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Damián C.

López

textos de
basado en hechos reales
(inédito)
preocupaciones

¿a qué le tendrá miedo Dios?

hace varias noches sueño que me persiguen


nunca descubro quién porque me despierto antes
sé que la imagen es remanida
pero qué sabrá el miedo de estética

seguramente es porque como mucho y apurado


y me voy a dormir apenas termino
pero qué sabrán los fisiólogos del miedo

¿con qué soñará Dios?

siempre que me pasa me levanto asustado


aunque de este lado de la noche todo parece igual

¿se cansará Dios de ser Dios?


¿se le volverá tristeza tanta responsabilidad?
¿se despertará Dios sin saber quién lo persigue?

mis huesos no creen que sea hora


de andar cargándome por el pasillo
pero me permiten alinear boca garganta estómago
empujar con agua una pesadilla inconclusa
ahogar por unas horas este pánico desconocido
consideraciones generales para la elección de un psicólogo

antes que nada


confíe
no se trata de algo personal
simplemente
otros han hecho de la incógnita
un campo disciplinar

a pesar de que hay dinero involucrado


intente establecer un vínculo inmediato
sea asertivo y honesto
plantee cuestiones cruciales
por ejemplo
el mate es amargo
con agua bien caliente y yerba sin yuyo
mamá nunca me mandó a lavarme los dientes
la poesía es lo más cerca
que me animo a estar del stand up
la obesidad es lo más cerca
que me animo a estar del suicidio

superado el escollo de la intimidad


considere la comodidad de los sillones
y la cobertura de su obra social

finalmente
permítase buscar de nuevo
no me siento del todo a gusto
creo que voy a probar con otro
usted me entiende ¿no, doctor?
rutina

todo lo que me importan cabe en una casa

un puñado de respiraciones
la paciencia del fruto
un rumor de artefactos sutil y permanente
como nuestras decisiones
la certeza apostólica de los libros
y la menguante probabilidad
de un abrazo de amigos convidados a la mesa

denle a otros los paisajes los romances la sed


a mí déjenme con mis pasos contados
y ciertos ángulos de la luz
desflecándose entre las sillas

todo lo importante tiene su lugar


en este insilio amplio y bien provisto
la memoria el fastidio
mi planificado estoicismo
y otros gestos prescindibles
emigrado

cada vez que intento escribir sobre mi infancia


me da sueño o me distraigo
y todas las imágenes quedan truncas
por esa torpe somatización

entonces sé
que mi pasado es una ciudad que me asusta
una casa hipotecada pagada y vendida
otra casa llena de tajos
que nunca fueron graciosos
ni siquiera ahora
cuando alguien más me los recuerda

pero no puedo ver más allá


hambreada por la distancia e injusta
como cualquier otra
mi memoria víctima sólo produce conclusiones
¿y qué valor tiene algo así?

el apego hecho harapos


la incompetencia hecha vínculo
una vida que se devora a sí misma
mientras mi gata maúlla disconforme
porque no sé
mover los dedos y dormir al mismo tiempo
visita a la odontóloga

y ahí estaba
ofreciéndole a una desconocida
la vergüenza plena de mi boca desnuda
esperando de ella una piedad equivocada
aferrado a mí mismo
en la inminencia del dolor

cuando la infección dio su permiso


al adormecimiento
sobrevino el protocolo de huesos quemados
tironear de la vida muerta y resquebrajada
para avasallar a golpes
su única costumbre de permanecer plantada

sin nadie a quien culpar


huérfano de partes de mí que ni siquiera conocía
salí a la calle
considerando seriamente
darle un giro de compromiso a mi salud dental
invertir sabiamente la espera del colectivo
mediodía

del otro lado de las rejas


todavía cerradas
los perros que los vecinos dejaron nacer
esperan nuestras sobras

anoche fue necesario llamar a la policía


para que el único gallo del barrio
no quedara afónico contra la música

así que hoy hemos prescindido


de cáscaras y huesos
orquestamos en inconsciente armonía
una venganza tácita y tangencial
ninguno de nosotros se percató
pero cuando llegó el momento
de levantar los platos irregularmente vacíos
todos estábamos satisfechos
adopción

en el transcurso de los primeros días


los cuatro gatitos que rescatamos del baldío
se fueron muriendo
lo que primero fue tierna voracidad
y una cercanía frenética que atribuimos a la gratitud
se convirtió de repente en pasos desarticulados
estertores diminutos y una espera raquítica
todo del tamaño de cualquiera de nuestras manos

acompañamos la vida vulnerada


aceptamos la inutilidad de ciertos gestos
verificamos una y otra vez
y esperamos que en algún rincón de nuestros hijos
se siembre este aprendizaje

iniciada la secuencia del descarte


costó despegar el cuero del trapo que arropó la agonía
como si vivir implicara no adherirse
o la muerte trajera consigo una dignidad
que obliga a ser mortaja lo último que nos rodea

después
esos detalles
abrazarnos en la tristeza
fingir que deseábamos otra cosa
que son crueles las personas y el destino
suspirar de alivio
cuando nadie nos esté mirando

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