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Ángel Majorana en su libro “El arte de hablar en público” menciona dos tipos de
habilidades en la comunicación: las innatas y las aprendidas. Es cierto que algunas
personas poseen ciertas cualidades que influyen en su capacidad para comunicar
mejor: una constitución física armoniosa, carisma, una voz sonora, fluidez al hablar,
gracia en sus movimientos corporales, la dirección en las miradas… Pero la buena noticia
es que todas estas habilidades pueden ser aprendidas y desarrolladas para convertirlas
en uno de nuestros talentos.
La fórmula V-V-V de elementos visuales, vocales y verbales
Otro grande de la comunicación, Albert Mehrabian (experto en comunicación
interpersonal) señala que para lograr una comunicación más efectiva es importante la unión
de los tres tipos de elementos que se relacionan en un mensaje cada vez que hablamos:
elementos visuales, vocales y verbales.
Elementos visuales
Se relacionan la imagen física que los demás perciben de nosotros en el momento de la
comunicación. Estos elementos envían estímulos a nuestro receptor o público y deben de
provocar un impacto favorable en nuestra comunicación: contacto visual, postura,
movimientos, expresión facial, el desplazamiento y la gestión de los espacios físicos.
Elementos vocales
Aprender a manejar nuestra voz es uno de los factores indispensables para el desarrollo de
nuestra habilidad oral, pues la gente tiende a escuchar y relacionar la personalidad de
nuestra voz. Y eso no es todo, Mehrabian afirma que “el tono y la calidad de la voz pueden
determinar la efectividad del mensaje y la credibilidad del comunicador”.
Los elementos vocales más importante son: voz, entonación, velocidad, volumen, énfasis o
fuerza, ritmo, proyección y resonancia.
Elementos verbales
Tienen que ver con todas las palabras y los métodos lingüísticos que utilizamos para hablar,
desde la forma de estructurar las ideas que formulamos, la selección del lenguaje y los
términos que utilizamos.
Fórmula V-V-V de la comunicación
Para traducir estos elementos a la vida real, diremos que cuando nos comunicamos lo
primero que hacemos es analizarnos los unos a los otros: cómo somos, cómo nos movemos,
cómo vamos vestidos… Diríamos que los elementos visuales producen este primer
impacto que determina la aceptación o no de la interacción – es decir, si nos gusta o no
esta persona – y eso va a hacer que emitamos un primer juicio de valor hacia el
comunicador y su mensaje.
Luego nos fijamos en la voz, sería el “cómo lo dice”. Y eso hace que se refuerce o
rectifique el primer juicio visual hacia el comunicador.
Y finalmente lo que hacemos es racionalizar el contenido. En esta fase, las ideas
convertidas en palabras serán el elemento verbal que complete o no la aprobación o rechazo
inicial.
Merhabian decía que para asegurar el efecto deseado de la comunicación es necesario que
estos tres elementos: visuales, vocales y verbales sean “consistentes” y que además exista
equilibrio entre ellos. La que determina el éxito es hacer congruente el todo (VVV) y
expresar ideas con imagen (fondo y forma).
Hay aptitudes innatas y derivadas, naturales y adquiridas. El estudio templa pero no crea.
Todo orador tiene una manera de propia de concebir y expresarse. Lo que es útil a uno
perjudica a otro. En este orden no existen normas constantes, tampoco hay categorías fijas
-de la capacidad de desarrollar habilidades que nos permitan adaptarnos con facilidad a los
tipos más variados de situaciones.
Elementos visuales