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PORTAVOZ Tuxtla Gutiérrez, Chiapas LUNES 22 DE NOVIEMBRE DE 2021 15

El Cuerpo: a propósito
de Tremolar de Corteza
Patricia Mota Bravo

Con un afán inútil mis ramas se despliegan, que aprisionan al cuerpo encarcelado. bol, como origen del mundo; sitio de duelo,
se tienden como brazos en el aire Intacta, paciente, olvidada. Soledad, terri- antigua soledad que anhela un mundo del
y quieren prolongarse en bandadas de ble soledad. Mujer milenaria, Dríada, ninfa cuerpo y los sentidos libres. Ahora sólo ha-
pájaros atemporal –representada por Merly Macías, bita un cuerpo árido de corteza áspera, des-
para seguirte adonde va tu cauce. actriz, modelo y dramaturga–, nos repre- terrada y aislada.
Rosario Castellanos senta a todas las mujeres en esta magnífica Me pregunto y reflexiono: ¿Surgirá el
obra de Daniel Rodríguez, “Río”, donde el canto y el encanto del cuerpo desde el cla-

E
l cuerpo como lenguaje, como terri- concepto sobre el cuerpo es un tema que mor perdido? ¿Brotará su raíz como árbol de
torio, como expresión conectado con nos adentra a habitar la soledad, el dolor, el fuente de vida milenaria? ¿Este árbol-cuer-
el árbol milenario, mítico, mágico. Ár- encarcelamiento y la desolación del cuerpo, po recuperará pacientemente su humedad,
bol-cuerpo, cuya raíz es la tierra. visibilizándolo, replanteándolo. sus edades, su tiempo, su libertad?
Cuerpo-árbol, desierto en el lagar del El lenguaje estético de la forma en la Ahora te veo cuerpo-árbol, rosa mística,
tiempo, desolado, inmóvil, deshabitado, obra de “Río”, se da partiendo de un mito remoto, a solas, como un corazón a la intem-
despojado, torturado, ultrajado, violado, antiguo donde escenifica en un paisaje de- perie; herido pero impregnado de hierba,
herido desde su raíz; sus ramas son venas solador con elementos primordiales como con olor a tierra.
del cuerpo, venas incrustadas, encarnadas, el cuerpo, tomando como figuras principa- Sólo sé que si te alimentas con la tierra,
envolventes y encarceladas desde tiempos les el árbol, la mujer y sus ramas encriptado- el aire, el agua y el fuego, tus raíces sosten-
inmemorables. ras. Con ella desarrolla un lenguaje sublime, drán la Tierra; tu follaje crecerá para alentar
Cuerpo, donde la piel y los sentidos, sa- melancólico y desértico, desde lo trágico. la memoria. Tus ramas serán manos libres
ben de la más lúcida soledad; saben que su Se ensamblan concepto y forma en un en el viento y en el mar.
piel es la tierra de donde emergen y per- acorde antiguo que vibra en nuestras emo- Serás un corazón del árbol, un corazón
tenecen; su piel es su propia substancia, ciones y sentidos, al ser contemplados. Si del cuerpo, un corazón del alma, para ser
desnuda, imantada como una isla desierta, las imágenes trastocan, la obra de arte cum- el Sol, ese crisol dorado y el talismán de tu
que habita los espacios y busca su luz más ple su función. Esta obra nos cubre y nos memoria.
íntima desde el conocimiento de su cuerpo descubre desde nuestra intimidad del Ser, El árbol, la rama, florece aún en el desier-
y los sentidos. nos transforma. to más árido. El cuerpo se reinventa siem-
Cuerpo habitado por la soledad y la más Las escenas plásticas de las series “El Si- pre de forma incansable a través de los sen-
clara desolación. Dríada, ninfa griega, es la lencio” y “Dríada”, conjuntadas en “Tremo- tidos, del movimiento, de la luz emergente,
mujer en simbiosis con el árbol; las mujeres lar de Corteza”, viran al tono sepia y colores para ser cuerpo de amor, de plenitud, de di-
atadas a la historia, a su propia historia de terrozos, que conectan con la tierra. El artis- cha… para que los pájaros vuelen y habiten
vida, a una sociedad minada por el despojo ta, “Río”, dramatiza y poetiza las imágenes. dentro y fuera de su tierra , de su nido, de su
del territorio del cuerpo. Este despojo es la En la obra se está buscando el secreto templo; para que en su territorio florezca de
destrucción de la Tierra, de los pájaros, de la del tiempo en la mujer que contempla sus nuevo la esperanza.
naturaleza, de la ecología, de los derechos, raíces y manos atadas; oculta su rostro sin Es permisible soñar… y hacer posible ese
de la libertad, del Ser, del Universo mismo. edad en la enredadera del tiempo. Sólo vis- sueño… “Porque sólo el sueño otorga el de-
Dríada es la contemplación desde el lumbra en estas escenas: un paisaje árido, recho a la libertad y aún despiertos perma-
tiempo y el ahora. Es el árbol truncado, en- desierto y desolado. necemos en él”, reza André Bretón, poeta
simismado, mutilado, adolorido, con ramas Una mujer a solas con la tierra, con el ár- surrealista.

DRÍADA IX. (FOTO:Daniel Rodríguez, “Río”)

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