En un hermoso bosque con muchos árboles y verdes prados
vivían muchos conejos, que jugaban y saltaban en medio de las coloridas flores y se subían en los pequeños montones de tierra que ellos mismos dejaban cuando escarbaban para hacer sus cuevas. En este bosque también vivía el conejito Saltarín con sus hermanos y familia, Saltarín era muy juguetón y alegre le gustaba mucho comer y jugar con sus amigos, en eso pasaban gran parte del día, que hasta se olvidaban de la merienda y de comer , un día habían jugado tanto, se tiraban sus largas orejas, estiraban sus patitas ya estaban exhaustos y cansados, de pronto se pusieron a pensar donde iban a encontrar unas ricas zanahorias para llenar su guatita porque tenían mucha hambre, nada se les ocurría así que decidieron correr y saltar para irse a casa, estaban en eso cuando de pronto vieron una gran zanahoria, ¡qué alegría dijo uno de ellos!, nif, nif, nif, dijo otro y le sonaban sus dientes, se acercaron lentamente para verla con mucha curiosidad porque era muy grande , Saltarìn de pronto sintió un rico aroma, las zanahorias que él comía no eran así, así que saltó con sus dos patas comió y comió juntos con sus amigos hasta que se acabó, era tan rica, dulce, fueron muy glotones y luego de un rato sus sintieron mucho dolor en sus pancitas y se hincharon, así que se fueron llorando a sus cuevas. Saltarìn luego de un rato llegò a su cueva y allí estaba mamá coneja quién le pregunto ¿qué te pasa Saltarín? Nada contestó, pero su guatita estaba hinchada y con mucho dolor, entonces mamá llamó a papà conejo y a sus hermanos preocupada por lo que le ocurría a Saltarìn, que no quería contarle lo que había comido con sus amigos conejos en el bosque, no sé mamá dijo Saltarín, pero era muy rico y no se parecía a las zanahorias que siempre comía, cuando papà escucho dijo, no es bueno mentirle a mamá, si tú no cuentas no te podemos ayudar, entonces ahí Saltarín les cuenta todo a sus padres y los abraza muy asustado, fuimos al bosque y comimos una zanahoria rica y blanda y comí tanto, tanto, soy muy glotón y por eso me dolió la guatita, mamá entonces corre por el bosque y saca muchas hierbas para hacerle una medicina le trajo un vaso grande para que se lo bebiera y pasara el dolor, de pronto su pancita de descinchó y se sintió mucho mejor y quería saber qué era eso tan rico que había comido porque le gustaría volver a comerlo otra vez. Sus padres entonces le contaron una hermosa historia lo que tu comiste se llama chocolate es muy delicioso, pero se come de a poquito porque o sino duele la guatita o les salen caries a tus dientes y luego no podrás comer tus zanahorias, esa una tradición en que los conejitos de todo el mundo felices esconden en todos lados huevitos de chocolate como regalos, para que los niños para celebren con alegría el día de pascua de resurrección. Así entonces Saltarín aprendió a decir la verdad, a confiar en sus padres y a no ser un conejo glotón. Colorín, colorado este cuento se ha terminado. Moraleja: decir siempre la verdad a sus padres para que ellos te puedan ayudar. Los padres te aman y siempre te van a cuidar.
ESCRITO POR TU ABUELA CECILIA PARA MI NIETA FLORENCIA CON TODO MI