LA MAGIA DEL CORONAVIRUS Primer Capitulo

También podría gustarte

Está en la página 1de 1

LA MAGIA DEL CORONAVIRUS.

Para Cesar Augusto Campins Sanoja.

Ya lo sé! Suena hasta increíble esta definición. Pero al fin y al cabo esta es la que se me ocurre para esta
reflexión. Cuando pienso en ella, me sobreviene también la idea de que esta imagen es una comparación
valida a las hermosas y en oportunidades diminutas flores que algunas especies de flora son capaces de
desarrollar en los ambientes más estériles de los grandes desiertos. Pues de alguna manera estas
manifestaciones llevan consigo un mensaje amplio de esperanza de los estadios que conforman eso que
llamamos vida.
Y estoy refiriéndome a los contrastes de situaciones diametralmente opuestas en su forma o su signo. En lo
simbólico.
Pero saben que es más asombroso, descubrir en la naturaleza humana, cosas como que a decir de Einstein la
estupidez es infinita, es igualmente reconfortante que sea aplicable a sentimientos y valores como el
respeto y la bondad como en este caso.
No imaginaba yo, que esta tarde cuarentenaria de saludos honestos y acercamientos desde la distancia, un
mensaje de whatsapp me pondría a escribir sobre la naturaleza de los hombres y allí solo me expreso en
sentido literal de género.
Me voy a tomar la libertad y con su permiso de compartirlo con todos ustedes, cito textualmente:

“Si amigo, me siento muy bien, aquí encerrado como la mayoría, lo que reconozco es que no sabía que mi
esposa trabaja tanto, coño, no descansa un rato,, ella es quien debería estar frente a la finca y la planta, que
arrecha es…mis mayores respetos a ella”.

Que altura de ser humano es este tipo! Saben por qué? Porque yo que lo conozco, se que en su comentario
hay una dosis de vergüenza. Esta persona no es de modo alguno un desalmado. No! El está por encima de la
media de los hombres decentes, serios y honestos de este país. De los que hay muchos. Sin embargo este
espacio de reencuentro con la realidad habitual de su hogar, le permitió con sosegada calma observar con
más detenimiento a la compañera de su vida, a quien guarda un profundo y amplio catalogo de sentimientos
nobles. Y esta oportunidad lo encaro a sentir que a pesar de todo, aun le debía un saldo en las cuentas de los
afectos más puros y hasta su reconocimiento. Tanto que sintió que si la ubicara en las funciones propias que
se designo para él, ella sería mucho más eficiente en su desempeño.

Cuanto valor de hombría de la buena expresaste en tu mensaje mi estimado amigo. Qué alegría saberte al
frente de tu familia, la cual atesoras de enorme manera. Qué valor inconmensurable de esperanza para las
expresiones de lo infinito del amor. Que orgullo que seas mi amigo.
En “La Gruta”, una tarde de cuarentena en mi oficina, día de San Inocencio Papa, domingo de resurrección
del Señor del año dos mil veinte.
José Gregorio Palencia Colmenares.
(O lo que queda de él)

También podría gustarte