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DERECHO PENAL
Parte Especial
T O M O IV
.***..
IDEMSA
Lima - Perú
DERECHO PENAL
PASTE ESPECIAL
TOMO IV
© IDEMSA
Importadora y Distribuidora
Editorial Moreno S.A.
e-mail: editorialmoreno@yahoo.e3
jml_idemsa@hotmail.com
ISBN: 978-612-4037-12-2
Ejemplares: 1000
IMPRESO EN PERÚ
PRINTED IN PERÚ
AI mejor penalista, que el Perú vio nacer
en el siglo XX, a mi padre - el profesor
Raúl Peña Cabrera, forjador de una
verdadera escuela de Derecho Penal
PRESENTACIÓN
tencial de los comunitarios, donde ha de imperar el respeto por los derechos del
prójimo, de configurar modelos valiosos de comportamientos; sino de poner en
relieve, de mostrar que tan equivocado está el Parlamento Nacional, cuando cree
que con una mayor dureza punitiva va a poner coto a esta irrefrenable criminali-
dad, que cunde en las ciudades de todo el territorio nacional.
Si la dirección apuntará por el norte proyectado por el legislador, de esta
incesante reforma penal, no cabría más que rendirse a las instituciones del "Pu-
nitivismo", de la "Neo - Criminalización", al «Derecho Penal del Enemigo» y
todas estas corrientes ideológicas que se adscriben férreamente en la maximiza-
ción a ultranza de los fines sistémico-estatales (Seguridad Ciudadana, Seguridad
Pública, Seguridad Nacional3, Nacional, Orden Público, etc.); lastimosamente,
para sus incondicionales seguidores, esto no es así, pues ya han transcurrido más
de una década, de que se implantará en nuestro país esta formulación «punitivis-
ta», los índices de la Criminalidad no han sido reducidos ostensiblemente, todo lo
contrario, han crecido de forma notable. Vasta con dar un vistazo en la capacidad
hospedante, completamente abarrotada de nuestros Establecimientos Penitencia-
rios, para darnos cuenta que la excesiva prisionización no es una vía adecuada,
para sentar las bases de una sociedad de incluidos4.
Aparece también el denominado Eficientismo penal, que en opinión de
BARATTA, es una nueva forma de derecho penal de la emergencia, que es la enfer-
medad crónica que siempre ha acompañado la vida del derecho penal moderno5.
Como lo proclamaba mi padre - Raúl PEÑA CABRERA, décadas atrás, si es
que con más penas y Derecho penal se podrían resolver los problemas sociales,
hace tiempo que la delincuencia hubiese sido desterrada de la faz de la tierra6. A
lo mas que puede aspirar un Estado Constitucional de Derecho, es de reducir ra-
cionalmente los márgenes de actuación del crimen y, si en verdad7, ello se quiere
3 Concepto fielmente acuñado a Cari SCHMITT (polítologo nazi), que en palabras de APONTE CAR-
DONA, la irreductibilidad de !a concepción de lo político en este pensador, según la cual la poli-
tica solo puede concebirse como ia confrontación inevitable entre enemigos, servía como base
para identificar al enemigo central: el comunismo internacional; Derecho Penal de Enemigo
en Colombia: entre la paz y la guerra. En: Derecho Penal Liberal y Dignidad Humana - Ho-
menaje al Doctor Hernando LONDOÑO JIMÉNEZ, cit, p. 30.
4 Es en esta línea, que el mismo legislador, ha incluido en el catálogo de penas, la denominada
«Pena de Vigilancia Electrónica», vía la Ley N* 29499..
5 Citado por APONTE CARDONA, A.D.; Derecho Penal de Enemigo en Colombia..., cit., p. 33.
6 Cfr., PENA CABRERA R.; Objeciones doctrinarías a la Pena de Muerte. Lima, 1963.
7 Así, RIGHI, al sostener que las normas penales pueden cumplir una función coadyuvante en
el cumplimiento de objetivos político criminales, razonablemente limitados a mantener ios
índices de la criminalidad dentro de márgenes'tolerables; Teoría de la pena, cit., p. 53.
10 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
8 Vide, al respecto PEÑA CABRERA FREYRE, Á.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Penal. 2
Tomos. 2da. Edición, RODHAS, Lima, 2009.
9 FERRAJOLI, L.; Democracia y garantismo. Edición de Miguel Carbonell. Editorial TROTTA,
Madrid, cit., p. 176.
PRESENTACIÓN 11
10 Vide, al respecto, APONTE CARDONA, A.D.; Derecho Penal del Enemigo en Colombia..., cit., ps.
32-33.
11 PASTOR, D.R.; El derecho penal del enemigo en el espejo del poder punitivo internacional.
En: Encrucijadas del Derecho Penal Internacional y del Derecho Internacional de los Dere-
chos Humanos. Pontificia Universidad Javeriana, Grupo Editorial Ibáñez, Bogotá-Colombia,
cit., p. 130.
12 Refiriéndose al CP español, advirtiéndose una similitud del fenómeno "punitivista" en su de-
recho positivo vigente.
13 CEREZO MIR, J.; Los fines de la pena en la Constitución y en el Código Penal, después de las
reformas del año 2003, T. I, cit., ps. 230-231.
14 Ello implica, como anota DIEZ RÍPÓIXES, en el ámbito jurídico-penal, asegurar lo más posible
12 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Art/Arts. - Artículo/artículos
BCR - Banco Central de Reserva
BID - Banco Interamericano de Desarrollo
BM - Banco Mundial
NCPPP - Nuevo Código Procesa! Penal peruano
CPP - Código Procesal Penal de 1991
C de PP - Código de Procedimientos Penales
CP - Código Penal de 1991
CPE - Constitución Política del Estado de 1993
CEP - Código de Ejecución Penal
CPC - Código Procesal Civil de 1993
CPC - Código Procesal Constitucional
CC - Código Civil de 1984
CNA - Código de los Niños y los Adolescentes
CNM - Consejo Nacional de la Magistratura
CM - Consejo de Ministros
CGR - Contraloría General de la República
CNA - Constitución Nacional Argentina
CONASEV - Comisión Nacional Supervisora de Valores
CE • Constitución Española
CM - Consejo de Ministros
CGR - Contraloría General de la República
CJM - Código de Justicia Militar
CONAM - Consejo Nacional del Ambiente
CPCH - Código Penal Chileno
CPAR - Código Penal Argentino
CPE - Código Penal Español
CNA - Constitución Nacional Argentina
CUE - Convención Única sobre Estupefacientes
CONTRADROGAS - Comisión de lucha contra las Drogas
16 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
m GC - Garantías Constitucionales
- DEVIDA - Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas
• Dec. Leg. - Decreto Legislativo
- DL - Decreto Ley
- DS - Decreto Supremo
- DU - Decreto de Urgencia
- DIGESA - Dirección General de Salud
- EA - Estudio Ambiental
- EC-RS - Empresas Comercializadoras de Residuos Sólidos
- ECAs - Estándares de Calidad Ambiental
- EIA - Evaluación de Impacto Ambiental
- EPS-RS - Empresas Prestadoras de Servicios de Residuos Sólidos y Em-
presas Comercializadoras de Residuos Sólidos
- ESM - Economía Social de Mercado
- FA - Fuerzas Armadas
- FAO - Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación
- INPE - Instituto Nacional Penitenciario
- INRENA - Instituto Nacional de Recursos Naturales
- INC - Instituto Nacional de Cultura
- INDECOPI - Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propie-
dad Intelectual
- LGA - Ley General del Ambiente
- LGPA - Ley General de Procedimientos Administrativos
- LPCA - Ley del Proceso Contencioso Administrativo
- LGRS - Ley General de Residuos Sólidos
- LO - Ley Orgánica
- LOMP - Ley Orgánica del Ministerio Público
- LOPJ - Ley Orgánica del Poder Judicial
- L - Ley
- LB - Libro Blanco
- LDA - Ley de Derechos de Autor
- LPI - Ley de Propiedad Industrial
- LGS - Ley General de Sociedades
- LGS - Ley General de Salud
- LMV - Ley de Mercado de Valores
- LRE - Ley de Reestructuración Empresarial
- LTV - Ley de Títulos Valores
- LGP - Ley General de Pesca
- LFFS - Ley Forestal y de Fauna Silvestre
ABREVIATURAS 17
- RM - Resolución Ministerial
- SBS - Superintendencia de Banca y Seguros
- SP - Sala Plena
- STCE - Sentencia del Tribunal Constitucional español
- STSE - Sentencia del Tribunal Supremo español
- SISESAT - Sistema de Seguimiento Satelital
- TID - Tráfico Ilícito de Drogas
- UICN - Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
. UIF - Unidad de Inteligencia Financiera
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA: 5
PRESENTACIÓN ; 7
ÍNDICE DE ABREVIATURAS 15
CAPÍTULO III
DELITOS C O N T R A LA SALUD PÚBLICA
1. GENERALIDADES 31
2. BIEN JURÍDICO 35
Sección I
Contaminación y propagación
Sección II
Tráfico ilícito de drogas
1. CONCEPTOS GENERALES 41
2. TIPIFICACIÓN DEL TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS , 49
CAPÍTULO IV
DELITOS CONTRA EL ORDEN MIGRATORIO
TÍTULO X I I I
LOS DELITOS AMBIENTALES
CAPÍTULO I
DELITOS DE CONTAMINACIÓN
CAPÍTULO II
DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES
CAPÍTULO III
RESPONSABILIDAD FUNCIONAL E INFORMACIÓN FALSA
CAPÍTULO IV
MEDIDAS CAUTELARES Y EXCLUSIÓN O
REDUCCIÓN DE PENAS
TÍTULO XTV
DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA
CAPÍTULO I
DELITOS CONTRA LA PAZ PÚBLICA
DISTURBIOS 393
1. CONCEPTOS PRELIMINARES, BIEN JURÍDICO 393
2. TIPICIDAD OBJETIVA 395
a. Sujeto activo 395
b. Sujeto pasivo ~ 397
c. Modalidad típica 397
3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN 400
4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO 401
5. CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE 401
APOLOGÍA.. 402
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN 402
2. CONCEPTO DE APOLOGÍA 407
26 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
ORGANIZACIÓN A DELINQUIR 41
1. CONCEPTOS GENERALES 41
2. DIFERENCIA CONCEPTUAL DE «CRIMEN ORGANIZADO» CON LA
«ORGANIZACIÓN A DELINQUIR» ASÍ COMO CON LA «CO-AUTORÍA» 41.
3. EL DELITO DE ORGANIZACIÓN A DELINQUIR COMO UNA FIGURA PENAL
AUTÓNOMA Y/O SUBSIDIARIA Y LA TÉCNICA DE TIPIFICACIÓN 42!
4. BIEN JURÍDICO :. 43;
5. PRESUPUESTOS DE CONFIGURACIÓN TÍPICA: 43:
a. Organización delictiva y número mínimo de integrantes 43;
b. Acuerdo a delinquir 43c
c. La permanencia... 44(
d. Organización instituida para cometer «delitos» ; 44;
e. La Cosa Juzgada y el delito de Organización a delinquir 44f
TÍTULO XTV-A
LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN 473
2. NORMAS DE IUS COGENS Y SU TIPIFICACIÓN COMO CRÍMENES INTERNACIONALES .... 479
3. CRIMEN DE LESA HUMANIDAD 481
4. LA TIPIFICACIÓN DE LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD EN LA
LEGISLACIÓN PENAL PERUANA : 482
ÍNDICE GENERAL 27
CAPÍTULO I
GENOCIDIO
CAPÍTULO II
DESAPARICIÓN FORZADA
CAPÍTULO III
TORTURA
CAPÍTULO IV
DISCRIMINACIÓN
CAPÍTULO V
LA MANIPULACIÓN GENÉTICA
TÍTULO XV
DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA
DEFENSA NACIONAL
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN 567
2. CONCEPTOS GENERALES 569
3. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO 573
CAPÍTULO I
A T E N T A D O S C O N T R A L A S E G U R I D A D NACIONAL
Y T R A I C I Ó N A LA PATRIA
ESPIONAJE 607
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES 607
2. TIPICIDAD OBJETIVA 610
a. Sujeto activo 610
b. Sujeto pasivo 611
c. Modalidad típica 611
2. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN 613
3. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO 613
BIBLIOGRAFÍA ;: 621
CAPÍTULO III
1. GENERALIDADES
Los catálogos punitivos glosan en sus primeros aparatados, aquellos
injustos que atentan contra los bienes jurídicos fundamentales, referidos a
las propiedades inherentes a la calidad de persona humana, que desde una
carácter ontológico irradian todo el programa ideológico y dogmático de los
textos constitucionales, erigiendo su protección jurídica desde una concep-
ción lata, conforme a una plano humanista, desde una postulación filosófica
recogida en los Convenios y Tratados Internacionales.
El desarrollo de la teoría del bien jurídico, según los postulados de
una dogmática penal remozada ha implicado una reelaboración normativa,
sobre las nuevas descripciones sociológicas, con el avance de la ciencia
y la tecnología, con la proliferación en masa de una serie de actividades
socio-económicas, que han de ser analizadas y adaptadas por los enun-
ciados normativas, según una política jurídica que ha de ser fiel reflejo a la
realidad social, si es que en verdad se pretende tutelar los intereses jurídicos
primordiales.
Entonces, si es que nos sujetamos en estricto, a las estructuras mo-
nolíticas de la sociedad del siglo XIX, diremos que los delitos de Homicidio
y Lesiones resultan suficientes para tutelar la vida, el cuerpo y la salud de
las personas; empero, ello implica una visión de las cosas, que no se con-
dice con las demandas de la sociedad moderna, producto de la vastedad
de actividades industriales, comerciales, médicas, que se vislumbran en el
umbral del Tercer Milenio, que fueron adquiriendo protagonismo al inicio del
siglo XX. Con ello, lo que queremos subrayar es que dichas actuaciones
económicas, profesionales y técnicas, han de estar rigurosamente regladas
por la legislación nacional, en el entendido que una actuación defectuosa
de los agentes, que desborde los parámetros normativos, puede generar un
32 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1 Así, CARMONA SALGAOO, C; Delitos contra la Salud Pública (I), cit., p. 128.
2 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 591.
3 PEÑA CABRERA, R.; Nuevo Código Penal Comentado, cit., p. 297.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 33
4 CORREOOR BELTRÁN, D.; De los delitos contra la salud pública, cit, p. 271.
34 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Por otro tado, tenemos que existe otro comportamiento de notable dis-
valor, que atenta gravemente contra el interés jurídico tutelado por la Ley
TÍTULO XII-. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 35
2. BIEN JURÍDICO
Convenimos que el interés jurídico tutelado, según la rotulación que se
contiene en el CP, es la «Salud Pública», simbolizando un bien jurídico de
orden supraindividual, cuya pertenencia es de naturaleza colectiva, constitu-
ye un interés difuso, cuya elaboración obedece a una construcción teórica-
conceptual, develando un contenido inmaterial, cuya especificidad hemos de
identificar en cada enunciado de los preceptos penales.
36 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
5 Boix REIG, J./DOVAL PAÍS, A.; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit., p. 1646.
6 GRANAOOS PÉREZ, C; Comentarios al~Código Penal, 4. cit., p. 2638; Así, Creus, C;
Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 67.
7 GARCÍA AIBSRO, R.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, T. II, cit., p.
1335.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 37
Sección l
Contaminación y Propagación
8 Así, CORREDOR BELTRAN, D.; Delitos contra la salud pública, cit, ps. 271-272.
38 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
FORMAS CULPOSAS
Art. 295.- "Cuando alguno de los delitos previstos en los artículos 286 a
289 se comete por culpa, la pena será privativa de libertad no mayor de dos
años o de prestación de servicio comunitario de diez a treinta jornadas".
Sección II
Tráfico Ilícito De Drogas
1. CONCEPTOS GENERALES
De un vistazo de las diversas figuras delictivas que el legislador glosó
en las primeras titulaciones del texto punitivo, observamos que los bienes
jurídicos son de naturaleza «individual», aquellos elementos vitales del ser
humano para poder lograr su autorreálización personal, a su vez para posibi-
litar su participación en los diversos procesos sociales. Con ello, toma lugar
aquellos injustos que atentan contra la vida, el cuerpo, la salud, el honor, la
libertad, etc. Empero, no sólo aquellos intereses jurídicos resultan importan-
tes en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho, conforme se
desprende de los valores consagrados en nuestra Ley Fundamental.
Las estructuras de cualquier sociedad adquieren una descripción que
rebasa una perspectiva atomista o dígase personalista, que debe tomar en
consideración el ordenamiento jurídico para poder otorgar una protección
legal adecuada de los bienes jurídicos fundamentales.
Valoraciones de política-social así como de política-criminal deben
atender con reflexión la dinámica con que se mueve las estructuras sociales
en la actualidad, las variadas actividades económicas, culturales, sociales
que se desarrollan así como las repercusiones que éstas pueden generar en
el contenido esencial de los derechos fundamentales. La visión criminológi-
ca es en esencia una lectura de cómo se generan los contactos sociales y,
si de aquéllas, se gestan los denominados «comportamientos socialmente
negativos», para proceder a una reforma político-penal que tienda a incluir
nuevas conductas típicas en el glosario punitivo.
De recibo, las codificaciones penales que se elaboraron desde el siglo
XX, tomaron en cuenta lo anotado, en el sentido de penalizar no sólo com-
portamientos susceptibles de afectar los intereses jurídicos de orden perso-
nal, pues habría de extender los límites de la intervención del Derecho penal
42 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Enfoque que debe partir del hombre como un ser social, cuyas interac-
ciones con el resto de sus congéneres debe realizarse mediando cierto es-
tándar, de calidad de vida, mediando el sostenimiento de un orden ecológico
equilibrado.
En este discurso aparecen aquellas conductas que se dice atentan
contra la «Salud Pública», nos referimos a los delitos de «Tráfico Ilícito de
Drogas»; criminalidad que adquiere una gran importancia por los aspectos
que involucra, así como su vinculación con una serie de aspectos de la polí-
tica jurídica-estatal. Estamos hablando de un tema muy sensible, en mérito a
las repercusiones que dicha actividad ilegal genera en nuestra sociedad, que
inclusive determina la política internacional del Perú con el resto de países
del orbe. Primero, con aquellos donde se advierte la producción de las dro-
gas ilegales y, segundo, con los denominados países «consumidores».
De forma que cuando ingresamos al análisis del «Tráfico Ilícito de
drogas», no podemos ensayar el desarrollo desde un plano estrictamente
penal, político-criminal, sino que debemos encauzar la discusión desde di-
versos planos, desde la política social, de la política internacional y desde
una perspectiva económica-financiera. Estamos haciendo referencia a una
actividad que mueve cantidades ingentes de dinero; identificamos a micro-
comercializadores hasta Cárteles internacionales, cuya operatividad traspasa
las fronteras nacionales. Así, tenemos toda una red delictiva, que empieza
con los cultivos de coca, con aquellos agricultores que se dedican al acó-
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 43
pió de sustancias prohibidas, con aquellos que procesan la planta, otros que
se comercializan los elementos químicos necesarios para la elaboración de
clorhidrato de cocaína, quienes comercializan el producto acabado en el mer-
cado nacional, los denominados «burriers», quienes transportan la droga al
exterior y finalmente, las grandes corporaciones criminales que extienden sus
tentáculos a muchos territorios del orbe.
Dicho lo anterior, la respuesta jurídico-estatal ante tal fenómeno social
no puede traducirse sólo en el aspecto penal, pues esta problemática tiene
también un trasfondo económico. No sólo podemos atender a las personas
droga-dependientes, quienes se ven afectados por dicha actividad, sino tam-
bién a ciudadanos de escasos recursos económicos, que-viven en las zonas
agrestes del país, en la amazonia, en la sierra, quienes no tienen otra alter-
nativa que dedicarse a la siembra de la amapola, coca y otros cultivos, para
poder cubrir sus necesidades más elementales. En tal virtudr sostenemos
que este tema requiere de una adecuada política-social, por eso el Estado
debe esforzarse por encontrar productos alternativos que puedan resultar
atractivos para dicha población ya que de esta forma se promueve su aleja-
miento a dichas prácticas. La erradicación de los campos de cultivos de la
coca y otros derivados, debe ir aparejado por una política-social que pueda
solventar las necesidades económicas de todos aquellos que intervienen en
su cultivo y siembra.
9 Vide, al respecto, Boix REIG, J./ JAREÑO LEAL, A.; Comentarios al Código Penal, Vol. IV,
cit., p. 1633.
10 Conforme la circunstancia agravante recogida en el último párrafo del artículo 297°
del CP.
44 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
11 HUIOROBRO, L; Citado por FALCONE, R.A.; Derecho Penal de Drogas. En: Cuestiones
Capitales de Derecho Penal, cit.. p. 12.
46 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
16 CORREDOR BELTRAN, D.; De los delitos contra la salud pública. En: Lecciones de Dere^
cho Penal. Parte Especial, cit., p. 292.
17 FAICONE, R.A.; Cuestiones Capitales de Derecho Penal, cit., p. 47.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 51
18 VIVES ANTÓN, BOIX REIG, ORTS BERENGUER Y OTROS. 1999. Derecho penal. Parte especial.
3era edición. VALENCIA - España.
19 Ciertamente, puede cuestionarse la oportunidad de dispensar protección penal a tal
bien en el ámbito de los delitos relativos a las drogas y apuntar ta convivencia de cir-
cunscribir el castigo en el referido ámbito a las conductas atentatorias para la libertad
individual o el orden socio económico; empero, esta actividad critica para con la obra
del legislador no varia un ápice la constatación relativa a cuál es en verdad el bien
jurídico protegido en este delito.
52 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
23 CORREDOR BELTRAN, 0.; De los delitos contra la salud pública, cit., p. 292.
24 TAZZA, A.O.; El comercio de estupefacientes, cit., p. 37.
54 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
arremete a la salud pública como bien jurídico, no debe olvidarse que los
efectos de esta agresión inciden directamente en la salud física y mental de
la persona humana, con efectos muchas veces irreversibles, causando inclu-
sive la degeneración genética con imprevisibles consecuencias futuras para
la humanidad y por el mismo motivo la incidencia de estos delitos también
afecta la estructura social, política, cultural y económica de los Estados"25.
Como expone VALENCIA M. en la doctrina colombiana, no es el riesgo a
la salud individualmente considerada y sí evidentemente la salud abstracta
o general de la comunidad o la saludpública universal, como ente social,
la preocupación que embarga al legislador al mantener la vigencia de con-
ductas que incriminan el tráfico de drogas. Esta tutela se ve gravemente
comprometida por la agudización de peligros indeterminados que encierran
para el desarrollo normal de la vida comunitaria, la expansión y el tráfico de
sustancias nocivas28.
Importa la tutela penal de intereses de naturaleza «difusa», pues las
potenciales víctimas no se encuentran debidamente individualizadas, por
ello se explica el empleo de la técnica de los delitos de "peligro abstracto", en
el sentido que la represión de estos ilícitos penales no se encuentra subordi-
nada a la verificación de una lesión efectiva a la salud de una persona, sino
que basta la concreción de la conducta disvaliosa, para que la misma sea
merecedora de sanción penal.
En tal sentido, el tráfico de drogas sería un delito pluriofensivo en tanto
protegería inmediatamente la salud pública y mediatamente la salud indivi-
dual de cada uno de los ciudadanos27.
33 Vlde, al respecto, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 656-657.
34 TAZZA, A.O.; El comercio de estupefacientes, cit., p. 39.
35 Cfr., de forma amplia, BACIGALUPO, E.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps. 149-159.
36 MAURACH, R.l Zipf, H.; Derecho Penal. Parte General, 1, cit., ps. 365-366.
58 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
45 Cfr., CORREDOR BÉLTRAN, D.; De tos delitos contra la salud pública, cit, ps. 295-296.
46 Cfr., FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 653-654.
47 Asi, FALCONE, R.A.; Cuestiones Capitales de Derecho Penal, cit., ps. 27-29.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 61
mercado, y otro para los consumidores que trafican a pequeña escala para
subvenir así a sus propias necesidades.
En segundo lugar, y sin perjuicio de las responsabilidades anteriores,
se pena a quien facilite estupefacientes o sustancias psicotrópicas a me-
nores de 18 (impúberes). Se mantiene dos años o a disminuidos psíquicos
abusando de su situación.
Se mantienen dos figuras agravadas, sea por pertenecer a una orga-
nización dedicada total o parcialmente o realizar las actividades delictivas
anteriores, sea por omitir o alterar las exigencias reglamentarias sobre com-
posición, calidad o información de tales sustancias, o por traficar con ellas
conociendo tales omisiones o alteraciones, incrementando el posible daños
a la salud de los consumidores52.
c. Modalidades típicas
58 VALENCIA M., J.E.; Del Tráfico Ilegal de Drogas..., cit., ps. 698-699.
59 Boix RBG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit., p. 1688.
60 SEQUEROS SAZATORNIU, F.; 2000. op.cit; En consecuencia con la descripción aludida se
acaba equiparando dentro de las formas de participación la cooperación necesaria
con la simple complicidad.
70 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
61 VALENCIA M.; J.E.; Del Tráfico Ilegal de Drogas..., cit., p. 692; Asi, CORREDOR BELTRAN, D.;
De los delitos contra la salud pública, cit., p. 295.
62 Vide, al respecto, FONTAN SALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 658.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 71
la siguiente hipótesis: en una sociedad regida por roles atribuidos a los su-
jetos comunitarios, cada quien ha de responder únicamente a los actos que
puedan ingresar a su esfera de organización individual, pues nadie debe
responder por los defectos de organización que puedan presentar otros in-
dividuos. Además, en ciertas actividades rige el Principio de «Confianza»,
en virtud del cual uno confía en que la otra persona está actuando conforme
a Derecho, dicho principio no tiene vigencia cuando aparece la posición de
«Garante». Según lo anotado, el transportista que cubre una determinada
ruta, llevando droga en su interior por.encargo de terceros, habría de ser su
conducta impune. Dicha consecuencia jurídico-penal dependerá del cono-
cimiento que tenga el conductor sobre la carga que transporta, si éste sabe
que es una sustancia prohibida será, si se quiere decir, una complicidad
primaria a título de dolo eventual. No resulta admisible en este caso hablar
de una conducta "neutral, adecuada a Derecho". Máxime, por los deberes de
cautela que debe asumir toda persona que realiza una actividad de es natu-
raleza. Las construcciones dogmáticas deben ajustarse a la realidad social,
los seres humanos no son seres autómatas, son individuos portadores de
inteligencia.
nados órganos del cuerpo; agentes, que pueden ser tanto nacionales como
extranjeros, que aceptan llevar consigo la droga ¡lícita por sumas de dinero
que no se comparan con los dividendos económicos que reportan las tran-
sacciones comerciales a los líderes de estas estructuras criminales. En tal
entendido, debemos distinguir con corrección aquellos que de forma habitual
transportan los estupefacientes prohibidos de un lugar a otros, quienes son
los que se exponen en mayor medida a ser descubiertos por la policía, de
quienes dirigen, controlan y organizan todas las actividades ha tomar lugar
en el seno de la organización. Sobre estos últimos debe recaer la mayor
severidad del resorte punitivo, conforme los fines preventivo-generales de la
pena; en cambio, la actuación delictiva de los llamados "correos de la droga",
debe ser ajustada a los marcos penales previstos en el inc. 1) del artículo
296° del CP, en consonancia con los fines preventivo-especiales de la pena.
Por consiguiente, dichos criterios han de ser analizados por el juzgador al
momento de la determinación judicial de la pena.
64 Vide, más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 331-333.
65 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps.
360-366.
76 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
cumplan los elementos objetivos y subjetivos que integran el citado tipo legal
básico". Mientras que en la ejecutoria recaída en el Exp. N° 100-2004-Calio,
se expresa lo siguiente: 'La ¡aborde captar personas para el traslado de dro-
gas al extranjero -burner- constituye el tipo base del delito de tráfico ilícito de
drogas. El superior colegiado procede con arreglo a ley al señalar que la con-
ducta imputada al encausado se subsume en el tipo base y no en la forma
agravada en el inciso séptimo del artículo 297 del Código Penal, conforme
fue instruido y acusado, al haberse determinado su labor, y estando a la can-
tidad de droga incautada, la forma y circunstancias de su perpetración"*6.
En relación al tipo subjetivo, este delito requiere de dolo, conciencia y
voluntad de realización típica; el agente sabe que está proporcionado, está
exteriorizando una conducta positiva, encaminada a posibilitar la elaboración
de droga prohibida o a su introducción en el mercado de consumidores67. En
ese sentido, MUÑOZ CONDE apunta que el dolo del agente debe comprender:
"Junto a la conciencia del carácter nocivo para la salud de la sustancia (es
suficiente con una valoración paralela en la esfera del profano) es preciso
que se quiera promover, favorecer o facilitar el consumo «ilegal» de terceras
personas". Por lo general, la acción del agente está orientada por una moti-
vación lucrativa; empero, esta finalidad, o dígase ulterior finalidad, no tiene
por qué exigirse para dar por acreditado el tipo subjetivo del injusto, si fuese
así una variedad de conductas quedarían fuera del ámbito de protección de
ia norma, insatisfactorio desde una concepción de político criminal68; inclusi-
ve la finalidad del sujeto podría ser la obtención de una ventaja laboral, etc.
Basta a nuestro entender, el dolo eventual caracterizado por la «conciencia
del riesgo típico».
66 ROJAS VARGAS,. F. y otros; Código Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 448.
67 Desde un punto subjetivo, dice FALCÓME, se requiere que el sujeto tenga conocimiento
y voluntad sobre: a) la conducta que lleva a cabo; b) el objeto del delito; c) dicha con-
ducta requiere de un elemento subjetivo dinámico o propagador que apunta a con-
vertir al transportista en un engranaje del tráfico ilícito; él debe saber que la sustancia
será distribuida a terceros con lo cual se difunde el consumo de estupefacientes, o
que será comercializada, y de la antijuridicidad de la conducta; Cuestiones Capitales
de Derecho Penal, cit., p. 74; Según nuestra lege lata el tipo subjetivo del dolo en el
caso del transportista (correo de la draga no tiene porque abarcar, el hecho de que
los estupefacientes hayan de ser comercializados), siendo ajeno a dicho elemento el
conocimiento de la antijuridicidad de la conducta, al formar parte de la Culpabilidad.
68 Vide, al respecto, Boa REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit., p.
1869.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 77
85 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps.
346-348; Asi, VALENCIA M., J.E.; Del Tranco Ilegal de Drogas..., cit., ps. 701-702.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 83
zar actividades licitas, su poder económico les permite ingresar a las altas esferas,
produciéndose la recomposición de" la estructura social, en que delincuentes son
tratados como personas honorables" y respetables y como tales tienen acceso a
los niveles de decisión. MARCHINI BARTHELMESS, J.; 1995. El Narcotráfico frente a fas
instituciones tradicionales, participación de las Fuerzas Armadas en la Lucha contra
el Narcotráfico. Lima.
87 Cfr., PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, ps. 104-107.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 85
88 En contra, VALENCIA M., J.E.; Del Tráfico Ilegal de Drogas..., cit., p. 699.
89 Asi, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 659.
86 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
tre que los tiene con la finalidad de destinarlos para el comercio; en caso
contrario, dicha conducta sería impune90.
En este sentido, para deducir el juzgador la preordenación al tráfico, el
la mayoría de tos supuestos será necesario realizar un juicio de intenciones,
de valor, o inferencia por su parte. Este juicio puede emitirse tras la obser-
vación y valoración de una serie de datos reveladores de los móviles expec-
tativos del poseedor. La tenencia de drogas preordenadas al tráfico tiene
que descansar sobre la apreciación del elemento subjetivo o internacional,
inaprensible como tal por los sentidos, pero cuya concesión ha de derivar de
la valoración de los hechos externos objetivos directamente comprobables.
En conclusión, la posesión de drogas no sólo será punible si concurre
en ella la intención de traficar y, en consecuencia, para su sanción deberá
probarse la concurrencia de dicho elemento subjetivo del tipo. Por lo que ad-
mitir un régimen de presunciones basado en la modalidad ¡urís tantum com-
portaría, consecuentemente, una inversión de la carga de la prueba, io que
sería inadmisible en un proceso penal y contrario al principio de presunción
de inocencia; dicha labor, en cuanto a la exigencia probatoria, recae sobre el
órgano acusador público (MP).
Una descripción típica así concebida puede dar lugar a una serie de
arbitrariedades, producto de la subjetividad que importa su valoración e in-
terpretación, pues probar conductas como la reseñada no es empresa fácil.
Se busca penalizar la conspiración que pueden hacer dos o más per-
sonas para promover, favorecer o facilitar el tráfico ilícito de drogas. Cabe
precisar que no estamos frente a una asociación ilícita, pero que resulta
reprochabíe penalmente a razón del ilícito al que se orienta. Se pretende ir
más allá de todo viso de resolución delictiva, donde los posibles agentes se
reúnen para acordar la forma, la vía y los medios a emplear para promover,
favorecer o facilitar el tráfico ilícito de drogas.
Primer punto a saber, es que la «Conspiración» debe tomar lugar me-
diante la concertación de dos o más personas, si es sólo una, la conducta
será atípica. Segundo punto a saber, es que la Conspiración debe dirigirse a
la planificación hacia la «promoción y/o favorecimiento al comercio ilícito de
sustancias prohibidas», si la concertación delictiva se destina a la comisión
de otros hechos punibles, ha de descartarse el supuesto in examine.
Si se trata de una Conspiración para cometer varios hechos punibles,
se presenta un problema de intercesión normativa con el tipo penal de Aso-
ciación para delinquir (artículo 317° del CP). Si el acto mismo de Conspira-
ción lo entendemos como la pertenencia a una asociación delictiva, habría
que inclinarse la balanza por el delito de Asociación Ilícita, en mérito al prin-
cipio de especialidad, pues este último refiere en su redacción típica, que
el aparato criminal debe estar vinculado a la perpetración de una pluralidad
delictiva. Sin embargo, consideramos que en la Conspiración, a diferencia
de la Asociación Ilícita, no requiere que sus miembros hayan cometido delito
alguno, como sí se exige en el artículo 317° del CP, al consistir en actos de
«concertación ideológica».
En cuanto a la perfección delictiva, este injusto no necesita de un re-
sultado lesivo, tampoco debe ir aparejado con ciertos elementos objetivos,
bastando la probanza de la reunión de dos o más personas con el propósito
ventilado en el precepto legal. La agrupación debe encontrarse de forma
permanente y continuada en el tiempo, sin necesidad de que tome lugar de
forma clandestina.
1. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
94 Vide, más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T.
II, psT221-227.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 91
c. Modalidades típicas
)
92 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
\
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 93
2. AGRAVANTES
La pena será privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis
años y de noventa a ciento veinte días-multa cuando:
1. La cantidad de plantas sembradas o cultivadas no exceda de cien.
2. La cantidad de semillas no exceda de la requerida para sembrar el
número de plantas que señala el inciso precedente.
El legislador ha empleado un criterio netamente cuantitativo para ajus-
tar la pena con mayor rigor punitivo, al constituir circunstancia agravante
que el objeto material del delito (especie en cuestión) sea superior a cien
unidades, entendemos. En el sentido de que una gran cantidad de especies
de cultivo puede dar lugar a la elaboración de droga también en mayor can-
tidad, por ende, captar a un gran número de consumidores en su posterior
comercialización.
Mientras.que en el inc. 2) se realiza una especie de conversión de se-
millas a plantas, siguiendo también un baremo cuantitativo.
94 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. CONCEPTOS PRELIMINARES
La lucha contra el tráfico ¡legal de estupefacientes importa toda una
estrategia política y jurídica a la vez, que cuente con mecanismos e instru-
mentos idóneos para neutralizar dichas conductas disvaliosas; a tal efecto, el
legislador -de forma permanente-, ensaya reformas de política penal, dirigi-
das a la penalización de todo aquel comportamiento que esté vinculado con
la promoción y/o favorecimiento del tráfico ilegal de drogas.
Tal como mencionamos en el artículo anterior, el legislador ha preten-
dido cerrar todo el eslabón del TID, de cerrar espacios de impunidad a todo
el circuito delictivo, penalizando el cultivo y siembra de las plantaciones de
la hoja de coca, la adormidera, la amapola y de la marihuana. En el presente
caso, la inclusión del artículo 296°-B al glosario punitivo, vía el artículo 5o
de la Ley N° 29037 del año 2007, ha supuesto reglar como conducta «pe-
nalmente prohibida» a actos relacionados con la preparación, elaboración,
producción, transformación y venta de insumos químicos o productos, sin
contar con las autorizaciones o certificaciones respectivas.
El Estado ha determinado normativamente la fiscalización y control de
la producción y comercialización, de toda todos aquellos insumos y produc-
tos que son empleados para la elaboración y/o fabricación de estupefacien-
tes prohibidos, con el evidente propósito de evitar que dichos insumos sean
destinados a fines ilícitos.
Se parte, entonces, de la contravención a una reglamentación de na-
turaleza administrativa para anclar en la tipificación penal; por lo que podría
decirse que se trata de la penalización de una mera infracción administrativa.
Empero, se ha salvado dicha objeción al haberse exigido normativamente
una finalidad ulterior, la deliberación delictiva volitiva propuesta por medio
del destino de dichos productos: «la producción, extracción o preparación
ilícita de drogas». Elemento subjetivo del injusto que dota de sustantividad a
la figura delictiva y, a la par, propicia la distinción entre el delito y la infracción
administrativa.
96 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
/
98 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
c. Modalidades típicas
\
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 99
98 GARCIA CAVERO, P.; "La Distmóión entre et delito e infracción administrativa el caso de
los insumos químicos y productos fiscalizados". Articulo publicado en la Revista Ac-
tualidad Jurídica, Gaceta Juridica-Tomo 175-2008, cit., p.128.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 101
CONDUCTAS AGRAVANTES
Art. 297.- aLa pena será privativa de libertad no menor de quince ni
mayor de veinticinco años; de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco
días multa e inhabilitación conforme al artículo 36, incisos 1, 2, 4, 5, y
8 cuando:
1. AGRAVANTES ESPECÍFICAS
106 La Convención de Vlena de 1988 hace eco de la agravación que en el tráfico de su-
pone destinar la droga a un público tari inexperimentado como numeroso, como es
el colectivo de educandos; destacando-el plus de gravedad que comporta cometer el
delito en una institución educativa o en un centro asistencial o en sus inmediaciones o
en otros lugares a los que los estudiantes acudan para realizar actividades educativas,
deportivas y sociales.
107 TAZZA, A.O.; El comercio de estupefacientes, cit., p. 160.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 111
108 Vide, al respecto, TAZZA, A.O.; El comercio de estupefacientes, cit., p. 158; Boix REUG,
J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit., ps. 1697-1698.
109 De hecho,'la persona del interno debe encontrarse en un estado de vulnerabilidad,
de bajas defensas, de un nivel de libertad decisoria muy restringida, que permite al
agente comercializar la droga con mayor facilidad.
110 ROJAS VARGAS, F. y otros; Código Penal, T. II, cit., p. 476.
112 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
d. Por la finalidad
114 Vide, más al respecto. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 550-553.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 115
1. ALCANCES PRELIMINARES
El legislador ha pretendido ser muy detalloso en el marco de las cons-
trucciones típicas que se han sistematizado en torno a aquellos injustos vin-
culados al Tráfico Ilícito de drogas; en tal sentido, ha propuesto la tipificación
de una serie de conductas, que por su estrecha vinculación normativa pudie-
ron ser comprendidas de forma unificada.
La criminalidad dedicada al TID cuenta como manifestación de mayor
disvalor, aquella que toma lugar a través de las organizaciones delictivas de
mayor envergadura; nos referimos a los denominados «Cárteles de la Dro-
ga», constituyendo mafias de alcance internacional. Dichas estructuras cri-
mínales comercializan ingentes cantidades, volúmenes de estupefacientes
prohibidos, en algunas oportunidades son toneladas de clorhidrato de cocaí-
na que ingresan al mercado de los consumidores, colocando en grave riesgo
la salud pública de varios países. Máxime, al perpetrar el delito conjuntamen-
te con otras conductas que afectan bienes jurídicos fundamentales. Es ante
estas conductas disvaliosas que el Derecho penal ha de descargar con toda
V
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 117
115 Vide más al respecto, PEÑIA CABRERA FRSYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 952-953.
118 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
116 CARMONA SALGAOO, C; Delitos contra la Salud Pública (II), T. II, cit., p. 158.
117 ROJAS VARGAS, R; Jurisprudencia Panal y Procesal Penal, cit., ps. 711-712.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 119
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
Como quiera que se trate de una figura atenuada del artículo 296°, que
criminaliza el tráfico de drogas, los elementos normativos y descriptivos se
repiten. Así, los actos de fabricación, preparación y extracción, están iden-
tificados con el proceso de producción de la droga en serie, utilizando me-
dios mecánicos o químicos. La comercialización implica negociar con dinero,
comprando, vendiendo119.
Mención aparte merece la posesión, que debe ser entendida como
tenencia de la droga con fines de tráfico; es decir, el sujeto que posee la
droga debe tener la finalidad de poner la droga en el mercado para su venta
y posterior consumo. La sola tenencia no es punible, máxime si la finalidad
inmediata es consumir la droga, de autogestionarse una sustancia para su
propia ingesta.
Al igual que las conductas anteriores, la tutela del bien jurídico recae
sobre la salud pública, entendido desde un aspecto colectivo, de crear condi-
ciones perjudiciales para la manutención de una salud de optimización, tanto
física como mental.
Lógicamente, la cantidad comercializada o producida, repercutirá en
menor proporción que cuando se trata de comercialización en grandes canti-
dades.
La comercialización implica negociar con dinero, comprando, vendien-
do, efectuando transacciones económicas a menor escala, implica por ende
su posesión, que debe ser entendida como tenencia de la droga con fines
de tráfico; es ahí donde debe trazarse una delimitación normativa con el
120 Si bien la cantidad de la droga, unida a otras de sus características como son su pure-
za, variedad y presentación, puede ser un criterio inequívoco en los casos en los que
tal cantidad sea a todas luces desproporcionada para el consumo (no es imaginable
que un individuo llevara un saco coo cinco kilos de cocaína de alta pureza para su
consumo personal), en la mayoría de las situaciones la cantidad no será tan exage-
rada, y se planteará la duda sobre el destino de tal posesión, cuestión esta que debe
dilucidarse necesariamente a través de múltiples e inequívocos indicios, que todos
juntos, contradigan en modo bastante la presunción de tenencia para el autoconsumo
de la que debe partirse.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 121
121 DIEZ RIPOUÉS, J.L. y LAURENZO COPELLO, P; 1993. La Actual Política Criminal sobre Dro-
gas. Una Perspectiva Comparada. Tlrant Lo Blanch. Valencia.
122 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
122 LA ROSA GÓMEZ OE LA TORRE, M.; Jurisprudencia del Proceso Penal Sumario, cit., p. 458.
123 La mayor crítica que merece la tipificación de las escalas mínimas de drogas para la
punibilidad, aparte de la médico-legal de entender no tóxica una sustancia perjudicial
para la salud (puesto que en cualquier caso y por mínimo que sea su peso y por mucha
tolerancia que tenga el sujeto, se trata de un tóxico que mantiene la dependencia psi-
cológica en todo caso y que redunda en un deterioro del organismo), es que introduce
un excesivo causismo, puesto que habrá de ponderarse cada caso para no favorecer
el evidente fraude de ley de quien, a sabiendas de esta doctrina, sólo lleve encima una
dosis mínima como táctica para evitar la condena a pesar de ser un traficante habitual
de lo que se conoce como "menudeo'que suele contar, además, con una clientela fija
lo que le permitirá evitar portar encima más de una dosis.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 123
124 Vide, más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 450-460.
124 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
POSESIÓN NO PUNIBLE
Art. 299.- *No es punible la posesión de droga para, el propio e inmediato
consumo, en cantidad que no exceda de cinco gramos de pasta básica de
cocaína, dos gramos de clorhidrato de cocaína, ocho gramos de marihua-
na o dos gramos de sus derivados, un gramo de látex de opio o doscientos
miligramos de sus derivados o doscientos cincuenta miligramos de éxtasis,
conteniendo Metüendioxianfetamina - MDA, Metüendioximetanfeta-
mina - MDMA, Metanfetamina o sustancias análogas.
Se excluye de los alcances de lo establecido en el párrafo precedente la pose-
sión de dos o más tipos de drogas.0
125 VALENCIA M.. J.E.; Del Tranco Ilegal de..., cit., p. 696.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 125
128 Según una encuesta realizada en junio a más de 65 mil escolares a nivel nacional, en
el 20% de colegios en el país se consume drogas; afirmándose por otro lado, que el
Perú es el segundo país productor internacional de cocaína, siendo que el 80% de la
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 127
droga que se produce en el país saie al exterior vía marítima, siendo los puertos más
utilizados los de Chimbóte, Salaverry y Paita.
129 Asi, CARMONA SALGAOO, C; Delitos contra la Salud Pública (II), cit., p. 158.
128 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. DESARROLLO NORMATIVO
Como quiera que nuestro ordenamiento penal prohibe penalmente la
posesión de droga para el comercio, la sola tenencia con fines médicos o
132 En la jurisprudencia española se determina que las cantidades de drogas sólo cons-
tituyen una base de inferencia, pues la separación entre lo típico y lo delictivo de lo
penalmente-irrelevante no atiende tan sólo a dicho índice objetivo, que toma en cuenta
la cantidad de sustancia aprehendida al sujeto, sino que ha deducirse de un conjunto
de circunstancias concurrentes en el caso, entre las que figura, claro está, la posesión
de una cantidad superior a la normal, pero no con carácter exclusivo, sino en atención
al resto de los datos circundantes al hecho.
130 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
de darle una sanción penal se le debe dar un tratamiento con miras a lograr
su recuperación. Es decir, la exclusión de la tipicidad se fundamenta en la
inexistencia de peligro general.
Con la dación de la Ley N° 28002, se cambia el sistema cualitativo qui-
tándole la facultad que tenía el juez de determinar el peso-dosis, la pureza y
la aprehensión de la droga por un sistema cuantitativo, es decir, se determina
en forma'clara la dosis personal.
Asimismo, según la ley precitada, en caso de poseer dos o más tipos
de drogas, aunque esté debajo del límite establecido señalado por el articulo
299° del CP, podría ser punible siempre que se determine que estaba desti-
nado para su tráfico ilícito y no para el consumo personal.
Es importante indicar que si la tenencia de droga resulta impune
cuando está destinada únicamente al autoconsumo y delictiva cuando, ai
contrarío, se preordená a fines de distribución de la sustancia a otras per-
sonas, determinar cuál de esas dos intenciones animaba en cada caso al
poseedor de la droga va a resultar crucial en múltiples Procesos penales,
en los que se encuentra probada la tenencia de la sustancia pero sin acre-
ditación directa de ningún acto de tráfico de la misma. Ha de realizarse
entonces una valoración judicial del conjunto de pruebas disponibles para
inferir el destino final de la droga poseída.
Punto importante a saber, es que el consumidor exento de pena no
tiene por qué ser necesariamente un «drogo-dependiente», puede tratarse
de un consumidor ocasional, habitual e inclusive primario.
Ante lo descrito, teniendo como modelo a la jurisprudencia española,
el magistrado debe tener en cuenta los siguientes criterios:
a) condición o no de consumidor del portador de la droga y la acredita-
ción de la cantidad habitualmente consumida por el mismo
b) cantidad de droga poseída
c) distribución de la droga en dosis listas para su posible venta y presen-
tadas en la forma habitual en el mercado ¡legal
d) tenencia de productos utilizados habitualmente para adulterar la
droga
e) tenencia de instrumentos utilizados habitualmente para dividir la dro-
ga en dosis, tales como balanzas de precisión, cuchillos con señales
de haber sido calentados para cortar mejor hachís, pajitas de plástico
para contener cocaína, pequeños recortes de plástico para confeccio-
nar bolsitas termo selladas con heroína, speed o cocaína, etcétera
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 131
1. CONSIDERACIONES GENERALES
caces, por los mismos motivos, para curar la afección, desconociendo esas
circunstancias quien los administra o quien los consume135.
Cabe indicar que sólo ingresarán al ámbito de protección de la nor-
ma, aquellas conductas que develen un plus suficiente de sustantividad, no
aquellos que consistan en la mera infracción de desobediencias adminis-
trativas, según el principio de ultima ratio; por lo que resulta indispensable
emplear ciertos baremos de distinción entre el injusto penal y el injusto ad-
ministrativo.
En la legislación penal colombiana, se ha procedido a tipificar una
conducta con mayor índice de lesividad que la propuesta en la legislación
nacional, pues según el artículo correspondiente, se requiere que la droga
produzca dependencia. Mientras que el artículo 9o de la Ley N° 23.737, del
derecho positivo argentino, señala normativamente que el suministro o en-
trega de los estupefacientes debe tomar lugar fuera de los casos que indica
la terapéutica o en dosis mayores de las necesarias.
2. TIPO OBJETIVO
a. Sujeto activo
Según la redacción normativa del artículo 300° del CP, sujeto activo no
puede ser cualquier persona. Autor de este injusto penal sólo lo podrá ha-
cer aquella persona que, por ley, está facultada a prescribir y/o recetar droga
tóxica, estupefaciente o psicotrópica; de manera que se trata de un «delito
especial propio».
Nos referimos de forma expresa a ios profesionales de la salud, a los
médicos, quienes cuentan con el título profesional y con la colegiatura res-
pectiva, no a los practicantes, empíricos u otros, quienes si realizan la con-
ducta descrita, serían pasibles de incurrir en el artículo 290° del CP («Ejerci-
cio ilegal de la medicina»).
El tipo penal menciona a las siguientes personas: «médico, farmacéu-
tico, químico, odontólogo u otro profesional sanitario»; se hace listado a to-
dos aquellos profesionales de la salud que están legalmente autorizados a
prescribir y/o recetar medicinas (fármacos, sustancias psicotrópicas, etc.); el
estudiante de medicina que aún no cuenta con el título y colegiatura respec-
tiva no puede estar incurso en el injusto penal ¡n comento.
Si el médico hace llenar la receta a su secretaria, que no es galena,
ella solo transcribe la misma, no comete delito alguno, máxime si la receta
debe estar siempre firmada por el médico. Si ella falsifica la rúbrica del gale-
no, ha de responder por otra tipificación penal.
Si la prescripción médica fue firmada por dos médicos, ambos respon-
derán penalmente a título de coautores.
Se puede hablar de un partícipe, quien colabora en la realización de-
lictiva, proveyendo al paciente de las medicinas -indebidamente recetadas-;
no obstante, dicho comportamiento importa una tipificación penal autónoma,
al tratarse de un «Suministro infiel de medicamentos» (artículo 294° del CP).
En términos más claros, quien suministra y/o expende medicamentos sin la
correspondiente receta médica. Por consiguiente, resulta difícil la admisión
de una participación en esta figura delictiva.
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
136 CORREDOR BELTRÁN, D.; De los delitos contra la salud pública, cit., p. 298.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 137
137 Cfr. BRAMONT ARIAS TORRES, L.; 1994. Manual de Derecho Penal. Parte Especial. Edito-
rial San Marcos. Lima.
138 Cfr.; CORREOOR BELTRAN, D.; De los delitos contra la salud pública, cit., p. 299; FONTÁN
BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 665.
139 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 79.
138 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
140 Así, CREUS, C; Derecho Penal. Parte JEspecial, T. II, cit. p. 78.
141 PRADO SAIDARRIAGA, V.; 1985. Tranco Ilícito de Drogas y Política Criminal en el Perú, en
Política Criminal Peruana. Cultural Cuzco. Lima.
142 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 79.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 139
1. CONCEPTOS PRELIMINARES
Una comunidad de gentes regida mediando el modelo del Estado
Constitucional de Derecho, provoca repercusiones importantes en el ám-
140 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. T1PICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
144 PEÑA CABRERA, R.; Tranco de Drogas y Lavado de Dinero, IV, cit., p. 340.
144 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. AGRAVANTES
Si el agente actúa con el propósito de estimular o difundir el uso de la
droga o si la víctima es una persona manifiestamente inimputable
La agravante en cuestión exterioriza dos circunstancias; la primera de
ellas, en el sentido de que «el agente actúa con el propósito de estimular o
difundir el uso de la droga».
Para que pueda configurarse la agravante, previamente el actor debe
haber coaccionado, mediando violencia y/o amenaza a una persona deter-
minada, al consumo de drogas prohibidas. Lo que está definiendo el mayor
disvalor del Injusto típico es que dicha conducta cuenta con la suficiente ido-
neidad para promover, difundir y/o estimular el consumo de estupefacientes
ilegales.
En el Derecho Comparado, concretamente la legislación penal argen-
tina, ha recogido en el artículo 12 de la ley 23.737, la figura de la «Preconi-
zación y difusión pública al uso de estupefacientes», cuya diferencia con el
artículo 301° del CP peruano estriba que en el primero no es necesaria que
la propagación tome lugar en el marco de una coacción al consumo de dro-
145 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial. T. II, cit, p. 225.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 145
gas. De suerte que puede ser cometido por la misma persona que difunde su
consumo personal de sustancias prohibidas.
Estimular o difundir, suponen, gramaticalmente, el acto de propalar una
determinada actividad a un público determinado, de transmitir un mensaje,
bajo el propósito de lograr una determinada actitud en los receptores de la
comunicación; en el presente caso, el consumo masivo de drogas ilegales.
En el caso de la difusión, se dice que será necesario que exista una
concreta actividad posibilitadota del incremento de dicho riesgo. Debe tradu-
cirse en actos positivos que inequívocamente tiendan a lograr tal objetivo148.
Para poder difundir el acto en sí, el consumo de la droga tóxica re-
quiere, por parte del agente, el empleo de medios de comunicación social,
capaces de poder transmitir las imágenes a un número significativo de las
personas. A nuestro entender, no constituye circunstancia agravante, cuan-
do el agente transmite el acto a un número reducido de personas. Entonces,
ha de valerse de instrumentos como el Internet, la prensa televisiva, revistas
u otros soportes susceptibles de transmitir las imágenes.
Una conversación privada entre particulares en la que se alaba y se
resaltan las bondades del uso de sustancias tóxicas, que se hace pública por
cualquier circunstancia (por ejemplo, por haberse grabado o filmado inadver-
tidamente) no la convierte en hecho típico, pues faltará aquel elemento de la
publicidad reclamado por el ilícito en estudio147.
Como es de verse de la redacción in examine, se requiere en la per-
sona del autor un propósito determinado, es decir, se trata de un ánimo de
naturaleza trascendente, ajeno al dolo. Es por ello que si el agente grabó las
imágenes, ocultándolas en un lugar propicio para ello y otro las difunde al
público, no se dará el injusto agravado en cuestión.
En lo que respecta a la segunda modalidad agravada, esta toma lu-
gar cuando la «víctima es una persona manifiestamente inimputabie». Por
lo que el plus de disvalor se sustenta en las características personales del
sujeto pasivo, que al presentar un estado de mayor vulnerabilidad, el con-
sumo de drogas puede generar mayores daños que a una persona adulta
(imputable).
¿A quiénes se les puede comprender en la calificación de «manifiesta-
mente inimputables»? En primeras líneas a las personas privadas de discer-
nimiento, aquellos que por padecer de ciertas enfermedades que afectan la
1. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
gas, que por ejemplo, toma lugar en una plaza pública, a menos que venga
aparejado con los actos que se describen en el artículo 301° del CP.
Segundo punto a saber, es que la Instigación al consumo de drogas ha
de ser «indebido»; con ello el legislador nos quiere decir que existe, a su vez,
una Instigación «legal» al consumo de drogas155.
Cuando hablamos del objeto material del delito, no sólo hicimos alu-
sión a las "drogas duras", como la cocaína, heroína y otras drogas sintéticas,
sino también a otros estupefacientes, compuestos por insumos químicos,
cuyas propiedades son de naturaleza «terapéutica», quiere decir esto, que
su injerencia en el organismo humano ha de propiciar efectos favorables. No
obstante, su consumo ha de estar prescrito por el galeno, en la cantidad y
calidad necesaria, pues su empleo indiscriminado puede también provocar
graves estragos a la salud humana.
Dicho lo anterior, cuando alguien es inducido a consumir una droga
(medicamentos) que es necesaria para el recupero de su salud física o psí-
quica, para enfrentar una enfermedad, incide en un plano de «atipicidad pe-
nal», bajo el entendido que no es susceptible de producir daños a la salud
del individuo. Consideración del injusto que ha de ser interpretado conforme
lo analizado en el artículo 300° del CP.
Este delito se materializa mediante actos de inducción. Es decir, a
través de proposiciones, insinuaciones, demostraciones, etc., orientadas a
crear en el tercero una decisión favorable al consumo de drogas. El agente
busca, pues, persuadir la voluntad del tercero a fin de que consuma drogas.
Según el inciso 17) del artículo 89°, del DL N° 22095, los actos de ins-
tigar o inducir comprenden toda conducta que "incite, provoque, induzca o
facilite ei consumo de drogas" a un tercero. En consecuencia, pues, a partir
de estas acepciones entendemos que la donación de drogas o la invitación
de la misma configuran ei delito que analizamos.
Asimismo, admitimos que la hipótesis típica comprendería también las
demostraciones del uso de la droga si es que con ello se quiere captar una
decisión para el consumo, de parte de quien observa la demostración; pero
para ello, debe tomar lugar una influencia determinativa en el Instigado. Es
más, entre los precedentes legislativos de este artículo 302° se encuentra el
inc. b) del artículo 58° de la versión original del DL N° 22095. Dicho dispositi-
vo criminalizaba la siguiente conducta; "al que instigue al consumo de drogas
mediante demostraciones de su uso u obsequio''.
155 Cfr., desde otra perspectiva, PEÑA CABRERA, R.; Tráfico de Drogas y Lavado de Dinero,
IV, cit., p. 345.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 151
156 Cfr., PEÑA CASRERA FREYRE. A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 361.
157 BRAMONT-ARIAS TORRES, L.A. 1994; Manual de Derecho Penal. Parte Especial. Editorial
San Marcos. Lima.
158 TAZZA, A.O.; El comercio de estupefacientes, cit., p. 186.
159 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tranco de Drogas y Lavado de Dinero, IV, cit., p. 347.
152 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
PENA DE EXPULSIÓN
Art. 303.- "El extranjero que haya, cumplido la condena impuesta será
expulsado del país, quedando prohibido su reingreso".
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 153
COMENTARIO
La realización de una conducta (acción u omisión), que importe la cate-
goría de un verdadero «injusto penal», lleva aparejada una pena como reac-
ción jurídico-penal legitimada del Estado, cuando el sujeto infractor lesiona o
pone en peligro un bien jurídico, con arreglo a los principios de legalidad, de
lesividad, de culpabilidad, de proporcionalidad, en consonancia con los fines
preventivos de la pena.
De forma que ante un hecho que presenta un determinado disvalor
antijurídico, se produce de inmediato una respuesta estatal, en este caso la
descarga de un poder sancionador, que reposa en la soberanía de la Nación
peruana, para imponer penas y medidas de seguridad, a quienes se les atri-
buye la comisión del injusto penal.
Según el Sistema de Punición que acoge nuestra codificación penal,
aparece un Sistema Vicarial, que supone la relación entre pena y culpabilidad
a su vez, de la medida de seguridad con la peligrosidad del sujeto inimpu-
table. Importa una sola respuesta punitiva frente a un solo comportamiento
típico, lo cual se ajusta plenamente a las garantías que se desprenden de un
Estado Social y Democrático de Derecho, que tiene como principal baluarte
la racionalización de la potestad sancionadora, que se ejerce a través de la
Judicatura:
Lo dicho implica poner límites a dicho poder, proscribiendo la posibi-
lidad de que a un sujeto se le imponga más de una sanción, por una sola
conducta cometida, dando lugar al principio del non bis in ídem material. En
tal entendido, se ajusta la función sancionadora de la norma a planos de
ponderación y de proporcionalidad.
El legislador de 1991 no sólo regulo la pena «privativa de libertad»
en su cuerpo normativo, sino que a su vez incluyó las denominadas «penas
limitativas de derecho», marcando así un hito importante en la idea de redu-
cir la potencia criminógena de la primera de las nombradas. Innovación que
habría de guiarse en una finalidad esencialmente preventiva, sobre todo en
lo referente a la «prevención especial positiva», privilegiando la posibilidad
de que el penado no vuelva a delinquir a cara a futuro, en vista de los efectos
rehabilitantes de las penas alternativas a la prisión.
No obstante a lo anotado, también fueron incorporadas al catálogo san-
cionador las llamadas «penas restrictivas de libertad», conforme al contenido
normativo de la Sección II del CP, artículo 30°. En tal mérito, se prescriben
las penas de «expatriación» y de «expulsión», las cuales han de ser aplica-
das después de cumplida la pena privativa de libertad; esto quiere decir que
luego de que el condenado haya pasado una larga estancia en prisión, éste
154 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
160 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA F., A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, ps.
1011-1013.
161 Cfr., PEÑA CASRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 858.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 155
además, al extrañamiento del país, que se hará efectivo una vez cumplida la
pena privativa de libertad que corresponda"162.
El artículo 33° del CP chileno incluye la figura del "confinamiento", en
cuanto a la expulsión del reo del territorio de la República con residencia
forzosa en un lugar determinado163.
Por su parte, el CP español de 1995 importa la derogación de las
penas de extrañamiento, confinamiento, destierro, pérdida de nacionalidad
española y suspensión del derecho de sufragio activo.
Entonces, esta sanción contaba con el nombre de «Extrañamiento»,
conforme aparece en la legislación nacional y en el Derecho Comparado. En
ese sentido, dice MONCLÚS MASÚ, la expulsión de una persona del territorio de
un Estado seria una medida destinada a ser aplicada a los extraños, a los
extranjeros. Con los nacionales hay que recurrir a la ficción de considerarlos
"extraños" para poder expulsarlos. En cambio, respecto a los extranjeros, el
Estado dispondría de una capacidad de expulsar a los extraños considera-
dos indeseables'64.
El Decreto Legislativo N° 703 - Ley de Extranjería, distingue en lo que
respecta a los extranjeros las situaciones de permanente o residente; según
el primer concepto, la permanencia es temporal y sujeta a plazo, mientras
que la residencia es indefinida. En ambos casos los extranjeros se convier-
ten en parte de la población del Estado y, por lo tanto, detentan los derechos
fundamentales que reconoce la Constitución peruana y quedan sometidos
también a la jurisdicción y leyes nacionales165. Con arreglo a dicha normativi-
dad, la expulsión del país de un extranjero procede en las siguientes causa-
les: por ingreso clandestino o fraudulento en el territorio nacional, por man-
dato de la autoridad judicial competente, cuando ha vencido su permiso de
permanencia o residencia y ha excedido el plazo para su reguiarización sin
que haya abandonado el país.
El artículo 13° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
señala a la letra lo siguiente: 'el extranjero que se halle legalmente en el terri-
torío de un Estado parte sólo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de
una decisión adoptada conforme a ley; y, a menos que razones imperiosas '
de seguridad nacional se opongan a ello, se permitirá a tal extranjero expo-
162 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., p. 389.
163 Cfr., CURY URZUA, E.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps. 741-742.
164 MONCLÚS MÁSÚ, M.; La expulsión del extranjero como una sanción penal encubierta,
cit., p. 2.
165 MESIA RAMÍREZ, C./ Sosa Sacio, J.M.; Libertad de tránsito y residencia. En: La Constitu-
ción Comentada, T. I., cit., p. 147.
156 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
ner las razones que lo asistan en contra de su expulsión, así como someter
su caso a revisión ante la autoridad competente o bien ante la persona o per-
sonas designadas especialmente por dicha autoridad competente, y hacerse
representar con tal fin a ellas".
Del precepto legal invocado, se colige en rigor que no resulta consti-
tucionalmente válida la «expulsión de un extranjero», cuya única excepción
son motivos-de «Seguridad Nacional» y, en dicho supuesto, el individuo ten-
drá derecho a ser sometido a un debido proceso, a ser oído ante la autoridad
competente y de exponer los motivos que, refutan y/o desvirtúan las razones
que apela la autoridad estatal para decidir su expulsión del país188.
Nos preguntamos ai respecto si es qué el delito de tráfico ilícito de
drogas es un atentado contra la Seguridad Nacional. Según la nomenclatura
empleada en el Código Penal, dichos injustos tienen como correlato a la
Salud Pública, por lo que no se cumpliría con la condición establecida en el
Convenio Internacional.
En resumidas cuentas, la pena de «Expulsión» del extranjero, conde-
nado por un delito vinculado al TID, manifiesta un uso excesivo de la violen-
cia estatal punitiva, un desborde de la reacción penal que niega el contenido
esencial de un derecho fundamental constitucionalmente consagrado.
Valga de todos modos agregar que el juzgador no se encuentra obliga-
do a imponer al condenado extranjero, la pena de Expulsión, pues para ello
deberá previamente valorar las circunstancias de cómo se cometió el delito,
sus lazos en el país (familiares, económicos y laborales) y otros datos a sa-
ber, que permitan ajustar la decisión a un estándar de racionalidad.
166 Vide, al respecto, MONCLÚS MASÓ, M.; La expulsión del extranjero como sanción penal
encubierta, cit., p. 7.
CAPÍTULO IV
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
Una codificación punitiva, sometida permanentemente a una valora-
ción político-criminal, determina nuevos ámbitos de valoración, tanto desde
una perspectiva lege ferenda como de lege lata; tarea fundamental en una
sociedad democrática, donde las relaciones entre los ciudadanos van co-
brando nuevas dimensiones de disvaior, a su vez, se identifican novedosos
bienes jurídicos -dignos y merecedores-, de tutela penal.
El bien jurídico, como técnica de hermenéutica jurídica, despliega im-
portantes efectos en la inclusión de comportamientos prohibidos en el ca-
tálogo penal, así como la derogación de otros, cuya vigencia normativa ha
perdido toda legitimidad. Es así que aparece un puente entre la norma y la
sociedad, de la Sociología Criminal y el Derecho penal, como fuente indis-
pensable del control democrático de las Leyes penales.
Si bien el CP de 1991 supuso un texto innovativo en su época, no es
menos cierto que pasado cierto tiempo se requiere de una revisión, en cuan-
to a la necesidad de proponer reformas penales, que tengan como sustento
un análisis fáctico del estado de cosas, dando a revelar comportamientos
que denotan una suficiente lesividad, para un interés jurídico.
En el marco de los delitos que atentan contra la «Seguridad Pública»
- Título XII del CP, el legislador, vía la sanción de la Ley N° 27202, incorporó
la presente capitulación, considerando determinadas conductas que enros-
tran suficiente disvalor, para ser alcanzadas por una pena, nos referimos a
aquellos injustos que afectan el «Orden Migratorio»; vayamos a ver si en
realidad este interés jurídico responde a la idea de Seguridad Pública. GAR-
CÍA CANTIZANO apunta, que se introduce así una nueva figura delictiva carente
de cualquier antecedente histórico en nuestro Ordenamiento Jurídico, pero
158 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
que, sin embargo, desde el punto de vista del Derecho comparado, está en
consonancia con otras legislaciones penales contemporáneas187.
El CP español de 1995v en el Título XV - «De los delitos contra los
Derechos de los Trabajadores», incluyó en el artículo 313° el delito de "Migra-
ciones Fraudulentas", basándose en estricto, en el quebrantamiento de las
condiciones mínimas de toda manifestación laboral, las condiciones mínimas
en que há de desarrollarse la relación juridico-laboral entre empleadores
y trabajadores, considerando a las migraciones como los movimientos de
personas entre zonas distintas de uno-© más países, que tiene por causa o
finalidad la colocación o empleo por cuenta ajena188. Tomando en cuenta que
España es un país receptor de miles de emigrantes, cuyo objetivo esencial
es la obtención de una plaza laboral; sabedores que dicha situación, implica
el pago de remuneraciones bajísimas, de que dichos trabajadores (emigran-
tes ilegales) se ven desprovistos de Seguridad Social y otros derechos labo-
res, lo que incide en una merma de las condiciones mínimas de un empleo
digno. Aunque no se puede dejar de reconocer que una penalización en este
sentido, a la postre, repercute también en los derechos de los trabajadores
emigrantes.
167 GARCÍA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tráfico Ilícito de Personas. En: Actualidad
Jurídica. Tomo 72. noviembre de 1999.
168 VALLE MUÑIZ, J.M./ VILLACAMPA ESTIARTE, C ; Coméntanos a la Parte Especial del Dere-
cho Penal, T. II, cit., p. 1079.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 159
169 La intensa movilidad humana observada en todas las regiones del mundo como con-
secuencia de la globalización ha puesto en el tapete que los Estados consideren a la
migración como uno de los asuntos más relevantes de la agenda social, económica y
política actual y no cabe la menor duda de que será un tema prioritario para los próxi-
mos decenios. En este contexto, las políticas a adoptarse deben estar acordes con
los derechos humanos, la vulnerabilidad de algunas poblaciones, tos problemas de los
refugiados y las nuevas formas de movilidad.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 161
170 GONZÁLEZ NUÑEZ, J.; Tráfico ilícito de Inmigrantes y otros Ilícitos Migratorios. Texto co-
rrespondiente a la conferencia dictada el 22 de agosto del 2008, en el marco del "Curso
de Derecho Penal Económico", organizada por la Universidad Nacional de Córdoba,
conjuntamente con la Universidad de Castilla-La Mancha (España), cit., ps. 3-4.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 163
171 GARCÍA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tráfico Ilícito de Personas, cit., p. 60.
164 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
172 GARCÍA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tranco Ilícito de Personas..., cit., p. 6t.
173 En la doctrina argentina, GONZÁLEZ NUÑEZ, se adscribe en la corriente, de concebir, que
estas infracciones, vulneran bienes jurídicos supraindividuales de contenido económi-
co; Tráfico Ilícito de Inmigrantes y otros Ilícitos Migratorios, cit., p. 3.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 165
1. ANOTACIONES PRELIMINARES
Como se sostuvo, la actividad del tráfico ilícito de migrantes (emigran-
tes e inmigrantes), ha proliferado a cifras abultadas en los últimos años, pro-
ducto del anhelo de miles de conciudadanos de alcanzar un futuro mejor.
Siendo que las oficinas consulares de los países extranjeros difícilmente les
otorgará una Visa, en mérito a las condiciones socioeconómicas del soli-
citante, acuden ante estos individuos, cuyo afán de lucro los determina a
realizar un sinfín de negocios ilícitos para «promover, favorecer y/o facilitar»,
la entrada o salida ilegal del país de estas personas que, apremiadas por
necesidades económicas, pagan sumas de dinero importantes, para que los
primeros faciliten su salida y/o entrada al país.
Una conducta así concebida, se encuentra relacionada con otros
comportamientos prohibidos, sobre todo, con la suplantación de identida-
des, quienes pretenden salir del país, empleando pasaportes ajenos u otros,
fraguando carnés de extranjería, autorizaciones de viaje para menores de
edad, pasaportes, sellos y timbres de las autoridades de migraciones, etc.;
toda una gama de actuaciones ilegales, que determina la necesidad de for-
mular toda una normativa, suficientemente eficaz, para evitar este tipo de
conducciones criminales. Ante ello, el Derecho penal debe operar de forma
subsidiaría, siendo oportuna, previamente, la intervención del Derecho admi-
nistrativo sancionador, que tal vez puede incidir de forma más preventiva.
El Ministerio del Interior y el Colegio de Notarios de Lima han suscrito
un Convenio de Cooperación Interinstitucional, con el objetivo de adoptar
una labor conjunta en el combate contra los delitos contra el Orden Migrato-
rio y la trata internacional de menores de edad, estableciendo mecanismos
de seguridad, tendientes a proporcionar una información cabal y actualizada
de los permisos y autorizaciones que se expiden en las Notarías de Lima.
Es de verse, entonces, que la conducta típica que recoge el artículo
303°-A contiene un suficiente disvalor para ser recogido por la Ley penal, al
ponerse en riesgo la ordenación legal de migraciones nacionales, así como
la seguridad e integridad de los emigrantes y inmigrantes.
166 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. T1P1CIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
174 Artículo 6. Penalización ... 3. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y
de otra Índole que sean necesarias para considerar como circunstancia agravante de
los delitos tipificados con arreglo al apartado a), al inciso i) del apartado b) y al aparta-
do c) del párrafo 1 del presente articulo y, con sujeción a tos conceptos básicos de su
ordenamiento jurídico, de los delitos tipificados con arreglo a los apartados b) y c) del
párrafo 2 del presente artículo toda circunstancia que:
a) Ponga en peligro o pueda poner en peligro la vida o la seguridad de los migrantes
afectados; o
b) Dé lugar a un trato inhumano o degradante de esos migrantes, en particular con el
propósito de explotación.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 169
puede decir que dichos clientes puedan ser vistos como "sujetos pasivos" de
este delito175, sino más bien serían autores del delito de Falsedad Material, a
menos que desconozcan el revestimiento apócrifo del documento. Lo dicho no
supone entender que el traficante haya de ser sustraído de la punición, en tanto
ha de responder por el delito del artículo 303°-A en posible concurso con una
autoría por falsificación de documentos.
El «consentimiento» del inmigrante Q emigrante, no tiene incidencia
alguna en la relevancia jurídico-penal de la conducta, en tanto aquel no es
titular del bien jurfdjco, como sucede en los supuestos típicos de Estafa y
otras defraudaciones; no obstante, dicho dato a saber puede implicar la pre-
sencia de un Concurso delictivo con el tipo penal de Secuestro o del delito
de Trata de Personas, de manera que se rechaza la hipótesis de un conflicto
aparente de normas penales.
3. COMPORTAMIENTO TÍPICO
El comportamiento típico señalado en el artículo 303°-A referido al trá-
fico ilícito de migrantes describe varios verbos que van desde la promoción,
favorecimiento, financiamiento o facilitamiento, de la entrada o salida en for-
ma ilegal del país de otra persona.
Como es de verse, son básicamente dos las modalidades típicas, que
se enuncian en la redacción normativa: primero, la salida personas del país
de forma ilegal, y segundo, el ingreso ilegal de personas al territorio nacional.
Supone, esto a su vez, actos de emigración y de inmigración.
La Ley de Extranjería - Decreto Legislativo N° 703, dispone que: "La
Política Migratoria, como parte de la Política General de Estado, la dirige el
Estado, la dirige el Presidente de la República. Ella comprende a su vez: La
Política de Inmigración; y, la Política de Emigración".
¿Qué debemos entender por «tráfico»? Por tráfico se entiende el mo-
vimiento o tránsito de personas en un área determinada, para efectos de la
presente Ley comentada, este movimiento o tránsito debe realizarse en for-
ma ilegal, es decir, quebrantando las disposiciones normativas básicas en la
materia, promoviendo, favoreciendo o facilitando el ingreso o salida del país
de personas, dependiendo de su nacionalidad.
Punto a saber importante, es que el tráfico de migrantes debe tomar
lugar de forma «ilícita», en contravención a la normativa de la materia - Ley
de migraciones y de extranjería; cuando el ingreso y/o salida del país (terri-
175 Cfr., PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 346.
170 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
176 GONZÁLEZ NUÑEZ, J.; Tranco Ilícito de Inmigrantes y otros ilícitos migratorios, cit., p. 8.
177 Vlde. al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Tráfico ¡licito de drogas y delitos co-
nexos
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 171
178 GONZÁLEZ NUÑEZ, J.; Tráfico Ilícito de Inmigrantes y otros Ilícitos Migratorios, cit., p. 7.
179 GARCIA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tráfico ¡licito de personas, cit., p. 62.
172 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
principal (por ser aquél atípico), adquiere consumación por el solo hecho de
su realización180.
Si hemos convenido que se trata de un delito de mera actividad, hemos
de rechazar la posibilidad de un delito tentado, donde no se puede identificar
con propiedad actos anteriores que puedan develar una peligrosidad objetiva
para el bien jurídico tutelado.
180 Así, GARCIA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tráfico Ilícito de Personas, cit, p. 62.
181 Cfr., GARCIA CANTIZANO, M.C.; El nuevo delito de Tráfico Ilícito de Personas, ciL, p. 62.
174 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
ANÁLISIS NORMATIVO
182 Vide, al respecto, el delito de Hurto simple; PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Pe-
nal. Parte Especial, T. II, cit., ps. 167-169.
176 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
183 Respecto a migración ilegal hacia los Estados Unidos podemos decir que las vias más
frecuentes del flujo ilegal latinoamericano hacia territorio estadounidense se da por
vía terrestre por la frontera norte de México y por la vía marítima se desarrolla por el
estrecho de Florida. El mecanismo de traslado para el migrante indocumentado impli-
ca pagar un determinado coste desde el lugar de origen a través de grupos (bandas
organizadas de seres humanos) que funcionan al margen del Estado y de las leyes
migratorias.
178 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
184 Como bien se mencionó, los bienes jurídicos vida, cuerpo y salud, son objetos de
protección superior, pues constituyen en esencia la existencia y normal desarrollo
180 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
del hombre, por ello cuando en el proceso del tráfico ¡legal de migrantes, se vulnera
estos bienes jurídicos, entonces los adores activos tienen una responsabilidad doble,
primero por violar las normas migratorias y segundo por colocar al sujeto de tráfico
en una situación de eminente peligro. Es por ello que la penalidad es superior a las
demás agravantes.
TÍTULO XII: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA 181
TÍTULO XIII
DELITOS DE CONTAMINACIÓN
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
Uno de los retos más importantes de las Naciones en el umbral del
Tercer Milenio, importa la conservación de un Medio Ambiente adecuado
para el sostenimiento de la vida humana, así como del resto de especies
(flora y fauna) que habitan en el planeta tierra. Si es que en el siglo IXX se
hablaba con furor del surgimiento de los derechos de «tercera generación»,
de los «derechos económicos, sociales y culturales»; es de verse que en la
actualidad impera el debate en los foros sobre la necesidad de proteger y
cautelar eficazmente el Medio Ambiente.
Se debe reconocer a los grupos «ecologistas», el hecho de que el
Medio Ambiente haya tomado la palestra en el estado actual de la discusión,
concientizando a todos los sectores de la población, en el sentido de actuar
responsablemente cuando se ejercen determinadas actividades que pueden
resultar lesivas al Medio Ambiente.
De hecho que cuando nos referimos al Medio Ambiente, hacemos alu-
sión a un término «omnicomprensivo», al abarcar una serie de conceptos
privativos de la Ciencia Jurídico-Ambientai. Es por ello que resulta funda-
mental tratar de aproximarnos a las definiciones elementales que recoge
dicha parcela del orden jurídico.
Diseñar una estrategia de tutela del Medio Ambiente supone articular
una serie de respuestas jurídicas, de hacer uso de todos aquellos medios de
control social con que cuenta el Estado para prevenir, controlar y sancionar
todos aquellos comportamientos que puedan propiciar una afectación a di-
cho interés jurídico.
Si es que partimos de una política-social en puridad «preventiva», an-
clamos en el empleo de una serie de mecanismos, herramientas e instru-
mentos dirigidos a controlar focos de riesgos. El Derecho Positivo no puede
186 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
bien, la flora, los árboles, plantas y otras especies de la flora silvestre sufren
en su habitat natural, al recibir un aire totalmente contaminado que impide su
florecimiento y normal crecimiento.
Qué decir del tráfico vario, donde se observan miles de automóviles,
combis, buses, camiones y otros vehículos que expanden una serie de gases
tóxicos en su recorrido. Las calles del Cercado de Lima, del Centro Históri-
co, son unas de las más contaminadas, tal como se ha indicado en estudios
recientes, realizados por las entidades estatales competentes; hasta el punto
de decir que ya no .se respira en puridad "oxígeno", sino más bien "monóxido
de carbono" así como otras sustancias contaminantes185. Una salida novedo-
sa e interesante es la introducción ai mercado automotor de automóviles con
motor de "gas natural", instituye una alternativa que se ajusta a los patrones
ecológicos permitidos.
No entendemos cómo las autoridades ediles y del Sector Ejecutivo
permiten que unidades vehiculares sumamente antiguas puedan seguir cir-
culando en el país, constituyendo focos permanentes y continuos de conta-
minación ambiental, al descargar una serie de gases tóxicos que, de forma
directa, afectan a la salud de las personas; lógicamente, cuando hablamos
per se de los «Delitos Ambientales» no nos referimos a la punición de
aquellas afectaciones y/o lesiones que se producen en la vida, cuerpo y
salud de los ciudadanos, pues dichos resultados han de ser cubiertos por
los injustos penales típicos que tutelan los bienes jurídicos personalfsimos,
pues cuando hacemos alusión a esta esfera de la criminalidad, se identifi-
ca un bien jurídico colectivo, macro-social o dígase supra-individual, cuya
lesión no está supeditada a la causación efectiva de un perjuicio material al
tratarse de tipos penales de peligro, como se dirá más adelante.
Se deben tomar medidas drásticas, inmediatas, en base a políticas
de gestión «multi-sectoriales»188, si es que en realidad se quiere hace algo
al respecto, que puedan generar herramientas de control, prevención y san-
187 CALDAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, cit., p. 58.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 189
188 JORDANO FRAGA, J.; La Protección del Derecho a un Medio Ambiente Adecuado, át, p. 106.
189 HUNOSKOPF EXEBIO, O.; Del Ambiente y los Recursos Naturales. En: La Constitución
Comentada, T. I, cit., p. 918.
190 CAIUAUX ZAZZAU, J.; Política Ambiental. En: La Constitución Comentada, T. I, cit., p. 931.
190 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
191 CANOSA USSRA, Raúl. Constitución y medio ambiente. Madrid: Dykinson-Ciudad Argen-
tina Editorial, 2000. cit. p. 101.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 191
192 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Código Penal Comentado, cit., p. 322.
193 SCHÜNEMANN, B.; Sobre la dogmática y la política criminal del Derecho penal..., cit., p.
206.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 193
194 BARRERO CACERES, en la doctrina colombina, escribe con respecto del modelo del medio
ambiente, que el primer rasgo se refiere a la consideración de que el medio ambiente
es la condición de posibilidad de supervivencia de los seres humanos, el segundo
de que se trata de una derecho fundamental y el tercero la obligación del Estado de
garantizar del medio ambiente; es decir, garante de un derecho fundamental; lo obliga
a realizar acciones tendientes a lograr la indemnidad del ambiente; La contaminación
ambiental como delito de resultado, cit., p. 88.
195 TIEOEMANN, K.; El Derecho Penal Ambiental Alemán en su contexto Europeo y Mundial.
En: Derecho Penal y nuevas formas de Criminalidad, cit., p. 207.
196 JOROANO FRACA, J.; La Protección del Derecho a un Medio Ambiente Adecuado, cit., p.
80.
197 Boix REIG, J./ JAREÑO LEAL, A.; Comentarios al Código Penal, Vol. III, cit., p. 1593.
194 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
198 JOROANO FRAGA, J.; La Protección del Derecho a un Medio Ambiente Adecuado, cit, p. SO.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 195
con aquella que se basa en el propio derecho del individuo de ser indemniza-
do, cuando los efectos perjudiciales de la acción contaminante han recaído
sobre su esfera personal.
A decir de SCHÜNEMANN, tanto el verdadero interés de protección que
se encuentra detrás del tipo penal como el bien de protección captado direc-
tamente por éste, sólo pueden estar constituidos por los 6/enes ecológicos
mismos™9.
Sobre lo dicho, cabe anotar que la legitimidad del bien jurídico «Medio
Ambiente», viene' caracterizada por su estrecha vinculación con los bienes
jurídicos de orden personal, es decir, la vida, el cuerpo y la salud de las
personas; pues las tipificaciones penales que el legislador ha glosado en el
Título XIII del CP, responden a una ¡dea reforzada e anticipada de la tutela de
los intereses jurídicos personalismos, en cuanto a una visión sistémica del
estado de las cosas, como un bien jurídico en esencia funcional.
La justificación axiológica no ha de entender que el Medio Ambien-
te -como bien jurídico-, no cuente con autonomía sustantiva y procesal;
todo lo contrario, son las propias particularidades y singularidades de este
interés jurídico, que determinan una independencia reguladora, que se ma-
nifiesta en una penalización separada de los delitos que atentan contra la
vida, el cuerpo y la salud.
La protección necesaria del medio ambiente acaba a menudo en un
menoscabo de los intereses de los individuos vivos, quienes, por cierto, si
son lesionados en su integridad física, pueden adoptar por completo una
función de representación del medio ambiente maltratado, pero el hecho de
que conserven su integridad física no indica necesariamente también la inte-
gridad de ios bienes jurídicos ecológicos200.
A nuestro entender, las posibles afectaciones que pueda presentar el
Medio Ambiente, pueden perfectamente ser conciliables con aquellos daños
que puedan aparecer en la integridad física de los individuos; sin embargo,
la titularidad de la ofensa en el primer caso ha de recaer en la sociedad en
su conjunto, mientras que en el segundo de los casos, en las mismas per-
sonas que son mermadas en la integridad de sus intereses fundamentales,
mediando la tipificación de tipos penales distintos. Sin embargo, la /ex lata ha
querido también recoger dichas lesiones, de conformidad con el contenido
normativo previsto en los últimos párrafos del artículo 305° del CP, es decir,
cuando por efecto de la contaminación se producen lesiones graves o la
muerte de una persona.
199 SCHÚNHMANN, B.; Sobre la dogmática y ¡a política criminal del Derecho penal.... cit. p. 219.
200 SCHÜNEMANN, B.; Sobre la dogmática y la política criminal del Derecho penal..., cit, p. 219.
196 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
207 Vide, al respecto, CALDAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio
ambiente, cit., p. 62; PEÑA CABRERA, R.; Código Penal Comentado, cit., p. 322.
208 PEÑA CABRERA, R.;. Código Penal Comentado, cit., p. 322.
209 CARMONA SALGADO, C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 52.
210 Así, Boix REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal. Vol. III, cit., p. 1594.
211 Vide, al respecto. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal
Penal, T. I, cit., ps. 90-111; REÁTEGUI SÁNCHEZ, J.; La Contaminación Ambiental como
delito..., ps. 184-185.
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 199
213 Vide, al respecto, PRATS CANUT/ MARQUÉS l Banqué; Comentarios a la Parte Especial del
Código Penal, T. II, crt.. p. 1171.
214 REATEGUI SÁNCHEZ, J.; La Contaminación Ambiental como delito..., cit., p. 188.
215 Así, TIEDEMANN, K.; Relación entre Derecho Penal y autorización jurfdico-administrati-
va. En: Temas de Derecho Penal Económico y Ambiental. Traducción de José Luis de
la Cuesta, cit., p. 160.
216 CALDAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, cit., ps.
68-69.
217 A decir, de REATEGUI SÁNCHEZ, la accesoriedad e destaca, como modelo técnico-le-
gislativo, porque aunque exista un verdadero peligro o lesión efectiva a los objetos
ambientales, resultará irrelevante penalmente sino se infringe las normas jurídicas de
protección del ambiente; La Contaminación Ambiental como delito..., cit., p. 181.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 201
222 SCHÜNEMANN, B.; Sobre la dogmática y la política criminal del Derecho.... cit, ps. 209-
210.
223 De aplicación supletoria según lo dispuesto en la Tercera Disposición Final y Comple-
mentaria de la Ley N° 27444.
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 203
224 SCHONEMANN, B.; Sobre la dogmática y la política criminal del Derecho.... cit., p. 210.
225 Asi. SCHONEMANN, B.; Sobre la dogmática y la política criminal del Derecho..., cit., p.
216.
204 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO [V
226 Vide, al respecto, REATEGUI SANCHEZ, J.; La Contaminación Ambiental como delito...,
cit., ps. 171-173.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 205
El petróleo que pueda vertirse en las aguas, es decir, las ingentes can-
tidades de combustible que puede ser arrojado al mar, puede también propi-
ciar graves estragos a la naturaleza ambiental. Las exploraciones petroleras,
así como las pruebas de armamentos nucleares, están alterando el ecosis-
tema. Son las grandes potencias económicas del orbe las más responsables
de todo el deterioro ambiental que se revela en el Tercer Milenio.
La descripción del estado de la cuestión alcanza también a los ecosis-
temas, es decir, las áreas naturales en las cuales se desarrollan seres vivos
(mar, lagos, lagunas, ríos, manantiales, bosques, etc.); es en tal mérito que
se construyen áreas protegidas para la conservación y protección de las
especies (fauna y flora).
Finalmente, en lo que se conoce como el «Efecto Invernadero», una
gran parte de la radicación solar pasar a través de la atmósfera, calentando
la superficie de la tierra; radiación que es reflejada en el suelo y enviada
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 207
227 BARRERO CACERES, J.; La contaminación ambiental como delito de resultado, cit, p. 81.
228 Así, MORALES PRATS. R; al referirse al artículo 325° del CP español; Responsabilidad
Penal por Contaminación Ambiental, cit.
208 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
229 Así, CARMONA SALGADO, C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 55.
230 BARRERO CACERES, J.; La contaminación ambiental como delito de resultado, cit., p. 90.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 209
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
231 MORALES PRATS, F.; Responsabilidad Penal por Contaminación Ambiental, cit.
232 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, ps.
360-366.
210 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
c. Modalidades típicas
Como és de verse del artículo 304° del CP, se recogen una serie de
modalidades del injusto típico, parece que el legislador ha pretendido abarcar
todos los supuestos, a fin de cerrar espacios de impunidad. Dicha estructura-
ción típica ha querido abarcar, de forma precisa y detallada, todos aquellos
ámbitos de protección que se desprenden de la idea del Medio Ambiente, a
su vez de penetrar en todos aquellos comportamientos disvaliosos, suscep-
tibles de dañar y/o lesionar el bien jurídico tutelado.
233 Vide, al respecto. CARMONA SALGACO, C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 60.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 211
235 VIDAL RAMOS, R.P.; ¿La Minería vs. Las Comunidades Campesinas? Buscando solucio-
nes a los conflictos ambientales en el Perú. En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 111,
diciembre 2007, Año 13, cit., p. 329.
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 213
236 La Ley N° 26786 de fecha 13 de mayo de 1997 - Ley de Evaluación de Impacto Am-
biental para Obras y Actividades, modificó el articulo 51° del Decreto Legislativo N°
957. en cuanto a las actividades a desarrollar por parte del CONAM
237 Se establece como LMP, de los efluentes que serán vertidos dentro de la zona de
protección ambiental litoral, 20 miligramos por litro para los aceites y grasas, y 100 mi-
ligramos por litro para los sólidos suspendidos totales; para ello se debe contar con un
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 217
tación tecnológica, para así evitar que sus emisiones puedan generar
focos contaminantes en el ambiente
La legislación mencionada ha de ser valorada como un indicador, que
nos devele -en cada caso concreto-, cuando la conducta genere un foco de
nesgo jurídicamente desaprobado, como primer nivel a tomar en considera-
ción para la verificación del Injusto penal ambiental, que no necesariamente
ha de responder a factores reales de lesividad, en la medida que una norma-
tividad ambiental que no se ajuste a los indicadores que han de ser tomados
con rigor en la actualidad, puede conllevar la no punición de la conducta, con
arreglo al principio'de legalidad. No estamos convencidos que de la legisla-
ción extra-penal pueda con propiedad fijar criterios de distinción entre el in-
justo penal y el injusto administrativo, tarea poco fácil para el juez23*; máxime,
si no se han regulado en detalle elementos de valoración que puedan darnos
algunos elementos para ello.
Asf las cosas, queda en la práctica totalmente desdibujada la supues-
ta delimitación cuantitativa, al igual que la cualitativa también, teóricamente
existentes entre la infracción penal y la administrativa, por lo que, dada la
prioridad que tiene la primera de estas vías respecto a la segunda y aten-
diendo a la vigencia del principio ne bis in idem, en el momento en el que se
tenga conocimiento de que los hechos pueden ser constitutivos de delito, ha-
brá de paralizarse todo procedimiento administrativo sancionador, mientras
la autoridad judicial no se hubiera pronunciado sobre ellos, debiendo quedar
excluida la sanción de aquella primera clase, de recaer condena penal, y te-
niendo que respetarse los hechos que se hubieran declarado probados por
el juez o tribunal, caso de que la sentencia fuera absolutoria (STC de 3 de
octubre de 1983)2M.
A la par se genera la indispensabilidad de contar con mecanismos
e instrumentos tecnológicos ¡dóneos para la verificación y/o constatación
de que la actividad económica haya superado los LMP, un ámbito de es-
pecialización que en el marco de la prueba pericial requiere del mayor rigor
científico y metodológico, a fin de garantizar a los cometidos de la Justicia
Material.
240 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal Económico, cit., p. 53.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 219
241 Cfr., PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal Económico, cit., p. 56.
242 PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del Código Penal, T. II, cit.,
p. 1192; BARRERO CACERES, J.; La contaminación ambiental como delito de resultado,
cit., p. 92.
243 Así, MORALES PRATS, F.; Responsabilidad Penal por Contaminación Ambiental, cit.
244 Oe particular-posición es CARMONA SALGAOO, C; Delitos contra los Recursos Naturales,
cit., ps. 63-64.
245 En opinión de REATEGUI SANCHEZ, en el presente caso estamos ante un peligro concreto
porque el peligro está expresamente indicado en la ley, por tanto dicho peligro es un
220 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
no tiene que ver con los bienes jurídicos de entidad personal, sino con el bien
jurídico espiritualizado (Medio Ambiente).
El analizado precepto reclama la constatación, en el caso concreto,
de la aptitud del acto contaminante para producir un peligro ex ante (peli-
grosidad objetiva y real de la conducta formulada ex ante) con relación al
equilibrio del los sistemas naturales o a la salud de las personas, y se trata
de una exigencia típica esencial para la conformación del delito, a diferencia
de lo que acontece en los delitos de peligro abstracto estricto sensu, funda-
mentados en una presunción general de. peligro248.
En la doctrina colombiana, según lo previsto en el artículo 332° de su
CP, se postula también que la incriminación responde a la categoría de de-
litos de peligro concreto, en que la acción de contaminar provoca un peligro
concreto al bien jurídico recursos naturales y medio ambiente247248.
Si es que eí comportamiento disvalioso produce una afectación en la
vida y/o salud de las personas, habría de verse un Concurso delictivo, mas
el legislador, en esa desesperación por querer abarcarlo todo, dispuso dicho
resultado material antijurídico, como una modalidad agravada contenida en
el artículo 305° del CP249. Si dichos estadios lesivos se presentan, por ejem-
plo la muerte de un comunero, la tipificación penal sería el Homicidio Cul-
poso, según ios alcances normativos del artículo 111° del CP al ser el bien
jurídico preponderante; no pueden ser valorados dos veces un mismo hecho,
por lo que ha de negarse un posible concurso de la agravante con el tipo de
Homicidio, so pena de vulnerar el principio del Non bis idem material.
Cuando ha de manifestarse una evidente lesión a los componentes
ambientales, se configura la modalidad «lesiva», que en términos de pena-
lidad puede incidir en una mayor descarga del ius puniendi estatal, ponién-
elemento del tipo objetivo que podemos definirlo como un estado anormal de situa-
ción riesgosa que de acuerdo a las circunstancias tendrá que ser de carácter actual e
inminente con probabilidad de lesión hacia el bien jurídico protegido, donde dicha pe-
ligrosidad se realiza en base a una presunción juris tantum es decir hay una inversión
de la carga de la prueba a favor del agente, además éste delito es verifica ble a través
de un juicio de peligrosidad "ex post'; La Contaminación Ambiental como delito..., cit,
p. 222.
246 MORALES PRATS, F.; Responsabilidad Penal por Contaminación Ambiental, cit.
247 CALDAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, cit., p. 80.
248 En la doctrina ecuatoriana, a esta consideración llega Moran Herrera, con respecto al
artículo 437-B del CP ecuatoriano; Delitos y Contravenciones Penales Ambientales,
cit., p. 557.
249 Asi, PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del Código Penal, T. II,
cit., p. 1190.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 221
250 Vide, al respecto, PESA CABRERA FREYRE, A.R.; Exagesis al nuevo Código Procesal
Penal.T. I, cit.ps. 90-111.
251 MORALES PRATS, F.; Responsabilidad Penal por Contaminación Ambiental, cit
222 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
que el Juez deberá constatar caso por caso y conforme a las exigencias
del concreto tipo penal la presencia de una posibilidad de afectación al bien
jurídico252.
Indicio de peligrosidad, un pronóstico objeto de aptitud de riesgo para
el interés jurídico, que no será suficiente para dar por acreditada la premisa
fundamental, del injusto penal ambiental, pues dicha conducta debe revelar
un potencial riesgo para el bien jurídico.
De todo ello, cabe concluir que en estos momentos la responsabilidad
penal en materia ambiental nacerá, fundamentalmente, de un incumplimiento
del deber de actuación, que puede dar lugar a un delito de resultado/peligro
o a un delito de resultado/lesión, en función a una interpretación doctrinal o
jurisprudencial que se haga de los tipos penales233.
252 Citado por REATEGUI SÁNCHEZ, J.; La.Contaminación Ambiental como delito..., cit.,
p. 202.
253 PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del Código Penal, T. II. cit.,
p. 1189.
254 CALDAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, cit., p. 80.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 223
255 CALCAS VERA, J.; Delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, cit., p. 80.
256 MONTOVA CHAVEZ, V.; El territorio nacional. En: La Constitución Comentada, T. I, cit.,
p. 752.
224 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
que origina productos secundarios nocivos o que pueden serlo por ulterior
transformación»257.
La realización en su acepción gramatical supone la concreción efecti-
va de la acción u omisión, que haya de generar la emisión de descargas con-
taminantes, que efectúa materialmente el autor; por su parte; la provocación
implica una actividad distinta, no determina de forma inmediata la descarga
contaminante, sino que, como actuación anterior, propicia las condiciones fa-
vorables para que tome lugar la acción contaminante, cuya naturaleza sería
la de un acto de complicidad o de instigación258.
Dicho lo anterior, la modalidad de «realizar» puede manifestarse de
forma directa o indirecta, en términos de una autoría inmediata, o a través de
un tercero, en términos de una autoría mediata.
B avance imparable de la industria, de la explotación minera y me-
talúrgica, así como el desarrollo de las plantas de hidrocarburos, plantean
la exigencia de que dichos agentes económicos no emitan o provoquen
descargas de elevados índices de sustancias contaminantes. Como explica
Cheng, hoy tenemos un sinnúmero de sustancias químicas y biológicas en
el ambiente que significan un riesgo para la salud porque se encuentran en
altas concentraciones o debido a su naturaleza tóxica259.
Las fuentes de constituyentes químicos, según la Organización Mun-
dial de la Salud (OMS), son de ocurrencia natural o provienen de fuentes
industriales y edificaciones humanas (industrias extractivas como minería,
manufactura y procesos industriales, alcantarillado, residuos sólidos, esco-
rrentías urbanas, fugas de gasolina), actividades agrícolas (abono, fertilizan-
tes, pesticidas), tratamiento de agua o materiales en contacto con agua pota-
ble (coagulantes, subproductos de desinfección, tuberías de PVC, asbesto),
pesticidas usados en agua para salud pública (plaguicidas usados en control
de vectores), cianobacterias (lagos eutróficos), etc280.
Según informes recientes, se advierte que en muchas zonas de la se-
rranía se han depositado, por años, relaves y humos procedentes de la ex-
plotación indiscriminada de los minerales, así como una serie de sustancias
químicas que se han vertido en las aguas marítimas, como el mercurio. Así,
de forma paradigmática lo que está sucediendo en la Oroya, en cuanto a las
actividades económicas que efectúa la empresa Doe Run, donde funciona
un enorme complejo metalúrgico, donde recientes monitoreos efectuados
257 Boix REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. III, cit., p. 1596.
258 Vide, CARMONA SALGADO, C.; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 57.
259 CHUNG, B.; Control de los contaminantes químicos en el Perú, cit, p. 413.
260 CHUNG, B.; Control de los contaminantes químicos en el Perú, cit. p. 414.
226 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
261 Se señala que se emiten elevados índices de plomo, arsénico, cadmio, y dióxido de
azufre, habiéndose comprobado que más de un 99% de los niños que viven cerca
del complejo sufren de intoxicación de plomo; generando el complejo el 99.7% de la
emisión de contaminantes al aire. Siendo los efectos: deterioro irreversible del sistema
respiratorio, diferentes tipos de cáncer, daños en et sistema reproductivo, en el desa-
rrollo y en los órganos vitales.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 227
262 CHUNG, B.; Control de los contaminantes químicos en el Perú, cit., p. 415.
263 Constituyen desechos tóxicos subproductos de procesos mineros y concentración de
minerales, por lo usual una mezcla de tierra, minerales, agua y rocas.
228 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
alzan día a día en nuestro país, como parte de una agresiva urbanización
que cunde en muchas de nuestras ciudades.
Años atrás, no se tomaba en serio la Contaminación provocada por las
emisiones de los ruidos sonoros, no se percibía los reales efectos perjudicia-
les de dicho fenómeno en el Medio Ambiente. No obstante, se le reconoce
como un agente contaminante, de mayor intrusión en la atmósfera.
Si hemos convenido que los bienes jurídicos que se protegen en la
presente titulación cuentan con un ámbito legitimador, conforme se aprecia
de su vinculación con los intereses jurídicos fundamentales264, sin que ello
implique anclar de forma estricta en una visión antropocéntrica. La Contami-
nación «Acústica285», como la podemos denominar, provoca grandes pertur-
baciones en el ambiente, cuyos efectos negativos pueden encontrarse en la
capacidad auditiva de las personas, así como en la salud mental (psíquica).
Ruidos molestos, perturbadores, desencadenan efectos trascendentes en el
carácter de los ciudadanos, tal como se aprecia en el tráfico rodado, donde
muchos conductores pierden fácilmente el control de sus emociones (irrita-
bilidad) así como la concentración.
Se sabe por información médica, que el oído sólo puede soportar
ciertos niveles de ruido, siendo que en algunos casos se sobrepasa esta
medida, cuyo desborde cuente con suficiente aptitud como para causar un
perjuicio, alteración o daño grave en el ambiente o sus componentes (calidad
ambiental o salud ambiental).
Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como
otras modalidades de contaminación, también es susceptible de generar gra-
ves estragos en el Medio Ambiente, que puede traducirse en una disminu-
ción sensible de la calidad de vida de los comunitarios.
Los controles del ruido deben concretizarse en todas las esferas de la
vida social y económica, sea en el ámbito industrial y empresarial, en el ámbito
de la construcción, en los negocios nocturnos y toda actividad que pueda pro-
vocar la emisión de ruidos molestos; en este alud, son varias las instituciones
públicas comprometidas, no sólo el Ministerio del Medio Ambiente, pues debe
sumarse el Ministerio de Energía y Minas, de Vivienda y Construcción, de
Comercio Exterior, etc., así como los Gobiernos Regionales y las Municipali-
dades. La prevención, control de los impactos acústicos es una tarea de todos,
que empieza por la labor educativa y termina en los derroteros aplicativos del
Derecho penal.
264 Así, CARMONA SALGADO. C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 59.
265 Entendida como un sonido excesivo y molesto, que se produce a través de una varie-
dad de actividades humanas.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 229
Los LMP han de ser determinados conforme al nivel del ruido sonoro,
fijado como valor normativamente, a partir de la unidad del "Decibel", unidad
que expresa el nivel de presión sonora tomando en consideración el compor-
tamiento del oído humano en función de la frecuencia.
En la doctrina, se hace alusión que la diferencia entre «emisiones»
y «vertidos» no reside en la naturaleza de las sustancias que se emiten o
vierten -material o residuo-, como en el medio en el que se realizan estas
conductas; así pues, mientras las emisiones sólo tendrían lugar en la atmós-
fera, los vertidos se producirían en el agua o en la tierra288.
Por último, ¿qué debe entenderse por «Contaminación Radioactiva»?
Se dice que las denominadas "sustancias radiactivas", que-no están adecua-
damente contenidas en recipientes estancos, pueden esparcirse, producien-
do la contaminación de superficies, objetos o personas. Dicho fenómeno pue-
de acontecer cuando sustancias radiactivas gaseosas, en forma de polvos o
disueltas en agua, arrastradas por el aire o por salpicaduras, llegan al medio
ambiente; aquella que se deriva por la dispersión de materiales radiactivos,
como el uranio, reactores nucleares de centrales energéticas, como sucedió
en Chemóbil. Cuando estas sustancias radiactivas se depositan en la piel de
una persona, hablamos de contaminación radiactiva externa.
Se hace alusión también a la «Contaminación Electromagnética», la
cual es producida por las radiaciones del espectro electromagnético que
afectan a los equipos electrónicos, dependiendo de la frecuencia de las
ondas electromagnéticas. De forma que el empleo de agentes nucleares
y otros dispositivos electrónicos, susceptibles de emitir grandes descargas
radioactivas, requiere de una regulación muy estricta, a fin de evitar sucesos
dañosos a los componentes del Medio Ambiente; así también la instalación
de centrales eléctricas como de las antenas de celulares, radios y otros afi-
nes. Si bien el Perú no es un país que se caracterice por poseer una indus-
tria avanzada en armamentos químicos y nucleares, es necesario prever
cualquier tipo de eventualidad que pueda ocasionar impactos ambientales
sumamente nocivos.
La legislación penal española ha tipificado también esta modalidad del
injusto ambiental en su artículo 325°, a pesar de contar con una nomenclatura
específica delictiva, relativos a la energía nuclear y radiaciones ionizantes.
En la actualidad, la energía nuclear (en definitiva: procedente de pro-
cesos nucleares) se produce mediante la fusión de átomos de uranio o de
266 Cfr., CARMONA SALGAOO, C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., p. 58.
230 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
267 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra la Seguridad Colectiva, cit., p. 98; Cfr., Orts Beren-
guer, E.; Comentarios al Código Penal, Vol. III, cit., p. 1617.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 231
268 Como señalaba REATEGUI SÁNCHEZ, aquello reduela ostensiblemente la eficacia preven-
tiva general de la norma penal, hasta focalizarla en una función simbólica negativa; La
contaminación ambiental como delito, cit., p. 159.
269 Vida, al respecto, PRATS CANUT, J.M.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho
Penal, cit, p. 1215.
232 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
5. MODALIDAD CULPOSA
270 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 677.
271 Así, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 681.
234 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
FORMAS AGRAVADAS
Art., 305°.- <(La pena privativa, de libertad será no menor de cuatro años
ni mayor de siete años y con trescientos a mil dios-multa si el agente incu-
rre en cualquiera de los siguientes supuestos:
1. Falsea u oculta información sobre el hecho contaminante, la cantidad
o calidad de las descargas, emisiones, filtraciones, vertimientos o ra-
diaciones contaminantes referidos en el artículo 304, a la autoridad
competente o ala institución autorizada para realizar labores de fis-
calización o auditoria ambiental.
2. Obstaculiza o impide la actividad fiscalizadora de auditoria ordena-
da por la autoridad administrativa competente.
3. Actúa clandestinamente en el ejercicio de su actividad.
Si por efecto de la actividad contaminante se producen lesiones graves o
muerte, la pena será:
1. Privativa de libertad no menor de cinco años ni mayor de ocho años y
con seiscientos a mil días-multa, en caso de lesiones graves.
2. Privativa de libertad no menor de seis años ni mayor de diez años y
con setecientos cincuenta a tres mil quinientos días-multa, en caso de
muerte3'.
penal cuando es cometido por una persona ajena al autor y/o partícipe del
delito, según se desprende del artículo 405° del CP.
En la hipótesis in examine, nos colocamos frente a un comportamiento
obstruccionista del autor del delito de Contaminación Ambiental, en el senti-
do de no colaborar con las agencias de la Administración, en lo que respecta
a toda la información relacionada con los efectos, naturaleza, cantidad, cali-
dad del elemento contaminante.
Si queremos revestir de legitimidad la circunstancia agravante, hemos
de vincularla con ciertas obligaciones que el agente adquiere por Asunción
de ciertos deberes, en cuanto a proporcionar toda clase de información rele-
vante que tienda a identificar la magnitud e intensidad de la acción contami-
nante, a fin de que las autoridades pueda tomar las medidas de precaución
necesarias, en aras de neutralizar, disminuir o hacer cesar los efectos perju-
diciales de la conducta antijurídica, con la intención de evitar daños catastró-
ficos en los componentes ambientales. En todo caso, la responsabilidad de
evitar un perjuicio lesivo de mayor entidad y/o de hacer cesar las consecuen-
cias lesivas de la acción u omisión penalmente antijurídica.
Las circunstancias descritas en el presente supuesto, hace alusión a
información de contenido cuantitativo y cualitativa del hecho contaminante,
en cuanto a las «descargas, emisiones, filtraciones, vertimientos o radiacio-
nes contaminantes referidos en el artículo 304o».
Aspecto a saber, también, es que para se configure este injusto agrava-
do, la Administración (ambiental), la autoridad respectiva, debe haber reque-
rido al agente, la proporción de la información contenida en la norma y, que
éste, en el plazo legal fijado para ello, entrega una información falseada en
su contenido o una información incompleta, es decir, insuficiente, ocultando
datos de relevancia. Y dicha autoridad debe ser competente para ello, v. gr.,
Municipalidades, Gobiernos Regionales, Ministerio del Ambiente, Ministerio
de Energía y Minas, etc.; si el funcionario y/o servidor público no está reves-
tido con dicha competencia funcional, el hecho será atípico y el servidor será
pasible de incurrir en un típico de caso de Usurpación de Funciones.
Se habla en un primer término de: «falsificar información», dicha cir-
cunstancia toma lugar cuando el autor consigna una serie de datos que no se
condicen con la verdad de las cosas, mediante la manipulación de cifras, es-
tadísticas y otros instrumentos que tienden a la alteración de la descripción
hecho contaminante. Dicha falsificación ha de referirse a una información
relevante272, pues si incide sobre datos intrascendentes, el comportamiento
no ingresa al ámbito de protección de la norma, por ende, ha de ser castiga-
272 Vide, al respecto, CARMONA SALGADO, C; Delitos contra tos Recursos Naturales, cit, p. 66.
236 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
273 De otra opinión, Botx REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal. Vol. III, cit., p.
1601.
274 Vlde, al respecto, CARMONA SALGADO, C; Delitos contra tos Recursos Naturales, cit.. p. 67.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 237
delitos, en mérito a la especialidad de los tipos penales que dan inicio al ca-
tálogo penal; sin embargo, esta función socio-pedagógica de la norma, que
continuamente imprime el legislador en las reformas penales, determinaron
la inclusión de estos resultados antijurídicos, como Circunstancia Agravante
del delito de Contaminación Ambiental.
Abona nuestra posición el hecho de que la dosimetría penal propuesta
en los dos incisos en cuestión, muestran un marco penal atenuado con res-
pecto a los tipos penales de Asesinato y de Lesiones Graves. Según ello, la
mejor fórmula sería la aplicación del Concurso Ideal de delitos, entre el tipo
base y los delitos contemplados en el artículos 108° y 121° del CP277.
Ambos resultados de mayor disvalor, deben ser abarcados por el dolo
del autor; por lo que al menos se exige dolo eventual sobre dichos estados
antijurídicos, no puede admitirse un delito preterintencional. Lo dicho, con
arreglo a los artículos 11° y 12° del CP27a.
Cuando nos referimos al último párrafo del artículo 304° del CP, ten-
dríamos que apelar a un Concurso delictivo entre el delito Ambiental -genéri-
co-, con un Homicidio o Lesiones Culposas. No se podría decir que el agen-
te actuó con culpa, respecto a la Contaminación Ambiental, y dolosamente,
respecto a las lesiones o la muerte de personas. Eso resultaría absurdo.
La muerte, importa (...), el cese definitivo e irreversible de las funcio-
nes cerebrales de una persona, la verificación de la nula actividad etiológica
cerebral279; dicho dato a saber, debe ser acreditado para que pueda admitir-
se la Agravante.
¿Qué pasa si las personas afectadas con la Contaminación Ambien-
tal no fallecen, pero se encuentran graves de salud? Si hemos convenido
que los resultados de mayor disvalor -que se contienen en el inciso exa-
men- deben estar abarcados, al menos, por dolo eventual, en la esfera
cognitiva del agente y mientras no acontezca dicho resultado lesivo, no
resulta jurídicamente posible la imputación por dicha agravante. Sin em-
bargo, la imputación podría formularse en mérito a un delito tentado o, en
su defecto, por la modalidad de producción de Lesiones graves, esta última
de más adecuada, con arreglo a los medios probatorios que habría de ad-
juntar la Fiscalía para poder demostrar sus aseveraciones fáctícas que dan
tugar a su «Teoría del Caso».
277 Vida, al respecto, REATEGUI SANCHEZ, J.; La Contaminación Ambiental como delito...,
cit., ps. 234-235.
278 Así, REATEGUI SANCHEZ, J.; La Contaminación Ambiental como delito..., cit, p. 234.
279 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 51.
240 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. BIEN JURÍDICO
Siguiendo la línea argumental -propuesta en los artículos preceden-
tes-, hemos de definir al objeto de tutela desde un doble plano a saber:
primero, desde la conservación del Medio Ambiente, como la esfera natural
donde se desarrolla la vida humana así como de otros seres vivientes, y
segundo, en específico, desde los componentes ambientales, en cuanto al
normal desarrollo de los procesos ecológicos.
El artículo 306° del CP reprime una conducción determinada por la ge-
neración de focos de riesgo, la realización de conductas, que al rebasar cier-
tos parámetros puede producir un peligro lo suficientemente apto como para
afectar gravemente la calidad del ambiente, la salud humana o los procesos
ecológicos.
280 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 233.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 241
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
Según la descripción típica que se desprende del tenor literal del artí-
culo 306° del CP, autor puede ser cualquier persona, es decir, no se requiere
de alguna cualidad especial para ser considerado como sujeto activo del
delito.
Todos aquellos que intervengan en comunión de decisión, compar-
tiendo el co-dominio funcional del hecho, han de ser calificados como co-
autores.
Si quien establece el vertedero de residuos sólidos, ejecuta la acción
sin dolo, mediando una instrumentalización del hombre de atrás, podría dar-
se una manifestación de «autoría mediata».
b. Sujeto pasivo
Es la colectividad representada por ia idea de los «intereses difusos»,
donde los sujetos ofendidos son indeterminados.
c. Modalidad típica
1. Minimización de residuos
2. Segregación en la fuente
3. Reaprovechamiento
4. Almacenamiento
5. Recolección
6. Comercialización
7 Transporte
8. Tratamiento
9. Transferencia
10. Disposición final
culo 3o dispone que la gestión de los residuos sólidos en el país tiene como
finalidad su manejo integral y sostenible, mediante la articulación, integra-
ción y compatibilización de las políticas, planes, programas, estrategias y
acciones de quienes intervienen en la gestión y el manejo de los residuos
sólidos, aplicando los lineamientos de política que se establecen en el si-
guiente artículo.
Los PIGARS (Planes Integrales de Gestión Ambiental de Residuos
Sólidos2*4) son instrumentos de gestión ambiental formulados por las mu-
nicipalidades provinciales, con participación de la ciudadanía y en coordi-
nación con las municipalidades distritales, la Autoridad de Salud y las au-
toridades competentes previstas en la ley. Tienen por objetivo establecer
las condiciones para una adecuada administración de los residuos sólidos,
asegurando una eficiente y eficaz prestación de los servicios y actividades
de residuos en todo el ámbito de su competencia, desde la generación has-
ta su disposición finaP".
Las propuestas contenidas en la norma se orientan básicamente en
una triple línea de acción: primero, en la formulación de políticas de gestión
ambiental, que de forma integral y sistematizada puedan tomar conjunta-
mente los actores comprometidos, en el marco de un empleo racional de
los residuos sólidos, incluyendo una propuesta educativa, en lo referente al
reaprovechamiento de dichos residuos; segundo, estableciendo una línea
de responsabilidad compartida, que ha de ser repartida por todos quienes
intervienen en la cadena de producción de dichos elementos, permitiendo, a
su vez, la prevención en la creación de focos de peligro que puedan resultar
perjudiciales para el Medio Ambiente, y tercero, procurar la formalización
de todos aquellos que se dedican al vertimento de residuos sólidos, propi-
ciando un debido control y fiscalización de dichos agentes por parte de la
Administración, así como su correcta ubicación en lugares adecuadas, con-
tando con una infraestructura que permita evitar acciones de contaminación
ambiental. Para esto último, ha de identificarse previamente áreas apropia-
das para la localización de infraestructuras de residuos sólidos, tomando en
cuenta las necesidades actuales y las futuras, a fin de evitar la insuficiencia
de los servicios.
En tesitura, la gestión y manejo de residuos sólidos no sólo ha de
importar conforme a las necesidades actuales de la sociedad peruana, sino
también en una perspectiva de cara a futuro, de garantizar un Medio Am-
biente adecuado, sostenible y de calidad para las generaciones futuras.
286 Asi, PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, T. II,
cit., p. 1224.
287 Vide, al respecto, PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del Dere-
cho Penal. T. II, cit., p. 1224.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 247
288 Vide, al respecto, Boix Rae J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. III, ciL, p. 1604.
250 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
5. AGRAVANTE
Cuando el agente, contraviniendo leyes, reglamentos o disposiciones
establecidas, utiliza desechos sólidos para la alimentación de animales des-
tinados al consumo humano, la pena será no menor de tres años ni mayor de
seis años y con doscientos sesenta a cuatrocientos cincuenta días-multa.
El legislador nacional es muy proclive a normar todo aquel resultado
disvalioso, de mayor antijuricidad material, de cobijar todo aquel resultado
que pueda presentarse en la realidad, como consecuencia de la realización
de un comportamiento típico, olvidando que la codificación punitiva contiene
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 251
1. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
nemos un análisis material más riguroso, podemos inferir que dichas perso-
nas actúan contratadas por un tercero, quien ostenta la propiedad de dichos
elementos; por tales motivos, el conductor habrá de ser penalizado según la
figura de un cómplice primario, y si éste participa activamente en la decisión
habrá de ser penalizado como un autor inmediato y el hombre de atrás como
inductor.
Puede suceder que aquel que se dedica a ingresar ¡legalmente los
residuos sólidos peligrosos, puede ser a su vez quien establece centros de
botadero de deseónos sólidos, dando lugar a un Concurso Real de delitos.
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
la Ley tiene por objeto regular las actividades, procesos y operaciones del
transporte terrestre de los materiales y residuos peligrosos, con sujeción a
los principios de prevención y de protección de las personas, el medio am-
biente y la propiedad. Estando comprendidos en los alcances de la presente
Ley, la producción, almacenamiento, embalaje, transporte y rutas de tránsi-
to, manipulación, utilización, reutilización, tratamiento, reciclaje y disposición
final. Siendo que su articulo 8o, dispone que tos titulares de la actividad que
usan materiales peligrosos sólo podrán contratar los sen/icios de transporte
con las empresas debidamente registradas y autorizadas por el Ministerio de
Transportes y Comunicaciones. El Ministerio de Transportes y Comunica-
ciones, en coordinación con el Ministerio de Salud, establecerá las normas
técnicas y de seguridad que deben cumplir las empresas de transportes para
los fines de su registro y autorización290.
De lo anotado se desprende, primero: que no toda persona (natural o
jurídica), esta legalmente facultada para el transporte y/o disposición final de
residuos peligrosos; segundo, no sólo ha de estar debidamente registrada
ante la entidad competente, sino también con la autorización que la habilite
como tal; tercero, de adoptar las medidas de seguridad que sean necesarias,
a fin de controlar adecuadamente todo foco de riesgo, y cuarto, que los titula-
res de de la actividad que usan materiales peligrosas, sólo podrán contratar
los servicios de aquellas empresas, debidamente autorizadas y registradas
por el MTC.
En lo que respecta al «objeto material del delito»», hemos de remitirnos
al artículo 22° (in fine), que define como Residuos sólidos peligrosos, aqué-
llos que por sus características o el manejo al que son o van a ser sometidos
representan un riesgo significativo para la salud o el ambiente. Sin perjuicio
de lo establecido en las normas internacionales vigentes para el país o las
reglamentaciones nacionales específicas, se considerarán peligrosos los
que presenten por lo menos una de las siguientes características: autocom-
bustibilidad, explosividad, corrosividad, reactividad, toxicidad, radiactividad o
patogenicidad291. Mientras que el artículo 27°, establece que la calificación
de residuo peligroso se realizará de acuerdo a los Anexos 4 y 5 del presente
reglamento. El Ministerio de Salud, en coordinación con el sector competen-
te y mediante resolución ministerial, puede declarar como peligroso a otros
residuos, cuando presenten alguna de las características establecidas en el
290 Disposición legal que debe ser aplicada según el desarrollo normativo fijado en el Re-
glamento Nacional de Transporte Terrestre de Materiales y Residuos Peligrosos - DS
N° 021-2008-MTC, modificado por el OS N" 030-2008-MTC.
291 Concordante con el artículo 3o de la Ley N° 28256.
256 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
2. BIEN JURÍDICO
La protección jurídica que ha de ejercer el Derecho penal en el ámbito
de los procesos ecológicos, no se reduce,a ¡a tutela estricta de los compo-
nentes ambientales, tal como se deduce de la ratio de los artículos 304° bis
307° del CP; al aparecer otros auténticos y autonómicos intereses jurídicos,
que se corresponden con el concepto de Recursos Naturales.
Los Recursos Naturales son todos aquellos elementos -propios de la
naturaleza-, que resultan indispensables para la subsistencia de la vida hu-
mana, como medio para la satisfacción de las necesidades más elementales
del hombre.
Si bien partimos de una visión antropocéntríca de la tutela penal, en
cuanto a la estrecha vinculación de los Recursos Naturales para con la exis-
tencia del ser.humano, no es menos cierto que los nuevos vientos de la polí-
tica criminal se conducen a un plano etnocéntríco.
En el marco de la tutela punitiva, recaen una variedad de especies,
tanto animal como vegetal (flora y fauna silvestre), los recursos genéticos (de
flora y fauna silvestre protegidas por la legislación nacional) y, en especial
relieve, los especímenes forestales maderables, conforme se desprende del
artículo 310° del CP y sus derivados.
Como consecuencia de la última reforma, en materia ambiental, se ha
incluido otros tipos legales que hacen referencia a la protección de las tierras
agrícolas y, de forma particular, cabe destacar el artículo 312° que penaliza
la alteración de los planes urbanísticos así como la tutela del ambiente natu-
ral o el paisaje urbano o rural (artículo 313°).
Conforme lo anotado, se infiere que las diversas conductas típicas que
se aglutinan en el Capítulo II del Título XIII del CP, responden a específicos y
particulares objetos de protección penal, lo que determina un detenido análi-
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 261
sis de cada uno de ellos; de manera que la presente capitulación integra una
matizada y renovada concepción de lo que debemos entender por Recursos
Naturales, en comparación con la lege lata que contaba el corpus punitivo,
hasta antes de la dación de la Ley N° 29263. Si se quiere decir, dichos com-
ponentes jurídicos han adquirido una mayor autonomía y sustantividad típica,
con la moderna política criminal del Estado;
Lo que sí quiebra la sistematicidad normativa, es la inclusión de tipos
penales concernientes a la contravención de meros deberes funcionales (ar-
tículo 314°) que, e.n todo caso, han de ser cubiertos por figuras delictivas
que se basan precisamente en la infracción de deberes funcionales (Delitos
contra la Administración Pública) y que, por otro lado, pretenden forzar la im-
putación jurídico-penal, en el caso de los órganos de representación de las
personas jurídicas, conforme se desprende del artículo 3T4°-A, sin respetar
los elementos que sostienen dicha responsabilidad, según la institución del
Actuaren lugar de otrot recogida en el artículo 27° del CP.
Finalmente, la inclusión de medidas cautelares, así como de benefi-
cios premíales, con arreglo a los artículos 314°-C y 314°-D, al ostentar na-
turaleza estrictamente procesal, no tienen cabida en un orden legal sustan-
tivo, habiendo bastado la modificación de las leyes procesales pertinentes,
tomando en cuenta la regulación jurídico-procesal prevista en el nuevo CPP.
Pareciese que la urgencia de cómo se sancionó la Ley N° 29263, llevo a la
incorporación de un bloque legislativo sin disgregar debidamente la materia
legislada.
Es de verse que la estructuración típica de los delitos que se glosan
en la presente capitulación, es distinta a la de los injustos típicos del capí-
tulo precedente, no se hace alusión normativamente a la lesión y puesta en
peligro de los componentes ambientales, sino a un peculiar comportamiento
que manifiesta una afectación a la protección y conservación de ciertas es-
pecies (fauna y flora silvestre) o de los bosques madereros, en cuanto a la
realización de acciones que contravienen la normatividad nacional. Se hace
referencia a la: «adquisición, venta, transporte, importación y/o exportación
de especímenes de flora silvestre no maderable o de especies acuáticas de
la flora y/o fauna silvestre así como a la extracción de especies de flora o
fauna en cantidades y zonas que son prohibidas, etc.».
La infracción de estos tipos penales no está supeditado a la lesión y
puesta en peligro de bienes jurídicos personalísimos, lo que apunta a re-
conocer una visión etnocéntríca del interés tutelado por la norma penal, es
decir, la fauna y fiora silvestre, así como la riqueza maderera, en cuanto a su
relación con el Medio Ambiente.
Se trataría de delitos de lesión, en la medida que la acción típica su-
pone una conducta dañina a la conservación de las especies protegidas;
262 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
295 En la doctrina especializada, JOROANO FRAGA, pone de relieve que al Derecho garan-
tizador del medio ambiente, el Derecho ambiental, la temática reconducible a los
recursos naturales le interesa o le incumbe en cuanto ésta afecte al medio ambiente,
y por ello se hace entonces necesaria la ordenación jurídica de la utilización racional
de los recursos naturales; La Protección del Derecho a un Medio Ambiente Adecua-
do, cit., p. 96.
296 Cfr., Bax REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. III, cit., p. 1608.
297 Sin embargo, para otros autores, como CARMONA SALGADO, no parece conceptual-
mente viable la distinción formulada entre un bien jurídico protegido de forma media-
ta -el medio ambiente natural- y otro tutelado de forma inmediata -la flora y la fau-
na-, que son las especies animales y vegetales las que integran el primero de esos
intereses colectivos referidos y, por lo tanto, no es factible aludir a una específica
variación dentro del único bien jurídico existente, objeto global de protección en este
ámbito, cual es el medio ambiente natural; Delitos contra los Recursos Naturales,
cit., p. 77.
298 Aspecto en cuestión que puede producir no sólo inseguridad jurídica, sino en algunas
veces impunidad, pues de hecho será la Administración la primera en intervenir ante
esta ciase de conductas.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 263
Art.- 308°-C- "El que caza, captura, colecta, extrae o posee productos,
raíces o especímenes de especies de flora y ¡o fauna süvestre protegidas por la
legislación nacional, sin contar con la concesión, permiso, Ucencia o auto-
rización uotm modalidad de aprovechamiento o extracción, otorgada por
la autoridad competente, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres años ni mayor de cinco años y con cincuenta a cuatrocientos
días-multa".
1. ALCANCES PRELIMINARES
Según lo acotado en párrafos precedentes, los delitos glosados en la
presente capitulación responden a la protección de particulares intereses
264 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. T1PICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
300 En Esparta, rige la Ley 4/1989 de 27 de marzo, de Conservación de los Estados Natu-
rales y de la Flora y Fauna Silvestre.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 267
b. Sujeto pasivo
Los Recursos Naturales, como manifestaciones típicas de la natura-
leza, pertenecen a toda la sociedad en su conjunto, cuya protección, con-
servación y defensa legal la asume el Estado a través de los Estamentos
Públicos competentes.
301 ÁLVAREZ HALCÓN, R.M.; La protección jurídica de los organismos silvestres en España.
Agencia Medio Ambiental Ibón en el verano de 2000.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 269
303 Son los títulos habilitantes otorgados por la Autoridad Regional Forestal y de Fauna
Silvestre para el aprovechamiento bajo planes de manejo, de poblaciones de especies
de fauna silvestre con fines comerciales o industriales en predios privados, tierras
de comunidades nativas o campesinas, incluyendo las áreas cedidas en uso, para el
manejo, escribe ANOALUZ WESTREICHER, C; Manual de Derecho Ambiental, cit., p. 349.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 273
304 A decir de ANDALUZ WESTREICHER, es el título otorgado por la Autoridad Regional Fores-
tal y de Fauna Silvestre, a si iniciativa o a solicitud de los interesados, en cualquier tipo
de ecosistema autorizado dentro de su rango de distribución natural, para el manejo
de poblaciones de especies con fines comerciales o industriales; Manual de Derecho
Ambiental, cit., p. 349.
274 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
305 CARMONA SALGADO. C; Delitos contra los Recursos Naturales, cit., ps. 85-86.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 275
El principio del non bis in ídem podría verse afectado según lo estipu-
lado en el artículo 37°, al exponerse que: "Los mecanismos de control, las in-
fracciones y sanciones administrativas a que están sujetos los beneficiarios
de concesiones, autorizaciones y permisos se establecen en el reglamento.
Las sanciones administrativas se aplican sin perjuicio de las acciones civiles
y penales a que hubiere lugar".
No podemos convalidar la posibilidad de una doble sanción por el mis-
mo hecho, si es que concurre la triple identidad que se exige para la presen-
cia del non bis inidem.
que debe revestir toda evidencia y/o información, para poder ser reputado
como prueba. Lógicamente, las incidencias son distintas en el Proceso pe-
nal, pues en dicho procedimiento sólo se puede hablar de «prueba» cuando
las evidencias materiales o los medios probatorios son sometidos en rigor a
los principios de oralidad, inmediación, publicidad, contradicción y bilatera-
lidad, que toman lugar en el curso del Juzgamiento, como se propone nor-
mativamente en el nuevo CPP; todas aquellas evidencias que son recogidas
en el trayecto de la investigación penal son medios de investigación y, como
tales, no pueden resultar válidos para sostener una resolución jurisdiccional
de condena, tampoco en el marco del Procedimiento administrativo sancio-
nados Máxime si dicha información es recogida por la misma Administra-
ción, institución interesada en la efectividad de la sanción, en tanto no puede
ser considerada como un ente imparciai.
307 Vide, mas al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal
Penal, T. I, cit....
308 Ley que modifica a su vez el artículo 309° del CP, luego modificado por la Ley N°
29263 (formas agravadas); a su vez modifica el artículo 185" del CP; vide al respecto,
PEÑA CASRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., ps. 171-176.
282 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
310 Al respecto, remítase a lo artículos: 229° y ss., del Reglamento de la Ley N° 27308.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 285
311 PEÑA CABRERA FREYRE. A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 323.
286 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
COMENTARIOS GENERALES
La debida tutela penal de los objetos reconducidos en la presente ca-
pitulación, la Flora y Fauna Silvestre -así como sus productos derivados-,
conlleva anticiparse a todas aquellas conductas que sean susceptibles de
poder afectar la preservación de estas especies.
En este caso, no hablamos de actividades que se vinculen con la re-
colección, caza, venta y/u otro tipo de comercio sobre la especie silvestre
protegida por la legislación nacional, pues el disvalor de la conducta ha de
recaer sobre los Recursos Genéticos cié especies de flora y/o fauna silvestre
protegida.
312 Dicho fenómeno acontece cuando el legislador construye el tipo penal sobre la base
de una contravención legal o el quiebre de una autorización.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 287
néticos de las especies de flora y fauna silvestre del bosque, dictando, entre
otras, las medidas que faciliten la conservación de especímenes, bancos de
genmopiasma, huertos y rodales semilleros de excepcional valor genético,
entre otros".
En la Estrategia Nacional de la Diversidad Biológica del Perú - DS N°
102-2001-PCM, se puso de relieve lo siguiente:
"El Perú posee una alta diversidad genética porque es uno de los
centros mundiales más importantes de recursos genéticos de plantas y
animales.
Es el primer país en variedades de papa, ajíes, maíz (36 especies),
granos andinos, tubérculos y raíces andinas. Tiene un importante número
de especies de frutas (650), cucurbitáceas (zapallos), plantas medicinales,
ornamentales y plantas alimenticias (787 especies).
Posee 128 especies de plantas nativas domésticas con centenares
de variedades y además las formas silvestres de esas plantas (cerca de 150
especies silvestres de papas y 15 de tomates):
De los cuatro cultivos más importantes para la alimentación humana
en el mundo (trigo, arroz, papa y maíz), el Perú es poseedor de alta diversi-
dad genética de dos de ellos, la papa y el maíz.
Tiene 4400 especies de plantas nativas de usos conocidos, destacan-
do las de propiedades alimenticias (782), medicinales (1300), ornamentales
(1600), entre otras de cualidades tintóreas, aromáticas y cosméticas.
Posee cinco formas de animales domésticos: la alpaca, forma domés-
tica de la vicuña (Lama vicugna); la llama, forma doméstica del guanaco
(Lama guanicoe); el cuy, forma doméstica del poronccoy (Cavia tschudii); el
pato criollo, forma doméstica del pato amazónico (Cairina moschata);
Diversidad de especies
Expresa la variedad o riqueza de especies dentro de una región, por
ejemplo el número de aves del Perú".
En el documento precitado, se dice que: "La conservación de la Diver-
sidad Biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participa-
ción justa y equitativa en ios beneficios que se deriven de la utilización de los
recursos genéticos mediante, entre otros elementos, un acceso adecuado a
esos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes,
teniendo en cuenta todos los derechos sobre esos recursos y a esas tecno-
logías, asi como una financiación apropiada*.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 289
silvestre, se rige por las disposiciones que regulan el acceso a los recursos
genéticos y sus normas complementarias".
Es del artículo 325° del Reglamento, que encontramos un precepto
que más se asemeja a la conducción típica, cuando se propone que el INRE-
NA otorga permisos con fines de investigación científica o de difusión cultural
en áreas previamente determinadas, salvaguardando los derechos del país
respecto de su patrimonio genético nativo, bajo las condiciones y procedi-
mientos establecidos en el Texto Único de Procedimientos Administrativos
del INRENA.
Si hablamos de un permiso, estamos ante una autorización y, si el
INRENA, expide dichas licencias, también habrá de asumir dicha función,
cuando estamos ante actos de una envergadura ya comercial.
No encontramos en la normatividad administrativa, ni siquiera en el
derogado Decreto Legislativo N° 1090, dispositivo legal que haga mención
expresa a la autorización para la venta, importación, exportación de Recur-
sos Genéticos de la flora y fauna silvestre, por lo que hemos de remitirnos al
Título VI del Reglamento de la Ley N° 27308313..
Punto importante a saber es la distinción que hace el Derecho positivo,
de los derechos otorgados sobre recursos biológicos sobre los recursos ge-
néticos, en tanto el artículo 27° de la Ley N° 26839, establece que los prime-
ros no otorgan derechos sobre los segundos; de modo que el manejo de los
mismos -por parte de los particulares-, requiere de una autorización habili-
tante. Si el agente, por ende, contando con derechos biológicos, importa y/o
exporta recursos genéticos, estará incurso en la figura delictiva in comento.
La perfección delictiva se alcanza cuando el agente logra extraer del
país, ingresar al país, adquirir, transportar, almacenar (depositar), colocar en
el mercado de consumidores (venta) los recursos genéticos de la flora y/o
fauna silvestre. No consideramos factible, apreciar un delito tentado, tanto
por motivos dogmáticos como por consideraciones de política criminal.
El tipo subjetivo del injusto viene informado por el dolo, conciencia y
voluntad de realización típica, el agente debe saber qué está vendiendo, al-
macenando, transportando, importando, etc., recursos genéticos provenien-
tes de la fauna y/o flora silvestre, sin contar con la autorización administrativa
correspondiente.
Cualquier error sobre los efectos jurídicos de una solicitud -ya inter-
puesta-, ha de ser solucionado vía la fórmula del Error de Tipo. Siendo que
315 Sobre dicho aspecto, ver lo concerniente a la normatividad administrativa del artículo
308° del CP.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 291
FORMAS AGRAVADAS
Art. 309°.- "£n los casos previstos en los artículos 308", 308-A", 308°-B
y 308°-C, la pena privativa de libertad será no menor de cuatro años
ni mayor de siete años cuando el delito se cometa bajo cualquiera de los
siguientes supuestos:
1. Cuando los especímenes, productos, recursos ¿enéticos, materia del ilí-
cito penal, provienen de áreas naturales protegidas de nivel nacional o
de zonas vedadas para la extracción deflora y/o fauna silvestre, según
corresponda.
otra actividad que se realice dentro de las mismas, sólo podrá ser autorizado
si resulta compatible con la categoría y la zoniücación asignada, así como con
los planes de manejo del área. Estas actividades no deben poner en riesgo el
cumplimiento de los fines y objetivos primarios para los cuales se estableció
el área".
Dicho lo anterior, se advierte que sí pueden ser aprovechados los Re-
curso Naturales que provienen de las Áreas Naturales Protegidas, siempre
que se cuente con la autorización administrativa respectiva y se realicen las
actividades conforme a los fines por los cuales se estableció el área; de for-
ma que dicha conducta sería atípica.
Si se entiende, que las figuras agravadas han de contener todos los
elementos constitutivos del tipo base, la presente hipótesis debe recoger en
su construcción normativa, lo referente a una actuación sin permiso o autori-
zación como una vía primera de acreditar el disvalor de la conducta.
Es decir, que para la admisión de los tipos base debe evidenciarse que
los productos o especímenes de la flora y/o fauna silvestre (recursos genéti-
cos), no procedan de las Áreas Naturales Protegidas.
Con respecto a la «Veda de flora o fauna silvestre», el Reglamento de
la Ley N° 27308 señala que se trata de una medida legal que establece la
prohibición temporal del aprovechamiento de una o varias especies de flo-
ra o fauna silvestre, en un ámbito determinado; concordante con el artículo
256° que prevé lo siguiente: "La conservación de los recursos forestales y de
fauna silvestre puede incluir la protección de especies y hábitats que por su
fragilidad, vulnerabilidad o situación amenazada así lo requieran, para lo cual
se establecen medidas especiales como vedas, prohibiciones ó regulacio-
nes, protección de hábitats específicos, así como medidas de restauración
ecológica".
En el artículo 276° se dispone que el Ministerio de Agricultura me-
diante Resolución Ministerial, previo Informe Técnico del INRENA, puede
declarar vedas temporales para la extracción de especies de la flora y fauna
silvestre.
Las vedas deben ser entendidas como aquellas prohibiciones legales
que, por razones justificadas, sanciona la Administración, proscribiendo la
posibilidad de aprovechamiento de los especímenes de la flora y fauna sil-
vestre en determinadas circunscripciones territoriales.
Sin embargo, en el artículo 278° se reglan ciertas excepciones cuando
se expresa que" la declaración de veda no afecta a las áreas comprendidas
en las concesiones de aprovechamiento de recursos forestales y de fau-
na silvestre concedidas conforme a la Ley y el presente Reglamento, ni las
294 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
318 En cambio, para PRATS CANUT y Marqués l Banqué, es dable aceptar que se persigue
cierto efecto simbólico, que evite la sensación de tratamiento desigual entre el par-
ticular que es sancionado por contaminar y el funcionario que ha autorizado dicha
contaminación; por tanto, lo que se persigue es la tutela del ambiente frente a agre-
siones que recibe, independientemente de quién las ejecute y a través de qué com-
portamientos lo vulnere, por tanto sin que se agote su función en un mero simbolismo
como ocurce en otras figuras; La responsabilidad penal de los funcionarios en materia
ambiental, cit., p. 465.
319 Considerando á este tipo legal, como un delito subsidiario, que ha de tomar lugar para
colmar lagunas de impunidad, es decir, por motivos de política criminal; de manera
que no puede operar en el marco de un Concurso delictivo, que al concurrir un conflic-
298 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
dadiva por parte del particular para faltar a sus obligaciones legales, será
reprimido por el delito de Cohecho.
El apremio por concordar los Acuerdos Comerciales ha llevado al le-
gislador a extender la tipificación penal a esferas de organización que deben
ser resueltas en otros apartados de la codificación punitiva.
Ahora bien, para que pueda proceder esta punición, al margen de su
incoherencia sustantiva, debe haberse declarado la invalidez del Acto Ad-
ministrativo, pues antes de que se dé dicha declaración debe presumirse su
licitud; por tales motivos, debe acreditarse previamente que el funcionario
y/o servidor público otorgó un permiso o autorización en contravención a los
requisitos legales y, sólo así, podría proceder la persecución penal estatal.
Por su parte «permitir la comercialización, adquisición o transporte de
los recursos de flora y fauna ilegalmente obtenidos», habrían de ser esti-
madas como conductas que se manifiestan a postériori, cuando el agente
(extraneus), extrajo o capturó los especímenes de la fauna y/o flora silvestre
y estas son objeto de comercialización.
Se trataría de conductas típicas que habrían de ser encajadas en el
artículo 308° del CP, pero que en razón de la investidura funcional del autor
son reprimidas como una circunstancia agravante. De todos modos, el ma-
yor reproche culpable debe verificar un prevalimiento de la función pública
por parte del agente, de que el autor se haya aprovechado de los poderes
que la confiere el cargo para poder perpetra el injusto típico.
con las modalidades típicas glosadas en los artículos 308°, 308°-A, 308°-B
y 308°-C. No se puede decir con propiedad, que para vender, exportar o im-
portar especímenes de la fauna y/o flora silvestre se pueda emplear armas
de fuego, explosivos o sustancias tóxicas. En definitiva, la posibilidad fáctica
de que concurran dichos elementos comisivos, únicamente podemos apli-
carlos en los supuestos de caza, extracción, recolección y captura, conforme
las figuras delictivas comprendidas en los artículos 308°-B y 308°-C.
Dicho lo anterior, resulta que el delito de Extracción ilegal de especies
acuáticas (art. 30,8o-B) contempla en su redacción normativa la admisión del
injusto, empleando explosivos, medios químicos y otros métodos prohibidos,
entre éstos perfectamente se pueden asimilar las armas320 y las sustancias
tóxicas; en tal medida, se manifiesta una superposición de ambas tipificacio-
nes, que por razones de política criminal hemos de rechazar la procedencia
de la circunstancia agravante bajo examine, con arreglo al principio de míni-
ma intervención.
En consecuencia, la aplicación de este inciso de la agravación delicti-
va sólo puede aplicarse en la hipótesis delictiva de la Depredación de Fauna
y Flora silvestre (art. 308°-C).
Finalmente, cabe añadir que si el peligro generado por la conducta
sobrepasa los límites permisibles y, a su vez, coloca en riesgo (aptitud) de
lesión a algunos de los componente ambientales (aguas terrestres y/o maríti-
mas, etc.), sé reconduciría al tipo penal previsto en el artículo 304° del CP, en
concurso con el presente injusto de agravación. Asimismo, si la utilización de
dichos mecanismo provoca la muerte y/o lesiones en personas determina-
das, ingresaría vía un Concurso Real de delitos, por las figuras delictivas de
Homicidio y Lesiones y, no las formas agravadas que se glosan en el artículo
305° del CP321.
320 Sobre su connotación, ver al respecto. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal.
Parte Especial. T. II, cit., ps. 233-237.
321 Al respecto, ver lo referente ai análisis dogmático de estos injustos agravados de Con-
taminación Ambiental.
300 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
OBSTRUCCIÓN DE PROCEDIMIENTO
Art. 310-B.- "El que obstruye, impide o traba una investigación, veri-
ficación, supervisión o auditoría, en relación con la extracción, trans-
porte, transformación, venta, exportación, reexportación o importación
de especímenes de flora y/o de fauna silvestre protegidas por la legislación
nacional, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos
años ni mayor de cinco años.
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
El Perú es una Nación que cuenta con un territorio muy diverso, con
una estructura geográfica variopinta.y accidentada, que toma lugar a partir
de las regiones de la selva, sierra y costa. Es en los territorios de la Selva,
en la Amazonia nacional, sobre todo, donde podemos advertir un patrimonio
forestal envidiable, presentando bosques de inmensas áreas que, a su vez
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 301
323 El Ministerio de Agricultura ha señalado que la tala ilegal de madera funciona como
el narcotráfico o el contrabando, tratándose de una red organizada y poderosa que
amenaza el proceso de ordenamiento del bosque
324 Situación que a su vez provoca un gran forado fiscal, pues la evasión de impuestos se
multiplica año a año, generando un impacto en la hacienda pública.
325 A decir, de ANDALUZ WESTREICHER, la despoblación forestal o deforestación se define
como el cambio permanente del uso de suelo forestal para otros usos también perma-
nentes como la agricultura, los pastos y la construcción de carreteras e infraestructura
diversa; Manual da Derecho Ambiental, cit., p. 239.
326 Produce una escasez de alimentos, de medicinas derivadas de la leña y otros insumes,
que estas poblaciones requieren para la satisfacción de sus necesidades más elemen-
tales.
327 Sobre la situación de los bosques en el Perú, ver de forma amplia, ANOALUZ WESTREI-
CHER, C; Manual de Derecho Ambiental, cit., ps. 244-246.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 303
2. BIEN JURÍDICO
Serían en principio los Recursos Naturales, todos aquellos elementos,
que resultan indispensables para la subsistencia de la vida humana, como
medio para la satisfacción de las necesidades más elementales del hom-
bre.
Podemos partir de una visión antropocéntrica de la tutela penal, en
cuanto a la estrecha vinculación de los Recursos Naturales para con la exis-
tencia del ser humano, de forma específica a los pobladores que habitan en
determinados habitáis; empero, no es menos cierto que los nuevos vientos
de la política criminal se conducen a un plano etnocéntríco.
En el marco de la tutela punitiva recae todo el patrimonio forestal, en
cuanto a los bosques, como fuente inmanente de una serie de recursos na-
turales y productos derivados.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
Según se desprende de los artículo 310° y 310°-A del CP, autor puede
ser cualquier persona, no se exige una cualidad especial para poder ser
considerado sujeto activo. Si interviene dos o más personas, si es que todos
328 El Ministerio del Medio Ambiente informó recientemente, que el Perú obtuvo una defo-
restación entre los años 2004 y 2005, de 117,000 hectáreas habiéndose priorizado la
conservación de 55 millones de hectáreas, por medio del Servicio Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (SERNANP).
329 Los monitoreos se efectúan mediante inspecciones de campo, visitando los lugares
sometidos a dicho procedimiento, como bosques, aserraderos, fábricas, puestos de
control, etc., a través de un seguimiento permanente.
330 150 mil hectáreas de las áreas de conservación regional, 3,500 hectáreas de las áreas
de conservación privada, dos millones de hectáreas de las reservas territoriales de
indígenas aislados, 12 millones de hectáreas de las comunidades nativas tituladas y
330 mil hectáreas a la concesión de conservación de bosques de protección perma-
nente.
304 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
b. Sujeto pasivo
333 ANOAUIOUZ'WESTREICHER, escribe que las concesiones forestales con fines maderables
se otorgan a exclusividad, la autoridad está impedida de otorgar a terceros otras con-
cesiones, permiso o autorizaciones sobre la misma área; Manual de Derecho Ambien-
tal, cit., p. 266.
308 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
341 Sobre las autorizaciones, concesiones, etc., ver lo referente en el articulo 310° de! CP.
314 DERECHO PENAL -' PARTE ESPECIAL: TOMO IV
343 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 684-692.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 317
345 Para tal efecto, se requiere la concurrencia de los siguientes presupuestos: requeri-
miento formal de la Administración sujeto a un plazo perentorio y capacidad de cum-
plimiento; conducta que podría ingresar en Concurso con el delito de Desobediencia
y Resistencia a la Autoridad.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 321
346 Al respecto, ver PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, ps.
635-640.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 327
347 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parta Especial, T. I!, cit., p. 185.
330 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
348 Vide, al respecto. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit, p.
187.
332 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
a los tipos penales de Asesinato y de Lesiones Graves; ello sin contar con la
Acumulación Jurídica, que se contrae de los artículos 48° y 50° del CP, luego
de la modificación producida por la Ley N° 28726. Según lo anotado, la mejor
fórmula sería la aplicación del Concurso Ideal de delitos, entre los tipo base
y los delitos contemplados en el artículos 108? y 121° del CP.
Ambos resultados de mayor disvalor deben ser abarcados por el dolo
del autor; por lo que al menos se exige dolo eventual sobre dichos estados
antijurídicos, no puede admitirse un delito preterintencional. Lo dicho, con
arreglo a los artículos 11° y 12° del CP. • -
COMENTARIOS GENERALES
La protección jurídico-penal en el Perú de los «Recursos Naturales»,
adquiere cierta particularidad y singularidad, en razón a la descripción geo-
gráfica y cultural que presentan determinadas áreas verdes, determinados
territorios, cuyo uso, empleo y aprovechamiento está destinados a fines es-
pecíficos.
Históricamente el uso y propiedad de la tierra en comunidades campe-
sinas ha estado siempre a expensas de las decisiones políticas de Estado,
que a través de sus normas legales le han ¡do impartiendo ciertas prohibi-
ciones que con el paso del tiempo se han transformado, anota ÁLVAREZ DEL
CASTILLO349.
349 ÁLVAREZ DEL CASTILLO, A.; Política de la Tierra en los Andes del Cuzco, Perú, cit.. p. 1.
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 333
350 CHAQUILLA, O.; El Mercado de Tierras Agrícolas. Debate Agrario, cit, p. 83.
351 Ley que fuese derogada por el Decreto Legislativo N° 1064, luego recupera su vigen-
cia normativa vía la Ley N° 29376 de junio del 2009.
334 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
352 ÁLVAREZ DEL CASTILLO, nos señala que el Perú es un país con poca tierra agrícola, des-
cribiendo al Perú con una superficie terrestre de 25'525,000 hectáreas, el 20% es apta
para la actividad agropecuaria, y el 6% es para (a agricultura, y de éstas, sólo el 40%
esta en manos de comunidades campesinas y nativas; Política de la Tierra..., ctt.. p. 4.
TÍTULO XIII: Los DEUTOS AMBIENTALES 335
354 Vide, más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T.
II, cit., ps. 371-382.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 339
COMENTARIOS GENERALES
El Derecho Ambiental es una ciencia jurídica «omnicomprensiva», al
aglutinar en su amplia acepción, una serie de aspectos y esferas, dignas de
protección jurídica; el sistema ecológico, la biodiversidad, los recursos hidro-
biológicos, el suelo, el mar, los lagos, los recursos forestales, plantean una
serie de problemáticas que han de ser afrontadas con los mecanismos que
este ámbito de la juridicidad propone de forma legislativa, y determina me-
diante el instrumento de hermenéutica que se desprende de la interpretación
normativa sostenida en el bloque de la constitucionalidad. Considerando a
todos los componentes ambientales como intereses jurídicos que merecen
una tutela legal intensificada, tomando en cuenta lo vital que aquellos resul-
tan para la supervivencia de la raza humana.
Las amenazas contra el Medio Ambiente no se reducen a un tema
estrictamente de contaminación o de depredación de los recursos naturalesr
pues aparecen también otros riesgos inherentes a los movimientos urba-
nísticos de la actualidad; es decir, el empleo de los suelos para proyectos
urbanísticos, implica reducir progresivamente las áreas verdes, tos territorios
forestales, por ende, la propia capacidad del aire para proporcionar un nivel
de oxigeno necesario para los ciudadanos.
En efecto, las tasas del crecimiento demográfico así como ta propen-
sión a una sociedad post-industríalizada, determinan incidencias significa-
tivas en el planeamiento urbanístico, en el sentido de que las mayores de-
mandas por áreas de terreno, para construir viviendas, zonas comerciales
e industriales, propician un estado de cosas poco favorable paca la conser-
vación y protección de la áreas naturales, con ello de contar un Medio Am-
biente de calidad. La migración del campo a la ciudad constituye un factor
esencial en esta descripción ambientalista355.
La descripción sistémica de la sociedad del tercer milenio, avizora
estos nuevos riesgos para el sostenimiento del Medio Ambiente, también
provocados por la acciórr humana es el hombre, que en su afán de lucro, se
orienta a la destrucción de las áreas verdes, prevaleciendo el propósito de
edificar edificios, centros comerciales, zonas de parqueo, etc.
355 Así, en el Plan Nacional de Desarrollo Urbano, al sostenerse que desde mediados del
siglo pasado, el Perú, al igual que otros países de América Latina, ha experimentado
un crecimiento acelerado de la población, la mayor concentración es de carácter ur-
bano, impulsado por el éxodo de población del campo a la ciudad, hacia Urna Metro-
politana principalmente, y en menor proporción, a otras ciudades ubicadas en la costa
norte e interior del país, y, que en algunos casos se vieron beneficiados y potenciados
por las funciones que desarrollan.
340 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
jurídicos conexos; donde el bien jurídico sería, según la lege lata, la conser-
vación y protección de los Recursos Naturales. A nuestro entender, lo que se
tutela de forma específica es la correcta ordenación del desarrollo urbanísti-
co, conforme la necesidad de cautelar los componentes ambientales (agua,
suelo, tierra, etc.)382.
En la legislación comparada se ha seguido el orden sistemático de
aquellos delitos que atentan la «Ordenación del Territorio», tal como se des-
prende del Título XVI del CP español.
En cierta medida, la ordenación del territorio constituye una materia
fronteriza a la medioambiental, en particular desde la óptica de las ciencias
no jurídicas, para las que no tiene demasiado sentido plantear de forma in-
dependiente y aislada sus respectivas problemáticas, en la medida en que,
desde un punto de vista ecológico, el territorio, junto con el agua y la atmós-
fera, se considera parte integrante del sistema medioambiental, configuran-
do, a su vez, estos tres elementos, unidos en estrecha relación de interde-
pendencia, la sede de las acciones humanas383.
Si bien puede ser discutible la legitimidad represora del Derecho penal
en este ámbito de actuación, con arreglo al principio de mínima interven-
ción3"4, lo que sí resulta más contundente es que la tipificación penal ha
de contar con un mínimo de elementos de disvalor, permitiendo dos cosas:
-primero, la posibilidad de someter el ius puniendi estatal al principio de ofen-
sividad, mediando criterios de materialidad sustantiva, inclusive con los tipos
de peligro y, segundo, ofrecer una clara delimitación entre la desobediencia
administrativa y el injusto penal.
De una lectura del artículo 312° del CP, no encontramos elementos
suficientes de disvalor que pueda deducir una real puesta en peligro de un
bien jurídico tutelado; v. gr., no resulta para nada igual, la construcción de
una pequeña caseta de vigilancia sobre un bosque, que la edificación de un
centro comercial de 10,000.00 ma en el medio de un área verde, la valora-
ción es en suma diversa; por ello, debería haberse incluido una condición de
tipicidad, de que la construcción pueda poner en peligro la integridad de los
suelos, áreas verdes, etc.
362 Para MUÑOZ CONOS, el bien jurídico protegido Ib constituye el interés por el cumplimien-
to de la ordenación territorial legal o reglamentaria establecida, esto es, la ordenación
del territorio frente a las conductas que transgreden la defensa del urbanismo; Dere-
cho Penal. Parte Especial, cit., p. 486.
363 Cfr., CARMONA SALGADO, C; Delitos sobre la Ordenación del Territorio, cit., p. 17.
364 Vide, al respecto, Boix REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. III, cit., p.
1573; CARMONA SALGAOO, C; Delitos sobre la Ordenación del Territorio, cit., ps. 19-20;
desde otra visión, MORALES PRATS, F./ TAMARIT SUMILLA, J.M.; Comentarios a la Parte
Especial del Derecho Penal, T. II, cit., ps. 1135-1136.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 343
365 CARMONA SALGADO, C; Delitos sobre la Ordenación del Territorio, cit., ps. 21-22.
366 Siguiendo en rigor el principio de la Unidad en el Titulo de la Imputación.
367 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps.
353-355.
344 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
368 El funcionario decisorio cuenta con pJena poder y autonomía para apartarse de cual-
quier informe u opinión, provenga de un funcionario público o de un particular, en tanto
su actuación tiene como parámetro la ley y la Constitución. Consecuentemente, la res-
ponsabilidad de propiciar conductas que puedan afectar a la ordenación urbanística,
ha de recaer únicamente en su esfera de organización funcional, como fundamento
material del injusto.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 345
ALTERACIÓN PAISAJISTA x
a
Art. 313.- El que, contraviniendo las disposiciones de la autoridad com-
petente, altera el ambiente natural o el paisaje urbano o rural, o modifica
la flora o fauna, mediante la construcción de obras o tala de árboles, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de cuatro años y con
sesenta a noventa días-multa".
COMENTARIOS GENERALES
El Derecho ambiental se encuentra en plena formación científica y
académica, en pleno desarrollo epistemológico, producto de la propia com-
plejidad de sus componentes y de la dinámica por la cual evoluciona su radio
de acción. Hablar de esta ciencia jurídica no sólo implica remitirnos a defini-
ciones puras y concretas sobre el aire, el suelo, la tierra, la biodiversidad, los
recursos forestales e hidrobiológicos; es decir, el análisis jurídico no puede
partir de una forma aislada y singular de lo qué hemos de entender por algu-
no de los elementos del Medio Ambiente, en el sentido de que se manifiesta
346 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
una estrecha vinculación entre todos ellos y, lo más resaltante, cada uno de
sus variables se dirige siempre a la tutela de lo que hemos de concebir por
el «Medio Ambiente».
Cuando hicimos alusión a la protección jurídica (penal) de las espe-
cies o especímenes de la fauna y/o flora silvestre ,así como de los recursos
forestales maderables, no sólo se apuntaba a un entendimiento autonómico
-de los intereses jurídicos a tutelar-, desde una visión etnocéntríca o confor-
me su relación con los bienes jurídicos fundamentales del hombre, desde
una perspectiva antropocéntrica, sino,también, bajo la idea de que todos
estos componentes se refunden en ef concepto del Medio Ambiente, como
institución jurídica aglutinadora de una serie de elementos. Por consiguiente,
la afectación a las especies silvestres, a la flora, a la fauna, a los recursos
forestales maderables, no sólo ha de verse desde una plataforma particular
del interés protegido, sino considerando sus repercusiones en los sistemas
ecológicos, desde un plano en puridad sistémico.
El artículo 65° de la LGA dispone que el crecimiento de la población
y su ubicación dentro del territorio son variables que se consideran en las
políticas ambientales y de promoción del desarrollo sostenible. Del mismo
modo, las políticas de desarrollo urbano y rural deben considerar el impacto
de la población sobre la calidad del ambiente y sus componentes.
El Medio Ambiente natural se compone, entonces de una serie de ele-
mentos, de componentes a saber, donde la afectación, daño y/o pérdida de
su funcionalidad, ha de provocar estragos en el sistema en su integridad; por
tales motivos, la tutela jurídico-penal se plantea desde un doble plano a sa-
ber, -primero, de forma inmediata, a partir de los componentes ambientales
contemplados de forma independiente, como hemos vistos en el caso de los
artículos 308° al 310° del CP, y, segundo, de forma mediata, a través de la
regulación de conductas de suficiente disvalor, que al contravenir las dispo-
siciones referidas al planeamiento urbanista o a la tala de madera, colocan
en grave riesgo la conservación y protección del «paisaje urbano o rural así
como de la flora o fauna».
Advertimos de los comportamientos descritos en el artículo 313° del
CP, una protección penal intensificada de todos aquellos «Recursos Natu-
rales» que se encuentran recogidos en el Capítulo II del Título XIII del CP;
en la medida que tienden a fortalecer la tutela punitiva que se enlaza de los
artículos correspondientes de dicha titulación.
Así también se observa una definida vinculación con los delitos «Urba-
nistas», que hemos tenido ocasión de analizar en el artículo 312° del CP, al
revelarse elementos de tipicidad objetiva que similar concepción jurídica.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 347
369 PEÑA CHACÓN: M.; La tutela jurídica del Paisaje. Publicado en la Revista Lex Difusión y Aná-
lisis, Edición Especial Décimo Aniversario, año IX, junio 2005, N" 120, México, cit, p. 2.
370 PEÑA CHACÓN, M.; La tutela jurídica del Paisaje, cit, p. 3.
348 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
El tema medio-ambientalista importa toda una educación de sensibi-
lización y de compromiso, en cuanto a los actores involucrados en ia tarea
de tutelar los componentes ambientales, según el listado de valores ius-
constitucionales. Si hablamos con propiedad de verdaderas amenazas con-
tra un Medio Ambiente -sano, equilibrado y de calidad-, hemos de plantear
también la forma de cómo el Derecho positivo ha de enfrentar estos graves
riesgos, que colocan en un serio peligro al propio futuro de la humanidad.
De la legislación penal que se desprende de esta nueva formulación
política criminal, conforme la Ley N° 29263, se devela la intención de intensi-
ficar la tutela penal, hacia estos bienes jurídicos supraindividuales, mediando
una técnica de intervención que se aleja de las instituciones dogmáticas,
propias de un Derecho penal convencional y tradicional, a través de la cons-
trucción de nuevas figuras delictivas, que tienen fiel reflejo en esta incesante
dinámica por ia que se mueve la esfera Medio Ambiental.
No sólo se pretende penalizar una mayor variedad de comportamien-
tos, sino que, a su vez, el uso por la norma jurídico-penal parte de toda una
función socio-pedagógica, de interiorizar en los comunitarios, modelos va-
liosos de conducción, con arreglo a la naturaleza jurídica de estos intereses
jurídicos.
Dicho lo anterior, se propone en el Derecho positivo, una dimensión
comunicativa que quiere arraigarse en la psique de los individuos, incidiendo
en núcleos de abstención delictiva, como consecuencia de la amenaza pe-
nal. A dicha dirección de política criminal, aparece el interés de asegurar una
correcta actuación de todos aquellos funcionarios y/o servidores públicos,
funcionalmente avocados al otorgamiento de licencias, permiso y/o autoriza-
ción a los particulares, para el aprovechamiento de los Recursos Naturales.
Habilitación jurídico-estatal {administrativa) que debe propender a una
rigurosa calificación y evaluación por parte del funcionario competente, en
la medida en que los intereses involucrados, son de naturaleza pública; sa-
bedores de que la realización de toda actuación funcionaral debe seguir con
rigurosidad la satisfacción de los intereses generales de la comunidad.
En un mundo cada vez más tecnificado es previsible que las exigencias
de responsabilidad administrativa aumenten en consonancia con la confian-
354 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
373 PRATS CANUT, M. y otro; La Responsabilidad Penal de los Funcionarios..., cit, p. 471.
374 Para CONOE-PUMPIDO TOURÓN, C./ LÓPEZ SARJA oe QUIROGA, J., se trata de un delito que
tiene una doble dimensión: de una parte se trata sin dudas de un delito contra la Admi-
nistración Pública, pero al tiempo es un delito contra el medio ambiente; Coméntanos
al Código Penal, T. 4, cit., p. 2534.
375 Vlde, al respecto, PRATS CANUT, M. y otro; La Responsabilidad Penal de los Funciona-
rios..., cit., p. 463.
376 Al respecto, PRATS CANUT, J.M./ MARQUÉS I BANQUE, M.; sostienen que no puede des-
conocerse que, al margen de la relevancia cada día mayor que se confiere al bien
jurídico ambiente, no es menos cierto que pocos ámbitos de la actividad de la Admi-
nistración destacan como el ambiental tanto por el grado de intervención como por
su nivel de complejidad; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, T. II,
cit., p. 1230.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 355
gro a una actuación defectuosa del administrado frente a una norma que no
recoge con propiedad los límites máximos permisibles (LMP).
La ilegalidad del acto administrativo (permiso, licencia, autorización,
etc.), debe ser abarcado por la cognoscibilidad del dolo del autor378.
Son dos las posibilidades de conducción típica: cuando el intraneus
autoriza el otorgamiento de una autorización, licencia, concesión u otro de-
recho habilitante a favor de una obra actividad; o cuando se pronuncia favo-
rablemente.
Para que un acto administrativo pueda surtir efectos hacia terceros,
requiere que se plasme en una Resolución emitida por el funcionario público
competente, que al trascender el ámbito interno de la Administración, genera
efectos vinculantes hacia los Administrados. La potestad funcional se ma-
nifiesta con toda plenitud en las potestades decisorias de los funcionarios
públicos, pues a partir de dichas facultades es que se entablan relaciones
jurídicas válidas con los particulares. En palabras de MORÓN URSINA, la na-
turaleza de decisión ejecutoria es sustancial para la configuración del acto
administrativo, pues solo mediante este acto, la autoridad puede crear, reco-
nocer, modificar, transformar o cancelar intereses, obligaciones o derechos
de los administrados, a partir del contenido del acto que aprueba379.
El acto administrativo tiene presunción de legitimidad determinando la
obligación de! particular de cumplirlo, y el nacimiento de los términos para
impugnarlo, transcurridos los cuales se opera la caducidad380.
Se menciona en la redacción normativa que la expedición de la au-
torización, debe haberse producido: «sin observancia de las leyes, regla-
mentos, estándares ambientales vigentes»; nótese que no tiene porqué
constatarse que la realización ya concreta del particular (Administrado), en
el aprovechamiento de los Recursos Naturales haya de generar un riesgo
concreto con aptitud de lesión para con el bien jurídico tutelado (delito de
Contaminación Ambiental, por ejemplo); constituyen tipificaciones penales
autónomas, cuyo análisis ha de ser visto por separado. Se trata de un deli-
to de mera actividad, que no exige la producción de un resultado material,
por lo que el disvalor de la conducta se revela con la mera contravención
administrativa de legalidad381.
378 Así, PRATS CANUT, M. y otro; La Responsabilidad Penal de los Funcionarios..., cit., p. 46&.
379 MORÓN URSINA, J.C.; Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General,
cit.. p. 109.
380 CERVANTES ANAYA. O.A.; Manual de Derecho Administrativo, cit., p. 179.
381 A decir, de CONOE-PUMPIOO TOURÓN, C. y otro, se tipifica un comportamiento que propia-
mente todavía no es constitutivo de prevaricación y que no podrá ser tampoco casti-
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 357
gado como participación de un delito medioambiental -al menos en los casos que no
se haya dado inicio a su ejecución-; Comentarios al Código Penal, T. 4, cit., p. 2534.
358 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
la medida que ellos favorecen, facilitan la comisión del injusto típico funcional
ambiental382.
De acuerdo con los principios de proporcionalidad, culpabilidad y lesi-
vidad, se muestra como incoherente con dichos principios la propuesta pe-
nalizadora contenida en el presente injusto funcional ambiental, comparando
ambas modalidades.
Como se pone de relieve en la doctrina, la ausencia de la distinción
en sede de penalidad puede favorecer interpretaciones contradictorias que
supongan un tratamiento penológico parificado de comportamientos que, se
quiera o no, tienen distinta relevancia, pues no es lo mismo favorecer la adop-
ción de una resolución a través de un informe que dictar la resolución383.
Si el pronunciamiento, a parte de ser contrario a la normativa en cues-
tión, da cuenta de hechos falsos, importará un Concurso delictivo con el
artículo 314°-B del CP.
332 Asi, PRATS CANUT, M. y otro; La Responsabilidad Penal de los Funcionarios..., cit..
p. 468.
383 PRATS CANUT, M. y otro; La Responsabilidad Penal de ios Funcionarios.... cit., p. 468.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 359
384 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, ps.
360-373
360 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
387 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J.; Comentarios al Código Penal, T. 1, cit., p. 442.
388 Vlde, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps.
246-247.
389 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal Económico, cit., ps. 183-
195.
362 DERECHO PENAL - PARTE- ESPECIAL: TOMO IV
390 En palabras de LÓPEZ BARJA oe QUIROGA, ésta se determina mediante criterios de impu-
tación objetiva; Comentarios al Código Penal, T. 1, cit., p. 390.
391 Vide. al respecto, PE¡*A CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial. T. II, cit.,
ps. 538-539.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 363
392 Asi, CERVANTES ANAYA, D.A.; Manual de Derecho Administrativo, cit, p. 374.
393 MORÓN URSINA, J.C.; Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General,
cit., ps. 74-75.
394 MORÓN URBINA, J.C.; Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General,
cit., p. 87.
364 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
MEDIDAS CAUTELARES
Art. 314°-C- "Sin perjuicio de lo ordenado por la autoridad adminis-
trativa, el Juez dispondrá la suspensión inmediata de la actividad conta-
minante, extractiva o depredatoria, asi como las otras medidas cautelares
que correspondan.
En los delitos previstos en este Titulo, el Juez procederá a la incautación
previa de los especímenes presuntamente ilícitos y de los aparatos o medios
utilizados para la comisión del presunto ilícito. Asimismo, el Juez, a so-
licitud del Ministerio Público, ordenará el allanamiento o descerraje del
lugar donde presuntamente se estuviere cometiendo el ilícito penal.
En caso de emitirse sentencia condenatoria, los especímenes ilícitos podrán
ser entregados a una institución adecuada, según recomendación de la
autoridad competente, y en caso de no corresponder, serán destruidos.
En ningún caso procederá la devolución de los ejemplares ilícitos al en-
causado".
1. ALCANCES PRELIMINARES
La política criminal engloba todas aquellas respuestas jurídicas con
que cuenta el Estado, para prevenir la criminalidad, para combatirla eficaz-
mente, conforme los instrumentos y mecanismos que la Constitución y la
Ley, le confieren a los órganos de persecución y sanción penai.
La pena ha de ser la respuesta de la judicatura, si es que en el de-
sarrollo del Juzgamiento el representante del MP, ha podido demostrar con
prueba suficiente e idónea, que su teoría del caso (Acusación), cuenta con la
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 367
395 GIMENO SEÑORA, Vicente; El Proceso de Habeas Corpus. Editorial TECNOS SA. Ma-
drid, 1985, cit., p.18.
368 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
396 Asi, MORENO CATENA, V.; El papel del Fiscal en la Investigación de los delitos, cit., p. 997.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 369
397 En el CP español de 1995, se recoge una figura similar en el artículo 340°, cuando
se faculta a los jueces y Tribunales ha ordenar a cargo del autor del hecho, las me-
didas encaminadas a restaurar el equilibrio ecológico perturbado, así como adoptar
cualquier otra medida cautelar; CONOE-PUMPIDO TOURÓN, C./ LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J.,
sostienen al respecto, que las medidas encaminadas a restaurar el equilibrio ecológi-
co perturbado, a cargo del autor del daño, es una consecuencia propia de la respon-
sabilidad civil derivada del delito, aun cuando su mención expresa tiene un importante
valor clarificador, por lo que merece una critica positiva; Comentarios al Código Penal,
T. 4, cit., p. 2583; Asi, PRATS CANUT, J.M. y otro; Comentarios a la Parte Especial del
Derecho Penal, T. II, cit., p. 1272; Botx REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal,
Vol. III, cit., p. 1615.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 371
398 Vide, ai respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, p. 1202.
399 Así como el resto de medidas que también pueden ser aplicadas, en mérito a la enun-
ciación abierta que se deriva del precepto legal in comento.
400 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Penal, T. II, cit, p. 173.
401 Así, el articulo III del Titulo Preliminar del nuevo CPP.
372 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
decir, no sólo se trata de los objetos que materializan el injusto penal (espe-
címenes de la flora y fauna silvestre, debiéndose agregar, a los productos
forestales maderables), sino también, todos aquellos aparatos, instrumentos,
máquinas, dispositivos electrónicos, etc., que fueron utilizados por el agente
(imputado), para la configuración del injusto penal.
Como se entiende del tenor literal, la medida de Incautación puede
proceder ante una decisión de oficio por parte del Juez Penal o, en su de-
fecto, por solicitud del persecutor público. Dichas facultades se condicen
con lo previsto en,el artículo 94° del C de PP, como se dispone en su primer
párrafo. La distinción en todo caso, radica en que el precepto procesal hace
alusión a una «facultad discrecional» del órgano jurisdiccional, en cuanto a
la imposición de la Incautación, en cambio, el artículo 224° supone un deber
prescriptivo, de igual forma que en el caso del artículo 221° del CP.
En lo que ai nuevo CPP se refiere, apreciamos en la lectura def artículo
316°, que la adopción de la Incautación es una facultad discrecional, sin em-
bargo, notamos una diferencia importante, pues quien ejecuta directamente
la medida de coerción real es el persecutor público, lo cual se ajusta plena-
mente a las nLievas funciones que asume el Fiscal en la conducción de la
Investigación Preparatoria402. Empero, el Fiscal que ejecutó la medida está
en la obligación de solicitar al Juez de la IP, la expedición de una resolución
confirmatoria, como se dispone en el inc. 2) del artículo precitado; dicha
resolución es en suma importante, en orden a fiscalizar la legitimidad de la
medida, si es la no adopción de la misma, hubiese producido una pérdida
irreparable, a fin de alcanzar los fines de la investigación («peligro en la de-
mora»). Además, cabe añadir que el juzgador es el único funcionario estatal
legitimado para la restricción y/o limitación de derechos fundamentales, con
arreglo al artículo VI del Título Preliminar del nuevo CPP.
Aspecto a mencionar, es que la imposición de la Incautación, debe ser
cotejada con las prescripciones normativas, que al respecto recoge el CP, en
sus artículos: 102° y 103°, concernientes al «Decomiso»*03.
4. EL ALLANAMIENTO Y EL DESCERRAJE
Es de verse que el dispositivo legal in comento, también permite al
Juez ordenar el allanamiento o descerraje del local, donde se supone se
está cometiendo el ilícito penal, no puede hablarse en términos de certeza, al
402 Vid., al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Pe-
nal, cit., ps. 207-216.
403 Vid., más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 1197-1201.
374 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
404 Vid., más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis del nuevo Código Proce-
sal Penal, cit., ps. 692-703.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 375
1. COMENTARIOS PRELIMINARES
La titulación in examen ha sido objeto de una sustancial modificación,
producto del incesante proceder legislativo, de adecuar normativamente es-
tos injustos penales a las nuevas exigencias de la sociedad postindustrial, en
cuanto a las amenazas que recaen sobre el Medio Ambiente y sus compo-
nentes fundamentales, hasta el punto de incluir de forma expresa una institu-
ción netamente procesal, pues es de recibo que la rebaja sustancial de pena
que pueda recibir un imputado como consecuencia de actos positivos de
«Colaboración», mediando entrega vajíosa de información, para con la per-
secución penal es denominada en la doctrina como «Colaboración Eficaz»,
de tal modo que no consideramos acertado en que un articulado del CP se
haga alusión a un mecanismo que responde a una naturaleza práctica, que
no condice con la estructuración sistemática que debe cautelar toda codifica-
ción punitiva, con arreglo al principio de Sistematización normativa.
405 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 730.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 377
406 PEÑA CABRERA FREYSE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 729.
407 Ver más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE. A.R.; Manual de Derecho Procesal Pena!,
cit.. ps. 733-735.
378 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Cuando del autor se trata, sea como autor inmediato, autor mediato o
co-autores, la pena podrá áer rebajada por debajo del mínimo legal de igual
forma sucede cuando el imputado se acoge a los beneficios de la Confesión
Sincera. Empero, no es lo mismo confesar un hecho, en los términos ex-
puestos en la imputación delictiva formulada por el Fiscal, de forma espontá-
nea y voluntaria, que admitir culpabilidad (plea guilty)*09 impulsado, motivado
e inspirados en los beneficios, en la premialidad que se puede obtener vía
la aprobación judicial del Acuerdo por Colaboración Eficaz. Es decir, en esta
última institución lo que propicia la obtención de la premialidad es, en reali-
dad, el reconocimiento de culpabilidad, sino la posibilidad de que a partir de
la información que proporciona el Colaborador, el Sistema de Investigación
Penal en casos concretos pueda identificar ciertas evidencias que resultan
idóneas para condenar a los dirigentes de una organización delictiva, de
poder hallar las fuentes de la actividad delictiva, de repatriar ingentes sumas
de dinero, etc.
La eficacia de la información, conforme los fines investigativos, es lo
que determina la amplitud y ventaja del premio, no es el principio de pro-
porcionalidad conforme el grado de disvalor del injusto, de la intensidad del
reproche (personal) y los fines preventivos de la pena, lo que determina la
magnitud de la reacción punitiva410. Por otro lado, la admisión de culpabili-
dad, aunque se diga que no es propiamente una Confesión, releva de prueba
al persecutor público, sólo con respecto al Colaborador, en cambio, la Con-
fesión genera la obligación al Fiscal de acreditar los dichos del Confeso.
El «Utilitarismo» y las necesidades político criminales son las que en-
cauzan la naturaleza premial de la Colaboración Efícaz, desnaturalizando los
fundamentos materiales que guían el Sistema de Justicia Penal. De ahí, que
los reparos no se hagan esperar, desde tribunas defensivas de la legalidad
material y de la igualdad constitucional.
409 Así, el articulo 472.2 del nuevo CPP, al señalar que el colaborador debe admitir o no
contradecir, libre y expresamente, los hechos en que ha intervenido o se le imputen; no
se entiende, como en el articulo 476.1, en lo que respecta al contenido del Acuerdo, se
diga que éste ha de contener: "Los hechos a los cuales se refiere el beneficio y la con-
fesión en los casos que ésta se produjere", acaso la admitir haber intervenido en los he-
chos delictivos que se le imputan o renunciar a la contradecir la base de la incriminación
no es una "Confesión". Los preceptos en mención son en puridad contradictorios, no se
ajustan a la naturaleza de la Colaboración Eficaz, pues es sabido que el sometimiento
a este procedimiento supone en todos los casos una "Admisión de Culpabilidad", si esto
no es así, el imputado ha de controvertir los términos de la imputación en el marco de un
Proceso Penal Común.
410 Aunque asi se pueda entender de una lectura literal del artículo 474.2 del nuevo CPP;
articulo 4o de la Ley N° 27378.
380 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Partícipes, por su parte, serán todos aquellos que, sin tener el dominio
material del hecho, han contribuido de forma decisiva para que el autor logre
la realización típica; colaboración que puede ser catalogada como esencial
(complicidad primaria), para el éxito del plan criminal o accesoria (complici-
dad secundaria). Cabiendo agregar como variante de participación al Induc-
tor, quien actúa como psíquicamente sobre el autor inmediato, creándole
la decisión de cometer el delito; que para ser considerado tal debe tener la
cualidad suficiente que exige la tipicidad objetiva para ser estimado juridico-
penalmente como autor. En estos casos, el colaborador (partícipe) puede
obtener una exención de pena, es decir, es sustraído del ámbito de punición,
concordante con lo establecido en el articulo 68° del CP.
Si se trata de un autor, que a su vez ha de ser considerado como «jefe,
cabecilla o dirigentes principales de organizaciones criminales, así como los
altos funcionarios del Estado -que tienen la prerrogativa del antejuicio-, no
podrán acogerse a este procedimiento conforme se estipula en el artículo 7o
de la Ley N° 27378, así como en el artículo 474.5 del nuevo CPP. No confun-
damos la concepción criminológica con una acepción estrictamente penal.
Es de verse que el partícipe a diferencia del autor, debe recibir siempre
una pena menor con arreglo a los principios de culpabilidad y de proporcio-
nalidad, y tal como se desprende del artículo 23° de la CP.
Conforme se ha anotado, en el caso del partícipe (instigador o cómpli-
ce) puede recibir una Exención de penal, es decir, no se ejecuta la pena que
habría de imponerse, si es que no contase con información eficaz, valiosa y
oportuna. A tal entendimiento, veríamos que un cómplice primario del delito
de Contaminación Ambiental, según el grado de afectación al bien jurídico y,
resultando de una culpabilidad disminuida, por no tener el dominio funcional
del hecho, así como su participación sólo logística y otros datos a saber, re-
cibiría una pena de cuatro años de ppl, no resultando aplicable la institución
de la Exención de pena, al requerirse que el delito esté penado con una pena
no mayor a 2 años de ppl; de forma, que el acogimiento a la Colaboración
Eficaz determina una flexibilización enorme del principio de legalidad, según
una perspectiva política criminal. A ello, cabe agregar ciertos requisitos que
debe cumplir la información que proporciona el Colaborador'11 y de cumplir
con ciertas reglas de conducta, cuya infracción puede dar lugar a la Revoca-
bilidad del beneficio412.
411 Tal como se regla en el marco normativo del artículo 474.4 del nuevo CPP; artículos 3o
y 5o de la Ley N° 27378.
412 De acuerdo con las obligaciones que se glosan en el artículo 479.2 del nuevo CPP,
concordante con lo dispuesto en el artículo 480° (in fine); artículo 17° y 18° de la Ley
N° 27378.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 381
413 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit, p. 731.
382 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
414 Se podrá evitar la continuidad del delito, cuando ya siendo infringida la norma por
vez primera, el colaborador otorga ciertos datos de cómo el autor opera y asi evitar
que vuelva a contravenir la prohibición normativa. Por su parte, evitar la consuma-
ción del delito, supone que el hecho punible no puede haberse desarrollado en su
perfección, v. gr., elaborado un documento falsario, el colaborador permite descubrir
dicha naturaleza y, asi impide que el agente lo pueda incluir en los libros contables
de la empresa.
TÍTULO XIII: Los DELITOS AMBIENTALES 383
415 Sin defecto a lo descrito, procede de un Convenio Preparatorio, que pueden celebrar
las partes, en donde se precisará -sobre la base de la calidad de la información ofre-
cida y la naturaleza de los cargos o hechos delictuosos objeto de imputación o no con-
tradicción- los beneficios, las obligaciones y el mecanismo de aporte de información
y de su corroboración, conforme se desprende del articulo 475.3 del nuevo CPP.
416 Así, se establece en el artículo 477.5 del nuevo CPP; artículo 14" de la Ley N° 27378
(último párrafo).
417 Dicha resolución es susceptible de ser apelada, así se devela del articulo 477.4 del
nuevo Código Procesal Penal; articulo 14° de la Ley N° 27378.
418 Antes de celebrarse la Audiencia privada, el juez puede formular observaciones al
contenido del acta y a la concesión de los beneficios, los que podrán referirse a erro-
res subsanables, en cuanto a los literales normativos aplicables, el nombre de los be-
neficiados o el nivel del beneficio, considerando ciertos aspectos que no concuerdan
con su naturaleza; Así, el artículo 477.2 del nuevo CPP; concordante con el artículo
14° de la Ley N° 27378.
384 . DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
DELITOS CONTRA LA
TRANQUILIDAD PÚBLICA
CAPÍTULO I
DELITOS CONTRA LA PAZ PÚBLICA
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
420 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit.,
ps. 40-43.
388 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
421 PEÑA CABRERA, R.; Nuevo Código Penal Comentado, cit., p. 330.
422 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 101.
390 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
426 CARSONEU MATEU, J.C./ VIVES ANTÓN, T.S.; Coméntanos al Código Panal, Vol. IV, cit.,
p. 2089.
427 En opinión de POLAINO NAVARRETE, la configuración de los delitos contra el norden pú-
blico)» formalmente representa un significativo retroceso en la sistematización típica
de un moderno cuerpo legislativo, atento a la democrática ponderación de los valores
fundamentales de la sociedad, tal como son realmente estimados en las relaciones
392 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Nadie puede ser condenado por lo que es, sino por lo que hizo, no por
estigmas sociales o pronósticos de peligrosidad, sino por haber desobedeci-
do las máximas del ordenamiento jurídico, mediando la infracción de manda-
tos y/o prohibiciones que el legislador ha reglado en los preceptos penales
especiales.
La «Tranquilidad y/o el Orden Público», han sido preferentemente em-
pleados como la justificación perfecta de Estados totalitarios y dictatoriales
(pseudo-democráticos) para descargar un poder represivo sin límites (au-
toritario y draconiano), en franca lesión a la dignidad humana y a la inviola-
bilidad personal. No olvidemos, que los delitos de Terrorismo, hasta antes
de la dación del DL N° 25475 del 06 de mayo de 1992428, se encontraban
glosados en la presente titulación y, es sobre estos injustos penales, que
se ha elaborado toda una normativa, que en algunos casos, ha supuesto la
contradicción a los principios limitadores del ius puniendi estatal; normativi-
dad que fuera incluso valorada y analizada por Tribunales Internacionales
al resultar incompatible con los principios de la Convención Americana de
Derechos Humanos; v. gr„ los jueces sin rostro, la pena de cadena perpetua,
procesos sumarísimos, delito de traición a la patria son expresiones típicas
de un Sistema Penal a todas luces antidemocrático.
DISTURBIOS
Art. 315.- "El que en una reunión tumultuaria, atenta contra la in-
tegridad física de las personas y/o mediante violencia causa grave daño
a la propiedad pública o privada, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de seis ni mayor de ocho años.
En los casos en que el agente utilice indebidamente prendas o símbolos dis-
tintivos de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional del Perú, la pena
privativa de la libertad será no menor de ocho ni mayor de diez años".
431 PEÑA CASRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 566.
432 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit.. p. 566.
433 VIVES ANTÓN, T.S.I CARSONEU MATEU, J.C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
1033.
434 A este nivel surge el tema de un posible Concurso delictivo, entre el articulo 315" y las
primeras figuras delictivas del catalogo penal.
435 Así, POLAINO NAVARRETE, M.; Delitos contra el Orden Público (III), cit., p. 869.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 395
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
436 La percepción cognitiva de pánico y temor, de la que son presas las personas que
circundan eí ambiente donde se generan los actos de violencia son tos que fundamen-
tan la sustantividad material del injusto, quienes no tienen porque resultar agraviadas
de las lesiones; precisamente, es la zozobra colectiva lo que configura el injusto de
Disturbios.
' 437 POLAINO NAVARRETE, M.; Delitos contra el Orden Público (III), cit., p. 868.
396 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
438 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit, p. 348.
439 Muchos de estos actores son por lo generar menores de edad, como es el caso de las
barras bravas.
398 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Concurrirá el fin de atentar contra la paz pública allí donde ésta quede
necesaria o probablemente dañada a consecuencia de los hechos y, sin em-
bargo, y pese a conocerlo así, se actúe441.
440 POLAINO NAVARRETE, M.; Delitos contra el Orden Público (III), cit., p. 869; Asi, Juanes
Peces, A.; Comentarios al Código Penal, T. 5, cit., p. 1568.
441 Vives ANTÓN, T.S. y otro; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 1034.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 399
442 Cfr., PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 227.
443 Cfr, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II. cit., p. 482.
400 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
logra perpetrar su plan criminal, habiendo dado inicio a los actos ejecutivos
del delito444.
Las conductas descritas deben manifestarse en el contexto de una
reunión tumultaria; de no ser así, los estados de disvalor antijurídico habrían
de ser sancionados únicamente por los delitos convencionales.
Puede apreciarse un Concurso Delictivo también, con los delitos de
Homicidio, Secuestro, Robo agravado, etc.; siempre que medie una conexivi-
dad objetiva y subjetiva de que los autores del delito de Disturbios, a su vez,
se vean incursos en los tipos penales mencionados.
5. CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE
En los casos en que el agente utilice indebidamente prendas o símbo-
los distintivos de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional del Perú, la
pena privativa de la libertad será no menor de ocho ni mayor de diez años.
Se presenta una mayor ofensa de disvalor cuando el autor perpetra el
injusto de Disturbios, portando prendas o símbolos distintivos de las Fuerzas
Armadas o de la Policía Nacional; en tales circunstancias se atenta contra
el decoro, el buen nombre y el prestigio de las instituciones castrenses y
policiales, tomando en cuenta que personas inescrupulosas, al hacer uso de
dichas investiduras, propician también un marco de confusión en la ciudada-
444 Vide, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 487.
402 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
nía, pues pueden verse engañados de que dichos sujetos pertenecen a las
instituciones tutelares de la Defensa Nacional y el Orden Público.
Los símbolos, insignias e indumentaria de las instituciones castrenses,
deben ser reales, a efectos de que puedan generar cierta percepción hacia
la ciudadanía, una apariencia que es aprovechada por dichos agentes para
facilitar el emprendimiento criminal.
Una conducta parecida encontramos en el artículo 362 del CP - Os-
tentación indebida de título u honores, donde el bien jurídico tutelado es la
Administración Pública, al distorsionarse el ejercicio legítimo de una función
o cargo, así como la confianza de la ciudadanía hacia el desarrollo de ciertos
roles funcionales. Delito que es sancionado con una pena insignificante.
Al constituir figuras que tutelan intereses jurídicos diversos, no encon-
tramos objeción de admitir un Concurso delictivo entre ambas.
APOLOGÍA
Art. 316.- 'El que públicamente hace la apología de un delito o de la
persona que haya sido condenada como su autor o partícipe, será reprimi-
do con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro
años.
1. Si la apología se hace de delito previsto en los artículos 152 al 153-A,
200,273 al 279-D, 296 al 298, 315, 317, 318- A, 325 al 333; 346 al
350 o en la Ley N" 27765, Ley Penal contra el Lavado de Activos o de
la persona que haya sido condenada como su autor o partícipe, la pena
será no menor de cuatro ni mayor de seis años, doscientos cincuenta
días multa, e inhabilitación conforme a los incisos 2,4 y 8 del artículo
36 del Código Penal.
2. Si la apología se hace de delito de terrorismo o de la persona que haya
sido condenada como su autor o partícipe, la pena será no menor de
seis ni mayor de doce años. Si se realiza a través de medios de comu-
nicación social o mediante el uso de tecnologías de la infirmación
y comunicaciones, como Internet u otros análogos, la pena será no
menor de ocho ni mayor de quince años; imponiéndose trescientos
sesenta días multa e inhabilitación conforme a los incisos 2,4 y 8 del
artículo 36 del Código Penal".
1. A MODO DE INTRODUCCIÓH
Una democracia representativa, sostenida sobre el pilar de las «liber-
tades fundamentales», no puede expresar únicamente el reconocimiento
normativo de una serie de derechos ciudadanos, sino que dicha declaración
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 403
445 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Los delitos contra el Honor. Conflicto con el derecho a la
información y la libertad de expresión, cit., p. 202.
404 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
446 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 389.
447 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 388.
448 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 389; Asi, Delitos
contra el Honor..., cit, p. 202.
449 VIVES ANTÓN, T.S.; Sistema Democrático y concepciones del bien jurídico, cit., p. 37.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 405
451 Asi, BACIGALUPO, refiriéndose al articulo 18° del CP español, sostiene, que se debería
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 407
2. CONCEPTO DE APOLOGÍA
Por «Apología» debemos entender aquel acto, en virtud del cual una
persona alaba y/o enarbola un determinado hecho, mediante la palabra ha-
blada, la escritura o un discurso apologético, que de ser decepcionado por
una cantidad indeterminada de individuos.
La apología supone una «alabanza o argumentos defensores del he-
cho que se elogia», en palabras de LAMARCA PÉREZ452.
Para el maestro sanmarquino PEÑA CABRERA, la apología es la exalta-
ción sugestiva, el elogio caluroso, es alabar con entusiasmo453.
Ahora bien, la Apología como figura delictiva, ha de consistir en algo
más de una exaltación, de una alabanza entusiasta, de no ser así, sería una
penalización directa al derecho de opinión que tiene todo ciudadano, en el
marco de un Sistema democrático.
El delito de apología tiene como razón de ser el sancionar a quien pro-
mueva de forma pública e inequívoca la realización de conductas sanciona-
das penalmente, señala CRUZ BOLIVAR. Apologizar es, en términos comunes
alabar, exaltar, mostrar ante todos lo positivo de algo o de alguien454.
En palabras de GONZÁLEZ GUITIAN, por muy reprobable que, desde el
punto de vista ético pueda parecer el elogio de un delito, lo que no es más
que una opinión no deben formar parte del catálogo de delitos que integran
un texto punitivo455.
haber mantenido un tipo penal consistente en la simple apología de los delitos violen-
tos que puedan tener como víctimas a personas; Comentarios al Código Penal, T. 1,
cit., p. 126.
452 LAMARCA PÉREZ, C; Tratamiento jurídico del terrorismo, Madrid, cit., p. 289.
453 PEÑA CABRERA, R.; Traición a la Patria y Arrepentimiento Terrorista, cit., p. 97.
454 CRUZ BOUVAR, L; Delitos contra la seguridad pública, cit., p. 456.
455 GONZÁLEZ GUITIAN, L; Algunas consideraciones sobre el concepto de apología en el
Código Penal y en el Proyecto de 1980, cit., p. 286.
408 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
456 CRUZ BOÜVAR, L.; Delitos contra la seguridad pública, cit., p. 456.
457 REBOLLO VARGAS, R.; La apología y el presagio de un "futuro inmediato de gran sufri-
miento", cit., p. 36.
458 VIVES ANTÓN, T.S.; Sistema Democrático y concepciones del bien jurídico, cit., p. 36.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 409
vante cuando las personas receptoras de las ideas o doctrinas forman parte
del núcleo personal de quien realiza la misma4Sa.
459 ARROYO ZAPATERO, L ; La reforma de los delitos de rebelión y de terrorismo por la Ley
Orgánica 2/1981 de 4 de mayo, cit, p. 389.
460 CREUS, C; Derecho Penal. Parts General, cit., p. 410.
461 VIVES ANTÓN' T.S.; Sistema Democrático y concepciones del bien jurídico, cit., p. 35.
462 GUTIÉRREZ GIL; La participación por colaboración en al delito de terrorismo, cit., p. 50.
463 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Terminación Anticipada del Proceso. Principio de Oportu-
nidad, Colaboración Efícaz y Arrepentimiento Terrorista, cit., p. 423.
410 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
464 Vi'de, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps.
376-377.
465 CRUZ BOUVAR, L; Delitos contra la seguridad pública, cit., p. 457.
466 Bajo el entendido que la Apología sea en realidad constitutiva de una forma de provo-
cación.
467 VIVES ANTÓN, T.S.; Comentarios al Código Penal, Vol. I, cit., p. 106.
468 VIVES ANTÓN, T.S.; Sistema Democrático y concepciones del bien jurídico, cit., p. 41.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 411
4. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES:
470 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit, p. 747.
414 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
ORGANIZACIÓN A DELINQUIR
Art. 317- "El que firma porte de una organización de dos o mas personas
desuñada a cometer delitos será reprimido por el sólo hecho de ser miembro
de la misma, con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de
seis años.
Cuando la organización esté destinada a cometer los delitos previstos en
los artículos 152 al 153-A, 200, 273 al 279-D, 296 al 298, 315, 317,
318-A, 319,325 al 333; 346 al 350 o la Ley N" 27765 (Ley Penal contra
el Lavado de Activos), la pena será no menor de ocho ni mayor de quince
años, de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa e inhabili-
tación confirme al artículo 36 incisos 1,2 y 4, imponiéndose además, de
ser el caso, las consecuencias accesorias del artículo 105 numerales 2) y 4),
debiéndose dictar las medidas cautelares que correspondan para garanti-
zar dicho fin".
1. CONCEPTOS GENERALES
La imputación jurídico-penal tiene que ver con la atribución personal
de un injusto penal, a quien con su obrar antijurídico, ha provocado un es-
tado de lesión y/o de peligro para un bien jurídico tutelado por el Derecho
penal; es decir, para declarar a un sujeto como responsable de un delito, se
debe verificar que el resultado de disvalor obedece a una conducta que fue
realizada por el agente o por su inacción (omisión), en tanto no quede duda
alguna que el resultado perjudicial se haya producido corno, consecuencia
de la acción generada por su autor.
De forma que la responsabilidad personal, implica un reproche indivi-
dual, por no haberse conducido conforme a los estados valiosos de compor-
416 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
471 QUINTERO OLIVARES, G.; La Criminalidad Organizada y la función del delito de Asocia-
ción ilícita. En: "Delincuencia Organizada", cit., p. 177.
472 BACIGALUPO, E.; Teoría y Práctica del Derecho Penal, T. I, cit., p. 320.
473 FESNANOEZ IBÁÑEZ, E.; La Autoría Mediata en Aparatos Organizados de Poder, cit, p. 7.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 417
474 ROXIN, C; Dominio de la organización y resolución al hecho. En: la Teoría del delito en
la discusión actual, cit., p. 514.
475 QUINTERO OLIVARES, G.; La Criminalidad Organizada y la función..., cit., p. 177.
476 A decir de MEOINA ARIZA, los diversos intentos de acotación conceptual de este fenó-
meno han estado fundamentalmente orientados a la elaboración de una serie de atri-
butos o características que en mayor o menor grado están presentes en todo grupo de
418 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
nizado. Nada Personal. Ensayo sobre crimen organizado y sistema de justicia; citado
por MONTOYA, Maña y Crimen Organizado, cit., p. 241.
479 MONTOYA, M.D.; Mafia y Crimen Organizado, cit., p. 237.
480 Al respecto, CHOCLAN MONTALVO, señala que algunas organizaciones más poderosas,
como la Yakuza japonesa, trafican drogas, dirigen redes de prostitución, participan en
el contrabando de armas y se especializan en la corrupción. El tráfico con la droga
ha dejado de ser el monopolio de los cárteles colombianos. Junto a ellos, los cárteles
mexicanos que orientan su actividad fundamentalmente al territorio norteamericano,
circulan con sustancia, sea cocaína sudamericana provista por los cárteles cotombia-
nos, o heroína proporcionada por las tríadas chinas, las que también los abastecen
de inmigrantes asiáticos; La criminalidad organizada. Concepto. La asociación ilícita.
Problemas de autoría y participación. En: La Criminalidad Organizada. Aspectos Sus-
tantivos, Procesales y Orgánicos, cit., p. 233.
481 Vide, al respecto PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal Económico, cit., ps. 69-71.
420 DERECHO PENAL - PARTE ESPECÍAL: TOMO IV
482 El artículo 515° del CP español, recoge en uno de sus incisos, la consideración a gru-
pos terroristas.
483 Vide, PEÑA CASRERA FREYRE, A.R.; Delitos contra la Libertad e Intangibilidad Sexual,
cit., ps. 367-380.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 421
495 CORNEJO, A.; Asociación Ilícita y delitos contra ef'Ordan Público, cit., p. 49.
v
496 La cursiva es mía. •"
497 QUINTERO OLIVARES, G.; La Criminalidad Organizada y la función..., cit., p. 183.
498 Citado por TAMARIT SUMILLA, J.M.; Comentarios a Íá-Parte Especial del Derecho Penal,
T. III, cit.. p. 1937.
499 LÓPEZ BARJA OE QUIROGA, J.; Posición de la Unión Europea sobre el Crimen Organizado.
En: La Criminalidad Organizada. Aspectos Sustantivos, Procesales y Orgánicos, cit,
p. 121.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 425
502 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps. 361-362.
503 RUBIO, Z.L.; El delito de Asociación Ilícita, cit., p. 8.
428 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
para cometer los delitos de Rebelión, Sedición y Motín, tal como se devela
del articulo 349° del CP508.
506 Cfr., RUBIO, Z.L.; El delito de Asociación Ilícita, cit., ps. 17-18.
507 Vide, al respecto, RANOACA, G./ MUSCO, E.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 458.
430 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
508 Así, CHOCLAN MONTALVO, J.A.; La criminalidad organizada. Concepto..., cit., p. 253; GÓ-
MEZ, E.; Tratado de Derecho Penal, T. V, cit., p. 231; PESCHIERA REAÑO, J.L.; El delito de
asociación ilícita, cit., p. 279.
509 De esta postura, REATEGUI SÁNCHEZ, J.; El delitos de Asociación Ilícita para delinquir,
cit., p. 268.
510 Vide, REAÑO PESCHIERA, J.L.; El delito de asociación ilícita, cit., p. 301.
511 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 707; Así, SOLER, S.; Dere-
cho penal argentino, T. IV, cit., p. 642.
512 GÓMEZ, E.; Tratado de Derecho Penal, T. V, cit., p. 227.
- TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 431
4. BIEN JURÍDICO
Constituye una labor de hermenéutica jurídica precisar con claridad el
bien jurídico protegido, no sólo como valoración dogmática, sino también de
política criminal; determinar con precisión el interés jurídico en todo listado
delictivo, importa una tarea de primer orden, a efectos de definir los contor-
nos de la conducta provista de relevancia jurídico-penal. Máxime, si estamos
525 SOLER escribe, que no se trata de defender la seguridad social misma, sino más bien
la opinión de esa seguridad, que, a su vez, en realidad, constituye un factor más de
refuerzo de aquélla; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 631; Cfr., REAÑO PESCHIERA,
L; El delito de asociación ilícita, cit., p. 287.
526 CORNEJO, A.; Asociación ilícita y delitos..., cit., p. 23.
436 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
527 Cfr., FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 707.
528 Cfr., MONTOYA, M.D.; Maña y Crimen Organizado, cit., p. 228.
529 RUBIO, A.L.; El delito de Asociación ilícita, cit., p. 11.
530 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 708.
531 CORNEJO sostiene que tratándose de un.delito colectivo o de pluralidad de personas,
el número de integrantes reviste particular interés debido a que el propósito asociativo
-que versa en cometer delitos- se nutre en el número de integrantes de la asociación
para lograr una mayor eficacia delictiva, ya que la reunión de tres o más personas
antecede a cualquier delito que se proponga cometer per se, razón por la cual cada
integrante de la organización criminal le tocará cumplir un rol determinado; Asociación
Ilícita y delitos..., cit., p. 52.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 437
b. Acuerdo a delinquir
La agrupación de personas, el colectivo de los individuo, no sólo ha de
verse vinculado y/o relacionado, mediando actos, que objetivamente puedan
revelar la existencia de una organización delictiva, sino que debe verificar-
se el denominado «Concierto Criminal», que en todos sus miembros haya
existido un consenso sobre los fines que se asienta la estructura criminal: la
perpetración de una sene de delitos.
El acuerdo importa una convergencia volitiva, en cuanto a la confluen-
cia de voluntades sobre el objetivo trazado por la organización, un pacto que
puede ser implícito o explícito; el primero, dice CREUS, constituido por la clara
expresión de voluntad en tal sentido, el segundo por medio de actividades
unívocamente demostrativas de la existencia de la asociación (p. ej., gran nú-
mero de delitos realizados por las mismas personas, con los mismos medios;
división de tareas delictivas a través de diversas actuaciones, etcétera)540.
Podemos acreditar la existencia de la organización mediante ciertos da-
tos que, de forma objetiva, nos pueda dar información sobre un patrón delictivo
determinado, en el sentido de que se siguen ciertas pautas, que enlazadas
con varios hechos, nos otorga confiablemente la manifestación de un colectivo
de personas, que se han asociado para cometer ciertos delitos. Utilizan los
mismos medios (chantaje, coacción), se aprovechan de las influencias políti-
cas corruptoras y manejan cierta habitualidad operativa (transfieren fondos a
las mismas cuentas en el extranjero, etc.). Dichos aspectos, no tienen que ver,
con una expresión conductiva del sujeto como tal y no en correspondencia al
acto, que de lugar a la Habitualidad, proscrita según los fundamentos de un
Derecho penal del acto, sino que a través de evidencias indiciarias.que forma
inequívoca y demostrativa, pueda plantear de forma objetiva la existencia de
la organización541.
No puede admitirse un Acuerdo criminal, en los términos contenidos
en el artículo 317° del CP, cuando un individuo participa en un solo evento,
prestando una determinada colaboración al grupo para lograr el éxito del
plan criminal; sin defecto, que pueda responder a título de co-autor por el
delito en particular. La permanencia es un ingrediente indispensable para dar
por acreditada la pertenencia a la organización.
Desde un punto de vista práctico, es obvio que quienes se conciertan
no generan un contrato o un acto de aprobación expreso de estar incursos
540 CREUS, C ; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 107; Vide, REATEGUI SÁNCHEZ. J.;
El delito de Asociación Ilícita para delinquir, cit., ps. 271-272.
541 Vide, al respecto, REAÑO PSSCHIERA, L.; £/ delito de asociación ¡licita, cit., ps. 293-294.
440 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
c. La permanencia
551 GÓMEZ, E.;'Tratado de Derecho Penal, T. V, cit., p. 230; Así, SOLER, S.; Derecho penal
argentino, T. IV, cit. p. 645.
552 Asi, RUBIO, Z.L.; El delito de Asociación Ilícita, cit., ps. 17-18.
553 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 709.
444 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
554 Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 644.
555 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 108.
556 CRUZ BOÜVAR, L; Delitos contra la seguridad pública, cit., p. 441.
557 RUBIO, Z.L.; £/ delito de Asociación Ilícita, cit., ps. 16-17.
558 CORNEJO, A.; Asociación ilícita y delitos..., cit., p. 66; Así, MONTOYA, M.D.; Mafia y Cri-
men Organizado, cit., p. 225.
559 En opinión de SOLER, lo importante es que los planes delictivos sean varios, plurales;
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 445
pero es poco razonable exigir que sean indeterminados, pues bien entendida esta ex-
presión haría prácticamente inaplicable el artículo, toda vez que es necesario compro-
bar la existencia de planes delictivos, y éstos, generalmente, llegarán a cierto grado de
concreción; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 647.
560 Asi, REAÑO PESCHIERA, al sostener que dicho acuerdo debe reunir ciertas notas de se-
riedad, sea en función el poder del que se hayan investido sus miembros, o de la
idoneidad de los medios con los que se cuentan, pues sólo de este modo la mera plani-
ficación de delitos significa un peligro para el bien jurídico penal; El delito de asociación
¡licita, cit., p. 301.
446 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Real homogéneo por el tipo penal descrito en el artículo 317° del CPSW. No
podemos utilizar definiciones privativas de la Criminología, para sustentar el
juicio de adecuación típica, al basarse en elementos de diversa valoración;
los hechos, la facticidad que involucra el análisis criminológico de los com-
portamientos socialmente negativos, toma lugar desde una contemplación
empírica e inductiva; en cambio, la ciencia jurídico-penal parte de una consi-
deración normativa y deductiva.
En el precedente vinculante, emitido en virtud del artículo 301 °-A del
C de PP-564, N° 4-2006/CJ-116, se dejo sentado en el Fundamento 12 lo
siguiente:"(...) tampoco cabe sostenerla existencia de tantas asociaciones
como delitos se atribuya al imputado. La asociación es autónoma e indepen-
diente del delito que a través de ella se cometan -no se requiere llegar a la
precisión total de cada acción individual en tiempo y lugar-, pudiendo apre-
ciarse un concurso entre ella y estos delitos, pues se trata de sustratos de
hecho diferentes y, por cierto, de un bien jurídico distinto del que se protege
en la posterior acción delictiva que se comete al realizar la actividad ilícita
para la que la asociación se constituyó".
Mientras que en el Fundamento 13, se sostiene lo siguiente: 'En sínte-
sis, es un contrasentido pretender abordar el tipo legal de asociación ilícita
para delinquir en función de los actos delictivos perpetrados, y no de la pro-
pia pertenencia a la misma. No se está ante un supuesto de codelincuencia
en la comisión de los delitos posteriores, sino de una organización instituida
con fines delictivos que presenta una cierta inconcreción sobre los hechos
punibles a ejecutar".
En consecuencia, si un sujeto es sancionado dos veces, por un mismo
hecho -de pertenecer a una sola Organización delictiva-, se estaría vulne-
rando de forma flagrante el principio del non bis in Ídem material, con ello
las máximas fundamentales de un Estado Constitucional de Derecho. Como
bien expresa REATEGUI SÁNCHEZ, esta garantía lo que hace es limitar el poder
de persecución y juzgamiento penal y que, consecuentemente, exista la po-
sibilidad de un plural juzgamiento simultáneo o sucesivo contra una persona
por un mismo hecho585.
COMENTARIO GENERAL
Es sabido que el Derecho penal tiene por misión fundamental: la pro-
tección preventiva de bienes jurídicos, de tutelar aquellos intereses jurídicos,
de mayor importancia, tanto desde un plano personal como colectivo, en el
sentido de asegurar las bases de una coexistencia social pacífica. En tal mé-
rito, el bien jurídico, se constituye en la fuente material y espiritual, que ha de
tomar en consideración el legislador en toda proyección de política criminal,
desde una visión de lege lata y de lege ferenda. A partir de dicho concepto
-material y normativo-, procede a criminalizar determinadas conductas que
hayan de advertir una lesión y/o puesta en peligro de un bien jurídico, con
arreglo al principio de ofensividad. En efecto, la intervención del Derecho pe-
nal sólo será lícita, mientras se identifiquen concretos estados de lesión y/o
una conducta con aptitud seria de lesión de un bien jurídico de relevancia,
para con el individuo o la sociedad566.
566 PEÑA CABRERA FREVRE, A.R.; Los delitos contra el Honor. Su conflicto con el derecho a
la información y la libertad de expresión, cit., p. 64.
450 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
567 El CP español de 1995, tipifica un delito similar en el artículo 526°, referido a "de los
delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los
difuntos"; al respecto, TAMARIT SUMIILA, escribe que el bien jurídico se concreta en el in-
terés social en el respeto a la memoria de los difuntos. Tal interés constituye, además
de un enraizado valor culturalmente no necesariamente vinculado a creencias religio-
sas, una emanación del principio constitucional de dignidad humana; Comentarios a
la Parta Especial del Derecho Penal, T. III, cit., p. 1961.
568 Vide, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I. cit., ps. 49-51.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 451
571 PEÑA CABRERA FREYRE. A.R.; Delitos contra el Honor..., cit., p. 195.
572 El Estado de California (USA), ha tipificado dichos actos como criminales.
573 Los necrófilos son aquellos individuos cuya obsesión es mantener relaciones sexua-
les con los fallecidos.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 453
574 Vide, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Delitos contra la Libertad aIntangibilidad Sexual,
cit, p. 118.
575 En el marco del psicoanálisis Fromm, entendía a la necrofilia como la consecuencia de
llevar una vida sin estar realmente vivo.
576 Boix REIG, J./ JAREÑO LEAL, A.; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit. ps.
1027-2028.
577 El artículo 526* del CP español, recoge el siguiente elemento de tipicidad objetiva:
"(altando al respeto debido a la memoria de los muertos*, lo que llevado a la doctrina
discutir sobre su naturaza jurídica; Vide, MORILLAS CUEVA, L; Delitos contra la Consti-
tución (VI), cit., p. 741.
578 Así, TAMARIT SUMILLA, J.M.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p.
1962.
454 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
que basta que se ejecute materialmente ei acto y luego sea constatado por
las agencias de persecución, no estamos frente a una ofensa contra el pudor
público.
Aquellas ofensas que recaigan sobre el difunto, que vengan conteni-
das en el decurso de una expresión injuriante o en la atribución de autoría de
un hecho delictuoso, no constituye el tipo penal en análisis, sino la descrita
en el artículo 138° del CP Indispensable es la realización material de un acto,
que venga provisto de idoneidad lesiva.
Segunda modalidad típica, impiica la «turbación de un cortejo fúne-
bre»; ¿Qué debemos entender por cortejo fúnebre?. Aquel acto ceremonial
que los familiares y otros ejecutan, en pos de la memoria del difunto, importa
de todo un ritual, formalmente establecido, que se inicia desde el lugar don-
de se vela al extinto hasta el lugar donde será sepultado. Por lo general, se
contratan empresas, que se dedican a este rubro, llevando ciertos distintivos,
que a la vista del colectivo, se manifiesta la realización de un cortejo fúnebre,
desencadenando toda una fila de vehículos que, a lenta marcha, se dirigen
a su destino.
La «turbación» consiste en todo acto de perturbación y/o alteración del
cortejo fúnebre, es decir, de aquel acto dirigido a evitar el normal desarrollo
de la ceremonia fúnebre, ora obstaculizando el paso a los vehículos ora evi-
tando que se desarrolle el ritual religioso, mediando vías de hecho. No debe
tratarse de cualquier manifestación que tienda a interrumpir su desenvolvi-
miento, sino aquel que en realidad perturbe la paz y tranquilidad de los deu-
dos y demás participantes, que atente contra el sentimiento religioso y/o la
conciencia espiritual de quienes se prestan a dar su último adiós al difunto.
La tercera modalidad típica refiere a: «/a sustracción de un cadáver o
una parte del mismo o sus cenizas o lo exhuma sin la correspondiente auto-
rización»; como sostuvimos, si consideramos que un cadáver es un objeto
susceptible de desplazamiento de un lugar a otro y, a su vez, de ser cuantifi-
cado económicamente en el mercado, ha de tratarse de un Hurto y no de una
Ofensa contra los muertos, descartándose la figura del concurso delictivo.
Si es que toma lugar dicha conducta, la intensidad antijurídica se manifiesta
en la desapropiación de un bien, por tanto, la pérdida de propiedad del su-
jeto pasivo (deudos), más que aquella percepción de tristeza, que de ningún
modo puede decirse que afecta la Tranquilidad Pública.
La sustracción, se dice, puede ser total o parcial; en la primera de ellas,
se trata del apoderamiento total del cadáver y, en la segunda, una parte del
mismo, v. gr., el cráneo, las piernas, etc. No interesa cual es la finalidad que
motiva al autor, en cuanto a la apropiación del cadáver, puede ser motivos
económicos, crematísticos, científicos, etc., siempre que los restos nos sean
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 455
devueltos. Si es que se cuenta con una autorización legal para llevarse las
cenizas, no podemos hablar con propiedad de una sustracción.
Las «cenizas» aparecen cuando el cadáver ha sido incinerado, vienen
a configurar los restos de toda la estructura corporal y fisiológica del difunto;
son casi polvo que han ser esparcidos en el lugar elegido por el extinto; va-
yamos a ver si en realidad resulta posible la sustracción de cenizas, en este
caso hemos de negar la facticidad por el delito de Hurto, por incapacidad del
objeto para ser valuado económicamente.
¿En qué consiste la «exhumación»?, supone la excavación del cuerpo
del difunto del lugar donde se encontraba sepultado, de su tumba y/o nicho,
enota desenterrarlo. La exhumación se práctica cuando se requiere efectuar
un análisis médico-legal sobre el cuerpo humano, cuando se sospecha que
la muerte fue causada por una acción humana (delictiva) para determinar la
causa del fallecimiento, cuando se necesita realizar una prueba de ADN579,
para acreditar una paternidad post-mortem o la muestra que ha de ser cote-
jada con rastros de sangre encontrados en la vestimenta del sospechoso.
Dicho lo anterior, para que pueda proceder la Exhumación de un ca-
dáver, es indispensable contar con la autorización del juez competente, no
tenemos otro funcionario competente para ello; si lo dicta un funcionario in-
competente, estaremos ante una usurpación de funciones y ante el delito
contenido en el artículo 318°. Fuera de estos casos, estaríamos ante la figura
en cuestión; cuando la extracción del cuerpo del difunto, toma lugar para su
apropiación se daría la modalidad de sustracción, por ende, se puede decir
que en algunos supuestos la exhumación se encuentra subsumida ya en la
modalidad de sustracción.
Finalmente, es de verse, que la sustracción de un cadáver o una parte
del mismo o sus cenizas o lo exhumación sin la correspondiente autoriza-
ción, ha merecido por parte del legislador, la construcción de una Agravante
circunstanciada, es decir, son los motivos que hacen de la conducta una de
mayor reprobación jurídico-social (animus lucrandi), aquello que inspira la
realización típica. Las razones pueden ser importantes, a efectos de delimi-
tar zonas de intercesión normativa, mas no para fundar una mayor pena; por
lo general, dichos motivos estarán siempre Ínsitos en la psique del agente; es
precisamente dicha motivación la que determina la configuración del injusto
de Hurto580.
579 Se hallan en muchas de las células del organismo (sangre, semen, tejido, saliva, pe-
los, dientes, etc).
580 Vlde, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., ps. 167-169.
456 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La vida humana se constituye en el elemento vital que todo ser huma-
no requiere para su autorrealización personal, conforma a la proclamación
garantista que se desprende del artículo 1o de la Ley Fundamental. Bien
jurídico que ha de preservarse en todo contexto socio-cultural, a menos que
aparezcan ciertas circunstancias que justifiquen y/o disculpen su afectación,
acorde con los preceptos dogmáticos de la teoría general del delito.
El cuerpo humano se encuentra compuesto por una serie de órganos y
tejidos, cada uno de ellos desempeña una determinad función, desde una vi-
sión unitaria del organismo; v. gr., el riñon, el hígado, el vaso, el coraron, los
pulmones, el estomago, importan órganos que permiten el normal funciona-
miento del organismo humano, si uno de ellos no funciona a cabalidad o es
extraído, se produce una merma significativa en ciertas facultades orgánicas
y/o fisiológicas, que en algunos casos puede provocar incluso la muerte.
El transcurso del tiempo, el ingreso a la vejez así como otros factores
(internos y/o externos), propician un desgaste normal de ciertos órganos así
como la descomposición del tejido adiposo, contribuyendo al padecimiento
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 457
581 GONZÁLEZ RUS anota que en los transplantes de órganos, la intervención es curativa
para el receptor; respecto de éste, por tanto, el hecho es atipico, puesto que la inter-
vención que se le realiza no se dirige a perjudicar su salud sino a preservarla, por lo
que se inscribe dentro del tratamiento médico-quirúrgico (...). No ocurre asi con el
donante, puesto que la extracción del órgano supone cuando menos una afectación
de sus integridad corporal (...); Las Lesiones, cit., p. 146.
582 En un informe reciente de la ONU sobre la tortura, da cuenta de que en el régimen chi-
no se están comercializando órganos vitales, en mérito a una sustracción sistemática,
dirigida contra un grupo espiritual que los líderes comunistas supuestamente preten-
den exterminar, habiéndose obtenido los órganos de personas vivas, en situación de
encarcelamiento, detenidos ilegalmente en campos de concentración, quienes fueron
asesinados durante la extirpación o inmediatamente después.
458 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
583 Vide. más al respecto, PEAA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T.
I., cit., ps. 240-241.
584 Para que podamos estar ante un caso típico de Lesiones, el sujeto pasivo debe sufrir
una merma en su bienestar físico, psíquico o corporal, en el sentido, de una afectación
a ciertas funciones orgánicas que no permiten que el individuo pueda vivir de forma
normal; la causación efectiva de una lesión a una de estas triples dimensione, es el
dato que otorga relevancia jurídico-penal de la conducta, es decir, aquella interven-
ción quirúrgica que tienda a beneficiar' la salud de una persona, es un comportamiento
atípico asi como aquel que no reviste una entidad lesiva de cierta entidad; en el ámbito
del Consentimiento, el asentimiento del titular, en lo que respecta a las agresiones
corporales, trae a colación una discusión dogmática y política criminal, sobre los efec-
tos jurídicos del asentimiento, reposando en la disponibilidad o no del bien jurídico, lo
TÍTULO XIV: DEUTOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 459
órganos puede tomar lugar sobre el cuerpo de un difunto, sobre una persona
fallecida, que según dicha condición ya no puede ser sujeto pasivo del delito
de Lesiones. Por lo demás, debe añadirse que según la redacción normativa
-in examine-, no se penaliza propiamente la extracción ilícita de órganos,
sino los actos posteriores, que según la tipificación del injusto de Lesiones
quedarían impunes, nos referimos a la «compra, venta, importación, expor-
tación, almacenamiento y transporte de órganos o tejidos de personas vivas
o de cadáveres», según se contiene de la redacción normativa del artículo
318°-AdelCP.
Por lo dicho, se podría pensar que la titulación correcta, conforme al
bien jurídico tutelado, sería el Capítulo III del Título I del CPr mas el obstáculo
constituye la posibilidad de que los órganos provengan de un difunto y, como
sabemos, la calidad de sujeto pasivo en el delito de lesiones requiere de una
persona viva.
¿Podría configurarse, entonces, un delito de Hurto? En el marco ana-
lítico del artículo 318° del CP, anotamos que el cadáver es un objeto suscep-
tible de ser cuantificado económicamente, por tanto, pasible de un apode-
ramiento {sustracción) que, a la par, puede otorgar un provecho al agente,
así también los órganos humanos, precisamente el móvil que mueve a estos
individuos es la obtención del lucro, como es de verse de la redacción típica
propuesta en el artículo 318°-A del texto punitivo.
Los conceptos que son empleados en las composiciones típicas, si
bien deben ser interpretadas a la luz de las instituciones y previsiones de la
normativa extra-penal, conforme a la unidad del ordenamiento jurídico, no
debe llevar a la equívoca concepción de que el Derecho penal debe ceñir-
se estrictamente a dichas definiciones, pues ha de procurar la construcción
de sus propios conceptos que le permitan garantizar la finalidad axiológica
que sostiene su vigencia normativa y fáctica; en tal entendido, la acepción
de bien mueble no puede elaborarse de acuerdo a la rigidez de la defini-
ción propuesta en el Derecho privado. Bastando, a nuestro entender, que el
objeto material puede ser objeto de traslación y de apropiación, que tenga
un reconocimiento jurídico, de quien es su titular y que tenga una valuación
dineraria; empero, en este caso, no se está criminalizando propiamente la
sustracción del órgano, sino los actos de tráfico y/o de comercializando, por
que ha llevado a adoptar la postura, de que en estos casos no se puede hablar de una
causal de atipicidad, pues el daño es evidente y fue causado con dolo, tampoco se
puede admitir una causa de justificación, en el sentido de que no ha sido producido
en un ámbito de especial relevancia, por lo que lo único que puede conducir es una
atenuación, por el menos disvalor de la acción; PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho
Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 230.
460 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
585 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II,
cit., p. 316.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 461
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
las bondades del Internet, pues los primeros pondrían en evidencia su ¡lícito
accionar, siendo que los portales electrónicos pueden asegurar el anonimato
de estos agentes inescrupulosos.
Segunda circunstancia alternativa de tipicidad, es la «formación y/o in-
tegración de una organización ilícita para alcanzar dichos fines»; el agente
crea las bases de un aparato criminal dirigido a la perpetración de este injusto
penal, una organización, cuyo engranaje y características inherentes, permite
garantizar el éxito de los planes criminales, a partir de su estructura organi-
zacional, verticalidad y otros elementos,, que la vista de la sociedad, hace
más peligroso el hecho delictivo588. La previsión normativa hace alusión a
dos posibilidades, de haber creado la organización delictiva, mediando actos
facilitadores {fundacionales) para tai fin o, a través de la verificación de la per-
tenencia a la organización delictiva, son alternativos y no concurrentes. Este
último supuesto requiere de la acreditación de datos objetivos, que develen
la permanencia deí agente en la estructura criminal, y que haya prestado su
conformidad de unirse a la asociación para cometer el ¡lícito in comento.
Sostuvimos en el artículo 317° del CP, que dicha tipificación legal no
resulta de aplicación cuando el legislador ha previsto dicho dato criminológi-
co en la redacción típica de la figura delictiva como Circunstancia Agravante,
si bien no es el caso del artículo 318°-A, no podría sancionarse por ambos
injustos, primero, por tutelar el mismo bien jurídico (Tranquilidad Pública) y
segundo, en cautela del principio del non bis in Ídem material.
3. CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE
Si el agente es un profesional médico o sanitario o funcionario del sec-
tor salud, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro
ni mayor de ocho años e inhabilitación conforme al artículo 36 incisos 1, 2,
4,5y8.
El reproche jurídico-social que recae sobre aquellos que cometen el
presente injusto penal, es de aprovecharse de la necesidad ajena, de un pró-
jimo que requiere con urgencia del transplante de un órgano, para lucrar, de
lucrar a costa de la desgracia humana, así como de comercializar un órgano
que ha sido extraído sin el consentimiento de su titular. Un doble disvalor que
justifica plenamente el marco penal aplicable en el artículo 318°-A del CP.
Por otro lado, quienes son los llamados por Ley a efectuar los trans-
plantes de órgano o tejidos humanos lícitos son los galenos, los médicos
586 Sobre sus elementos de configuración, ver más al respecto, el análisis al artículo
317°.
TÍTULO XIV: DELITOS CONTRA LA TRANQUILIDAD PÚBLICA 467
del Sector Salud, que a partir de las reglas de la /ex artis, han de realizar
la intervención quirúrgica, en pos de garantizar la salud del donante y del
receptor. Empero, puede que algunos galenos inescrupulosos aprovechan
su condición funcional, para intervenir en el mercado negro, de la compra y
venta ilícita de órganos y tejidos humanos; por consiguiente, el reproche de
Imputación Individual (culpabilidad), se vuelve más intenso, pues dichos pro-
fesionales han de actuar con toda ética, en salvaguarda de la vida humana
y, de aprovecharse de ciertas circunstancias para agenciarse ilícitamente de
una ventaja económica.
El legislador no sólo comprendió en esta agravante a los médicos, al
haber incluido ai funcionario del «Sector Salud», debe ser aquel funcionario,
que por su ámbito de competencia funcionaral, ha de estar involucrado con
el banco de donantes, con el Sistema de transplante de órganos y tejidos;
asunción de dominio que es aprovechada para la perpetración del injusto.
Las finalidades preventivo-generales no sólo se manifiestan en la san-
ción punitiva, sino también en la pena accesoria de «Inhabilitación», que la
apareja de forma complementaria.
4. EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD
Están exentos de pena.el donatario o los que ejecutan los hechos pre-
vistos en el presente artículo si sus relaciones con la persona favorecida son
tan estrechas como para excusar su conducta.
La exoneración de responsabilidad importa un renunciamiento del Es-
tado, la negación del ius puniendi, ante verdaderos injustos penales, sos-
tenida en razones de política criminal, que dan cuenta a ciertos intereses
jurídicos, cuya relevancia es preponderante por el legislador, a efectos de
evitar una punición a todas luces innecesaria.
Los motivos de esta renuncia penal hemos de encontrarla en un jui-
cio estrictamente personal, pero amplio, en el marco del reproche culpable
que recae sobre el autor, donde aparecen determinadas instituciones que se
superponen a un plano de legalidad, que ha de preferir por conservar y/o pro-
teger determinas instituciones; si bien es adscriben en términos de política
criminal, tienen un basamento de política social, configurando la denominada
«Excusa Absolutoria» y/o «Causas Supresoras Legales de Punibilidad», que
no tiene nada ver con el Injusto o con la imputabilidad, por lo que sólo tienen
vigencia con respecto al agente que cuenta con las características previstas
en el enunciado normativo.
Surgen pues, razones de oportunidad y de conveniencia definidas en
criterios político-jurídicos, en consonancia con el fin preventivo del Derecho
468 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
587 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 724.
588 Vide, al respecto PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 430-
440.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 469
589 Vicie, ai respecto. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 446-
447.
470 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
595 PASTOR, D.; El Estatuto de la Corte Penal Internacional y los valores penales de la Co-
munidad Internacional. En: Encrucijadas del Derecho Penal Internacional y el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, cit., ps. 224-225.
596 Sobre la ¡udicialización universal, PECI señala al respecto, que la Corte Internacional
de Justicia de la Haya, la jurisdicción universal creada por la Carta de las Naciones
Unidas, deja una jurisdicción facultativa y consensual, cuyas competencias está limi-
tada a los Estados y cuya injerencia en un caso está condicionada a la buena voluntad
de éstos. (...) Las únicas y verdaderas"jurisdicciones mundiales, cuya competencia es
impuesta y no consentida, parecen ser las jurisdicciones penales ad hoc; La Pruden-
cia Jurídica..., cit., p. 122.
597 Cfr.. PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Penal. 2da. Edi-
ción, Rodhas, Lima, 2009.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 477
598 Así, PECI al sostener que los primeros y más conocidos estatutos que buscaron prote-
ger los bienes que los derechos humanos amparan, surgieron a partir de la ilustración,
un movimiento de ¡deas generado en Europa durante el Siglo XVtlI, cuyos postula-
dos fundamentalmente fueron la primacía absoluta de la razón humana, entendida de
modo constructivo y calculador de los datos de la experiencia empírica; la afirmación
radical de la autonomía humana entendida como capacidad absoluta de autoforma-
ción y autorrealización; y una intención decidida de cambio revolucionario de las es-
tructuras sociales y políticas; La Prudencia Jurídica..., cit., p. 115.
478 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
599 Vide, más al respecto. PEÑA CABRERA-FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 79-94.
600 PASTOR, D.; La deriva neopunitivista de organismos y activismo como causa del des-
prestigio actual de los Derechos Humanos. En: Encrucijadas del Derecho Penal Inter-
nacional y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, cit., 296.
TÍTULO XIV-A: LOS DEUTOS CONTRA LA HUMANIDAD 479
reo), con tal de que con ello se pueda cautelar la absolución de muchos ino-
centes. Así, PASTOR, al señalar que si no se puede penal a cualquier precio,
eso quiere decir que las exigencias de la cultura jurídica universal para es-
tablecer límites al derecho penal prevalecen sobre las necesidades sociales
de controlar el crimen, de prohibirlo y tratar de reprimirlo en caso de que la
prohibición haya fallado8"1.
Los principios anotados deben ser protegidos también por una Justicia
Penal Internacional; dicho en otros términos: la estructuración de un Derecho
Penal Internacional debe adscribirse a esas mismas garantías, establecidas
en el Derecho penal nacional, sino tiene el riesgo de instituirse en una ma-
nifestación más de ese denominado Derecho Penal del Enemigo602, que no
puede tolerarse, menos admitirse en nuestro tiempo actual.
601 PASTOR, D.; El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y los valores penales
de la Comunidad Internacional, cit., p. 220.
602 Así, en mi obra en co-autoria con el profesor español Miranda Estrampes; Temas de
Derecho Penal y Procesal Penal. APECC, Lima, 2008.
480 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
603 Vide, más al respecto, PEÑA CABRERA-FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit.,
ps. 71-73.
604 Fragmento recogido por GIL GIL, A.; Jurisdicción de los Tribunales Españoles sobre
Genocidio, Crímenes contra la Humanidad y Crímenes de Guerra. En: Direito Penal
Contemporáneo - Estudios en homenaje al profesor JOSÉ CEREZO MIR, cit., p. 205.
TÍTULO XIV-A: LOS DEUTOS CONTRA LA HUMANIDAD 481
605 Señala PASTOR al respecto, que desde dicho estadio es adelante -pasando por los
tribunales ad hoc de las Naciones Unidas -hasta la Corte Penal Internacional han
sido establecidos los diversos tipos del poder penal internacional que representan
la transplantación del sistema punitivo nacional a determinados ámbitos internacio-
nales {domestic ana/ogy=analogía interna); Internacionalización del Derecho Penal,
cit., p. 214.
482 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
conciliar con los intereses políticos del Régimen de Facto. Y, en nuestro país,
se manifiesta en el Régimen Dictatorial, asentado en la década de 1990.
En consecuencia, constituyen crímenes contra la Humanidad cualquier
atentado grave e intencional, con un bien jurídico, de interés vital para la hu-
manidad, todos aquellos intereses jurídicos necesarios para la existencia y de
desarrollo de la humanidad; aquellas acciones que, como parte de un ataque
sistemático contra la población civil, se enmarcan en una política desarrollada
por un Estado o una organización, como lo pueda ser un partido político.
Son todas aquellas acciones qué' se dirigen sistemáticamente a afec-
tar un derecho fundamental consustancial a un colectivo de personas, como
el homicidio premeditado, la expulsión de un pueblo de su territorio, actos
de extrema violencia física o sexual, desaparición forzada de persona o la
esterilización forzada, entre otras manifestaciones criminales.
Genocidio, según el cual las partes contratantes confirman que este delito
cometido en tiempos de paz o en tiempos de guerra es un delito de Derecho
Internacional que ellas se comprometen a prevenir y sancionar.
Asimismo es importante resaltar, que ya hace unos años se proclama
en las voces de sobre todo políticos, de declarar normativamente la impres-
criptibilidad de los delitos de lesa humanidad. La Prescripción es una causal
de extinción de la acción penal por efecto del tiempo, esto es, el transcurso
del tiempo tiene por efecto diluir inexorablemente la alarma social generada
por el delito; sin embargo, esto no acontece en el caso de los Crímenes con-
tra la Humanidad, en la medida, que la conmoción social producida por deli-
tos de esta envergadura permanece vigente con el paso del tiempo. Enton-
ces, la necesidad de pena en estos delitos no se ve afectada por el paso del
tiempo, su vigencia se prolonga indefinidamente en razón cíe las exigencias
de la Comunidad Internacional que no pueden ser defraudadas, pues, ésta
demanda legítimamente que estos crímenes sean perseguidos y finalmente
castigados, como única vía para alcanzar la paz social y jurídica.
El tiempo, por lo tanto, no siempre opera a favor del olvido. Esta es la
línea programática seguida por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Inter-
nacional, que en su artículo 29° declara normativamente que los crímenes de
la competencia de la Corte no prescribirán. Bajo tal óptica, es una tendencia
mayoritaria en el Derecho Penal Internacional que los delitos de Lesa Huma-
nidad no prescriban, en otras palabras: que los crímenes de mayor ofensa
contra los valores comunitarios de orden internacional no queden impunes,
postura que en un tiempo no muy lejano deberá de adoptar nuestro derecho
positivo, tal como se plasma normativamente en el Proyecto de Código Penal
2004 (artículo 82, último párrafo).
CAPÍTULO I
GENOCIDIO
ACTOS DE GENOCIDIO
Art. 319.- "Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
veinte años el que, con la intención de destruir, total o parcialmente, a un
grupo nacional, étnico, social o religioso, realiza cualquiera de los actos
siguientes:
1. Matanza de miembros del grupo.
2. Lesión grave a la integridad física o mental a los miembros del gru-
po.
3. Sometimiento del grupo a condiciones de existencia que hayan de aca-
rrear su destrucción física de manera total o parcial.
4. Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
5. Transferencia forzada de niños a otro grupo".
1. CUESTIONES PRELIMINARES
Hablar del delito de «Genocidio», importa remontarnos a épocas no
tan lejanas, donde toda la humanidad se vio fuertemente consternada, como
en el marco de ciertas administraciones gubernamentales, se impulsó una
matanza sistemática, hacia una gran cantidad de personas, que venían ca-
racterizadas por un patrón común: la raza, la etnia, la religión, el orden cultu-
ral. So pretexto de cautelar la identidad de la raza y del pueblo, tomó lugar un
exterminio masivo de la raza judía, por parte del Nacionalsocialismo; hechos
que enlutaron a toda la Comunidad Internacional, producto de las millones
de víctimas inocentes, que perdieron su vida por motivos carentes de toda
razón. Ante esta circunstancia inadmisible e inaudita, escribe PESA CABRERA,
los países aliados adoptaron una posición de repudio que trajo como resulta-
do que en agosto de 1945 se apruebe en Londres los Estatutos de constitu-
486 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
606 PEÑA CASRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 342.
607 CLAVERO, B.; Delito de Genocidio y Pueblos Indígenas en el Derecho Internacional,
cit., p. 1.
608 ALVAREZ ROLOAN, L.B.; £1 Genocidio como Delito Internacional, cit., p. 5.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 487
2. ANTECEDENTES NORMATIVOS
Los primeros antecedentes del intento de una regulación del delito de
genocidio en nuestra legislación lo encontramos en La Convención sobre la
Prevención y Castigo del Delito de Genocidio, adoptada el 9 de diciembre
de 1948811812 por la Asamblea General y que entró en vigor el 12 de enero
de 1951. Actualmente tiene 140 Estados parte, entre ellos, desde el 24 de
febrero de 1960, nuestro país.
Esta Convención reconoce el genocidio como un delito contra la hu-
manidad y su artículo II lo define como: "Cualquiera de los siguientes actos,
cometidos con la intención de destruir, en todo o en parte, a un grupo na-
cional, étnico, racial o religioso, como: a) matanza a miembros del grupo; b)
lesión grave a la integridad física o mental a miembros del grupo; c) someti-
miento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de aca-
613 REZSES, E.; "La figura de genocidio y el caso argentino. La posibilidad de adecuar jurí-
dicamente una figura penal a una realidad política"- En Derecho Penal Online (revista
electrónica de doctrina y jurisprudencia en linea- 2008/12/14- http:// www.derechope-
nalonline.com.
614 BLANC AITEMIR, A.; La violación de los derechos fundamentales como crimen interna-
cional, Bosch, casa editorial, 1990, Barcelona, ps. 171/172.
615 Dado el 08 de agosto de 1945, donde crea el Tribunal Militar Internacional de NÜR-
EMBERG donde se juzgaron por primera vez hechos relacionados con e! asesinato, el
exterminio o bien las persecuciones, antes o durante la guerra, por motivos políticos,
raciales o religiosos.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 489
616 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit.. p. 344.
617 MUÑOZ CONOE, F.; Derecho Penal Parte Especial. Editorial Tirant Lo Blanch Octava
Edición, Valencia, 1990, cit, p.595.
618 CARO CORIA, C; 'La tipificación de los crímenes consagrados en el Estatuto de la Corte
Penal Internacional". En: Salmón, Elizabeth (Coord.): La Corte Penal Internacional y
las medidas para su implementación en el Perú, Lima 2001, cit., p. 167.
490 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
3. BIEN JURÍDICO
Delimitar con exactitud el contenido del bien jurídico constituye una
tarea fundamental de la hermenéutica jurídica, tanta desde un plano de sis-
tematización como en el objetivo de delimitar el ámbito de protección de la
norma. En el delito de genocidio, aparece un bien jurídico no muy exacto de
definir.
Existen diversas posturas respecto a la protección del bien jurídico
en el delito de genocidio; por un lado, están los que sostienen, que nos en-
contramos frente a un bien jurídico colectivo, la existencia de determinados
grupos humanos, siendo sus miembros únicamente el objeto físico del ata-
que; y, por el otro lado, los que consideran que se trata de un bien jurídico
individual donde la protección está referida a la existencia de un grupo hu-
mano, pero no en el sentido formal grupal sino en relación a las personas
individuales integrantes de ese grupo; y, finalmente, los que plantean que se
trata de un delito pluriofensivo, en el sentido de que el bien jurídico protegido
es el interés de la comunidad internacional en la subsistencia de los grupos
humanos, así como determinados intereses individuales como la vida, salud,
integridad, libertad, etc.
Es de verse que la adecuada concepción del bien jurídico, a ha de
delimitarse conforme a un plano de política criminal, que devela ciertas sin-
gularidades, lo cual observamos al verse tipificado este injusto sobre la base
de la nomenclatura de los delitos que atentan contra la Humanidad.
Para MUÑOZ CONDE819, el bien jurídico protegido es la existencia del gru-
po o grupos humanos, cualquiera que sea su raza, religión, etc. Según este
autor el sustrato ideológico de este bien jurídico es el reconocimiento del
pluralismo universal de las religiones, razas o etnias y del nivel de igualdad
en el que todas se encuentran.
Alicia GIL GIL anota, que lo que se busca proteger en el delito de geno-
cidio es la existencia de determinados grupos humanos ya que se trataría de
un bien jurídico supra individual cuyo titular no sería nunca la persona física
sino el grupo como colectividad820.
VIVES ANTÓN621, por su parte, refiere que bien jurídico protegido, como
en el resto de estos delitos es la convivencia internacional, en este caso, en-
tendida como convivencia pacífica de los diversos grupos humanos, hayan o
619 MUÑOZ CONOE, F.; Derecho Penal Parte Especial, cit., p. 596
620 GIL GIL, A.; op.cit, p. 216 y ss.
621 Vives ANTÓN, T„ y otros; Derecho Penal Parte Especial. Editorial, Tirant Lo Blanch, 2da.
Edición, Valencia, 1996, cit. p. 823.
TÍTULO XIV-A: Los DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 491
622 LA ROSA, M.; "La recepción de la figura de genocidio por la ley de represión de actos
discriminatorios', publicado en El Derecho. Jurisprudencia general. Tomo 205. Bue-
nos Aires. 2004, cit., p. 786.
623 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. 1, cit., ps. 347-348.
624 REZSES, E.; La figura de genocidio y el caso argentino. La posibilidad de adecuar jurí-
dicamente una figura penal a una realidad política. En: Derecho Penal Online (revista
electrónica de doctrina y jurisprudencia en Iinea2008/12/14, http:// www.derechopena-
lonline.com."
625 Así, CARBONEU MATEU, J.C. y otro, al sostener que el bien jurídico protegido es el interés
de la Comunidad internacional en la subsistencia de los grupos humanos, si bien se
protegen los intereses individuales: vida, salud, integridad, libertad, etc.; Comentarios
492 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
4. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
dominio, mas bien los dadores de la orden, los jefes supremos y/o líderes
de dichas organizaciones (máximas instancias jerarquizadas), quienes se
sirven del automatismo y del engranaje de dichos aparatos, asegurándose
que sus órdenes siempre serán cumplidas a la cabalidad. En tal entendido,
se construye la teoría de la Autoría Mediata en Estructuras Organizativas de
Poder, permitiendo la atribución de responsabilidad penal a todos aquellos
que ocupan un lugar privilegiado dentro de la organización; mientras que los
ejecutores responden como Autores indirectos, a menos que cuenten con un
conocimiento especial, lo que determinaría una Instigación.
Podrán observarse tantos Autores Mediatos, conforme a la existencia
de los diversos niveles jerárquicos que dan cuerpo al funcionamiento de la
organización delictiva.
b. Sujeto pasivo
627 LOZAOA, M.; "El crimen de genocidio. Un análisis en ocasión de su 50" aniversario",
publicado en Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia. Año 5 n° 9-A-1999, Ad-Hoc,
Buenos Aires, Argentina, cit., ps. 806-807.
628 Rezses, E.; La figura de genocidio y el caso argentino. La posibilidad de adecuar jurí-
dicamente una figura penal a una realidad política. En: Oerecho Penal Online (revista
electrónica de doctrina y jurisprudencia en linea 2008/12/14, http:// www.derechope-
naIonline.com.
494 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
c. Modalidad típica
629 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., ps. 349-350.
630 REZSES, E.; La fígura de genocidio y el caso argentino. La posibilidad de adecuar jurí-
dicamente una fígura penal a una realidad política. En Derecho Penal Online (revista
electrónica de doctrina y jurisprudencia en linea, 2008/12/14, http:// wvwv.derechope-
nalonline.com
631 Fsuoo SÁNCHEZ, B.; El genocidio en el Derecho Penal español, publicado en Cuader-
nos de Doctrina y Jurisprudencia. Año 5 n° 8-C-1999, Ad-Hoc, Buenos Aires, Argenti-
na, cit., ps. 536-537.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 495
632 GIL GIL, A.; "Los crímenes contra la humanidad en la Corte Penal internachnar, pu-
blicado en Revista de Derecho Penal. Delitos contra las personas, 2003, Rubinzal
Culzoni editores, cit., p.178
633 FEIJOO SÁNCHEZ, B. J.; op. cit., p. 536
496 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
634 Así, HUERTAS DIAZ, O.; Aproximaciones al concepto de Genocidio..., cit., p. 321.
635 En la doctrina española CARBONEU. MATEU y VIVES ANTÓN, han denominado como Geno-
cidio físico las figuras de homicidio, lesiones en sus diferentes variantes, sometimiento
a condiciones de existencia con peligro para la vida o perturbación de la salud (...);
Comentarios al Código Penal, Vol. ÍV, cit., p. 2160.
636 Dicho término importa una concepción demasiado amplia, en cuanto a la propensión
delictiva de exterminar toda una Nación, esto es, todo un país, desbordando un marco
estricto de consideración conceptual, de que la vigencia normativa tenga a su vez una
vigencia fáctica, a efectos de no rebajar la norma a una mera constelación normativa;
sobre su problemática conceptual, ver al respecto, Huerta Días, O.; Aproximaciones
al concepto de Genocidio..., cit., p. 321.
637 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 350.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 497
da en el marco criminal del autor: de matar a los demás miembros del grupo
social.
En este supuesto se revela la concurrencia de un Concurso Ideal
y/o Real de Asesinato, dependiendo del medio empleado, de modo que
la conducta atribuida al agente se ajusta a la vez en el artículo 108° y en
el artículo 319° del CP. La pregunta, entonces, sería la siguiente ¿Puede
admitirse un Concurso Delictivo, de Homicidio Agravado con Genocidio?
Si partimos de que la nueva regulación punitiva determina la protección
de bienes jurídicos distintos entre ambos injustos no habría problema para
admitir el Concurso delictivo, empero es la muerte de una pluralidad de
personas lo. que recoge el legislador como el acento de disvalor del delito
de genocidio, de forma que rechazamos esa posibilidad, debiendo el juzga-
dor cobijar el comportamiento prohibido en el precepto especial contenido
en el artículo 319° del CP.
Cuestión aparte acontece con el posible concurso con el artículo 317°
del CP, con la figura de organización a delinquir, que al manifestar contornos
de tutela de diversa connotación, sí podría entrar en concurso delictivo.
638 Asi, PeflA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, ott, p. 350.
498 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
639 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Paría Especial, T. I, a l , p. 351.
640 Feuoo SÁNCHEZ, 8.; op. cit, p. 532-533.
641 MUÑOZ CONDE, F.; Derecho Penal Parte Especial, c¡t.,p.597
642 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 352.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 501
643 Rezses, E.; La figura de genocidio y el caso argentino. La posibilidad de adecuar juri-
dicamenteuna figura penal a una realidad política. En: Derecho Penal Online (revista
electrónica de doctrina y jurisprudencia en linea, 2008/12/14, http:// www.derechope-
nalonline.com.
644 LOZAOA, M.; op. cit., p.804.
CAPÍTULO II
DESAPARICIÓN FORZADA
1. CONCEPTOS PRELIMINARES
La personalidad humana se manifiesta en una serie de planos a sa-
ber: en su propia existencia vital, que ha de ser tutelada por los delitos de
Homicidio y sus derivados y, en otras facetas, que determinan su posibilidad
de poder interactuar con sus prójimos, de intervenir en concretas activida-
des socio-económicas. De hecho, estamos hablando de un contenido de
orden omnicomprensivo, al cobijar una serie de conceptos que calan en la
idea de la «inviolabilidad personal», aquella dimensión que garantiza que
el ser humano pueda lograr su autorrealización personal, en tal medida, el
ordenamiento jurídico debe extender su tutela a todas aquellas esferas vin-
culadas con dicha definición, en lo que respecta a un plano ontológico como
normativo.
El Derecho penal despliega un rol fundamental en lo que concierne a
la protección de todos aquellas dimensiones relacionadas con la intersub-
jetividad del ser humano, previniendo todos aquellos comportamientos que
supongan una ofensa grave a dicho contenido esencial; tutela punitiva que
se torna más intensa, cuando la actuación de disvalor es realizada por un
funcionario y/o servidor público, pues sobre dichas personas la exigibilidad
de proteger estos bienes jurídicos es mayor. Importa que el Estado Cons-
titucional de Derecho, confíe en los custodios del orden, no sólo la cautela
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 503
un largo tiempo, sólo impera el anhelo de que los restos sean finalmente
localizados.
En un comienzo el delito de desaparición forzada estaba regulado en
el catálogo punitivo de 1991 entre los delitos contra la Tranquilidad Pública,
específicamente entre los delitos de terrorismo. Con justa razón refiere CARO
CORIA948 que si bien podía concordar con una concepción de desaparición
forzada como una manifestación del llamado "terrorismo de Estado", era in-
adecuado, porque la tranquilidad publica se aprecia como un bien jurídico de
carácter institucional, de trascendencia colectiva, pero teológicamente co-
nectado con el mantenimiento del orden social antes que con la protección
de los Derechos Humanos.
Posteriormente, mediante la dación del DL N° 25475M7, se deroga el
capítulo relacionado con los delitos de Terrorismo, incluido el delito de Des-
aparición forzada. Meses después se promulgó el DL N° 25592*"; según
este decreto, e| delito de desaparición forzada, tenía como pena mínima 15
años, dejando el camino abierto y a criterio del juzgador, quienes estaban
facultados para imponer sanciones que podía ir según sea el caso hasta
de cadena perpetua, este tipo de medidas sin dudas afectan el principio de
legalidad, cuya exigencia radica en la importancia delimitar claramente en la
norma los limites de la sanción a imponer.
Será con la aprobación de la Ley N° 26926849, donde se da un trata-
miento diferenciado y autónomo a este delito, en el Título relacionado con los
Delitos contra la Humanidad; y cuya justificación radica en una sistemática
violación de los Derechos Humanos. Cabe precisar que en ei delito de des-
aparición forzada nos encontramos frente a un delito de naturaleza perma-
nente mientras no se establezca el destino a paradero de la víctima850.
2. BIEN JURÍDICO
En el delito desaparición forzada se afecta diversos derechos funda-
mentales, imprescindibles para la realización de la persona humana, como
es la libertad física, entendida como la capacidad para poder conducirse sin
restricción alguna, también se impide interponer los recursos legales que
3. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
De la descripción típica del artículo 320° del CP, incurrirá en este delito
aquel funcionario o servidor público que prive a una persona de su libertad,
ordenando o ejecutando acciones que tenga por resultado su desaparición
debidamente comprobada; en tal entendido, nuestra fegre lata recoge un de-
lito especial propio854, pues sólo aquel que se encuentra revestido de la fun-
ción pública puede ser considerado autor, esto es, el intraneus, incidiendo en
una limitación inexplicable, cuando el sujeto es un particular, de modo que la
actuación de este último sería solo conducible al delito de Secuestro.
651 PEÑA CABRERA, R.; Traición a la Patria y Arrepentimiento Terrorista, cit., p. 247.
652 Diccionario Penal Internacional, Gaceta Pena & Procesal Penal, Primera Edición,
2009, cit. p. 190
653 BUSTOS RAMÍREZ, J.; El delito de desaparición forzada de personas, cit., ps. 265 y ss.;
citado por PEÑA CABRERA, R.; Traición a la Patria..., cit., p. 248.
654 Así, PEÑA CABRERA, R.; Traición a la Patria..., cit., p. 248.
TÍTULO XIV-A: Los DEUTOS CONTRA LA HUMANIDAD 507
Como podemos apreciar, existe una marcada limitación del sujeto acti-
vo al funcionario o servidor público, con lo cual nos alejamos a lo contemplado
en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas,
en cuyo, artículo II, recomienda incluir no solo aquella producida por agentes
del Estado, sino también por aquellos personas o grupos de personas que
actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado.
Así, el delito de la Desaparición Forzada supone el desconocimiento
del deber de organizar el aparato del Estado para garantizar los derechos
reconocidos en la. Convención; en este sentido la exigencia a los funciona-
rios radica en qué estos adopten todas las medidas necesarias para evitar
dichos hechos, investiguen y sancionen a los responsables y, además, in-
formen a los familiares sobre el paradero del desaparecido. En esta misma
línea se ha pronunciado el tribunal de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos855, al declarar que la responsabilidad internacional del Estado se
ve agravada cuando la desaparición forma parte de un patrón sistemático o
práctica aplicada o tolerada por el Estado, por ser un delito contra la huma-
nidad que implica un craso abandono de los principios esenciales en los que
se fundamenta el sistema interamericano.
En esta misma sentencia se ha señalado que, como consecuencia de
la desaparición forzada de las presuntas víctimas, estas personas "fueron
excluidas del orden jurídico e institucional del Estado peruano", es decir, que
los perpetradores de la desaparición "pretendieron crear un 'limbo jurídico',
instrumentándolo a través de la negativa estatal de reconocer que estaban
bajo su custodia, por la imposibilidad de las víctimas de ejercer sus derechos
y por el desconocimiento de sus familiares de su paradero o situación".
¿Es acaso que desde el seno de organizaciones delictivas, como las
subversivas u otras que cultivan el terror en la población, no pueden engen-
dar estos actos? En muchos casos, los aparatos terroristas han desapareci-
do mucha gente en el territorio nacional, que a la larga también genera ese
sentimiento de ofensa en la Comunidad Internacional, que se quiere tutelar
bajo los alcances normativos del tipo penal en cuestión.
En la legislación penal colombiana se avanzó al respecto, con la da-
ción del artículo 165°, como nos ilustra IBAÑEZ GUZMAN, se reconoce el esfuer-
zo realizado en la construcción de la figura de desaparición forzada, pues al
contemplar el sujeto activo indeterminado se constituye una ampliación a la
tutela o protección: umbral de protección658.
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
TORTURA - AGRAVANTE
Art. 321.- aEl funcionario o servidor público o cualquier persona, con el
consentimiento o aquiescencia de aquél, que inflija a otro dolores o sufri-
mientos ¿pavés, sean físicos o mentales, o lo someta a condiciones o métodos
que anulen su personalidad o disminuyan su capacidad física o mental,
aunque no causen dolor físico o aflicción psíquica, con el fin de obtener de
la victima o de un tercero una confesión o información, o de castigarla por
cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que ha cometido, o de inti-
midarla o de coaccionarla, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de cinco ni mayor de diez años.
Si la tortura causa la muerte del agraviado o le produce lesión grave y el
agente pudo prever este resultado, la pena privativa de libertad será res-
pectivamente no menor de ocho ni mayor de veinte años, ni menor de seis
ni mayor de doce años."
1. CONCEPTOS DE INTRODUCCIÓN
El análisis del presente delito nos evoca una serie de ideas en la men-
te, en primer plano, que tan cruel puede ser el hombre con sus congéneres,
cuando desea obtener algo. Hemos de rememorar aquella frase infeliz de
que el fín justifica los medios: sólo desde las tribunas de un Estado maquia-
vélico, negador de los Derechos Fundamentales es que se puede permitir ser
grandilocuente, con tan desgraciada y trasnochada proposición finalista.
TÍTULO XIV-A: Los DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 515
664 Titulo III def Libro Segundo del nuevo CPP; Cfr., PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis
al nuevo Código Procesal Penal, T. I, cit., ps. 618-638.
665 Vide, al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal
Penal, T. I, cit., ps. 144-174.
518 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
3. BIEN JURÍDICO
La tortura probablemente sea una de las prácticas anómalas, que de
ninguna manera debe ser tolerada por ningún ordenamiento jurídico, es todo
lo contrario a la dignidad del hombre, por tanto debe merece el mayor repro-
che y la sanción proporcional al daño ocasionado.
En el delito contra la tortura se atenta gravemente con determinados
principios básicos para la realización de todo ser humano; por tanto, el bien
jurídico no tiene que ver con la libertad propiamente dicha, sino con la digni-
dad fundamental de la persona.
Al igual que otros injustos que afectan contra la humanidad, no habría
mayor inconveniente en afirmar que el bien jurídico protegido es múltiple,
dado que es un delito pluríofensivo, dado que defienden los bienes jurídicos
de la integridad moral, la dignidad, las garantías judiciales889. Se podría decir
que sería también los derechos humanos, pero con la opción del legisla-
dor peruano, es netamente además, la comunidad entera, pues se afecta
la dignidad esencial de la persona agraviando al conjunto social, nacional e
internacional.
En resumidas cuentas, el delito contenido en el artículo 321°, ha de tu-
telar el concepto de personalidad humana, en su sentido más laxo, en cuanto
los valores inherentes a dicha condición ontológica, que se ven afectados,
cuando se atenta contra la dignidad, presupuesto esencial para la autorrea-
llzación del Individuo; afectación, que por su trascendencia es catalogado
como un «Crimen contra la Humanidad», al lesionarse los sentimientos más
relevantes de la Comunidad Internacional.
669 En la doctrina española se acoge la idea de la integridad moral, por lo que CARBONEU
MATEU y GONZÁLEZ CUSSAC, considerando que la integridad moral se configura como
una categoría conceptual propia, como un valor de la vida humana completamente
independiente del derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad en sus diversas
manifestaciones, o al honor; Comentarios al Código Penal, Vol. II, cit, p. 893.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 521
4. T1PICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
670 Citado por CARBONELL MATEU, J.C. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. II, cit, p.
898.
671 Asi, LASCURAÍN SÁNCHEZ, J.A.; De las Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral,
cit., p. 93. „
672 Sobre esta base, CARBONELL MATEU y otro, escriben que los hechos realizados por
particulares no pueden reunir estas notas características y, en cualquier caso, para su
castigo existe todo una larga serie de figuras genéricas (...); Comentarios al Código
Penal, Vol. II, cit., p. 899.
522 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
673 LASCURAIN SANCHEZ, J.A.; De las Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral,
cit., p. 95; Cfr., PORTILLA CONTRERAS, G.; Torturas y otros delitos contra la Integridad
Moral, cit., p. 285.
674 Como apunta LASCURAIN SÁNCHEZ, frente a la de participación, la calificación de autoría
se fundamenta en (a contribución determinante del omitente al resultado, que es el fru-
to de una actividad en un ámbito cuya organización ha asumido y que le corresponde
aún prioritariamente (...); De las Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral, cit.,
p. 95.
TÍTULO XIV-A: LOS DEUTOS CONTRA LA HUMANIDAD 523
b. Sujeto pasivo
En este delito, víctima sería aquel sobre la cual se inflinge los graves
sufrimientos, aquellos vejámenes inhumanos que han de manifestarse sobre
la esfera psicosomática del sujeto pasivo878; puede que dichos dolores se in-
flingan sobre una persona ajena, de quien se pretende arrancar la Confesión
y/o Información.
Sujeto pasivo de la acción, entonces, la persona antes mencionada,
mas sujeto pasivo del delito, será la Comunidad Internacional, en vista de su
ubicación sistémico-conceptual.
675 CREUS, C:,~Derecho Penal. Parte Especial, Tomo I, Buenos Aires, Editorial Astrea,
1998, cit. p. 308.
676 Asi, PORTILLA CONTRERAS, G.; Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral, cit., p.
286.
524 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
c. Modalidad típica
vechan dicha condición para propinarle una paliza al interno, tampoco será
reputado como un acto de Tortura, pues tiene que estar presente siempre el
ánimo de naturaleza trascendente referido a la «obtención de una confesión
o información», sin defecto de ser reconducida la conducta al tipo penal de
Lesiones.
Los actos discriminatorios, que si bien resultar denigrantes en algunos
casos, no alcanzan a configurar este delito, sea por su menor intensidad
antijurídica y por no perseguir la finalidad prevista en la tipicidad penal. Este
factor tendencia!, escribe LASCURAIN SÁNCHEZ, aporta una dimensión tradicio-
nal de la tortura en su acepción técnica, cual es la de constituir un modo
peculiarmente agresivo de vulnerar las elementales garantías procesales del
individuo880.
De modo, que presupuesto de configuración, es que los actos que dan
lugar al delito de Tortura, tomen lugar en un escenario particular, en el marco
de una investigación penal, como se menciona en el enunciado el término
«Confesión», lo que ha implicado la definición de la llamada «Tortura Indaga-
toria». A partir de dicha institución, a quien se le atribuye haber cometido un
hecho punible, sea como autor y/o partícipe, admite haber participado dichos
hechos ante los órganos estatales de persecución penal, en las primeras
diligencias investigativas y con todas las garantías del caso, en presencia
de su Abogado defensor y del representante del Ministerio de Público; de-
claración que debe ser corroborada con actos concretos de investigación, a
ser efectuados por los efectivos del orden, bajo la batuta del Fiscal. Son tres
los requisitos para que se pueda hablar de una Confesión881: espontaneidad,
voluntariedad y contrastación probatoria.
El asunto es que no podemos, condicionar la admisión de una Tortura,
a los elementos antes mencionados, pues mientras campea la informalidad
en el país, ante investigaciones unilaterales de la policía, pese a las estipu-
laciones constitucionales y las previsiones legales, tendremos que admitir la
posibilidad de que en dicho ámbito pueda producirse este delito; parece que
el precepto no se orienta a una definición formal de lo que debemos entender
por una Confesión. Y, por lo general así será, cuando los efectivos policiales
aprovechan la ausencia del Fiscal, para propinar golpizas y/o maltratos psi-
cológicos sobre los detenidos para arrancarles una Confesión, que según lo
680 LASCURAIN SÁNCHEZ, J.A.; De las Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral,
cit., p. 94.
681 Al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., ps.
445-448; Exágesis al nuevo Código Procesal Penal, T. I, cit., ps. 527-531.
526 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
682 Así, PORTILLA CONTRERAS, G.; Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral, cit.,
p. 286.
683 Asi, PORTILLA CONTRERAS, G.; Torturas y otros delitos contra la Integridad Moral, cit.,
p. 289.
528 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
\
CAPÍTULO IV
DISCRIMINACIÓN
DISCRIMINACIÓN DE PERSONAS
Art. 323.- aEl que, por sí o mediante terceros, discrimina a una o más
personas o grupo de personas, o incita o promueve en firma pública actos
discriminatorios, por motivo racial, religioso, sexual, de factor genético,
filiación, edad, discapacidad, idioma, identidad étnica y cultural, indu-
mentaria, opinión política o de cualquier índole, o condición económica,
con el objeto de anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de
los derechos de la persona, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de dos años, ni mayor de tres o con prestación de servicios a la
comunidad de sesenta a ciento veinte jornadas.
Si el agente es funcionario o servidor público la pena será no menor de
dos, ni mayor de cuatro años e inhabilitación conforme al inciso 2) del
artículo 36.
La misma pena privativa de libertad se impondrá si la discriminación se
ha materializado mediante actos de violencia física o mental.0
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
Desde los albores del siglo XIX se asintió en la idea que un Derecho
penal liberal ha de ajustar su intervención, conforme la estructura y vigencia
de los bienes jurídicos, ello al margen de su definición conceptual684, lo que
puso someter la actuación del ius puniendi a determinados límites, que no
pueden ser desbordados, so pena de configurar una actuación estatal arbi-
traria y excesiva. Importa en otras palabras, sujetar el Derecho penal a un
mínimo de racionalidad ética, política /teleológica.
684 Vide, mas al respecto, PEIÑIA CABRERA FREYRE, A.R.; Los delitos contra el Honor. Conflic-
to con el derecho a la información y la libertad de expresión, cit., ps. 57-66.
L
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 531
obstante, las estructuras sociales, expresan algo distinto, que no deja de ser
paradójico, según la nueva descripción de la sociedad moderna.
Los «actos discriminatorios», han de verse cuando las personas reci-
ben un trato desigual, con respecto a su congéneres, ante contextos, donde
a un ciudadano le es negado un derecho, sólo por ser de una determinada
raza (negro, chino, mulato), por su opción sexual (gay, lesbiana), por carecer
de un esítatus socio-económico elevado (estratos más bajos de la sociedad)
así como el sexo (hombre o mujer) y las personas discapacitadas.
El manejo que se daban en ciertas instituciones del Estado, como las
Fuerzas Armadas, era un ejemplo típico de discriminación, cuando no se
dejaba ingresar a personas de ciertas características étnicas; así, también a
representantes del género femenino. Así también, estas prácticas, pueden
observarse en los colegios particulares, en los clubes privados, en ciertas
agremiaciones, empresas, asociaciones, etc. La política es una esfera que
ha sufrido un notable cambio, al advertirse que desde la última década, ciu-
dadanos de diversas razas y de estructuras socio-económicas han alcan-
zado puestos públicos importantes, tanto en el Poder Ejecutivo como en el
Congreso, así como el logro de las mujeres, al asumir puestos de vanguar-
dia, ya no sorprende ver a una mujer dirigiendo un partido político o siendo
ungida Ministro de Estado.
Debe decirse, entonces, que ha habido un progreso significativo en
el Perú, que de cierta manera nos conduce a la formación de un verdadero
Estado Constitucional de Derecho, la sociedad se ha despojado paulatina-
mente, de ciertas jerarquías postizas, que allanan el camino a una sociedad
igualitaria. Empero, como se dijo, aún se observan conductas discriminato-
rias, sobre todo, en ámbitos privados, en ciertos negocios, como actividades
de discoteca, restaurantes y otros lugares de esparcimiento, donde se niega
el acceso a personas que no responden a ciertos patrones étnicos, lo que
ha meritado la imposición de fuertes sanciones pecuniarias, que obedecen
al aparato administrativo del Estado, a través del Indecopi y otras institucio-
nes afines. En algunos casos, se ha llegado al cierre del establecimiento
comercial, generando todo un impacto en la sociedad, a través de la noticia
canalizada por los medios de comunicación social.
Dicho lo anterior, debe decirse que el Derecho penal importa violen-
cia institucionalizada, la pérdida inevitable de libertades fundamentales, así
como el estigma que se deriva del proceso y la jurisdicción; por tales motivos,
ha de convenirse que su actuación sólo ha de tomar lugar lo estrictamente
necesario, conforme a los fines preventivos y disuasivos que emanan de
su politización y aplicación, sabedores que dicha reacción requiere de una
justificación externa, dígase material, según el contenido del bien jurídico. Si
asumimos, posiciones superfluas y antojadizas, del ámbito de intervención
TÍTULO XIV-A: Los DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 535
692 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 52.
693 CARBONELL MATEU, J.C.; Derecho penal: concepto y principios constitucionales, cit, ps.
215-216; Zugaldia Espinar, J.M.; Fundamentos de Derecho Penal. Parte General, cit.,
p. 48.
694 SILVA SÁNCHEZ, J.M.; Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo, cit, p. 274; En
la concepción que propone VIVES ANTÓN, el bien jurídico concreto se conforma, no sólo
a partir de los tipos penales, sino también de la Constitución y, específicamente, del
contenido de los derechos fundamentales, desde los que se decide hasta que punto y
en qué sentido una determinada prohibición penal resulta constitucionalmente legíti-
ma; Sistema democrático y concepciones del bien jurídico:..., cit., p. 46.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 537
695 GARCÍA ARÁNÍ- M.; Constitución y Derecho Penal, veinte años después. En: Homenaje
al Dr. Marino Barbero Santos - In memorian, Vol. I, cit., p. 287.
696 ZUGALOIA ESPINAR, J.M.; Fundamentos de Derecho Penal. Parte General, cit., p. 48.
697 Asi, O'-AIZOIA NOGALES, I.; El delito de Cohecho, cit., p. 55.
538 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
Sin duda, es una demanda legítima en una sociedad que debe aspirar
a mayores oportunidades para todos sus ciudadanos, sin distinción de nin-
guna índole, pero para lograr tal fin no es suficiente con sancionar normas,
pues de eso nuestro país es un líder en la formación de normas legales y,
vaya que muchas de ellas no han alcanzado ni meridianamente los fines pro-
puestos; de tal manera que el Estado a través de sus entidades -estatales
encargadas-, debe convertirse en promotor y garante de los derechos de
todos los ciudadanos, en orden a evitar cualquier práctica discriminatoria;
utilizando los mecanismos que se desprenden del orden jurídico.
Por demás, debe señalarse que el Poder Congresal se equivoca cuando
sigue funcionalizándo al Derecho penal en objetivos que se condicen con su
ámbito legitimador, pues la Ley N° 28867 ha implicado una modificación al
artículo 323° del CP, ampliando la comprensión de las conductas típicas; lo
que refuerza el fenómeno del Derecho penal simbólico en el Perú. Debiéndo-
se relevar que a la fecha de la incorporación del artículo 323° al CP no se ha
producido ningún pronunciamiento jurisdiccional al respecto, ni con respecto
a una absolución o una condena, lo que confirma su finalidad esencialmente
pedagógica (ética-social).
Como Ib hemos subrayado en líneas anteriores, la incriminación de esta
conducta, no guarda correspondencia con los dictados de un Derecho pe-
nal democrático, que en estricto, ha de cautelar únicamente aquellos bienes
jurídicos, que hayan de tener reconocimiento constitucional y, que a su vez,
adviertan un plano de legitimidad material, en cuanto a la prohibición de con-
ductas que hayan de perturbar de forma significativa, la relaciones sociales,
con ello, se pone de relieve, que la norma penal asume fines promocionales,
ético-sociales y morales, que en la realidad no han de otorgar un mínimo de
eficacia, constituyendo una manifestación ornamental de la legislación, como
muchos delitos, que deberían ser únicamente sancionados a través del Dere-
cho administrativo.
4. BIEN JURÍDICO
Habiendo determinado la inadmisible incriminación de estas conducta,
conforme al ideario filosófico de un Derecho penal democrático, debemos, de-
finir el objeto de tutela, conforme a una expresión de hermenéutica juridica.
Convenimos que es la «igualdad» que se busca proteger, es aquella
entendida como principio en el ordenamiento jurídico, con rango de carácter
constitucional, según los postulados de un orden democrático de derecho.
La igualdad debe ser definida, como aquella conformidad de una cosa
con otra en naturaleza, calidad o cantidad, de la que se desprenden diversas
consecuencias jurídicas. Tiene su origen en la determinación de si la idea de
igualdad representa una realidad o una mera teoría.
540 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
5. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
703 OSSORIO, M.; Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales. Buenos Aires, Ar-
gentina: Ed. Heliasta S.R.L., 1987, cit., p. 362.
704 BINOER, A.M.; Proceso penal y diversidad cultural, el caso de las comunidades indíge-
nas, Revista Boletín Arto 1 No. 1. Guatemala: (s.e.) 1995, cit., p. 25
705 BERNAL PUUOO, C; El Neoconstitucionalismo y la Normatividad del Derecho, cit, ps.
215-216.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 541
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
nación, en ese sentido GARCÍA PELAYO y OSORIO708 nos dicen que la discri-
minación consiste en separar, distinguir o diferenciar una cosa de otra, o
bien desde el punto de vista social, significa dar trato de inferioridad a una
persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, económi-
cos, de origen, etc. La discriminación es: "Racial. Desigual trato, en cuanto a
prerrogativas, derechos y consideración social, etc., que se establece entre
individuos pertenecientes a las razas distintas"707.
Por tanto, del articulado se entenderá por discriminación, la anulación
o alteración de la igualdad de oportunidades o de trato, requerimientos de
personal, a los requisitos para acceder a centros de educación, formación
técnica y profesional, que impliquen un trato diferenciado basado en motivos
de raza, sexo, religión, opinión, origen social, condición económica, estado
civil, edad o de cualquier índole, esta misma descripción lo encontramos
en muchos de los instrumentos internacionales antes citado, sin embargo
coincidimos con Cario Coria708, en el sentido de que esta definición, bastante
limitada, solo es eficaz para efectos de las sanciones administrativas que
prevé el artículo 3o de la Ley N° 26772, según el cual: "Las personas natura-
les o jurídicas que, en ejercicio de su actividad a ira vés de sus funcionarios o
dependientes, incurran en las conductas que impliquen discriminación, anu-
lación, alteración de igualdad de oportunidades o de trato, en las ofertas de
empleo, serán sancionadas por el Ministerio de Trabajo y Promoción Social;
y cuando se refieran al acceso a centros de formación educativa, serán san-
cionadas por el Ministerio de Educación".
El problema que se presenta es en cuanto a su delimitación con la es-
fera penal, dado que se corre el riesgo de vulnerar el principio del non bis
in idem, que proscribe la sanción y persecución sancionadora múltiple; una
problemática constante que genera el legislador, cuando tipifica las conductas
penalmente prohibidas, sobre la misma construcción legal, propia de las in-
fracciones administrativas, sin incluir algún dato a saber que puede otorgar un
disvalor suficiente. Siendo que en el presente caso, dicha tarea es en realidad
imposible, al no existir la posibilidad de construir un verdadero injusto penal.
Podemos decir, que los actos de discriminación pueden manifestar a
su vez un trato degradante, ello sucederá cuando se afecta gravemente la
706 GARCÍA-PELAYO y GRQSS, Ramón. Diccionario Larousse, manual ilustrado, cit, p. 308;
OSORIO, Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales, cit., p. 258.
707 Real Academia Española de la Lengua. Diccionario de la lengua española. 1fc 20*.
ed.; Madrid, España: Ed. Espacalpesa, 1984. Real Academia Española de la Lengua.
Diccionario de la lengua española. 2t., 21*. ed.; Madrid, España: (s.e.), 1992, cit., p.
318.
708 CARO CORIA, C; op, cit. p. 175.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 543
709 La conducta del "trato degradante", es constitutivo de delito en el articulo 173" del CP
español.
710 Un conflicto aparente de normas penales debe ser rechazado, no podría decirse que
el delito de discriminación, mediando dicha tipificación, absorba al delito de Lesiones,
vaciando de contenido un bien jurídico de alto nivel de consagración constitucional.
544 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
LA MANIPULACIÓN GENÉTICA
LA MANIPULACIÓN GENÉTICA
Art. 324.- "Toda persona que haga uso de cualquier técnica de manipu-
lacián genética con la finalidad de clonar seres humanos, será reprimido
con pena privativa de la. libertad no menor de seis ni mayor de ocho años e
inhabilitación conforme al Articulo 36, incisos 4 y 8".
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
Es sabido que el desarrollo incesante de la ciencia ha de resultar en
provecho de la humanidad, de posibilitar mejores condiciones de vida, crean-
do las condiciones necesarias para que el hombre pueda alcanzar sus fines
más preciados; aquello constituye un contenido axiológico de primer orden,
que indudablemente otorga plena legitimidad a las investigaciones científi-
cas, sobre todo, aquellas destinadas a encontrar la cura a múltiples enferme-
dades, que han ido apareciendo en las últimas décadas.
No olvidemos que las innovaciones científicas, han propiciados una
nueva descripción sociológica, donde la tecnología promueve la evolución
permanente de la sociedad; a la vez, un desarrollo impresionante, que se
cataliza en una serie de instrumentos, herramientas, maquinarias, como la
robótica, la ciencia informática así como la creación de aparatos de gran so-
fisticación, trayendo a colación nuevas demandas en el mercado de consu-
mo, que de cierta forma, incide en el plano de valores cultivados por miles de
años, donde el individuo es ahora presa, de los productos que dicha tecno-
logía le ofrece, dejando de lado a veces, valores y/o costumbres que nunca
deben perderse, so pena de deshumanizar al hombre, tanto en un trasfondo
ético como espiritual.
546 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
711 ROMEO CASABONA, C.M.; El Derecho y la Biotótica ante los limites de la vida humana,
cit., p. 3.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 547
713 ROMEO CASABONA, C.M.; El Derecho y la Bioética ante los límites de la vida humana,
cit., p. 6.
714 En palabras de ROMEO CASABONA, el problema jurídico consiste en detectar los nuevos
valores ético-sociales necesarios para asimilar o hacer frente a esa también nueva
realidad social, en cómo se integran en el Derecho y, lo que no es menos importante,
cómo se van perfilando o «creando» esos valores ético-sociales; El Derecho y la Bio-
ética ante tos limites de la vida humana, cit., p. 9.
715 Así, GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Comentarios al Código Penal, Vol. II, cit., p. 815.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 549
El inc. 5) del artículo 363° del CC, dispone a la letra que: "Cuando se
demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de validez cien-
tífica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo parental. El
Juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes cuando se
hubiera realizado una prueba genética u otra de validez científica con igual o
mayor grado de certeza"; mientras, que el inc. 6) del artículo 402°, establece
que: "Cuando se acredite el vínculo parental entre el presunto padre y el hijo
a través de la prueba del ADN u otras pruebas genéticas o científicas con
igual o mayor grado de certeza. Ante la negativa de someterse a alguna de
las pruebas luego de haber sido debidamente notificada bajo apercibimien-
to por segunda vez, el Juez evaluará tal negativa, las pruebas presentadas
y la conducta procesal del demandado declarando la paternidad o al hijo
como alimentista, correspondiéndole los derechos contemplados en el Artí-
culo 415. Lo dispuesto en el presente inciso no es aplicable respecto del hijo
de la mujer casada cuyo marido no hubiese negado la paternidad. El Juez
desestimará las presunciones de los incisos precedentes cuando se hubiera
550 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
realizado una prueba genética u otra de validez científica con igual o mayor
grado de certeza".
El Genoma, por su parte, viene a constituir un conjunto de material
genético de un ser humano, cuyo soporte físico es el ADN, contenido en los
cromosomas. Se sabe, por estudios científicos, que un hombre recibe ta mi-
tad de la dotación de cromosomas de su padre y la otra mitad de su madre,
dando como producto, un nuevo ser, portador de un patrimonio genético,
cuya especificidad permite distinguirlo de los demás; es por ello, que el exa-
men del ADN, se erige como un medio, de gran fiabilidad y certeza, para la
identificación de personas, así corrió establecer vínculos de filiación paterna
y materna.
El denominado «Proyecto del Genoma Humano»718 importa un pro-
yecto internacional de investigación científica, cuya finalidad esencial es la
determinar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN,
a efectos de identificar los genes del genoma humano, que fuera fundado
en el año de 1990 en el Departamento de Energía y los Institutos de Salud
de USA, bajo la batuta de James D. Watson. Como es sabido, por dichas
investigaciones el Genoma Humano717 es la secuencia de ADN de un ser
humano, compuesto aproximadamente por 25,000 a 30,000 genes distin-
tos, conteniendo cada una de ellos una información codificada. Por medio
de estos conocimientos, se puede anclar a diagnósticos más precisos, en
cuanto al desarrollo y/o evolución de enfermedades. Secuencia genética
que debe ser objeto de regulación positiva, pues no olvidemos que se trata
de información referida a la intimidad y personalidad humana.
Cada persona tiene su propio genoma, el cual guarda una gran se-
mejanza, con todos los de su propia especie; información, que se encuentra
almacenada en todas y cada una de sus células y que le define e identifica
como ser único e independiente, es lo que conocemos como su patrimonio
genético o genoma. Por consiguiente, la información genética es estricta-
mente confidencial, al pertenecer a la identidad de la persona humana, que
puede ser quebrantada, cuando se accede a dicha información, más aún,
cuando es divulgada.
Por su parte, el término «Bioética» fue acuñado por VR Potter, hacien-
do alusión a los efectos del desarrollo tecnológico, al mundo axiológico, es
716 Vide, al respecto, ROMEO CASASONA, C.M.; El Derecho y la Bioética ante los limites de
la vida humana, cit., p. 7.
717 Los investigadores científicos han determinado el orden del 98% de los 3,000 millones
de pares de nucleótidos que forman el genoma humano.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 551
718 Asi, FERRAJOU, al escribir que los dilemas no sólo morales sino también jurídicos del
primero tipo están con seguridad destinados a aumentar con los progresos científicos
y tecnológicos. La pregunta a la que hay que responder es si -partiendo de la acep-
tación de los principios de la separación de derecho y moral y de utilitarismo jurídico,
(...), esta igualmente justificado que crezca, y en qué forma, el papel del derecho;
Democracia y garantismo, cit., p. 171.
719 Así, GONZÁLEZ CUSSAC, al sostener que "el límite que en todo Estado de Derecho viene
representado por la idea de dignidad humana, y de los derechos fundamentales, no
puede ni debe nunca olvidarse, orillarse o franquearse; Comentarios ai Código Penal,
Vol. II. cit., p. 816.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 553
3. LA CLONACIÓN
La creación de un ser humano importa la unión del óvulo de la mujer
con el espermatozoide del varón, dando lugar a una nueva vida humana,
dotada de singularidad y de individualidad, lo que lo distingue de los demás,
inclusive de sus ascendentes, al constituir un mapa genético singular.
El gran avance de la ingeniería genética, ha permitido a la ciencia,
ejecutar y/o manipular los genes de organismos vivos, a efectos de crear
individuos idénticos, a partir de los cromosomas que componen el AON.
La clonación se realiza de forma natural en múltiples organismos exis-
tentes en la naturaleza, por ejemplo entre los vegetales, las bacterias y en lo
seres humanos: los gemelos monocigóticos. La clonación artificial se realiza
insertando el gen que se desea multiplicar en el ADN de una bacteria721.
IRABURU, nos ilustra al respecto, señalando que la posibilidad de clonar
se planteó con el descubrimiento del ADN y el conocimiento de cómo se
transmite y expresa la información genética de los seres vivos. Debiéndose
recordar que un determinado animal está compuesto por millones de células,
que vienen a ser como los ladrillos que forman el edificio que es el ser vivo.
Esas células tienen aspectos y funciones muy diferentes. Sin embargo todas
ellas tienen algo en común: en sus núcleos presentan largas cadenas que
contienen la información precisa de cómo es y cómo se organiza: el ADN722.
720 ROMEO CASABONA, C.M.; El Derecha y la Bioética ante los límites de la vida humana,
cit., p. 7.
721 ASCENSIÓN CAMBRÓN; Patrimonio Genético y Derechos Humanos Colectivos, cit., p. 1.
722 IRABURU, M.; Sobre la clonación. Conferencia pronunciada en Pamplona, ef 29 de
agosto de 2006, en el Curso de actualización para profesorado "Ciencia, Razón y
TÍTULO XIV-A: Los DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 555
Esto es así por una razón muy sencilla: todas las células de un individuo de-
rivan de una célula inicial, el embrión unicelular o zigoto. Esta célula peculiar,
que es ya una nueva vida, se obtiene de forma natural por la fusión de las
células reproductoras, óvulo y espermatozoide, cada una de las cuales apor-
ta la mitad del material genético (la mitad de los planos)723.
El conjunto de genes de un organismo se llama genoma y contiene
toda la información necesario para el desarrollo, mantenimiento y reproduc-
ción de cualquier ser vivo. Asentado sobre esos conocimientos básicos, en
los últimos años se han manipulado genéticamente vegetales (algodón, soja,
maíz, etc.), animales (ostras, ratones, ovejas, etc.) y también seres huma-
nos: en materia reproductiva, diagnóstica, terapéutica y puede que en clo-
nación724.
La clonación adquirió notable publicidad, con la obtención de la ove-
ja Dolly, que fue producto de una transferencia nuclear desde una célula
donante distinta a un óvulo no fecundado y sin núcleo, implantada de una
hembra portadora, cuya procedencia era de la glándula mamaria de un ani-
mal adulto. Luego, transfirieron el embrión al útero de una segunda oveja
Blackface que serviría como madre sustituta, meses más tarde esta madre
sustituía daría a luz a una hermosa oveja de raza doeset, que poseía el mis-
mo material genético que la oveja donante del núcleo.
SI esta técnica de clonación fuese utilizada en seres humanos podrían
obtenerse réplicas genéticas de la persona donante del núcleo celular que se
transferiría al óvulo enucleado previamente y hasta puede ser que, a su vez,
la mujer donante del primer núcleo pudiera ser la mujer que gestara al em-
brión resultante, con lo cual podríamos imaginar el ahorro de parientes725.
El primer experimento de clonación en embriones humanos que se
conoce fue el realizado en 1993 por Jeny Hall y Robert Stilman, de la Univer-
sidad de George Washington. Se habían conseguido embriones humanos
mediante la división artificial de un óvulo fecundado, tomaron un óvulo ex-
traído de una mujer, lo mezclaron en un platillo de laboratorio con esperma,
siendo colocado en una incubadora a 37 grados centígrados. Al día siguiente
vieron que había sido fecundado por varios espermatozoides por lo que el
embrión era ¡nviable y decidieron utilizarlo para un experimento.
El proyecto del científico en Gran Bretaña Wilmut, del instituto Roslin
de Edimburgo, pretende clonar embriones que tienen la enfermedad de las
neuronas motrices a partir de pacientes que la sufren. Se pretende extraer
las células de esos enfermos para implantarlos en óvulos no fertilizados y
crear así embriones clonados. Las células de los embriones pueden utilizar-
se para ver con todo detalle cómo progresan ese tipo de enfermedades de-
generativas y permitirá avanzar rápidamente en la comprensión del proceso
de degeneración de las neuronas motrices.
El abordaje de la manipulación genética, tiene que darse desde dos
ámbitos a saber: técnica y ética. Técnicamente, la manipulación genética es
"aquel procedimiento que intenta modificar, o alterar el patrimonio genético
de un ser viviente, sea en su integridad como en sus sustancias o compo-
nentes. Es la intervención o instrumentación directa para dirigir o alterar un
organismo trayendo consecuencias dañinas y alterando su esencia natural.
Otros autores como PERIS RIERA728 refieren que la manipulación ge-
nética es aquella práctica que comporta la modificación de los caracteres
naturales del patrimonio genético. Supone la creación de nuevos genotipos,
mediante la transferencia programada de un segmento específico de ADN
que contiene una particular información genética, de un organismo viviente
a otro.
A decir de MORILLAS CUEVA, la clonación es cualquier medio o procedi-
miento capaz de crear seres humanos idénticos entre sí, bien sea actuando
exclusivamente sobre preembriones, bien sea utilizando material celular de
otros embriones, fetos o seres humanos nacidos o muertos727.
Punto importante a saber, por tanto, es que la «Manipulación Genéti-
ca» no debe ser en principio una práctica prohibida por el Derecho, pues a
partir de su empleo médico es que se pueden obtener diagnósticos mas pre-
cisos de ciertas enfermedades, para aplicar técnicas terapéuticas así como
para descifrar el mapa genético del individuo y, así poder reservar esa infor-
mación para coadyuvar la cura de enfermedades.
La manipulación genética con fines terapéuticos mediante la interven-
ción génica de células somáticas en un individuo, no es otra que aquellas
726 PERIS RIERA, J.M.; La regulación Penal de la manipulación genética en España (Princi-
pios penales fundamentales y tipificación de las gene-tecnologías), Valencia. Civitas,
1995, cit., p.38
727 MORILLAS CUEVA, L; Delitos relativos a la Manipulación Genética, cit., p. 187.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 557
4. BIEN JURÍDICO
Siguiendo la sistemática seguida en el texto punitivo, diríamos que el
bien jurídico es la «Humanidad», lo que en principio resulta correcto, sin em-
bargo, con ello decimos muy poco.
La raza humana se constituye a partir de una serie de pueblos, cul-
turas, etnias, comunidades, que a la largo de toda la evolución de la huma-
nidad, ha incidido en lo que conocemos con los nombres de pluralidad y
diversidad; ha de ser desdeñada y rechazable, aquella posturas de antaño,
que añoraban una comunidad de gentes, basada y sostenida sobre un úni-
co patrón racial, como se proclamada en la ideología nacional-socialista en
Alemania, fue precisamente la idea de la raza y del pueblo como un todo,
lo que generó el exterminio -masivo y sistemático-, del pueblo judío; (...)
una especie está formada por individuos particulares inmersos en procesos
dinámicos de singularización respecto a los cuales son clave los conceptos
de "diferenciación" y herencia. El proceso de especificación del ser individual
731 ROMEO CASABONA, C.M.; El Derecho y la Bioética ante los limites de la vida humana, cit.,
ps. 18-19.
TÍTULO XIV-A: Los DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 559
para la comunidad, tales como la dignidad del ser humano, la identidad ge-
nética, la inalterabilidad del patrimonio genético humano, la irrepetibilidad del
individuo o la libertad de la mujer a la hora de decidir su reproducción737.
5. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
737 Citado por CALDERÓN CEREZO, A.; Comentarios al Código Penal, 2, c¡t„ p. 1117.
738 MORILLAS CUEVA, L; Delitos relativos a la Manipulación Genética, cit., p. 181.
739 Vide, al respecto, GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Comentarios al Código Penal, Vol. II, cit., ps.
826-827.
TÍTULO XIV-A: LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD 561
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
746 MENOES OE CARVALHO, G. y E.; siguiendo a Luiz REGÍS, anotan que el delito de clonación
de seres humanos se consuma con la efectiva duplicación del material genético del
ser humano a ser clonado y a posterior transferencia del clon en el interior del útero
564 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
En mundo actual, en el que las guerras bélicas tal y como fueron con-
cebidas a inicios del siglo XIX no cuenta ya con vigencia, no tanto, por una
vocación pacifista de los países del planeta, sino por las nuevas descripcio-
nes que adquiere las formas de dominación extranjera, no son propiamente
las armas, las que generan la dependencia de un país a otro, sino el poderío
económico y financiero, que se expresa en los países desarrollados sobre
los sub-desarrollados; las condiciones crediticias, de financiamiento, a los
cuales se suman los Organismos Internacionales, determinan nuevas va-
riantes de dominio, sin que ello signifique un discurso de rechazo hacia la
integración económica y monetaria de los pueblos.
2. CONCEPTOS GENERALES
Un sistema de seguridad y defensa nacional responde, en esencia, a
la necesidad de proteger, defender y salvaguardar al Estado como entidad
soberana, y a todos y cada uno de sus componentes, como lo son su inde-
pendencia externa, su supremacía interna, su territorio y patrimonio nacio-
nal, su protección y unidad nacional, su tipo de gobierno, sus instituciones
democráticas, sus principios de justicia social, sus intereses fundamentales
y su proyecto nacional. Sin estos factores no se daría la cohesión indispen-
sable para proteger los intereses legítimos de la sociedad.
La viabilidad de la Nación depende, por lo tanto, de la eficaz protección
que un sistema de esta naturaleza le otorgue al conjunto de los elementos que
componen el ser nacional en ló general, y a cada uno de esos elementos funda-
mentales que se encuentran consagrados y tutelados por la Constitución750.
748 PORTILLA CONTRERAS, G.; De los delitos de Traición y contra la Paz (I), cit., p. 916.
749 PEÑA CABRERA, R.; Código Penal Comentado, cit., p. 373.
750 RAMÍREZ MEORANO, R.; El sistema de seguridad nacional y los objetivos permanentes tu-
telados por la Constitución Política Mexicana. En: Revista de Administración Pública,
570 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
los servicios de inteligencia en el nuevo siglo. Núm. 101. México, 2000, cit., p. 175.
751 RAMÍREZ MEORANO, R.; El sistema de seguridad nacional y los objetivos permanentes
tutelados por la Constitución Política Mexicana, cit., p. 180.
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 571
752 MINISTERIO DE DEFENSA. Libro Blanco de la Defensa Nacional., crt., p. 61; Los
fundamentos de la defensa nacional son:
- La participación de la sociedad peruana en la solución de los conflictos internos
y externos, a través de la presentación de la situación en forma veraz y oportuna,
a fin que las personas y organizaciones de la sociedad civil se identifiquen con la
acción del Estado y se sumen al esfuerzo para resolver los conflictos.
La acción diplomática activa de carácter preventivo y de permanente coordinación
con el Consejo de Seguridad Nacional. Las controversias o. divergencias entre
los Estados, deben solucionarse en el marco de la fraternidad, solidaridad, con-
vivencia pacifica, apoyo mutuo, intereses comunes, estricta reciprocidad, respeto
a la independencia y soberanía de los Estados, respeto y cumplimiento de los
tratados y convenios internacionales y la firme adhesión a las normas y principios
del Derecho Internacional, Derechos Humanos, Carta de la Naciones Unidas y del
Sistema Interamericano.
572 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
753 La Carta Política proyecta todo el plano de actuación del Estado, en todas aque-
llas áreas, que requieran de una intervención especial, dicha orientación adquiere
especial importancia, en un asunto tan sensible y delicado, como lo es la Defensa
Nacional, como pilar de todo sistema republicano que aspire al máximo de seguridad
y felicidad de sus ciudadanos; de forma que los preceptos constitucionales consagran
aquel ideal que el Estado ha de procurar alcanzar y mantener, como una vía eficaz de
garantizar la paz y seguridad jurídica.
574 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
754 RAMOS MARTÍNEZ, R.; Desafíos para la.seguridad nacional en un entorno globalizado.
En: Revista de Administración Pública, los servicios de inteligencia en el nuevo siglo.
Núm. 101. México, 2000, cit., p. 67.
576 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
755 CREUS, C; Derecho Panal. Parte Especial, T. II, cit., p. 134; en referencia a! Titulo IX
del CP argentino ("Delitos contra la Seguridad de la Nación").
CAPÍTULO I
1. ANÁLISIS PRELIMINAR
Las construcciones típicas que se han glosado en la presente capitu-
lación evocan épocas muy antiguas, donde imperaban los actos hostiles de
Naciones extranjeras, mediante el sometimiento a una Estado independien-
tes; actos que tomaban lugar por producto del empleo de las armas, de las
bayonetas, de todo aquel recurso bélico, que con idoneidad podía reducir los
mecanismos de defensa del Estado sometido, imponiendo un nuevo orden
gubernamental.
Los actos descritos muy difícilmente pueden cometerse en la realidad,
no porque ya no existan intenciones dominantes de ciertas potencias extran-
jeras, sino que esta dominación adquiere otros matices, se manifiesta desde
una consideración económica-financiera; la dependencia se genera con los
créditos, financiamientos y otras figuras económica-comerciales, que toman
lugar con ciertos condicionamientos, que colocan en un relación sumamente
ventajosa a los países desarrollados sobre los sub-desarrollados.
Por lo demás, para que pueda presentarse una fuerza capaz de some-
ter a la República al sometimiento a un Estado extranjero, debe contar con
un poderío bélico importante; máxime, si las organizaciones terroristas y/o
subversivas no tienen por cometido, que una potencia extranjera asuma la
580 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
conducción del país, sino de tomar ellos mismos el poder, sobre la base del
poder de las armas. Cuando estamos ante acciones subversivas, lo que se
atenta es la «Tranquilidad Pública».
Una sola persona no puede de ninguna forma materializar dicha pre-
tensión; se advierte, por tanto, una tipicidad penal carente de base fáctica
y real.
Lo que sí pueden presentarse son grupos independistas, aquellas or-
ganizaciones regionalistas, locales que. pretender escindir la unidad de la
República, tal como se proclama en el artículo 43° de la Ley Fundamental;
movimientos autonómicos que tienen cierta vigencia en algunos territorios,
que en realidad no cuentan con la suficiente envergadura como para generar
el estado de cosas que describe el enunciado normativa in examine.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
El sujeto activo del delito no amerita una condición especial para en-
contrarse dentro de los alcances de la responsabilidad penal; sin embargo,
consideramos que debe tenerse en cuenta que no cualquier persona puede
estar en la condición de generar un riesgo de sometimiento del Estado o de
independencia de alguna parte del mismo, sino que por la misma naturale-
za del comportamiento debe ser una persona con cierta conexión o poder
político puesto que caso contrario por más que alguien tenga la intensión de
generar el sometimiento o emancipación su escasa o nula relación o poder
político le imposibilitarían al menos iniciar los actos preparatorios de la con-
ducta punible, quedando su intensión en el ámbito de los pensamientos sin
poderse exteriorizar.
No obstante lo anotado, las condiciones tácticas no pueden incidir en
aspectos en puridad normativos, de forma que el carácter de delito común,
no puede ser debatido, ello al margen de reconocerse la imposibilidad ma-
terial de poderse perpetrar este injusto penal, que a nuestro entender no se
adscribe en las características del mundo moderno.
b. Sujeto pasivo
El sujeto pasivo del delito viene a ser el Estado que como organiza-
ción político jurídico es quién ve afectada su personalidad, existencia y libre
determinación.
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 581
c. Modalidad típica
1. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
756 VELEZMORO PINTO, R; Usurpación del gobierno y derecho de insurgencia. En: La Cons-
titución Comentada, cit., ps. 709-710.
586 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
1. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
757 PAREJA PAZ-SOLDAN, J.; Derecho constitucional peruano. Ediciones Librería Studium.
Lima, 1973. cit. p. 372.
590 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
758 SANTIS ARENAS, H./ GANGAS Gase. M.; Los limites del territorio nacional: Revisión de
los instrumentos de delimitación. En: Revista de Geografía Norte Grande, Núm. 15.
Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 1988, cit., p. 43.
759 MONTOYA CHÁVEZ, V.; El territorio nacional. En: La Constitución Comentada, cit., p.
753.
592 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
FORMAS AGRAVADAS
Art. 328.- "Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
cinco años el que realiza cualquiera de las acciones siguientes:
1. Acepta del invasor un empleo, cargo o comisión o dicta providencias
encaminadas a afirmar al gobierno del invasor
2. Celebra o ejecuta con algún Estado, sin cumplir las disposiciones cons-
titucionales, tratados o actos de los que deriven o puedan derivar una
guerra con el Perú.
3. Admite tropas o unidades de guerra extranjeras en el país."
ANÁLISIS NORMATIVO
Hemos sostenido, que los injustos que se agrupan en la presente ti-
tulación, representan una grave ofensa contra los valores primordiales de la
República, aquellos que determinan condiciones lesivas para la integridad
territorial o la soberanía nacional. Vemos que los actos que se glosan en el
presente articulado, tienen como precedente o dígase como presupuesto: el
sometimiento del Estado a un dominio extranjero, conforme se deduce del
inc. 1), al decirse que debe «aceptarse del invasor un empleo (...)», de forma
que no podrán ejecutarse estas modalidades del injusto típico, si es que
previamente no se ha producido una injerencia en la soberanía estatal, de
parte de un Estado extranjero o ante un estado de inminente guerra exterior,
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 593
1. COMENTARIOS PRELIMINARES
Es sabido, que todos las Naciones del orbe, cuentan con un «Siste-
ma de Inteligencia», indispensable para la cautela de la Defensa del país,
tanto en lo que respecta a agresiones internas como externas; dicho siste-
ma propiedad, es el instrumento que emplean los Estados para nutrirse de
información valiosa, que le permita prevenir determinadas amenazas contra
el «Orden Público» y la «Seguridad Nacional». Cuestión distinta son los ac-
tos de espionaje que haya de efectuar una Nación limítrofe, en el sentido
de agenciarse de información clasificada, mediante la captación de agentes
desleales, constituye una agresión a la soberanía de una Nación, en cuanto
a la «inviolabilidad del territorio nacional», según los principios basilares del
Derecho Internacional Público.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
1. COMENTARIOS PRELIMINARES
El denominado «Sistema de Inteligencia Nacional» constituye toda una
compleja estructura de organización jurídico-estatal (estrategia), que se ma-
nifiesta a través de la actuación de una serie de instituciones, cuyo principal
compromiso, es de resguardar los intereses nacionales, mediando la gestión
y/o manejo de todo un caudal de «Información», que en algunos casos toma
la calidad de «Secreta», al contener datos altamente sensibles, al referirse a
temas de Seguridad Nacional o al Orden Público.
Uno de los principales baluartes del SIN constituye la «Reserva» de
la información que se accede, es decir, quienes por el cargo, saben de esta
información, tienen el deber ineludible de guardar reserva, en tanto su divul-
gación podría colocar en grave riesgo las defensas nacionales, el equilibrio
estratégico de la Nación, es por ello, que no cualquier labora en estas agen-
cias del Estado, sólo personal altamente cualificado.
El apartado e) del artículo 4o de la Ley N° 28664, dispone que el co-
nocimiento de las actividades de inteligencia es restringido. La divulgación
de inteligencia está circunscrita a las entidades públicas autorizadas, en las
condiciones previstas en la presente Ley; mientras que el artículo 16° (¡n
fine), prevé que los funcionarios y demás personal de los componentes del
Sistema de Inteligencia Nacional - SINA y de las instituciones que por ra-
zones funcionales tomen conocimiento de algún expediente o contenido de
los archivos del Sistema de Inteligencia Nacional - SINA, están obligados a
guardar reserva y mantener el carácter clasificado de su existencia y conte-
nido aun después del término de sus funciones.
La reserva de la información, que hace de ella un secreto, se define y
determina, conforme los intereses de la República del Perú, cuya divulgación
a un Estado extranjero, al manifestar un alto disvalor, ha supuesto la penali-
zación del artículo 330° del CP - «Revelación de Secretos Nacionales».
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 601
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
Si bien es cierto que en la práctica el sujeto activo del delito debería ser
un militar, efectivo policial o miembro de algún servicio de inteligencia, que
en virtud al cargo funcional que ostenta, disponga de información confiden-
cial (secreta) del Estado; por la construcción del tipo penal y la diversidad de
posibilidades que se puede presentar en el mundo real, el legislador nacional
ha previsto establecer como sujeto activo del delito a cualquier persona que
cumpla con los supuestos de hechos especificados en el tipo del injusto.
Es este segundo caso, es una posibilidad más remota pero latente con
lo cual a criterio del legislador esta situación no se podría obviar fundamen-
tando así la razón de la generalidad del sujeto activo.
Si la propia descripción típica, hace alusión a un carácter especial de la
información, ello supondría que la obtención de la misma, sólo puede alcan-
zarla, quien por sus específicas tareas la detenta, no cualquiera, de manera,
que es la especial vinculación del autor con el objeto material del delito, es lo
que sostiene el fundamento del injusto material, al constituirse un «Garante
por la ley», de guardar la correspondiente reserva de la información.
Vemos que el precepto penal se dirige hacia la persona que tiene ac-
ceso a la Información Secreta y luego la revela, es decir, al autor del hecho
punible, pero ¿Qué pasa con aquel agente extranjero, quien fue que motivo
al autor, para develar dichos datos, mediando el ofrecimiento de una ventaja
pecuniaria? No es quien ejecuta formalmente el hecho típico, sin embargo,
fue quien determinó al sujeto activo a la realización típica, presentándose la
figura participativa de la «Inducción».
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
761 Así. FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit. p. 746.
762 PORTILLA CONTRERAS, G.; De tos delitos de Traición y contra la Paz (I), cit.. p. 923.
763 Vide, al respecto, PORTILLA CONTRERAS, G.; De los delitos de Traición y contra la Paz (I),
cit.. p. 923.
606 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
4. TIPICIDAD SUBJETIVA
Como regla general, el comportamiento del autor es eminentemente
doloso, es decir que el quién actúa en perjuicio de la República tiene ple-
no conocimiento de su actividad ¡legal y aún así procede con su accionar
criminal; ha de ser conciente de estar revelando o permitiendo el acceso a
terceros, a una información que tiene el carácter de Secreta.
El ánimo de naturaleza trascendente que pueda aparecer en la psique
del autor, como la motivación lucrativa, es un dato a saber por el legislador,
para la configuración de la Circunstancia Agravante.
Debido a la importancia y el deber de protección a la información
de trascendencia nacional se ha previsto normativamente, la inclusión de la
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 607
ESPIONAJE /
Art. 331.- "El que espía para comunicar o comunica o hace accesibles a,
un Estado extranjero o al público, hechos, disposiciones u objetos manteni-
dos en secreto por interesar a la defensa nacional, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de quince años.
Si el agente obró por culpa la pena será no mayor de cinco años."
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El Sistema de «Defensa Nacional» se erige como plataforma funda-
mental, tanto en lo que respecta a la protección de la Integridad Territorial,
como para el desarrollo socio-económico de la Nación, no se puede cons-
truir una sociedad de avanzada, si es que los mecanismos de defensa del
país, se encuentran en una situación debilitada, no están a la altura de las
circunstancias. Factor a saber que ha de comprender el poderio bélico, que
permanentemente debe ser modernizado, actualizado, etc., así como un só-
lido «Sistema de Inteligencia Nacional», de que ciertas estrategias, referidas
al ámbito externo e interno, estén blindadas con un máximo de reserva, de
confidencialidad, como pilares de dicha estructura del Estado.
En el marco de los listados que ofenden la «Seguridad Nacional», con-
forme se desprende del primer capítulo de la titulación, aparece una conducta,
tal vez de mayor disvalor antijurídico; quien se filtra en el Sistema de Inteli-
gencia Nacional e instituciones afines, para acceder a información reservada
(confidencial), con el propósito de que una Nación (enemiga), acceda a la mis-
ma y, aquélla a su vez, hacer merma en las defensas del Estado ofendido.
Aparece en el catálogo punitivo, la conducta del «Espionaje», de aquel
que penetra en los archivos, en la base de datos u otra información clasi-
ficada, que un determinado Estado guarda con todo sigilo, ganándose la
confianza de las autoridades competentes y asumiendo un rol determinado
en la estructura organizacional, tiene oportunidad de acceder a información
secreta, en suma sensible, la cual recoge, para posteriormente ser propor-
cionada a un Estado extranjero, para propósitos ilícitos.
608 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
764 Este mismo Código, describe una conducta similar en su articulo 66°: "Traición a la
Patria", que si bien tutela el mismo bien jurídico - Delitos contra la Defensa Nacional,
vemos que su perpetración ha de exteriorizarse en un contexto muy específico: duran-
te un conflicto armado internacional; habiéndose previsto en el inciso c), ei supuesto
de proporcionar al enemigo, potencia extranjera o organismo internacional, cualquier
procedimiento, asunto, acto, documentación, dato u objeto; resultando, que en el arti-
culo 67", se prevé la punición de aquella conducta, a pesar de no existir guerra exterior
ni conflicto armado, lo que despoja el contenido material de este injusto militar, confor-
me lo dispuesto en el artículo 140* de la Ley Fundamental, al suponer que el acto de
traición debe aparecer en un contexto de guerra exterior.
765 Vide, más ai respecto, PEÑA CABRERA FREYRE. A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal
Penal, T. I, ps. 90-111.
766 Así, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Penal, T. I, cit, ps.
18-19.
610 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
El sujeto activo del tipo del injusto puede ser cualquier persona, no es
exigible una característica especial de quien comete los actos o supuestos
de hechos establecidos en la norma penal, conforme se desprende de la
redacción normativa; puede ser un nacional o un extranjero,
El espía es la persona que con disimulo observa lo que pasa comu-
nicarlo a la persona que tiene el interés para saberlo; pero tampoco ese
concepto resulta suficiente, ya que puede no salir de una relación de orden
privado, sin repercusión penal ninguna (por ejemplo, la observación que rea-
liza una persona, frecuentemente por razones profesionales, para informar a
su cónyuge de las actividades el otro, o el informe obtenido disimuladamente
sobre la solvencia de una sociedad para conocimiento de un competidor.
Lo que verdaderamente y a efectos jurídicos caracteriza el espionaje
no es el descubrimiento del secreto militar, ni el empleo del disimulo (puesto
que puede obtenerse casualmente o por razón del cargo desempeñado),
sino su revelación bien sea a terceras personas, bien sea de modo genérico,
es decir, sin destinatario especial, siempre que la revelación signifique un
peligro para la seguridad de la Nación.
El espía es un Individuo que penetra en ciertas estructuras estatales,
mediando ardid, fraude de identidad, etc., asumiendo cargos de relevancia,
para con la información que maneja/o también, ejerciendo un oficio de poca
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 611
b. Sujeto pasivo
c. Modalidad típica
767 BAJO dicho supuesto podría darse un Concurso delictivo, con el detito de Intercepta-
ción ilegal de ¡as comunicaciones.
612 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO IV
de comunicar los datos a la fuente que hay que explotarlos. Delito que incu-
rre, quien con la obtención y revelación de informes secretos, perjudica al
país.
La actividad típica del espionaje es la conspiración para proporcionar a
un gobierno extranjero información sobre los intereses de Defensa Nacional
de otro Estado. Por consiguiente, ha de entenderse al «espionaje», como la
práctica o el conjunto de técnicas asociadas a la obtención de información
confidencial; mas con ello decimos muy poco, en la medida que estas prác-
ticas también pueden presentarse en ámbitos empresariales y comerciales,
debiéndose agregar, por tanto, que dicha conducta ha de tomar lugar en
el seno de instituciones estatales, encargadas de administrar y manejar in-
formación referida a la Seguridad Nacional. Supone una grave intrusión a
hechos, datos y otros, que han de quedarse en una esfera estrictamente ins-
titucional del Estado peruano, que por su delicado y sensible, puede colocar
en grave amenaza el Sistema de Seguridad Nacional.
ANÁLISIS NORMATIVO
Observamos que los actos desleales para con la Defensa Nacional,
que dan lugar a injusto penales, no sólo se manifiestan en revelamiento de
Secretos Nacionales o en actos de espionaje, sino que se extienden a otras
expresiones de disvalor, que el legislador recoge en la redacción normativa
contenida en el artículo 332° del CP.
De forma que la presente figura delictiva glosa de forma particular,
aquel comportamiento, en virtud del cual el agente, entrega a un Estado
extranjero bienes destinados a la defensa nacional o lo favorece mediante
servicios o socorros que pueda debilitarla; formas conductivas que parecen
adscribirse a estados de conflicto armado con un Estado extranjero.
Importa, entonces, una descripción de intensa reprobación antijurídi-
ca, en tanto, el autor le da una finalidad distinta a los bienes, desbordando un
interés particular, que advertimos en los tipos penales de Peculado y Malver-
sación de Fondos, at tener como destinatario de los mismos, a un Estado ex-
tranjero, infringiendo los mayores deberes de lealtad para con la República.
Puede develarse un ánimo lucrativo, empero, la mayor reprobación consiste
en la defraudación de los intereses estrictamente nacionales.
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 615
bélica nacional, que ha de ser percibido desde una visión ex -ante. No siendo
necesario que exista un riesgo de conflicto o un conflicto entre la República
o un Estado Extranjero.
Como en todas las figuras -contempladas en la codificación punitiva-,
se exige que el comportamiento sea doloso; conciencia y voluntad de reali-
zación típica. Si aparte del dolo del agente, concurre un ánimo de naturaleza
trascendente, como el móvil del lucro u otro móvil innoble, la conducta resul-
ta agravada; por lo general esta será la forma común de realización delictiva,
siempre el agente estará motivado por la' consecución de una finalidad no
altruista.
COMENTARIOS GENERALES
La tipificación de las conductas -glosadas en la presente titulación-,
obedecen a la necesidad indeclinable, de generar un marco de disuasivo,
lo suficientemente eficaz, para evitar conductas, que por su contenido de
disvalor, pueden provocar un merma en el Sistema de Defensa Nacional;
con ello toma lugar, la vocación de tutela penal, hacia determinados valores
propios de las instituciones castrenses, propiamente de las Fuerzas Arma-
das, como institución basilar de la Defensa Nacional, cuyos efectivos serían
los que asuman la defensa de la integridad territorial, el caso hipotético, de
un enfrentamiento bélico con un Estado extranjero. Así, lo enfatiza el artículo
165° de la Ley Fundamental, al establecer que las Fuerzas Armadas, tienen
como finalidad primordial garantizarla independencia, soberanía y la integri-
dad territorial de ¡a República.
Aparece así, los principios de Subordinación y de Obediencia, como
pilares de la estructura jerárquica-vertical, que rige la actuación de las Fuer-
zas Armadas, cuya vigencia en rigor, permite asegurar que las órdenes que
se impartan desde la cúpula de dichas instituciones, sean ejecutadas por los
órganos inferiores, viabilizando la plas.mación de los fines estrictamente ins-
titucionales y nacionales; lógicamente que el acatamiento de la orden, sólo
puede exigirse ante órdenes aparentemente licitas, ante órdenes manifiesta-
mente antijurídicas, no existe el deber de «obediencia».
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 617
769 La disciplina constituye el elemento primario que da vida en su esencia a las Fuerzas
Armadas, ya que precisa y delimita el comportamiento militar y no le permite salirse de las
normas de conducta que para adecuado funcionamiento del Ejército ordenan los principios
castrenses. La presencia de la disciplina es determinante en todo cuerpo armado. Si falta
este elemento, la Fuerza Armada se relaja, pierde consistencia, seriedad, efectividad y
sobre todo se convierte en un grupo inútil para los fines que la sustentan y atentaría contra
su propia naturaleza.
TÍTULO XV: DELITOS CONTRA EL ESTADO Y LA DEFENSA NACIONAL 619
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2. El Derecho penal y la moderna sociología criminal 70
CAPÍTULO II
Los PRINCIPIOS BÁSICOS
A. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD 99
8
índice General
CAPÍTULO III
LA VALIDEZ DE LA LEY PENAL