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Arquetipos Genéticos de Consciencia

extracto libro de Rodrigo Romo

Siguiendo los mismos parámetros de la Confederación Multidimensional en la


administración e investigación genética de los Superuniversos, el consejo de
Metraton-Micahel decidió emplear proyectos que el Voronandeck Shtareer ya había
incluido en la administración de Orvotón, que era la creación de los arquetipos y
patrones básicos de mutabilidad de la psique de las Supra Mónadas y de sus
desdoblamientos las Mónadas, para crear una línea de Consciencia básica, de tal
forma que pudiera ocurrir la evolución de los segmentos genéticos y psíquicos de las
almas que serían incluidas en el desarrollo de futuros proyectos, creando de esta
forma un concepto de arquetipos similar al que la sociedad humana entiende como
signos del horóscopo que otorgan cualidades y características a las personas que
nacen bajo cada signo.

En el caso de estos arquetipos, su función real era crear parámetros genéticos


primordiales para que a partir de esos mismos genes se produjese el desarrollo y la
evolución de formas de vida masculinas, femeninas, andróginas y simbióticas, con la
intención de que estas razas pudiesen desarrollar su línea existencial en las
realidades por debajo del espectro psíquico del Yo Soy entrando, por lo tanto, en el
ámbito de las Almas y sus fractales.

Estos parámetros genéticos representan patrones de ajuste en el secuenciamiento


de los genes en las esferas superiores desde las irradiaciones de la Supra Mónada y
su desdoblamiento en Mónadas, creando las líneas de segregación entre la energía
del Espíritu y el material genético que produce el “Alma” que se genera desde el foco
del Yo Soy. De esta forma, estos patrones de energía y, por tanto, la codificación
genética en un amplio espectro cósmico entre la antimateria y la materia, pasan por
el flujo de la energía obscura y materia obscura hasta llegar al proceso de
interacción con la materia sólida, sustentados por el flujo de esos arquetipos en las
diferentes matrices consagradas por los equipos genetistas Monádicos de
SHTAREER, dando forma a un manantial de vida y de probabilidades infinitas en la
creación.

Partiendo de estos mismos parámetros, el Consejo de Micahel y Metratom decidió


emplear el mismo principio para organizar en el sector de Naoshi/Teta patrones de
144×144 arquetipos para cada patrón genético y género de las especies que se
estaban programando para el nuevo proyecto de evolución y creación, después de
que la polaridad y los conflictos se hubieran instaurado. Como todas estas razas
antiguas ya tenían indirectamente este patrón de arquetipos originado en su
estructura genética primordial por sus cocreadores, la cuestión era insertar una
nueva codificación partiendo de los parámetros que este Consejo definió como la
nueva propuesta de realineamiento genético y espiritual. Esta nueva propuesta
insertada sobre la que ya existía generó una nueva superposición de al menos
20.736 variaciones y arquetipos que en el proceso de densificación de los genomas
incluiría aspectos de personalidad en cada nueva matriz.
De esta forma se produjo el surgimiento de los diferentes aspectos de personalidad
para cada arquetipo insertado en el patrón genético de las razas pertenecientes al
proyecto de Orión, partiendo del foco central de la Fraternidad Rosa de Orión y que
posteriormente acabó siendo incluido por el grupo local de la Federación Galáctica
en el desarrollo de los grupos y en la colonización, sirviéndose de este material
genético insertado en la estructura Humana, Humanoide, Reptiliana, Draconiana,
Draco, Mamífera, Anfibia y Simbionte, además de otras que están más allá de la
comprensión humana. Cada uno de estos genomas recibió una nueva codificación
conteniendo la llave de 144×144 genes proyectados en las esferas comprendidas
entre la irradiación de la Mónada y del Yo Soy.

Por tanto, en el flujo de energía entre la irradiación de la Mónada y hasta llegar a la


consciencia del Yo Soy, existe un nuevo linaje de genes y codificaciones relacionadas
con los cuerpos supradimensionales Auvonal, Astroluz y Etérnico, que contienen
códigos del flujo de la energía creadora de los pulsos de la vida de la Mónada y las
diferentes irradiaciones del Yo Soy creadas por esa misma Mónada.

Este flujo acabó creando patrones biológicos de personalidad a través de la


liberación de hormonas y procesos bioquímicos que el complejo sistema endocrino
manifiesta en las diferentes razas, creando los arquetipos del género masculino y
femenino y que en el caso de la Tierra fue traído e insertado utilizando apenas 144
matrices femeninas y masculinas en el plano de existencia 3D física como vosotros
lo entendéis. En las otras esferas más allá de esta manifestación física, el patrón
pasa a un gradiente mayor y múltiplo de esas 144 matrices.

Así se crearon en el proceso de colonización y manipulación genética en la Tierra


durante los últimos 3,2 millones de años y a través de la codificación en la Cúpula de
Cristal, 144 Matrices de energía Femenina y Masculina. En cada ciclo de evolución de
los proyectos genéticos de la Tierra, a partir de ese momento, se insertó la
estructura humanoide eligiendo 144 matrices para ambos sexos. En el transcurso de
la evolución de las diferentes propuestas de razas y etnias a lo largo de estos últimos
3,2 millones de años fueron insertadas manipulaciones más allá de esos 144
arquetipos para crear las diferentes matrices de la personalidad humana. Lo que sin
embargo no está claro pues los registros de la Cúpula de Cristal presentan fallos en
la descripción de diversos puntos de la historia de la manipulación y creación de las
razas desarrolladas en la Tierra por parte de los diferentes Comandos Estelares.

No sólo los Anunnakis de Nibiru estuvieron presentes en el contexto de la creación


de una raza que en este caso dio origen al Homo Sapiens. Otros Comandantes y
grupos estuvieron relacionados con la creación de otras formas de vida humanoide
y humana mucho antes de eso y también emplearon los patrones de esas 144
matrices de las razas originales de la Federación Galáctica y las principales
sociedades coloniales, como el grupo de Canopus, Sirio, Nodia, Gracyea, Maldek,
Lira, Andrómeda y mucho otros, con anterioridad a los 850 mil años del tiempo
terrestre.

Estos mismos arquetipos de personalidad acabaron con el tiempo siendo


consolidados en las especificaciones del zodiaco y dieron lugar a lo largo de la
evolución y en cada civilización a una representación particular de los diferentes
tipos de personalidad de las almas y las personas que en la actualidad son
simplificados en 12 signos o arquetipos personales.

Así, cuando la energía de la Diosa fue insertada en la Tierra, se utilizaron 144


matrices para crear la energía Femenina y de esta forma supervisar la evolución del
foco femenino en la Tierra a través de las reacciones endocrinas y emocionales de
los diferentes experimentos genéticos que fueron insertados en la Tierra por los
grupos de la Federación Galáctica y los otros grupos independientes.

De forma cíclica, cada uno de esos 144 arquetipos genéticos y psíquicos creó
afiliaciones de seres a lo largo de la jornada terrestre y hasta la actualidad pero
todas con el mismo aspecto interior de la energía de la Diosa, que fue originada en
Orión a través del foco de Amarylis. Por tanto, podemos afirmar que a lo largo de los
últimos 3,2 millones de años la existencia de la energía Femenina de la Diosa en
oposición a la energía Masculina realiza de esta forma el cierre de la polaridad
masculina y femenina en el desarrollo de las razas y etnias de cada grupo racial
incluido en la Tierra por los grupos estelares y que los diferentes grupos de almas y
sus fractales aceptaron expresar en la Tierra.

En la actualidad tenemos en la sociedad terrestre sólo el concepto de 12 signos, lo


que es una fracción de 144, siguiendo el concepto Celta que dio origen a la
astrología moderna. Pero estudiando otras culturas podremos encontrar conceptos
ligados a los arquetipos divinos de la energía femenina, que es el foco de este libro y
la propuesta de revela parte de ese origen.

Rodrigo Romo – extracto del libro sobre las “Diosas”

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