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Andreína Adelstein Notas de clase 11 Lingüística A – Curso virtual 2021

LINGÜÍSTICA
CÁTEDRA “A”

CURSO VIRTUAL 2021

NOTAS DE CLASE 11 (PRIMERA PARTE):


DESCOMPOSICIÓN DEL SIGNIFICADO LÉXICO

Vamos a ver en esta parte del teórico otro de los temas centrales de la semántica
léxica –que tiene que ver con aquello que explicamos respecto del significado descriptivo
y también con la composicionalidad del significado de expresiones complejas: el tema de
los componentes del significado léxico.

La descomposición del significado léxico tiene que ver con el modo de responder a
la pregunta de cómo se organiza el significado de las expresiones básicas. Es decir, cómo
está constituido, qué es el significado léxico. Cuando nos preguntábamos por cómo
podemos explicar el significado de una expresión compleja, habíamos visto que la
respuesta era que el significado es composicional, es decir se compone a partir del
significado de las expresiones más pequeñas –es decir el significado de las expresiones
básicas- y del significado gramatical. La pregunta ahora es: cuando tenemos una expresión
básica, como una palabra simple o un morfema, ¿la información semántica funciona igual?

Casi todos los autores, ante esta pregunta coinciden –más allá de que provengan de
corrientes diferentes de la semántica- en que el significado léxico se puede descomponer
en unidades más pequeñas. Es decir, que se puede reconocer en los significados unidades
más pequeñas de significación. Y esto es algo intuitivo. Cuando preguntamos por cuál es
el significado descriptivo de perro, la respuesta puede ser: ‘animal, mamífero, cuadrúpedo,
doméstico, que ladra’, etc. Cada uno de esos elementos que señalo evidentemente
conforma el significado descriptivo de este ítem léxico. También sabemos que cada uno de
estos elementos puede aparecer en el significado de otras palabras, por ejemplo: ‘animal’ o
‘mamífero’ los podemos encontrar en el significado de gato o de vaca. Entonces, es
posible que la información semántica léxica esté compuesta por unidades más pequeñas. A
esto se lo llama descomposición del significado léxico.

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Esta idea de descomponer en unidades más pequeñas es una manera de concebir un


significado léxico que es transversal a diversos modelos teóricos. Hay distintas teorías
semánticas, distintos modelos de representación del significado, maneras diferentes de
representar la información semántica de la competencia del hablante –algunas más
formales y otras no tanto-, pero todas coinciden en un supuesto básico, que se relaciona
con la noción intuitiva que señalamos, que es asumir que los significados de las palabras
están compuestos por unidades más pequeñas. Es decir, hay componentes de significado
mucho más generales que se combinan, que están en el interior de un significado. El
análisis en componentes del significado léxico se suele denominar descomposición del
significado léxico. Entonces, ante la pregunta de cómo describir el significado léxico, la
mayoría, o gran parte de las teorías semánticas, afirman que se puede describir a partir de
descomponerlo en unidades más pequeñas.
Veamos a ver un ejemplo: ¿Cómo podrían descomponerse el significado
descriptivo de madre?
(1) (madre)xy.
(2) [MUJER] Xs . [PROGENITOR] Xs. Xg
(3) [animado +humano, + femenino, +adulto, +progenitor]

En (1) y (2) se trata de una descomposición en argumentos y predicados. En (3)


hablamos de rasgos y no aparecen los individuos que se relacionan con el concepto de
‘madre’, que es algo que es fundamental para estos nombres como madre, tío, abuelo, que
son nombres relacionales, esto es nombres que siempre designan en relación a otro
individuo: siempre se es madre de alguien. Hay muchos nombres, como los nombres
relacionales, que tienen más de un argumento. Otro caso especial sería el de trozo que
siempre es una parte de algo. Aunque no esté de manera explícita, se entiende que ese
nombre vincula una entidad con otra. Entonces, vean cómo tenemos distintas maneras de
descomponer el significado descriptivo de un nombre tan común como es el nombre
madre.
El caso el de (2) es propuesto por Bierwish; (1) es la propuesta de Bosque y
Gutiérrez-Rexach; que sostienen que el significado de un ítem léxico, la información
semántica sobre ese ítem, puede explicarse como un predicado que recibe dos argumentos.
Entonces, hay maneras diferentes en que uno puede explicar en qué consiste el contenido
de un significado descriptivo; distintos grados de especificidad y distinto tipo de

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elementos que intervienen en esta descomposición. En algunos casos tenemos


componentes semánticos solamente, y en otros casos tenemos componentes semánticos y
argumentos semánticos (no sintácticos).
¿Qué tiene en común estas propuestas? La idea de que un significado léxico
descriptivo está compuesto por unidades más pequeñas a las que se denomina
componentes semánticos que son elementales e invariantes. Algunos van a decir que son
atómicos. Se dice “elemental” porque aparentemente un componente como [animado] no
se puede descomponer en otras unidades, e invariante porque va a aparecer en muchos
significados, sin modificarse. A esa noción de componente semántico se lo ha denominado
de maneras muy distintas en las diferentes teorías:
 Semas (semántica estructural)
 Rasgos semánticos (es una denominación un poco más general pero que han usado,
fundamentalmente los estructuralistas).
 Figuras de contenido (Hjelmslev)
 Componente semántico (más general)

 Rasgos pertinentes de significado (semántica generativa)

 Marcadores y diferenciadores (semántica generativa)

Quiero hacer una aclaración terminológica: se llama descomposición al análisis, al poder


analizar cómo está organizada la información de un ítem léxico. Pero también se lo ha
llamado, sobre todo en la semántica estructural, análisis componencial porque la
denominación común que muchos autores reconocen para estas porciones más pequeñas
de información semántica es la de componente semántico

Tienen aquí un ejemplo:

 hombre= +animado, +humano, +masculino, +adulto.

 mujer = +animado, +humano, -masculino, +adulto.

 niño = +animado, +humano, +masculino, -adulto.

 niña = +animado, +humano, -masculino, -adulto.

Estos ejemplos nos muestran que podemos descomponer cuatro sustantivos en


componentes, muchos de los cuales son compartidos. Pero, a la vez, podemos establecer
relaciones entre estas palabras, justamente porque comparten muchos componentes y se

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distinguen por otros, y podemos establecer correlaciones. Hombre y mujer se oponen por
el rasgo [+/- masculino], mujer y niña por el rasgo [+/- adulto]. Entonces, los componentes
del significado son unidades más pequeñas que son atómicas porque no se pueden
descomponer más.

Esta sería la manera estructural de descomponer el significado léxico a partir de los rasgos
binarios de la semántica estructural. Si ustedes leen la Gramática Descriptiva del Español
van a ver que usan estos rasgos, son bastante generales. Sin embargo, vamos a ver que hay
otras formas de descomponer el significado sin tener que recurrir a rasgos binarios. Por
ejemplo, uno puede decir recurrir a predicados y argumentos, como vimos.

Hay otros modelos, como el del léxico generativo que es un modelo actual de
Pustejovsky, en el que se considera que la información semántica tiene varios niveles de
descripción y en cada nivel de descripción hay distinto tipo de componentes, hay
componentes argumentales y hay componentes que él llama estructura de qualia donde se
da información de distinto tipo: la finalidad, la forma, cómo fue creado algo, etc.

Vean que estoy planteando un abanico bastante amplio de modelos y, sin embargo,
para poder explicar cómo es este significado descriptivo todos recurren a la noción de
descomposición. Ahora, cuál es la naturaleza de estos componentes, qué realidad
psicológica tienen, cómo se los describe cómo operan, varía muchísimo. Pero la idea de
componentes más pequeños de carácter atómico y universal es algo compartido. Es decir,
es ampliamente aceptada la idea de componentes de significado pero hay una gran
diversidad en las respuestas acerca de cuál es la naturaleza de estos rasgos, cómo se los
puede descubrir, clasificar, proponer, verificar, etc.

Cruse (2000), por ejemplo, se pregunta si existen argumentos lingüísticos que


justifiquen la plausibilidad de este tipo de análisis. Y afirma que hay varias consecuencias
de la descomposición del significado léxico, o bien hay distintas evidencias que justifican
estas hipótesis acerca de la descomposición semántica. Una, dice Cruse, es la similaridad
parcial. Es lo que estábamos viendo en los casos de hombre, mujer, etc. Hay muchas
palabras de nuestro léxico que comparten información semántica, son parcialmente
similares. Por otro lado, dice Cruse, los componentes de significado permiten observar
correlaciones en el léxico. Es decir, que hay rasgos, componentes, que se observan en
distintas series. Pero piensen por ejemplo en oposiciones como:

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pelirrojo/ rojo

castaño/marrón

rubio/amarillo

Ahí tenemos dos series de nombres, y sin embargo hay información semántica compartida
en las dos series. Hay correlaciones: rasgos de color. Esto también es evidencia de que es
plausible que existan estas unidades pequeñas de información semántica.

Otra evidencia de esta hipótesis es que hay información discreta dentro del
significado léxico porque uno puede, por ejemplo, negar parcialmente le significado de
algo. Por ejemplo:

(4) Esto no es una yegua, es un caballo.

No estoy negando la totalidad del significado. Niego sólo el rasgo [+femenino] pero no
niego que sea un animal, mamífero, equino, etc. Entonces, si uno puede negar
parcialmente el significado es que lo podemos descomponer, porque está constituido por
piezas más pequeñas.

Estos son todas evidencias que Cruse señala para decir que esta hipótesis de que
existen componentes semánticos atómicos e invariables en la información de los
significados léxicos es bastante plausible.

Otra evidencia más es el hecho de que podemos observar componentes semánticos


en formas simples y en formas complejas. Por ejemplo, piensen en sustantivos como:
principado, califato, virreinato. Son sustantivos que designan tanto un territorio como una
forma de gobierno. Ustedes pueden decir que esa información viene por el sufijo, sí. Pero
también tenemos: colonia, república. Es decir, hay expresiones simples que también
tienen estos componentes del significado. Es decir que estos componentes (la idea de
‘territorio’ o ‘forma de gobierno’) son informaciones que pueden aparecer en distintas
expresiones básicas, morfemas o lexemas simples. Es decir que ese rasgo no está ligado al
sufijo, sino que puede aparecer también en palabras simples. O pensemos en la noción de
la negación, que puede aparecer en determinados prefijos como in- o des- pero también en
palabras simples como falso o incierto. Quiere decir que hay una serie de argumentos
lingüísticos que contribuyen a confirmar esta hipótesis de que el significado léxico puede
descomponerse en unidades más pequeñas. Otro ejemplo es la oposición entre lampiño o

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imberbe, ambos nombres significan que no tiene pelo, pero uno esta información está
codificada léxicamente y en el otr la información está codificada en el prefijo.

En algunas teorías la noción de componente permite describir la organización


mental del léxico. De hecho, cuando surge con el estructuralismo este tipo de análisis va
en paralelo al estudio de los campos léxicos. ¿Cómo se organiza un campo léxico, un
campo de ítems léxicos que comparten significado? El campo léxico de animales, o el
típico que vieron en Cruse que es de Pottier y de la semántica estructural que es el de los
asientos, esos campos, justamente, se organizan en función de los componentes de
significado de cada significado. Obviamente que después hay muchísima discusión sobre
cuán ad hoc son estos rasgos. Pero hay teorías, como la teoría de Wierzbicka que trabaja
directamente con primitivos y trabaja con una cantidad muy reducida de rasgos semánticos
que son ineludibles, y que no son ad hoc como decir: con un brazo, con dos patas, con
cuatro patas, como vamos a ver ahora. Pero el rasgo animado, entidad, proceso, son
informaciones semánticas que aparecen en todas las lenguas. Son atómicos, básicos y
generales.

Por ejemplo, hoy el concepto de madre puede ser una abuela que crió al chico. Pero por
ahora estamos pensando en el significado más básico del que es universal, y general, y
vemos cómo cada teoría da cuenta de esta universalidad y generalidad. La hipótesis es que
hay información más pequeña que para ser explicativamente poderosa tiene que ser
universal y atómica.

Así, el significado de un lexema está compuesto por varios rasgos, es decir, el rasgo es
menor que el lexema. El rasgo solo no permite ubicar un referente, sino que contribuye a
identificarlo. Por ejemplo, si se considera el rasgo [+animado], este no permite ubicar un
referente. El lexema es un conjunto o un haz de rasgos.

Vamos a ver cómo se trató en el estructuralismo la descomposición del


significado léxico. Se hablaba de rasgos binarios, de análisis componencial. Hay varias
propuestas, como las de Hjelmslev, Pottier, Greimas –la versión estructuralista francesa-,
en la alemana Geckeler, Coseriu. Todos han trabajado con este tipo de modelos. Lo que
distingue a la corriente estructuralista es el método de análisis que era tomado
directamente de la fonología. La noción de significado que maneja esta corriente es que
está constituido por unidades más pequeñas y que estas unidades se pueden describir en
forma binaria. Es la misma noción que usamos en fonología: [+/- sordo], [+/- bilabial], etc.

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Entre la década del ’20 y el ’30 el estructuralismo formuló una teoría acerca de los
fonemas que planteaba que podían ser descriptos a partir de rasgos que tuvieran que ver
con distintos elementos de la fonación: por ejemplo, para los fonos consonánticos, el
punto de articulación, el modo de articulación y la actividad de las cuerdas vocales.
Entonces, por ejemplo, fonemas como /p/ y /b/ podían describirse como: [+bilabiales]
porque el punto de articulación son los labios, [+orales] porque el aire sale por la boca.
Pero mientras que /p/ es [-sonora] /b/ es [+sonora]. Es decir que las cuerdas vocales
vibraban en el segundo caso, y en el otro no. Los rasgos son binarios, tiene dos valores
posibles, pero el fonema va a tener uno de esos valores, positivo o negativo. Es el caso del
rasgo [+/- sonoro]. Si tenemos además un rasgo [+/- sordo] es redundante, decir que algo
es [+sordo] o [-sonoro] es lo mismo. Es lo mismo que pasaba con el rasgo [+femenino] o
[-masculino].

Estos rasgos binarios permiten en fonología establecer relaciones, correferencias, agrupar


según rasgos. Esta misma idea se aplicó directamente al análisis semántico. Este trasladar
una metodología de la fonología a la semántica se basa en dos principios que sustentan la
descripción fonológica: el Principio de Constituyente y el Principio de Contrastividad.

El Principio de Constituyente dice que las unidades lingüísticas mayores se


componen de otras unidades menores. También en sintaxis estructural aparece esto: los
constituyentes inmediatos. Este es un principio fundamental en el estructuralismo.

El Principio de Contrastividad sostiene que las unidades mínimas se delimitan


recíprocamente y se definen en contraste unas con las otras. Esto es, obviamente, muy
saussureano. El estructuralismo toma las nociones saussureanas.

En cuanto a la metodología, para poder reconocer cuáles son estos rasgos lo que
hacen es conmutar, cambiar un rasgo por otro. Por ejemplo, si tenemos: /bata/ y tomo /b/ y
cambio el rasgo de oralidad por nasalidad obtengo: /mata/. La conmutación de un rasgo
permite observar estos distintos valores que tienen.

Todos estos principios y esta metodología propia de la fonología estructural fueron


tomados por la semántica léxica para describir estos componentes del significado. Estos
también fueron descriptos como rasgos binarios. Esto fue muy discutido porque hay
rasgos que parecen ser más bien graduales. Como [adulto], por ejemplo. Hay elementos

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que no pueden describirse únicamente por sí o no. Los rasgos binarios permiten observar
oposiciones binarias en el léxico, justamente por tener o no el valor de un rasgo.

Veamos un ejemplo de Pottier. Este autor planteaba una tipología de rasgos


binarios y consideraba que había grupos de rasgos que permitían identificar la clase a la
que corresponde el significado descriptivo. Otros que tienen que ver con rasgos que hacen
a lo específico del individuo y otros que tienen que ver con rasgos virtuales, posibles.
Vean el ejemplo:

perro

[+ animado

[- humano CLASEMA

[+mamífero ?

[+cánido

[+doméstico SEMANTEMA

[+fiel

[+guardián VIRTUEMA

Pottier habla de semema para referirse a todo el significado de un ítem léxico, que
puede describirse en semas binarios, y encontró tres tipos:

El clasema es el conjunto de rasgos o el conjunto de semas que permiten ubicar la


pertenencia a una clase conceptual. En el caso de perro, por ejemplo sería: [+ animado], [-
humano], [+mamífero].

El semantema va a ser el conjunto de semas que permiten distinguir algo dentro de


una clase: dentro de la clase de los animales mamíferos, los rasgos [+cánido],
[+doméstico] permite ubicar al perro. Es el conjunto de rasgos específicos que permiten
especificar el dominio.

El virtuema es el conjunto de rasgos que hacen a propiedades virtuales del posible


referente –retomo la idea de Löbner de que el significado descriptivo permite identificar
posibles referentes-. Los rasgos [+fiel], [+guardián] son virtuales porque no son propios

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del referente en sí sino que tienen que ver con cuestiones más variables. Corresponden a
significados no descriptivos, variables culturalmente.

Un ejemplo típico de análisis componencial es el que aparece en el texto de Cruse,


que retoma de Baldinger, pero que también esté Pottier, es el que permite señalar que tanto
la escuela francesa como la alemana tienen esta propuesta de campos léxicos descritos a
partir de rasgos binarios. Es decir, es útil para ilustrar cómo la semántica estructural
empleó rasgos binarios para dar cuenta del significado léxico:

Con respaldo Elevado Para 1 persona Para sentarse Con brazos De material sólido

silla + + + + - +

sillón + + + + + +

taburete - + + + - +

sofá + + - + + +

puf - + + + - -

Acá tienen una serie de lexemas: silla, sillón, taburete, sofá, puf, y se los distingue por
rasgos opositivos. Si agregamos algún elemento, vamos a tener que agregar un rasgo para
poder distinguirlo. Acá vemos que hay un rasgo que comparten todos: [+/- para sentarse].
También [+/- elevado], pero en realidad un puf podría ser o no elevado. Lo que me interesa
es que vean que el rasgo que comparten los identifica como miembros del mismo campo y
se oponen por, al menos, uno. El hecho de que un rasgo no sea compartido, hace que el
significado sea diferente.

Lo que me interesa que vean son las dificultades que tiene esta teoría. Se le ha
criticado el carácter ad hoc de los rasgos. Fíjense qué lejos está esto de los primitivos
semánticos. El rasgo [+/- para una persona], por ejemplo, se aplica sólo a esto y no se
puede aplicar casi a ningún otro campo léxico, o a muy pocos y siempre relacionados, las
camas, por ejemplo. También se le criticó el hecho de que no está muy claro si estos
rasgos describen el significado o el referente. Sin embargo, era una metodología útil para

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establecer relaciones léxicas y para hacer hipótesis respecto de la organización del


componente léxico. Otra de las limitaciones que se ha observado fue que, en general, se
tomaban campos léxicos muy reducidos. En general eran nombres concretos. Cruse señala
que gran cantidad de relaciones semánticas que difícilmente se puedan explicar a partir de
este tipo de análisis. Sí puede capturar las relaciones jerárquicas como la hiperonimia o la
hiponimia, pero es difícil que permita explicar las relaciones inversas como hijo y padre o
explicar series cíclicas como los días de la semana.

Löbner (2002) plantea, justamente, que una teoría de descomposición tiene que
cumplir ciertos requisitos para que sea una teoría explicativa. Por un lado, dice, los rasgos
tienen que ser primitivos. Estos ejemplos que teníamos acá no eran primitivos. Uno podría
decir que los rasgos: [+/- animado], [+/- concreto], [+/- femenino] pueden llegar a ser
primitivos, pero [+/-que tenga brazos], para hablar de un elemento mobiliario ¿a cuántos
elementos puede aplicarse? Son elementos que tienen un grado de descomposición que no
sirven a la hora de pensar en una teoría explicativa que dé cuenta de los significados de
una lengua. Entonces, este autor propone que deben ser primitivos los componentes del
significado que se propongan, es decir, que no se puedan volver a descomponer.
Por otro lado, los rasgos tienen que ser generales, aplicables a distintos campos y
no solamente a un único campo.
Tienen que estar, además, lingüísticamente motivados. Es decir, que los rasgos
semánticos tengan consecuencias en el comportamiento de los ítems léxicos. Piensen, por
ejemplo, que uno podría plantear rasgos semánticos en los verbos en relación con las
restricciones de selección. Por ejemplo, beber, ¿qué tipo de nombre puede ser objeto de
beber? Aquellos nombres que tengan la información: ‘líquido’. Quiere decir que si
nosotros tuviéramos: bebe la pizza da lugar a una agramaticalidad. Por lo tanto, hay un
rasgo ahí que tiene consecuencias lingüísticas y, entonces, es pertinente. Ese rasgo es la
información de que algo es líquido. A esto nos referimos cuando decimos que un rasgo
tiene que estar lingüísticamente motivado, es decir, relacionado con el comportamiento de
las unidades en su combinatoria léxica. Otro ejemplo de rasgos que están motivados
lingüísticamente son los casos que veíamos antes que podían estar codificados en
morfemas o en lexemas simples. O, por ejemplo, la idea de lo pequeño o de individuo
pequeño está lexicalizado en un montón de nombres que definen animales, como cordero,
cachorro. Esto quiere decir que ahí hay información semántica que está codificada
lingüísticamente y que podemos, entonces, aislarla y considerarla como rasgos.

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Esta es la propuesta de Löbner para superar las limitaciones del análisis de


descomposición del significado léxico que presenta el estructuralismo. Bueno, estas
deberían ser las condiciones que cualquier modelo de descomposición debería cumplir.

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