximos admisibles.
El despeje se realiza en 20 ciclos de 50 Hz, lo que significa un tiempo t = 20 / 50 = 0,4 s. Según
(7.25) y (7.26) se tiene: Vpaso máx admisible = 348,48 V y Vcont máx admisible = 224,68 V. Con la capa de ma-
terial de alta resistividad se obtiene, según (7.29), un coeficiente CS = 0,71. Utilizando (7.27) y (7.28)
se obtiene: Vpaso máx admisible = 1.746,08 V y Vcont máx admisible = 574,08 V. Obsérvese cómo se han incre-
mentado los valores máximos admisibles al añadir la capa de material de alta resistividad.
Puesto que la corriente neta abarcada por el núcleo es nula, no existe campo magnético neto
274 Instalaciones eléctricas
Pulsador de
Rp prueba
iA(t)
A
iB(t)
B
iC(t)
C
iN(t)
N
Relé
Mecanismo de
desconexión
en el núcleo toroidal. Considérese que existe una derivación de corriente iD(t) a tierra. Se veri-
fica (7.31):
iA(t) + iB(t) + iC (t) − iN (t) = iD(t) (7.31)
La corriente neta iD(t) de valor eficaz ID produce un campo magnético variable neto que es
guiado por el núcleo magnético y atraviesa la bobina emplazada en dicho núcleo. En bornes de
la bobina se crea una tensión inducida capaz de disparar un relé sensible que, a su vez, actúa
sobre el mecanismo de desconexión de los interruptores.
Nótese, que el núcleo toroidal es un transformador cuyo secundario es la bobina emplazada
en él y cuyo primario está constituido por las fases y el neutro de la red.
El pulsador de prueba sirve para verificar el correcto funcionamiento del interruptor dife-
rencial. Si se mantiene pulsado, existe un trasvase de corriente entre las fases A y B que no es
contabilizado por el núcleo toroidal magnético y la corriente neta que atraviesa el núcleo no
es nula. El desequilibrio ocasionado origina la apertura de los interruptores.
La corriente nominal y la sensibilidad del interruptor diferencial constituyen sus caracterís-
ticas fundamentales. La corriente nominal es el valor máximo de la corriente que pueden so-
portar los contactos principales sin sufrir deterioro alguno. Dicha corriente nominal debe ele-
girse teniendo en cuenta que ha de ser superior a la corriente demandada simultáneamente por
los circuitos aguas abajo del punto de instalación del interruptor diferencial.
La sensibilidad I∆n del interruptor diferencial se define como el umbral que debe superar la
corriente de defecto para que se produzca la apertura de los interruptores. Ha de tenerse en cuen-
ta que el interruptor diferencial posee una tolerancia constructiva y funcional verificándose:
• Si ID > I∆n, actuación segura del interruptor.
• Si ID < I∆n /2, no actuación del interruptor.
• Si I∆n / 2 ≤ ID ≤ I∆n, posible actuación del interruptor.
Instalaciones de puesta a tierra 275
La protección diferencial debe ser lo más sensible y rápida posible. En el mercado existen
interruptores diferenciales de sensibilidad elevada (10 y 30 mA), de sensibilidad media (100 mA)
y de sensibilidad baja (típicamente 300 mA, 500 mΑ y 1 A). Los interruptores diferenciales de
sensibilidad elevada y media se fabrican compactos y para corrientes nominales comprendidas
entre 5 y 125 A. Los interruptores diferenciales industriales se extienden desde 150 A a más
de 1 kA, y suelen constar de dos piezas independientes: el transformador toroidal y el relé di-
ferencial. Estos interruptores presentan sensibilidad regulable.
El análisis realizado para un interruptor diferencial trifásico es aplicable al interruptor di-
ferencial monofásico con la salvedad de que los conductores que atraviesan el núcleo toroidal
magnético son una fase y el neutro. El interruptor diferencial debe tener tantos polos como
conductores activos tenga el circuito a proteger. Para un circuito monofásico se selecciona un
interruptor diferencial bipolar (dos polos). Si el circuito es trifásico sin neutro se selecciona
un interruptor diferencial tripolar (tres polos) o tetrapolar (cuatro polos). Finalmente, un inte-
rruptor tetrapolar se utiliza en circuitos trifásicos con neutro.
Las cargas electrónicas y dispositivos de electrónica de potencia producen armónicos y
corrientes de alta frecuencia que provocan perturbaciones en la red. Dichas perturbaciones pue-
den producir, bien el bloqueo del diferencial, bien disparos intempestivos de éste. En el primer
caso, existe un riesgo para la protección de las personas y en el segundo se compromete la
continuidad del suministro.
Algunos dispositivos tales como los filtros capacitivos de balastos electrónicos inyectan
corrientes de fuga a tierra de forma permanente. Dichas corrientes de fuga no atraviesan el di-
ferencial y proporcionan un desequilibrio. Es necesario indicar que si la corriente de fuga a
tierra alcanza el 30 % del valor de la sensibilidad del interruptor diferencial, éste se pre-sensi-
biliza, bastando una pequeña sobretensión o sobrecorriente para producir su disparo. En esas
condiciones, cualquier encendido o apagado de un dispositivo puede provocar el disparo intem-
pestivo del diferencial.
Los denominados interruptores diferenciales superinmunizados están diseñados especial-
mente para evitar disparos intempestivos debidos a corrientes de fuga permanentes y para re-
sistir las perturbaciones de la red eléctrica de baja tensión. Estos interruptores conjugan la
continuidad del suministro y la protección de las personas. Los interruptores diferenciales su-
perinmunizados se basan en la misma tecnología que los convencionales pero incorporan mó-
dulos electrónicos tales como filtros de alta frecuencia.
Vcont = 16 · 10 = 160 V
Considérese que, una vez producido el defecto, no se desea sobrepasar una determinada tensión
de seguridad Vseg de las masas respecto a tierra. La corriente de defecto es Vseg /16 y, por tanto, la
sensibilidad del diferencial debe ser igual o menor para que dispare:
Vseg
I ∆n ≤
16
I∆n ≤ 1,5 A
Considérese que se elige una sensibilidad muy próxima a 1,5 A. Si la resistencia de tierra se
degrada y eleva su valor, puede ocurrir que el diferencial no dispare porque la corriente de defecto
no llegue a valer nunca la sensibilidad elegida. Es necesario actuar con un factor de seguridad (se
12 V 24 V 50 V
t (s) 10
8
6
5
4
3
2
1
0,8
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,10
0,08
0,06
0,05
0,04
0,03
0,02
0,01
10 12 20 24 30 40 60 80100 200 300 500 1.000
Vcont (V)
suele tomar un valor mínimo de 4). Si se toma un diferencial de sensibilidad 300 mA, resulta un
factor de seguridad de 1,5/0,3 = 5. La resistencia de tierra puede llegar a tener un valor máximo de
24/0,3 = 80 Ω sin que se superen los 24 V.
A continuación, se analiza el tiempo de funcionamiento del diferencial, es decir, el tiempo que
transcurre entre el instante en que en el interruptor diferencial aparece de forma brusca la corriente
diferencial de funcionamiento y el instante de la extinción del arco en todos los polos. La normativa
española [UNE-EN 61008] y [UNE-EN 61009] proporciona los valores normalizados del tiempo de
funcionamiento de los interruptores diferenciales. Éstos son de 0,3, 0,15 y 0,04 s para valores de la
corriente de defecto comprendidos entre 1 y 2 veces I∆n, 2 y 5 veces I∆n y a partir de 5I∆n, respecti-
vamente. En el presente ejemplo al ser ID /I∆n = 10/0,3 = 33,3 > 5I∆n, el tiempo de funcionamiento
del diferencial ha de ser de 0,04 s como máximo.
La Figura 7.27 muestra las curvas de seguridad para tensiones alternas. Para una determinada
tensión Vseg (12, 24 ó 50 V), la curva de seguridad proporciona el tiempo máximo de actuación del
diferencial para un determinado valor de la tensión de contacto. Se comprueba que para un tiempo
de actuación de 0,04 s se obtiene una tensión de contacto (180 V) superior al valor real que se pre-
senta en la instalación (160 V), por lo que el diferencial es adecuado.
7.8. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de las instalaciones de puesta a tierra y de la pro-
tección de las personas. Se ilustran las técnicas de puesta a tierra y se analizan redes de tierra
de geometrías sencillas. Asimismo, se describen la protección de personas frente a contactos
directos e indirectos y el cálculo de tensiones de paso y de contacto, así como de corrientes en
circuitos eléctricos donde el cuerpo humano queda sometido a una diferencia de potencial.
Información adicional sobre el análisis de redes de tierra puede encontrarse en [Melio-
poulos, 1988]. Aspectos prácticos de la puesta a tierra están indicados en [Vijayaraghavan,
2004]. Una revisión de los aspectos fundamentales de teoría de campos incluyendo métodos de
cálculo numérico se trata en [García-Ochoa 2004]. El cálculo práctico de instalaciones eléctri-
cas de puesta a tierra según la normativa española puede consultarse en [Carmona, 2003]. Re-
comendaciones útiles sobre la puesta a tierra se encuentran en las guías del IEEE [IEEE Std.
80-2000], [IEEE Std. 81-1983] e [IEEE Std. 142-1991]. La normativa española al respecto se
recoge fundamentalmente en el Reglamento sobre Condiciones Técnicas y Garantías de Segu-
ridad en Centrales Eléctricas y Centros de Transformación, y sus Instrucciones Técnicas Com-
plementarias [RCE] y en el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, y sus Instrucciones
Complementarias [RBT].
en cada fase. Circula corriente a tierra debido al desequilibrio existente. La puesta a tierra de
protección sólo evacua corriente a tierra en el caso de presentarse una falta.
Cuestión 7.2. Se tiene una instalación constituida por un generador portátil, sin conexión a
tierra, y unos receptores cuyas masas se conectan a tierras diferentes. Indíquese el esquema de
conexión a tierra a que corresponde.
Solución: Es un ejemplo de esquema IT.
Cuestión 7.3. Indíquense los regímenes de neutro más adecuados en locales con riesgo im-
portante de incendio.
Solución: En los esquemas TT y TN la corriente de defecto es elevada (sobre todo en el TN)
y la potencia disipada en el punto de defecto es proporcional al cuadrado de la corriente. Es ne-
cesario limitar la energía disipada de manera casi inmediata. El riesgo de incendio con el esque-
ma IT de neutro aislado es muy pequeño para el primer defecto y muy importante (como TN)
si se produce un segundo defecto sin haberse corregido el primero. El riesgo de incendio se
minimiza al conectar las masas a tierra. Resumiendo, de mejor a peor: IT, TT, TN.
Cuestión 7.6. Considérense dos electrodos de tierra idénticos dispuestos en paralelo. ¿Bajo
qué condiciones es posible asegurar que la resistencia del conjunto es la mitad de la resistencia
de cualquiera de ellos por separado?
Solución: La configuración de los dos electrodos proporciona un mapa de potenciales en
el terreno. Si el espacio ocupado por cada electrodo coincide con una superficie equipotencial
de dicho mapa, la resistencia del conjunto es la mitad de la de cada uno de ellos por separado.
Nótese que dicha condición se cumple siempre que la distancia que separa ambos electrodos
sea muy superior a las dimensiones físicas de cada uno de ellos.
Instalaciones de puesta a tierra 279
Cuestión 7.7. En una red de puesta a tierra de geometría compleja indíquese un procedimien-
to para evaluar la resistencia de tierra.
Solución: La expresión (7.7) no es aplicable directamente. Un procedimiento consiste en
resolver (7.8) bien analíticamente, bien utilizando
métodos numéricos.
Obtenido el potencial
V
en cada punto del conductor se obtiene E a partir de (7.2) y J a partir de (7.5). Conocida J en
cada punto, se puede calcular su flujo a través de cualquier sección completa del conductor y
obtener I. Entonces es posible obtener Rt a partir de (7.1).
Cuestión 7.8. La Figura E7.1 muestra un sistema de transmisión de datos constituido por dos
equipos E1 y E2 y un cable C de comunicación que posee una pantalla metálica. Las carcasas
de los equipos E1 y E2 están conectadas a tierras diferentes (por ejemplo, por ubicarse cada
equipo en edificios diferentes). La pantalla metálica del cable de comunicación está en sus ex-
tremos izquierdo y derecho conectada a las carcasas de los equipos E1 y E2, respectivamente.
Se comprueba que existen múltiples errores en la transmisión de datos. Analícese la causa y
propónganse soluciones.
Solución: Si existe una diferencia de potencial entre ambas tierras, circula una corriente I,
según muestra la Figura E7.1. Dicha corriente I circula por la pantalla del conductor C de co-
municación, lo que proporciona señales espurias (ruido) y, por tanto, errores en la transmisión
de datos. Una solución sencilla consiste en conectar sólo un extremo de la pantalla metálica del
conductor C. Si, por ejemplo, la pantalla se mantiene conectada a la carcasa del equipo E1 y
se desconecta del equipo E2, la corriente I no puede circular. La pantalla sigue protegiendo de
interferencias electromagnéticas, pues continúa conectada a tierra a través de la carcasa del
equipo E1. Nótese que si el cable C se sustituye por un cable de fibra óptica no existirían in-
terferencias electromagnéticas ya que conduce energía de naturaleza óptica.
Cuestión 7.9. En una vivienda se ha producido un disparo del diferencial. No se puede eje-
cutar el rearme de éste pues sigue disparando. Indíquese una forma adecuada de actuación.
Solución: Si el diferencial salta de manera continua es debido a la existencia de una co-
rriente de defecto a tierra. Lo primero es desenchufar todos los aparatos con conexión a tierra.
En esta situación es esperable el rearme del diferencial. Posteriormente, se conectan los apara-
tos, uno a uno, hasta dar con aquél que posee el fallo de aislamiento y provoca el disparo del
diferencial.
Cuestión 7.10. En una sala de ordenadores se producen disparos intempestivos del diferen-
cial. Analice la situación y las medidas a tomar.
C
E1 E2
I
I I
Solución: Los ordenadores poseen fuentes conmutadas que inyectan a tierra una corriente
de fuga permanente (del orden de 1 a 1,5 mA). En el caso de un diferencial de 30 mA bastan
de 6 a 10 ordenadores funcionando simultáneamente para pre-sensibilizarlo. En esa situación
cualquier pico pequeño de tensión o corriente (por ejemplo, el encendido o apagado de un or-
denador) origina un disparo intempestivo del diferencial. Una solución consiste en disponer
varios interruptores diferenciales convencionales de tal manera que cada uno de ellos proteja
menos de 6 ordenadores. Otra solución menos económica es utilizar un interruptor diferencial
superinmunizado.
Cuestión 7.11. La Figura E7.2a) muestra un esquema TT unifilar donde se detallan dos interrup-
tores diferenciales A y B de sensibilidades I∆nA e I∆nB, dispuestos en cascada. Los diagramas de
actuación de ambos diferenciales se indican en la Figura E7.2b). Un fallo de aislamiento ocurre
en la carcasa metálica y se produce una corriente de defecto hacia tierra de valor eficaz ID. Ana-
lícese la actuación conjunta de ambos interruptores diferenciales y extráiganse conclusiones.
Solución: Nótese que ambos diferenciales están recorridos por la misma corriente de
defecto. Para garantizar una continuidad del suministro es necesario tener selectividad en-
tre ambos diferenciales. La corriente de defecto debe disparar sólo el diferencial B quedan-
do sin servicio la parte de la instalación que se encuentra aguas abajo de dicho diferencial. Si
0 < ID < I∆nB /2, no dispara ninguno de los interruptores (existe selectividad). Si I∆nB /2 < ID < I∆nB,
puede que dispare el interruptor diferencial B pero nunca el A (existe selectividad). Si I∆nB <
ID < I∆nA /2, se desconecta el interruptor diferencial B pero no el A (existe selectividad). Si
I∆nA /2 < ID < I∆nA, se desconecta el interruptor diferencial B y puede que también lo haga el A
(no existe selectividad). Si ID > I∆nA, la corriente de defecto ha sobrepasado la sensibilidad de
ambos interruptores diferenciales y ambos se desconectan (no existe selectividad).
Obsérvese que se trata de una selectividad amperimétrica o de corriente y no se consigue
una selectividad total. Es necesario retrasar el disparo del interruptor diferencial A frente al B
A I nA I I nA
nA
A
I nB I nB
B
B I nB
No actuación
Falta
Posible actuación
Actuación segura
ID
a) b)
(selectividad cronométrica). El tiempo de retardo debe ser superior al tiempo que tarda el inte-
rruptor diferencial B en completar su desconexión. En el momento que B se desconecte ya no
hay peligro de que A también lo haga, puesto que se ha eliminado la parte de la instalación con
el defecto.
Ejercicio 7.2. Se quiere calcular la resistencia de tierra de un electrodo y para ello se divide
el terreno circundante en elementos infinitesimales dispuestos en serie. La resistencia infinitesi-
mal de cada elemento se calcula utilizando (7.7). Posteriormente, se suman todas las contribu-
ciones de resistencias infinitesimales mediante una integral. Aplíquese dicho procedimiento
para calcular la resistencia de tierra del electrodo semiesférico del Ejemplo 7.5. Indíquese si se
trata de un procedimiento siempre válido.
Solución: Se divide el terreno en semiesferas concéntricas de espesor infinitesimal dr. Se-
gún (7.7), para una semiesfera de radio r, dRt = rdr/(2pr 2). Integrando entre b e • resulta
Rt = r/(2pb). El procedimiento sólo es válido si cada elemento infinitesimal constituye una
superficie equipotencial y, por tanto, la corriente atraviesa perpendicularmente cada uno de
ellos.
rI 1
dVP (x) = dy
2 p x + y2
2
rI + 2 + x 2
VP (x) = ln
2 p x
Ejercicio 7.4. Se consideran dos redes de tierra. La primera está constituida por un electrodo
semiesférico enterrado a ras de suelo. La segunda consiste en una pica hincada verticalmente
en el terreno. Ambos sistemas pueden localizarse en la Tabla 7.2 con la indicación de sus di-
282 Instalaciones eléctricas
mensiones. Indíquese el valor del radio del electrodo semiesférico que proporciona la misma
resistencia de tierra que la pica. Estúdiese el campo eléctrico en las proximidades de ambas
configuraciones y extráiganse conclusiones.
Solución: b = . E se obtiene a partir de (7.2): E = −∂V/∂x. En las proximidades
ln (2/a)
rI rI
del electrodo se tiene: E (x) = para la semiesfera y E (x) = para la pica. El campo
2 px 2
2 px
eléctrico es mucho más intenso en las proximidades de la pica que en las proximidades de la
semiesfera equivalente pero en aquélla se amortigua más rápidamente con la distancia.
Ejercicio 7.5. Considérese que en la Figura 7.20b) la distancia entre los dos electrodos inter-
nos es b en lugar de a. Todas las demás distancias se mantienen. Las longitudes de los electro-
dos son muy pequeñas comparadas con la distancia de separación entre ellos. Calcúlese la re-
sistividad del terreno si éste es homogéneo. Extráiganse conclusiones si b = a.
Solución: El potencial de un punto de la superficie que dista una distancia x desde el elec-
trodo de la izquierda se calcula como en el Ejemplo 7.6:
rI ⎛1 1 ⎞
V (x) = ⎜⎝ x − 2 a + b − x⎟⎠
2p
rI b a(a + b) V
La diferencia de potencial es: V = . De esta última se obtiene r = p ,
p a(a + b) b I
a(a + b)
donde r depende del factor geométrico . Si b = a, el factor geométrico se simplifica,
V b
resultando r = 2 pa .
I
Ejercicio 7.6. Demuéstrese que la inductancia que presenta una pica de longitud y radio a,
hincada verticalmente en el terreno, tiene por valor:
m0 ⎡ ⎛2⎞ ⎤
L= ⎢ln ⎜ ⎟ − 0,75⎥
2p ⎣ ⎝ a⎠ ⎦
m0 I ⎛ y y− ⎞
Bext ( x , y) = −
4 px ⎜⎝ x 2 + y2 2⎟
x + ( y − ) ⎠
2
Instalaciones de puesta a tierra 283
Cálculo de Lint: El campo magnético Bint (ley de Ampère) en un punto situado a distancia x
(x < a) del eje vertical de la pica considerando distribución de corriente uniforme es:
m0 x I
Bint (x) =
2 pa2
Por tanto:
m0 ⎛ 2 ⎞
L = Lext + Lint = ⎜⎝ln a − 0,75⎟⎠
2p
Si la onda de corriente evacuada es de frecuencia muy elevada, el flujo magnético (Fint) que
atraviesa el conductor puede despreciarse debido al efecto pelicular. Por tanto: L ≈ Lext.
INSTALACIONES
DE ILUMINACIÓN 8
Debido a la existencia de períodos más o menos largos durante los cuales hay ausencia total o
parcial de luz natural, es necesario el empleo de luz artificial para proporcionar la iluminación
necesaria en los lugares en los que se requiera.
El ojo humano está habituado a la luz natural, la cual proporciona altos niveles de ilumina-
ción. Lo ideal sería que la luz artificial fuera lo más parecida a la natural en cuanto a calidad y
cantidad. En cambio, desde el punto de vista económico y dada la gran capacidad de adaptación
del ojo humano, no es recomendable producir unos niveles de iluminación tan altos como los
de la luz natural.
Este capítulo se divide en cuatro partes. En la primera de ellas se describen los conceptos
básicos de la luminotecnia, de gran utilidad a la hora de diseñar instalaciones de alumbrado.
En la segunda parte, se realiza una descripción detallada de los distintos tipos de lámparas que
existen en el mercado y que se emplean para producir luz artificial. También se explican los
tipos de luminarias empleados en las instalaciones de alumbrado. Finalmente, las dos últimas
partes del capítulo presentan los procedimientos de cálculo utilizados en las instalaciones de
alumbrado de interiores y de exteriores.
La longitud de onda es la distancia que existe entre dos puntos consecutivos cuyo estado
de movimiento es idéntico, es decir, en un ciclo completo. Esta magnitud se representa con l.
En luminotecnia, la unidad de medida comúnmente utilizada de la longitud de onda es el na-
nómetro (1 nm = 10−9 m). La longitud de onda es una característica importante a la hora de
clasificar el espectro electromagnético, como se explica en el Apartado 8.1.3.
En toda onda electromagnética se cumple que la longitud de onda es igual al cociente entre
su velocidad de propagación v y su frecuencia f:
v
l= (8.1)
f
La velocidad de propagación depende del medio en el que se propague la onda. En cambio,
la velocidad de propagación de cualquier onda electromagnética en el vacío es una constante
cuyo valor es 299.792.458 m/s y que se conoce como velocidad de la luz en el vacío, denotada
por c.
Nótese, que la longitud de onda no es una característica constante de las ondas electromag-
néticas debido a que la velocidad de propagación de una onda depende del medio a través del
cual se propaga. En cambio, la frecuencia sí es una característica constante y es independiente
del medio en el que la onda se propaga.
Longitud de onda
10 -7 nm
Rayos
cósmicos
10 -5 nm Longitud de onda
Rayos
gamma 380 nm
10 -3 nm Violeta
400 nm
Rayos X Azul
480 nm
10 nm Verde
560 nm
Ultravioleta
Amarillo
380 nm 580 nm
Luz visible
780 nm Naranja
620 nm
Infrarrojo
Rojo
6
10 nm 780 nm
Ondas de
radio
10 13 nm
ra 8.2, donde el ángulo de incidencia a es distinto al ángulo del rayo refractado b. Al refractar-
se, la luz mantiene su frecuencia pero al cambiar de medio de propagación cambia su velocidad
de propagación y, en consecuencia, cambia la longitud de onda según (8.1). Un ejemplo de
refracción de la luz son los espejismos que se producen cuando la luz se refracta al incidir so-
bre la capa de aire que está sobre una superficie caliente.
Cuando la luz incide sobre una superficie, parte de la onda es absorbida por la superficie
produciendo una sensación de color. Por ejemplo, si un rayo de luz incide sobre una superficie y
Rayo Rayo
incidente reflejado
Rayo
refractado
ésta absorbe todas las longitudes de onda del rayo excepto las correspondientes al color azul,
las cuales son reflejadas, entonces la superficie se verá de color azul.
A = 1 m2
r=
1
m
O
I
L= (8.4)
A cos a
f
E = (8.5)
A
Instalaciones de iluminación 291
Dirección de
observación
A Superficie aparente
co
s iluminada
Superficie real
iluminada
Fuente
I = 8 cd E = 2 lx
E = 8 lx
d=1m
d=2m
donde d es la distancia entre la fuente y la superficie iluminada. Esta ecuación sólo es válida si
la dirección de la radiación luminosa es perpendicular a la superficie iluminada.
Cuando la superficie iluminada no es perpendicular a la radiación luminosa, el nivel de
iluminación se obtiene multiplicando (8.6) por el coseno del ángulo a que forman la normal de
la superficie y la dirección del rayo de luz (Figura 8.6). Esta nueva expresión se conoce con el
nombre de ley del coseno:
I
E = cos a (8.7)
d2
La Figura 8.7 muestra una fuente luminosa situada a una altura de 5 m. La intensidad luminosa, en
un punto P que forma 30º con la vertical, es 80 cd. Se calcula el nivel de iluminación en el pun-
to P.
Fuente
= 30º
d
h=5m
h 5
d = = = 5,77 m
cos α cos 30
I 80
E = cos α = cos 30 = 2,08 lx
d2 5,772
8.1.7. Color
El color es una sensación producida por la luz visible que se percibe a través de los órganos de
visión. Cuando un cuerpo se ilumina, absorbe y refracta parte de las ondas electromagnéticas
que le llegan y refleja las restantes. El ojo interpreta como colores estas ondas reflejadas depen-
diendo de sus longitudes de ondas. En la Figura 8.1 se observa cómo varía el color de las ondas
electromagnéticas dependiendo de la longitud de onda.
El color negro es la ausencia de luz visible mientras que el color blanco puede descomponer-
se en todos los colores y, por tanto, los contiene, hecho que fue descubierto por Newton cuando
hizo pasar un rayo de luz blanca a través de un prisma y obtuvo los colores del arco iris.
A partir de dos rayos luminosos de distintas longitudes de onda, por tanto, de distintos co-
lores, se puede obtener un rayo de una longitud de onda diferente, o color diferente. Es decir,
se obtiene una mezcla de color. En iluminación, existe un conjunto de tres colores denominados
colores primarios, que son el rojo, el amarillo y el azul. La mezcla de estos colores primarios
da lugar al resto de colores. Existen diversas formas de mezclas, siendo las más importantes las
mezclas aditivas, que se obtienen sumando varios rayos de luz de colores, y las sustractivas,
que se consiguen aplicando filtros de colores a la luz blanca.
Las ondas luminosas que se perciben como color tienen una serie de propiedades que afec-
tan a la percepción final del color. Entre estas propiedades cabe destacar:
1. Tono o matiz. Es el color en sí mismo, la longitud de onda dominante de la onda lumi-
nosa, por ejemplo, el rojo, el amarillo, el violeta. El espectro visible abarca desde el
rojo al violeta.
2. Saturación. Es la pureza de un color y depende de la cantidad de blanco presente en la
mezcla. Cuanto mayor es la saturación de la onda luminosa, mayor es la pureza del
color y, por tanto, menor es la cantidad de blanco de la mezcla.
3. Brillo. Es la cantidad de luz que emite una fuente luminosa o una onda reflejada en una
superficie. Si la cantidad de luz es alta, el color se aprecia más vibrante e intenso y una
disminución en la cantidad de luz provoca que el color se apague hacia el negro.
inicialmente, adquiere un tono rojizo para ir pasando al naranja, amarillo, blanco y finalmente
azul, conforme aumenta su temperatura.
Se define la temperatura de color de una fuente luminosa como la temperatura a la cual el
cuerpo negro emite una radiación del mismo color que el de la fuente. La temperatura de color
se mide en grados Kelvin (K). Por ejemplo, el color de la luz del mediodía corresponde al de
un cuerpo negro calentado a 5.500 K.
La temperatura de color sólo se puede definir para aquellas fuentes de luz que tengan un
color similar al del cuerpo negro, por ejemplo, la luz de las lámparas incandescentes. El color
de algunas lámparas de descarga, como son las lámparas de vapor de sodio a baja presión, no
coincide con el color del cuerpo negro a ninguna temperatura, por lo que sólo puede darse una
temperatura de color aproximada.
Córnea Fóvea
Iris
Cristalino
Nervio óptico
Retina
finalmente, el punto ciego, que es el punto de unión de la retina y el nervio óptico, y carece de
células sensibles a la luz.
La percepción de la luz por el ojo humano se explica a continuación. La luz penetra en el
globo ocular a través de la córnea y se refracta y dirige a la retina. Las células receptoras de
la retina, los conos y los bastones, provocan unos impulsos que son conducidos por el nervio
óptico hasta la corteza cerebral, donde son interpretados, dando lugar a la percepción de imá-
genes.
Los bastones son más sensibles a la luz que los conos por lo que son los responsables de la
visión nocturna. Además, los bastones responden bien a la luz que llega desde cualquier direc-
ción mientras que los conos responden mejor a la luz directa. Los conos son los responsables
de la visión diurna y de la percepción de los colores, siendo más difíciles de estimular y per-
maneciendo menos tiempo excitados que los bastones. Por tanto, las zonas en las que existen
conos permiten al ojo distinguir los pequeños detalles, mientras que en las zonas en las que se
encuentran los bastones la agudeza visual es menor pero existe una gran sensibilidad a la luz.
Por tanto, si se observa un espacio escasamente iluminado, los conos no actúan, por lo que
no se pueden distinguir colores ni detalles. En cambio, los bastones captan con una gran sen-
sibilidad la cantidad de luz que haya y el movimiento de los objetos. Si el nivel de iluminación
es elevado, los objetos se ven con gran detalle, distinguiendo adecuadamente sus colores, gra-
cias a los conos. Pero en este caso, debe evitarse que la luz produzca deslumbramientos a través
de los bastones.
A
A 180º 150º
90 cd
120º
60 cd
90º
30 cd
60 cd
60º
90 cd
120 cd
150 cd
180 cd
210 cd
30º
240 cd
270 cd
0º
A’ A’
a) b)
yectan sobre un plano perpendicular al eje de la luminaria y se unen las de igual intensi-
dad luminosa se obtienen las curvas isocandelas. Considerando que y y g son dos ángu-
los que identifican cada punto en el espacio con el correspondiente punto de las curvas,
como se muestra en la Figura 8.10a), se representan las curvas isocandelas de una lumi-
naria de alumbrado público en la Figura 8.10b). A cada curva le corresponde un valor
de intensidad que se expresa en tanto por ciento respecto a la intensidad máxima.
3. Curvas isolux. Estas curvas representan información referente a la iluminancia. Se ob-
tienen uniendo los puntos del plano de trabajo que tienen el mismo valor de iluminancia
(Figura 8.11).
Los valores de iluminancia de las curvas isolux representadas en la Figura 8.11 es-
tán en valores absolutos para una luminaria de alumbrado público de 1.000 lm y a una
altura de montaje de 1 m. En la Figura 8.11, la luminaria se encuentra situada en el
Luminaria
Lado acera
Lado calzada
a)
270º 280º 290º 300º 310º 320º 330º 340º 350º 0º 10º 20º 30º 40º 50º 60º 70º 80º 90º
40
70º 70º
60
50 80 90
70
100
60º 60º
50º 50º
40º 40º
30º 30º
Lado acera 20º 20º Lado calzada
10º 10º
0º
b)
1h
10
Lado acera 130
0h
Lado calzada 100
160 40
70
1h
2h
3h
0h 1h 2h 3h 4h 5h 6h
freal −3
Ereal = Ecurva 10 (8.8)
h2
donde freal es el flujo luminoso real de la lámpara y h es la altura de montaje.
Filamento
Ampolla
Gas de relleno
Casquillo
Borne
Borne
1. El color de la luz que emite una lámpara de incandescencia depende de la clase de am-
polla. Para ampollas transparentes la luz emitida es de color amarillento, con tempera-
turas de color en torno a 3.000 K y un alto índice de reproducción cromática.
2. El flujo luminoso de este tipo de lámparas es muy pequeño y, además, no es constante
a lo largo de su vida útil. Esto se debe al fenómeno de evaporación que sufre el tungs-
teno, que produce un adelgazamiento del filamento y un ennegrecimiento de la pared
interna de la ampolla. A este fenómeno se le conoce como depreciación luminosa.
3. El rendimiento luminoso de estas lámparas es muy pequeño, de 8 a 20 lm/W, debido a
que gran parte de la potencia eléctrica absorbida por la lámpara se pierde en forma de
radiaciones no visibles.
4. La vida útil de las lámparas depende de la temperatura del filamento, de modo que
cuanto mayor es la temperatura, mayor es la velocidad de evaporación del filamento y
menor es la vida de la lámpara. La vida media de las lámparas incandescentes normales
es de unas 1.000 horas.
Es importante saber que no sólo la duración sino también el rendimiento de las lámparas
incandescentes depende de la temperatura del filamento. Así, a mayor temperatura, mayor ren-
dimiento pero menor duración.
El factor que tiene una mayor influencia en el funcionamiento de las lámparas incandescen-
tes es la tensión de alimentación de la lámpara. Cuando se aplica a la lámpara una tensión su-
perior a su tensión nominal se produce un aumento en la potencia consumida por la lámpara y
en el flujo luminoso emitido por ésta; pero también se provoca una disminución en la vida útil
de la lámpara. Si se alimenta la lámpara con una tensión inferior a la nominal se produce el
efecto contrario, disminuyendo el flujo luminoso de la lámpara y aumentando su vida útil.
Principalmente, las lámparas incandescentes se pueden clasificar en:
La descripción hecha hasta ahora de las lámparas incandescentes se corresponde con las
lámparas incandescentes normales. Las lámparas de halógenos suponen una importante mejora
sobre las lámparas de incandescencia normales. En estas lámparas se introduce un halógeno,
normalmente yodo, dentro de la ampolla. El yodo reacciona con el tungsteno evaporado for-
mando un compuesto que sólo se descompone en las partes más calientes del filamento, rege-
Instalaciones de iluminación 301
Sustancias Tubo de
Casquillo fluorescentes Gas de relleno
descarga
Electrodos
ga de electrones. El tubo está cerrado por cada extremo con un casquillo en el que se aloja un
electrodo. Los electrodos, encargados de producir la descarga eléctrica en el tubo, están fabri-
cados de tungsteno y están recubiertos de un material que facilita la emisión de electrones. Los
electrodos se conectan a la red eléctrica a través del casquillo. La cara interna del tubo está
impregnada de sustancias fluorescentes. Dependiendo de las sustancias fluorescentes empleadas
se obtienen diferentes colores de luz. En la Figura 8.13 se aprecian los elementos de que cons-
ta una lámpara fluorescente.
Las lámparas fluorescentes también disponen de tres elementos auxiliares: un cebador, una
reactancia y un condensador. Su utilidad se explica más adelante.
A grandes rasgos, el funcionamiento de una lámpara fluorescente consiste en el paso de una
corriente eléctrica por los filamentos de cada uno de los electrodos que se encuentran dentro
del tubo de descarga. Estos filamentos se calientan y desprenden electrones que ionizan el gas
inerte formando un plasma que conduce la electricidad a lo largo del tubo de descarga y que
evapora el mercurio contenido en el interior del tubo. La corriente eléctrica que circula por el
plasma excita los átomos de mercurio y éstos emiten radiación electromagnética en la zona del
espectro visible y fundamentalmente ultravioleta. Los materiales fluorescentes que revisten el
interior del tubo de descarga convierten la radiación ultravioleta en radiación visible mediante
el fenómeno de la fluorescencia.
Esta explicación ilustra el principio de funcionamiento de las lámparas fluorescentes; sin
embargo, el funcionamiento de estas lámparas es más complejo e incluye los tres elementos
auxiliares mencionados anteriormente. La Figura 8.14 representa el circuito de una lámpara
fluorescente con sus elementos auxiliares.
Las lámparas fluorescentes presentan una resistencia al paso de la corriente eléctrica que
disminuye a medida que ésta aumenta, lo que, si no se evita, provoca un aumento continuo de
esta corriente hasta la rotura de la lámpara. La reactancia, también denominada balasto, es un
dispositivo formado por una bobina y un núcleo magnético que suministra una corriente de
arranque suficiente para el encendido de la lámpara y limita la corriente que atraviesa la misma
para evitar un exceso de electrones circulando por el gas que terminaría por romper la lámpara.
La función del condensador conectado a la entrada del circuito en paralelo con la lámpara es
compensar el factor de potencia de la lámpara, el cual es pequeño debido a la reactancia.
El cebador es un dispositivo cuya función es iniciar la descarga en el tubo de la lámpara
fluorescente. Este dispositivo está formado por una pequeña ampolla rellena de gas neón en
Instalaciones de iluminación 303
Condensador
Tubo fluorescente
Red
Reactancia
Ampolla
del cebador
Bimetal
Condensador
Cebador
del cebador
cuyo interior se ubican dos electrodos con un bimetal conectado a uno de ellos. Fuera de la
ampolla se encuentra un pequeño condensador en paralelo con la ampolla. Al conectar la lám-
para a la red, la tensión de la red se aplica sobre los electrodos del cebador. Al estar muy próxi-
mos, a través del gas neón se produce un pequeño arco que aumenta la temperatura del bimetal
provocando su dilatación. Al dilatarse el bimetal, éste se pone en contacto con el electrodo al
que no estaba unido, cerrando el circuito y permitiendo el paso de la corriente eléctrica a través
de él. Al desaparecer el arco, disminuye la temperatura del interior de la ampolla del cebador
y el bimetal vuelve a su posición inicial. El circuito se abre bruscamente, con lo que la reac-
tancia produce una sobretensión en los electrodos del tubo que inicia la descarga en el mismo.
Una vez iniciada la descarga, la tensión que existe en bornes de la lámpara disminuye hasta un
valor que es suficiente para mantener el arco en el interior del tubo de descarga, pero insufi-
ciente para crear de nuevo un arco entre los electrodos del cebador.
Existen también otros tipos de lámparas fluorescentes que no necesitan el cebador para
encender la lámpara, como son las de arranque rápido y las de arranque instantáneo. Reciente-
mente se está extendiendo el uso de unas lámparas fluorescentes compactas, conocidas como
lámparas económicas o de ahorro, que llevan integrados la reactancia y el cebador. Estas lám-
paras tienen un tamaño similar al de las lámparas incandescentes pero consiguen un ahorro
energético cercano al 70 % respecto a las lámparas incandescentes.
Las lámparas fluorescentes tienen una gran superficie que despide luz, de modo que produ-
cen una luz difusa con poco brillo. Las características de una lámpara fluorescente se enumeran
a continuación:
1. El color de la luz que emiten las lámparas fluorescentes depende de la sustancia fluo-
rescente que cubre el interior del tubo de descarga. Existen en el mercado lámparas
fluorescentes que abarcan una amplia gama de tonalidades de luz, desde blancos más
cálidos hasta blancos más fríos. Incluso se fabrican lámparas fluorescentes que emiten
luz verde, roja o amarilla. Los colores más comunes son el blanco cálido, el blanco
304 Instalaciones eléctricas
neutro y el blanco de luz diurna con temperaturas de color menor que 3.000 K, en tor-
no a 4.000 K y mayor que 5.000 K, respectivamente, y con índices de reproducción
cromática que varían desde moderado a excelente.
2. El flujo luminoso que emite una lámpara fluorescente es bastante mayor, hasta ocho
veces, que el que emite una lámpara incandescente de la misma potencia nominal. Al
igual que en las lámparas incandescentes, se debe considerar la depreciación luminosa
que provoca una disminución del flujo luminoso debida a la pérdida de eficacia de las
sustancias fluorescentes y al ennegrecimiento de las paredes del tubo de descarga. Esta
depreciación luminosa puede llegar a producir cierto parpadeo de la luz al final de la
vida útil de la lámpara.
3. Parte de la energía consumida por una lámpara fluorescente se pierde en forma de
calor, una pequeña parte se pierde en forma de radiación ultravioleta y el resto se
convierte en luz visible. El porcentaje de energía consumida que se convierte en luz
visible es mucho mayor que el obtenido en las lámparas de incandescencia. Por tan-
to, el rendimiento luminoso de las lámparas fluorescentes es elevado y varía entre 40
y 90 lm/W.
4. La vida útil de la lámpara acaba cuando las sustancias fluorescentes pierden sus propie-
dades o cuando el filamento de los electrodos se rompe como consecuencia de la eva-
poración de la sustancia que lo forma, hecho que se acentúa en el encendido de la
lámpara. Por tanto, la duración de estas lámparas está condicionada por el número de
veces que se encienden, estando en torno a 7.000 horas, si se tiene en cuenta la depre-
ciación luminosa. Esto es, la lámpara seguiría funcionando después de 7.000 horas pero
con un flujo luminoso sensiblemente más bajo.
5. Las lámparas fluorescentes no emiten una luz continua sino que producen un parpadeo
que depende de la frecuencia de la tensión de alimentación. Esto no se aprecia a simple
vista, pero en los casos en los que se ilumine un objeto girando a cierta velocidad pue-
de dar la sensación de que esté parado. A este fenómeno se le conoce con el nombre de
efecto estroboscópico y se puede evitar instalando varias lámparas que emitan flujos
luminosos desfasados entre sí.
En resumen, las lámparas fluorescentes tienen pérdidas de calor pequeñas, una eficiencia
elevada y una larga duración, pero son más caras que las lámparas de incandescencia y requie-
ren un equipo complementario como es el cebador, la reactancia y el condensador. Además, la
duración de dichas lámparas se acorta con el encendido y apagado, por lo que no es aconseja-
ble utilizarlas para servicios intermitentes.
El funcionamiento de las lámparas fluorescentes puede verse afectado por diversos factores
externos tales como la temperatura ambiente y la tensión de alimentación. La temperatura tiene
una gran influencia en la producción de radiación ultravioleta. El mayor flujo luminoso se ob-
tiene para temperaturas entre 38 y 50 ºC. Una disminución en la tensión de alimentación pro-
voca que la duración y el rendimiento luminoso de la lámpara disminuyan. La tensión no pue-
de disminuir mucho puesto que si es demasiado baja no se puede mantener el arco en el tubo
de descarga, provocando problemas de encendido de la lámpara. En cambio, un aumento de la
tensión de alimentación provoca un aumento de la corriente y acelera el proceso de deterioro
de los electrodos, acortando la vida útil de la lámpara.
Las buenas características de las lámparas fluorescentes hacen que éstas se utilicen para una
amplia variedad de aplicaciones, especialmente en alumbrado interior. Se emplean en alumbra-
Instalaciones de iluminación 305
Al igual que las lámparas fluorescentes, la lámpara de vapor de mercurio lleva una reactan-
cia en serie con la lámpara, que facilita el encendido y limita la corriente del arco, y un con-
densador en paralelo para aumentar el factor de potencia de la lámpara.
Cuando se conecta la lámpara a la red se produce una diferencia de potencial entre el elec-
trodo auxiliar y el principal en cada extremo del tubo de descarga, que genera un arco entre
estos electrodos. Este arco ioniza el argón haciéndolo conductor y estableciendo un pequeño
arco entre los dos electrodos principales. El arco generado a lo largo del tubo de descarga au-
menta progresivamente la temperatura del mercurio, evaporándolo y, por tanto, aumentando la
conductividad en el interior del tubo de descarga. A medida que aumenta la temperatura en el
interior del tubo de descarga, aumenta la presión del vapor de mercurio, lo que produce un
aumento progresivo del flujo luminoso y un cambio de color de la luz emitida que pasa del
violeta al blanco azulado. Los valores máximos de flujo luminoso se alcanzan al cabo de tres
o cuatro minutos después del encendido. Nótese que los valores de tensión proporcionados por
la red de alimentación son suficientes para provocar el encendido de la lámpara. Si una vez
encendida la lámpara ésta se apaga, no podrá volver a encenderse hasta pasados de dos a cuatro
minutos cuando el mercurio se condense, pues la alta presión del mercurio hace que se requie-
ra una tensión para el encendido más alta que la disponible.
Existen tres tipos de lámparas de vapor de mercurio a alta presión que se diferencian en el
procedimiento empleado para corregir el color azulado, propio de estas lámparas.
1. Lámparas de color corregido. Para mejorar el color azulado de la luz emitida por la
lámpara de vapor de mercurio se añaden unas sustancias fluorescentes en la cara interior
de la ampolla de modo que conviertan la parte de radiación ultravioleta en radiación del
espectro visible rojo.
2. Lámparas de luz mezcla. Corrigen el color azulado de la lámpara de vapor de mercurio
combinando ésta con una lámpara incandescente. En las lámparas de luz mezcla se
añade un filamento de tungsteno en serie con el tubo de descarga dentro de la ampolla
exterior de la lámpara. Este filamento no sólo emite una luz blanca-amarilla sino que
realiza la función de una resistencia limitando la corriente que circula por la lámpara.
Por tanto, en las lámparas de luz mezcla no es necesaria la reactancia. Habitualmente,
las lámparas de luz mezcla también tienen un recubrimiento de sustancias fluorescentes
en la cara interior de la ampolla.
3. Lámparas de halogenuros metálicos. Se incluyen en el tubo de descarga algunos meta-
les en forma de yoduros (sodio, indio, talio) que mejoran el color de la lámpara de
vapor de mercurio produciendo una luz agradable. Este tipo de lámparas emite una
cantidad muy pequeña de radiación ultravioleta por lo que no es necesario el recubri-
miento fluorescente de la ampolla. La adición de halogenuros en el interior del tubo
hace necesaria una tensión de encendido más elevada que la proporcionada por la red
de alimentación, por lo que es necesario disponer de un equipo auxiliar de encendido,
es decir, un cebador.
1. El color de la luz que emiten las lámparas de vapor de mercurio de color corregido de-
pende del recubrimiento fluorescente que lleven. La temperatura de color está compren-
dida entre 3.000 y 4.500 K y el índice de reproducción cromática es bajo, del orden de
40. El color de las lámparas de luz mezcla es la combinación de las radiaciones emitidas
Instalaciones de iluminación 307
Los factores que afectan al funcionamiento de las lámparas de vapor de mercurio son fun-
damentalmente el número de encendidos y la tensión de alimentación. Al igual que en las lám-
paras fluorescentes, al encender la lámpara se acentúa la evaporación de los electrodos, por lo
que se acorta su vida útil. La influencia de la tensión de alimentación en la lámpara de vapor
de mercurio es la misma que en las lámparas fluorescentes. Esto es, una disminución de la ten-
sión de alimentación provoca una disminución de la corriente y el rendimiento luminoso de la
lámpara. Por el contrario, un aumento de la tensión de alimentación provoca un aumento de
la corriente y en consecuencia una disminución de la vida útil de la lámpara.
Las lámparas de vapor de mercurio son de elevada potencia, lo que limita su uso a la ilu-
minación de grandes áreas tanto de interiores (en industrias, pabellones deportivos, etc.) como
de exteriores (para alumbrado de fachadas, calles, etc.). Las lámparas de vapor de mercurio de
color corregido se emplean en el alumbrado de interiores, en industrias y grandes almacenes,
y de exteriores, en lugares donde se realicen tareas de poca precisión en las que no haya nece-
sidad de distinguir colores. Se suelen situar a elevada altura debido a su gran potencia. Debido
a que las lámparas de luz mezcla no necesitan elementos auxiliares de encendido ni de control
de corriente, son muy adecuadas para sustituir lámparas incandescentes en instalaciones de
potencia elevada donde se pretende mejorar la iluminación y obtener un ahorro energético. Las
excelentes prestaciones cromáticas de las lámparas de halogenuros metálicos las hacen adecua-
das para la iluminación interior, en instalaciones deportivas, estudios de cine, proyectores, etc.,
y para la iluminación exterior.
308 Instalaciones eléctricas
de movimiento. El hecho de que la luz producida sea monocromática hace que el índi-
ce de reproducción cromática sea muy bajo, casi nulo, y la reproducción de colores sea
muy mala. La luz emitida por este tipo de lámparas carece de temperatura de color,
puesto que no se corresponde con el color del cuerpo negro a ninguna temperatura.
2. El rendimiento luminoso de estas lámparas es muy elevado, en torno a 190 lm/W.
3. La duración de estas lámparas es también muy elevada, del orden de 15.000 horas, pero,
debido a la depreciación del flujo luminoso, se recomienda cambiarlas tras 8.000 horas
de funcionamiento.
Debido a su gran eficacia y a sus ventajas visuales, este tipo de lámparas es adecuado para
el alumbrado público, por ejemplo en autopistas, cruces de carreteras, túneles, etc. Estas lám-
paras también se utilizan para el alumbrado de grandes espacios como puertos, muelles de
carga y descarga, aeropuertos, y para el alumbrado de monumentos.
8.2.6. Luminarias
Las luminarias son aparatos que distribuyen, filtran o transforman la luz emitida por una o va-
rias lámparas. Además, sirven de soporte, protección y conexión a la red de alimentación de
las lámparas. Las luminarias distribuyen adecuadamente el flujo luminoso emitido por la lám-
para y lo dirigen hacia determinadas direcciones, atenuando el deslumbramiento que pueden
causar las lámparas de elevadas potencias. De modo general, las luminarias constan de los si-
guientes elementos:
1. Armadura o carcasa. Es el elemento que sirve de soporte e incluye todos los compo-
nentes de la lámpara y la luminaria.
2. Equipo eléctrico. Incluye los elementos auxiliares necesarios para el encendido y el
funcionamiento de la lámpara. El equipo eléctrico de la luminaria depende del tipo de
Instalaciones de iluminación 311
Las luminarias deben poseer ciertas características ópticas, mecánicas, eléctricas y estéticas
que se resumen en la Tabla 8.1.
Dependiendo de las características de las luminarias se pueden establecer distintas clasifi-
caciones, entre las que destacan las clasificaciones según la distribución del flujo luminoso y
según el ángulo de apertura del haz luminoso.
1. Clasificación según la distribución del flujo luminoso. En función del flujo luminoso
total distribuido por debajo y por encima del plano horizontal que pasa por la luminaria
se distinguen:
a) Luminaria directa. Emite del 90 al 100 % del flujo luminoso al plano de trabajo.
b) Luminaria semi-directa. Emite del 60 al 90 % del flujo luminoso hacia el plano de
trabajo.
c) Luminaria general-difusa o directa-indirecta. Del 40 al 60 % del flujo luminoso se
dirige hacia el plano de trabajo.
d) Luminaria semi-indirecta. Proyecta del 60 al 90 % del flujo luminoso hacia el techo
por encima de la luminaria, por lo que sólo del 40 al 10 % se dirige a la zona de
trabajo.
e) Luminaria indirecta. Del 90 al 100 % del flujo luminoso se emite hacia el techo.
Las luminarias también se pueden clasificar en luminarias de distribución simétrica
o asimétrica dependiendo de si el flujo luminoso se reparte de forma simétrica respecto
a un eje de simetría de la luminaria o no.
2. Clasificación según el ángulo de apertura del haz luminoso. Esta clasificación sólo se
utiliza para las luminarias directas de distribución simétrica. El ángulo de apertura se
corresponde con el ángulo, medido desde la vertical de la luminaria, bajo el que se en-
cuentra el 50 % del flujo luminoso total emitido por la luminaria. Se distinguen los si-
guientes tipos de luminarias:
a) Luminaria intensiva. El ángulo de apertura varía entre 0 y 30º.
b) Luminaria semi-intensiva. El ángulo de apertura varía entre 30 y 40º.
c) Luminaria dispersora. El ángulo de apertura varía entre 40 y 50º.
d) Luminaria semi-extensiva. El ángulo de apertura varía entre 50 y 60º.
e) Luminaria extensiva. El ángulo de apertura varía entre 60 y 70º.
f) Luminaria hiper-extensiva. El ángulo de apertura varía entre 70 y 90º.
En la Figura 8.18 se representan estos seis tipos de luminarias.
Las luminarias intensivas son más adecuadas para locales altos y las extensivas para locales
con poca altura.
30º 40º
a) Intensiva b) Semi-intensiva
50º 60º
c) Dispersora d) Semi-extensiva
70º 90º
e) Extensiva f) Hiper-extensiva
1. Alumbrado general. Proporciona una iluminación uniforme sobre toda la zona que se
ilumina. Esta clase de alumbrado se obtiene situando de manera uniforme las luminarias
por todo el local. Este alumbrado se utiliza en las oficinas, las aulas, los grandes alma-
cenes, etc.
2. Alumbrado general localizado. Las luminarias se sitúan de modo que, además de pro-
porcionar un nivel general de iluminación uniforme en el recinto, permitan aumentar el
nivel de iluminación de las zonas que lo requieran en función de la actividad que se
desempeñe. Esta clase de alumbrado se consigue concentrando las luminarias en las
zonas de trabajo y se emplea en talleres, bibliotecas, etc.
3. Alumbrado localizado. Consiste en colocar luminarias para iluminar de manera directa
los puestos de trabajo, aparte de la iluminación general que tenga el recinto. Algunos
ejemplos son la iluminación de maquinarias, de cadenas de montaje, etc.
En función de la distribución del flujo luminoso emitido por las luminarias de la instalación
se distinguen varios tipos de iluminación de interiores. La iluminación puede ser directa, semi-
directa, general-difusa, semi-indirecta e indirecta. Como se ha explicado en el Apartado 8.2.6,
el porcentaje del flujo luminoso emitido por las luminarias que se dirige al plano de trabajo es
distinto en cada uno de estos cinco tipos de alumbrado. Nótese, que cuanto mayor es el por-
centaje de flujo luminoso dirigido hacia el techo, menor es el riesgo de que el alumbrado pro-
duzca deslumbramiento. En cambio, el rendimiento luminoso es menor puesto que se pierde
una mayor cantidad de energía por absorción en las paredes y techos.
Los niveles de iluminación de una instalación de alumbrado dependen del tipo de activida-
des a desarrollar. La correcta elección del nivel de iluminación es fundamental para obtener una
buena visión en el recinto. En la Tabla 8.2 se presentan algunos ejemplos de niveles de ilu-
minación recomendados en función del tipo de actividades llevadas a cabo en el recinto [UNE
12464.1].
314 Instalaciones eléctricas
8.3.2. Deslumbramiento
El método de los lúmenes [Fraile, 1996] se emplea para calcular la iluminancia media de un
local, independientemente de la uniformidad de ésta. Antes de describir el proceso de cálculo
de este método se definen una serie de coeficientes (el índice del local, el coeficiente de re-
flexión y los factores de utilización y mantenimiento), de suma importancia a la hora de realizar
un proyecto de alumbrado interior.
Según la técnica europea, el índice del local es un factor que relaciona las dimensiones del
local con la altura de montaje de las luminarias respecto al plano de trabajo. El cálculo de este
índice depende del tipo de alumbrado. Para una instalación de iluminación directa, semi-direc-
ta o general-difusa el índice del local se define mediante:
ab
K = (8.9)
h(a + b)
donde K es el índice del local, a es la anchura del local, b es la longitud del local y h es la al-
tura de las luminarias respecto al plano de trabajo.
Instalaciones de iluminación 315
Claro 0,7
Techo Medio 0,5
Oscuro 0,3
Claro 0,5
Paredes Medio 0,3
Oscuro 0,1
Claro 0,3
Suelo
Oscuro 0,1
316 Instalaciones eléctricas
Tabla 8.4. Factor de utilización con luminaria para tubos fluorescentes. Alumbrado directo
Ref exión paredes 0,5 0,3 0,1 0,5 0,3 0,1 0,5 0,3 0,1
0,6 0,27 0,21 0,17 0,27 0,21 0,17 0,22 0,20 0,17
0,8 0,35 0,30 0,24 0,35 0,30 0,24 0,34 0,28 0,24
1 0,43 0,36 0,30 0,41 0,35 0,31 0,40 0,34 0,30
1,25 0,49 0,42 0,37 0,49 0,42 0,36 0,46 0,40 0,36
1,5 0,55 0,47 0,42 0,53 0,47 0,41 0,50 0,44 0,40
2 0,62 0,55 0,50 0,60 0,53 0,49 0,57 0,52 0,47
2,5 0,67 0,61 0,56 0,66 0,60 0,55 0,62 0,57 0,52
3 0,71 0,65 0,60 0,70 0,63 0,59 0,65 0,61 0,56
4 0,76 0,71 0,66 0,74 0,69 0,65 0,69 0,65 0,62
5 0,81 0,76 0,71 0,78 0,74 0,70 0,73 0,69 0,67
3. Se determina el tipo de lámpara y luminaria así como el tipo de alumbrado que más
se adecuen a las tareas a desarrollar.
4. Dependiendo del tipo de alumbrado seleccionado, se determina la altura de las lumi-
narias.
5. Se calcula el índice del local dependiendo del tipo de alumbrado.
6. Se establecen los coeficientes de reflexión de techo, paredes y suelo.
7. Teniendo en cuenta el tipo de luminaria elegida, el índice del local y los coeficientes
de reflexión se obtiene el valor del factor de utilización.
8. Se establece el factor de mantenimiento.
9. Se calcula el flujo luminoso total que debe instalarse mediante:
Em ab
fT = (8.11)
Fm Fu
donde fT es el flujo luminoso total, Em es el nivel de iluminación medio, a es la an-
chura del local, b es la longitud del local, Fm es el factor de mantenimiento y Fu es el
factor de utilización.
10. Una vez conocido el flujo total necesario en el local se calcula el número de luminarias
necesarias para producir dicho flujo mediante la siguiente expresión:
fT
N = (8.12)
fL
donde N es el número de luminarias necesario y fL es el flujo luminoso que emite cada
luminaria.
11. Finalmente, se distribuyen las luminarias en el local de manera que no se superen
ciertos límites en la relación de la distancia d entre luminarias y la altura h de monta-
je de éstas. Dependiendo del ángulo de abertura del haz luminoso de la luminaria, es
conveniente que la separación entre luminarias cumpla las condiciones que se mues-
Instalaciones de iluminación 317
Distancia máxima
Tipo de luminaria
entre luminarias
Intensiva d ≤ 1,2h
Semi-intensiva d ≤ 1,5h
Extensiva d ≤ 1,6h
ab 6 · 12
K = = = 1,86
h(a + b) 2,15(6 + 12)
Puesto que los colores de paredes y techo son claros los coeficientes de reflexión son 0,7 para
el techo y 0,5 para las paredes (véase la Tabla 8.3). Teniendo en cuenta el índice del local y los co-
eficientes de reflexión, según la Tabla 8.4, el factor de utilización es 0,62.
Como el local está bien conservado se toma un factor de mantenimiento de 0,7.
El flujo luminoso necesario que debe instalarse en el recinto se obtiene de (8.11):
Em ab 500 · 6 · 12
fT = = = 82.949 lm
Fm Fu 0,7 · 0,62
Como cada luminaria contiene 2 lámparas fluorescentes, el flujo luminoso total emitido por cada
luminaria es:
fL = 2 · 3.500 = 7.000 lm
El número de luminarias necesario para iluminar el recinto es igual a:
fT 82.949
N = = = 11,85
fL 7.000
318 Instalaciones eléctricas
1m
3,2 m
1,2 m 2m
6m
12 m
Por tanto, el número de luminarias que se deben instalar es 12. El nivel de iluminación produ-
cido por estas 12 luminarias es:
La iluminancia producida por estas 12 luminarias es algo superior al nivel de iluminación reco-
mendado por lo que esta cantidad de luminarias resulta adecuada.
Como el tipo de luminaria empleada es extensiva, según la Tabla 8.5, la distancia entre lumina-
rias debe ser menor que 1,6 · 2,15 = 3,44 m. Por tanto, es adecuado instalar 3 filas de 4 luminarias
cada una con una distancia de 3,2 m entre luminarias, y una distancia de 1,2 m entre la pared y la
luminaria más cercana de cada fila. La distancia entre las luminarias de una fila a otra será de 2 m
y la distancia entre la pared y la fila más cercana será de 1 m. La distribución de las luminarias en
esta oficina se representa en la Figura 8.19.
Para el alumbrado público las luminarias se pueden situar sobre postes, columnas, suspen-
didas sobre cables transversales a la calzada o como proyectores en plazas, rotondas y cruces.
La instalación de las luminarias en la vía pública depende de la zona a iluminar, existiendo
cuatro formas diferentes de colocación:
la luminaria, éste depende del tipo de luminaria (hermética, ventilada o abierta) y del nivel de
suciedad del ambiente en el que se encuentra la luminaria. El producto del factor de deprecia-
ción y del factor de suciedad representa el factor de mantenimiento de la lámpara. Es habitual
que este factor tome un valor no superior a 0,8.
El factor de utilización es la relación que existe entre el flujo útil que llega al plano de
trabajo y el flujo total que emiten las lámparas instaladas en la luminaria. Es un factor difícil
de calcular y depende a su vez de diversos factores. Por ejemplo, depende del nivel de ilu-
minación, de las luminarias, de las dimensiones del recinto, etc. Los fabricantes de luminarias
proporcionan el factor de utilización para distintas situaciones de las luminarias. Según se
representa en la Figura 8.20a) se denominan a1 y a2 a las distancias desde el punto de la cal-
zada que se corta con la vertical de la luminaria hasta la acera más lejana y la más próxima,
respectivamente. Las curvas de la Figura 8.20b) representan el factor de utilización de una
luminaria situada en una calzada en función del cociente entre la anchura de la calle y la
altura de la luminaria. Se representan dos curvas: la curva del lado de la calzada y la del lado
de la acera, que proporcionan el factor de utilización a lo largo de a1 y a2, respectivamen-
te. El factor de utilización en la calzada es la suma de los valores obtenidos con las dos
curvas.
El procedimiento a seguir al aplicar el método de los lúmenes es el siguiente:
f Fm Fu
Em = (8.13)
ad
a2 a1
a)
0,6
Fu 0,4
0,2
0
2 1 0 1 2 3 4
a2/h a1/h
b)
Figura 8.20. Curvas del factor de utilización de una luminaria situada en una calzada.
Instalaciones de iluminación 323
De 2 a 7 De 4 a 5
De 7 a 15 De 3,5 a 4
De 15 a 30 De 2 a 3,5
7. Una vez calculada la separación entre luminarias se procede a comprobar que el nivel
de iluminación aportado por la instalación de alumbrado se corresponde con el deseado.
Para ello se puede utilizar la Tabla 8.8 que recoge el rango en el que se encuentra el
nivel de iluminación proporcionado por una instalación de alumbrado exterior depen-
diendo de la relación entre la separación de las luminarias y su altura. Si el nivel de
iluminación medio obtenido es el deseado, el método ha concluido. En caso contrario,
deben modificarse los datos de entrada hasta obtener el resultado deseado. Si la dife-
rencia es muy grande es recomendable cambiar el flujo luminoso de la lámpara selec-
cionada y reiniciar el proceso.
Se desea iluminar una calle de 8 m de anchura con una iluminancia media de 25 lx. Para ello se
utilizan lámparas de vapor de sodio a alta presión de 150 W cada una que emiten un flujo luminoso
de 14.000 lm. La distancia entre la vertical de la luminaria y el borde de la acera más cercano es
de 1 m. Se supone que el factor de mantenimiento es 0,7. A continuación se calcula la disposición
adecuada de las luminarias y la distancia entre ellas. Se emplean las curvas del factor de utilización
de la luminaria de la Figura 8.20.
Como el flujo luminoso de las lámparas elegidas es de 14.000 lm, según la Tabla 8.7 se toma
una altura de las luminarias de 8 m sobre la calzada.
La relación entre la anchura de la calzada y la altura de las luminarias es 1, por lo que se deci-
de colocar las luminarias en disposición bilateral tresbolillo.
Para obtener el factor de utilización se calculan las siguientes relaciones:
a1 7 a2 1
= = 0,875; = = 0,125
h 8 h 8
Teniendo en cuenta estas relaciones y las curvas de la Figura 8.20 se deduce que el factor de
utilización es:
Una vez calculados todos estos datos se procede al cálculo de la distancia de separación de las
luminarias empleando (8.14):
Por tanto, se cumplen los criterios establecidos en la Tabla 8.8, lo cual indica que la disposición
obtenida mediante el método de los lúmenes es adecuada.
8.5. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de las instalaciones de iluminación. Se describen
los conceptos básicos de la luminotecnia. Se explican los tipos de lámparas más habituales en
las instalaciones de iluminación, describiendo el proceso de transformación de energía eléctri-
ca en energía lumínica que se produce en cada uno de ellos. Asimismo, se presentan algunos
métodos para el diseño de instalaciones de alumbrado interior y exterior.
Información más detallada sobre los distintos tipos de lámparas y luminarias que existen en
el mercado puede encontrarse en [Philips, 2006] y [Osram, 2006]. En [Fraile, 1996] pueden
encontrarse otros métodos de cálculo empleados en el diseño de instalaciones de iluminación.
8.6. Ejercicios
Ejercicio 8.1. Determínese la longitud de onda de una radiación de 20 MHz que se propaga
en el vacío.
Solución: l = 15 m.
Ejercicio 8.2. Se dispone de una lámpara fluorescente que emite una intensidad luminosa
uniforme de 200 cd situada a 2 m del suelo. Calcúlese el nivel de iluminación en el suelo justo
debajo de la lámpara.
Solución: E = 50 lx.
Ejercicio 8.3. Repítase el Ejercicio 8.2 suponiendo que se desea calcular el nivel de ilumina-
ción en el suelo, a 1 m de la vertical de la lámpara.
Solución: E = 35,65 lx.
Instalaciones de iluminación 325
Ejercicio 8.5. Justifíquese qué tipo de lámparas es conveniente emplear para iluminar cada
uno de los siguientes lugares: una autopista, un dormitorio, una pista de tenis, la fachada de un
monumento, un comercio, una calle poco transitada y un almacén.
Solución: Vapor de sodio a baja presión, incandescente, vapor de sodio a alta presión, vapor
de mercurio, fluorescente, vapor de mercurio de color corregido y vapor de sodio a alta pre-
sión.
Ejercicio 8.6. Se desea iluminar el interior del edificio de una subestación eléctrica de 20 m
de longitud, 12 m de anchura y 3,5 m de altura. El plano de trabajo está situado a 0,8 m del
suelo. Se recomienda que el nivel de iluminación sea de 400 lx. El coeficiente de reflexión del
techo es 0,7 y el de las paredes 0,3. El alumbrado se realiza con lámparas fluorescentes de 50 W
que emiten un flujo luminoso de 2.500 lm. Las lámparas se sitúan en luminarias de alumbrado
directo extensivo empotradas en el techo que contienen 4 lámparas cada una. Se supone un
factor de mantenimiento de 0,8. Determínese el número y la distribución de las luminarias de
esta instalación de alumbrado.
Solución: 20 luminarias. A lo ancho del local se sitúan 4 luminarias con separación de 3 m
entre ellas y de 1,5 m con la pared. A lo largo se colocan 5 luminarias con 4 m de separación en-
tre ellas y 2 m con las paredes.
Ejercicio 8.8. Se desea iluminar una calzada de 12 m de anchura con una iluminancia media
de 40 lx empleando lámparas de vapor de mercurio de color corregido de 400 W con un flujo
luminoso de 23.000 lm. La distancia entre la vertical de la luminaria y el borde de la acera más
cercano es de 1 m. Se supone que el factor de mantenimiento es 0,6. Calcúlese la disposición
más adecuada de las luminarias y la distancia entre ellas. Empléense como curvas del factor de
utilización de las luminarias las de la Figura 8.20.
Solución: Disposición bilateral tresbolillo con una separación de 13 m entre luminarias.
Capítulo
9
FACTURACIÓN
DE LA ENERGÍA
ELÉCTRICA
IF
F
Wa =
∫ p (t)dt = ∫ v
t1
1φ
t1
FN (t )iF (t )dt (9.2)
donde p1f (t) representa la potencia monofásica instantánea, vFN (t) es la tensión simple (fase-
neutro) instantánea e iF (t) es la corriente de línea instantánea.
La medida que registra el contador de la Figura 9.1 viene dada por:
Wa = P1f (t2 − t1) (9.3)
donde P1f es la potencia activa monofásica, que se calcula como el producto escalar entre el
fasor de tensión simple VFN y el fasor de corriente de línea IF:
P1f = VFN IF cos (∠VFN − ∠IF) = VFN IF cos jF (9.4)
donde jF es el desfase entre VFN e IF (jF = ∠VFN − ∠IF) y cos jF es el factor de potencia de
la carga.
Obsérvese que en (9.3) se considera que el intervalo de medida es suficientemente amplio
como para despreciar la componente oscilante de la energía activa resultante de (9.2) [Cone-
jo, 2004]. Asimismo, en (9.3) se considera que durante el intervalo de medida se mantienen
constantes las amplitudes de vFN (t) e iF (t), así como el desfase entre ambas ondas. El sistema
totalizador del contador acumula la energía medida en intervalos con condiciones de carga dis-
tintas.
En la práctica, este esquema suele adoptarse en baja tensión para instalaciones de poca
potencia, sin necesidad de emplear transformadores de medida.
La Figura 9.2 muestra la conexión de un contador trifásico de energía activa compuesto por
tres contadores monofásicos (tres sistemas de medida). Estos contadores se utilizan para medir
la energía activa en sistemas trifásicos a cuatro hilos (fases A, B y C y el hilo de neutro N) y
normalmente disponen de un único sistema totalizador. De forma análoga a la indicada en (9.2),
la energía consumida en este caso se obtiene integrando la potencia instantánea trifásica.
330 Instalaciones eléctricas
IA P3IN
A
B IB
Carga
V AN IC
VBN C
VCN
N
P3φ N = ∑
F = A, B, C
VFN I F cos jF (9.5)
Este tipo de conexión es usual en locales comerciales. En el caso de que el conjunto carga-
alimentación sea equilibrado, podría emplearse un vatímetro, aunque no suele ser lo habitual.
La Figura 9.3 muestra la conexión directa de un contador trifásico con dos sistemas de
medida. Esta conexión se conoce como conexión Arón.
Matemáticamente, la potencia activa consumida se obtiene según (9.6). En la actualidad no
se suele instalar este tipo de contadores.
P3f = VACIA cos (∠VAC − ∠IA) + VBCIB cos (∠VBC − ∠IB) (9.6)
A IA P3I
IB
B Carga
VAC
VBC
C
A IA I CA
I AB
P1I ,1 Z AB
B IB
Z CA
I BC
P1I ,2 Z BC
IC
C
que la suma de las mediciones de los vatímetros es igual a la potencia activa entregada a la carga
trifásica.
La medición de los vatímetros viene dada por:
Por tanto, es necesario calcular, por un lado, las tensiones de línea VAB y VCB y, por otro, las
corrientes de línea IA e IC.
Las tensiones de línea son:
Por otro lado, se puede calcular la potencia activa que consume cada carga como:
PAB = RABIAB
2
= 10 cos 40 (22 3)2 = 11.122,96 W
PBC = RBCIBC
2
= 40 cos (−25) (5,5 3)2 = 3.289,90 W
PCA = RCAICA
2
= 20 cos 0 (11 3)2 = 7.260,00 W
Finalmente, se puede comprobar que la potencia activa que consume la instalación es:
Por otro lado, existen diferentes modelos de contadores de energía activa que responden a
diversas consideraciones de tipo económico, como son:
• Contadores multiprecio. Como alternativa al precio único, es posible establecer el precio
del kWh en función de la hora del día en la que tiene lugar el consumo. Así, los precios
varían según los bloques de horas en los que se estructura el día (punta, llano, valle, diur-
nos, nocturnos, etc.), que dan lugar a los distintos períodos de facturación. En estos casos
el contador de activa dispone de tantos sistemas totalizadores como precios establezca el
contrato de compraventa de energía. Se utiliza un mecanismo conmutador, accionado por
un reloj, para seleccionar el totalizador adecuado en cada hora, quedando el resto de to-
talizadores en reposo. Actualmente, los más empleados son los contadores con dos y tres
totalizadores o contadores de doble y triple precio.
• Maxímetros (o contadores de máxima demanda). Existen contratos de compraventa de
energía que penalizan con precios altos el hecho de que la potencia activa demandada por
una instalación supere la potencia contratada en algún instante. Los maxímetros son ne-
cesarios en estos casos, pues los contadores de energía activa no registran potencias.
Habitualmente, estos aparatos se encuentran acoplados al contador de activa mediante un
dispositivo controlado por un reloj auxiliar, que mide la energía consumida durante un
intervalo fijo de tiempo. Así, la potencia activa máxima P máx se registra como el cocien-
te entre la energía consumida a lo largo del intervalo y la duración de dicho intervalo,
como se indica en (9.7):
t2
∫ p(t)dt
1
P máx
=
t2 − t1 (9.7)
t1
El intervalo elegido debe ser lo suficientemente amplio para que puntas de demanda
inusuales (por ejemplo, por arranque de motores) no tengan peso en el valor medio. En
la práctica, el intervalo suele ser de 15 ó 30 minutos, y se fija contractualmente.
Algunos contratos también permiten discriminación horaria en los precios de las po-
tencias a facturar de forma similar a la discriminación horaria del precio de la energía.
El consumidor tiene que instalar tantos maxímetros como períodos de facturación recoja
su contrato, beneficiándose así de los diferentes precios de cada período. Obsérvese que
de esta forma es posible identificar el período de facturación en el que se ha producido
un máximo, sin embargo, no aporta información sobre la hora y el día exactos dentro de
ese período (se necesitarían 24 · 30 = 720 maxímetros para poder registrar la potencia
máxima en cada hora del mes).
Facturación de la energía eléctrica 333
A diferencia de los contadores tradicionales, los contadores avanzados son aparatos de me-
dida digitales. La medición de las señales analógicas de tensión y corriente se realiza mediante
un polímetro digital que las cuantifica y representa empleando códigos binarios. Típicamente,
el error cometido en la medición digital es aproximadamente del 0,8 %, mientras que en los
aparatos analógicos puede llegar a ser hasta del 2 %.
La lectura de los contadores avanzados puede efectuarse a distancia, en contraste con la
lectura presencial de los contadores tradicionales. La lectura automática elimina posibles erro-
res humanos y, además, facilita medidas simultáneas de los contadores a las compañías encar-
gadas de la facturación. Los datos medidos se envían automáticamente o a petición a unos
dispositivos concentradores. Los concentradores son los elementos que reciben, almacenan y
procesan las medidas. Los protocolos y medios de comunicación empleados se rigen por la
legislación correspondiente, que asegura que la recepción de la información se realiza con una
calidad adecuada. La red telefónica, la red eléctrica o Internet son los medios de comunicación
típicamente empleados en telemedida.
En general, un sistema avanzado de medida consta de los siguientes elementos:
• Un medidor digital.
• Un sistema de comunicaciones que envía las medidas desde el medidor hacia el concen-
trador y viceversa.
• Un sistema de almacenamiento y procesado de datos.
Además, estos sistemas presentan las siguientes características:
• Acceso a datos horarios de consumo y precio por parte del cliente, permitiendo en algu-
nos casos el cambio automático de tarifa.
• Posibilidad de que ciertos consumidores interrumpan su demanda cuando reciban alertas
de precio elevado.
La configuración software y/o hardware puede variar de un sistema a otro, pero lo que
realmente los distingue es la velocidad de acceso por parte del usuario a la información medi-
da o procesada. En algunos sistemas el consumidor puede extraer los datos directamente del
contador y leerlos mediante un software adecuado en su computador. En otros, el consumidor
descarga los datos actualizados vía Internet. El gran volumen de información a enviar requiere
el uso de sistemas de comunicación con un ancho de banda adecuado.
La Figura 9.5 ilustra un sistema avanzado de medida y muestra sus componentes.
Entre las posibles aplicaciones de un sistema avanzado de medida, cabe destacar:
• Facturación flexible. A partir de la factura recibida, el cliente puede simular el cálculo
del coste asociado a su contrato y decidir si le resulta más interesante acogerse a otro tipo
de contrato. Para realizar la simulación se necesitan los datos históricos de consumo, así
como los precios actualizados de la energía, que proporciona el sistema avanzado de
medida. El usuario también puede determinar el ahorro o sobrecoste que tiene lugar cuan-
do, por ejemplo, simula un desplazamiento en el tiempo de su demanda o una reducción
en la misma.
Por otro lado, este tipo de tecnología facilita la anticipación de pagos por una energía
aún no consumida (prepayment meters). En algunos países (Reino Unido, Colombia,
Argentina, Sudáfrica), los contadores electrónicos están dotados de tarjetas inteligentes
que el consumidor recarga periódicamente. Si el crédito de la tarjeta está próximo a ago-
Facturación de la energía eléctrica 335
Red
inalámbrica
Módem
Red
informática
tarse salta una alarma audible y se informa al usuario del tiempo restante. Si se agota el
saldo, se suspende automáticamente el suministro. Este método de pago beneficia, por un
lado, a las empresas suministradoras, que aseguran su recaudación por adelantado y, por
otro, a los clientes, que pueden ajustar el consumo de energía según su nivel de in-
gresos.
• Consumo agregado. Cuando una misma empresa tiene instalaciones distribuidas geográ-
ficamente, puede resultarle más ventajosa una facturación única por el consumo agregado
de todas sus instalaciones. Si cada instalación dispone de un contador con su consumo
particular, el sistema avanzado de medida permite efectuar la lectura remota de los con-
tadores y facilitar a la empresa suministradora la energía total consumida.
• Calidad del suministro. Los contadores que registran parámetros asociados a la calidad de
la onda suministran esta información al sistema avanzado de medida. Si el sistema de
medida detecta un deterioro en la calidad de la onda envía una señal de alarma para evitar
posibles daños en los equipos conectados. Una calidad de onda adecuada es obligatoria
según normas diversas, aunque no se refleja explícitamente en la factura eléctrica.
• Uso final de la energía. Los sistemas avanzados de medida permiten analizar el rendi-
miento de las instalaciones. Si se dispone de un contador por cada máquina de la insta-
lación se puede detectar cuál de ellas consume en exceso y, por tanto, afecta al rendi-
miento global de la instalación. Esto es posible si se comparan los datos históricos del
perfil de consumo de la máquina con su consumo actual. Es decir, al desagregar el con-
sumo por máquina es posible determinar cuál de ellas presenta un funcionamiento irre-
gular.
• Control a distancia. La salida de los contadores se utiliza para controlar las máquinas de
una instalación. El sistema de medida puede ajustar la potencia demandada por estas
máquinas, reduciéndola durante las horas en las que se estiman precios altos.
336 Instalaciones eléctricas
• Multiservicios. Los contadores de otros servicios, como calefacción, agua o gas, pueden
integrarse en el contador avanzado de electricidad. Así, el sistema avanzado de medidas
permite supervisar y gestionar todas las lecturas automáticamente.
• Seguridad y privacidad. Los contadores avanzados normalmente son de difícil manipula-
ción. En algunos países el reemplazo de los contadores tradicionales por contadores
avanzados ha venido principalmente impulsado por motivos de seguridad y privacidad.
Normalmente, la lectura de los contadores tradicionales implica el acceso al interior de
las viviendas, con la pérdida de privacidad que ello conlleva.
9.2. Costes
En este apartado se caracterizan los costes básicos asociados a las distintas actividades del ser-
vicio eléctrico. Asimismo, se analiza su asignación en función del marco de explotación adop-
tado, centralizado o de mercado.
Actividades
9.2.1.1. Producción
La actividad de producción de energía eléctrica incurre en costes fijos y variables. Se conside-
ran fijos los costes de inversión para construir centrales de generación; y variables los costes
de operación y mantenimiento. Tanto los costes de inversión como los de operación están fuer-
temente vinculados a la tecnología de generación (hidráulica, térmica, nuclear, de ciclo combi-
nado, etc.). Por otro lado, los costes de operación dependen en gran medida del precio del
combustible (gas, fuel-oil, carbón, etc.), que varía según su disponibilidad y la eficiencia en la
conversión del combustible en energía eléctrica.
Con respecto a la estructura de estos costes, cabe decir que son variables con el nivel de la
demanda. Mientras que la demanda de energía es un parámetro variable en el tiempo, la capa-
cidad de producción y transporte en los sistemas de energía eléctrica se mantiene relativamen-
te estable. Así, en períodos en los que la capacidad del sistema puede cubrir ampliamente la
demanda, los costes marginales de la electricidad son típicamente los derivados del combusti-
ble, de la operación y del mantenimiento de los grupos generadores más baratos. Sin embargo,
durante los períodos en los que la capacidad de suministro está próxima a su límite se recurre
también a generadores con costes marginales altos, que encarecen el servicio prestado.
Finalmente, cabe incluir aquí los costes de las reservas necesarias para hacer frente al fallo
de centrales de generación.
probabilidad de saturación de las mismas, incurriendo, por tanto, en costes más altos (variación
horaria). Por otro lado, cuanto mayor es la distancia entre el consumo y la generación, mayores
son los costes incurridos pues, en general, el uso del servicio de red y las pérdidas ocasionadas
aumentan (variación por nudo).
9.2.1.3. Transacción
Por un lado, las empresas distribuidoras deben ser remuneradas por sus servicios de medición
y facturación. Por otro lado, la Administración o la entidad encargada del servicio de liqui-
dación económica de las distintas actividades deben ser remuneradas por este servicio.
Finalmente, las empresas que actúan como intermediarias entre las empresas de generación y
los consumidores finales prestan un servicio de gestión comercial que igualmente debe ser
remunerado.
Los costes de transacción son costes fijos, es decir, estos costes no presentan ni variación
temporal, ni geográfica y tampoco dependen de la energía producida/consumida.
Transacción Otros
2% 5%
Distribución
20%
Transporte
5% Producción
68 %
ter de monopolio natural, mientras que el resto de actividades se liberalizan (diversos agentes
compiten por dar el servicio).
La clasificación según el régimen de explotación, de monopolio o de mercado, es impor-
tante para determinar el método de asignación de costes a los usuarios del sistema eléctrico.
Así, el coste de las actividades reguladas se recupera mediante la tarifa o precios establecidos
por la Administración (véase el Apartado 9.3), mientras que las actividades abiertas a la com-
petencia se remuneran mediante precios acordados libremente (véase el Apartado 9.4).
En la Tabla 9.2 se presentan para cada actividad las diferencias entre la explotación en ré-
gimen de monopolio (tradicional) y la explotación de mercado.
A continuación, se explican las razones que conducen a esta clasificación.
• Actividad de producción. En los entornos tradicionales, la actividad de producción se
considera una actividad regulada, por lo que se conocen sus costes. Así, un operador
centralizado decide qué centrales deben producir y cuál debe ser su producción en cada
período para cubrir la demanda a coste mínimo. Este operador central también controla
las decisiones de inversión en el parque generador. Sin embargo, la actividad de produc-
ción se halla abierta a la competencia en entornos de mercado, por lo que los costes in-
curridos son información privada. En este caso, el objetivo que persigue el operador del
mercado al seleccionar las centrales es cubrir la demanda maximizando el beneficio social
neto. Asimismo, las decisiones de inversión se descentralizan en las distintas compañías
generadoras.
• Actividad de red. Como ya se mencionó en el Capítulo 1, las redes son monopolios na-
turales, por lo que los costes de uso se recuperan mediante cargos fijados administrativa-
Actividades
Competitiva/
Mercado Competitiva Regulada Reguladas
regulada
340 Instalaciones eléctricas
9.3.1. Criterios
• Suficiencia de ingresos, esto es, garantizar un equilibrio financiero por el que la totalidad
de los costes reconocidos se recupera a través de los cobros.
• No discriminación en la asignación de costes, de tal forma que consumos semejantes dan
lugar a cargos semejantes.
• Eficiencia económica, de forma que las diversas tarifas reflejen el impacto que tienen los
distintos usuarios en los costes incurridos y envíen señales económicas correctas para
optimizar el uso y la planificación de los distintos recursos.
• Estabilidad, que minimice la incertidumbre normativa y que permita a todos los agentes
que intervienen en el negocio eléctrico planificar adecuadamente sus inversiones a medio
y largo plazo.
• Transparencia y sencillez, de forma que los usuarios del sistema eléctrico puedan com-
prender y aplicar fácilmente la metodología propuesta. Para ello, se deben hacer públicos
tanto los procedimientos como los resultados a los que da lugar el esquema tarifario
adoptado.
• Aditividad tarifaria, de forma que las tarifas para el usuario final reflejen claramente cada
una de las partidas de coste aplicables.
• Consistencia con el marco regulatorio, de forma que la metodología adoptada se actuali-
ce en consonancia con los cambios de regulación.
Facturación de la energía eléctrica 341
• Precios por demanda máxima. Para complementar la tarifa PDH, a veces se añade un
cargo por potencia máxima demandada. En este caso se emplean maxímetros junto con
los contadores de activa. Sin embargo, los maxímetros sólo son capaces de registrar la
máxima potencia consumida a lo largo de todo el período de facturación, y no ofrecen
ninguna información sobre el instante en que se ha producido el máximo. Aun así, esta
modalidad de tarifa tampoco reflejaría el coste real de la electricidad, pues el máximo de
un consumidor no tiene por qué coincidir con el máximo de la demanda del sistema. El
propósito de este cargo por potencia es penalizar a los consumidores por crear la necesi-
dad de construir nuevas instalaciones que suplan las puntas de demanda.
donde P1, P2 y P3 son la potencias a facturar en horas punta, llano y valle, respectivamente, calcu-
ladas según las expresiones a), b) o c). Se calcula a continuación la potencia base de facturación
para este abonado.
En horas punta la potencia máxima del abonado es igual a la potencia contratada, por lo que la
potencia a facturar se calcula según b). Con esta expresión no se penalizan pequeños desajustes
(entre −15 % y +5 %) entre potencia contratada y potencia máxima demandada:
En horas llano la demanda máxima del abonado es un 20 % inferior a la contratada para estas
horas, por lo que la potencia a facturar se calcula según a). En este caso se aplica una prima:
En horas valle la demanda máxima del abonado excede un 20 % la potencia contratada, por lo
que la potencia a facturar se calcula según c). En este caso se penaliza la contratación de potencia
por defecto:
P3máx = 120 > 1,05Pc3 ⇒ P3 = P3máx + 2(P3máx − 1,05Pc3) = 120 + 2(120 − 1,05 · 100) = 150 kW
Puede observarse que este método penaliza a los consumidores que contratan potencia por de-
fecto y prima a los que contratan potencia por exceso.
aplicará un descuento a la factura total. Además, esta modalidad establece para cada con-
sumidor una demanda de referencia a partir de la cual se puede exigir la reducción. Este
valor de referencia se calcula partiendo de los datos históricos de consumo del cliente en
cuestión. Finalmente, el precio ofrecido por reducir la demanda dependerá de hasta qué
punto se quiere incentivar económicamente al consumidor para que la lleve a cabo. En la
práctica, el precio del descuento aplicado es único y no depende de la situación concreta
en que se encuentre el sistema.
El inconveniente de esta metodología reside en la elección del valor de referencia. Al
estar basado en datos de años anteriores, el valor de referencia puede no ser idóneo para
el año en curso. Además, promueve el consumo poco racional, pues en aquellos días en
los que no se aplican los descuentos, el cliente consumirá más para no experimentar una
reducción del valor de su demanda de referencia.
• Precios en tiempo real (PTR). En esta modalidad los precios de la energía son distintos
en cada hora del día y en cada día, reflejando directa o indirectamente los precios reales
de la electricidad. Esto no implica que toda la energía se deba comprar a estos precios
variables. Generalmente, se le ofrece al consumidor la posibilidad de anticiparse a aque-
llos períodos en los que se estime unos precios elevados y comprar parte de su energía
mediante contratos que ofrecen precios uniformes. De esta forma, es posible trasladar al
consumidor el precio real de la electricidad, manteniendo a su vez una factura relativa-
mente estable y simple.
Al comparar este esquema con el adoptado para tarifas PHC se observa que el esque-
ma de tarifas PHC es una versión menos flexible que el esquema PTR, pues el precio de
las horas críticas se establece a priori y el número de horas críticas es limitado.
Por otro lado, el esquema PTR se aproxima al esquema PDH si los precios de la
energía se comunican al consumidor con meses de antelación. Por eso, los precios PTR
se anuncian bien en la hora anterior para la siguiente, bien el día anterior para todas las
horas del día siguiente.
A la hora de implementar este esquema de precios se plantea la cuestión de si debe
ser obligatorio o voluntario para los consumidores. En caso de ser obligatorio, tiene ma-
yor sentido aplicarlo a los grandes consumidores de electricidad (sectores industrial y
comercial), que son generalmente más elásticos a la hora de modificar sus consumos.
Dentro de este tipo de consumidores, los que más pueden beneficiarse adoptando esta
tarifa son los que presentan un perfil plano de demanda o los que presentan puntas de
demanda desplazadas en el tiempo respecto a las puntas del sistema.
Wa = ∑
i = p , ll , v
Wai = 678,07 kWh
donde Wap, Wall y Wav son las energías activas demandadas durante las horas punta, llano y
valle, respectivamente.
• Consumo mensual de energía reactiva: Wr = 202 kVArh.
• Potencia máxima: P máx = 5 kW.
Con los datos de los contadores de activa y reactiva se tiene un factor de potencia medio calcu-
lado según:
Wa 678,07
cos j = = = 0,96
W +W
a
2
r
2
678,072 + 2022
Con los datos del maxímetro, se considera una potencia contratada efectiva de 8,42 kW, obte-
nida mediante el método de cálculo empleado en el Ejemplo 9.3, caso a):
La Tabla 9.4 muestra las fórmulas de cálculo para cada concepto según la legislación vigente
española (Real Decreto de tarifas [RD 1556/2005] y [CNE, 2002]) y el importe que resulta.
Los conceptos que aparecen en la facturación del consumidor a tarifa del ejemplo son:
1. Facturación por potencia. Es un término fijo dependiente de la potencia contratada. Este
término se calcula como el producto del precio Tp, fijado anualmente en el Real Decreto de
tarifas (Tarifa 1.1), y la potencia base de facturación Pfc.
346 Instalaciones eléctricas
Tabla 9.4. Cálculo del importe de la factura del consumidor a tarifa del Ejemplo 9.4
Término de poten-
1 Fp = TpPfc Tp = 208,08092 ¢i/kW mes 17,52
cia contratada
Término de ener-
2 Fe = TeWa Te = 6,9673 ¢i/kWh 47,24
gía consumida
kr ( Fp + Fe )
Complemento de Fr = kr1 =
37,026
− 41,026 −0,5
3.a) 100
reactiva cos2 j 5
0,95 < cos j ≤ 1 ⇒ kr = kr1
Teh ∑
i = p , ll , v
Wai Ci
Complemento CH =
100 −0,3
3.b) por discrimina- Teh = 6,3557 ¢i/kWh
Cp = 0,7 2
ción horaria
Cll = 0
Cv = −0,43
Alquiler de equi-
4 Am Am = 6 i/mes 6,00
pos de medida
Obsérvese que un factor de potencia menor que 0,9 da lugar a una penalización por
consumo de energía reactiva.
b) El complemento por discriminación horaria se calcula multiplicando el precio unitario
de la energía activa Teh por la suma de los consumos Wai en horas punta, llano y valle,
afectados por el peso Ci. Según [CNE, 2002], el precio de la energía a aplicar no viene
dado por la tarifa a la que se acoge el consumidor, sino por otra dependiente del nivel
de tensión (en este caso por la Tarifa 2.1). Asimismo, los precios correspondientes a las
horas punta, llano y valle se definen también en este documento oficial y dependen del
tipo de discriminación horaria adoptada (existen cinco tipos distintos). Los precios aso-
ciados a la discriminación horaria de este ejemplo (Tipo 3) se muestran en la Tabla 9.4.
Se observa que estos precios, por un lado, penalizan el consumo en horas punta y, por
otro, bonifican el consumo en las horas valle.
4. Alquiler del equipo de medida y servicio de lectura. El Real Decreto de tarifas establece un
precio mensual por el alquiler de cada equipo de medida y control. En este ejemplo se de-
nota el precio total del alquiler como Am.
5. Impuestos. Actualmente, se aplican dos impuestos a la factura eléctrica: el impuesto especial
sobre la electricidad y el IVA.
a) El impuesto especial sobre la electricidad Ie se calcula aplicando sobre los conceptos 1
a 3 el factor m fijado mediante regulación fiscal.
b) El IVA se calcula aplicando un porcentaje del 16 % sobre los conceptos 1 a 5.a).
9.4.1. Criterios
A la hora de retribuir las actividades liberalizadas se puede elegir entre dos criterios alternati-
vos: el criterio marginalista o el criterio basado en el precio según oferta. El criterio margina-
lista establece un precio uniforme de la energía que refleja la variación en los costes del sistema
por tener que producir/consumir un MWh adicional [Schweppe, 1988]. En cada hora los gene-
radores/consumidores cobran/pagan el precio marginal. El criterio de precio según oferta esta-
blece que los pagos/cargos a los generadores/consumidores son función de sus propias ofertas
de venta/compra de energía y no de un precio uniforme. Este último criterio está muy poco
extendido (una excepción notable es el mercado de Inglaterra y Gales), por lo que el siguiente
apartado sólo se centra en los mercados que adoptan el criterio marginalista.
Por otro lado, las actividades reguladas se rigen por los criterios ya expuestos en el Aparta-
do 9.3.1. Lo único que cambia respecto a la explotación en régimen de monopolio son algunos
de los conceptos de costes a recuperar. Estas diferencias se analizan en el siguiente apartado.
348 Instalaciones eléctricas
EMPRESAS DE GENERACIÓN
MERCADO
EMPRESAS DE COMERCIALIZACIÓN
CONSUMIDORES
mente crecientes y que los precios de los bloques de energía a comprar deben ser monótona-
mente decrecientes.
El OM recibe las ofertas de cada agente y determina: i) el precio de cierre de mercado; ii)
las ofertas aceptadas en cada hora, y iii) la potencia que cada agente debe generar o consumir.
Este procedimiento puede formularse matemáticamente mediante el siguiente problema de op-
timización:
Maximizardik, pjb ∑δ
i, k
ik ikd − ∑p j, b
jb p jb (9.9)
∑d = ∑ p
i, k
ik
j,b
jb :λ (9.14)
transacciones aceptadas por el OM son firmes. En caso contrario, se procede a ajustar los re-
sultados del mercado (alterándolos lo menos posible) hasta conseguir factibilidad técnica.
Además de la factibilidad técnica de las transacciones, el OS debe garantizar la fiabilidad
y seguridad en el suministro de energía. El sistema siempre debe estar preparado para atender
adecuadamente la máxima demanda prevista y anticiparse a la evolución que la demanda pue-
da experimentar. También debe operar con un margen suficiente para hacer frente a fallos de
generación y red. En algunos países, para conseguir este objetivo se incentiva económicamen-
te a las empresas generadoras con el propósito de que mantengan o incrementen su capacidad
de producción. En España, la retribución que reciben los generadores por este concepto se de-
nomina pago por garantía de potencia. Este pago depende típicamente de la capacidad instala-
da, del nivel de disponibilidad, de la tecnología y de las necesidades de potencia a largo plazo
del sistema. La aplicación de este incentivo en entornos tradicionales carece de sentido, pues
la decisión sobre nuevas inversiones no la toman las empresas generadoras sino el coordinador
centralizado.
Otra de las diferencias respecto a los entornos tradicionales es que en un entorno competi-
tivo los consumidores deben disponer de sistemas avanzados de medida para beneficiarse de la
variabilidad de los precios de la energía.
EMPRESAS DE GENERACIÓN
MERCADO MAYORISTA
gerse a la tarifa ha sido suprimida bien bruscamente (Holanda y países escandinavos), bien
gradualmente (Reino Unido).
En la Figura 9.8 se representa el esquema híbrido español, que distingue entre consumido-
res que pagan la tarifa integral (consumidores a tarifa) y consumidores que pagan el precio libre
de energía junto con la denominada tarifa de acceso destinada a recuperar los costes de las ac-
tividades de red, transacción y complementarias (consumidores cualificados).
Fm = ∑l
h
Fh Wah = lFh ∑ Wah = lFh Wa = 5,907 · 10−2 · 678,07 = 40,05 i
h
Tabla 9.5. Cálculo del importe de la factura del consumidor a mercado del Ejemplo 9.5
Término de adquisi-
1 ción de ener gía en el Fm = ∑l Fh Wah lFh = 5,907 ¢i/kWh 40,05
mercado
h
(i/kWh y año)
2.a)
Peaje por potencia ∑T pi ciP Tp1 = 16,723787
24,26
contratada Fpacceso = i
Tp2 = 10,313110
12
Tp3 = 2,364914
(i/kWh)
Te1 = 0,012052
2.b)
Peaje por ener
consumida
gía F e
acceso
= ∑T W ei ai Te2 = 0,011336 7,52
Te3 = 0,010033
i
Alquiler de equipos
3 Am Am = 6 i/mes 6,00
de medida
m ∑ Fjacesso
4.a) Impuesto especial Ie =
j = p, e, r m = 0,05113 1,62
100
⎛ ⎞
4.b) IVA 0,16 ⎜ ∑ Fjacceso + Am + Ie⎟ — 6,30
⎝ j = p, e, r ⎠
Importe total Fm + ∑
j = p, e, r
Fjacceso + Am + Ie + IVA — 85,75
consumidor de este ejemplo es constante e igual a 9,9 kW. La Tarifa 3.1A (tarifa de
acceso) presenta discriminación en horas punta (Tp1), llano (Tp2) y valle (Tp3). Al tratarse
de precios anuales, la facturación mensual por potencia contratada se calcula como el
producto del precio y la potencia dividido por 12.
b) Energía consumida. Este término se calcula como el producto de los precios por factu-
ración de energía Tei (publicados en el Real Decreto de tarifas) y de la energía activa
consumida Wai. Asimismo, los precios de la tarifa de acceso por facturación de energía
discriminan entre horas punta (Te1), llano (Te2) y valle (Te3). Obsérvese que en las tarifas
de acceso, a diferencia de las tarifas integrales, no se contemplan pesos distintos según
los tipos de hora.
c) Complemento de reactiva. Este complemento se calcula como el producto del precio por
consumo de reactiva k (publicado en el Real Decreto de tarifas) y de la energía reactiva
consumida Wr. Los precios varían dependiendo del factor de potencia de la instalación.
Facturación de la energía eléctrica 353
Puesto que se tiene un factor de potencia mayor que 0,95, se aplica el precio k1. El res-
to de posibilidades para los precios de la tarifa de acceso por energía reactiva son:
0,90 ≤ cos j < 0,95 ⇒ k2 = 0,000010
0,85 ≤ cos j < 0,90 ⇒ k3 = 0,012673
0,80 ≤ cos j < 0,85 ⇒ k4 = 0,025346
cos j < 0,80 ⇒ k5 = 0,038019
3. Alquiler del equipo de medida y servicio de lectura. Este término coincide con el correspon-
diente a los consumidores a tarifa.
4. Impuestos. A diferencia de lo que ocurre con las tarifas integrales, los impuestos no se apli-
can sobre el término de la energía consumida.
a) El impuesto especial se aplica únicamente a los términos de la tarifa de acceso 2.a), 2.b)
y 2.c).
b) El IVA se aplica sobre los conceptos 2 a 4.a).
Al comparar el importe final a pagar (85,75 i) con el obtenido en el Ejemplo 9.4 (84,87 i),
resulta una diferencia aproximada del 1 %.
9.5. Resumen
En este capítulo se ofrece una visión general de los aparatos de medida de la energía eléctrica
distinguiendo entre contadores tradicionales y sistemas avanzados de medida. Además, se des-
criben y motivan los esquemas de precios empleados en entornos de explotación centralizados
y en entornos competitivos. El capítulo incluye ejemplos que ilustran la facturación de la ener-
gía eléctrica para el caso español.
El lector interesado puede ampliar la información sobre contadores en [Ramírez, 1998]. En
[Pérez, 2002] puede encontrar información sobre los peajes de red en Europa. En [Borenstein,
2002] se realiza una comparación detallada de los esquemas de precios típicamente adoptados
en entornos centralizados.
Cuestión 9.2. En el mercado español, ¿es igual el complemento por reactiva para un consu-
midor a tarifa y para un consumidor que compra su energía en el mercado?
Solución: No, el complemento por reactiva para un consumidor a tarifa puede ser una bo-
nificación o un recargo, mientras que para un consumidor que compra su energía en el merca-
do sólo puede ser un recargo.
354 Instalaciones eléctricas
Ejercicio 9.1. Una instalación eléctrica alimentada a una tensión de 45 kV tiene contratada
una potencia de 2.200 kW. Durante el mes de mayo de 2006, esta instalación ha tenido un con-
sumo de 215.640 kWh en horas punta y de 843.105 kWh en el resto de horas. El consumo de
energía reactiva ha sido de 368.405 kVArh.
Con este perfil de consumo, determine y justifique la tarifa más rentable para este consu-
midor.
Nota: En los cálculos, ignórense los cargos debidos al alquiler del equipo de medida y a los
impuestos.
Solución: Este consumidor puede acogerse a las tarifas de alta tensión 1.2, 2.2 ó 3.2. Los
importes resultantes son: 78.723,76 i para la Tarifa 1.2, 77.037,13 i para la Tarifa 2.2 y
79.549,96 i para la Tarifa 3.2. Por tanto, a este consumidor le resulta más beneficioso acoger-
se a la Tarifa 2.2. Los importes totales se desglosan por conceptos en la Tabla E9.1. La nume-
ración de los conceptos coincide con la empleada en el Ejemplo 9.4.
Ejercicio 9.2. Determine el importe que paga el consumidor del Ejercicio 9.1 si compra su
energía directamente en el mercado español de mayo de 2006.
Nota: En los cálculos, ignórense los cargos debidos al alquiler del equipo de medida y a los
impuestos.
Solución: Teniendo en cuenta que en el mes de mayo de 2006 el precio final medio del
mercado fue de 5,865 ¢i/kWh, el importe que paga este consumidor oscila entre los 78.546,82 i
y los 79.645,39 i. No es posible determinar el importe exacto, pues no se específica la cantidad
Facturación de la energía eléctrica 355
1 62.095,05 62.095,05
2.a) 5.390,33 5.390,33
2.b) 11.057,76 12.156,33
2.c) 3,68 3,68
consumida en horas llano y valle. Esta discriminación es necesaria para aplicar la tarifa de ac-
ceso. Los importes totales se desglosan por conceptos en la Tabla E9.2, donde en la segunda/
tercera columna se supone que son horas valle/llano todas aquéllas que no son punta. La nu-
meración de los conceptos coincide con la empleada en el Ejemplo 9.5.
Capítulo
10
PROYECTOS
DE INSTALACIONES
ELÉCTRICAS
Este capítulo describe las partes fundamentales de las que se componen diversos proyectos de
instalaciones eléctricas. No se hace hincapié en el seguimiento de los reglamentos correspon-
dientes, salvo cuando es estrictamente necesario, manteniendo un carácter didáctico para que
el lector interesado pueda luego completar sus conocimientos acudiendo a los reglamentos co-
rrespondientes. Dentro de los proyectos de instalaciones eléctricas se analizan tres casos gené-
ricos en este capítulo:
Para cada uno de los tres casos se describen los conceptos básicos con los que se puede
redactar la memoria técnica del proyecto. Asimismo, se ilustra con ejemplos de aplicación cada
una de las partes descritas.
herrajes son los dispositivos que amarran los elementos de aislamiento a los apoyos y las cru-
cetas. Suelen ser de materiales metálicos y de diversas formas. Las cadenas de suspensión son
cadenas de aisladores con todos los accesorios necesarios para sostener a un conductor o con-
junto de conductores en su extremo inferior. Las cadenas de amarre son cadenas de aisladores
con todos los accesorios necesarios para asegurar un conductor o conjunto de conductores. Los
apoyos son las estructuras que sustentan los cables y evitan que tengan contacto con tierra o
entre sí. Se componen de poste, cruceta de apoyo y cimentación. Los apoyos se clasifican en:
i) apoyos de alineación, empleados en alineaciones rectas; ii) apoyos de anclaje, que propor-
cionan una sujeción más firme; iii) apoyos de ángulo, que sustentan los conductores en los
cambios de dirección de la línea; iv) apoyos de principio o fin de línea, que son los de mayor
resistencia mecánica, y v) apoyos especiales, para cruces con ferrocarril, con vías fluviales, etc.
Además de los elementos descritos, una línea incluye seccionadores, pararrayos e instalaciones
de puesta a tierra.
Los cálculos eléctricos comienzan con la determinación de la corriente que circula por la
línea, que depende de la potencia trifásica transportada, la tensión de servicio entre fases de la
línea y el factor de potencia.
Para soportar el paso de la corriente calculada, es necesario usar un conductor por el que
pueda circular una corriente superior a la corriente nominal de la línea, es decir, que la densidad
de corriente real sea inferior a la densidad máxima admisible para ese conductor. La densi-
dad de corriente nominal de línea se expresa en función de la corriente nominal por fase de la
línea y de la sección del conductor. Análogamente, la densidad máxima admisible es función
de la corriente máxima admisible y de la sección del conductor. Por otro lado, la densidad
máxima admisible también se puede expresar en función de un coeficiente de reducción, que
depende de la composición y los tipos de materiales del conductor, y de la densidad máxima
admisible del material conductor.
Además, la potencia transportada por la línea debe ser inferior a la potencia máxima, que
depende de la tensión nominal entre fases, de la corriente máxima del conductor y del factor
de potencia.
Una vez elegido el conductor ha de comprobarse que no origine una pérdida elevada de
potencia por efecto Joule, que puede estimarse inferior al 3 % de la potencia total. Esta pérdida
depende de la resistencia por fase y de la corriente nominal de la línea.
Para la obtención de la pérdida de potencia es necesario obtener antes el valor de la resis-
tencia por fase. La resistencia eléctrica total por fase de la línea viene dada en función de la
resistencia eléctrica kilométrica del conductor y de la longitud total de la línea.
Además de soportar la pérdida de potencia calculada, la caída de tensión máxima admisible
en la línea debe ser inferior a un porcentaje establecido de la tensión nominal. Para ello es ne-
cesario calcular, además, la reactancia eléctrica de la línea. Para obtener la reactancia de la línea
aérea se calcula primero el coeficiente de autoinducción. Dicho coeficiente depende de una
constante, que para conductores masivos es igual a 0,5 y para conductores cableados es igual
a 0,64, de la media geométrica de separación entre los conductores, y del diámetro del conduc-
tor [Gómez, 2002].
Una vez calculado el coeficiente de autoinducción de la línea aérea, se puede obtener la
reactancia kilométrica, que depende de dicho coeficiente y de la frecuencia de la red. La reac-
tancia total de la línea se obtiene en función de la reactancia kilométrica y de la longitud total
de la línea.
Conocidas la resistencia total de la línea, la reactancia total de la línea y el factor de poten-
cia se obtiene la caída de tensión de la línea.
A la hora de construir cualquier línea también es necesario un nivel de aislamiento (véase
el Apartado 6.2.5 del Capítulo 6), que en España está definido en el RLAT. Dicho aislamiento
se consigue mediante cadenas de aisladores que aíslan a los conductores de sus apoyos. El tipo
de aislador a elegir puede formar parte de la cadena de suspensión o de la de amarre. Los he-
rrajes para las cadenas de amarre deben soportar las cargas de rotura y definen la longitud
máxima de la cadena de suspensión.
a
T T
B f A
La Figura 10.1 muestra la curva de la catenaria de un conductor sujeto entre dos apoyos por
los puntos A y B a la misma altura, donde T es la tensión mecánica en los puntos de amarre
del conductor y f es la flecha, es decir, la distancia entre el punto más bajo situado en el centro
de la curva y la recta AB que une los apoyos. Se llama vano a la distancia a entre los puntos
de amarre A y B. Para vanos de longitud inferior a 500 m la ecuación de la catenaria se puede
aproximar mediante una parábola, simplificando considerablemente los cálculos.
Los cálculos mecánicos más importantes antes de construir una línea son la flecha admisi-
ble y la tensión mecánica correspondiente. Para ello, además del peso propio del conductor
elegido, hay que considerar el efecto del viento y el hielo, que añaden carga a la línea y pueden
producir la rotura del conductor.
Para el cálculo de la flecha admisible, o flecha máxima, se supone que la mitad izquierda
de la catenaria de la Figura 10.2 se sustituye por la tensión TO aplicada en el punto más bajo
del vano. Sea TA la tensión en el punto de amarre del conductor al apoyo y PL el peso del con-
ductor correspondiente al medio vano, que se supone aplicado en el punto medio de la distancia
a/2, pues la flecha es muy pequeña en comparación con la longitud del vano. Con estas tres
fuerzas, el sistema está en equilibrio, por lo que, tomando momentos con respecto al punto A,
se tiene:
a
PL = TO f (10.1)
4
a
a/2
TA
A
O
TO PL
a/4 a/4
Si se denomina P al peso unitario del conductor en el tramo OA, suponiendo una flecha
a
pequeña en comparación con el vano, entonces PL = P . Sustituyendo en (10.2) resulta la ex-
2
presión de la flecha máxima en el punto medio del vano:
a2 P
f = (10.3)
8TO
TA
PL
TO
Viento PV
P PT
PH
T 2(T + A) = B (10.4)
⎡ ⎛ a2 P 2 T ⎞ ⎤ a2 P22 SE
T22 ⎢T2 + ⎜ 12 − at1 − 1 + at2⎟ SE⎥ = (10.5)
⎢⎣ ⎝24T1 SE ⎠ ⎦⎥ 24
igual a la tensión de rotura del cable dividida por el coeficiente de seguridad elegido. Una vez
hallada la tensión mecánica final, se obtiene la flecha máxima según (10.3). Nótese que, la ten-
sión máxima en el conductor determina el tipo de apoyo que lo ha de soportar y la flecha máxi-
ma determina la altura del apoyo con objeto de que la distancia al suelo sea la adecuada. El
cálculo de los esfuerzos en los apoyos se efectúa en función de la longitud del vano, de las
cargas y sobrecargas en función de la altura del emplazamiento y según las hipótesis más des-
favorables. Los esfuerzos en los apoyos se calculan de acuerdo con el tensado de los conduc-
tores y los vanos, tanto para los apoyos de alineación como para los apoyos de principio y fin
de línea.
N.º de alambres 6
Aluminio
Diámetro (mm) 3,15
Composición
N.º de alambres 1
Acero
Diámetro (mm) 3,15
En la Tabla 10.2, P es el peso unitario propio del conductor en kg/m y la tensión de cada día es
la tensión mecánica a la que está sometido el conductor la mayor parte del tiempo cuando la tem-
peratura es de 15 ºC y no hay ninguna sobrecarga, representando las condiciones iniciales de la
ecuación de cambio de condiciones. La tracción máxima admisible de los conductores y cables de
tierra no debe resultar superior a su carga de rotura, dividida por 2,5, si se trata de cables, o dividi-
da por 3, si se trata de alambres. Para el cálculo de la flecha máxima se elige la mayor flecha resul-
tante de aplicar las hipótesis de viento, hielo y temperatura. En las zonas B y C, en el caso de haber
sobrecargas de viento superiores a las de hielo indicadas en la Tabla 10.2, además de la hipótesis de
tracción máxima se considera una hipótesis adicional, como se observa en la Tabla 10.2. Habiendo
definido las hipótesis, ya se puede proceder al cálculo de la tensión mecánica y la flecha máxima.
El cálculo mecánico se efectúa teniendo en cuenta que el coeficiente de seguridad mínimo es
igual a tres, en las condiciones que provoquen la máxima tensión de los conductores. En la zona en
estudio, tipo B, dichas condiciones se producen para una temperatura t1 = −15 ºC y sobrecarga de
hielo. El peso total en las condiciones iniciales resulta P1 = 0,189 + 0,18 9,45 = 0,742 kg/m y la
tracción máxima es T1 = 1.670/3 = 556,7 kg/m. Para obtener la tensión mecánica en las condiciones
finales se aplica (10.5), calculando previamente los términos que la componen:
t2 − t1 = t2 − ( −15) = t2 + 15
T22[T2 + 1,84 · 108 ·1,78 · 10−6 + (t2 + 15) 8,4472 − 556,7] = 1,84 · 108P22
Tabla 10.2. Hipótesis de sobrecargas para las tres zonas de estudio según el RLAT
Tracción
P + PV −5 ºC P + PH −15 ºC P + PH −20 ºC
máxima
P + PV 15 ºC P + PV 15 ºC P + PV 15 ºC
Flecha
P 50 ºC P + PH 0 ºC P + PH 0 ºC
máxima
— — P 50 ºC P 50 ºC
Tensión de
P 15 ºC P 15 ºC P 15 ºC
cada día
Flecha
P −5 ºC P −15 ºC P −20 ºC
mínima
Proyectos de instalaciones eléctricas 365
Para el cálculo de la flecha máxima en las condiciones finales se consideran las siguientes hi-
pótesis en la zona B, según la Tabla 10.2:
1. Hipótesis de viento. Se considera el peso propio del conductor más la sobrecarga del viento
a temperatura t2 = 15 ºC, donde la sobrecarga del viento es PV = 0,06 · 9,45 = 0,567 kg/m y
la resultante peso + viento es P2 = 0,1892 + 0,567 = 0,598 kg/m. Utilizando estos valores
en (10.5) resulta T2 = 395,8 kg. Por tanto, la flecha máxima según (10.3) resulta:
a2 P2 1002 · 0,598
f = = = 1,89 m
8T2 8 · 395,8
2. Hipótesis de hielo. Se considera el peso del conductor más sobrecarga de hielo a t2 = 0 ºC,
donde la sobrecarga del hielo es PH = 0,18 9,45 = 0,553 kg/m y la resultante peso + hielo es
P2 = 0,189 + 0,553 = 0,742 kg/m. Utilizando estos valores en (10.5) resulta T2 = 502,95 kg
y una flecha máxima:
a2 P2 1002 · 0,742
f = = = 1,84 m
8T2 8 · 502,95
a2 P2 1002 · 0,189
f = = = 1,94 m
8T2 8 · 121,96
Por tanto, la flecha máxima tiene lugar bajo la hipótesis de temperatura y tiene un valor
de 1,94 m.
Además de la flecha y la tensión mecánica, los cálculos mecánicos deben incluir el diseño
de la cimentación y el cálculo de las distancias de seguridad. El cálculo mecánico de la cimen-
tación es más crítico y, por ello, en lo que sigue se hace hincapié en la cimentación.
Los apoyos están anclados al suelo mediante cimentaciones compuestas generalmente por
monobloques de hormigón que resisten los esfuerzos debidos al peso de los conductores y a la
fuerza del viento. Para el cálculo de las cimentaciones monobloque de hormigón en masa, se
utiliza el método Sulzberger [Sanz, 1999] donde la estabilidad de los apoyos se confía a las
reacciones del terreno. Se toma un coeficiente de seguridad CS de 1,5, que considera las carac-
terísticas del terreno.
El momento de vuelco del apoyo se calcula mediante la expresión [Sanz, 1999]:
⎛ 2 ⎞ ⎛ 1 ⎞
MV = F ⎜hL + h⎟ = F ⎜H − h⎟ (10.6)
⎝ 3 ⎠ ⎝ 3 ⎠
bh3 ⎛ 2 P ⎞
ME = Ct tan a + Pb ⎜0,5 −
3 2b3Ct tan a ⎟⎠
(10.7)
36 ⎝
366 Instalaciones eléctricas
hL
H
⎛ 1 ⎞ ⎛ 1,7⎞
MV = F ⎜H − h⎟ = 400 ⎜11 − ⎟ = 4.173,33 kggm
⎝ 3 ⎠ ⎝ 3⎠
ME = 139Ct bh4 + 880b3h = 139 · 8 · 0,7 · 1,74 + 880 · 0,73 · 1,7 = 7.014,4 kgm
A continuación se comprueba si se cumple la condición de seguridad (10.9):
ME 7.014 ,4
CS = = = 1,68 > 1,5
MV 4.173 ,33
Para el cálculo de los apoyos de principio de línea, sustituyendo en (10.6) y (10.8), se tiene:
⎛ 1 ⎞ ⎛ 2,2⎞
MV = F ⎜H − h⎟ = 2.500 ⎜11 − = 25.666, 66 kgm
⎝ 3 ⎠ ⎝ 3 ⎟⎠
ME = 139Ctbh4 + 880b3h = 139 · 8 · 1,3 · 2,24 + 880 · 1,33 · 2,2 = 38.177,44 kgm
La condición de seguridad resulta:
ME 38.177 ,44
CS = = ≈ 1, 5
MV 25.666 ,66
El apoyo de fin de línea se calcula de manera similar al de principio de línea. Por tanto, las ci-
mentaciones planteadas cumplen la condición impuesta.
V
dc − c = K f + L + (10.11)
150
donde K es un coeficiente que depende de la oscilación de los conductores con el viento y de
la tensión nominal de la línea, f es la flecha máxima en m y L es la longitud de la cadena de
suspensión en m.
La distancia mínima entre los conductores y el apoyo viene dada por:
⎧ V ⎫
dc − a = máx ⎨0 ,1 + ;0,2⎬ (10.12)
⎩ 150 ⎭
⎧ V ⎫ ⎧ 20 ⎫
dc − t = máx ⎨5,3 + ;6⎬ = máx ⎨5,3 + ;6⎬ = máx{5,43;6} = 6 m
⎩ 150 ⎭ ⎩ 150 ⎭
Para el cálculo de la separación mínima entre conductores es necesario conocer los valores de
la flecha máxima y del coeficiente K. En el Ejemplo 10.1 la flecha máxima resultó igual a 1,94 m.
Por otro lado, según el RLAT el coeficiente K depende de la tensión nominal de la línea y del án-
gulo de oscilación dosc, que se calcula como sigue a partir de los datos del Ejemplo 10.1:
PV 0,567
dosc = arctan = arctan = 71,57 º
P 0,189
El RLAT establece que el coeficiente K es igual a 0,65 para una línea de 20 kV y dosc superior
a 65º. Por tanto, la separación mínima entre conductores es, según (10.11):
V 20
dc − c = K f + L + = 0 ,65 1,94 + 0 ,57 + = 1,16 m
150 150
Finalmente, la distancia mínima entre los conductores y el apoyo viene dada por (10.12):
⎧ V ⎫ ⎧ 20 ⎫
dc − a = máx ⎨0,1 + ; 0,2⎬ = máx ⎨0,1 + ; 0,2⎬ = máx{0,23; 0,2} = 0,23 m
⎩ 150 ⎭ ⎩ 150 ⎭
200 A 200 A
200 A
400 KVA
CELDA 1 CELDA 2
ENTRADA SALIDA
K
V = (10.14)
tn
donde K = 72 y n = 1 para tiempos inferiores a 0,9 s, K = 78,5 y n = 18 para tiempos superio-
res a 0,9 s e inferiores a 3 s y t es la duración de la falta en segundos. Para tiempos compren-
didos entre 3 y 5 s la tensión de contacto aplicada no debe sobrepasar los 64 V. Para tiempos
372 Instalaciones eléctricas
superiores a 5 s la tensión de contacto aplicada no debe ser superior a 50 V. Salvo casos excep-
cionales justificados no se consideran tiempos inferiores a 0,1 s. En caso de instalaciones con
reenganche automático rápido (no superior a 0,5 s) el tiempo a considerar en la fórmula es la
suma de los tiempos parciales de mantenimiento de la corriente de defecto.
A partir de (10.14) se pueden determinar las máximas tensiones de paso y contacto admi-
sibles exteriores de una instalación, cuyas expresiones generales se han obtenido en el Aparta-
do 7.7.3 del Capítulo 7. A efectos del cálculo de un proyecto se emplean las expresiones si-
guientes:
Tensión de paso máxima admisible en voltios:
10 K ⎛ 6 rs ⎞
Vpaso = + ⎜1 + (10.15)
t n
⎝ 1.000⎟⎠
Tensión de contacto máxima admisible en voltios:
K ⎛ 1,5 rs ⎞
Vcont = + ⎜1 + (10.16)
t n
⎝ 1 .000⎟⎠
que supone que la resistencia del cuerpo humano es de 1.000 Ω, y que cada pie se modela como
un electrodo en forma de placa de 200 cm2 de superficie, ejerciendo sobre el suelo una fuerza
mínima de 250 N, lo que representa una resistencia de contacto con el suelo evaluada en función
de la resistividad superficial del terreno, rs, de 3rs. Puede ocurrir que los dos pies de la perso-
na no estén situados en terrenos con la misma resistividad superficial (por ejemplo, uno en el
pavimento interior y el otro en el exterior). En esos casos la tensión de paso máxima admisible
se sustituye por la tensión de paso de acceso máxima admisible:
10 K ⎛ 3 rs + 3 r's ⎞
Vpacc = + ⎜1 + (10.17)
tn ⎝ 1.000 ⎟⎠
donde V es la tensión nominal entre fases, Rn es la resistencia de puesta a tierra del neutro de
la red y Xn es la reactancia de puesta a tierra del neutro de la red.
Una vez conocido el valor de la corriente de defecto, se puede proceder al cálculo de las
tensiones de paso y contacto en el exterior de la instalación. Estas tensiones se obtienen multi-
plicando los parámetros característicos del electrodo considerado por la resistividad del terreno
y por la corriente de defecto. Es decir:
V'paso = Kp rID (10.20)
V'cont = Kc rID (10.21)
10 · 78,5 ⎛ 6 · 100⎞
Vpaso = ⎜⎝1 + 1.000 ⎟⎠ = 1.256 V
10 ,18
Lp Kr Kp Kc Código de la
Conf guración
(m) (Ω/Ωm) (V/Ωm) (V/Ωm) conf guración
2 LOCALES CUADRO DE
PROTECCION
ALUMBRADO
VENTILACION
CUADRO DE
GARAJE PROTECCION
FUERZA MOTRIZ
MOTOR
PUERTA
SERVICIOS
GENERALES CUADRO DE
PROTECCION
ALUMBRADO
ESCALERA
DERIVACIONES
INDIVIDUALES
CUADRO DE
PROTECCION
ALUMBRADO
PORTAL
CUARTO DE
CONTADORES
ASCENSOR
LINEA
REPARTIDORA
CAJA GENERAL
DE PROTECCION
ACOMETIDA
acuerdo con los siguientes criterios: densidad de corriente admisible y caída de tensión admi-
sible. A continuación, se seleccionan las protecciones como los fusibles, los interruptores auto-
máticos y los interruptores diferenciales de acuerdo con criterios que incluyen la corriente de
cortocircuito, la longitud máxima de cable protegido y la tensión de contacto. Finalmente, se
realiza el diseño de la red de puesta a tierra, que consta de las siguientes partes: estudio del
terreno, toma de tierra (electrodos, secciones de las líneas y ubicación), línea principal a tierra,
derivaciones y conductores de protección. La red de puesta a tierra ha sido ya explicada en el
Apartado 10.2.2.2. El único cálculo mecánico destacable en este tipo de proyectos es el diseño
de las canalizaciones de los cables de la acometida.
Sin embargo, existen métodos de previsión de potencia. La potencia de cálculo se obtiene apli-
cando unos factores de simultaneidad, como se explica a continuación.
La estimación de la potencia de cálculo total prevista para una zona que se quiere urbanizar
se puede obtener con la expresión siguiente:
PT = P1 + P2 + P3 + P4 + P5 + P6 + P7 (10.23)
donde P1 es la potencia prevista para edificios de viviendas, P2 es la potencia prevista para
centros de enseñanza, P3 es la potencia prevista para edificios de uso público, P4 es la potencia
prevista para establecimientos hoteleros, P5 es la potencia prevista para establecimientos depor-
tivos, P6 es la potencia prevista para usos industriales y P7 es la potencia prevista para alum-
brado público. Todas estas potencias se suelen especificar en kW.
La potencia destinada para edificios de viviendas (P1) se obtiene sumando la carga prevista
de consumo de cada edificio de viviendas más la correspondiente a los servicios generales y a
los locales comerciales y oficinas instalados en los edificios. Para conocer la carga prevista de
una vivienda es necesario conocer el grado de electrificación de la misma. A modo de ejemplo,
los grados de electrificación que contempla el RBT son:
• Electrificación básica: para superficies inferiores a 160 m2 y potencia mínima de vivien-
das de 5.750 W.
• Electrificación elevada: para superficies superiores a 160 m2 y potencia mínima de vivien-
das de 9.200 W.
Para calcular la potencia prevista para edificios de viviendas se puede establecer la siguien-
te división:
P1 = PV + PSG + PL + PO (10.24)
donde PV es la potencia prevista para viviendas, PSG es la potencia prevista para servicios ge-
nerales, PL es la potencia prevista para locales comerciales y PO es la potencia prevista para
oficinas.
Para el cálculo de potencia de las propias viviendas se aplica un coeficiente de simultanei-
dad por la no coincidencia de las demandas máximas en todas las viviendas. Para obtener la
potencia total de un grupo de viviendas, se multiplica la potencia media aritmética de las po-
tencias previstas por el coeficiente de simultaneidad de la Tabla 10.4.
Para el cálculo de la potencia de servicios generales, según el RBT, se tiene en cuenta que
la potencia mínima para los garajes es de 10 W/m2 y planta, si hay ventilación natural, y
20 W/m2 por planta, si es forzada. El mínimo se establece en 3.450 W. Para el cálculo de la
carga de locales comerciales y oficinas y en ausencia de datos se estima un valor de 100 W/m2
y un valor mínimo de 3.450 W [Moreno, 2003].
Una vez calculada la potencia P1, el resto de las potencias de (10.23) se calcula de la si-
guiente manera: P2 se puede estimar en 500 W por plaza para centros no universitarios y para
centros universitarios unos 1.000 kW en total; P3 se estima en un valor de 100 W/m2 y un valor
mínimo de 3.450 W si son edificios comerciales (como se indica en el párrafo anterior), unos
50 W/m2 en locales religiosos o salas de cine y exposiciones y unos 100 W/m2 por planta en
centros médicos; P4 se estima en un mínimo de 25 kW para menos de 50 plazas y 100 kW para
capacidades superiores a 50 plazas; P5 se estima del orden de 50 a 100 kW en estadios, piscinas,
polideportivos, etc.; P6 se estima en 125 W/m2 por planta, si bien se puede usar también un
coeficiente de simultaneidad apropiado y P7 se estima a razón de 2 W/m2.
Proyectos de instalaciones eléctricas 379
2 2,0
4 3,8
6 5,4
8 7,0
10 8,5
12 9,9
14 11,3
16 12,5
18 13,7
20 14,8
21 15,3
n > 21 15,3 + (n − 21) 0,5
10 · 5.750 + 5 · 9.200
Pmedia = = 6.900 W
15
siendo el coeficiente de simultaneidad para ese número de viviendas igual a 11,9 según la Tabla 10.4,
por lo que la potencia total del grupo de viviendas es 6.900 · 11,9 = 82.110 W.
Para los locales, la potencia prevista es 50 · 100 = 5.000 W que es superior a la mínima poten-
cia (3.450 W). La potencia del garaje es igual a 2 · 20 · 400 = 16.000 W, también superior a la mí-
nima potencia.
Por tanto, la potencia de cálculo es:
Para el cálculo de la sección que cumpla la condición de caída de tensión se aplican las
expresiones descritas en el Capítulo 3 y se obtiene la sección normalizada más cercana por
exceso. A continuación se calcula la corriente del circuito y se comprueba si es menor que la
corriente máxima admisible, I máx (véase el Capítulo 3). Las condiciones de la instalación pue-
den modificar el valor de I máx y obligan al uso de factores correctores:
máx
Ireal ≤ C1C2C3C4 Imáx (10.25)
máx
donde Ireal es la corriente máxima real admisible, C1 es el factor corrector por entubamiento de
cables (C1 = 0,8 para cables tripolares y 0,9 para unipolares), C2 es el factor corrector según el
número de líneas enterradas en la misma zanja, C3 es el factor corrector según la resistividad
térmica del terreno, y C4 es el factor corrector según la temperatura del terreno.
Una vez calculados los factores correctores se obtiene que:
máx
Ireal
I máx ≥ (10.26)
C1C2C3C4
con lo que ya se puede ir a una tabla con secciones normalizadas y elegir un valor de sección
normalizada cuyo valor de corriente admisible sea el más cercano por exceso a la calculada.
De entre las secciones normalizadas que cumplen ambas condiciones, caída de tensión y co-
rriente admisibles, se elige la mayor. También habría que dimensionar las protecciones median-
te el cálculo de la corriente de cortocircuito, como ya se ha indicado en el proyecto de CT.
Dada la potencia de cálculo del ejemplo anterior, se selecciona a continuación la sección y el tipo
de conductor para la instalación de una acometida que cumpla las condiciones de corriente y caída
de tensión máximas. Se supone una red de distribución trifásica de 10 m de longitud enterrada bajo
tubo, con una tensión nominal entre fases de 400 V y un factor de potencia 0,8 inductivo. El aisla-
miento es del tipo XLPE con nivel de aislamiento 0,6/1 kV y cable de aluminio, cuya conductividad
es de 35 m/Ωmm2.
Proyectos de instalaciones eléctricas 381
123.110
I = = 222,11 A
3 · 400 · 0,8
Para soportar esa corriente es necesario un conductor cuya corriente máxima admisible mí-
nima sea mayor o igual que el valor calculado. En este caso, dado que el nivel de aislamiento es
de 0,6/1 kV y que el cable está enterrado bajo tubo, el RBT tabula un valor de la sección inicial
de 95 mm2 para el material elegido con una corriente máxima admisible de 260 A, como se observa
en la Tabla 10.5.
Se aplican los factores de corrección correspondientes según (10.25), cuyo valor final es de 0,8,
por tratarse de un cable enterrado bajo tubo. Por tanto, la corriente máxima real admisible es igual
máx
a Ireal = I máx C = 260 · 0,8 = 208 A < 222,11 A, por lo que hay que elegir una sección mayor. Des-
pejando el mínimo valor de I máx que cumpla la condición de ser superior a la corriente de cálculo
resulta:
I 222,11
I máx = = = 277,64 A
C 0,8
Con este dato, se obtiene una sección de 120 mm2, cuya corriente máxima es 295 A, que sí
cumple el criterio de corriente admisible.
Sección
nominal
(mm2)
16 97 94 86 90 86 76
25 125 120 110 115 110 98
35 150 145 130 140 135 120
50 180 175 155 165 160 140
70 220 215 190 205 220 170
95 260 255 225 240 235 210
120 295 290 260 275 270 235
150 330 325 290 310 305 265
185 375 365 325 350 345 300
240 430 420 380 405 395 350
300 485 475 430 460 445 395
400 550 540 480 520 500 445
500 615 605 525 — — —
630 690 680 600 — — —
382 Instalaciones eléctricas
A PAVIMENTO
FIRME
RELLENO ZANJA
ASIENTO TUBOS
H
0,10
0,30
0,05
TUBOS DE PLASTICO
2 0,70
3 0,35 0,80
4 0,90
5 0,80
6 0,50 0,90
7a9 1,10
Proyectos de instalaciones eléctricas 383
los tubos por planos. A continuación se rellena con otra capa de arena de 10 cm por encima,
que envuelve los tubos por completo. Para acabar se coloca una capa de tierra u hormigón de
unos 12 cm de espesor.
10.4. Resumen
En este capítulo se describen las características generales de tres tipos de proyectos de instala-
ciones eléctricas: una línea eléctrica aérea de alta tensión, un centro de transformación y una
acometida de baja tensión. Se describen brevemente algunos de los cálculos necesarios y se
menciona la reglamentación correspondiente.
El lector interesado puede encontrar información adicional acerca de proyectos de instala-
ciones eléctricas en [Carmona, 2003], [Moreno, 2003] y [Sanz, 1999]. La normativa vigente en
España sobre líneas eléctricas de AT, centros de transformación e instalaciones de BT se puede
consultar en [RLAT], [RCE] y [RBT], respectivamente.
10.5. Ejercicios
Ejercicio 10.1. Calcúlense según el RLAT la tracción máxima, la flecha máxima y las distan-
cias de seguridad de una línea aérea de alta tensión de 20 kV, de 1 km de longitud, situada
a 1.100 m de altitud, con una potencia a transportar de 50 kW y un factor de potencia 0,8 in-
ductivo. Supóngase un vano de cálculo de 100 m sin desnivel. Elíjase un conductor de alumi-
nio-acero del tipo LA-56.
Soluciones: T = 556,7 kg/m, f = 3,099 m, dc−t = 6 m, dc−c = 1,366 m y dc−a = 0,23 m.
Ejercicio 10.2. Calcúlense según el método UNESA la resistencia del sistema de tierra, las
tensiones máximas admisibles de paso y de contacto, las tensiones de paso y contacto en el ex-
terior de la instalación y la separación de los sistemas de puesta a tierra de un centro de trans-
formación de 150 kVA, tensión nominal en AT 20 kV y tensión nominal en BT 400/230 V.
Supóngase una capacidad de corte de la instalación de 375 MVA, una tensión de aislamiento
de 24 kV, una corriente máxima de defecto a tierra de 300 A y una tensión de defecto a tierra
de 1.000 V. Elíjase una configuración de puesta a tierra de 4 picas de 8 m de longitud.
Soluciones: Rt = 5,8 Ω, Vpaso = 1.256 V, Vpacc = 8.085,5 V, V'paso = 261 V, V'cont = 663 V y
D = 5 m.
CIRCUITOS TRIFÁSICOS
DE ENERGÍA ELÉCTRICA A
En este apéndice se revisan los sistemas trifásicos de corriente alterna. En primer lugar, se ana-
liza su funcionamiento en régimen de equilibrio, a continuación, se expone el sistema por uni-
dad y, finalmente, se analiza el funcionamiento en régimen de desequilibrio. El lector interesa-
do puede ampliar el material de este apéndice en el libro de circuitos [Conejo, 2004] y en el de
sistemas de energía eléctrica [Gómez, 2002].
C
o
120
o A
120
o
120
y por tanto:
Eab = Ea − Eb, Ebc = Eb − Ec, Eca = Ec − Ea (A.2)
Asimismo, el triángulo de impedancias Zab, Zbc y Zca debe ser equivalente a la estrella for-
mada por Za, Zb y Zc, relación que establece la conversión estrella-triángulo-estrella, que se
detalla, por ejemplo, en [Conejo, 2004].
a a
Za Zab
Eab
Ea Eca
Eb Zb
n b b
Zbc
Zca Ebc
Ec
Zc
c c
a) b)
Generador Receptor
trifásico trifásico
ZaA
a A
ZbB
b B
ZcC
c C
ZnN
n N
representa una línea trifásica de tres o cuatro hilos. En trazo discontinuo se representa el hilo
de neutro.
En cuanto a los receptores utilizados, pueden ser monofásicos y trifásicos. Como se repre-
senta en la Figura A.5, los receptores trifásicos se conectan en estrella o triángulo.
Como ocurre con las máquinas eléctricas, lo normal es que los receptores trifásicos formen
estrellas o triángulos equilibrados, es decir, con sus tres impedancias iguales.
Los receptores monofásicos en una red trifásica pueden estar conectados a las tensiones
compuestas o de línea o a las tensiones simples o de fase, de modo que formen estrellas o trián-
gulos, en principio desequilibrados, aunque en la práctica se conectan de modo que su conjun-
to forme una estrella o un triángulo equilibrados.
A A
ZAB
ZB ZA
B
N B Z CA
ZBC
ZC
C C
ZaA
a A
Zga IaA
IaA
Ea ZA
Eb Zgb ZbB ZB
b B
n N
IbB
Ec IcC ZC
Ea Eb Ec
+ +
Zga + ZaA + ZA Zgb + ZbB + ZB Zgc + ZcC + ZC
VNn = (A.6)
1 1 1 1
+ + +
Zga + ZaA + ZA Zgb + ZbB + ZB Zgc + ZcC + ZC ZnN
ZaA
a A
Zga IaA
Ea ZA
Eb Zgb ZbB ZB
b B
n N
IbB
ZnN
Ec ZC
Conocida la tensión VNn, se pueden conocer las corrientes de línea, pues al aplicar la ley de
Kirchhoff de tensiones a cada una de las líneas con la línea nN, se obtiene:
Ea − VNn
( Zga + ZaA + ZA ) IaA + VNn = Ea ⇒ IaA = (A.7)
Zga + ZaA + ZA
Eb − VNn
( Zgb + ZbB + ZB) IbB + VNn = Eb ⇒ IbB = (A.8)
Zgb + ZbB + ZB
Ec − VNn
( Zgc + ZcC + ZC ) IcC + VNn = Ec ⇒ IcC = (A.9)
Zgc + ZcC + ZC
Obsérvese que este método, que se conoce como cálculo de la tensión de desplazamiento
del centro de estrella, también se puede aplicar a los circuitos estrella-estrella a tres hilos.
Por último, si se tiene un circuito trifásico en el que las fuentes y/o los receptores están
conectados en triángulo, también se puede utilizar el método de mallas directamente, pero,
generalmente, es más conveniente aplicar previamente equivalencias triángulo-estrella de las
fuentes y/o receptores y convertir el circuito al tipo estrella-estrella.
El método de análisis previamente estudiado es aplicable a toda clase de circuitos trifásicos.
Pero como se da la circunstancia de que los circuitos trifásicos que con más frecuencia se en-
cuentran en la práctica son los equilibrados y, por tanto, son los que más interés presentan, se
utiliza para su resolución una metodología específica. Esta metodología consiste en la reducción
del circuito trifásico equilibrado a un circuito monofásico equivalente, como se analiza en los
apartados siguientes.
La Figura A.8 representa un circuito trifásico equilibrado estrella-estrella, donde el hilo neutro
y su impedancia se han representado mediante trazo discontinuo, porque puede existir o no.
ZL
a A
Zg IA
Ea Z
Eb Zg ZL Z
b B
n N
IB
ZN
Ec Z
Zg IC ZL
c C
Ea + Eb + Ec
Zg + ZL + Z
VNn = (A.10)
3 1
+
Zg + ZL + Z ZN
Al ser un sistema equilibrado, las fuerzas electromotrices de las fuentes son iguales, pero
desfasadas 120º y su suma es nula; por tanto, en (A.10) el resultado es nulo. Esto significa que
en un sistema trifásico equilibrado estrella-estrella, es indiferente que exista o no el hilo neutro.
Sin embargo, en la práctica, si los receptores son monofásicos, sí se utiliza el conductor neutro
para garantizar, en caso de avería de algún receptor, que la tensión de los demás sigue siendo
la tensión simple.
Al aplicar a la fase aA del circuito la ley de Kirchhoff de tensiones se obtiene:
Ea
( Zg + ZL + Z) IA = Ea ⇒ IA = (A.11)
Zg + ZL + Z
Esta corriente es la misma que la del circuito monofásico que se representa en la Figu-
ra A.9.
Las corrientes de las otras dos líneas son iguales a la calculada en el circuito monofásico
equivalente, pero desfasadas 120º como sus fuentes correspondientes.
ZL
Zg
IA Z
+ Ea
-
Nótese que, en las expresiones anteriores los valores de corriente y tensión son valores efi-
caces, no máximos. Nótese asimismo, que no se han explicitado los valores instantáneos de la
corriente de línea y de la tensión de fase, iA(t) y vA(t), respectivamente para la fase A.
La potencia media total suministrada por la red eléctrica es la suma de las potencias medias
suministradas por cada fase; por tanto, la potencia media total es:
Si, como es lo más habitual, tanto el receptor como la red son equilibrados, aplicando el
convenio de tensiones mencionado en el apartado anterior, se tiene:
V = 3 VF, I = IF (A.20)
Y si se considera la red como un triángulo equilibrado de fuentes ideales, se tiene:
V = VF, I = 3 IF (A.21)
Finalmente:
P = 3 VI cos j (A.22)
donde el ángulo j es el retraso de la corriente de fase con respecto a la tensión de fase corres-
pondiente.
S = ( PA + PB + PC )2 + (QA + QB + QC )2 (A.26)
Si, como es más habitual, tanto el receptor como la red son equilibrados, las potencias to-
tales activa, reactiva y aparente son:
S = 3VFIF = 3 VI (A.29)
394 Instalaciones eléctricas
Para cada fase, el producto del fasor tensión y del fasor conjugado de la corriente es la po-
tencia compleja S, cuyos módulos y componentes rectangulares S, P y Q forman un triángulo
rectángulo. Nótese que la expresión de la potencia compleja es vectorial.
Como se representa en la Figura A.11, sumando las potencias complejas de cada fase se
obtiene la potencia compleja y el triángulo de potencias totales, en el que se tiene que:
PC
SB
C
B QB SC QC
SA
A
QA PB S
Q
PA P
1. Los transformadores desaparecen del circuito monofásico equivalente. Este hecho cons-
tituye la mayor ventaja ya que desaparecen los distintos niveles de tensión y el circuito
monofásico equivalente pasa a denominarse circuito de impedancia.
2. El sistema por unidad proporciona información clara de las magnitudes relativas de
diversas variables como la tensión, la corriente, la potencia y la impedancia.
3. La impedancia por unidad de máquinas del mismo tipo, calculada en función de sus
valores nominales, se encuentra en un margen estrecho independientemente de dichos
valores nominales. Sin embargo, la impedancia en ohmios varía ampliamente con los
valores nominales.
4. Los valores por unidad de la impedancia, tensión y corriente de un transformador refe-
ridos al primario y al secundario son los mismos.
5. Las leyes de la teoría de circuitos son válidas en el sistema por unidad. Además, las
expresiones de la potencia y la tensión se simplifican ya que no aparecen los facto-
res 3 ó 3.
donde SB, VB, IB y ZB son los valores base de la potencia aparente, la tensión, la corriente y la
impedancia, respectivamente.
Es habitual definir las bases de potencia y tensión, resultando una corriente base, una im-
pedancia base y una admitancia base dadas por:
SB VB2 1 I S
IB = , ZB = , YB = = B = B2 (A.38)
VB SB ZB VB VB
Para transformar un circuito eléctrico con valores en unidades físicas a valores por unidad
sólo se requiere una simple división del valor del parámetro (impedancia, admitancia) o de la
variable (tensión, potencia, corriente) por su base respectiva. Teniendo en cuenta las magnitudes
base anteriores, las magnitudes vectoriales en valores por unidad se calculan de la siguiente
forma (el subíndice pu indica valor por unidad):
S P + jQ P Q V I
S pu = = = + j = Ppu + jQpu , Vpu = , I pu = (A.39)
SB SB SB SB VB IB
Z R + jX R X
Zpu = = = + j = Rpu + jX pu (A.40)
ZB ZB ZB ZB
Y G + jB G B
Ypu = = = + j = Gpu + jBpu (A.41)
YB YB YB YB
Como se puede observar, la magnitud base de las potencias activa y reactiva es la potencia
aparente base. De forma análoga, la magnitud base de la resistencia y de la reactancia es la
impedancia base.
Finalmente, se pueden expresar en el sistema por unidad los módulos de las magnitudes
vectoriales anteriores:
S V I Z Y
S pu = , Vpu = , Ipu = , Z pu = , Ypu = (A.42)
SB VB IB ZB YB
S VI * VI *
S pu = = = *
= Vpu Ipu (A.43)
SB SB VB IB
V ZI ZI
Vpu = = = = Zpu Ipu (A.44)
VB VB Z B IB
también se cumple la siguiente relación entre las tensiones inducidas (nótese que las tensiones
inducidas en los devanados de la misma columna están en fase):
E1 E
= 2 (A.47)
VB1 VB 2
Una vez que se han establecido la potencia base y la tensión base de cada devanado se ob-
tienen las siguientes corrientes base:
SB SB
I B1 = , IB2 = (A.48)
VB1 VB 2
I1 Z1 Z2 I2
N1 / N 2
Z0 Z
V1 E1 E2 V2
I0
I B1 V N
= B2 = 2 (A.49)
IB2 VB1 N1
VB21 VB22
Z B1 = , ZB 2 = (A.50)
SB SB
Por tanto:
Z B1 V2 N2
= B21 = 12 (A.51)
ZB 2 VB 2 N2
Al aplicar las expresiones anteriores a las ecuaciones del transformador (A.45) resulta:
V1 I Z1 E E2 I Z2 V
= 1 + 1, = 2 + 2 (A.52)
VB1 I B1 Z B1 VB1 VB 2 I B 2 Z B 2 VB 2
Es decir, desde el punto de vista del análisis del circuito, la relación de transformación no
aparece en las ecuaciones y, por tanto, el circuito se reduce al de la Figura A.13.
Si se ignora la corriente de vacío del transformador (lo que es norma común en la práctica),
las corrientes del primario y del secundario son iguales en el sistema por unidad.
La impedancia de cortocircuito del transformador reducida al primario, expresada en mag-
nitudes reales es:
2
⎛N ⎞
ZCC1 = Z1 + ⎜ 1⎟ Z2 (A.54)
⎝N ⎠ 2
Z 0pu Z pu
V1pu V2pu
I 0pu
ij
Bi Bj
S B1 VB21 SB 2 VB22
IB1 = , Z B1 = , IB 2 = , ZB 2 = (A.58)
VB1 S B1 VB 2 SB 2
Z Z
Zpu1 = = 2 (A.59)
Z B1 VB1
S B1
Z Z
Zpu2 = = 2 (A.60)
ZB 2 VB 2
SB 2
Por tanto, la relación entre los valores por unidad respecto a ambas bases es:
VB21
SB1 Z
Zpu 2 = Zpu1 2
= Zpu1 B1 (A.61)
VB 2 ZB2
SB 2
Circuitos trifásicos de energía eléctrica 401
Vj
VBj = VBi (A.64)
Vi
donde VBj es la tensión base de la zona j, y Vi /Vj es la relación de transformación del
transformador que está entre las zonas i y j.
402 Instalaciones eléctricas
C
IC
B
IB
A
VCN IA
VBN
V AN ZF
describen las condiciones de desequilibrio en valores de fase. Debe tenerse en cuenta que los
circuitos equivalentes de los distintos componentes de las redes eléctricas se deducen para con-
diciones de equilibrio y, en general, no son válidos bajo condiciones de desequilibrio. La Figu-
ra A.15 muestra una condición de desequilibrio fase-tierra.
Por tanto, para el estudio de las redes eléctricas en régimen de desequilibrio es necesario
emplear la así llamada transformación de las componentes simétricas que se describe sucinta-
mente en el siguiente apartado.
⎡VA⎤ ⎡V0⎤ ⎡1 1 1⎤
⎢ ⎥ ⎢ ⎥ ⎢ ⎥
⎢VB⎥ = ⎡⎣T⎤⎦ ⎢V1⎥ , ⎡⎣T⎤⎦ = ⎢1 a2 a⎥ (A.68)
⎢⎣VC⎥⎦ ⎢⎣V2⎥⎦ ⎢⎣1 a a2⎥⎦
⎡V0⎤ ⎡VA⎤ ⎡1 1 1⎤
⎢ ⎥ −1 ⎢ ⎥ −1 1⎢ ⎥
⎢V1⎥ = ⎡⎣T⎤⎦ ⎢VB⎥ , ⎡⎣T⎤⎦ = ⎢1 a a2⎥ (A.69)
3
⎢⎣V2⎥⎦ ⎢⎣VC⎥⎦ ⎢⎣1 a2 a⎥⎦
V0
VA
V2
VA
V1
V2
VC V1 VC
V0
VB 2
V1
VB
V0
2 V2
o j2 /3
1 120 e
V1
V1 V2
2
V0
V2
V0 V0
2
V2
V1
equivalente para cada componente simétrica (circuitos secuenciales) que no depende de las
otras dos. Toda red eléctrica presenta por tanto tres circuitos equivalentes independientes que
sólo se conectan entre sí en el punto del desequilibrio o falta.
Los circuitos secuenciales de un alternador se muestran en la Figura A.17. Las impedancias
ZG0, ZG1 y ZG2 son respectivamente las impedancias de secuencia homopolar, directa e inversa,
mientras que ZPT es la impedancia de puesta a tierra del alternador. El subíndice G indica ge-
nerador. Nótese que los circuitos secuenciales de un motor síncrono son análogos pero con el
sentido de las corrientes invertido.
I0 I1 I2
Z G0 Z G1
V0 G V1 G Z V2 G
G2
3 Z PT EA
I0 Z L0 3ZT
V V0R
0S
I1 ZL
V1 S V1R
I2 ZL
V2 S V2R
Los circuitos secuenciales de una línea eléctrica se muestran en la Figura A.18. Nótese que
ZL0 es la impedancia homopolar, ZL la directa o inversa y ZT es la impedancia de tierra. El su-
bíndice S indica extremo suministrador y el subíndice R extremo receptor.
Los circuitos secuenciales de una carga eléctrica se muestran en la Figura A.19. ZC0 es la
impedancia homopolar, ZC la directa o inversa y ZPT es la impedancia de puesta a tierra de la
carga.
Los circuitos secuenciales directo e inverso de un transformador se muestran en la Figu-
ra A.20. Debe notarse que Z es la impedancia de cortocircuito del transformador. El subíndice
S indica extremo suministrador y el subíndice R extremo receptor. En la Figura A.20 se indica
que las secuencias directa e inversa, respectivamente, experimentan desfases opuestos, +d y −d
al pasar de un devanado a otro.
El circuito equivalente homopolar de un transformador depende del grupo de conexión del
mismo. La Figura A.21 muestra el circuito homopolar para los casos de conexión a) estrella a
I0 I1 I2
+ + +
Z C0
V0 V1 ZC V2 ZC
3 Z PT
I1 Z1 Z
V1S V1R
I2 Z2 Z
V2S V2 R
I0S
a) Z0
V0 S V0 R
I0 S I0 R
b) Z0
V0 S V0 R
Figura A.21. Circuito secuencial homopolar para las conexiones a) YNyn y b) YNd.
neutro-estrella a neutro (YNyn) y b) estrella a neutro-triángulo (YNd), que son los más habi-
tuales. Información adicional puede encontrarse en [Gómez, 2002]. Nótese que Z0 es la impe-
dancia homopolar del transformador.
I1
I0 I2
E Th
Z0 V0 V1 Z2
V2
Z1
1. Se obtienen los tres circuitos monofásicos equivalentes de Thévenin (uno para cada
secuencia) de la red vistos desde el punto del desequilibrio o falta. La Figura A.22
muestra estos circuitos monofásicos equivalentes de Thévenin.
2. Se transforman las condiciones de falta de valores de fase a componentes simétricas.
3. Se determina el tipo de conexión de los circuitos secuenciales equivalentes y se co-
nectan.
4. Se resuelve el circuito resultante y se determinan las corrientes y tensiones de falta en
componentes simétricas.
5. Se transforman las corrientes y tensiones de falta de componentes simétricas a valores
de fase.
El desequilibrio fase-tierra (Figura A.15) se estudia a continuación. Las condiciones de
falta en valores de fase y en componentes simétricas se muestran en (A.70). El símbolo «⇒»
indica el resultado de aplicar la transformación de las componentes simétricas.
I A ≠ 0⎫ VA = ZF IA⎫
⎪ ⎪
IB = 0⎬ ⇒ I1 = I2 = I0 , VB ≠ 0 ⎬ ⇒ V1 + V2 + V0 = 3 ZF I1 (A.70)
IC = 0⎪⎭ VC ≠ 0 ⎪⎭
Las condiciones (A.70) requieren una conexión de los circuitos secuenciales tal como se
muestra en la Figura A.23.
Z0 I0 V0
E Th I1
V1
3 ZF
Z1
Z2 I2 V2
ETh
I0 = I1 = I2 = , V0 = − Z0 I0 , V1 = ETh − Z1 I1, V2 = − Z2 I2 (A.71)
Z0 + Z1 + Z2 + 3 ZF
3 ETh
IB = IC = 0, IA = , VA = IA ZF (A.72)
Z0 + Z1 + Z2 + 3 ZF
IA = 0 ⎫ VA ⎫
⎪ ⎪
IB ≠ 0 ⎬ ⇒ I1 = − I2 , VB ⎬ ⇒ V1 − V2 = ZF I1 (A.73)
IC = − IB⎪⎭ ⎪
VC = VB − IB ZF ⎭
Estas condiciones requieren una conexión de los circuitos secuenciales tal como se muestra
en la Figura A.25.
IC ZF IB
B
IA
A
I0
Z0 V0
I1 ZF I2
E Th
V1 V2 Z2
Z1
ETh
I0 = 0, I1 = − I2 = , V0 = 0, V1 = ETh − Z1 I1, V2 = −Z2 I2 (A.74)
Z1 + Z2 + ZF
3 ETh ∠− 90º
IA = 0, IC = − IB = , VB − VC = IB ZF (A.75)
Z1 + Z2 + ZF
El desequilibrio fase-fase-tierra se ilustra en la Figura A.26 y se estudia a continuación.
Las condiciones del desequilibrio fase-fase-tierra en valores de fase y en componentes si-
métricas se muestran a continuación.
I A = 0⎫
⎪
IB ≠ 0⎬ ⇒ I1 + I2 + I0 = 0
IC ≠ 0⎪⎭
(A.76)
VA ⎫ V1 ≠ 0 ⎫
⎪ ⎪
VB = IB ( ZF + ZT ) + IC ZT ⎬ ⇒ V2 = V1 − I1 ZF + I2 ZF ⎬
⎪
VC = IC ( ZF + ZT ) + IB ZT ⎭ V0 = V1 − I1 ZF + I0 ( ZF + 3 ZT )⎪⎭
Estas condiciones requieren una conexión de los circuitos secuenciales tal como se muestra
en la Figura A.27.
N
ZT
IC IB
ZF ZF
B
IA
A
3 Z T+Z F ZF ZF
I0 I1 I2
E Th V1
Z0 V0 V2
Z2
Z1
ETh
I1 =
⎡( Z2 + ZF ) ( Z0 + ZF + 3 ZT )⎤ + ( Z1 + ZF )
⎣ ⎦
Z0 + ZF + 3 ZT
I2 = − I1
⎡⎣( Z2 + ZF ) + ( Z0 + ZF + 3 ZT )⎤⎦
Z2 + ZF (A.77)
I0 = − I1
⎡⎣( Z2 + ZF ) + ( Z0 + ZF + 3 ZT )⎤⎦
V1 = ETh − Z1 I1
V2 = − Z2 I2
V0 = − Z0 I0
A.4. Resumen
En este apéndice se estudian sucintamente los circuitos trifásicos de corriente alterna en régi-
men de equilibrio y desequilibrio, así como el sistema por unidad. Información adicional pue-
de encontrarse en [Conejo, 2004] y en [Gómez, 2002].
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BIOGRAFÍAS
Federico Milano, ingeniero eléctrico y doctor ingeniero eléctrico por la Universidad de Géno-
va, es profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha. Publica regularmente en revistas del
SCI sobre temas de ingeniería eléctrica.
José L. P olo, doctor ingeniero industrial y profesor titular de escuela universitaria en la Uni-
versidad de Castilla-La Mancha, publica regularmente en revistas del SCI sobre aplicaciones
de los circuitos eléctricos. Tiene experiencia en la enseñanza de diversas asignaturas de inge-
niería eléctrica en escuelas de ingeniería técnica industrial.
Raquel Gar cía Bertrand, ingeniera industrial y doctora por la Universidad de Castilla-La
Mancha en ingeniería eléctrica, es profesora ayudante en dicha universidad. Publica regu-
larmente en revistas del SCI en los campos de la ingeniería eléctrica y la investigación ope-
rativa.