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En la carta número 21 de Ranqueles, Mansilla dice respecto del orden de su propio texto:
5 "No es posible poner todo en la olla una vez." (133) Lo mismo digo respecto de esta clase:
trataré de no poner todo en la olla de una vez; no es tarea fácil, porque Ranqueles ofrece muchos
aspectos a nuestra consideración. Intentaremos ir por orden.
1
Los nombres en negrita remiten a la bibliografía, y le sigue la página de la cita correspondiente.
2
"Cartas" son, justamente, lo que tenemos en Ranqueles.
2
C-B, "Prólogo", XXII: "...como para salvar su responsabilidad, publicó todas las
vicisitudes del trámite en un diario de Buenos Aires."
A Sarmiento no le gustó que se difundieran estos asuntos por la prensa.
Sosnowski, XVI-XVII: "Al hacer públicas sus desavenencias en la prensa de Buenos
5 Aires, Sarmiento le hizo llegar ciertas reconvenciones a su conducta, moderadas para la gravedad
del caso."
La partida del 30 de marzo a "tierra adentro" sí estuvo autorizada. En una carta al general
Arredondo, Mansilla explica los objetivos de la excursión:
C-B, Logos, 126: "Esta excursión, señor General, no la considero peligrosa en estos
10 momentos, antes por el contrario la considero indispensable para evitar desinteligencias futuras
con los Caciques, y, en último caso, útil, por cuanto ella me permitirá levantar el croquis del
camino que conduce a Leubucó por la Laguna del Cuero y recoger multitud de datos
interesantes, penetrando personalmente hasta el corazón de las tolderías.
"Durante mi ausencia, quedarán en rehenes en el Río 4° el hermano del Cacique Ramón, y
15 en Sarmiento el Cacique Achaoentrú, hermano de Mariano Rosas, varios caciques y
lenguaraces."
Mientras Mansilla estaba en tierra de ranqueles, el corresponsal anónimo enviaba, con el
seudónimo de Manco Cápac, sus apologías de Mansilla.
Mansilla también escribió, desde tierra adentro, al comandante Racedo:
20 C-B, Logos, 129:
"El Cuero, Abril 1° de 1870
Querido Racedo:
La pampa está cubierta de agua, como jamás la han visto los indios. Pero he llegado con
felicidad, sufriendo una lluvia diluviana con solemnes acompañamientos de truenos horroríficos,
25 cayendo caballos, mulas y jinetes en el guadal, con el que no puede uno descuidarse.
Vamos todos alegres como unos niños; ayer se deslomó una mula y manducamos.
La felicidad no es una quimera. Hay que atraparla por los cabellos, Con mis afectos para
todos los camaradas, deseándole salud y alegría, crean que los quiera su affmo.
L. V. Mansilla"
30 Un día después del regreso, Mansilla escribió una relación militar que
[C-B, Logos, 144] "envió al Comandante General de las fronteras de Córdoba, San Luis y
Mendoza [el General Arredondo], el 18 de abril de 1870, al día siguiente de su llegada del
desierto, y que se publicó en La Tribuna el 11 de mayo del mismo año" (el 20 se publicaría la
primera carta a Santiago Arcos). C-B, Logos, 144: Este documento "contiene el relato sumario
35 de la expedición, que después amplificaría en su famoso libro, y la enumeración de los resultados
obtenidos en la embajada".
El parte militar constituye una "armazón de hechos y opiniones esenciales", provee el hilo
del relato en el que se enhebrarán los episodios de Ranqueles.
Hay algunas diferencias entre los datos de este informe y las cartas de Ranqueles:
40 Partida de la expedición: 30 de marzo / 31 de marzo
Regreso de la expedición: 17 de abril / 19 de abril
Total de días de expedición: 18 días / 19 días
Demoras: 3 días / 4 días antes de entrar en Leubucó
Cantidad de hombres: 20 / 19 menos dos
45 Cantidad de indios: 10 mil indios por dos tribus / 8 a 10 mil indios por tres tribus
Cantidad de cautivos: 1000 / 600-800
Indios de pelea: 1200-1400 / 1700
Espacio que ocupan en leguas cuadradas: 1500 / 2000
50 [Lectura de pasajes del informe, y breve descripción de las diferencias. Ambos son cartas,
pero los destinatarios, los objetivos son distintos. Eso también acarrea diferencias textuales, de
tono, de economía narrativa. Ejemplificar.]
C-B, 146: "La verdadera novedad del parte reside en las conclusiones, que la Excursión no
ofrece tan claramente expuestas, y que aclaran en parte el problema aún no resuelto de la
55 trascendencia histórica de la excursión. El tratado, que el Presidente prometió someter al
Congreso en su mensaje de 1870, no parece haberse considerado en las sesiones de ese año, y
debió de quedar definitivamente roto al año siguiente cuando el General Arredondo, para castigar
a los ranqueles, envió al coronel Antonio Baigorria, que llegó hasta las tolderías (7 de mayo de
1871) y dispersó o mató a los indígenas: Mariano Rosas huyó, y los demás caciques se
60 sometieron."
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40 Fechas de publicación de las cartas: 20, 21, 22, 25, 26-27-28, 29, 30-31 de mayo; 1, 2, 3, 4,
5, 8, 9, 10, 12, 13-14, 15, 16, 17-18, 19, 20-21, 22, 23, 24, 25-26, 29, 30/6-1/7; 2, 3, 6, 7, 8, 9,
12, 13, 14, 16, 17, 18-19, 20, 21, 22, 24, 25-26, 27, 28, 29, 30, 31 de julio; 1-2, 3, 4, 7, 12, 13,
14, 16, 17, 18, 19, ¿21?, 26, 27, 31/8-1/9, 3 y 7 de septiembre. Fueron 66 cartas. Hubo un error
de numeración en la secuencia, que no se corrigió en las cartas siguientes.
45 La publicación se suspendió cuando estaba muy próxima la distribución del primer tomo,
que comprendía las primeras 32 cartas. A fines de año apareció el segundo tomo.
Noviembre de 1870: termina la publicación. A fines de año, sale el libro con cuatro cartas
más y un epílogo.
Ranqueles: premiada por el II Congreso Internacional de Geografía de París en 1875.
50 C-B, Logos, 133: "Mansilla entendía hacer una obra no sólo pintoresca sino valiosa por sus
observaciones del terreno, utilizable cuando se resolviera la campaña militar al desierto, siempre
discutida y aplazada."
Sosnowski, XXIII: "Si desde las primeras páginas notábamos que esta crónica de viajes
excedía las convenciones del género, ya hacia el final la crónica de la aventura se cierra en torno
a una plataforma docrinaria sobre la cuestión de los indios."
Sosnowski, XXV: "El encuentro romántico, sin embargo, perdura mientras mantiene un
5 contacto directo con los ranqueles."
Debe expresarse una distinción preliminar a la consideración de Ranqueles según estos
tipos textuales y genéricos: no podemos confundir la excursión misma con su relato, o sea, la
historia de la excursión a Leubucó con el discurso narrativo acerca de esa excursión.
I. Ranqueles como crónica, como relato:
10 Las cartas siguen el orden cronológico, son el relato de un viaje (partida, trayecto, llegada
y estadía, regreso). Él dice que su relato sigue un método, pero los críticos parecen ver que la
obra, más bien, era escrita atendiendo a las posibles respuestas del presidente Sarmiento. [Julio
Caillet-Bois; él habla del cálamo currente".] No debe escapársenos la etimología de la palabra
"método": "camino a través del cual".
15 El orden temporal lineal se quiebra por digresiones: hacia atrás (flashbacks, raccontos o
analepsis en la historia del cabo Gómez), hacia delante (adelantos o prolepsis en la historia de
Miguelito), hacia fuera (con alusiones entre líneas a situaciones conocidas por el lector
contemporáneo, como la similitud entre las calvicies de Sócrates y Sarmiento, o las críticas a la
guerra contra el Paraguay).
20 La duración temporal de cada suceso se ve afectada; por ejemplo, en la carta 20, Mansilla
como narrador somete al lector a una espera análoga a la que sufrió Mansilla como personaje
cuando se encontró con Mariano Rosas: "¿Qué dijo?/Lo sabremos después./Le contestó el otro
en la misma forma y modo./ ¿Qué dijo?/Lo sabremos también después." (131)
Al final de la misma carta: "Tendrás paciencia, hasta mañana, Santiago amigo, y el
25 paciente lector contigo" (131). Al comienzo de la carta 21: "Aprovechando una parada,
interrogué a Mora, que tomó la palabra para explicarme en qué consiste el arte de hacer de una
razón, dos o más razones" (132)...". En esta carta, Mansilla nos contará cuáles son los estilos
retóricos de los indios. Él está detenido en su marcha, esperando el encuentro con Mariano
Rosas, y el lector se detiene también en el relato del hilo fáctico, y la digresión asume el carácter
30 de "un curso de retórica completo".
Dentro de este paréntesis3 van apareciendo otros más, tangenciales, de manera que el
descanso de la "parada" se alarga, y allí Mansilla tiene oportunidad de mostrar su erudición
libresca (objetivada en lo que él llama su "vademécum de citas") y su formación procedente de la
experiencia. Tanto 'se va por las ramas', que él mismo dice: "Decididamente estoy fatal para las
35 digresiones" (136), y también: "¡Cuando he dicho que estoy fatal para las digresiones!" (136)
3
Sobre los paréntesis y la complicidad con el lector, dice Mansilla en sus Causeries: "Les ruego
que me permitan seguir usando y abusando de los entre paréntesis. Este recurso gramatical es
como las guiñadas en la conversación."
6
EEUU. Hay un reconocimiento entre pares. Además, las cartas son una respuesta a Santiago,
"quien había abogado por una ofensiva contra los indios".
Sosnowski, XVII: Santiago Arcos estaba en España, y "le respondió con una serie de
impresiones de viaje, Sin rumbo ni propósito, publicadas en el mismo diario, a partir del 26 de
5 septiembre".
Sosnowski, XVII: "Más allá del interlocutor [...] Mansilla reconoce la presencia de un
público más amplio. Si Arcos es el cómplice inmediato para quien las vagas alusiones
sobreentienden la existencia de código común, Mansilla quiere acceder al público que éste
representa. La conversación privada se hace pública: el oyente se multiplica para hacerse eco de
10 estas ideas y plegarse a sus apuestas al futuro. Mansilla anhela el reconocimiento de la
generosidad de sus actos."
En otras ocasiones, se dirige a ambos destinatarios:
En la carta 9: "¡Ojalá que a ti y al lector le sucediera lo mismo con el cuento del cabo
Gómez!" (51)
15 En la carta 4, distingue un destinatario de otro, y dice a propósito de la "rastrillada": "Si en
lugar de estar conversando contigo públicamente lo hiciera en reserva, no me detendría en estos
detalles y explicaciones. Todos los que hemos sido público alguna vez sabemos que este
monstruo de múltiple cabeza, sabe muchas cosas que debiera ignorar e ignora muchas otras que
debiera saber. ¿Quién sabe, por ejemplo, más mentiras que el público?" (23)
20 Su receptor doble lo obliga a dejar ciertas señales, y entonces, opta por dirigirse a Santiago,
y nombrar al público en tercera persona.
También recurre a la primera del plural; en la carta 25: "... entremos al toldo de Mariano
Rosas"; "descansemos [...] hasta mañana". (163)
El problema con estos textos reside en que son cartas privadas y públicas a un mismo
25 tiempo: dirigidas a un interlocutor claramente identificado (el objeto de su dedicatoria), y a
muchos otros, que pertenecen al círculo de su clase, al público lector de La Tribuna. En este
sentido, las cartas alternan entre el tono confidencial, coloquial, y el distante, irónico; nos
incluye y nos excluye [Ya lo vieron el lunes].
Como toda carta, éstas también tienen sus marcas de enunciación: debemos deslindar la
30 excursión (realizada entre el 30 de marzo y el 17 de abril) del relato de la excursión (publicado
entre el 20 de mayo y el 7 de septiembre). Hay numerosas señales de que las cartas se escriben
con posterioridad al viaje completo, en otro lugar:
* Carta 10: Mansilla menciona la muerte de Urquiza (11 de abril de 1870) y la persecución
de uno de sus asesinos, López Jordán: "Ahora la hemos emprendido con Entre Ríos, donde
35 López Jordán se encargó de despacharlo a Urquiza./Todos, todos han sentido su muerte
muchísimo." (61)
* Carta 18: "... los dramas reales tienen más mérito que las novelas de la imaginación./ La
otra noche se lo decía yo a Behetti, rogándole me hiciera el sacrificio de ciento cincuenta varas,
vulgo, me acompañara una cuadra." (113) [Aquí podemos ver cómo hace humorísticamente una
40 concesión al público, aclarando a qué equivalen ciento cincuenta varas.]
Carta 30: "Yo he aprendido más de mi tierra yendo a los indios ranqueles, que en diez años
de despestañarme". (193) Mansilla declara: "he aprendido ... yendo": el viaje ya ha pasado, aún
cuando el narrador considera, con el uso del pretérito perfecto que ese acontecimiento todavía
influye en la actualidad de su relato.
45 En la misma carta, una referencia al lugar de escritura: "Grandes y populosas ciudades
como Buenos Aires [...]./Fuera de aquí, campos desiertos". (197)
Carta 35: "Me puse, pues, a comer con tanta gana como anoche en el Club del Progreso."
(232)
* Carta 41: sobre una cautiva, dice: "Era de San Luis, tengo su nombre apuntado en Río
50 Cuarto. No lo recuerdo ahora." (II, 8)
Carta 42: "... prefiero el aire libre del desierto, su cielo, su sublime y poética soledad a
estas calles encajonadas, a este hormigueo de gente atareada, a estos horizontes circunscriptos
que no me permiten ver el firmamento cubierto de estrellas, sin levantar la cabeza, ni gozar del
espectáculo imponente de la tempestad cuando serpentean los relámpagos lumniosos y ruge el
55 trueno" (14, II). Ya no está allí.
* [Las referencias de las cartas 10, 18 y 41 corresponden al prólogo de Julio Caillet-Bois a
su edición de Ranqueles.]
Sin embargo, da a sus cartas la la apariencia de haber sido escritas al cabo de cada jornada,
redactándolas en tiempo presente (en la carta 9: "y como sigue lloviendo y estoy mojado hasta la
60 camisa, me despido hasta mañana" [57]); carta 26: "hoy quedamos en la enramada" (164), o
7
bien, transmitiendo las expectativas ya pasadas como hechos futuros (en la carta 34: "Mañana
estaremos de recepción" [226], incluyendo en este caso al lector).
A veces, oscila entre la referencia temporal correspondiente a la excursión misma y la
referencia temporal correspondiente al tiempo del lector, que lee el diario durante el día. Al final
5 de la carta 8 se despide, después de haber contado el relato del cabo Gómez durante el fogón
nocturno, con un: "¡Buenas noches!, por no decir buenos días, o salud, lector paciente". (51)
A menudo centra el relato de cada día en una carta, pero alarga un episodio cuando es
necesario, y remite al lector a la carta siguiente, o bien una carta se prolonga en más de una
entrega en folletín.
10 Entre las cartas se establecen estrechas relaciones, referencias, que van más allá de la
sucesión temporal. En la carta 33: "... reanudemos el hilo del relato empezado al terminar mi
carta anterior". (218)
Tipos de referencias:
Remisiones internas (cartas 9-49: "señales" de peligro: el pañuelo y la "pera trenzada"; 10-
15 40: La Tribuna y los indios); en la carta 42, Mansilla dice sobre Mora: "Ya he dicho quién era en
una de mis primeras cartas, y si no estoy trascordado, ofrecí contar su vida". (17, II)
Remisiones anafóricas, hacia atrás (carta 26: "de las dos proposiciones de Mariano Rosas
sobre las bestias opté por la primera..." [163]. Remisiones catafóricas, hacia delante (carta 35:
"una cara que yo no había visto desde que llegamos, cuya aparición por allí debía preocuparme,
20 se mostró por una rendija del toldo y con disimulo me hizo una seña significativa. [...] lleno de
curiosidad: ¿qué habrá?" [233]; carta 36: "La cara era de Camilo Arias" [233]).
Remisiones externas: se trata de envíos hacia los 'blancos' que debe llenar el lector: las
referencias dirigidas a lo más selecto de su público lector, al círculo de su clase. Por ejemplo,
hoy necesitamos una nota al pie para saber a quién llama Orión; o cuando respecto de la carta 36,
25 Mansilla aconseja: "será mejor que no la lean las señoras" (233). En sus citas de otros escritores,
no recurre a la traducción si éstas corresponden a otros idiomas: el público puede leerlas sin
necesidad de traducirlas, y no precisa que le digan a qué obra corresponde. (A diferencia del
periodismo actual, que debe clarificar, informar.) Al lector actual se le escapan muchas
referencias de la época.
30 Más la autorreferencialidad: todo lo que apunta a la persona de Mansilla como personaje,
pero no es tema de este trabajo.
III. Ranqueles como folletín
La obra corresponde a la literatura por entregas o de folletín, en la que confluyen las
formas del periodismo (por ejemplo, el uso del copete, con la enumeración de contenidos en
35 construcciones nominales, y el uso del presente) y la literatura.
Esta forma de publicar tiene una larga historia en la literatura europea, aunque su mayor
auge se dio entre 1830 y 1914 (Charles Dickens en Inglaterra y H. de Balzac en Francia).
Hay que relacionarla con los avances técnicos en el arte de la impresión, y con un "proceso
de crecimiento diversificación de la prensa" que "se traduce prácticamente en una demanda
40 creciente de materiales y en la creación de un tipo particular de literatura periodística" (Rivera,
15).
Rivera: Características:
1. Fragmentación y suspenso:
45 J R, 39-40: "Los autores de novelas para folletín fundaban gran parte de su éxito en la
habilidad para crear suspenso, ese arte de las postergaciones que tiene su previsible apoyatura en
la exigencia práctica de fragmentar la publicación en un número convencional de entregas y de
mantener latente, al mismo tiempo, el interés de los lectores."
J R, 43: "No interesa tanto el resultado final del conjunto como la riqueza de los materiales
50 y de la información acumulada, el laberinto de adiciones, raccontos, explicaciones, epifanías,
trucos y correcciones que se van hilvanando paso a paso."
"El lector parece necesitar y esperar, una y otra vez, la reiteración de las acciones
arquetípicas que ponen en marcha al héroe y a sus oponentes. Hambre de redundancia, como la
que distingue al consumo de la literatura de masas según sugerente apreciación de Eco, para
55 quien el folletín ochocentista representaría, sin embargo, el triunfo de la información -esto es, del
sobresalto informativo- en una sociedad cargada de mensajes redundantes."
25: "El sistema de cortes en el relato revitaliza permanentemente la vigencia de este
esquema recurrente al abrir en cada caso una interrogación sobre el futuro del héroe."
2. Aventuras en lugares exóticos o de aventuras geográficas: es una de las tantas líneas de
60 la novela por entregas o por folletín. Lo pintoresco. Nacionalismo y patriotismo.
8
J R, 57: "La novela popular satisface la afición a lo extraordinario: Nos interesa menos el
enigma propuesto que la mezcla de lo extraordinario con lo cotidiano."
3. 60: "Los contenidos de la novela popular son aceptados porque responden a una
necesidad social de los lectores, corroboran, en suma, sus actitudes, valores, intereses y visión
5 del mundo".
Epígrafes de La Cautiva (aunque no la citaba, porque el público reconocía la obra) a
algunas de las cartas; de Comte y de Emerson.
Las preguntas retóricas no esperan respuesta, son guiños dirigidos al lector.
Lo mismo sucede con el uso del paréntesis, que borra a parte de su público con alusiones.
10 Captatio benevolentiae: guiño al lector.
Falsa modestia.
Viñas, 168: "... a partir de ese desdén o preocupación por la arquitectura sistemática, su
fraseo asimétrico y zigzagueante, su elección de fragmentos de aquí y de allá para yuxtaponerlos
apenas con el empalme de numerosas digresiones o la remisión familiarmente tendida al lector
15 que lo conoce de cerca y lo ha seguido a lo largo de la obra [...] corroboran esa necesidad de
gustar." "... el condicionamiento al folletín sirve como explicación inmediata..." Respecto del
público, Mansilla intenta "adecuarse a él serle grato y gustarle", y, además, "esforzarse por
mantenerlo pendiente de lo que se expone".
4. La figura del protagonista y su conflicto: se trata de un héroe que sufre un conflicto de
20 reivindicación:
J R, 28: "El héroe de la novela popular, como corresponde a su ascendencia romántica, es
casi siempre un solitario segregado del mundo [...]. Esta condición escindida lo pone en
conflicto, naturalmente, con el resto de la sociedad o con un sector de ella."
34: "A favor de su omnipotencia el héroe de la novela popular se mueve alternativamente
25 en dos planos: los bajos fondos y el 'gran mundo', que son los dos puntos de la escala en máxima
tensión conflictual."
5. Dualismo, polarización: en la novela popular por entregas se presenta la oposición
malos-buenos; en Ranqueles podemos reconocer otras: civilizados-bárbaros; ciudad-campo;
sencillez-artificio, etc.
30
IV: Ranqueles como relato periodístico y literario:
Mansilla informa (hay un paso del pretérito al presente, un acercamiento entre los hechos y
el relato de los hechos, propio de la crónica periodística), argumenta, opina, editorializa.
Al mismo tiempo, hay un tratamiento literario de los materiales: descripciones, relatos
35 fantásticos (con su explicación y su regreso a la realidad), personas de la historia convertidas en
personajes (de Miguelito, dice Mansilla que era una "aparición novelesca" [178]). Los valores
literarios han hecho perdurar el texto, que ha llegado hasta nosotros, quienes podemos
considerarlo como un clásico de nuestra literatura.
Marita Grillo
40
9
UAR sigue el orden temporal lineal, quebrado por digresiones: hacia atrás (flashbacks,
5 El relato parte de un presente que es posterior a la excursión (carta 42: "... estas calles
encajonadas"; carta 35: "Me puse, pues, a comer con tanta gana como anoche en el Club del
Progreso"), pero da a sus cartas la apariencia de haber sido escritas al cabo de cada jornada,
redactándolas en tiempo presente (carta 9: "y como sigue lloviendo y estoy mojado hasta la
camisa, me despido hasta mañana"), o transmitiendo las expectativas ya pasadas como hechos
10 futuros (carta 34: "Mañana estaremos de recepción", incluyendo en este caso al lector).
A menudo centra el relato de cada día en una carta, pero alarga un episodio cuando es
Así, la duración temporal de cada suceso se ve afectada; por ejemplo, cuando somete al
lector a una espera análoga a la que sufrió él cuando se encontró con Mariano Rosas
15 "Aprovechando una parada..." (carta 21), LVM nos contará costumbres de los indios. Él
está detenido en su marcha, esperando el encuentro con Mariano Rosas, y el lector se detiene
también en el relato del hilo fáctico, y la digresión asume el carácte de "un curso de retórica
completo".
Dentro de este paréntesis van apareciendo otros más, tangenciales, de manera que el
20 descanso de la "parada" se alarga, y allí LVM tiene oportunidad de mostrar su erudición libresca
experiencia. Tanto 'se va por las ramas', que él mismo dice: "Decididamente estoy fatal para las
digresiones", y también: "¡Cuando he dicho que estoy fatal para las digresiones!"
25 misma forma y modo./ ¿Qué dijo?/Lo sabremos también después." (Carta 20)
Sistema de referencias:
10
Remisiones catafóricas (carta 26: "de las dos proposiciones de Mariano Rosas sobre las
bestias opté por la primera..."; carta 35: "una cara..."- carta 36: "la cara era de Camilo Arias".
5 Remisiones externas: los 'blancos' que debe llenar el lector: las referencias dirigidas a lo
más selecto de su público lector, al círculo de su clase. Por ejemplo, hoy necesitamos una nota al
pie para saber a quién llama Orión; o, respecto de la carta 36, LVM aconseja: "será mejor que no
la lean las señoras". En sus citas de otros escritores, no recurre a la traducción si éstas
corresponden a otros idiomas: el público puede leerlas sin necesidad de traducirlas, y no precisa
10 que le digan a qué obra corresponde. (A diferencia del periodismo actual, que debe clarificar,
informar.)
Más la autorreferencialidad.
ciertas señales.
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1. La frase "es un medio de vivir, que no siempre da de vivir", trae los ecos de un artículo
de costumbres del escritor y periodista romántico español Mariano José de Larra titulado
"Modos de vivir que no dan de vivir": en ese escrito, Larra enumera una serie de profesiones o
5 carreras de gran cantidad de personas que viven, "como el pobre del Evangelio, de las migajas
que caen de la mesa del rico" y que son, más bien, "pretextos de existencia que verdaderos
oficios". (153)
Entre esos modus vivendi, Larra nombra a los cafeteros ambulantes, a los que venden
agua en verano, a las traperas, a los zapateros remendones, a los que viven de las propinas, a los
10 comparsas de teatro. Esta enumeración se cierra con los que tienen el oficio "más menudo" "que
15 BAAL:
Citas textuales
20 Carta de LVM a Arredondo del 27 de marzo: en ella explicaba los objetivos militares, y
añadía:
126: "Esta excursión, señor General, no la considero peligrosa en estos momentos, antes
por el contrario la considero indispensable para evitar desinteligencias futuras con los Caciques,
y, en último caso, útil, por cuanto ella me permitirá levantar el croquis del camino que conduce a
25 Leubucó por la Laguna del Cuero y recoger multitud de datos interesantes, penetrando
lenguaraces."
12
129:
Querido Racedo:
La pampa está cubierta de agua, como jamás la han visto los indios. Pero he llegado con
felicidad, sufriendo una lluvia diluviana con solemnes acompañamientos de truenos horroríficos,
cayendo caballos, mulas y jinetes en el guadal, con el que no puede uno descuidarse.
10 Vamos todos alegres como unos niños; ayer se deslomó una mula y manducamos.
La felicidad no es una quimera. Hay que atraparla por los cabellos, Con mis afectos para
todos los camaradas, deseándole salud y alegría, crean que los quiera su affmo.
L. V. Mansilla"
131: "Muy poco le quedaba por hacer al Comandante de fronteras en Villa Mercedes, y se
apresuró a marcharse a Buenos Aires, adonde llegó el 12 de mayo. El día anterior se había
131: "En la inactividad forzosa, Mansilla se puso a componer con los recuerdos de su
3. Santiago Arcos estaba en España, y "le respondió con una serie de impresiones de
viaje, Sin rumbo ni propósito, publicadas en el mismo diario, a partir del 26 de septiembre".
5. 133: "Mansilla entendía hacer una obra no sólo pintoresca sino valiosa por sus
observaciones del terreno, utilizable cuando se resolviera la campaña militar al desierto, siempre
discutida y aplazada."
13
siguen.
Stern
que prescriben tanto cierta modalidad de relación con el texto como sus más convenientes cursos
o itinerarios de lectura..."
Su exposición relativa la situación del indio y del gaucho se conecta fuertemente con las
ideas expuestas ya por José Hernández durante 1869 en sus editoriales de El Río de la Plata.
15 7. Molloy:
745: "Después de un escándalo -el desafío público a Mármol que le cuesta una temporada
en la cácel- Mansilla se refugia en Paraná, luego en Santa Fe, donde 'un federal me reconoció -ya
era tiempo- y me llevó a su casa' (EN, 105). El mismo federal, dos noches más tarde, llama a la
puerta de su cuarto; tiene que redactar una descripción del río Salado para un diario de Paraná y
20 le pide a Mansilla que lo reemplace: 'yo lo mandaré como cosa mía' (EN, 106). Se obvian las
protestas de Mansilla quien, para defenderse, recurre a su escasa experiencia: sólo es autor de
'cartas a mamita y a tatita, y (...) una que otra traducción del francés'. Eso, le dice el huésped, ya
es escribir. Días después se le pide a Mansilla algo más: no que escriba por otro sino que redacte
"Había metido involuntariamente las manos en las faltriqueras, sentí que mis cinco
bolivianos se habían reducido casi a cero, y aquella sensación dolorosa (¿o no es dolorosa?)
30 cada tanto, por digresiones amables, da, como no la dan los otros textos de Mansilla, una imagen
14
rotunda de un yo autoritario, en más de un sentido del término. Autoritario porque se inventa, sin
cesar, a sí mismo; autoritario además porque maneja -en el nivel de los hechos- un poder que él
acaso mucho menos) de lo que fue. Dura apenas (se recordará) dieciocho días."
5 "Estudiar en dieciocho días usos, costumbres, ideas, religión y lengua del otro es tarea
ardua si no irrealizable; más factible habría sido 'inspeccionar yo mismo el terreno por donde
alguna vez quizás tendrán que marchar las fuerzas que están bajo mis órdenes'."
Viñas:
10 Lo mismo sucede con el uso del paréntesis, que borra a parte de su público con alusiones.
Sobre el folletín:
168: "... a partir de ese desdén o preocupación por la arquitectura sistemática, su fraseo
15 conoce de cerca y lo ha seguido a lo largo de la obra [...] corroboran esa necesidad de gustar." "...
el condicionamiento al folletín sirve como explicación inmediata..." Respecto del público, LVM
intenta "adecuarse a él serle grato y gustarle", y, además, "esforzarse por mantenerlo pendiente
de lo que se expone".
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