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Empujes de Suelos (Apunte)
Empujes de Suelos (Apunte)
AREA GEOTECNIA
Introducción. 2
Teoría de Rankine. 2
Teoría de Coulomb. 11
2
Ing. Augusto José Leoni – Ing. Diego Skok
Área Geotecnia de la Facultad de Ingeniería UNLP
Introducción
Para definir el empuje de los suelos sobre las estructuras de retención, podemos decir en forma
general, que en ellos se involucran todos los problemas que se le presentan al ingeniero para
determinar las tensiones en la masa del suelo que actúa sobre una estructura.
En este apunte daremos las nociones básicas para poder calcular los empujes laterales de los
suelos contra las estructuras. Como primera medida debemos decir que el tipo de empuje
depende, tanto de la naturaleza del suelo como del tipo de estructura, ya que se trata de un
problema de interacción entre ambos.
La mecánica de suelos se basa en varias teorías para calcular, la distribución de tensiones que se
producen en los suelos y sobre las estructuras de retención. Cronológicamente, Coulomb (1776)
fue el primero que estudió la distribución de tensiones sobre muros. Posteriormente, Rankine
(1857) publicó sus experiencias, y por último y ya en el siglo XX se conoce la teoría de la cuña,
debida a varios autores, pero especialmente a Terzaghi.
Teoría de Rankine
Rankine hace referencia a las variaciones de tensiones que se producen en una masa de suelos,
cuando se produce un relajamiento o un aumento de la tensión horizontal; considera esos dos
casos extremos e impone ciertas condiciones de borde para un prisma elemental que se encuentra
dentro de una masa semi infinita.
Fig 1.
Las condiciones de borde impuestas por Rankine para determinar la relación entre tensiones
principales en cada estado, fundamentalmente son:
No existe un caso práctico en el cual se cumplan estrictamente con las condiciones de borde
impuestas por la teoría de Rankine.
El estudio teórico de Rankine se caracteriza entonces, como habíamos dicho anteriormente, por
dos estados límites de equilibrio plástico. El estado original del terreno se presenta por un prisma
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elemental sometido a cierta profundidad a una presión vertical v, igual al peso de la ‘tapada’ de
suelo que está por encima, y que vale el producto de su peso unitario por la profundidad en la
cual se encuentra el elemento prismático estudiado v = . z (figura 1). A esta presión vertical v,
le corresponde una tensión horizontal h. La relación entre ambas es un coeficiente K, que en el
estado original – denominado estado de reposo – se lo denomina K0.
Supongamos idealmente (figura 2a) que podemos insertar en ésta masa semi infinita, una pantalla
rígida, de tal forma que si nosotros retiramos el suelo que se encuentra a la izquierda de la
pantalla, no cambien las condiciones iniciales del terreno en la parte de la derecha de la misma
(figura 2b).
Fig 2.
Si se permite que este paramento vertical se traslade una cierta magnitud hacia la izquierda a
presión constante, se producirá una reducción de la presión horizontal. A medida que nos
desplazamos a presión constante, para cierto corrimiento, toda la masa de suelo entra en
equilibrio plástico; cada punto llega al límite de rotura, y en ese momento la relación entre las
presiones horizontal y vertical se indica por el coeficiente de empuje activo de Rankine, Ka. Este
coeficiente es entonces la relación entre las tensiones principales, cuando por disminución de la
presión horizontal toda la masa semi infinita de suelo está al borde de la rotura, este es el primer
estado límite. Si se corriera el paramento vertical hacia la derecha, la presión vertical
prácticamente se mantendría constante, pero se produciría un incremento de la presión horizontal.
También se llegaría al borde de la rotura, pero con una inversión de tensiones principales: ahora
la tensión horizontal sería mayor que la vertical. Es otro estado límite característico de Rankine,
para el cual la relación entre las dos presiones está dada por el coeficiente de empuje pasivo, Kp.
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Fig 3.
En la figura 3 se indica la representación de los estados límites por círculos de rotura de Mohr.
Si mantenemos la tensión vertical v constante, se disminuye la tensión horizontal hasta llegar a
la rotura, el segmento 0-hmín de la figura representa la presión horizontal en ese momento. En
cambio, si mantenemos la tensión vertical constante y aumentamos la tensión horizontal, el
círculo va creciendo hacia la derecha, hasta que en el estado límite de Rankine toca la curva de
resistencia intrínseca y se produce el estado límite de rotura.
En la figura 4 se indican para el mismo diagrama las inclinaciones para las cuales se producen los
estados límites. En el estado activo, la línea de rotura forma un ángulo de 45 / 2 con la
horizontal. En el estado pasivo, las líneas de rotura en toda la masa que se encuentra en estado de
equilibrio plástico, forman también un ángulo de 45 / 2 pero con la vertical.
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Fig 4.
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Fig. 6
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1- 2. r 90
2- r 45 / 2
1 3
3- sen 2
c 1 3
tg 2
1 sen cos
4- 1 3 . c.
2 2 1 sen 1 sen
5- 1 3 .tg 45 / 2 2c.tg 45 / 2
2
6- N tg 2 (45 / 2)
7- 1 3 .N 2c. N
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En las figura 7-a) y 7-b) se han dibujado diagramas de empujes activos calculados mediante la
teoría de Rankine, la figura 7-a), en un caso particular del empuje activo en arenas, donde existe
agua a cierta altura, y la figura 7-b) representa el empuje activo en arcillas. En el caso de las
arenas, la abscisa en la primer parte del diagrama es:
H .
ce 1
N
Cuando se entra en el agua, el valor de pasa a ser sumergido, y la pendiente varía. En este caso
al valor del empuje del suelo es necesario sumarle el empuje del agua, que tiene un coeficiente
K = 1, porque las presiones hidrostáticas son iguales en toda dirección. El empuje del agua es
muy importante, por lo menos 3 o 6 veces mayor que el empuje del suelo; para arenas sueltas '
vale 30° como mínimo, y por lo tanto Ka es del orden de 0,33. Mientras que para el caso de las
arenas densas ' es aproximadamente 45° lo cual nos da un valor de Ka = 0,17, dando un valor
reducido del empuje activo. Al proyectar una estructura es muy importante conocer entonces, si
existe agua actuando en el terreno; de lo contrario, la aparición en forma imprevista de un
incremento del empuje de gran magnitud, provoca inmediatamente el colapso de la estructura. En
la misma figura correspondiente a empuje activo para arenas, se ha supuesto la acción de una
sobrecarga “q” sobre el terreno. En este caso, el empuje se incrementa en el valor de la
sobrecarga multiplicado por el coeficiente Ka.
q
ag
N
En el caso de las arcillas existe cohesión, de manera que hay que considerar los dos términos de
la ecuación que da 1 en función de 3. El diagrama es la suma de uno triangular que crece con la
profundidad, mas un valor negativo constante. Resulta un diagrama negativo en su primer parte,
que luego se hace positivo, lo cual indica, que para suelos cohesivos, la parte superior no solo no
tiene empujes, sino que está sometida a tracción. Es por eso que las excavaciones en arcilla se
pueden realizar en determinado momento y en cierto tiempo sin tener desmoronamientos, porque
la parte superior está sometida a tracción y teóricamente no es necesario contener los empujes, ya
que son inexistentes. Se llama altura crítica, al valor de la profundidad para el cual se igualan la
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Para el otro estado límite, de empujes pasivos, la estructura empuja contra el suelo, y la presión
horizontal crece hasta llegar al estado de equilibrio plástico. La tensión principal mayor es la
horizontal 1. Por lo tanto despejando de la fórmula expresada en la figura 6 tendremos:
Tensión principal mayor: 1 = p
Tensión Principal menor: 3 = . z
p .z.N 2.c. N
En la figura 8, se ilustra el diagrama de empuje pasivo para el caso más general de un suelo que
tiene cohesión, fricción y sobrecarga. La presión horizontal es la suma de 3 términos; los dos
últimos son constantes, y los diagramas correspondientes resultan rectangulares. El primer
término .Z .N . crece con la profundidad, ya que .Z es la presión vertical v. El empuje
resultante, se calcula como suma de las resultantes parciales de cada una de éstas áreas, o sea,
componiendo las fuerzas P”p y P´p que se observan en la figura, actuantes en los baricentros de
las áreas rectangular y triangular respectiva.
Las condiciones de borde impuestas por la teoría de Rankine, como habíamos dicho
anteriormente, limitan su aplicación en la realidad. Por ejemplo, la resistencia de corte en la
interacción suelo – estructura, no es nula cuando se produce un desplazamiento; por otra parte
siempre hay fricción, de manera que, esta simplificación conduce a cierto error en la
determinación del empuje. También hay casos en los cuales las condiciones geométricas de
verticalidad para la superficie del paramento y horizontalidad para el terreno, no se verifican. Sin
embargo, el error que se comete al aplicar esta teoría, en los casos de empuje activo, es siempre a
favor de la seguridad, ya que el valor de dicho empuje que surge de suponer tensión de corte nula
es mayor que el real.
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Supongamos, un muro rígido enterrado cierta altura en la masa de suelo que contiene. Se hace el
relleno, y en cuanto el muro se corre una pequeña fracción toda la masa de suelo entra en empuje
activo, tendiendo a volcar el muro.
El empuje pasivo que tiende a sostenerlo, no se desarrolla totalmente, ya que requiere mayor
deformación. De allí que en algunos casos reales no podamos alcanzar el valor del empuje pasivo
que ayuda a la estabilidad del muro. Es por ello que siempre hay que dividir el empuje pasivo,
por un coeficiente de seguridad, y calcular el empuje activo suponiendo que se manifiesta en su
totalidad.
La teoría de Rankine para empuje activo puede servir para calcular proyectos no muy onerosos,
donde es suficiente una aproximación. Si el proyecto involucrado es realmente importante,
conviene calcular el empuje mediante otra teoría, por ejemplo, con la teoría de Coulomb, con la
cual, los valores de las secciones serán mucho menores.
La figura 9 presenta los diagramas de equilibrio plástico de estructuras de suelos, cuando la
tensión tangencial no es nula. En ella se han colocado las resultantes del diagrama de empuje que
actúa sobre el parámetro vertical, aplicada a una altura H/3 del pie del muro, pues resulta de un
diagrama triangular.
A la izquierda (Fig. 9), se observan las superficies de rotura determinadas experimentalmente
para dos casos de empuje activo: el primero de ellos (lado superior izquierdo), cuando el empuje
está dirigido un ángulo hacia abajo de la horizontal, llamado empuje positivo- y el segundo
(lado inferior izquierdo) cuando el empuje forma un ángulo hacia arriba de la horizontal,
llamado empuje negativo. En el caso de positivo, la superficie es en realidad compuesta;
inicialmente es curva, y luego plana, terminando con el mismo ángulo 45 / 2 que indicaba
Rankine. En el caso de negativo, una parte de la superficie es curva, con curvatura inversa de
la anterior, terminando en el mismo ángulo.
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Observando los desplazamientos relativos entre el suelo y un muro, se encuentra que en general –
cuando el muro gira o se traslada- el suelo baja respecto del muro, e induce sobre éste una tensión
tangencial dirigida hacia abajo. Por su parte, el muro induce sobre el suelo una tensión contraria,
de modo que en las condiciones mas frecuentes la reacción del empuje está dirigida hacia arriba,
desde el muro hacia el suelo. La convención de signos asigna a este caso el valor positivo. En el
caso, menos frecuente, en que el muro baje respecto del suelo, la tensión tangencial cambia de
sentido, y se le asigna el valor negativo de . El muro puede bajar respecto del suelo en casos
muy particulares; por ejemplo, cuando hay una carga muy grande sobre la cresta del muro y éste
desciende por asentamiento más que el suelo al cual debe contener.
Para el empuje pasivo (lado derecho) también se observan en la figura 9, las superficies de
deslizamiento y de equilibrio plástico, en los casos de ángulos positivos o negativos. Ahora el
positivo tiene sentido contrario al que tenía en empuje activo, porque en este caso la estructura
empuja contra el suelo. El suelo tiende a subir, de manera que tiene – respecto de la estructura-
una tensión tangencial dirigida hacia arriba. Se asigna valor positivo al empuje pasivo que
corresponde a un ángulo por encima de la horizontal.
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Pr esión de precompresión
OCR
Pr esión de sobrec arg a efectiva presente
El hecho que K0 pueda ser mayor que 1 en las arcillas preconsolidadas está basado en el siguiente
fenómeno físico:
Al descargarse verticalmente (por ejemplo por erosión de sedimentos superiores) desde un cierto
valor de hasta 0 actual, por tratarse de una masa semi infinita disminuye muy poco con
relación a la reducción ocurrida verticalmente, permaneciendo sensiblemente igual a la original.
No se puede tomar esto como una ley general ya uqe hay arcillas preconsolidadas, por ejemplo
por desecación, para las cuales K0 puede ser menor o igual a la unidad.
Ello se debe a que las tensiones capilares que produce la desecación (que no actúan solo en
dirección horizontal), original tensiones en los canalículos de la masa que, donde los granos se
acercan entre sí con fuerzas muy importantes, reduciendo la relación de vacios y, en
consecuencia, provocando un estado de figuración interno, configurando una estructura laminar
similar a la de la arena, por lo que, en ciertos casos, K0 resulta próximo a los sugeridos para
dichos materiales.
Teoría de Coulomb:
Otra teoría que tiene aplicación práctica es la de Coulomb, completamente diferente a la de
Rankine en cuanto a su enfoque. Coulomb introduce una simplificación importante para calcular
el empuje: supone que la superficie de rotura se produce en el suelo, no a través de líneas sino de
planos. La falla se produciría entonces a través de un plano potencial de rotura, lo cual no es
cierto de acuerdo a lo ya explicado, pero permite calcular con rapidez el empuje. Por lo tanto, la
teoría de Coulomb permite calcular problemas en los cuales el paramento no es vertical, y la
superficie de relleno tiene cualquier forma. Introduce la superficie de rotura plana, y estudia el
problema como el equilibrio de una cuña del suelo que falla, limitada de un lado por el
paramento, y del otro por una superficie plana.
La resolución es por tanteos, buscando cual de todas las superficies planas posibles conduce por
ejemplo el empuje activo máximo que constituye el valor más desfavorable.
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Supongamos, que la cuña que desliza es la limitada por las rectas OA y OC , figura 10. Dicha
cuña tiene un peso W que podemos calcular y representar con su dirección y sentido en una
escala adecuada.
Esta fuerza de gravedad deberá estar equilibrada por un lado, por la reacción P que se genera en
el plano OC y que está inclinada un ángulo = con respecto a la normal al mismo, ya que el
deslizamiento es entre suelo y suelo, el empuje activo EA que tendrá una inclinación con
respecto a la normal al plano OA , que dependerá de la naturaleza del muro, especialmente su
rugosidad, y del suelo.
En los casos de suelos cohesivos tendremos que considerar también la resultante de la fuerza que
se origina por adherencia en el plano OA y en el OC . Estas fuerzas están representadas por Ca y
por C en la figura 10 y se obtienen multiplicando el valor de la cohesión “C” por la superficie del
plano en el que actúa, en el caso del plano OC y multiplicando a la cohesión por el área del
plano OA y por un factor de reducción que depende de la naturaleza del muro, es decir:
C = c . OC
Ca = c . OA . F
Obtenidas las fuerzas W, Ca, C, en el caso de los suelos cohesivos y W en el caso de los suelos
granulares se dibuja a escala cada fuerza con su correspondiente dirección y sentido, lo que nos
permitirá, encontrar el valor de la reacción al peso de la cuña P y el valor del empuje activo EA.
Los valores EA así obtenidos para las distintas cuñas consideradas se representarán sobre un
plano de referencia m-n y en coincidencia con el vértice de la cuña considerada (B; C;.....;D).
Finalmente se unen los extremos libres de los vectores así representados, mediante una curva
continua. Se obtendrá de esta forma un valor de EA máx que tomaremos como empuje activo ya
que corresponde a la reacción que deberá movilizar el muro para impedir el deslizamiento de la
cuña de suelo que tiene mayor posibilidades de hacerlo.
El punto de aplicación del empuje activo se obtiene, primeramente hallando el baricentro de la
cuña de falla, posteriormente se traza una paralela a la superficie de falla, que pase por el
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baricentro de la sección de la cuña de falla, y finalmente la intersección de esta recta con el muro,
es el punto de aplicación del empuje activo. El punto de aplicación del empuje pasivo se obtiene
de manera análoga.
El método Coulomb, es muy práctico para resolver las combinaciones más variadas que se nos
pueden presentar con respecto a estratificaciones, sobrecargas, presencia de napa freática e
inclinación del talud natural.
Fig. 11.
En la figura 12-a) podemos observar un ejemplo de este tipo de problema por el método gráfico
de Coulomb.
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Fig. 12-a)
Podemos notar que estamos en presencia de dos estratos con distintos parámetros de corte y
distinta densidad, la superficie del terreno natural es totalmente irregular y soporta una
sobrecarga. Tenemos además la presencia de la napa freática cuyo pelo libre no se alinea según
un plano horizontal.
Para resolver éste problema primeramente trazamos la cuña de prueba I que pase por el punto ‘O’
tal como se indica en la parte (b) de la figura y mediante el diagrama de fuerzas encontramos la
cuña más desfavorable, que es la que nos da el mayor valor del EA1 (empuje activo).
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Fig. 12-c)
El segundo paso consiste en encontrar la cuña de prueba II mas desfavorable trazada a partir del
pie del muro, para ello tenemos que determinar primeramente otra cuña trazada en el manto
superior a partir del punto ‘m’ que no tiene porqué tener la misma pendiente y que nos dé el
máximo valor de ‘x’, tal como se indica en la parte ‘c’ de la figura. Nótese que en esta cuña se
computa la resultante de la presión hidrostática como una fuerza ‘U’, que actúa en forma normal
al plano de falla considerado.
Fig. 12-d)
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Por último obtenemos el valor máximo del empuje activo en el manto II según el esquema de la
figura 12.d y luego componiendo EA1 y EA2 obtenemos el valor del empuje activo resultante.
De la misma manera se puede determinar con esta teoría el empuje pasivo, cuidando de asignar a
las fuerzas el sentido que les corresponde (fig. 11). La ventaja del método de Coulomb, sobre el
de Rankine, es que aplicando el primero se pueden calcular muros con una inclinación cualquiera
de paramento y de relleno.
Sin embargo, la simplificación de suponer superficies planas de rotura conduce a errores. El
empuje activo se puede calcular con bastante exactitud, pero en el cálculo del empuje pasivo –
cuando realmente hay rozamiento – el trabajar con superficies planas favorece la inseguridad, y
ésta aumenta a medida que se incrementa el ángulo . Cuando alcanza el valor del ángulo de
fricción entre suelo y suelo, el error puede ser mayor del 30 %. De todos modos, el empuje
pasivo queda limitado a un valor menor que el máximo, por lo que ya explicamos en la figura 5
con respecto a las deformaciones.
Cuando el corrimiento de la cresta respecto de la arista inferior es del 1 por mil, ya se tiene
empuje activo (figura 5), y cualquier estructura a la cual se coloca un relleno se mueve ese valor.
El empuje pasivo requiere una deformación por lo menos 10 veces mayor. Por lo tanto la
asignación de valores del empuje pasivo como elementos de cálculo queda limitada, no tanto en
muros que admiten corrimientos importantes sin perjuicio de la estructura, pero sí en cilindros de
fundación, cuya carga lateral está mantenida por empuje pasivo, para llegar al mismo,
probablemente sea necesaria una deformación incompatible con la estructura. Esta limitación
afecta notablemente los problemas actuales de ingeniería de fundaciones con cilindros o pilotes
de gran diámetro, donde en general hay estructuras hiperestáticas muy sensibles.
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La distribución de las tensiones sobre el muro tendrán una dirección paralela a la inclinación del
terreno superficial, y su distribución en profundidad seguirá siendo triangular
Fig. 13.
Si = 0 la ecuación (3) se transforma en la (1) y la (4) en la (2)
Empuje Pasivo
Método de la Espiral Logarítmica.
TN
z
PLANO
E EXACTO
TN
z
EXACTO PLANO
Fig. 14. Comparación entre las zonas de rotura pasivas entre superficies curvas y planas
La figura 14 recalca la diferencia que existe entre suponer una superficie de deslizamiento plana
– como en la teoría de Coulomb – y la superficie real de equilibrio de la cuña involucrada. En
muchos textos se expone otra solución, consistente en suponer que la superficie de deslizamiento
o de rotura está compuesta por un sector curvo b-d y otro plano d-e, (fig. 16). La superficie curva
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– por determinación experimental y teórica – está comprendida entre un arco de círculo y un arco
de espiral logarítmica. Para aprovechar ciertas ventajas geométricas, Terzaghi toma un arco de
espiral logarítmica para el sector b-d y un plano para el sector d-e, y calcula el equilibrio en la
superficie formada por ambos sectores.
lw1
a f1 e1
45 -
/2
01
l Pp1
45 -
/2
l Ep1
r0 P''p1
E''p1 W Pp1 h1
H CA
Ep1 r1 P'p1
E'p1
H/2 lCA
H/3
d1
b
C
D
F
Curva de deslizamieno
Fig. 15. Fuerzas intervinientes en la determinación del Empuje Pasivo
En el equilibrio de este prisma, la parte triangular a-d1-e1 tiene un plano de simetría en el cual se
puede suponer que no actúan tensiones de corte, ya que el prisma a-d1-e1 se encuentra en el
estado pasivo de Rankine. Por lo tanto se suprime el triángulo f1-e1-d1 para colocar en su lugar la
resultante calculada mediante la teoría de Rankine, limitando el estudio a la cuña determinada por
a-f1-d1-b. Las fuerzas que actúan sobre dicha superficie son: el empuje pasivo, que forma un
ángulo con el paramento del muro; la cohesión y la adherencia, cuando existen; el peso de la
cuña; la fuerza Pp que reemplaza al triángulo f1-e1-d1. La resultante F forma un ángulo con la
normal a la tangente a la espiral, y por lo tanto pasa por el centro de la espiral.
Como el método se basa en tomar momentos respecto del centro de la espiral, el momento de la
reacción F se anula.
A los efectos de su cálculo, el empuje pasivo se descompone en dos direcciones extremas: se
considera – por una parte – el empuje pasivo proveniente del suelo con peso y sin cohesión, y por
otra el suelo sin peso y con cohesión. Esta descomposición permite calcular los empujes E’P y
E”P correspondientes a cada caso, y obtener de su suma el empuje pasivo.
Para aplicar el método se toma el suelo en la primera condición mencionada – cohesión nula – en
cuyo caso las fuerzas solamente derivan del peso. El empuje que deseamos calcular está ubicado
a una profundidad H/3. Se procede por tanteos, considerando en primer término el equilibrio de
una cuña cualquiera; tomando momentos respecto de 01 se calcula el valor de E’p1.
A continuación pasamos a detallar el cálculo del empuje pasivo según ésta teoría.
Para ello consideraremos primeramente el caso de suelo con peso y sin cohesión (fig. 16).
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lw1
a f1 e1
/2
45 -
0
45 -
/2
lE'p1 r0 l P'p1
W1 h1
H
r1 P'p1
E'p1 h1/3
H/3
d1
b
Curva de deslizamieno
Fig. 16. Suelo con peso y sin cohesión
En ella observamos que el prisma a-b-d1-f1 se encuentra en equilibrio bajo la acción de las
siguientes fuerzas: su peso propio W1, el empuje pasivo del muro E’p1 que actúa en el tercio
inferior de la cara a-b y con una inclinación respecto a la normal a dicha cara, la fuerza de
fricción F1 y el empuje P’p1 que podemos calcular utilizando la ecuación del empuje pasivo de
Rankine.
Podemos ahora tomar momento de todas estas fuerzas respecto del punto 01 (centro de la espiral
logarítmica), recordando que por una propiedad geométrica de la espiral logarítmica que une los
puntos bd1 de ecuación: r1 = ro.e.tg(), todos los radios vectores de la espiral forman un ángulo
con la normal a la curva en el punto de intersección. Como es el ángulo de fricción interna del
material, la resultante F’1 coincide en su dirección con un radio vector de dicha espiral y por lo
tanto pasa por el centro 01 de la misma, lo que hace que su momento respecto de éste punto sea
nulo. Nos queda en definitiva:
Esta resultante se debe representar en una escala adecuada, a partir de un plano de comparación y
en correspondencia con el punto f1 obteniendo el punto C’1 (fig. 18).
Repitiendo todos los pasos hasta acá detallados, pero con distintas superficies de deslizamiento,
obtendremos una curva P’ cuyo valor mínimo nos da el valor del empuje pasivo P P para el caso
de un suelo con peso y sin cohesión (c = 0) (fig. 18). La superficie de deslizamiento en este caso
para por el punto ‘d1’ situado sobre a-D en la proyección vertical C’: ya que el triángulo a-d1-e1
debe ser en todos los casos isósceles y los ángulos en a y e1 de (45° - /2). Por este motivo para
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todas las superficies de deslizamiento que analicemos, la línea a-D permanece invariable y todos
los puntos d se encuentran sobre ella. Si el suelo que estamos considerando tiene cohesión (c 0)
debemos también calcular E’’p1 (suelo sin peso y con cohesión).
a f1 e1
/2
45 -
0
l P"p1
45 -
/2
l E''p1
r0 P''p1
E''p1 h1 01
CA
H
Ep r1
h1/2
H/2
lC A
d1
b
C
D d r0
Mc
Mc = momento producido 90º
c.ds.Cos
Curva de deslizamieno por la cohesión c
c.d
s c.ds.Cos
.
Fig. 17. Suelo sin peso y con cohesión
Para calcular E”p1 (fig. 17) debemos analizar el equilibrio de una superficie de deslizamiento
elegida arbitrariamente, y que puede ser la a-b-d1-e1. El prisma encerrado por éste superficie está
solicitado por la fuerza P”p1, cuyo punto de acción se encuentra en el punto medio de la cara d1-
f1, ya que es la resultante de un diagrama rectangular que se obtiene haciendo = 0; q = 0 y H =
Hd1 con lo cual tenemos:
P”p1 = 2 . c . h1 . N0,5
rd
dMc r.c.ds. cos( ) r.c. . cos( ) r 2 .c.d
cos( )
c
Mc1 (r1 ro )
2 2
dM
2. .
c
0
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Como la componente c.ds.sen pasa por 01 tomando momentos respecto de éste punto se
obtiene:
E”p1. lE”p1 = Mc1 + P”p1 . lP”p1 – CA . lCA
El valor así calculado de E”p1 se debe representar en la misma escala de E’p1 y a partir de allí
encontramos el punto C’’1.
Por hipótesis de partida E’p1 y E”p1 representan las fuerzas necesarias para vencer a las dos partes
en que hemos descompuesto a la resistencia total al deslizamiento a lo largo de la misma
superficie arbitraria b-d1-e1 operando de manera similar podemos obtener el valor de E”p para
otras superficies de deslizamiento y uniendo todos los puntos C” representados obtener la curva
E”.
Haciendo la suma E’p1 + E”p1, obtenemos el empuje pasivo Ep correspondiente a la cuña 1; el
mencionado empuje se debe representar en la misma escala de E’p1 y E”p1, y a partir de allí
encontramos el punto C1, de la curva E.
El empuje pasivo EP lo da la ordenada mínima de la curva E, ya que es el mínimo esfuerzo
necesario para movilizar a la masa de suelo. La superficie de deslizamiento pasará entonces por
el punto ‘d’ ubicado en la intersección de la recta a-D y la vertical que pasa por el punto C de la
curva E.
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C1 Curva E
C
Emín
Ep1
Ep2
Ep3
E = E' + E'' C''1 Curva E''
01
Emín
E''p1
E''p2
E''p3
C'1 Curva E'
04 Emín
E'p1
E'p2
E'p3
02
a f 1f 4 f 2 f 3 e1 e4 e2 e3
03
d1
d
d2
d3
b
D
Fig. 18. Determinación del Empuje Pasivo
24
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Cálculo del diagrama de presiones originado por una carga lineal paralela al muro o una
carga concentrada.
Para resolver los problemas que se presentan a menudo en el cálculo de la distribución de
presiones sobre un muro, cuando en la superficie del relleno actúa una sobrecarga lineal Q L
paralela al muro y ubicada a una distancia x del mismo o cuando se trata de una carga
concentrada QP ubicada a una distancia x del muro. Aconsejamos calcular el incremento de
tensiones que las mismas producen, (que a su vez deberán sumarse a las tensiones originadas por
el propio terraplén) mediante los procedimientos que se detallan a continuación y que se deben a
la ecuación de Boussinesq modificada a través de experiencias y de mediciones reales en
estructuras a escala natural.
Para ello primeramente debemos obtener el valor de:
x z
m y de n
H H
Con éste par de valores podemos conocer a una profundidad Z (fig. 19) el valor de H.
2 2
H H
( ) o el valor de H . ( ) (fig. 20). También podemos obtener la distancia “R” a partir de la
QL QP
base del muro, donde se encuentra aplicada la resultante del diagrama de incremento de presiones
“PN”.
Podemos también conocer para cualquier profundidad “Z” a lo largo de la altura H el incremento
de presiones originado por la sobrecarga, aplicando las fórmulas se observan en las figuras 19 y
20 extractadas del Design Manual 7.02 de Naval Facilities Engineering Command .
Fig. 19.
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Fig. 20.
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Fig. 21.
1: Filtro 2: Dren colector 3: Colector superficial 4: Napa freática 5: Barbacana
En la figura 21 podemos observar muy esquemáticamente, lo que sería una solución apropiada para
un muro que debe ser construido en una zona donde la napa de agua se encuentra elevada. En esta
solución se ha proyectado un filtro que se apoya sobre el nivel del terreno natural, de tal forma que
nos permita el escurrimiento del agua y que a su vez haga de filtro del suelo. Para ello conociendo l a
granulometría de los materiales que estarán en contacto con él (suelo natural y relleno) y haciendo
uso de la ley de filtros podemos proyectarlo convenientemente. El filtro así proyectado permite que
las aguas por gravedad escurran hacia un dren colector. Para resolver el problema del agua
proveniente de la superficie se ha dispuesto en este caso una calzada impermeable que con una cierta
pendiente hace escurrir a las mismas hacia otro dren colector.
Esta última solución que se les ha dado a las aguas de superficie no siempre es posible de
implementar, por lo tanto en la figura 22 podemos observar otros tipos de proyectos que resuelven
este problema.
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Fig. 22.
Por último daremos a continuación algunas consideraciones que deberemos tener en cuenta cuando
analicemos la estabilidad del muro una vez que hayamos determinado los diagramas de empuje que
tratan de producir su deslizamiento y también su volcamiento.
Para ello según se puede observar en la figura 23 y 24 analizaremos la estabilidad de un muro de
gravedad y otro de contrafuerte respectivamente. En el primer caso el diagrama de empujes actúa en
forma directa sobre el muro y su resultante tiene una inclinación con respecto a la normal del
muro. En el segundo caso existe un volumen importante de suelo que colabora con su peso a la
estabilidad del muro y el diagrama de empuje actúa sobre un plano vertical que pasa por el borde
interno del pie del mismo y su resultante está inclinada un ángulo con respecto a la normal a
este plano ya que se trata de un deslizamiento entre suelo y suelo por lo tanto en todos estos casos el
ángulo adopta su valor máximo que es igual a .
Fig. 23.
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Fig. 24.
La primera ecuación que debemos plantear es la que nos da la ubicación de la resultante “R”. Para
ello tomamos momento de las fuerzas actuantes con respecto al punto “o”, para lo cual asumimos
que el valor de PP = o por razones de seguridad.
Tendremos entonces:
W .a Pv.e Ph.b
d
W Pv
con esta distancia “d” tenemos ubicada a la resultante “R” que tiene una componente vertical igual a
W + Pv y otra horizontal igual a PH. Esto nos permite, procediendo por tanteos, calcular el ancho
“B” del pie del muro aplicando la fórmula general de “BRINCH-HANSEN”.
La seguridad al volcamiento deberá ser tal que se cumpla:
W .a
Fs 1,5
Ph.b Pv.e
La verificación de la seguridad que nos ofrece el muro con respecto al deslizamiento del mismo
sobre su plano de fundación se hará teniendo en cuenta que el valor de la fuerza “F” es:
F (W Pv).tg ( ) Ca.B
donde “tg . ” es el factor que nos indica la fricción que se produce entre el suelo y la base del muro
y que depende de la naturaleza de ambos. Y “Ca” representa la adhesión entre la base y el suelo y que
únicamente se manifiesta en el caso de los suelos cohesivos.
Ca también depende del tipo de material de la base del muro y puede alcanzar un valor máximo igual
a la cohesión “C” del mismo.
El coeficiente de seguridad en este caso será:
(W Pv ).tg ( ) Ca.B
Fs 1,5
Ph
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c = 5 tn/m2
= 20º
Fricción: p = 3/4
Cohesión: cp = 3/4 c
TN
z
2.00
0,50
4.80
c = 5.00 tn/m²
15°
= 20º
TENSOR
p = 3/4
2.80
cp = 3/4 c
1,25
Figura 1
RESOLUCIÓN
CONDICIONES GENERALES
Para determinar el empuje pasivo del suelo, se elige arbitrariamente una superficie de rotura b-d-
e, como se muestra en la Figura 2, donde:
1- b-d es un segmento de espiral logarítmica con centro 0, que también es un punto arbitrario
sobre la recta que pasa por a y que forma un ángulo de 45-/2 con la horizontal)
2- d-e es una recta que forma con la horizontal un ángulo 45-/2.
3- a-d-e, es siempre un triángulo isósceles, cuyos lados iguales son a-d y d-e.
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0
TN
0,50
a f e
45 -
35°
35° /2
15°
Recta
b
1,25 Espiral logaritmica
con centro en O1
Figura 2
r ro .e .tg
Obtenida la formula (1), calcularemos para los diferentes radios, para los diferentes ángulos ,
para luego graficar la espiral logarítmica en coordenadas polares, para un angulo de fricción
interna del suelo = 20º. Figuras 3 y 4
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20º
180°
165°
150°
135
°
120
°
10
5°
2.142 1.949 90
°
1.770
2.355
1.610
75
°
2.594 1.465
60°
1.330
45°
2.851
1.210
30°
1.100
15°
3.140 1.000
Figura 3 0
Figura 4
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0
TN
0,50
a f e
45 -
35°
35° /2
15°
Recta
d
51°
b
1,25 Espiral logaritmica
con centro en O
Figura 5
De esta manera hemos obtenido una posible superficie de rotura, pero no sabemos a priori si es la
que nos da mayor empuje, que es la que en definitiva estamos buscando, posteriormente se
deberán evaluar otras posibles superficies de rotura operando del mismo modo, es decir,
eligiendo puntos arbitrarios que estén sobre la recta a-d, que forma siempre un ángulo de 45º-/2
con la horizontal, para luego poder hacer centro con la espiral logarítmica, y así obtener otra
posible superficie de rotura; los segmentos de espiral logarítmica pasan siempre por el punto b
del muro y son tangentes a la recta d-e en el punto d y el segmento de recta d-e siempre tiene
igual al segmento a-d, por ser a-d-e un triangulo isósceles.
Vemos en la figura 6, posibles superficies de rotura, obtenidas de la forma detallada
anteriormente, en las que habrá que determinar el empuje. La que nos dé mayor empuje será la
superficie de rotura a adoptar
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01
TN
2.00
0,35
02 Q1 Q2 Q3
0,5
a f1 f2 f3 e1 e2 e3
/2
0,53
45 -
45 - 5°
35° /2
03
15° º1
ñaN º2
Cu a N
ñ
Cu 3
2,8
Nº
ña
68 0°
u
9
d1 C
°
d2
51° d3
b
1,25
Figura
6
01
TN
z
2.00
Q1
0,5
a f1 e1
15°
P''p1
H
W1 Pp1
h = 2.80
E''p P'p1
Ep Ca
E'p
d1
51°
b C1
F
1,25
Figura 7
a-b representa la superficie de contacto hacia la masa de un suelo cohesivo ideal, cuya resistencia
al corte viene expresada por la ecuación c .tg
es el ángulo de fricción entre suelo y paramento interno del muro
b-d1-e1 es la superficie de deslizamiento donde:
b-d1 es un segmento de espiral logaritmica.
d-e1 es una recta.
1- El peso W1
2- El empuje Ep
3- La resultante C de la cohesión a lo largo de b-d1
4- Ca es fuerza de adherencia total entre muro y suelo en la cara a-b
5- La resultante F de las tensiones normales y de fricción a lo largo de b-d1.
6- La resultante Pp de la componente normal y tangencial del empuje pasivo.
7- Q1 del a fuerza resultante del peso del suelo por encima del segmento a-f1
El suelo situado en a-d1-e1 (triangulo isósceles) se encuentra el estado pasivo de Rankine, por
consiguiente, las tensiones de corte y de fricción en la sección vertical d1-f1 son iguales a cero,
de modo que Pp1 es horizontal y es igual a:
1
Pp1 . .H 1 2.N H 1.(2.c. N q.N )
2
lw1
lq1
lCA1
01
TN
z
2.00
l Ep1 l E'p1
r01 Q1 l P"p1
lE"p1 lPp1
0,5 a f1 l P'p1 e1
H1
P''p1
lp W1 Pp1
h = 2.80
E''p1 P'p1
Ep CA1
E'p1
r1 d1
51°
b C1
1,25 F1
Figura 8
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Para calcular el Empuje Pasivo, se divide la cuña divide en dos sectores, tal como se muestra en
la figura 9:
a- Sector 1: porción de la cuña en la zona pasiva de Rankine a-b-d1-f1
b- Sector 2: delimitado por los puntos d1-e1-f1
TN
a f1 e1
1 2
E''p
Ep
E'p
d1
Figura 9
Expuestas cada una de las fuerzas que interviene en el problema, procederemos a continuación a
calcular cada una de ellas, para luego, a través de equilibrio de momentos, respecto al centro de la
espiral por determinar el empuje Ep1.
1- Cálculo de sobrecarga
Se toma como sobrecarga el peso de suelo por encima del muro
tn tn
q1 .lq1 .2.00m 1.70 3 .2.62m.2.00m 8.91
m m
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tn tn
W1 A1 . 5.49m 2 .1.70 3
9.33
m m
A1 es el área de la sección delimitada por los puntos a-b-d1-f1, puede calcularse utilizando algún
programa Cad que calcule áreas, también del mismo modo, podemos encontrar su baricentro, lo
que nos permitirá calcular la distancia lw1
3- Cálculo del momento producido por las fuerzas de cohesión
La influencia de la cohesión sobre la superficie bd1 puede calcularse considerando un elemento
de longitud ds.
Como habíamos dicho anteriormente, separaremos por un lado las fuerzas se producen por el la
cohesión y las sobrecargas y por otro lado las fuerzas que se producen por el peso del suelos,
cabe destacarse en este caso que el peso por encima del muro se toma como sobrecarga.
TN
Tensiones debido a la
cohesión y a la sobrecarga
a f1 e1
c .N + q . N
2 1
d1
H . N
b Tensiones al peso del suelo
Fi
gura 10
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6- Cálculo de la fuerza F
Como es el ángulo de fricción interna del material, la resultante de la tensión normal y de la
fricción, correspondiente a cualquier elemento diferencial de la superficie de deslizamiento,
forma también un ángulo de con la normal al elemento, por lo tanto, su dirección coincide con
la del radio vector al centro de la espiral.
Por lo tanto, todas las fuerzas elementales F pasan por el punto 0, así que la resultante F de
todas las fuerzas normales y de fricción que actúan sobre b-d también pasa por 0.
Como el empuje y su punto de aplicación se obtendrán a partir de un equilibrio de momentos con
respecto al centro de la espiral, el cálculo de esta fuerza no nos interesa.
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lq1
lCA1
01
TN
2.00
l E"p
r0 Q1 l P"p1
a f e
H
h = 2.80 P''p1
E''p lp
Ca
r1 d
51°
b C1
1,25
Figura 11
Para que la cuña esté en equilibrio bajo estas fuerzas, deberá haber equilibrio de momentos
respecto al centro de la espiral 01, por lo tanto debe cumplirse:
Q1 .lq1 Pp" .l "p1 M 1 Ca.l1ca E1" .l E"
p
Donde nuestra única incógnita es P1" , ya que las distancias salen constructivamente.
Q1 .lq1 Pp" .l "p1 M 1 Ca.l1ca
E
"
1
l E"
p
tn tn tnm tn
8.90 .4.81m 38.86 .3.52m 65.30 14.50 .2.75m
m m m m tn
E1" 73.97
3.85m m
40
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lw1
01
TN
2.00
lE'p l P'p1
a f e
H
lp W1
h = 2.80
P'p1
E'p
d
51°
b
1,25
Para que la cuña esté en equilibrio bajo estas fuerzas, deberá haber equilibrio de momentos
respecto al centro de la espiral 01, por lo tanto debe cumplirse:
Donde nuestra única incógnita es P1' , ya que las distancias salen constructivamente.
tn tn
9.33 .4.91m 5.835 .3.86m
m m tn
E1' 15.82
4.32m m
tn tn tn
Ep E1" E1' 73.97 15.82 89.79
m m m
Y su punto de aplicación será:
tn tn
Ep.l E p E1" .l E " E1' .l E ' 73.97 .3.85m 15.82 .4.32m
p p
m m
tn tn
E1" .l E " E1' .l E ' 73.97 .3.85m 15.82 .4.32m
lEp p p
m m 3.93m
Ep tn
89.79
m
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Áreas
Cuña 1 Cuña 2 Cuña 3 Cuña 4
A1 5.49 A2 6.60 A3L 8.50 A4
Longitudes (m)
Cuña 1 Cuña 2 Cuña 3 Cuña 4
r01 7.47 r02 4.19 r03 3.23 r04
r1 6.76 r2 3.39 r3 2.27 r4
H1 1.83 H2 2.05 H3 2.38 H4
lw1 4.91 lw2 2.08 lw3 1.10 lw4
lq1 2.62 lq2 2.93 lq3 3.40 lq4
lQ1 4.81 l Q2 1.97 lQ3 0.95 lQ4
lcA1 2.75 LcA2 0.39 lca3 0.59 lcA4
lp1 2.90 lp2 2.90 lp3 2.90 lp4 2.90
lpp1 - lpp2 - lpp3 - lpp4 -
lp’p1 3.86 lp’p2 1.72 lp’p3 1.06 lp’p4
lp’’p1 3.52 lp’’p2 1.38 lp’’p3 0.66 lp’’p4
lEp1 3.93 lEp2 lEp3 lEp4
lE’p1 4.32 lE’p2 2.22 lE’p3 1.34 lE’p4
lE’’p1 3.85 lE’’p2 1.75 lE’’p3 0.87 lE’’p4
Fuerzas
Cuña 1 Cuña 2 Cuña 3 Cuña 4
Pp1 44.67 Pp 2 50.82 Pp3 60.31 Pp4
P’p1 5.81 P’p2 7.29 P’p3 9.82 P’p4
P’’p1 38.86 P’’p2 43.53 P’’p3 50.49 P’’p4
q1 8.91 q2 9.96 q3 11.56 q4
W1 9.33 W2 11.22 W3 14.45 W4
Ca1 10.88 Ca2 10.88 Ca3 10.875 Ca4 10.88
Ep1 87.19 Ep2 87.92 Ep3 104.87 Ep4
E’p1 15.80 E’p2 16.16 E’p3 19.63 E’p4
E’’p1 71.39 E’’p2 71.76 E’’p3 85.24 E’’p4
Momentos
Cuña 1 Cuña 2 Cuña 3 Cuña 4
M1 69.40 M2 41.65 M3 36.27 M4
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GRÁFICOS DE EMPUJES
87,2
Empuje mínino
E''p1
E''p2
E''p3
E'p1
E'p2
E'p3
01
TN
2.00
04
0,35
02
0,5
a f 1 f 4f 2 f 3 e1 e4 e2 e3
º4
0,53
/2
45 -
45 - 5°
35° /2
03 aN
3
ñ
Cu
15° º1
ñ aN º2
Cu a N
2,8
ñ
Cu Nº
3
ña
° °
90
u
°
C
62
d1
d2
68
51°
d3
b
1,25
De lo que se observa en el grafico de empujes, consideramos que puede tomarse como valor del
empuje pasivo, el empuje de la cuña Nº 4, el cual el alumno deberá verificar.
Como se pudo ver en la figura Nº 5, para que se desarrolle la totalidad del empuje pasivo son
necesarias deformaciones relativamente importantes, en la mayoría de los casos, los movimientos
que pueden experimentar las estructuras están limitadas por razones contructivas, es por ello que
se aconseja disminuir el empuje pasivo entre un 30% y un 50 %, del valor obtenido gráficamente.
43