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I.

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS

Octavio paz abre el profundo análisis del mexicano de este libro yéndose a la parte que nos desagrada y que
curiosamente nos atrae, aquella que es grotesca y reflejo de nosotros mismos

El pachuco, mexicano que no es de aquí, ni de por haya ni de nadie y que para colmo esta falta de encontrarse
lo deprime, esa depresión que se saborea y se disfruta, se presume y jactanciosa se cree lo mejor se viste con
galas exuberantes, se burla de aquello que quiere ser pero que no admite y crea un margen grotesco en el que
enmarca a su cultura madre, estampa a la virgencita de Guadalupe sobre un escudo de los Yanquees de New
York satiriza con cómica irreverencia lo que es y se niega a si mismo... ¿acaso el mexicano no es nada? No
solo los pachuchos niegan sus raíces y adoran a la sociedad gringa por repudiarlos, toda la sociedad mexicana
ahora en nuestros días se siente dichosa de comprar y usar la moda norteamericana pero reprocha la falta de
valores, el materialismo y la poca felicidad en esa sociedad, abraza a su religión, pero lo hace en el secreto...
¡no! Que pena, no vaya a ser que piensen que soy un ratón de iglesia, que soy aburrido y poco interesante...
¿perdón? ¿Ahora quien es el que no tiene bien puestos sus valores?

El mexicano es un lío de contradicciones, no es, no será, pero no deja de ser, grita con voz en cuello de jubilo
por ser mexicano, mas tarde se deprime por que es un mexicano promedio sin grandes lujos y se acerca a ser
pateado por su eterna vecina de fronteras, arriesga su vida y su dignidad con tal de olvidar sus raíces y entrar
en ese mundo de formas grotescas para que el mundo lo mire con rostro de repulsión, de desaprobación,
sentirse el triste foco de atención, el incomprendido, el solitario, el abandonado y el producto de una sociedad
disfuncional... no, el pachuco no es producto mas que del mismo mexicano y de su sentimiento de soledad que
lo acompaña latente el resto de sus días por ser individual

El mexicano no ve el precioso tesoro que le regala su individualidad, la ve como una penitencia de un pecado
que por conformidad acepta, disfruta lastimarse, sentirse desdichado dice odiar la compasión de la raza
humana, pero si no la tiene llega a ser pachuco, llega a ser pocho, llega a caer en los excesos, que por ley
siempre son focos de atención.

El mexicano no tiene identidad, si es verdad... tiene una cultura hermosa, pero sin abrazar su identidad ¿de
qué vale? ... bien tiene valores... ¿para qué si somos el país de la doble moral? ... díganme donde esta el
verdadero mexicano... parece nunca haber existido, ¿cómo puedo definir a un mexicano si desgraciadamente
no conozco a ninguno? Somos un país tan mestizo que en algún punto nos perdimos dentro de nuestra misma
identidad, debe estar en algún lugar aun latente... ¿tendremos la valía de recuperarla de nuevo?

II. MASCARAS MEXICANAS

El mexicano no existe por que se lo impide, se niega ese derecho concedido en su naturaleza humana, el
mismo se encarga de encerrarse en la infranqueable muralla de su propia intimidad, aquí bien nos es empleado
el termino de rajarse que llanamente se traduce en abrirse a los demás, no hay cabida para la vulnerabilidad
del macho y en la mujer es sentenciado por ridícula regla genética.

Se encierra en su cuerpo, ese cuerpo que el mexicano disfruta, no se trata de un trasporte del alma, el
mexicano es cuerpo, lo mueve, lo cuida, lo baila, lo idealiza y hace a los dioses merecedores del cuerpo, lo
deidifica y a la vez también sufre del, por que significa vulnerabilidad, se siente acechado por la mirada de sus
congeneres, lo oculta pues siente que esas miradas penetran su intimidad tan celosamente guardada por que el
cuerpo no guarda este preciado tesoro, si no que la descubre y que para salvaguardarlo se creo el pudor que
actúa como defensa, he aquí la razón del por que la virtud mas admirada en el mexicano es el recato.

Ahora bien, mencionando cuestión de pudor miremos a la mujer mexicana, la mujer mexicana se convierte en

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un misterio, algo así como un mito inalcanzable, pasiva, misteriosa, pudorosa, creadora y destructora, pero
estas es la cuestión que ven LOS mexicanos, pero ¿y la mujer? La mujer simplemente no es ella, es un objeto
al que se le puede atribuir, más no que se atribuya a ella misma, pasa a ser un objeto de contemplación, débil
de carácter por ser sentimental y por tener un sexo distinto, por entregarse sin contemplaciones, por que pierde
su intimidad al ofrecerse a otros con el sentimentalismo femenino. La mujer pues no tiene la capacidad de
moverse, si previamente no la han movido, y no tiene esta capacidad por que se la han negado, se le a educado
para ser como aquellas estatuillas que pasivas y misericordiosas nos miran al entrar en los templos impávidas
y con una sola expresión en el rostro que a la vez nos intimidan y nos dan lastima. esta es una verdadera
actitud mediocre.

El mexicano (y llamémoslo así, por simple tecnicismo, por que mantengo que el mexicano no existe) en su
celo por mantenerse cerrado y no rajarse se convierte en el perfecto camaleón bípedo, y de repente se
transforma, como dicen Octavio Paz en ninguno me causo gracia el ejemplo que se nos ilustra, el de la
muchacha que al hacer ruido y al preguntarle que quien esta ahí ella naturalmente responde no es nadie, solo
soy yo y me da risa por que yo misma, he respondido con ese argumento tan incoherente que parece insignia
en el mexicano, nos desaparecemos. ¡Sin embargo estamos ahí! Es como el camaleón, insisto, a la vista se
vuelve imperceptible, aun así él permanece estático en espera de todo y de nada, silencioso y en apariencia
inexistente

¿Qué es lo que estamos esperando para movernos y salir de ese fingido letargo del que tenemos miedo de
despertar?

III. TODOS SANTOS, DÍA DE MUERTOS

Somos un país fiestero a morir, como ningún otro, nuestras fiestas son la clara evidencia del lujo, las
extravagancias y las exageraciones, es el despilfarro total, podemos quizás no comer al día siguiente, sin
embargo la fiesta tiene que ser magnifica, pero ¿por qué? Es simple y las leyes físicas nos lo pueden explicar,
si a un globo le aplicas exagerada presión (es decir demasiado aire) el cuerpo del globo se dilatara hasta
alcanzar su limite de elasticidad, pero si aun así le agregamos más presión... la respuesta es obvia, el globo
reventara, pasa lo mismo con el mexicano y sus fiestas, acumula tantísima presión al querer protegerse a si
mismo de los demás que decide perderse en la multitudinaria congregación de una fiesta, gritar a coro con
cientos de voces que en fondo arrastran el mismo lamento, comer hasta reventar, beber y embriagado caer en
el juego de los que se abren a los demás y lloran por las mismas penas, las fiestas en este lugar no son mas que
burdos sinónimos de exceso, desesperación e intento de saltar esa invisible muralla que tras años o meses sé a
esforzado en construir para ahogarse como siempre solo tras ella.

Ahora pues, la muerte, esa con la que vivimos a cada día, en un principio se consideraba como una extensión
de la vida en un plano cósmico que movía los engranes de la vida y cumplía con los caprichos de aquellos
dioses de antaño de los que ni suspiros quedan, ahora la muerte para nosotros es nuestra amada cómplice ,
silenciosa la llevamos de la mano con la vida, para otras culturas es impronunciable y su simple presencia
deprime...para nosotros es un juego, un reto nos morimos de miedo por dentro pero miramos la cara huesuda
de frente a frente, la retamos la invocamos y hasta le hacemos fiestas también a ella... es el imán místico que
nos atrae, los poetas mexicanos la pintan con fanfarronería, las clásicas calaveritas no son mas que una
muestra de cuanto nos seduce esa que hemos caricaturizado, a pero no, el mexicano es necio y tampoco se
abrirá ante su amada muerte (que cabe mencionar que tampoco la entiende) y así sigue... sin rajarse

Entre los sentimientos que desencadena esta curiosa afición por la muerte evocamos dos cosas, totalmente
opuestas y que los poetas mexicanos nos han ilustrado en sus silenciosos versos, una que se marcha hacia
delante, que expresa creación uno derrama su sangre, mientras que por haya otro habré los ojos al mundo y
otra que es aquella que nos da nostalgia de lo que fue antes de la vida, ese limbo en el se esta suspendido sin
existir, queda la duda, ¿Hacia donde?

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IV. LOS HIJOS DE LA MALINCHE

Aquí como que el Autor se desvía un poco y podemos observar un poco de su opinión respecto a la política y
a los males que traen consigo los regímenes totalitarios, pero recupera el tema y vemos surgir una de las
actitudes que mas me gustan de mi pueblo que no es, pero está.

Si, somos groseros, somos mal hablados y este lenguaje vulgar lo llevamos dentro, lo acariciamos, lo
guardamos y en cualquier descuido se escapa de nuestro labios y explota en el aire tras un exceso de ira o de
gracia. Pero hay una de esas palabras que místicamente lo significa todo y la vez es la misma nada, cambiante
de matices por naturaleza, un acento, un énfasis, una letra perezosa de más y el verbo chingar cambia
radicalmente, es la palabra camaleónica por excelencia del el camaleónico mexicano

Definitivamente es un verbo que lastima, que hiere y en su significación nula, su intención es fastidiar, herir,
lastimar... verdaderamente chingar, ahora pues se puede ubicar en su multicolor estado la parte relativamente
buena, aquella que se aplica al gran chingón que no es otro que el Macho, el in−rajable, el agresivo que se
chinga a todos y para colmo que hace chingaderas para no dejar incompleto su estuche de monerías, es aquel
que representa a la mismísima fuerza, casi como una divinidad, pero jamás llega a tal grado por que al poseer
el poder, se aleja, se aísla y se deslinda de toda responsabilidad con la prole, siempre lejano, y cuando hace su
dramática aparición no es más que un extraño.

Pasamos al terreno de las deidades y aparece la adoración a el Cristo martirizado, sangrante y misericordioso,
la idolatría ante este personaje aparte de tener influencias de aquellos tiempos precoloniales, ese basa más que
otra cosa en la esperanza del mexicano de ser así de admirado y compadecido en su actitud de benevolente
misericordia ante aquellos que lo miran con la duda reflejada en el rostro, y aparece una segunda rama de
estas adoraciones, la de la Virgen Tonantzin, la Virgen de Guadalupe, que tan arraigada esta en las almas y el
culto religioso del mexicano actual...pero ¿por qué?...simple, el sentimiento de soledad que invade al
mexicano encuentra consuelo en el regazo del retrato inmóvil de la pureza que representa esta Virgen india,
pero tenemos a la contraparte, si ella nos representa la pureza, la suciedad la encontramos también en una
mujer, esa mujer que traiciona a su pueblo y a la que su sentimentalismo femenil la arrastro a darse a un
español opresor de su pueblo, aquélla que después de siglos no le perdonamos la traición, la Malinche

El mexicano resentido, reniega de la madre chingada, de la madre violada, e incluso busca el modo de hacerle
patente al mundo que malinchismo es sinónimo de traición, y así el mexicano elimina su origen, ya no es
español, ya no es mestizo, ya no es indio, tan solo hombre, que empieza y termina en si mismo, una vez más
el mexicano se termina negando el derecho de existencia por su antigua historia esta vez, y se pierde en si
mismo.

V. CONQUISTA Y COLONIA

Me gusta creer que Octavio Paz acomoda este capitulo en el quinto lugar con alguna intención premeditada, el
porque de mencionar esto es por el hecho de que aquí se nos habla del origen de la sociedad mexicana que
conocemos, nos habla (como el mismo titulo hace notar) de la conquista y la colonia de nuestras tierras, hace
un análisis a partir de las primeras civilizaciones que se desarrollan, su esplendor y aquello que las unificaba
dentro de su extrema diversidad y bueno si se habla de esté punto de partida, en mi opinión debió de haber
sido el primer capitulo, pero como ya he mencionado antes, es probable que el autor lo manejara de esa
manera con alguna intención de trasfondo.

Así pues, puedo notar que se vuelve a caer en el concepto de el sentimiento de soledad mexicano. Aquí
explica que este fenómeno se da por el abandono de los dioses, y la caída de los indígenas abandonados de
todo y de todos ya que al formar parte de una religión cósmica que les es arrebatada sin muchas
contemplaciones por los españoles, se quedan flotando en la nada sumidos en la orfandad. En este punto mi
opinión cambia ya que desde mi punto de vista la soledad no viene de un hecho o acontecimiento, la soledad

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nos viene por el simple hecho de que somos totalmente diferentes, por que somos individuales, no es un rasgo
característico del mexicano, es para todos los hombres del mundo, un ejemplo quizá burdo es cuando
visitamos un lugar donde todos son extranjeros, nos sentimos solos, ¿porqué? No dejan de ser hombres... pues
simplemente por que son diferentes, todos arrastramos la soledad hasta el final de nuestros días, los indígenas
ya eran solos por que cada uno era distinto, incluso en lo que al físico se refiere, la soledad es parte del
humano desde el momento en que se le considera de ese modo, lo demás son ideas románticas que crea el
hombre dentro de su mismo miedo.

Ahora que, la invasión española no fue ni creadora ni mucho menos, nos convertimos en una mole de
borregos que simple y sencillamente dejo de ser esa creadora magnifica de diversidad de culturas a adoptar lo
que nos traían, la religión petrificada y poco creativa, la filosofía etc... ¿habrá sido entonces cuando perdimos
nuestra mexicanidad? Puesto que la religión (principalmente) nos convirtió en espectadores de lo más pasivos,
mutilando la singularidad propia del mexicano.

Ni siquiera la mentes brillantes que durante esa época sedientas del saber lograron crearse su mundo de ideas,
ya nada era creable por que no había nada que crear, tan solo acatar ese sistema feudalista que fue
IMPUESTO más no aceptado, que nos trajo nuevos dioses que se mezclaron con los que se habían quedado en
las sombras medio muertos, el ejemplo que se nos menciona es el de Sor Juana Inés de la Cruz, admirable
poetisa y de la que aun en nuestros días el conocer su nombre es de cultura general. Pero tampoco ella logro
salir de lo prefabricado, de lo impuesto, lo sospechaba y le pesaba, pero prefirió continuar con su sonrisa y su
silencio para morir, esto me hace pensar que las generaciones que han pasado y que pasaran destinadas a
pensar y recrear preferirán también perderse en sus silencios.

VI. DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCION

Es probable que el entrañable error haya surgido en este punto, el traslado de Independencia a Revolución.

Durante la independencia, ya esta mas que visto que más haya de ser un intento de crear la verdadera sociedad
mexicana, solo se trato de el ascenso de clases ambiciosas dentro de la misma sociedad que hablaban el
lenguaje de la libertad y la igualdad, sin embargo no era el credo que rezaban, la única utilidad de la
independencia fue para los criollos de clase alta, su objetivo más que el reparto de tierras, democracia e
igualdad no fue otro que el tomar el poder, acomodarlo a su visión y beneficio.

La viva prueba la podemos ver en Porfirio Díaz y su periodo de supuesto esplendor. Porfirio Díaz no fue
creador de nada, no hubo progreso, él fue la vuelta al pasado, al antiguo y dizque repudiado feudalismo
colonial, vemos los mismos factores que supuestamente nos llevaron a la guerra de independencia; las
familias acomodadas y ricas a costa de la venta de los bienes de la iglesia, las tierras repartidas en
desequilibrio, los trabajadores y obreros no eran otra cosa que siervos para los amos de la hacienda.... ¿y la
bella imagen de un México libre, democrático y civilizado, donde queda? ... desaparece y da paso a las
antiguas formas, a los antiguos feudos y la dinastía en lugar de ser Española se convierte en burocracia
mexicana, aunque la palabra convertir no esta bien empleada, pues más bien se disfraza

De nueva cuenta la efervescencia de un pueblo inconforme aparece, hay discordia en suelo mexicano y nos
vemos envueltos de nuevo en la guerra, desencadenada por la incontrolable ambición de una clase burocrática
que utiliza en positivismo a medias para limpiarse la conciencia y no para ayudar al pueblo; pero como es de
esperarse esta fracasa estrepitosamente, el modelo de sociedad que se crea en si misma, realizada en sus
verdades y en las del mundo se esfuma, nos hayamos frente a una utopía, las leyes, esas mismas que manos
mexicanas redactaron no son mas que requisitos burocráticos rígidos e indomables que tan solo se dedican a
mutilar al ser, una frase muy acorde y que me parece el mal de todas aquellas luchas de poder reza que el
poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente − Napoleón Bonaparte

Hay que hacer notar que la Revolución con todo, fue la obra la inteligencia mexicana a fin de cuentas, fue

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original dentro de lo que cabe pues no cuenta con precursor alguno, la independencia se omite en este punto,
ya que esta si tenia precedentes y básicamente la ideología en la que se sostuvo no era otra que el reflejo de un
mundo en medio un cambio mordaz. No, la revolución nos habla de la pura y mera soledad mexicana, la
añoranza de sus orígenes y el patético intento de regresar a ellas, para como pasa hoy y desde tanto tiempo
atrás nos cerremos, no nos rajemos y volvamos a ser los seres impenetrables, tal como una sangrienta fiesta.

VII. LA INTELIGENCIA MEXICANA

El autor nos hace referencia al mencionar a la inteligencia mexicana a aquellos hombres ilustres o pensadores
surgidos después de la revolución, aquellos que por ser demasiado jóvenes no tuvieron al alcance la
posibilidad de participar en la lucha armada, José Vasconcelos, uno de ellos plantea una nueva filosofía que a
fin de cuentas resulto infecunda aunque no carente de originalidad, el resto de las mentes se encargaba de
dirigir el país ya fuese atrás o delante del gobernante sindical, sus ideas y su inteligencia se convierte en vida
para el nuevo estado nacido de la fiesta sangrienta de la revolución.

Al convertirse en tan vital elemento se ve envuelta en una doble crisis y todo su propósito cede al final para
ser de manos del gobierno, y la inteligencia mexicana termina por atrofiarse, no sabe usar las armas de su
propia mano, olvida el juicio, la critica y el examen y lleva al intelectual a hacer todo tipo de sacrificios,
incluso aquel que conlleva renunciar a la obra personal y deja de ser el exiliado que ejerce su influencia desde
fuera, para pasar al terreno de la acción política, no solo se encarga de sostener al país, también lo defiende,
pero a costa de un alto precio.

Aunque esto no significa que nos salvamos de análisis y criticas respecto al ser del mexicano, los de aquel
tiempo ya definían a la tradición mexicana como una negación de la colonia... todo en nuestro alrededor se
trata de negación, negamos nuestros valores, negamos las tradiciones, negamos la raíces y sin embargo nos
atrevemos a ser... que resulta una contradicción por que, ser para el mexicano implica ocultarse, una bonita
definición de México resulta ser la negación de su pasado.

Para Octavio Paz el uso del lenguaje va más haya de ser un medio de comunicación de las palabras, lo
describe como una forma de vida, la mas artística de las expresiones y donde la única herramienta que se
posee son las palabras que tienen que ser empleadas con el cuidado concienzudo del buen escritor, artista por
excelencia y yo estoy de acuerdo con lo que se nos expone, escribir no solo es poner símbolos gráficos con
(de vez en cuando) una ilación coherente, la escritura es la expresión mas pura y a la vez peligrosa del hombre
y el mexicano curiosamente tiene sus rachas (sobre todo la adolescencia, en mi opinión) en que estos
artilugios se convierten en si mismo , y de alguna manera se libera de las mascaras y tiene en sus manos el
poder de crear, aunque bueno aun estemos necios a dejar atrás el lenguaje que se impone tras las grandes
obras literarias existentes, sin embargo ese poder existe.

Ahora pues que la problemática referente a las ideas, en un principio le dio el poderío y preferencias a las
ideas provenientes de Europa, de ese continente eternamente viejo, pero ahora el mundo queda estéril de
nuevas ideas, ya no hay más por pensar, no somos creadores y la historia que negamos pasa a desaparecer
para dar paso a la esperanza de encontrar un futuro que nos salve de la monotonía de un sistema que se a
optimizado a nivel universal llevándonos a convertirnos en una absurda masa de millones almas que se
mueven y piensan por inercia

VIII. NUESTROS DÍAS

A pasado la revolución y sin embargo permanecen vigentes sus verdaderos ideales en medio de la política
social que nos rodea y sigue hasta cierto punto revolucionando, nos encontramos en una situación en la que la
política es abierta a todas las personas y en la que a pesar del cambio constante y del notorio hecho de que al
fin ya no pertenecemos a un feudalismo colonial, los ideales de los revolucionaros más lucidos aun no se
alcanzan o se encuentran en el proceso de ser, puesto que aun no alcanzamos a tocar la industrialización

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completa y nos hemos estancado al convertirnos en un país que básicamente se sostiene de la materia prima
que produce y cambia conforme a los designios de una economía universal, aun no es capaz de ser un país
industrializado.

Al hablar de la política social y económica, vienen las criticas y el feroz análisis de si es lo correcto o no, pero
no se toma en cuenta de que al ser un país que aun depende de manera irremediable en los giros del capricho
de la economía mundial, se ven afectados los intentos de manejar un desarrollo mucho mayor, puesto que no
se cuenta con el capital necesario y esto radica en el desequilibrio que sufren los precios de las materias
primas (producción base de nuestro país) que se vuelven tan bajos e irreales que si se tratara de los productos
manufacturados que son mucho más lucrativos.

Por si fuera poco la política y los políticos a un son aves rapaces y lo poco o provechoso que puede caer a
nuestro país que proviene de la única opción aparente, son las llamadas inversiones extranjeras, es hábilmente
manipulado para que sea en provecho de unos cuantos conocidos como dirigentes y representantes del pueblo.

Ahora que la inteligencia actual de nuestro país sigue dormitando, puesto que le parece que ya no hay nada
que pensar, es por eso que tras siglos de historia detrás de nosotros y aun México se desarrolla dentro de los
mismo problemas que no es capaz de resolver por si mismo, la historia es base en esta problemática, pues la
realidad debiese ser otra por como la historia nos ha guiado hasta aquí, pero nos cruzamos de brazos y
rezamos las mismas filosofías empolvadas de la vieja Europa incapacitados para crear alguna nueva idea,
palabra, ademán o cualquier otro estallido de inteligencia y originalidad que dentro de la soledad que nos
envuelve nos de el derecho de trascender.

Pero para llegar a esta hermosa ilusión debemos encontrar el valor para dejar la falsedad y quedar en la
desnudes total, nadie ha pensado que Europa tarde que temprano nos aburrirá con sus oscuras y rígidas
filosofías y será entonces cuando nos tendremos que exigir a nosotros mismos la identidad que durante tanto
tiempo a permanecido muda en el trasfondo de todo y de nada, la que nos pertenece por derecho, pero que por
obligación y contradicción negamos.

APÉNDICE: LA DIALÉCTICA DE LA SOLEDAD

La soledad es tan enigmática que nos atrae, romántica por excelencia y secretamente nos otorga una duda que
nos acompaña aun después de la muerte, convierte al hombre en un ser extraordinario desesperado de si
mismo que abraza a el la idea de encontrar en algún punto la comunión entre vida−soledad−muerte y es que
este sentimiento tan adorado y temido es una dualidad en más de un sentido, sentirnos solos nos implica saber
que estamos por que sentimos esa soledad y ella misma y su sentir nos habla de querer escapar de lo que
somos para no estar solos.

Se nos menciona el sentimiento del amor y contraria a la concepción mustia que tenemos de el se nos presenta
como es, el amor es escándalo, es prohibición, tentación y esta privado de la libre elección. La mujer de nueva
cuenta aparece y no deja de ser un objeto de idolatría del hombre que esta resignada a seguirse vistiendo con
los prejuicios y la femineidad que le ha creado el mismo hombre, puesto que ella no la a creado ni a nacido
con ella, se la han impuesto educaciones con siglos de mala aceptación, de ahí el genero de los poetas
malditos aquellos que se atreven a descubrir y enseñar lo mas repugnante del hombre, el incesto, la pasión
desfrenada, lo grotesco de las desviaciones de carácter, no son mas que estallidos desesperados del amor que
ha sido reglamentado por la sucia conciencia del hombre manchado en sus mismas raíces

Se puede ver que en las distintas etapas de crecimiento del hombre la incansable batalla contra la soledad,
cuando uno es niño se crea en el entorno su propio medio y se ubica dentro de el, se siente un solo ente
recupera un poco de se seguro ambiente que le fue arrebatado al salir del útero materno, pasamos la niñez y
llega (para mi la favorita) adolescencia, ser adolescente nos duele, adolecemos de esa extraña etapa narcisista
por que sentimos esa soledad caer en nuestros nostálgicos pensamientos nos hacemos poetas, melancólicos y

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disfrutamos de ella con placer tiránico y por ultimo la madurez, el miedo creciente a sentirnos solos lo
suprimimos, sabemos que esta ahí, pero lo ignoramos y nos vamos transitando por la vida en banalidades,
pues si nos distraemos corremos el riesgo de sentir esa soledad latente a nuestro alrededor.

El hombre no puede permitirse el sentimiento de soledad, se mantiene en grupo, se maneja en comunas y crea
mitos en los que después de la muerte se reúne con mas espíritus, pero ¿qué es lo que el hombre teme de la
soledad? La imagen trágica de ella se la a creado el mismo. Le teme por que se sabe solo desde el momento en
que fue arrancado del vientre de la madre, donde se encontraba el dentro de otro, no estaba solo y no era capaz
de nada mas que limitarse a existir de una manera biológica, le teme al hecho de que saber que dentro de su
soledad encontrar algo que quizá no es tan grato (dentro de sus estereotipos ya predispuestos) como el
quisiera.

MI OPINIÓN

Octavio Paz es un escritor tremendamente denso, cansado y no muy simple de entender, sin embargo la
comunión entre mis ideas y las de el es grande y un novel y su rostro dentro de una moneda de 20$ no le hace
justicia.

Octavio Paz se adentra en un profundo análisis en el que despedaza y trata de reunificar al mexicano partiendo
desde el mismo titulo, vivimos inmersos en un laberinto de soledad que nos pierde y donde nosotros mismos
deseamos fervientemente encontrarnos con ese algo que no sabemos bien que es pero que estamos
convencidos de que nos quitara esa insoportable sensación de soledad, no queremos ver la simple y llana
realidad estamos solos por que somos individuales, individuo, uno solo con una sola personalidad y un solo
modus vivendi ... SOLEDAD es nuestra como el simple hecho de que estamos en este mundo, sin ir más lejos,
no debemos temer, no debemos cegarnos en el sentimiento infantil e irracional del miedo.

El mexicano en quien se centra todo este ensayo al fin es descubierto tal como es, inconforme y un lió de
contradicciones, que aparte de que le teme a la soledad le teme a ser, darse la libertad de ser va más haya de lo
socialmente permitido y nos remite al antiguo machismo, los cerrados. Una imagen certera y muy deprimente
es la de la mujer, la chingada por naturaleza, pero también la idolatrada que no deja de ser otra cosa que un
objeto, solo es bella aquella que los catálogos humanos consideran bella, solo es femenina la que se sujeta a
los dogmas de la feminidad impuestos por el macho chingón , todos le atribuyen algo a la mujer, pero la mujer
permanece pasiva e inmóvil ella solo recibe y acepta, no da ni se otorga nada.

El mexicano sin embargo no deja de ser humano a pesar de las actitudes cerradas y su hermetismo natural, las
fiestas y las groserías son sus escapes, pequeños estallidos que se celebran en grande o se susurran en
momentos de furia y por un leve instante se descubre, pero nunca se a dado cuenta, si eso hubiera pasado ya,
Octavio Paz no se hubiera visto en la necesidad de explicarle al mundo que es lo que acontece tras la mascara
aparentemente impenetrable del mexicano, como ya lo describí de ese camaleónico ser.

La historia a jugado un papel fundamental en lo que somos ahora, nos a moldeado y también nos ha hecho lo
que somos, seres confundidos, negados desde sus raíces, la independencia, la revolución, la colonia y la
conquista nos han dado algo que a pesar de que negamos o que defendemos aun no entendemos en su
totalidad y por eso al parecer estamos condenados a sufrir el mismo problema siglo, tras siglo, tras siglo.

La inteligencia mexicana, todos esos pensadores y los que se han dado a la tarea de darnos propia filosofía
salida del alma mexicana termina por quedar silenciada por nuestro propio temor de que nos descubran tal
como somos, nos avergüenza ser, ese patriotismo y la educada actitud ante el presidente no es mas que un
guardar las apariencias, siempre las estamos guardado, no hay nada que nos saque de nuestra rutinaria
maquina viciosa y la inteligencia mexicana en vez de convertirse en algo que debamos apreciar (puesto que
nos da la posibilidad de trascender) simplemente la ignoramos, para nosotros que somos incultos y preferimos
vivir así solo son ideas de gente ociosa que intenta derrumbar nuestro supuesto perfecto y mexicanisimo

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México

Es verdad si intentan derrumbar algo, esa muralla que nos cierra a nosotros mismos, necesitamos sentir ese
dolor de enfrentarnos a lo que en verdad somos para pasar a la muerte sin la incertidumbre del dejar de ser
nada, para ser una nada ahora material.

La muerte, cuantos misterios nos guarda esa descarada, como la veneramos en México, la retamos, dormimos
con ella y la gozamos, aquello que nos es velado o prohibido se convierte en juego y pasión, la incertidumbre
nos invade al saber que ese ente antagónico de la vida existe y que nos son negados sus secretos pero somos
tan románticos que la adoramos tal como a cristo o a una virgen.

La iglesia es otro punto que toca y que le puede arder al mexicano, un punto vital en nuestro ser, los españoles
nos conquistaron con su cristo ensangrentado y martirizado no por sus ejércitos y su eficaz sistema de
dominación, llegaron aquí y destruyeron a los dioses de los antiguos y les impusieron uno nuevo, al caer en el
sentimiento de soledad al verse separados de sus dioses con desesperación abrasaron al dios de los hombres
blancos que les daba palabras de consuelo y que para regocijo les regalaba una madre india igual a ellos
consoladora y comprensiva de un pueblo huérfano y afligido que más tarde se convertiría en lo que somos, le
debemos a ese par de personajes el hecho de no caer en la soledad que tanto detestamos y aun ahora les
pagamos tributo con actitudes que rayan en el fanatismo.

Es probable que mis palabras sean pocas, pero soy un ser, una mexicana que no cree que los mexicanos
existamos, es interesante poner en duda lo que soy y de lo que se supone no debería dudar pero no tengo
identidad definida, por que ninguno de nosotros la tenemos, somos los mestizos, eso somos, nuestro país
debería llamarse Méstizo y nosotros seriamos mestízanos y no tanto por esa mezcla de sangre hace ya tanto
tiempo, si no por que incluso nuestra filosofía es un producto de la revoltura de las ya existentes, nuestra
originalidad se pierde entre tanto y tanto revolver y rebuscar algo que calme nuestra sed de compañía, nuestra
sed de no sentir la soledad que tras nosotros se ríe por que jamás se ira, por que estamos condenados y
benditos por su presencia por el simple e irrisorio hecho de ser individuales.

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