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EL FUNERAL

Estaba en un funeral. La madre de mi novia Mary había fallecido debido a un infarto. No


sabía como fingir que me sentía triste en ese momento y por alguna razón no sentía nada, ni
tristeza, ni pena, ni empatía, ni felicidad. Mi relación con mi difunta suegra fue buena, por
lo que, creo, debí haber sentido algo de pena o por lo menos algo de tristeza, pero no fue
así. Al terminar el funeral, Mary seguía llorando y pude notar que esperaba un consuelo
mío, porque en todo el tiempo que estuve allí, no le di ni un solo abrazo. Había empezado a
llover en ese momento. Mary estaba junto a su padre y estaban a punto de regresar a casa.
Yo me quedé sentado en la banca que estaba cerca de donde fue enterrada la madre de
Mary. Creo que nadie notó que yo estaba ahí, ni siquiera Mary.
Todos se habían ido y la lluvia no dejaba de caer. Estuve todo ese tiempo mirando la tumba
de la madre de Mary y raramente no pensaba en nada. Era como si fuera una estatua de un
tipo en una banca, sin alma ni emociones. De pronto sonó el celular. Era Mary.
-Hola…
- ¡Fernando! ¿Dónde estás?
Tal cual como noté, ella no se percató que me había quedado en el cementerio. No le dije
nada y colgué. Estuve viendo la tumba de su madre otro rato mas y luego me levanté y
caminé a casa, mojado y solo. Abrí la puerta y Mary ya estaba dormida. Eran las 2:00 de la
madrugada y en ese momento, con la ropa mojada y los zapatos en las manos, me acosté
junto a ella. La abracé. Estaba tan dormida que no se dio cuenta que la abrazaba o de que
estaba completamente empapado.
Amaneció y Mary ya no estaba. No me di cuenta en qué momento cambio mi ropa. Vestía
una camisa, sudadera y calzoncillos secos. Bajé a la cocina y allí estaba ella, esperándome
con el desayuno, una pequeña sonrisa y un poco de tristeza en sus ojos.
-Amor, tenemos que hablar de lo que te sucedió ayer en el funeral de mamá.
-Está bien, hablemos.
-Cuando llegué a casa no había notado que te habías quedado en el cementerio. Papá me
dijo que te habías quedado sentado en una banca.
- ¡Oh vaya! Su padre lo había notado. -No sé qué decirte, Mary, porque ni yo sé aun que fue
lo que me sucedió en ese momento. Aun trato de entenderlo.
- Mi madre murió, Fernando. Yo solo quería un poco de tu apoyo en ese momento.
- Lo sé y lo lamento mucho. Nadie mejor que tu sabe que no se me dan bien los funerales.
- Eso lo sé. Es que pensé…que ya estabas preparado o que ya habías superado todo aquello.
- ¡No es tan fácil como crees, Mary! Tu perdiste a tu madre y lo lamento mucho, de verdad
lo lamento, pero yo…
En ese momento dejé de hablar con Mary, abrí la puerta y me dirigí a cualquier lugar
solitario que estuviera fuera de casa. Siento que pierdo mi estabilidad neuro-emocional
cuando trato con temas como la muerte. Mi infancia fue muy difícil y siento que vivo con
los recuerdos de aquel momento, siempre que despierto cada mañana. Tuve familia, tuve
hermanos, tuve una…madre y tuve un padre. Aquel accidente me quitó todo y aunque en
ese tiempo no era lo completamente grande para comprenderlo, ahora entiendo y siento que
perdí la mitad de mi vida. No logro entender porque fui el único que sobrevivió a tal fatal
accidente. No entiendo y no descifro el propósito del que me hablaba la “hermana Rosa” en
el tiempo que estuve en el orfanato. No creo en la existencia de dios, aunque la hermana
Rosa siempre me hablaba de él. ¿Cómo alguien o algo podría quitarme lo que mas amaba,
por el simple hecho de cumplir con un misterioso propósito? No lo comprendo y no sé si
quiero hacerlo. El hecho es que aun lucho con aquello y no quiero que esto afecte mi
relación con Mary.
Volví a casa después de haber pensado mucho, incluso después de haber llorado un poco.
Vi a Mary que aún seguía en la cocina con una copa de vodka en la mano y mirando hacia
la nada con la misma mirada triste de antes. Me dirigí hacia ella y sin decirle nada la
abracé.
- Perdóname. Se que ayer tuve que estar contigo y no, haber evitado en todo ese tiempo el
funeral. Te amo y te prometo que lucharé contra esto. Será difícil, pero tú eres lo único que
tengo y no quiero perderte.

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