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AA Fuego Tierra
AA Fuego Tierra
Los elementos nos dan los recursos para transitar la vida. Al hacer
el balance de elementos de una carta natal observamos que ciertos
elementos predominan sobre otros. Esto significa que algunos de esos
recursos son más fácilmente accesibles para el Yo consciente que otros.
Por este motivo, tendemos a recurrir a los elementos predominantes para
intentar comprender lo que nos sucede, emprender la acción, vincularnos
con las personas y los hechos y atender las situaciones de nuestra vida.
Los elementos predominantes tiñen el modo en que observamos lo que
sucede tanto dentro, como fuera de nosotrxs. Pensemos: no es lo mismo
mirar la vida como un pajarito, que mirarla como un toro, un tigre o como
un pez.
Sos vital y espontánex cuando la vida se presenta como una aventura. Sos
un niñx de corazón. Es habitual que te descubras fantaseando o dándole
un tinte mitológico a tus experiencias, exagerando y dramatizando. Tu
naturaleza es enamoradiza, producto de tu apasionamiento y esa pasión
puede dirigirse hacia otra persona, una actividad, una mascota, lo que
conquiste tu corazón en este momento..
Poseés una gran intuición de acción. Percibís las corrientes “invisibles” que
condicionan una situación y llegás a conclusiones de manera inconsciente
que suelen manifestarse como corazonadas de una precisión notable.
Rara vez necesitás que te digan cómo adecuarse al mundo, como ganarte
la vida, como proveer a las necesidades básicas y cómo persistir hasta
alcanzar una meta. Sos más bien paciente y auto disciplinadx. Preferís la
acción concreta y esto te vuelve eficiente y confiable.
Además, el elemento Aire, que tiene que ver con ver las cosas desde otro
punto de vista, puede aportarte una óptica más amplia de a dónde estás
yendo y si hay otros caminos posibles, además de paradas en el camino.
Hacer deportes o actividad física. Estar al sol y al aire libre. Cantar y reír.
Orar, rezar, cantar mantras o cualquier forma de conexión con “lo más
grande”, bailar (mover articulaciones) y elongar. Diseñar rutinas amables.
Estar en contacto con la naturaleza para reconocer los ciclos, y ritmos
orgánicos. Masajes. Contemplación. Hacer actividades manuales. Atender
necesidades básicas (sexo, comida, bebida, abrigo, etc.)
*Para conectar con tu Aire:
Practicar respiraciones profundas o yoga para flexibilizar el cuerpo.
Escribir o hacer ejercicios de creatividad.
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