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Salud

La Organización Mundial de la Salud, da como significado que la salud es un estado


de completo bienestar físico, mental y social, de una persona y esto quiere decir que
pues la salud NO es solamente la ausencia de afecciones o enfermedades ”.

En esta definición, se establece por tanto la importancia no solo de la ausencia de


enfermedades en las personas, sino a su vez, la relevancia de encontrarse bien consigo
mismo y nuestro alrededor.

Y como se hace esto posible?

Esto es posible mediante la adopción de conductas y actitudes, denominadas hábitos


de vida saludable, que llevadas a cabo de manera constante y regular benefician
nuestra salud y favorecen nuestra calidad de vida.

Hábitos saludables

Llamamos hábitos saludables a todas aquellas conductas que tenemos asumidas


como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden positivamente en nuestro
bienestar físico, mental y social

Un estilo de vida saludable aborda, al menos, los siguientes ámbitos:


● la alimentación
● la actividad física
● la actividad social

Dieta sana y equilibrada

Uno de los pilares básicos de un estilo de vida saludable es la alimentación. Esta ha


de ser variada, equilibrada, saludable y acorde a las necesidades particulares de
cada persona (edad, sexo, situación clínica, ejercicio físico, etc.). Llevar una dieta
sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así
como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. En cambio, una mala
alimentación puede reducir la inmunidad, aumentar la predisposición a ciertas
enfermedades y alterar el desarrollo físico y mental.
Actividad física

La práctica regular de ejercicio físico es junto con la alimentación uno de los pilares
principales en pro de los hábitos de vida saludable. La actividad física activa nos permite
mejorar y conservar nuestra salud, pues existen estudios que sitúan a la inactividad física
en la cuarta posición en cuanto a los principales factores de riesgo de mortalidad mundial.

Una actividad social es una interacción que se realiza entre dos o mas persona
con el fin de compartir un tema en común, deporte o cualquier actividad.Las
actividades sociales ayudan a dar un sentido de propósito, ya sea simplemente la
rutina de tener un horario y un lugar para estar. También un sentido de logro que
proviene de alcanzar una meta, ayudando a los adultos mayores a mantenerse
involucrados y activos en la comunidad.

principalmente como se dijo al principio de nuestra


capacitación vamos a hablar como tema principal de un
tipo de hábito saludable que es la actividad Física

Actividad física

Se considera actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos
que exija gasto de energía.2​Una actividad tiene muchos conceptos: nadar, correr, jugar,
saltar y montar en bicicleta, entre otros.

La actividad física que realiza el ser humano durante un determinado período puede ser mayor a
30 minutos y más de tres veces por semana generalmente ocurre en el trabajo o vida laboral y
en sus momentos de ocio. Comúnmente se llama ocio al tiempo libre que se dedica a
actividades que no son ni trabajo ni tareas domésticas, y que pueden ser consideradas como
recreativas.
Ello aumenta el consumo de energía considerablemente y el metabolismo de reposo, es decir, la
actividad física consume calorías, lo que ayuda a bajar de peso.
Beneficios de la actividad física[editar]
La práctica de la actividad física en forma sistemática y regular debe tomarse como un elemento
significativo en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, mejoría de la posición
corporal por el fortalecimiento de los músculos lumbares, prevención de enfermedades como la
diabetes, la hipertensión arterial, lumbalgias, etc.1​
En general, los beneficios de la actividad física se pueden ver en los siguientes aspectos:
● A nivel orgánico: Aumento de la elasticidad y movilidad articular. Mayor coordinación,
habilidad y capacidad de reacción. Ganancia muscular la cual se traduce en el
aumento del metabolismo, que a su vez produce una disminución de la grasa
corporal (prevención de la obesidad y sus consecuencias). Aumento de la resistencia
a la fatiga corporal (cansancio).
● A nivel cardíaco: Se aprecia un aumento de la resistencia orgánica, mejoría de la
circulación, regulación del pulso y disminución de la presión arterial.1​
● A nivel pulmonar: Se aprecia mejoría de la capacidad pulmonar y consiguiente
oxigenación. Aumenta su capacidad, el funcionamiento de alvéolos pulmonares y el
intercambio de la presión arterial, mejora la eficiencia del funcionamiento del corazón
y disminuye el riesgo de arritmias cardíacas (ritmo irregular del corazón).
● A nivel metabólico: Disminuye la producción de ácido láctico, la concentración de
triglicéridos, colesterol bueno y malo, ayuda a disminuir y mantener un peso corporal
saludable, normaliza la tolerancia a la glucosa (azúcar), aumenta la capacidad de
utilización de grasas como fuente de energía, el consumo de calorías, la
concentración de colesterol bueno y mejora el funcionamiento de la insulina.
● A nivel de la sangre: Reduce la coagulabilidad de la sangre.
● A nivel neuro-endocrino: Se producen endorfinas (hormonas ligadas a la sensación
de bienestar), disminuye la producción de adrenalina, aumenta la producción de
sudor y la tolerancia a los ambientes cálidos.
● A nivel del sistema nervioso: Mejora el tono muscular, los reflejos y la coordinación
muscular.
● A nivel gastrointestinal: Mejora el funcionamiento intestinal y ayuda a prevenir el
cáncer de colon.
● A nivel osteomuscular: Incrementa la fuerza, el número de terminaciones sanguíneas
en el músculo esquelético, mejora la estructura, función y estabilidad de ligamentos,
tendones, articulaciones y mejora la postura. Desarrollo de la fuerza muscular que a
su vez condiciona un aumento de la fuerza ósea con lo cual se previene la
osteoporosis.
● A nivel psíquico: Mejora la autoestima de la persona, incrementa la capacidad de
fuerza de voluntad y de autocontrol, mejora la memoria, estimula la creatividad y la
capacidad afectiva, disminuye la ansiedad, el estrés, la agresividad y la depresión.
Consecuencias de la inactividad física[editar]

El sedentarismo físico es hoy en día muy frecuente en la sociedad y constituye un factor de riesgo para
una amplia lista de enfermedades.1​

El sedentarismo se ha definido como carencia de actividad física de moderada a intensa. La


falta de actividad física trae como consecuencia:
● El aumento de peso corporal por un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de
calorías, que puede alcanzar niveles catalogados como obesidad.4​
● Disminución de la elasticidad y movilidad articular, hipotrofia muscular, disminución
de la habilidad y capacidad de reacción.
● Ralentización de la circulación con la consiguiente sensación de pesadez y edemas,
y desarrollo de dilataciones venosas (varices).7​
● Dolor lumbar y lesiones del sistema de soporte, mala postura, debido al poco
desarrollo del tono de las respectivas masas musculares.
● Tendencia a enfermedades crónico degenerativas como la hipertensión arterial,
diabetes, síndrome metabólico.
● Sensación frecuente de cansancio, desánimo, malestar, poca autoestima
relacionada con la imagen corporal, etc., lo que les impide realizar funciones básicas
como respirar, dormir y/o caminar.
● Disminuye el nivel de concentración.
● Alteraciones en el sistema nervioso alcanzando algunas irreversibles.
● No realizar actividad física matutina.

Actividades[editar]

Actividad física de 5 a 20 años[editar]


Estas son algunas actividades: juegos, rondas, práctica de algún deporte, actividades familiares,
en la escuela educación física, o quizá las actividades comunitarias, estas actividades son todas
aquellas que nos mantengan en movimiento activo y con el fin de mejorar las funciones del
cuerpo y mejorar o establecer la salud.

Actividad física de 60 años en adelante[editar]


Son actividades de bajo impacto por lo regular que sean ocupacionales en este caso si la
persona aun trabaja, actividades familiares, comunitarias, pero claro que sean de acuerdo a las
necesidades y habilidades de la persona.
Hábitos saludables en época de pandemia
La pandemia mundial ocasionada por COVID-19 ha hecho que pasemos mucho
más tiempo en casa de lo que lo hacíamos antes, por ello debemos adaptar
nuestros hábitos a las nuevas circunstancias. Llevar unos hábitos de vida
saludables nos fortalece para afrontar posibles contagios de enfermedades, por ello
recomendamos que se sigan las recomendaciones que vamos a proponer.
De Acuerdo a La actividad física

Actividad física dentro de casa


Si no se está habituado a practicar actividad física, se puede aprovechar la
oportunidad de moverse con las tareas domésticas (limpieza del domicilio,
poner en orden las cosas, los alimentos, etc.) Es un buen momento para
hacer limpieza de aquellas cosas que no utilizamos. Mover muebles
(siempre con seguridad), alcanzar objetos de estanterías, limpiar
cristales…todo ello supone un gasto energético.
Así mismo podemos realizar otras muchas actividades dentro de casa que
nos ayuden a estar en forma.

Si se teletrabaja…
Actualmente es muy frecuente que se trabaje desde casa en la modalidad
de teletrabajo. Si es así, es importante no descuidar la forma física:
● Levantarse al menos cada hora, estirarse o caminar unos pasos.
● Llevar a cabo una “pausa saludable” cada dos horas: levántarse, dar
un paseo, estirar los brazos, el cuello con suavidad. Tomar una
bebida como agua o un té o café y una fruta.
● Mientras se permanece sentado, mover las piernas, estirándolas y
hacer giros con los tobillos. Lo mismo con el cuello, suavemente de
vez en cuando, girar la cabeza a un lado y otro y hacer estiramientos
ladeando la cabeza.
● ¿Hay que responder a una llamada telefónica? Aprovechar para
levantarse y hablar dando un paseo por la habitación o el pasillo.
¿Se va a participar en una videoconferencia? Aprovechar para
levantarse un poco antes y hacer un paseo, o estiramientos.
● Trabajar en un sitio diferente al se descansa. Si no es posible, al
finalizar la jornada de trabajo, recoger todo lo que se utiliza para
poder desconectar.
Si se debe permanecer aislado…

Aun cuando se diagnostique la COVID-19 y se deba permanecer en


aislamiento en una habitación en el domicilio, es necesario prestar atención
a cuánto nos movemos. Por ello recomendamos lo siguiente:

● Realizar estiramientos: mover los pies, tobillos, piernas, caderas,


brazos, codos y muñecas y finalmente el cuello y cabeza.
● Dar breves paseos en el espacio en el que se está en confinamiento.
● Interrumpir el tiempo que dedica a tumbarse o sentarse frente a la
pantalla del móvil, videoconsola o tv. No estar más de 2 horas
seguidas.

Si se ha superado la enfermedad…
Si se ha pasado por la COVID-19, ya sea en casa, o sobre todo si se ha
estado hospitalizado, es importante recuperar progresivamente la
condición física. Si el personal sanitario facilita alguna recomendación es
importante que se siga sus indicaciones. Si no se dispone de ellas, es
conveniente consultar al equipo de salud de atención primaria qué se
puede hacer y qué no. En cualquier caso siempre se puede al menos
realizar ejercicios sentado como giro de tobillos, estiramientos de pie,
elevación de los brazos, adelantar los hombros… ¡siempre que no
produzca dolor ni fatiga!

Actividad física fuera de casa


Es importante que se vaya incrementando la intensidad y el tiempo de
actividad de manera progresiva. Calentar antes de empezar, y terminar
suavemente y con estiramientos. Una vez que se está en la calle es
imprescindible mantener la distancia con otras personas:

● Si se va caminando, al menos dos metros de distancia.


● Si se va corriendo aumentar la distancia a 10 metros y
● Si se va en bicicleta separarse al menos 20 metros del ciclista que
vaya delante.

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