Está en la página 1de 3

MEDITACION PARA EL SOLSTICIO DE VERANO

(PARA EL HEMISFERIO NORTE)


por Guillem Català

El objeto de esta meditación es triple: lo primero es verificar que lo que se dice de las
energías responde de alguna manera a la realidad. Luego, aprender. Y lo tercero, sacarle
partido si conviene.

Se trata de investigar las energías naturales y verificar que existen y que tal como las
representamos son una buena representación. Aunque siempre hay otras maneras de hacerlo.
No se olvide que además de la alternancia del yinyang ahora se dan otras circunstancias
energéticas, que no tenemos en cuenta. Vamos a usar la palabra oscuro en un sentido técnico,
para expresar que se contrarresta el exceso de luminosidad. Decir oscuro es solo una
valoración relativa y no tiene sentido moral, ni mucho menos condenatorio.

Por otra parte, por efecto combinado de la traslación y rotación de la Tierra, el día más largo
(más corto, en invierno) se retrasa tres o cuatro días. La diferencia es menor, de uno o dos
minutos de más o menos cada día. El cambio energético es astronómico y es el
correspondiente al 21 de junio (diciembre). Pero en tiempo y duración del dia, el cambio tiene
lugar el 24 de junio, al que se le dedica la fiesta del agua, de San Juan Bautista (en invierno, 25
de diciembre, al que se le dedica la Navidad, la fiesta del fuego). Como vamos a conectar con
las energías emergentes, interesa el momento del solsticio. En las fiestas populares la energía
se halla atenuada, y percibirlas es más difícil.
En su giro anual entorno al Sol, el solsticio de verano (hemisferio norte) sucede cuando la
Tierra, que gira describiendo una elipse, llega al punto más cercano al Sol (fuego yang). Justo
en ese momento se inicia un nuevo ciclo de energía (emergencia del yin) y el fuego anual llega
al máximo (como fuego yang) y se transforma en el clima del verano (fuego yin). Durante
exactamente el momento del solsticio la energía es fuertemente yang. Un poco áspera a veces;
no pasa nada porque aun siendo algo dictatorial es muy ordenada, y como en nuestra vida
sobra el desorden, pues somos muy yin, el efecto queda compensado (aunque estrese). Puede
suceder que el yang exista en exceso antes del solsticio, lo que es muy estresante; si así fuere
realícese el ejercicio justo después del solsticio. Si no hubiere tal exceso, sentir la emergencia
del yin justo en el solsticio es una experiencia deliciosa.

Cuando el yang amenaza con monopolizar la energía llega el solsticio, que al invertir
tendencia evita tal exceso. Con el solsticio entra esa nueva energía, cuando el conjunto peligra
con tener un exceso de yang (que ha venido creciendo desde el solsticio de invierno, cuando
emergió). En las horas previas, y en el momento justo del solsticio, la energía és fuerte y
contundente, impositiva y autoritaria (yang excesivo). Es muy ordenada, pero ya se sabe que el
orden cuando es excesivo tiende a ser asfixiante. Además, al haber poco yin (energía que
alimenta) el yang ha de imponerse de manera inflexible pero anémica. En el momento del
exceso completo la emergencia cósmica del yin renueva la alimentación y el yang vuelve a
funcionar armónicamente, pero perdiendo fuelle. El fuego de ordenador y autoritario (fuego
yang, solar) pasa a ser más amable y encantador (fuego yin, como una fogata).

MEDITACION DEL SOLTICIO DE VERANO

El máximo de energía se encuentra en el Sur, la perturbada en el Norte. La meditación se


realiza mirando al sur. Aquí en las horas previas y durante el solsticio llega al máximo el yang y
el fuego. Exactamente en el punto del solsticio, a 180º exactos, emerge el yin. Puede sentirse,
en meditación, como un punto de oscuridad aterciopelada y suave, encantadora y sugestiva,
que atenúa la fuerza excesiva del orden impositivo; o, si se prefiere, como un punto nocturno
en medio del día, que suaviza el exceso de luz deslumbrante y cegadora, y que rápidamente
poco a poco crece y prospera. Ese punto oscuro está rodeado de una luz excesiva, la suaviza y
la vuelve encantadora.

Mirando al Sur, de pie (a ser posible con las rodillas levemente flexionadas, apoyando el
peso sobre las almohadillas de la planta de los pies), manos abiertas con las palmas mirando al
Sol. Del Sol emana un yang poderoso e impositivo, se trata de percibirlo. En el momento justo
del solsticio, ese yang que empieza a ser molesto es como levemente velado y pierde
luminosidad deslumbradora, por un toque que la vuelve encantadora. Es la emergencia del yin.

Céntrate en las piernas y los pies. Se siente como la energía ascendente (yang) de Tierra
llega al máximo subiendo por la pierna izquierda (yang), con un punto excesivo. En el momento
del solsticio la energía descendente (yin) de Cielo cae como un velo, que nos penetra e
impregna y desciende por todo el cuerpo, y activa la pierna derecha (yin) que sentimos que la
retrasmite a la Tierra. Va cediendo poco a poco la presión sobre la pierna izquierda (yang)
mientras la de la derecha gana vigor y preponderancia. Es la emergencia del yin. Este no solo
desciende de Cielo, es también sembrado en la entraña de la Tierra. Así al meditar vemos
luminosa la tierra y que nace en profundidad, en el centro, un punto oscuro. Es un punto
atractivo, encantador, e incluso seductor. Acaso maternal, contra el exceso de yang que se
asocia a lo paternal.
Justo antes del solsticio la energía ascendente de Tierra, que entra por la pierna, asciende
fuerte por el cuerpo y rebota contra la bóveda del cráneo, de manera excesiva. Así que la
emergencia del yin restaura el orden más suave y armonioso. Si, mirando al sur y de pie, se
extienden las manos con la palma de la izquierda mirando a Cielo, y la de la derecha a Tierra,
se siente fácilmente como se activa la mano izquierda (acaso con un hormigueo), y pierde
empuje la derecha, justo en el solsticio.

Sea con la piernas, con las palmas de las manos, o con el cuerpo todo, es fácil resentir el
solsticio. El yin emergente tiene una energía beneficiosa y calmante muy agradable, que es
fácil respirar en este momento; mirando al sur, se trata de llenarse de aire los pulmones y sentir
que entra también ese delicado toque encantador de la nueva energía. No es difícil sentirlo,
siendo bastante gratificante.

RITUAL DEL SOLSTICIO DE VERANO

Mejor que en casa es realizarlo donde hallas agua (yin), como un riachuelo (agua yin) o la
playa (el mar es agua yang). El agua simboliza el yin y su emergencia, y para el caso es mejor
un riachuelo.

Poner FLORES FRESCAS (madera), o, mejor, macetas con flores frescas vivas y no
cortadas, entre tú y el sur. Siéntelo como una ofrenda que alimenta (madera que alimenta el
fuego) la fuerza del momento y también tu capacidad para percibirlo. Si se tiene un símbolo del
yinyang colocarlo encima de las flores, en la posición del dibujo que acompaña. Puede
imprimirse y el papel sirve como símbolo. O mejor aún si es dibujado por quien oficie el ritual.

Es interesante emplazar un cristal de cuarzo, a ser posible puntiagudo (yang), y una piedra
de río, a ser posible vagamente circular (yin). Mirando al sur, el cuarzo va a la izquierda, la
piedra de río a la derecha (donde emerge el yin). Conviene poner en medio, exactamente al
sur, un cuenco de agua. El agua (yin) debe llevarse las impurezas de la primavera que
definitivamente acaba, y del yang que prosperó. Y tonifica al nuevo yin de este año, que lo
recibe al nacer.

Realizar la meditación y acabar respirando el yin nuevo, joven y fresco que ha emergido en
este momento. Hacerlo mirando al sur; si se desea, a través de la piedra de río y el cuenco de
agua, o de las flores frescas. Después entrar en el ritual de gratitud. Acaso una oración.
Agradecer de corazón a la energía del año en curso las lecciones y el orden que ha aportado,
lo que ayudó a realizar y las enseñanzas de lo que no fue posible. Luego invocar que el nuevo
poder que ahora emerge nos sea propicio y hagamos un buen uso de él, para uno mismo y los
demás.

Al acabar, el agua se bota, en un jardín si tienes o donde puedas. Se lleva las frustraciones
y la energía degenerada del ambiente.

En vez de flores pueden usarse velas, pero el yang al respecto fácilmente es excesivo. De
todas maneras esa es la tradición: la de San Juan es la fiesta del fuego y del agua. Así que si
tiene cerca un río o el mar, ¡que gozo darse un chapuzón!

NOTA. Como curiosidad el solsticio de verano de 2018 (solsticio a las 12:07 del 21 junio de
2018 hora española de verano (10:07 GTM)), tiene lugar en un año 9 (fuego yin, pero muy
yang por ser fuego), de un mes 1 (agua yang) de un dia 3 (madera yang) y Jia Shen (yang), a
la hora Si (fuego yin). El exceso de yang es evidente.

También podría gustarte