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La Amistad: Análisis desde una Perspectiva Aristotélica

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Bairon Jaramillo Valencia


Fundación Universitaria Luis Amigó
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La Amistad: Análisis desde una Perspectiva Aristotélica

Friendship: Analysis from an Aristotelian Perspective

Bairon Jaramillo Valencia.

Estudiante de Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades


y Lengua Extranjera – Inglés (Décimo semestre).

Fundación Universitaria Luis Amigó.

bairon.jaramillova@amigo.edu.co

Resumen

La amistad podría ser un concepto baladí en la actualidad y muchos verían


innecesaria la realización de un estudio, o, inclusive, de llevar a cabo un simple
acto reflexivo para describirla o definirla con precisión; por consiguiente, el
propósito de este artículo, es caracterizar la manera en cómo se están gestando
las relaciones interpersonales en el ambiente académico – universitario. A su
vez, se sustenta en la visión aristotélica que define la amistad en tres tipos
(utilidad, placer y virtud), para demostrar que las dinámicas han cambiado a
través del tiempo; pero la correspondencia entre unos y otros sigue siendo la
misma, y aún más, evidenciando que las amistades que más se llevan a cabo a
nivel universitario, son por utilidad y por placer, dejando de lado a la amistad en
virtud, que sería la más conveniente en las instituciones educativas.

Palabras Clave

Amistad, relaciones interpersonales, interacción, justicia, utilidad, placer, virtud.


Abstract

Nowadays, friendship might be an insignificant concept, and many people would


consider unnecessary to develop a study, or, even though, to accomplish a
simple reflective act to describe it or define it precisely; thus, the purpose of this
article, is to characterize the way people are performing interpersonal
relationships in the academic - university environment. Likewise, it is based on
an Aristotelian perspective which defines friendship in three types (utility,
pleasure and virtue) to demonstrate that dynamics have change over the time,
but the correspondence between humans are still being the same, and even
more, to show that the kind of relationships that are held the most in the university
context are by utility as well as by pleasure, letting the friendship by virtue aside,
which might be the most convenient in educational institutions.

Keywords

Friendship, interpersonal relationships, interaction, justice, utility, pleasure,


virtue

Introducción

La inspiración por indagar sobre este tema de las relaciones interpersonales en


la educación superior, tuvo lugar en un curso de teorías políticas, dictado por la
docente y teóloga Verónica Naranjo Quintero de la Fundación Universitaria Luis
Amigó; esta clase se llevó a cabo a principios del año 2012, y con base a las
temáticas trabajadas, se decide hacer un rastreo bibliográfico sobre la amistad
en las distintas edades de la historia de la humanidad. En este sentido, se busca
caracterizar la forma cómo se están gestando las amistades a nivel universitario,
apelando a las concepciones sobre las relaciones interpersonales expresadas
por diversos pensadores de múltiples disciplinas y de diferentes épocas.
Finalmente, se hace una estrecha comparación entre los tipos de amistades
propuestos en la edad antigua por el filósofo griego Aristóteles y las amistades
que se dan contemporáneamente en los contextos universitarios. Se elige a este
autor como soporte de análisis y comparación, por razón de que fue el primero
en definir la amistad en varios tipos, y aunque previos a él hubo muchos
personajes que se refirieron al tema, nunca antes profundizaron tanto como lo
hizo el Estagirita. En consecuencia, el propósito de este artículo es demostrar
cuál o cuáles tipos de amistades prevalecen en estos entornos educativos, y
con base a los resultados, servir de preámbulo para llevar a cabo proyectos de
investigación sobre las relaciones interpersonales y el crecimiento personal de
los universitarios.
Relaciones interpersonales en la actualidad.

Con base en diversas investigaciones llevadas a cabo en los últimos años,


se caracterizarán algunas formas cómo se generan las interacciones entre los
seres humanos actualmente, asimismo se expondrán una serie de factores que
muestran ser influyentes en las relaciones interpersonales gestadas en los
ámbitos educativos, no sólo en el nivel superior, sino también en la educación
básica y media. Veremos, entonces, que existen muchas razones por las cuales
se imposibilita elaborar una apropiada interacción en los espacios académicos,
algunas de ellas son: las relaciones interpersonales en sí, el nivel de autoestima
de los actores, el proceso de comunicación, y el asunto de la amistad.

Entre los años 2006 y 2007, se llevó a cabo una investigación sobre factores de
éxito en la transición de los estudiantes de sexto grado a sétimo de secundaria
bajo el programa investigativo: Perfiles, dinámicas y desafíos de la educación en
Costa Rica. Un aspecto notable en esta investigación, fue la percepción que
algunos estudiantes tenían sobre sus docentes, aquí se resaltaban los
componentes académico y humano para definir a los profesores, dando cuenta
de una visión conjunta que se tiene sobre ellos, y dándole relevancia a las
relaciones afectivas que se establecen con los estudiantes para posibilitar un
buen clima de aprendizaje. Los estudiantes usualmente valoran a sus profesores
desde dos puntos de vista; el aspecto académico y el aspecto humano, en este
sentido, se define de suma importancia el buen clima y la buena comunicación
entre docentes y estudiantes para desarrollar un mejor aprendizaje, y, a su vez,
se resalta la necesidad de que el docente sea conscientes de estar interactuando
con seres humanos y no con sujetos representados por valores numéricos en el
proceso de enseñanza - aprendizaje. En esta misma investigación, se puso de
manifiesto un fenómeno que, es mirado de soslayo por su naturaleza
procedimental; el hecho de que los estudiantes, al culminar sus estudios en el
grado quinto, se tengan que enfrentar a una nueva realidad en el grado sexto,
adoptando o sacando a flote, actitudes inherentes de la personalidad “Por tanto,
las relaciones interpersonales que establecen los estudiantes adolescentes con
sus profesores se modifican y esto los obliga a independizarse de manera rápida,
brusca y creciente” (Pérez, Forbice, Solórzano, Sáenz, Guevara, & Fernández,
2011). Cuando los estudiantes de básica primaria sufren ese proceso de
transición a secundaria, perciben el ambiente académico de forma distinta, entre
esas nuevas maneras de distinguir la realidad, se encuentra la nueva forma de
vincularse con los docentes, este fenómeno tiene lugar porque en primaria
normalmente se establece una correspondencia unipersonal, y por el contrario,
en secundaria es pluripersonal, es decir, con varios profesores y profesoras.

Aparentemente, el tema de las relaciones interpersonales y el acto evaluativo


no tienen una conexión directa; sin embargo, la forma en cómo los y las docentes
corrigen a sus estudiantes puede causar cierto impacto en la personalidad de los
segundos, “Un ambiente educativo cargado de evaluaciones, contribuye a
aumentar el temor que puede provocar el contacto interpersonal, especialmente
cuando el estudiante o la estudiante se siente inseguro o insegura de sus
habilidades sociales” (Pereira, 2008). En el campo de la educación, es posible
percibir la tensión y la poca disposición hacia el encuentro con el otro, hacia el
conocimiento y reconocimiento del otro; entre diversas causas, se expone el acto
de evaluar constantemente al estudiante. Cuando él o la docente aprueba o
desaprueba el conocimiento de sus aprendices de forma brusca, ya sea oral o
escrita, puede generar inseguridad en las capacidades de sus estudiantes; y a
su vez, expandir aún más la brecha para establecer relaciones interpersonales
entre ellos.

En múltiples investigaciones efectuadas en el campo universitario, se ha


demostrado que la autoestima es un factor fundamental para posibilitar actos de
socialización, de esta manera se hace imperativa la idea de incorporar proyectos
y/o actividades que hagan hincapié en estas predisposiciones de tipo
comportamental; es decir, en cuanto el estudiante se valore a sí mismo, tendrá
la capacidad de valorar a los demás. Una investigación sobre asertividad y
autoestima, realizada en Santa Marta (Colombia) en el año 2008 dio cuenta de
la pertinencia en la implementación de programas que acompañen al estudiante
en su proceso de autoconcepto para los primeros semestres. En consonancia
con lo anterior, se señala la incertidumbre que genera pasar de un grado a otro
en el campo educativo, más aún en los procesos de transición entre grados que
implican cambio de actitud, ejemplo: de transición a primero, de quinto a sexto,
de noveno a décimo, y por último, lo que produce el ingreso a la educación
superior. el proceso de adaptación de los estudiantes a su nuevo entorno, puede
reflejar algunas facetas personales que les genera el tema de adaptarse al nuevo
medio, de manera que la implementación de actividades que potencien el
autoanálisis, permitirá incrementar la autoestima, y por ende, establecer
relaciones interpersonales eficientes, “De tal manera, que se necesita educar,
brindar tratamiento psicológico e integral acerca de la autoestima para
modificar conductas de riesgo en esta población, y evitar que las relaciones
interpersonales sean inadecuadas” (Camargo, Angarita, Ortega, & Ospino,
2009). En cuanto a autoestima se refiere, existen diversos factores que se
relacionan intrínsecamente a su nivel, uno de ellos es la educación impartida en
el hogar; el compartir día a día con los padres, hermanos o seres queridos y los
valores que se aprenden en ese entorno, otro factor es la convivencia diaria en
el ámbito educativo; las relaciones interpersonales establecidas con los
compañeros de estudio, con los profesores, el personal de aseo, los encargados
de la o las tiendas, etc. Estas experiencias previas a la vida universitaria (hogar
e instituciones educativas), se materializan en la educación superior cuando un
estudiante padece de baja autoestima por no demostrar ingresos, producto de
una ocupación alterna al estudio; en otras palabras, el o la joven siente pena por
decir que no trabaja, este fenómeno es más usual en los estudiantes de niveles
más avanzados. Una investigación sobre niveles de autoestima y estrés en
estudiantes universitarios, llevada a cabo hace pocos años con 219 estudiantes
de una universidad de carácter privado del área metropolitana de Monterrey
(México), demostró que el nivel de autoestima en algunos estudiantes tiene una
correspondencia con la falta de trabajo “(…) existe una considerable presión en
los estudiantes por no tener trabajo, lo que impone un mayor nivel de estrés y
que afecta paralelamente su autoestima, por lo cual sería conveniente que se
realicen investigaciones futuras al respecto” (Elizondo, Peña, Guajardo,
Guerrero, & Hernández, 2011).

Otro aspecto relevante en la eficiencia de las relaciones interpersonales es la


comunicación asertiva, asunto que también se manifiesta de a cuerdo al nivel de
autoestima que tengan las personas. Si bien, un estudiante capaz de dar a
conocer sus sentimientos, deseos u opiniones, y aún más, ser crítico en su
discurso, podrá reflejar una apropiada autoestima al comunicarse, de igual
forma, no apelará a la violencia, ya sea física o verbal, para dar a conocer su
punto de vista a los demás. Se ratifica, entonces, la necesidad de trabajar en la
autoestima de los estudiantes para generar personas asertivas en la academia
y en la vida social, “Los sujetos con autoestima adecuada muestran respeto y
consideración para su persona y se valoran positivamente, mientras que los
sujetos con autoestima baja e inadecuada muestran dificultades para expresar
su asertividad y pueden comportarse de manera agresiva o pasiva” (Camargo,
Angarita, Ortega, & Ospino, 2009). La importancia del reconocimiento en sí
mismo parece ser el punto de partida para poder interactuar e insertarse en la
sociedad como un individuo particular, un individuo que reconoce, también, las
particularidades de los demás y convive armónicamente en un mundo
multicultural, percibiendo en el conflicto, una oportunidad para estudiar su
comportamiento y el del otro con la consciencia de vivir en un espacio pluralista.

En la actualidad, las relaciones interpersonales parecen ser menos presenciales,


las causas de este fenómeno son diversas, entre ellas, está el carácter
tecnológico y, a su vez, actitudinal, debido a que cada quien es libre de
pertenecer o no a estos tipos de grupos que prefieren la virtualidad y la distancia
para establecer comunicación. La importancia y eficiencia de una comunicación
satisfactoria de carácter interpersonal, se fundamenta en una claridad sobre el
autoconcepto, en una definición previa sobre sí mismo, en una reafirmación de
ideas, creencias y percepciones que el sujeto a elaborado a partir de su
interacción con la realidad; por lo tanto, no se puede pensar en construir vínculos
con el otro, si no ha habido un precedente de construcción de naturaleza
intrapersonal. Un ser humano que se ha pensado para decidir cómo ser visto por
el otro, es un ser humano crítico que toma decisiones preferenciales para
establecer lazos con los demás, en definitiva, es un ser humano que ha
establecido, primero que todo, una comunicación intrapersonal, “Sin duda
alguna lo que define este tipo de comunicación, es que la persona la
experimenta consigo misma, por lo que hay un único participante en el
cuál empieza y termina el proceso comunicativo” (Bolaños & Elba, 2013). En
la educación, tanto los docentes como los estudiantes deben pensarse
previamente para establecer comunicación entre ellos; sin embargo, esta parece
ser una tarea exclusiva de los profesores, pues ellos y ellas representan un tipo
de autoridad y deben dar ejemplo a sus aprendices. Los conflictos
interpersonales entre docentes y estudiantes, son comunes en toda institución
que imparta educación, una de las causas que genera estos conflictos es la
expresión imperativa, “Son expresiones, o manifestaciones verbales, donde el
tono de voz es impositivo y dominante, requiriendo a través de un mensaje
coercitivo la obediencia inmediata, lo que representa una abierta
manifestación de poder” (Arellano & Tinedo, 2011). En este sentido, las
expresiones impositivas por parte del docente hacia sus estudiantes propiciarían
una irregularidad en el proceso comunicativo; es decir, el hecho de elevar el tono
de voz para ser enfático en algo específico, demostrar corporalmente un
comportamiento que refleje mandato y agresión, entre otros, podrían detonar una
represalia no muy amigable por parte de sus estudiantes.

Por último, el asunto de la amistad parece ser el más complejo en cuanto a


relaciones interpersonales se refiere, ya que una persona puede dirigirse a otra
por múltiples razones, y no necesariamente por el hecho de establecer un vínculo
cercano. Una estrategia para comenzar a propiciar estos espacios de interacción
puede tener lugar en el ámbito educativo, más aún en las aulas de clase, “(…)
pero que prácticamente todas las relaciones de amistad tienen relación con el
hecho que los actores hayan trabajado conjuntamente” (Ruiz, 2009), Se habla
de las relaciones laborales o amigos de trabajo, este tipo de interacción, de raíz
funcional, algunas veces permite establecer grados de proximidad entre las
personas, de ello, la importancia de incentivar al trabajo en grupo. Para concluir,
la amistad, además de ser una correspondencia de carácter afectivo -
experiencial, también puede ser motivada teóricamente, y la ventaja con la que
cuenta este concepto es que puede ser abordada desde distintas disciplinas para
dotar a los estudiantes de mayores posibilidades para comprender la importancia
del compañerismo, “La educación teórica previene y evita los peligros del
conductismo y alivia de los temores del sinsentido. La teoría, así vista, no es la
construcción quimérica de unas voces vacías entretejidas, sino la asimilación
reflexiva de los seres del mundo” (Irizar, Camargo, & Pardo, 2010). La
racionalidad del ser humano, permite conocer la experiencia de segunda mano,
y con base a esa divulgación que recibe (teoría de una práctica) puede obrar de
acuerdo a lo que le conviene o no. Esta conciencia recrea al humanismo cívico,
encarnado en ese sujeto socio-político que acoge a la teoría para formar su
propia verdad, verdad que le permitirá vivir en convivencia y en bienestar.
Algunas Concepciones sobre la Amistad.

El fenómeno de la amistad ha inquietado al hombre a lo largo de la


historia, en unas épocas más acentuado que en otras; pero en definitiva, el
concepto ha sido, y seguirá siendo materia de discusión. A continuación, se
llevará a cabo un recorrido histórico por algunos portavoces de la amistad en
determinados períodos.

En la antigüedad los diálogos sobre amistad se desarrollaron más en los


socráticos que en los filósofos de la naturaleza, y; por consiguiente, se puede
apreciar que el discurso antiguo sobre la amistad estaba sustentado bajo la
filosofía y las percepciones de la época. Un ejemplo de ello es el filósofo griego,
Platón, uno de los primeros pensadores que se refirió a los tipos de gobierno, a
los tipos de alma (racional, irascible y concupiscible), a la forma cómo el hombre
puede gobernar su alma y espíritu, y a la desagradable relatividad moral; este
hombre también se refirió al asunto de la amistad como algo que vale la pena
ser pensado, “El diálogo sólo puede darse en un contexto de amistad. En última
instancia, Sócrates responde al requerimiento de sus alumnos por el sentido de
la vida apelando a su propia convicción, confesando lo más profundo de su
alma” (Buitrago, 2005). Para platón, la amistad sólo existe en la fraternidad e
intimidad, ya que la verdadera comunicación tiene un lugar exclusivo cuando se
genera un nivele de confianza. Este nivel de confianza, responde a un menester
del alma que exige el diálogo con el fin de lograr el bien y la justicia, pues el
diálogo entre hombres justos es el diálogo ideal; esta concatenación, no
responde exclusivamente a la alcurnia o al populacho y va más allá de los
prejuicios de los hombres.

Para platón la amistad no es un sentimiento que una sola persona ha generado


por otra; es decir, debe haber una equivalencia entre las sensibilidades de dos
para que haya concordia entre los hombres de bien. En lisis, uno de sus diálogos
más representativos, traducido a lengua castellana por el filósofo y político
español Patricio de Azcárate, se exhibe la importancia e inherencia de la
amistad, “Pero entonces sentamos una opinión diametralmente opuesta á la
precedente; porque, después de haber sostenido que si uno de los dos amase
al otro, ambos eran amigos, decimos ahora que no hay amigos allí donde la
amistad no es recíproca” (Platón, 1871). En esta obra se pone de manifiesto la
amistad de utilidad que presenta Aristóteles en ética nicomáquea, idea que se
va a desarrollar más adelante en este artículo.

Otro filósofo griego de la antigüedad, Aristóteles, reconocido por considerar al


ser humano como animal político (Zóon politikon), por establecer – al igual que
platón – unos tipos de gobiernos, por reconocer en la familia ese espacio
primordial para establecer lazos de afecto, por sus tratados sobre metafísica y
ciencia, entre otros. También hace un aporte valioso a la significación de amistad
en múltiples obras, una de ellas es ética nicomáquea o ética para nicómaco, aquí
se definen los tipos de amistad y muchos otros aspectos de tipo comportamental.
Para Aristóteles, la amistad no es algo opcional, más bien imprescindible para
convivir en la polis, “la noción de amistad aristotélica que vincula comunidad,
justicia y amistad permite considerar a la primera como elemento indispensable
de la vida pública. Según señalé, no se trata de una amistad íntima, sino cívica,
lo cual implica el sensus communis” (Sánchez, 2009). Aristóteles, como orador
del término medio para alcanzar la virtud, no propone una amistad íntima con
todas las personas a las que se conozca, así pues, tampoco propone un
desconocimiento total del otro; más bien hace referencia al sentido común que
invita al civismo, un proceder que ayuda a entender al prójimo; una cercanía al
concepto de alteridad, no para establecer relaciones vacuas, sino para vivir en
la tolerancia. Este modo de pensar, posibilita a las personas la inserción en la
sociedad, partiendo de la opinión de justicia para llegar a un bien común.

Para Mestrio Plutarco, historiador y ensayista griego, la importancia de la amistad


reside en la cantidad, esto es, a mayor número de amigos, menor afinidad y más
problemas, “Según Plutarco, la abundancia de amigos va en contra de la
intimidad en el trato y por eso debe ser evitada. Es imposible satisfacerlos a
todos, ya que no se puede estar con todos ellos a la vez” (Míguez, 2005). Para
Plutarco la cantidad de amigos es un tema que requiere cautela, debido a que la
amistad solicita acompañamiento en las alegrías y penurias, asimismo, el
compartir estos sentimientos con muchas personas, conllevaría a la envidia de
muchos, pasando a ser momentáneamente de amigos a enemigos. En este
sentido, Plutarco ve en la amistad algo sublime y reservado para pocos, ya que
con todos no se puede establecer ese vínculo de comunidad del que propugnaba
Aristóteles; pretender ser amigo de todos es adoptar varias máscaras, sinónimo
de inestabilidad en el comportamiento. En Plutarco la amistad es de carácter
sólido, y preferiblemente reservada para una sola persona.

En la obra de Plutarco, se señalan dos escritos para tratar el tema de la amistad:


“Cómo sacar provecho de los enemigos” y “Sobre la abundancia de amigos”. En
el segundo, Plutarco resalta el valor de tener enemigos, puesto que exige
precaución por parte de la persona envidiada, y, a su vez, le hace revisar a éste
constantemente como persona, debido a que los enemigos no van con
circunloquios, y en vez, dicen la verdad, esta verdad propiciaría la evaluación del
que la escucha y aliviaría la corrupción interna. Por último, señala que la envidia
es benigna, siempre y cuando se desee implementar los aspectos positivos de
esa otra persona; es este sentido, se envidia lo bueno y se desecha lo malo del
enemigo. En la edad antigua, múltiples fueron los personajes que se refirieron al
tema de la amistad, como: Empédocles, Cicerón, Epicteto, entre otros.

Pasando de la época esclavista al feudalismo de la edad media - que se da, entre


otras cosas, por cuestiones climáticas y; por consiguiente, pestes y
enfermedades - se apreciará la forma en cómo la dualidad entre cuerpo y alma
influencia el pensamiento de los teólogos y filósofos de la época, así como la
visión escatológica de la vida y el conocimiento verdadero por medio de la
hermenéutica.

Agustín de Hipona, declarado santo y doctor del catolicismo por la altura de sus
pensamientos; personaje que veía en la salvación la predestinación del hombre,
que definía el alma dotada de tres facultades (memoria, inteligencia o
entendimiento y voluntad), que planteó la teoría de la iluminación para explicar
el razonamiento humano; este protagonista de la patrística también se interesó
por la representación de amistad en los sujetos, “Mediante la ignorancia, Agustín
vincula el ámbito familiar al público. El caos propio de la familia generado por la
ignorancia será ampliado en el escenario de la ciudad, pues en ella está ausente
la afectividad” (Yepes, 2008). San Agustín hace una marcada distinción entre
amistad en el hogar y amistad fuera del hogar, y concluye que lo que asemeja el
caos en los dos ámbitos es la ignorancia. Hace énfasis en el tipo de amistad
pública, la cual carece de amor y afecto intrínsecamente, pues las relaciones
establecidas en este ambiente, están mediatizadas por las leyes, y éstas, a su
vez, limitan los afectos. En este caso, sólo serán amigos – en la vida pública –
los que vayan en consonancia con las leyes de la ciudad. También se refiere a
la amistad en la ciudad como aquella que cohíbe en totalidad las expresiones de
los ciudadanos, “La ciudad, entonces, no pretende eliminar la amistad privada,
sino que reconociendo las complejidades ajenas a ésta, la desestima como
parámetro para la ciudadanía, y mediante cierta asepsia, diseña la amistad por
ley queriendo coartar los influjos de la afectividad” (Yepes, 2008). En otras
palabras, la amistad pública toma prestado aspectos de la amistad privada, para
incentivar la correspondencia entre unos y otros; pero ésta, por ser de estado
innatural, nunca será completamente verdadera.

San Agustín de Hipona, en su obra “Confesiones”, da a conocer su


arrepentimiento por las amistades placenteras que había fundado en el pasado
antes de su conversión, declara que la verdadera amistad no es esa en la que
todo es gozo y armonía, y además, está permeada por la concupiscencia y la
lujuria; la verdadera amistad, siempre debe estar predispuesta y permeada por
el fulgor derramado por el espíritu santo; esto en sí, es que no hay amistad en
los que no aceptan a Dios. Sólo el amor de Dios puede proporcionar amistad
entre los seres humanos.

Tomás de Aquino, reconocido teólogo y patrono de la escolástica, contemplado


como santo por la iglesia católica, partía de la fe en sus ideas; pero no dejaba de
lado la razón, de hecho el movimiento escolástico fue uno de los más influyentes
en el Medioevo por su practicidad para entender ciertas cosas de la realidad; sin
embargo, las cuestiones más complejas, siempre tenían que estar sujetas a la
fe. Santo Tomás, con su discurso sobre la razón, también tenía su opinión sobre
la amistad, “(…) Dios no ama a las criaturas racionales con amor de
concupiscencia, ya que no necesita nada que esté fuera de Él; tampoco los ama
con amor de amistad, pues este tipo de amor no se tiene con las criaturas
irracionales” (Aquino, 2001). Para Tomás de Aquino, en suma de teología
primera parte, era imposible que se establecieran vínculos de amistad entre dos
seres irracionales, o entre un ser racional y otro irracional, en este sentido, el
sentimiento de amistad es exclusivo de Dios y de los hombres, y; por
consiguiente, no se le podría llamar a un animal - en este caso al perro como
coloquialmente se le dice - el mejor amigo del hombre, pues para santo Tomás,
el hombre primero se relaciona con la divinidad, llegando a un nivel de
reciprocidad equivalente, es decir, se ama en una medida, y se es amado en la
misma medida; esto es experimentar el sentimiento de amistad, cuando se llega
a la santísima trinidad con amor y gozo, “(…) sino como de persona amada a
persona que le ama, como de amigo a amigo; y es esta nueva relación lo que
permite alcanzar (conocer, amar, disfrutar) la tri-personalidad divina” (Aquino,
2001). Tomás de Aquino, catalizador de la escolástica, no admite amistad sin
raciocinio, y también hace referencia al amor de amistad como un sentimiento
altruista, y compartido, pues se comprende mejor al otro cuando se distribuyen
las penas y las alegrías entre dos, esto lo declara en Suma de Teología parte II
“Pedimos consejo acerca de hechos de otros, por que en cierto modo forman
unidad con nosotros, bien por unión de afecto, como el amigo se preocupa por
los asuntos del amigo como si fueran propios” (Aquino, 1993). Santo Tomás
siempre antepuso el amor a cualquier método y siempre rechazó la violencia con
la que los hombres lograban sus cometidos, “(…) y las personas funcionan mejor
por la amistad que por la fuerza. A diferencia de Maquiavelo, Tomas inculca al
gobernante el ser amado, más que temido; y el que tiraniza se vuelve enemigo
de su propio pueblo” (Puente, 2005). En la edad media hubo muchos autores
que se refirieron al tema de la amistad, entre éstos: Antonio de Padua, Santa
Catalina de Siena, Marsilio Ficino, entre otros.

Pasando hacia la modernidad, en esa transición de poesía, música, teatro y


pintura; del arte gótico, recorriendo el barroco, el rococó y el clasicismo, los
avances y alcances de la cartografía en el descubrimiento del nuevo mundo, la
detonación y el auge de las teorías y las ciencias duras, entre otros sucesos y
movimientos, aparecen también pensadores que se refieren al tema de la
amistad; pero esta vez expresan su añoranza a ese sentimiento sublime, puesto
que para la época, el valor del compañerismo parece haber decaído. Baruch
Spinoza, uno de los filósofos más reconocidos del siglo XVII, destacado por sus
tratados sobre ética y política, y por percibir a la figura de Dios en todo lugar,
declarando que Dios es la realidad y por ende, todo lo que esté inmerso en ella
es obra de él, inclusive el pensamiento humano, aludirá a la amistad en relación
con el agradecimiento, “(…) la gratitud plena es propia de la amistad que
relaciona a los hombres libres, en tanto que la gratitud por relación a los
ignorantes cuando prestan un beneficio debe practicarse ex eorum ingenio, para
no ser odiados por ellos” (Tatián, 2006). Según Spinoza, el amigo no es aquel
que hace las cosas para esperar algo a cambio; como si fuese una ley dar, para
recibir; en este caso ese dar, sería más bien prestar, para esperar algo igual o
mejor en un mañana. Es por eso que, Spinoza, aconseja evitar recibir dádivas o
favores de los ignaros, ya que éstos esperan siempre algo a cambio. Por otra
parte, aconseja recibir beneficios de los hombres sabios y agradecerlos de la
mejor manera (con gratitud). Spinoza, abocado a un discurso político, ve en la
amistad el camino a seguir para propiciar existencia entre los ciudadanos, una
amistad que permita pensar qué es lo que afecta al otro, y con base en ello,
poder pensarse cómo sujeto que pertenece a un grupo, “En Spinoza será la
política una de las vías maestras hacia una forma de vida en la que las potencias
singulares obtienen su intensidad mayor como potencia común, como potentia
democrática” (Tatián, 2006). Spinoza sostiene que la amistad sólo se establece
entre personas virtuosas, debido a que en este tipo de semejanzas se comparten
muchas cosas, hasta el punto de tratar al otro como si estuviésemos tratando
con nosotros mismos.

El concepto de amistad de Friedrich Nietzsche, célebre filósofo y poeta del siglo


XIX, reconocido por sus ideas sobre nihilismo, metafísica, moral, etcétera, se ve
reflejado en una crítica a la sociedad de la época, “Hay que llegar a ser nadie
para sentirse solo de esa manera. Soledad ambigua. Poblada y despoblada a la
vez. Esa soledad de nadie Nietzsche la llama amistad. Es el abismo dionisiaco
entendido como dolor” (Tamayo, 2006). Para Nietzsche el diálogo interno es lo
único que ofrece sinceridad y entendimiento al ser humano, puesto que el hecho
de comunicarse con el otro, es estar hablando con nadie, en este sentido, sin no
hay persona alguna que entienda lo que se dice, entonces el único amigo es el
ser mismo que entiende todo lo que se le dice; es por eso que el diálogo con
otros, puede llegar a ser sólo un acto de comunicación vacía. En su libro así
habló Zaratustra, exactamente en uno de los discursos, titulado “De los amigos”,
Nietzsche manifiesta que, si se tiene un amigo entonces se es capaz de hacer
muchas cosas por él, incluso, hasta hacer la guerra por él, asimismo, al amigo
se le debe mostrar tal y cómo se es; sin embargo, cuando esto sucede, la
pregunta es ¿esa persona a la que has dado todo de ti, te apreciará al conocerte
completamente? “¿No quieres llevar vestido alguno delante de tu amigo? ¿Debe
ser un honor para tu amigo el que te ofrezcas a él tal como eres? ¡Pero él te
mandará al diablo por esto! El que no se recata provoca indignación” (Nietzsche,
2012). Luego concluye diciendo, antes de referirse a la mujer, que el amigo es
prácticamente uno mismo, “¿Has visto ya dormir a tu amigo para conocer cuál
es su aspecto? ¿Pues qué es, por lo demás, el rostro de tu amigo? Es tu propio
rostro, en un espejo grosero e imperfecto” (Nietzsche, 2012). Sencillamente para
Nietzsche, es imposible abrirse tanto a otro para ser considerado como amigo,
al igual, que es casi imposible tener un diálogo tan perfecto con otro, como el
que se tiene con el yo interno. Entre los pensadores modernos que se refirieron
a la amistad se mencionan a Descartes, Kant, Comte, Kierkegaard, Marx, entre
otros. Kant, al igual que Aristóteles, define la amistad en tres tipos, esta
clasificación aristotélica se ampliará más adelante en este artículo.
En la época actual, con el auge de los medios de comunicación y los aparatos
electrónicos, la educación virtual, los nuevos géneros musicales, los desastres
naturales y los conflictos bélicos, se suman nuevos portavoces en el tema de
las relaciones interpersonales, uno de ellos es el filósofo y sociólogo Zygmunt
Bauman, reconocido por sus tardados sobre modernidad y posmodernidad,
acuñando el término “líquido” para designar la fragilidad de lo que se le antepone,
verbigracia: modernidad líquida, vida líquida, amor líquido, miedo líquido etc.
Bauman opina sobre la futilidad de la amistad en esta época, en donde se pierde
totalmente su significado connatural, “(…) esos que son imposibles en las
comunidades estéticas que más bien atraen a partir de sus promesas de vínculos
sin consecuencias. Nada es para siempre, parece decir Bauman, mientras hace
una defensa de la amistad y la relación amorosa” (González, 2007). Bauman, da
a conocer su punto de vista en cuanto a la fragilidad que cubre a las relaciones
interpersonales. En sus obras amor líquido y modernidad líquida, hace alusión a
liquidez de los compromisos y a la añoranza de esa amistad que perduraba a
través del tiempo, “O así es al menos como uno se siente cuando entra a Internet
para comprar compañeros: igual que cuando hojea las páginas de un catálogo
de ventas por correo "sin obligación de compra" (…)” (Bauman, 2005). Bauman
describe la forma como se gestan las amistades y los supuestos compromisos
en la actualidad, una mecánica computarizada que da la oportunidad de coger y
desechar personas de acuerdo a los intereses de los usuarios. De la misma
forma, en este libro “Amor Líquido”, Bauman se refiere a los individuos que
aborrecen la compañía y andan en una eterna búsqueda de su propio interés;
este es el ser humano del presente, el que da la espalda a los esfuerzos
conjuntos, y piensa que una vida en soledad, y con sus dispositivos, es mejor.
También agrega, que se pretende suplir la compañía del amigo con los aparatos;
sin embargo, estos “sentimientos de compañía” siempre serán pasajeros,
entonces, el sujeto estará constantemente en búsqueda de compañía, traducida
en aparatos, que le harán consumir de por vida, porque nunca se encontrará la
amistad en los artefactos que asombran al hombre de hoy, “Los sucedáneos
comprados son incapaces de reemplazar los lazos humanos. En su versión
comercial, los lazos se transforman en bienes, es decir que son transferidos a
otra esfera, regida por el mercado” (Bauman, 2005). A estos juicios sobre la
búsqueda del ser interno, la convivencia, la trascendencia del hombre en el
civismo, la ética y el nexo entre los seres humanos es preciso mencionar
personajes como Karl Rahner, Raimon Panikkar, Michel Maffesoli, Gilles
Lipovetsky, entre otros.

Tipos de Amistades en el Contexto Universitario Actual y su Relación con


el Pensamiento Aristotélico.

En esta sección del artículo, se ahondará sobre el concepto de amistad


en Aristóteles, especialmente en la clasificación de amistades y su parentesco
con las relaciones interpersonales establecidas en la actualidad. Se tomará
como base la obra “Ética nicomáquea” para dar a conocer el pensamiento del
filósofo.

Aristóteles fue uno de los filósofos más influyentes de la antigüedad que siempre
resaltó la importancia de vivir en sociedad y, además, de estar inmersos en leyes
sociales, pues es por medio de éstas dos prácticas como se alcanza, según él,
la felicidad. En su obra “Ética Nicomáquea o Ética a Nicómaco”, puntualmente
en los libros VIII y IX, Aristóteles expone tres tipos de amistad que se siguen
gestando inclusive a través del tiempo: Amistad de placer, amistad de utilidad y
amistad de virtud, se hace imperativo, entonces, establecer una comparación
entre los presupuestos del filósofo y las dinámicas sociales que se gestan en la
contemporaneidad. Actualmente en determinadas universidades se acostumbra
a clasificar las amistades por tipos, y aunque esta clasificación rara vez se admita
de forma verbal, en el comportamiento y en los juicios a priori se manifiestan,
coincidiendo con los planteamientos aristotélicos. Existen, pues, los amigos de
estudio: a éstos sólo se les saluda en el salón de clase o cuando circundan por
la institución educativa, se les entabla conversación solamente para cuestiones
académicas y rara vez dichas conversaciones trascienden a temas de la vida
cotidiana. Aquí se presenta un testimonio de una estudiante de una universidad
X con respecto a lo que ella considera como amigo: “yo soy amiga de personas
eficientes, útiles; no me relaciono con vagos”, esta concepción de amigo la
presenta Aristóteles como una amistad fundamentada en la utilidad “Así los que
se quieren por interés no se quieren por sí mismos, sino en la medida en que se
benefician algo los unos de los otros” (Aristóteles, 2007). En el ambiente
universitario, no sólo al amigo de estudio se le considera como un amigo útil,
pues todo aquel al que se le dirija la palabra sólo para obtener favores, será
considerado como tal. La amistad por utilidad se ve reflejada en la ambición y
codicia del beneficio propio, es por eso que cuando se obtiene lo que se quiere,
se desecha el resto, así como cuando alguien utiliza al prójimo sólo para sacar
un provecho personal, “Por tanto, en los que se quieren por interés, el cariño
obedece al propio bien de ellos” (Aristóteles, 2007). Este tipo de amistad se
percibe como algo netamente artificial y desechable, al igual que se tira o se
cambia un artefacto cuando deja de ser funcional, “cuando ya no son útiles o
agradables el uno para el otro, dejan de quererse” (Aristóteles, 2007).

En la taxonomía de amistades universitarias se vincula otra noción que


concuerda con la aristotélica, amigos para salir: son divertidos y alegres, generan
placer en cuanto se reúnen, y aún más, cuando se está acompañado de un trago
de licor, estas amistades pocas veces preguntan por situaciones personales, y
si lo hacen, es con el fin de entablar nuevas conversaciones que normalmente
terminan en anécdotas vividas, producto de las salidas de fin de semana. Aquí
se presenta otro testimonio; pero esta vez de un estudiante de una universidad
X con respecto a lo que él considera es un amigo: “a mí me gusta pasar el tiempo
con gente alegre, divertida; gente que sepa pasarla bien”. Según Aristóteles, a
este tipo de amistad se le conoce como amigos por placer, y al igual que la
anteriormente mencionada, se caracteriza por su carencia de consistencia, “Y en
los que se quieren por el placer, a su propio gusto, y no por el modo de ser del
amigo, sino porque les es útil o agradable” (Aristóteles, 2007). Estos amigos por
placer muchas veces no saben cómo ni cuándo se conocieron, puesto que lo
importante es lo que el uno produzca en el otro, e independientemente si estas
personas hacen el bien o el mal disfrutan la compañía mutuamente. Aristóteles
adjudica este tipo de amistad por placer a la mayoría de los jóvenes por la
naturaleza de sus comportamientos, “En cambio, la amistad de los jóvenes
parece tener por causa el placer; éstos viven, en efecto, de acuerdo con el
sentimiento, y persiguen sobre todo lo que les es agradable y lo presente”
(Aristóteles, 2007). En el discurso de Aristóteles refiriéndose a la amistad por
placer se puede percibir la noción que ahora comparte Bauman con respecto a
la facilidad en que las personas inician y terminan amistades de forma instintiva,
“Por eso los jóvenes se hacen amigos, y dejan de serlo con facilidad, ya que la
amistad cambia con el placer y esta clase de placer cambia fácilmente”
(Aristóteles, 2007). Hay cierta similitud entre las dos categorías de amistades
referidas anteriormente, debido a que no son, según el estagirita, auténticas, más
bien artificiales y tienden a demorar poco, este concepto lo retomará Bauman
refiriéndose a estos tipos de amistades como relaciones líquidas, “Estas
amistades lo son, por tanto, por accidente, puesto que no se quiere al amigo
por ser quien es, sino porque procura en un caso utilidad y en otro placer.
Tales amistades son, por eso, fáciles de disolver (…)” (Aristóteles, 2007).

Entre todas las clasificaciones de amistad, se destaca aquella que se lleva a


cabo por términos de virtud, en el espacio universitario algunos estudiantes la
consideran como la amistad de los mejores amigos: Habitualmente una persona
sólo tiene un mejor amigo y pocas veces varios mejores amigos. Muchos
coinciden que “al mejor amigo se le cuenta todo”, no obstante es evidente que
todo no se puede contar; sin embargo, es el mejor amigo o los mejores amigos
con los que se crea un lazo de bienestar; a este tipo de amistad Aristóteles la
llama “una amistad por el bien o virtud”. A continuación, un testimonio de una
estudiante de una universidad X con respecto a lo que ella considera como
amigo: “es una persona con la que se comparte muchos momentos y situaciones
de la vida. A quien se tiene confianza y ocupa un lugar importante en el corazón”.
Esta clasificación de mejor amigo comparte su particularidad con la amistad por
virtud declarada por Aristóteles, “Es preciso, por tanto, que haya benevolencia
reciproca, y que cada uno desee el bien del otro sin que esto les sea
desconocido, y por una de las razones mencionadas” (Aristóteles, 2007). Es este
sentido, la amistad no es sólo compartir sentimientos afines, sino también velar
por el otro; por su bienestar, “Pero la amistad perfecta es la de los hombres
buenos e iguales en virtud; porque éstos quieren el bien el uno del otro en cuanto
son buenos, y son buenos en sí mismos” (Aristóteles, 2007). Aristóteles
diferencia esta amistad de las otras dos anteriores porque se toma su tiempo
para establecerse y, a su vez, es permanente entre los hombres de bien, “(…)
son los mejores amigos, puesto que es por su propia índole por lo que tienen
esos sentimientos y no por accidente; de modo que su amistad permanece
mientras son buenos, y la virtud es una cosa permanente” (Aristóteles, 2007).
Esta amistad, por ser compleja, también encierra, de alguna forma, las
cualidades de la amistad por utilidad y por placer, ya que la reciprocidad en la
virtud, encierra esos dos componentes, “Cada uno de ellos es bueno
absolutamente hablando y bueno para su amigo, pues los buenos no sólo son
buenos en sentido absoluto, sino también útiles el uno para el otro; y asimismo
agradables” (Aristóteles, 2007). Esta amistad de virtud se manifiesta en los
sujetos que comparten muchas cosas en común, este comportamiento los hace
permanecer unidos por múltiples razones, que, asimismo, los hace interactuar
con más frecuencia. Aristóteles, además, añade que la amistad por virtud es un
sentimiento escaso en los hombres, ya que sólo se puede establecer con el
tiempo, en este sentido, coincide con Plutarco en cuanto a la cantidad de amigos
que un hombre puede llegar a tener, “Es natural, sin embargo, que tales
amistades sean raras, porque los hombres así son pocos. Además, requieren
tiempo y trato, porque, como dice el refrán, no es posible conocerse unos a otros
antes de haber consumido juntos la sal proverbial” (Aristóteles, 2007).

Independientemente del estrato socioeconómico y del rol que se desempeñe en


la sociedad, el ser humano siempre está necesitado de amigos; ya sea por
cualquiera de las tres razones mencionadas anteriormente. Teniendo en cuenta
los postulados aristotélicos, en este momento se puede deducir que los tipos de
amistad del ser humano actual coinciden plenamente con los de hace tres
milenios, y de la misma manera se puede deducir que el hecho trasciende a
pesar de las distintas formas de interrelación; pues Aristóteles nunca se imaginó
que algún día las amistades se pudiesen llevar a cabo por medio de aparatos
como el celular o vía internet. Ahora bien, se pone en entredicho que una
persona pueda tener más de doscientos amigos, como en muchos casos se ha
escuchado en declaraciones de individuos que sostienen tener ese número, o
inclusive uno más elevado, gracias a las “fascinantes” redes sociales,
obviamente la gran mayoría de estas amistades probablemente serán por
utilidad y por placer, más no por virtud, “Nuestras comunidades son artificiales,
líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus
miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos.” (Rocca,
2008).

La amistad es cuestión sublime e inherente de los seres humanos, y; por


consiguiente, la naturaleza de ser invita a la interacción; sin embargo, es la
sociedad, quien de alguna forma, hace que los modos de interacción varíen,
“Después de esto podríamos continuar tratando de la amistad: es, en efecto, una
virtud, o va acompañada de virtud, y, además, es lo más necesario para la vida”
(Aristóteles, 2007). Aristóteles define a la amistad como una necesidad, por
ende, no es una opción tener amigos o no, pues según su pensamiento, somos
seres sociales por naturaleza, “Sin amigos nadie querría vivir, aun cuando
poseyera todos los demás bienes; hasta los ricos y los que tienen cargos y poder
parecen tener necesidad sobre todo de amigos” (Aristóteles, 2007). La relación
con el prójimo es, en definitiva, un reflejo automático del hombre, por lo tanto, la
tarea es pensarse como sujeto y ser consciente de qué tipos de amigo se está
rodeado, a su vez, se debe reflexionar sobre quién es uno para el otro ¿Utilidad?
¿Placer? o ¿Virtud?

Resultados

Los resultados obtenidos para el apoyo de esta redacción, provinieron de


entrevistas y encuestas realizadas a estudiantes de tres universidades de la
ciudad de Medellín, Colombia, año 2013. Se reservan los nombres de las
unidades de análisis y de las instituciones educativas por petición. Algunos
aspectos que fueron tenidos en cuenta en esta indagación fueron: el programa,
el semestre, el género, la edad, el estrato socioeconómico, el estado civil, entre
otros. En total se llevaron a cabo 68 encuestas y 22 entrevistas, de las cuales el
41% de las personas reveló predilección por amistades de utilidad, asimismo un
37% por amistades de placer y un 22% por amistades de virtud. Esto demuestra
que las amistades por virtud, son escasas entre la gran mayoría de los
estudiantes de estas tres instituciones, y, a su vez, los resultados exigen un
estudio más exhaustivo que revele las causas por las cuáles se está llevando a
cabo un tipo de amistad más que otro; asimismo, sería importante develar si
estas afinidades de amistad están ayudando o perjudicando al crecimiento
personal de los estudiantes universitarios.

En la actualidad, las formas de interacción entre los seres humanos reclaman


una amistad que se fundamente en la honestidad, la sensibilidad y el
reconocimiento individual y colectivo. Se llega a esta afirmación, puesto que la
gran mayoría de los estudiantes encuestados y entrevistados, demuestran
predilección por las amistades que se basan en la utilidad y en el placer, debido
a que pocos y pocas fueron las que, en sus declaraciones, dieron cuenta de
entablar amistades por virtud. Ahora bien, la puesta en escena de las entrevistas
con las que se hizo la comparación sobre los tipos de amistades aristotélicas,
permitió caracterizar la forma en cómo se están gestando las amistades en el
sector universitario de ciertas instituciones, por lo que se recomienda ahondar
sobre este tema, llevándolo al próximo nivel que sería desarrollar un proyecto de
investigación que permita develar el fenómeno de la prevalencia de las
amistades por utilidad y por placer en estos ambientes educativos; los resultados
podrían ayudar a implementar programas extracurriculares que incentiven al
auto-reconocimiento y al crecimiento como persona de las comunidades
estudiantiles.

Conclusiones

El ideal de amistad debe comenzar con una buena convivencia entre los seres
humanos. No se puede pensar en establecer lazos entre los hombres y mujeres
de bien por medio del reconocimiento pasajero de las cualidades que más
sobresalen en ellos, en este sentido, el amigo del que es diestro en el dibujo
también debería saber que, además de esa cualidad, ese sujeto es hermano, se
desempeña como barbero para pagarse la universidad, añora viajar algún día al
Brasil, le gustaría estudiar teología, etc. De esta forma se reconoce que el otro
no es un simple adjetivo sustantivado: el chistoso, el inteligente, el bailarín; pues
se trata de alguien que merece ser escuchado y entendido en su integralidad. El
conocer y admitir un sólo aspecto en la complejidad de las otras personas habla
de seres humanos que viven la vida sin demostrar que están vivos, éstos seres
están alejándose de su naturalidad, de ser sociables, de ser racionales.

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