El décimo verso

A pesar de lo distintas que son tú y tu hermana, siempre han sido las mejores amigas. Ella es toda espiritual, profe de Yoga y amante de las cosas
mágicas, tú, en cambio, profe de matemática, ultra racional y “cuadrada” para todo. Pero desde hace unos meses, cuando entró a un grupo de
reflexión que tú en broma llamabas “la secta”, ha estado muy distante. Es más, hace semanas que se fue a un retiro y que no se ha contactado contigo.
Eso, hasta hoy por la mañana. Recibiste un mail de ella con un poema y una extraña instrucción:

Estás atónita pero segura de que este correo es un llamado de auxilio. Sabes que en el texto están las pistas de su paradero, pero que alguien vigila
este intercambio escrito y que entonces, no puedes preguntarle dónde está explícitamente, pero que ella confía en que lo descubrirás. Empieza ahora
mismo a encontrar las claves que te entregó y una vez que las descubras, redacta el décimo verso que sólo tu hermana debe entender, en el que le
dirás que vas a su rescate.