Su efecto sobre la materia orgánica es producir transiciones electrónicas entre los
orbitales atómicos y/o moleculares de una sustancia mediante la utilización de radiación del espectro electromagnético cuya longitud de onda está comprendida entre los 100 y los 800 nm. Los espectros de absorción infrarroja se obtienen colocando la muestra en un espectrofotómetro infrarrojo de doble haz y midiendo la intensidad relativa de la energía luminosa transmitida (o absorbida) versus la longitud de onda o número de onda. Una fuente de luz normal para radiaciones infrarrojas es la lámpara incandescente de Nernst, una varilla que contiene una mezcla de óxido de zirconio, óxido de itrio y óxido de erbio, calentada por medio eléctrico alrededor de 1500°, se basan en este tipo de transiciones debido a que las energías requeridas para enlaces múltiples nos dan picos dentro de la zona de 200-700nm. Ambas transiciones requieren la presencia de dobles y triples enlaces