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Ediciones Estival
Consejo Editorial:
Alberto Hernández
Juan Martins
José Ygnacio Ochoa
Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
Juan Martins
[9]
El delirio del sentido
-10-
Pórtico. El signo hierático
-11-
El delirio del sentido
-12-
Pórtico. El signo hierático
-13-
El delirio del sentido
-14-
Pórtico. El signo hierático
-15-
El delirio del sentido
-16-
Pórtico. El signo hierático
-17-
El delirio del sentido
-18-
Pórtico. El signo hierático
**
-19-
El delirio del sentido
-20-
Pórtico. El signo hierático
-21-
El delirio del sentido
-22-
Pórtico. El signo hierático
***
-23-
El delirio del sentido
jm
-24-
I. Lo inasible del cuerpo
Desde una poética del dolor
1.
[27]
El delirio del sentido
-28-
Desde una poética del dolor
-29-
El delirio del sentido
-30-
Desde una poética del dolor
-31-
El delirio del sentido
-32-
Desde una poética del dolor
-33-
El delirio del sentido
-34-
Desde una poética del dolor
2.
-35-
El delirio del sentido
-36-
Desde una poética del dolor
-37-
El delirio del sentido
-38-
Desde una poética del dolor
3.
-39-
El delirio del sentido
-40-
Desde una poética del dolor
-41-
El delirio del sentido
-42-
Desde una poética del dolor
-43-
El delirio del sentido
-44-
Desde una poética del dolor
-45-
Prospectiva de la condición sensible
1.
[47]
El delirio del sentido
-48-
Prospectiva de la condición sensible
-49-
El delirio del sentido
2.
-50-
Prospectiva de la condición sensible
-51-
El delirio del sentido
-52-
Prospectiva de la condición sensible
-53-
El delirio del sentido
-54-
Prospectiva de la condición sensible
-55-
El delirio del sentido
-56-
Prospectiva de la condición sensible
-57-
El delirio del sentido
-58-
Prospectiva de la condición sensible
-59-
El delirio del sentido
-60-
Prospectiva de la condición sensible
-61-
El delirio del sentido
-62-
Prospectiva de la condición sensible
-63-
El artificio del delirio
[65]
El delirio del sentido
-66-
El artificio del delirio
-67-
El delirio del sentido
-68-
El artificio del delirio
-69-
El delirio del sentido
-70-
El artificio del delirio
-71-
Cuerpo dilatado
[73]
El delirio del sentido
-74-
Cuerpo dilatado
-75-
El delirio del sentido
-76-
Cuerpo dilatado
-77-
El delirio del sentido
2.
-78-
Cuerpo dilatado
-79-
El delirio del sentido
-80-
Cuerpo dilatado
-81-
El delirio del sentido
-82-
Cuerpo dilatado
-83-
El delirio del sentido
-84-
Cuerpo dilatado
-85-
El delirio del sentido
-86-
Cuerpo dilatado
-87-
El delirio del sentido
-88-
Cuerpo dilatado
-89-
El delirio del sentido
-90-
Cuerpo dilatado
-91-
El delirio del sentido
-92-
Cuerpo dilatado
-93-
El delirio del sentido
-94-
Cuerpo dilatado
-95-
El delirio del sentido
-96-
Cuerpo dilatado
-97-
El delirio del sentido
-98-
Cuerpo dilatado
Foto 1
Mirla Campos representando a Mariana de José Ramón Fer-
nández10.
-99-
El delirio del sentido
-100-
Cuerpo dilatado
-101-
El delirio del sentido
-102-
Cuerpo dilatado
-103-
El delirio del sentido
-104-
Cuerpo dilatado
-105-
El delirio del sentido
-106-
Lo inasible del cuerpo. Notas
1
Para ejemplificar cito a Brook: ..Colocábamos a un
actor frente a nosotros, le pedíamos que imaginara una
situación dramática que no requiriese ningún movimiento
físico e intentábamos comprender en qué estado de ánimo se
encontraba. Naturalmente, era imposible, y éste era el objeto
del ejercicio. El siguiente paso consistía en descubrir qué
era lo mínimo que necesitaba para poder comunicarse. ¿Un
sonido, un movimiento, un ritmo? ¿Eran intercambiables
estos elementos o cada uno tenía su fuerza particular y sus
limitaciones? Por lo tanto trabajábamos imponiendo drás-
ticas condiciones. Un actor debe comunicar una idea —al
principio siempre ha de ser un pensamiento o un deseo lo
que debe proyectar—, pero sólo tiene a su disposición, por
ejemplo, un dedo, un tono de voz, un grito o un silbido. Un
actor se sienta en un extremo de la sala, de cara a la pared.
En el extremo opuesto, otro actor concentra su mirada en
la espalda del primero, sin que se le permita moverse. El
segundo actor ha de hacer que el primero le obedezca. Como
éste se halla de espaldas, el segundo sólo puede comunicarle
sus deseos por medio de sonidos, ya que no se le permite
emplear palabras. Esto parece imposible, pero se puede
hacer. Es como cruzar un abismo sobre un alambre… (en:
http://www.teatro.meti2.com.ar/teatristas/nota-
bles/brooks/brooks.htm).
2
Esta opción de usar el corchete —a lo largo de este
libro— es una alternativa discursiva del autor con la
intención de estructurar las ideas (¿abstracciones o la
representación de la duda?) en torno al ensayo: una
idea dentro de la otra. Sin mayor pretensión que no
sea de «organizar» aspectos conceptuales que, como
es natural en todo riesgo, pueden estar —y es proba-
ble— equivocadas. Es insistir aun en la vieja idea de
-107-
crear ruptura con la forma, con el pensamiento de
rigor racional (buscar un nivel del inconsciente, de
lo simbólico como medio de conocimiento), pero a
partir de una premisa básica que es después de todo
una tradición —toda ruptura conlleva consigo un
lugar de la tradición: la estructura, el sentido, lo que
comunica—. Por ejemplo el término de «cuerpo con-
ceptual» usado aquí impulsa mi pensamiento hacia
esa relación con el compromiso espiritual e intelectual
del crítico. Quizás (en medio de dudas más que de
respuestas) sea una propuesta de «intergénero»: el
ensayo y la crítica moviéndose en un mismo nivel
del discurso.
3
En «Zamora», el actor compone la puesta en esce-
na porque lo que vemos allí es aquel «movimiento
interno» que se expresa en una sensualidad poco
vista en el teatro venezolano: sentimos al actor, se
nos envuelve en la emoción y nos hacemos con en él
sobre el relato: nos conmovemos, pero ese lugar del
sentido se nos da por lo visto en él, por la manera en
que la palabra se nos hace a su vez «visión» e imagen.
Entiendo que esto se resalta con el actor, como decía,
con su corporeidad. Y nos hace pensar en su director,
Miguel Torrence, como uno de los destacados directo-
res formador de actores: estilo y escuela se conjugan
en esa relación estética que ha venido conformando
su discurso en muchos años de oficio y pasión por
el teatro. Y me estoy refiriendo al aspecto técnico
y poético de este artista antes que a lo ideológico o
al carácter de sus puestas en escenas. Este referente
me sirve, como guiño al ojo, en lo que más adelante
defino —otras veces se indica con insistencia a lo
largo de este libro— como sensacionismo en el actor
hacia una redefinición del uso del espacio escénico:
el dolor como categoría emocional. Considero, entre
otros aspectos aún por revisarse, que Miguel Torrence
ha alcanzado un nivel alto de este actor disciplinado
y orgánico.
4
Después de mi anterior libro, Él no es Vila-Matas,
no soy Bartleby (Juan Martins, 2014), me aventuro a
repetir esta cita aquí de Octavio Paz por su relación
con lo propuesto a lo largo de este libro.
5
Por lo general asociamos el término con la magia,
con la santería, pero destaquemos, como opción, la
relación que adquiere con el delirio, con la excitación
espiritual si se quiere. Aunque sabemos que hay mu-
cha trampa sagrada en la que el Chamán crea la ilusión
ante el «paciente» (espectador) para establecer un
nexo de comunicación que denominamos «fe», cuya
condición es necesaria para el acto mágico. En tanto
a este acto mágico encontramos relaciones con el uso
del signo sobre cualquier acto poético: figuración,
símbolos, atmósferas que se asocian, pero que tiene en
un caso y otro objetivos diferentes. Y es el delirio lo que
establece sus semejanzas. Visto así, aquella catarsis
adquiere una dimensión en la que la naturaleza del
espectador es «manejada» directamente a veces con
objetivos terapéuticos, otras veces, comerciales. Pero
los símbolos, los signos están allí presentes desarro-
llando su sentido.
6
Ediciones Siruela-De Bolsillo (Random House Mon-
dadori. 2005, España). Su autor nos dice del arte como
sanación, en cuanto es expresión del inconsciente que
permite al «paciente» reducir sus problemas emocio-
nales. Y nos explica las fronteras del inconsciente y
lo consciente como mecanismo de comprensión de la
realidad. Lo que permite la visión de la personalidad
desde ese arte que así él lo denomina: psicomagia.
-109-
7
En Simbolismo e interpretación Tzvetan Todorov,
(1981) nos establece una relación con el signo y su
interpretación hacia un camino heterodoxo el cual
hemos fijado para el libre fluido del discurso de este
ensayo. A modo de que sea abierto, flexible ante la
búsqueda de una metodología para la compresión
del actor sobre el espacio escénico. Por otra parte la
relación entre interpretación que se mueve desde el
texto dramático (como primer «objeto» de signo a
interpretar) hasta verter éste en el cuerpo del actor
por medio de mecanismos de abstracción e imagen
del inconsciente y cómo adquiere con ello su modelo
simbólico. Esto es un uso osado de mi parte pero no
menos creativo para dicha búsqueda. Acaso ¿no es el
signo un «objeto» movible por el hecho de que, cuan-
do existe, ya está resuelto en significando? Allí tam-
bién se produce un movimiento en la interpretación
del espectador. A esta relación, entre la interpretación
y el significado, Todorov le denomina significancia.
8
Peter Stamm en: http://www.goethe.de/ins/es/
bar/prj/lit/aoz/sta/esindex.htm
9
Léase Figuraciones del poder y la ironía de Víctor Bravo
(1997). Acá se destaca las esferas de lo real en tanto al
sistema de alienación del sujeto ante el poder.
10
Con este trabajo hemos puesto en marcha estas
posibilidades acá descritas en el proceso de la re-
presentación, mediante la estrecha relación actriz-
poema-teatralidad hasta alcanzar la definición del
espacio escénico. Más abajo en el capítulo Un anexo
casi necesario: representación actoral e interpretación del
texto intento destacar aspectos conceptuales de esa
relación. La fotografía del montaje, realizado en la
ciudad de Córdoba (Teatro María Castaña, Argentina),
ha sido cortesía de María Elizabeth Heredia: egresada
-110-
del Profesorado en Educación Física. Diplomatura
en Informática Educativa. Diplomatura en Tecnolo-
gía Educativa Asistente Ejecutiva en la Productora
Hormiga quien tuvo la gentileza de acompañarnos
con su trabajo.
11
María del Carmen Bobes Naves. El proceso de trans-
ducción escénica. En: http://bib.cervantesvirtual.
com/servlet/SirveObras/01364063211281610754891/
p0000001.htm#I_0_ [Consulta: 2014]
12
Fernando Pessoa, (1987). Sobre literatura y arte. Ma-
drid: Alianza Editorial. A partir de algunas de sus
preceptos establezco este análisis que se acerca más
a la hermenéutica, pero no así lejos de conceptualizar
una relación estética.
-111-
II. Lo aprehensible de la realidad
—una muestra cercana—
La palabra en cuerpo teatral
1.
[115]
El delirio del sentido
-116-
La palabra en cuerpo teatral
Dylan.—:
Blog Dylan.
¿Por qué?
Por el fuego.
¿Sabes a lo que me refiero?
¿Has sentido su magnetismo? ¿No te atrae? Cuan-
do ves fuego ¿puedes quitarle la vista?
Si lo ves bien, notarás que en el centro del fuego
hay una sombra diminuta.
Una sombra oscura rodeada del rojo y anaranjado
de la llama. Una sombra que baila en el centro del
fuego. Se trata de la figura divina. Si la miras bien
verás que esa figura viste una toga negra y que
lleva una capucha puntiaguda, que tiene tres o
dos ojos y que de su toga negra descuellan brazos.
¿Brazos?
¡Más bien Alas! Eso. La figura del fuego tiene alas.
Si te fijas bien, en el centro del fuego y en la figura
divina, los ojos te arden también. Y en ese mo-
mento verás que la figura con toga negra baila su
danza y tiene cara. Y que la figura te mira.
[...]
-117-
El delirio del sentido
-118-
La palabra en cuerpo teatral
-119-
La sintaxis desolada de Sarah Kane
[121]
El delirio del sentido
-122-
La sintaxis desolada de Sarah Kane
-123-
El delirio del sentido
C. Nada.
A. En una banquina al lado de la autopista que
sale de la ciudad, o que entra, depende de qué
lado se le mire, una nena pequeña de piel oscura
está sentada en el asiento del pasajero de un
auto estacionado. Su abuelo ya mayor se abre
el pantalón y le aparece entre la ropa, grande
y violácea.
C. No siento nada, nada.
No siento nada.
A. Y cuando llora, su papá desde el asiento de atrás
dice lo siento, por lo general ella no es así.
M. ¿No estuvimos aquí antes?
A. Y aunque no puede acordarse, no puede
olvidar.
C. Y ha estado tratando de alejarse de ese
momento desde entonces.
-124-
La sintaxis desolada de Sarah Kane
C. No me quiero quedar.
B. No me quiero quedar.
C. Quiero que te vayas.
M. Si el amor llegara.
A. Tenés que dejar que ocurra.
C. No.
M. Me está dejando atrás.
B. No.
C. No.
M. Sí
B. No.
A. Sí.
C. No.
...
-125-
El delirio del sentido
-126-
La sintaxis desolada de Sarah Kane
-127-
El delirio del sentido
mirá
Es a mí a quien nunca conocí, cuyo rostro está
-128-
La sintaxis desolada de Sarah Kane
pegado por
el lado interno de mi mente
...
Por favor abran las cortinas
-----
-129-
El delirio del sentido
-130-
Bernard-Marie Koltès: estructura y emoción
.. los veo por todos lados, están allí, nos tocan, los
peores sinvergüenzas que puedas imaginar, y que
nos hacen llevar esta vida que llevamos: yo los creía
[131]
El delirio del sentido
-132-
Bernard-Marie Koltès: estructura y emoción
-133-
El delirio del sentido
-134-
Bernard-Marie Koltès: estructura y emoción
-135-
El delirio del sentido
-136-
Bernard-Marie Koltès: estructura y emoción
-137-
El delirio del sentido
-138-
Bernard-Marie Koltès: estructura y emoción
-139-
Lo aprehensible de la realidad
[141]
El delirio del sentido
Padre:
Tu historia errante reclama
Las cenizas de mi cadáver
El olvido en que yace tu tiempo
(…)
El espejismo de tu profecía
Me distancia de mí mismo:
Promesa de un reposo eterno
-142-
Lo aprehensible de la realidad
-143-
El delirio del sentido
-144-
Lo aprehensible de la realidad
-145-
El delirio del sentido
-146-
Lo aprehensible de la realidad
-147-
Acercarse a Fernando Pessoa
[149]
El delirio del sentido
-150-
Acercarse a Fernando Pessoa
-151-
El delirio del sentido
-152-
Lo aprehensible de la realidad, una muestra cercana.
Nota
-153-
III. Imprimátur
Epílogo: la representación del dolor
[157]
El delirio del sentido
-158-
La representación del dolor
-159-
El delirio del sentido
-160-
La representación del dolor
-161-
El delirio del sentido
-162-
La representación del dolor
-163-
El delirio del sentido
-164-
La representación del dolor
-165-
Un anexo casi necesario: representación actoral e
interpretación del texto1
[167]
El delirio del sentido
-168-
Representación actoral e interpretación del texto
44
55
11Autor
Autor Director
Director Actor
Actor Espectador
Espectador
(espacio
(espacioescénico)
escénico)
2 2
3 3
Figura 1
El espacio escénico según Meyerhold
-169-
El delirio del sentido
-170-
Representación actoral e interpretación del texto
-171-
El delirio del sentido
-172-
Representación actoral e interpretación del texto
-173-
El delirio del sentido
Figura 2
Diagrama de identificación para una poética del actor
-174-
Representación actoral e interpretación del texto
-175-
El delirio del sentido
-176-
Representación actoral e interpretación del texto
-177-
El delirio del sentido
-178-
Un anexo casi necesario: representación actoral e
interpretación del texto. Notas
1
Este capítulo es parte de mi anterior tesis La represen-
tación actoral como poética para el actor en una muestra
de la dramaturgia de Rodolfo Santana que he creído
pertinente anexar para el lector.
2
«Nueva Crítica Teatral». Según María Bobes (1991),
la obra como sistema abierto y de unidad significante
por ser artístico, por tanto, susceptible a un proceso
heterodoxo de interpretación. La estructura es flexible
al relacionar los componentes que definen la comu-
nicación ante el precepto artístico.
3
«Espectacular», siguiendo a Bobes (1991) alude a la
parte del texto de la obra que contiene los signos no/
verbales que se usarán en la representación.
4
En cuanto a su función pragmática: inspiración, res-
piración, ritmo-tempo, temple de ánimo, atmósfera,
signos no/verbales que intervienen en el proceso
(Johannes Pfeiffer, 1986).
-179-
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-181-
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Todorov T. (1981). Simbolismo e interpretación. Caracas:
Monte Ávila Editores.
Índice
Pórtico,
El signo hierático...........................................................9
III. Imprimátur
Epílogo,
La representación del dolor......................................157
Un anexo casi necesario: Representación
actoral e interpretación del texto.............................167
Un anexo casi necesario: representación
actoral e interpretación del texto. Notas..................179
Bibliografía.................................................................181
Imprimátur