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Resumen y Opinión

Michelle Estefanía Ormaza Loor

Facultad de Psicología

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí

PS-204: Psicología de Género

Ab. Vielka Palomeque

Segundo Semestre “A”

12 de febrero de 2021
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1. Realizar un resumen con opinión personal del documento "Las mujeres

y las religiones".

La mayoría de las religiones han basado sus tradiciones en normativas hetero-patriarcales.

Desde el inicio de las civilizaciones se creó una especie de principio dogmático en el que se

encasillaba a las mujeres como inferiores o “sexo débil”, atribuyéndoles por esto tareas

domésticas y al sometimiento. Mientras que los hombres se los denominaba como naturalmente

poderosos y fuertes, encargados de ser protectores y líderes.

Un gran paso en lo que es teología feminista, se dio en la “Biblia de las Mujeres”, editada

por E. Cady Stanton en 1989. Como un gran paso para las mujeres cristianas cansadas de ejercer

roles secundarios o complementarios, y con expectativas de participar en la vida pública. El

debate de esto logró por primera vez en la política una declaración de los derechos humano, esta

indica que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Durante años se había excluido de la sociedad a cualquier persona que no fuera hombre,

blanco, heterosexual y adinerado; pero esto cambia un poco a inicios del siglo XXI cuando al fin

se afirma la igualdad de género, aunque esto no era obedecido por las religiones. La sociedad se

organiza de forma patriarcal, donde una persona toma el poder, y el resto pasan a ser

subordinados dependientes.

Los lugares que ejercer mayor violencia patriarcal son los que terminan con altos niveles

de aceptación de sus habitantes. “La letra con sangre entra”, un principio que ha privado de

derechos a toda una civilización, normalizando actos que no deberían ser considerados de esta

manera, y manteniendo este orden durante años. Como ejemplo tenemos el caso de las
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sociedades occidentales, en las que existe la ley contra la discriminación de género, sin embargo

esto no evita que el colectivo femenino deje de sufrir actos de injusticia en todos los ámbitos del

orden social.

Además, que estas tradiciones patriarcales crean una falsa idea de total consentimiento

por amor, siendo una de las razones de tantos años de violencia, al ser la mujer la más entregada

en la relación (datos estadísticos). Siendo esta mala inversión afectiva una hegemonía masculina

resguardada de leyes o religiones, a causa de estos intereses afectivos socializados de manera

desigual entre hombres y mujeres.

Una de las principales razones por la que no se ha logrado la convivencia pacífica en las

sociedades religiosas es el hecho de que el varón es inevitablemente superior por tres ideas

suplantadas en las biblias de varias religiones: que Dios creó primero al hombre, siendo la mujer

un derivado secundario. La segunda, es el mito de que la mujer causa la expulsión del paraíso,

causando desprecio inmediato y sospecha hacia toda fémina. Y por último, la idea errónea de que

la mujer fue creada “para” el hombre, tachándola de instrumento y desde este punto ya haciendo

exclusión de otras orientaciones sexuales.

Es realmente triste para mi leer este texto, desde saber que solo por un texto de carácter

religioso y dudosa procedencia o interpretación, las mujeres hemos sido vistas como objetos de

tentación y lujuria (se da el caso de violaciones, donde estúpidamente según lo aprendido, la

culpa es de la mujer y no del perpetrador). La percepción del cuerpo y el modo de tratarlo son

netas construcciones sociales patriarcales. Utilizan nuestros “atributo” (que ellos mismos han

elegido como tales), como forma de manejo. Como en varias religiones, en las que cubren
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prácticamente de pies a cabeza a la mujer, siendo incluso el cabello denominado un sex appeal

para los machos. Si no nos obligan a tenerlo largo, prefieren que lo cubramos, sin importar el

gusto propio de nosotras como mujeres.

Se pide como manera de disminuir este fenómeno, que las mujeres tomen cada vez más

espacios públicos y sociales. Un gran paso sería la inclusión, no solo como monjas, sino como

principales en la religión cristiana, por ejemplo. Es necesaria una dinámica diferente para las

sociedades, me parece que ya han sido suficientes años de sometimiento. Soy optimista pensando

que cada vez estamos más cerca de una verdadera igualdad, para todos; y no este teatro social en

el que todos tenemos que llevar el rumbo de nuestra vida según el guion heteronormado.

Realmente siento lástima por las personas ciegas en este ámbito, que se han tragado sin peros las

leyes patriarcales y son incapaces si quiera de ver más allá de su percepción. Espero para las

próximas generaciones que este “velo” desaparezca de una vez por todas.
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Referencias

Pintos, M. LA MUJER Y LAS RELIGIONES [Elibro]. Recuperado de:

https://usuaris.tinet.cat/fqi/forum13/pintos.pdf

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