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El momento de la inyección
Los comienzos de los años setenta fueron el periodo en el
cual la acumulación de capital empezó a encontrar, a nivel
mundial, los primeros obstáculos debido principalmente a
la crisis Usa y del dólar y que se volvieron manifiestas con
la decisión unilateral de terminar los acuerdos de Bretton
Woods. La misma generación que en el decenio anterior
fue protagonista activas de importantísimas batallas, para-
doxalmente al igual que el capital en su fase recesiva, pa-
recía también ella, abandonar su impulso revolucionario,
inclinándose con más frecuencia a drogas y rock’n’roll en
vez de proponer la sublevación de clase. La banda Rolling
Stones, muy conocida por el público en aquel periodo por
la óptima combinación rock-blues y además por el hecho
que algunos de los miembros de la banda utilizan diferentes
tipos de drogas, en el año 1972 presentó la canción “Mi
hermana heroína, por favor, convierte esta pesadilla en un
sueño”. El éxito de esta canción, cuya letra fue escrita por
Marianne Faithful, se debió a ser capaz de interpretar un
estado físico común a toda una generación nacida bajo las
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bombas de la segunda guerra mundial y en el periodo suce-
sivo de la reconstrucción: la dependencia de las drogas con-
duce de forma rápida al inferno, y una inyección de heroína
u morfina puede brindar la sensación ficticia y de corto pla-
zo de salir de tan tremenda situación pero hacía a la vez
regresar a una triste normalidad, creando un ciclo sin salida.
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El hecho de mayor relieve es que el caso descrito no es
esporádico: desde el principio de este año, el volumen de las
emisiones de “títulos-basura” ha sobrepasado lo del bienio
2006-2007, o sea el periodo de mayor hinchazón de la bur-
buja especulativa, que explotaría unos meses después. Por
eso, no sorprenden, pero nos hacen reflexionar, las recientes
declaraciones de importantes agentes del capital como War-
ren Buffett: “las obligaciones son ahora mismo una terrible
inversión; cuando las cosas cambien, la gente perderá mu-
chísimo dinero”; o las declaraciones de Mohamed El-Erian
(director general de Pimco, uno de los fundos de inversión
más grandes del mundo): “esta ola se romperá, tarde o tem-
prano; individualizar las modalidades y las consecuencias,
de momento, dada la importancia cualitativa que el fenóm-
eno está generando, es una ardua tarea”.
Simplificación monetaria
La sobreproducción de capital no es otra cosa, que una
sobreacumulación de capital: imposibilitando la produc-
ción de plusvalía y, por eso, liberado de la producción de
mercancía, proyectado a la especulación con la intención
de obtener cuotas de ganancias de los hermanos enemigos en
una fase de crisis, es una necesidad, más que una elección.
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Es la propia naturaleza de la crisis, y la reducción tendencial
de la tasa de ganancia, que por un lado favorece fenómenos
de concentración, y por otro lado crea una o esa masa de
capital monetario que viene liberada de la producción de
mercancía y pero que, siendo capital, tiene el deber de au-
to-valorarse accediendo a la única fuente de ganancia (no de
plusvalía) que existe; o sea aquella de los mercados de bolsa:
“la creciente concentración, apenas haya alcanzado un cier-
to nivel, provoca una nueva diminución de la tasa de ganan-
cia. La masa de los pequeños capitales triturados viene así
arrastrada en la ruta de las aventuras: especulación, enredos
crediticios y accionarios, crisis. Cuando hablamos de una
excesiva abundancia de capital, nos referíamos siempre o
casi siempre, en substancia, a la sobreabundancia de capital
por el cual la caída de la tasa de ganancia no viene compen-
sada por su masa – y esto siempre pasa en el caso de nuevos
capitales de formación derivada – o bien por la plétora que
esos capitales, incapaces de funcionar en solitario, ponen
a disposición de los dirigentes de las grandes industrias en
forma de crédito. Esta plétora de capital viene determinada
por las mismas circunstancias que generan una sobre pobla-
ción relativa y constituye entonces su manifestación com-
plementaria, aunque los dos fenómenos estén en los polos
opuestos, capital inutilizado por un lado y población obrera
inutilizada por otro lado” [Marx, C,iii, 15].
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Llueve sobre mojado
Para desenredar toda esta maraña de números es impor-
tante remarcar como la crisis de sobre producción genera
una plétora de capital monetario, a raíz de la imposibilidad
del mismo para auto-valorizarse – Marx escribió eficazmen-
te “la sobreproducción especialmente tiene como condición
general la ley general de producción del capital, que lleva a
producir de forma proporcional a las fuerzas productivas
(es decir de la posibilidad de explotar, con una dada masa de
capital, una masa de trabajo lo más grande posible), sin cu-
idado por los límites de mercado o por las necesidades sol-
ventes, y de realizar eso por medio de un ensanchamiento
continuo de la reproducción y de la acumulación (Teorías
de la plusvalía, cap.14 (f.725)).
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Aparentemente, esta explicación parecería convincente:
el mito de la “devaluación competitiva” se aplica al mercado
mundial y, según los defensores de esta teoría, la competiti-
vidad jugaría principalmente en la tendencia a disminuir el
valor de la moneda para que la producción sea más barata
en el territorio en cuestión. La cuestión es, sin embargo,
mucho más compleja y no se puede reducir a una cuestión
de contabilidad establecida de manera tan simple: indepen-
dientemente de la especificidad del capital y su modo de
producción, se ha adoptado aquí un punto de vista burgués,
y por lo tanto muy cerca de la de los defensores de la sali-
da de la zona euro. El tema de la cuestión monetaria tiene
su relevancia. Como ya hemos escrito muchas veces en La
Contraddizione, la cuestión monetaria es la que más caracte-
riza la fase actual del imperialismo: pero, si se saca del con-
texto relativo a las leyes generales del desarrollo capitalista, y
por lo tanto de la producción de valor a nivel mundial - que
implica inevitablemente una conflictividad de clases y entre
las dos clases, - la cuestión se desvaloriza hasta ser únicam-
ente una historia contable, y por eso sin interés (para una
discusión sobre el tema de las áreas monetarias, consulta
la página web: www.contraddizione.it/temi). Sin embargo,
hay además que admitir que, a pesar de que representa sólo
un aspecto de la cuestión, la política monetaria a la baja
es también y sobre todo a causa de la crisis general, una
realidad a la que todos los grandes bancos centrales (UE,
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EE.UU., China, Japón) están apoyando, para intentar dar
un pequeño soplo de oxígeno al asfixiado capital local. To-
davía, como la prensa especializada claramente subraya [M.
Longo, Sole24Ore, 02.04.2016], cuando todos ofrecen la
misma política monetaria “no convencional”, una inunda-
ción de liquidez en relación con las tasas de interés reales e
convierten en negativas- en otras palabras significa que las
tasas de interés nominales son más bajas que la inflación, es
decir, pedir dinero prestado no sólo no cuesta nada, sino es
en sí mismo una inversión - entonces los efectos son nulos,
en términos de “devaluación competitiva”, ya que son mo-
vimientos que se neutralizan entre ellos.
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evidentes, no habiendo ninguna división en el nivel de la
propiedad del capital industrial con lo especulativo, la ne-
gación (capital ficticio) alimenta la crisis actual, comiendo
las migajas del productor de la mercancía (afirmación) que
la acumulación es cada vez más difícil, porque está comple-
tamente dominado por el otro.
La cuestión energética
Este extraordinario crecimiento del volumen de carga de
transacciones ficticias es, sin duda, uno de los elementos
en que se basan los colapsos que parecen no tener ningu-
na intención de detenerse en todo el mundo, tanto que no
ocupan más las noticias (mientras que se procesa el presente
artículo, el principal índice de la bolsa italiana llegó a desin-
flarse en un mes de 20%; el índice S&P ha perdido cerca de
$ 2 mil billones desde el comienzo del año).
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cio del petróleo aumentaba los costes de las empresas, y por
lo tanto se tuvo que despedir a los empleados para impulsar
la producción, mientras que hoy parece que a pesar de la
fuerte caída, de la producción no hay ninguna tendencia
contraria sobre dichas medidas.
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acumulación; en uno de fuerte y perdurante contracción es
parecida a una bendición. En lo que respecta, en cambio, la
distribución de la renta, ya en artículos pasados denuncia-
mos el hecho que la reducción de la desigualdad fuera con-
ducida principalmente por el crecimiento del PIB, mientras
a nivel estructural la distribución de la renta se iba modi-
ficando generando un perfil de mayor polarización que, en
caso de estancamiento o crisis, habría podido generar hasta
violentas agitaciónes sociales. Luego, también sobre Rusia,
especialmente en el período de mayor roce bélico en la cue-
stión de Ucrania, muchos empezaron a seguir con interés el
modelo de desarrollo local y a considerar a Putin como un
paladín de la democracia mundial, olvidando que no es la
geografía la que hace, a la esencia del socialismo sino la pro-
piedad de los medios de producción (que en la actualidad
ni siquiera se cuestiona).
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China ya no representa el ancla de salvación que en los últ-
imos años ha permitido al sistema seguir flotando. A finales
de 2015, la inserción por parte del FMI del yuan en la cana-
sta de monedas que concurren a formar los DEG (derechos
especiales de giro) permite a la moneda china convertirse en
una divisa internacional (al igual que el dólar estadouniden-
se, el euro, el yen y la libra esterlina) utilizable como reserva
de valor y también para el intercambio de bienes y servicios.
Esta jugada, sin embargo, ha sido obstaculizada por parte
de muchos operadores, ya que China no parece haber im-
plementado las suficientes las reformas en el sentido liberal,
como lo exigen las autoridades supranacionales, aunque
podría leerse como la tentativa de estabilizar la excesiva vo-
latilidad perseguida por las autoridades monetarias en los
últimos meses. Otra explicación podría encontrarse en la
preparación a la concesión internacional del estatus de Mes
(market economy status), lo que cambiaría sustancialmente
la configuración productiva mundial.
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por las autoridades europeas y no hay día que pasa que no
intenten bloquear el reconocimiento del Mes a China. Por
otra parta, los EE.UU. podrían jugar tácticamente sobre la
cuestión y, utilizando el Mes como arma de chantaje, obli-
gar la UE a acelerar la conclusión de los acuerdos TTIP que
solo aparentemente abriría reales posibilidades al capital li-
gado al dólar estadounidense2.
Consideraciones finales
Los factores descritos anteriormente, aunque no son
exhaustivos, proporcionan un número suficiente de ele-
mentos para tratar de identificar una clave de lectura sobre
los temas de actualidad y sus perspectivas. Después de ocho
años la economía mundial se encuentra nuevamente en
combate contra una crisis que está resurgiendo con toda su
violencia. A finales de 2008 explicamos, en abierta polém-
ica con toda la prensa y los académicos – subidos al carro de
los expertos de crisis tras una carrera hecha de modelos que
contemplan el crecimiento indefinido y sin parar – que no
tenía sentido hablar de crisis financiera o especulativa y que,
por el contrario, lo que ocurrió tras la bancarrota pilotada
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asumir un rol en patente contraste con las expectativas y las
declaraciones de intención: esta inmensa masa de productos
financieros inflados en una o más burbujas en el tiempo
podrían actuar de la misma manera como un disparador) y
amplificar la crisis de acumulación, desvelando como ocur-
rió ya en 2008, después de la explosión de la crisis subprime,
la prevaleciente naturaleza ficticia del capital mundial y la
obscuridad, cada día más negra, del túnel donde el modo de
producción se ha canalizado desde hace años.
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Referencias bibliograficas
Commerzbank, 2015, Survey on Quantitative easing, WP;
http://www.economonitor.com/blog/2015/11/qe-in-the-
eurozone-has-failed/
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