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Tema No.

17 LA ORATORIA II

17.1. Fines de la oratoria.


17.2. Factores negativos
17.3. Factores positivos
17.4. Estilo Forense
17.1. Fines de la oratoria.
Los fines más relevantes de la oratoria son:
a) Enseñar. Un mensaje cargado de conocimiento que los oyentes o público, puedan
captar. Ejemplo, mencionar algún conocimiento nuevo, novedoso o inédito.
b) Orientar. Debe contener datos útiles para reflexionar, para una inflexión. Ejemplo,
mostrar la consecuencia jurídica de una infracción (accidente de tránsito), o posibles
consecuencias en un caso de conflicto familiar.
c) Convencer. Las verdades y las experiencias vividas puedan hacer cambiar de opinión,
apelando a la razón, a la inteligencia o, a la emotividad. Que quien escuche, luego diga:
“sí tiene razón” o, “lo que dijo aquel orador o este abogado es correcto”.
d) Persuadir. Debe conmover la sensibilidad humana y la voluntad del público. Persuadir
es llevar a alguien de la teoría a la práctica, de los conocimientos a la acción. El oyente
querrá hacer lo que ha escuchado. Persuadir es hacer que las personas tomen decisiones
y actúen a voluntad.
e) Deleitar. Debe agradar al público, con una presentación amena, un mensaje con alegría
y entusiasmo.

17.2. Factores negativos.


Es verdad que todos pueden hablar y cada quien puede hacerlo, pero es evidente que hablar
en público tiene dificultades, tiemblan las rodillas, huyen las ideas, el nerviosismo se apodera.
Factores negativos. Son factores que influyen negativamente, impidiendo la presentación de
un discurso. Estos factores negativos son obstáculos, que deben ser superados. Estos son:
a) Miedo escénico. Es la sensación natural de enfrentar lo desconocido que ocurre cuando
nos presentamos en público. Sensación humana normal, que debe ser ignorado por el
orador. El tener miedo no es un defecto, sino un estado emocional y una tensión
nerviosa natural y normal. Si hay una buena preparación y dominio del tema, el miedo
escénico desaparecerá automáticamente.
Es un factor externo, ajeno a la persona o al orador, a veces condicionante, determinante, pero
que puede y debe dominarse.
b) Timidez. Es el miedo no superado que, con el tiempo se convierte en una depresión
psicológica y puede conducir a un complejo de inferioridad.
Es un factor interno, nace en la persona o en el orador, y se manifiesta en forma de timidez,
nerviosismo. Es un factor interno que puede dominarse. Ejemplo. Cuando un abogado se
encuentra por vez primera en estrados judiciales; o se ve sorprendido con un alegato del
contrario, afloran las sensaciones de miedo o de timidez. Similar situación afronta en una
reunión numerosa de personas –uno se dice, asimismo- “se van a reír de mí”; ¿Qué voy a
decir? “no se me ocurre nada”. La práctica y el dominio del caso permiten superar la timidez
agregada a la buena preparación.
c) Falta de conocimiento del tema. Las técnicas sobre oratoria no suplen la falta de
conocimientos del derecho. “Un abogado preparado vale por dos oradores”.
La preparación debe consistir en la versación del caso que le toca defender. El abogado no
debe aventurarse en defender algo que no conoce, o no ha tenido tiempo de realizar una
revisión al expediente a los antecedentes. Ossorio aconsejó nunca aceptar un caso sino hasta
conocerlo plenamente.

17.3. Factores Positivos.


Estudiosos de la oratoria recomiendan diferentes técnicas, que varían de acuerdo a las
circunstancias y las experiencias. Se debe adoptar técnicas de acuerdo al medio y sus
necesidades. Los factores positivos son elementos que deben ser cultivados, Estas son:
17.3.1. Factores Internos o psicológicos.
Autoestima y confianza. Es la mentalidad positiva con la que debe contar todo orador. La
mentalidad positiva es autovaloración y autoestima, ayuda a superar el miedo escénico y la
timidez. Todo miedo se supera. El estado mental positivo es determinante. Se pueden practicar
discursos pequeños imaginando tener al frente un gran público.
Practicar ejercicios de autosugestión personal. Hablar y pensar con mentalidad positiva: “Yo
puedo”, “nada es imposible”, “soy el mejor”, “esta es mi oportunidad”. En otros términos, lo
que nos repetimos, lo que decimos de nosotros mismos llega a formar parte de nuestro
subconsciente y actuaremos de acuerdo a ella, a lo mentalizado. Somos influidos por lo que
decimos y pensamos. Shatki Gawain, autora de la corriente psicológica “La visualización
creativa” señala que los pensamientos y sentimientos generan energía magnética propia
Visualización. Estudios han demostrado que los triunfadores, han logrado el éxito visualizando
sus objetivos, han imaginado, se han mentalizado, y han actuado como si ya hubieran logrado.
* El orador debe tener un vivo deseo de exponer su tema. Querer, desear. VISUALIZAR.
Conocimiento.
* El orador debe conocer el tema a exponer, pues se ha preparado convenientemente en la
recopilación de datos.
* Se debe tener base suficiente en los conocimientos generales, es recomendable estar en
constante lectura con variedad de temas.
* Tener conocimiento socio-culturales.
* Evitar las palabras técnicas, más aún si no se conoce su contenido o el que da el discurso no
es de la rama, materia oficio o profesión.
17.3.2. Preparación. Es necesario tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
a) Vocabulario. El orador debe contar con un léxico acorde a su formación. El amplio y
rico vocabulario es un camino eficaz en la comunicación oral.
b) Arte de la lectura. La lectura, es sigue siendo la mejor forma de adquirir cultura,
conocimientos y emociones sensibles de gente que quiere superarse.
La lectura adecuada eleva el espíritu, desarrolla la imaginación y puede forjar el carácter. La
lectura ayuda a mejorar el vocabulario, a cultivar virtudes.
c) Lógica y dialéctica. Toda exposición debe seguir una lógica, es decir debe estar
estructura el discurso de manera lógica, pero también dialéctica, que aporta al
razonamiento.
d) Hábito de escribir. El que aspira a hablar bien, debe también escribir bien.
Es posible en un discurso leer alguna frase o pensamiento, incluso algún párrafo. La lectura es
excepcional. En todo uso de la palabra, el orador debe trasmitir sus ideas oralmente, no leyendo,
se pueden sin embargo usar tarjetas (notas) para no perder la idea central.
Escribir permite adueñarse del pensamiento, que ha sido analizado para luego sintetizarlo.
Manejar el hábito de escribir proporciona facilidad para construir con acierto frases y colocar
cada palabra en el lugar que corresponde. La mejor expresión oral tiene su nacimiento en la
expresión escrita, es decir anotar o apuntar con anticipación lo que se va a decir.
e) Cualidades morales. El orador debe cultivar cualidades morales, principios ético-
morales. Propósitos nobles y altruistas. Es fácil utilizar la oratoria para embaucar, para
engañar, para seducir multitudes.
El Abogado como orador forense debe cultivar cualidades o virtudes morales, como la
honestidad, la sinceridad, y buscar siempre lo justo. El abogado es visto lamentablemente como
alguien hecho para el dinero. Ello ocurre cuando no tiene principios o valores.
17.4. Estilo Forense.
En general es aquel aire o forma con el que el orador o escritor declara sus pensamientos. Unos
son fluidos, otros duros; uno conciso y otro difuso; aquel es claro y este confuso.
El estilo se manifestará siempre de acuerdo con el modo de pensar del autor.
Cada orador desarrolla y desenvuelve características personales y expone sus ideas con matices
diferentes e individuales de acuerdo con su personalidad.
El estilo depende del asunto que se trate, pero al final debe buscar persuadir para obtener una
decisión favorable.
El estilo forense es la forma particular, peculiar, y la manera como expone cada orador sus ideas
o desarrolla oralmente sus conocimientos. Es propio de cada persona. Cada abogado y cada
estudiante tiene su propio estilo, tiene su estilo forense.

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