Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Canto:
Introducción:
Señor, aquí estamos ante ti. Queremos buscarte con amor. Nuestra alma
tiene sed de ti, todo nuestro ser suspira por ti.
Queremos orar con el corazón, con toda nuestra atención puesta en ti Jesús,
hacia tu corazón, por eso danos la ayuda, la fuerza de tu Espíritu Santo.
En esta noche vamos a orar desde el corazón, desde nuestro pequeño
corazón humano, pero que cuando se une a tu Corazón manso y humilde es
ilimitado, no se puede medir, es infinito... como el tuyo.
Salmo:
Silencio
1
Así Dios nos manifestó su amor:
envió a su Hijo único al mundo,
para que tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste
en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó primero,
y envió a su Hijo
como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Queridos míos,
si Dios nos amó tanto,
también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto nunca a Dios:
si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nosotros
y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en él
y él permanece en nosotros,
es que nos ha comunicado su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos
que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios,
permanece en Dios,
y Dios permanece en él.
Reflexión:
Canto:
2
Silencio
Canto (escuchado)
Silencio
3
- María, Madre de Jesús y Madre nuestra, nos señala su Inmaculado
Corazón, un corazón que arde de amor divino y nos invita a vivir el sendero
de la alegría.
Todos:
Canto:
4
1.
Entraré, entraré, entraré a su presencia;
En libertad, por su amor, el Espíritu me lleva
Al trono de la gracia, para adorar cara a cara,
Sí, al dios vivo adorar, libre soy, libre soy para entrar.
(Puente musical)
Altísimo Señor…
5