Está en la página 1de 2

Soy aquel loco

Te busqué al llegar a México,


y te escribí una carta…
Nunca respondiste.
Soy aquel loco que grita tu nombre a los cuatro vientos, y sólo el silencio me
responde:
silencio que me ahoga y no me deja decir tu nombre.
¡Silencio!, que me ahoga y no me deja decir tu nombre.
S I L E N C I O que mata las notas que te canto,
rogando a Dios que las escuches…
que escuches a este noble corazón enamorado,
que te habla en sueños,
que añora tu presencia,
tu mirada,
tu sonrisa…

Soy yo aquel loco que grita tu nombre, aquel que canta la tristeza de no tenerte,
aquel que ha de explotar un -do- que solamente ha de perderse en la lejanía del
cercano infinito:
en el eco del silencio
en el ruido del vacío
en la más acompañada soledad de mi canción, de tu recuerdo
con la única esperanza de que vuelvas a escuchar aquellas notas, que sin ti están
mudas.
Sé muy bien que si las escucharas te harían vibrar de nueva cuenta,
como en esa fría noche marcera en Zacatecas, cuando
fuimos por cigarros y nos sentamos tú y yo
yo y tú
solos,
acompañados por lossssssuspiros humeantes que adornaban la atmósfera de la
fastuosa Catedral iluminada por la luna, arrullada por el silbante aleteo de las
polillas, engañadas por las farolas, que a su vez proyectaban la sombra de dos
estudiantes de literatura, quienes fumando intentaban robarse el alma en un
suspiro.

¿Te acuerdas
como el viento frío,
rebotado por la Bu u u ffffa,
nos hacía temblar?
¡Sabes algo, nunca supe si temblábamos de frío!
¿te acuerdas como te cobijabas con mis brazos
mientras te cantaba frente al Teatro Calderón?

Deja que mis labios canten otra vez aquellas notas, para ser
entonces aquel loco que canta el silente eco de nuestra ausencia
Sólo deja que esas notas sean tu nombre
que ese nombre sean tus notas
que esas notas sean para ti una canción
tu canción…

Armando Cintra Benítez


20 junio 2006

También podría gustarte