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SI, PERO NO.

Hoy es el último día de Mayo según mi calendario. Un día que como venezolano asisto al
escenario de mi vida como un actor más dentro de esta obra. Una obra que según las
opiniones de los expertos (que son cada uno de ustedes), tendrá su propia
caracterización. Todas validas desde sus propios criterios, todos estos derivados de sus
experiencias de vida.
Estoy asistiendo, gracias a Dios por permitírmelo, a una nueva situación que nos convoca
a incorporarnos nuevamente a nuestros ritmos de vida, conque solíamos maniobrar
anteriormente. Solo que en esta oportunidad, lo haremos con algunas condiciones
excepcionalmente particulares. Esto como consecuencia de la intrusión en el ámbito
mundial de un evento catastrófico, que impacta aun hoy sobre toda la humanidad y que
solo se debería medir (este es mi criterio personal) antes que nada, por el numero de
víctimas mortales que como saldo nos lega y legara, hasta tanto no conozcamos una
respuesta definitiva para enfrentar y derrotar a semejante enemigo.
Luego está la economía. Sin consideraciones académicas, políticas, dogmaticas,
pragmáticas, ó panfletarias. Solo desde la perspectiva de la acción diaria, de la necesidad
humana de interactuar “ABSOLUTAMENTE TODOS”, desde todos los ámbitos para la
cobertura de nuestras necesidades como seres biológicos de cubrir aseguradamente
nuestras carencias físicas y emocionales.
En este preciso instante, se “Nos” hizo una apertura en la conciencia de la humanidad,
que nos permitió ver con claridad que por mucho, estábamos conceptualmente
equivocados. Que los taxativos, preclaros enunciados y conceptos, ya no los eran tanto.
Ni unos, ni los otros.
Esta “Nueva realidad”, se impone. Nos obliga. No es lógicamente electiva. Es
absolutamente mandataria a que ya “detenidos”, “paralizados” como estamos, Plateemos
cara a esta, y de manera individual primero y colectivamente después, revisemos de
manera consiente lo que es nuestra sociedad hoy. Preguntemos si estamos realmente
satisfechos y conformes con lo que estamos viviendo. La respuesta humana, seria y
responsable es “NO”.
Busquemos entonces en nuestros corazones y luego en nuestra conciencia, un punto
común de coincidencia para encarar el futuro próximo con un plan, cuya premisa más
importante sea un sentimiento de responsabilidad colectiva compartida.

JOSE GREGORIO PALENCIA COLMENARES.


(O lo que queda de él)
ESCRITOR/POETA

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