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CAPITULO II

MARCO TEÓRICO
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

1.- ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación de los antecedentes consiste en detectar, obtener y

consultar la literatura y otros materiales que pueden ser útiles para los

propósitos del estudio, de donde se debe extraer y recopilar la información

relevante y necesaria que atañe a los problemas de la presente

investigación.

En primer lugar se presenta a Coello (2015) quien realizó una

investigación para optar al grado de abogada de los tribunales y juzgados de

la República del Ecuador en la Universidad Técnica Estatal de Quevedo,

titulada el acervo líquido de los bienes del testador y el derecho de los

legitimarios a la herencia, el objeto de la investigación fue analizar los

campos problemáticos que se originan en la sucesión por causa de la

muerte, concretamente respecto a la acción de solicitar la reforma al

testamento cuando los legitimarios no recibieron del testador lo que por Ley

le corresponde.

La investigación fue realizada bajo los aportes legales del Código Civil y

Comercial de la República de Argentina, Ley 26994, (2014); Código Civil de

Chile, Congreso Nacional, Ley 20383, (2009); Código Civil de Colombia,

modificada, Ley 820/2003; y alguno de los aportes doctrinarios hechos por

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Alsina Derecho procesal (1963), Baquerizo y Buenrostro Derecho de familia

y sucesiones (1994), Bellusco.A Manual de Derecho de familia (2011).

En dicha investigación se utilizó una metodología de investigación de

campo con carácter descriptivo; obteniendo como resultado de la

investigación la conclusión de hacer una modificación necesaria en el lapso

para solicitar la acción de reducción del testamento para que dicho lapso de

tiempo sea mayor.

En relación a lo anterior, el estudio citado constituye un aporte

significativo a una de las unidades de análisis como lo es la reducción de

testamento por cuanto en dicha tesis se estudia a fondo la acción para

solicitar la reforma al testamento cuando los legitimarios no recibieron lo que

les corresponde por Ley.

Por otra parte, Calderón (2012) realizó una investigación para optar al

grado de Licenciada en Derecho en la Universidad de Costa Rica titulada La

figura de la interdicción en materia de sucesión testamentaria, vista a la luz

de la convención interamericana para la eliminación de todas las formas de

discriminación contra las personas discapacitadas y la Convención sobre

Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, el

objetivo general de la investigación fue analizar los presupuestos necesarios

para para que una persona declarada en estado de interdicción pueda llegar

a ejercer su derecho de testar.


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La investigación fue realizada bajo los aportes legales de la Declaración

Universal de Derechos Humanos, Código Bustamante, entre otras; y alguno

de los aportes doctrinarios hechos por Arroyo Wilber (2004), Azula Jaime

(1993), Bartolini A. Y Fernández H. (1996), Brenes Alberto (1998). Se utilizó

una metodología de tipo hipotético-deductivo, que permitió obtener como

resultado de la investigación analizar el derecho de testar de las personas

insanas.

A su vez, ésta investigación en cuanto a la persona insana considerada

como incapaz para todos los efectos legales, debe cambiar, no basta con

limitarle sus derechos y libertades fundamentales en razón de una

declaratoria de interdicción, y justamente ésta es la orientación que le dan las

convenciones estudiadas, es por ello que como primera conclusión tienen

que el estado debe procurar que el proceso de interdicción esté orientado a

garantizar el bienestar del insano y a velar por su rehabilitación e

independencia y se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para que

esta declaratoria no se convierta en un motivo más de discriminación contra

estas personas.

En opinión de los investigadores, el estudio citado constituye un aporte

significativo por cuanto en ella se analiza la capacidad de las personas para

ejercer su derecho de testar, enriqueciendo satisfactoriamente uno de los

objetivos específicos denominado requisitos de validez del testamento siendo


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un requisito fundamental para la validación del testamento, la capacidad del

testador.

Por último, se encontró lo investigado por Morales (2011) quien realizó una

investigación para optar al grado de Licenciada en Ciencias Jurídicas y

Sociales en la Universidad Rafael Landívar (Guatemala) titulada “El

contenido del testamento”, el objetivo de la investigación fue realizar un

estudio doctrinal de tratadistas del derecho de sucesiones y análisis legal de

los elementos y figuras que conforman dicho testamento.

La investigación fue realizada bajo los aportes legales de la Asamblea

Nacional Constituyente. Constitución Política de la República de Guatemala

(1985), Asamblea Legislativa de Españaa, Código Civil; y alguno de los

aportes doctrinarios hechos por Baqueiro Rojas, Edgar y Rosalía Derecho de

familia y sucesiones (1990).

Se utilizó una metodología de tipo documental, obteniendo como resultado

de la investigación, que el contenido del testamento conlleva aspectos

doctrinarios indispensables que marcan la validez y eficacia del mismo, los

cuales aplicados a la legislación vigente, logran el principal efecto del

testamento: salvaguardar la voluntad del testador para que esta trascienda.

En cuanto al anterior estudio citado constituye un aporte significativo por

cuanto en ella se analiza el contenido del testamento, sirviendo para

enriquecer uno de los objetivos específicos de la presente tesis como lo es


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requisitos de validez del testamento puesto que para garantizar la validez es

fundamental conocer a fondo el contenido que debe tener el testamento.

2.- FUNDAMENTACIÓN LEGAL – DOCTRINAL Y JURISPRUDENCIAL

En esta sección se desarrollan los aspectos legales y doctrinales relativos

a la categoríaía en estudio, que servirán para la definición de las

dimensiones e indicadores de la categoríaía, la cual permitirá la

estructuración de los instrumentos de recolección de datos y por tanto la

formulación de los resultados del estudio.

2.1.- INEFICACIA DE TESTAMENTOS POR VIOLACIÓN A LA LEGÍTIMA Y

OTRAS CAUSAS

Todo acto jurídico voluntario está destinado a producir unos efectos

previamente determinados en la Ley, sin embargo, pueden existir situaciones

que impiden que ese acto jurídico produzca los efectos predeterminados. En

consecuencia, el testamento como acto jurídico que es, no escapa de esa

situación, es por ello que se habla de ineficacia de testamento por

determinadas causas. En ese orden de ideas, a continuación se expresan las

definiciones de los autores con respecto a la ineficacia de los testamentos.

Cabanellas (2000, p. 511) establece la ineficacia como “carencia de

efectos normales jurídicos en un negocio jurídico”. En opinión de algunos

tratadistas, constituye uno de los conceptos más indeterminados del derecho

civil, que tiene como sinónimos los vocablos inexistencia, invalidez y algunos
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otros similares, aun cuando no faltan autores modernos que dan al término

ineficacia un contenido amplio, considerando a los otros como designación

de variedades, por lo que un negocio jurídico será ineficaz cuando no surta

los efectos característicos, sin que esta falta haya de obedecer a causas

determinadas.

Para Baqueiro (1990, p. 345) “por ineficacia debe entenderse La carencia

de efectos normales en un acto jurídico cuando no surte los efectos

característicos que debiera producir”. Una vez definida la ineficacia, el

Código Civil de Venezuela (1982) en su artículo 833 define el testamento de

la siguiente manera “el testamento es un acto revocable por el cual una

persona dispone para después de su muerte de la totalidad o de parte de su

patrimonio, o hace alguna otra ordenación, según las reglas establecidas por

la Ley”.

Por su parte Lastra, (1996, p. 120) expresa de la disposición legal que

define al testamento se desprenden los siguientes elementos: es un acto

jurídico unilateral, es personalísimo, es revocable, libre, lo realiza una

persona capaz y tiene por objeto disponer de los bienes y derechos del autor

y declarar o cumplir deberes para despuésés de su muerte.

En cuanto a la legítima, el Código Civil de Venezuela (1982) en su artículo

883 destaca su definición como:


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La legítima es una cuota de la herencia que se debe en plena


propiedad a los descendientes, a los ascendientes y al cónyuge
sobreviviente que no esté separado legalmente de bienes, con
arreglo a los artículos siguientes. El testador no puede someter
a la legítima a ninguna carga ni condición.

De acuerdo con López (2010, p. 228) “la legítima es una porción o parte

de la sucesión ab intestato, que corresponde única y exclusivamente, a

determinados sucesores o herederos legales (descendientes, ascendientes y

cónyuge no separado de bienes)”. Asimismo, López (2010, p. 248) parte de

que el testamento en general, puede quedar sin eficacia jurídica por una

variada serie de circunstancias, tales como: la nulidad, la revocación, la

reducción del testamento por lesión de la legítima correspondiente a los

herederos por disposición de la Ley.

En relación al testamento, para los investigadores, éste es un acto jurídico

donde interviene la voluntad del testador la cual produce consecuencias

jurídicas y asegura que dicha voluntad trascienda, para esto se necesita que

los herederos acepten y así llevar a cabo la voluntad plasmada en el mismo

por el testador. Asimismo para los investigadores, se entiende por ineficacia

todo acto jurídico que no surte efecto alguno debido a que carece de ciertos

requisitos o incumple con ciertas formalidades establecidas por la Ley, las

cuales han sido impuestas para su buen funcionamiento, en consecuencia,

determinado acto puede resultar inexistente o nulo.


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2.1.1 REQUISITOS DE VALIDEZ DEL TESTAMENTO

De acuerdo con el artículo 833 del Código Civil de Venezuela (1982) “el

testamento es un acto revocable por el cual una persona dispone para

después de su muerte de la totalidad o de parte de su patrimonio, o hace

alguna otra ordenación, según las reglas establecidas por la Ley”. Asimismo,

López (2010, p. 138) resalta que el testamento es un acto jurídico sui

generis, unilateral, personalísimo, solemne, de última voluntad y

esencialmente revocable, acto que se carateriza debido a que una persona

puede disponer de la totalidad o de una parte de su patrimonio, pudiendo

realizar cualquier otro tipo de ordenación.

Por otra parte, Baqueiro (1990, p. 277) destaca el testamento como acto

jurídico que es, sostiene que éste requiere de sus elementos de existencia

tales como la voluntad, el objeto y la solemnidad. Estos deben carecer de

anomalías para que puedan producir todos los efectos requeridos por el

testador, por lo que deben cumplir con los requisitos de validez de toda

manifestación de voluntad.

Para los investigadores, el testamento es un acto que, siendo solemne

necesita el cumplimiento de sus requisitos de forma para ser llevado a cabo,

no obstante la persona cuya última voluntad será establecida en él, debe

cumplir tanto con los requisitos de forma como los de fondo para que el

mismo no sea ineficaz.


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2.1.1.1 REQUISITOS DE FORMA

El artículo 849 del Código Civil de Venezuela (1982) establece que el

testamento es abierto o cerrado, por consiguiente el artículo 850 del

mencionado código, establece que el testamento es abierto o nuncupativo

cuando el testador, al otorgarlo, manifiesta su última voluntad en presencia

de las personas que deben autorizar el acto, quedando enteradas de lo que

en él se dispone. Por su parte, el artículo 852 del código anteriormente

mencionado, establece que el testamento abierto debe otorgarse en escritura

pública con los requisitos y formalidades exigidos por la Ley de Registro

Público para la protocolización de documentos.

La Ley de Registro Público para la protocolización de documentos (1999),

fue actualizada mediante la Ley habilitante, debido a que el sistema

tradicional manual resultó ampliamente superado por los avances

tecnológicos de la digitalización, dictándose así el Decreto con Rango, Valor

y Fuerza de Ley de Registros y del Notariado (2014), que en su artículo 23,

establece que todo documento que se presente ante los Registros y Notarías

Públicas deberá ser redactado y visado por abogado o abogada

debidamente inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado y

habilitado para el libre ejercicio profesional.

En cuanto al manejo electrónico, el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de

Ley de Registros y del Notariado (2014) en su artículo 24, consagra que:


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Todos los soportes físicos del sistema registral y notarial actual


se digitalizarán y se transferirán a las bases de datos
correspondientes. El proceso registral y notarial podrá ser
llevado a cabo íntegramente a partir de un documento
electrónico.

En relación a la inscripción del testamento en el registro público, el

Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Registros y del Notariado

(2014) en su artículo 52 establece que:

Toda inscripción que se haga en el Registro Público, relativa a


un inmueble o derecho real, deberá contener: indicación de la
naturaleza del negocio jurídico; identificación completa de las
personas naturales o jurídicas y de sus representantes legales;
descripción del inmueble, con señalamiento de su ubicación
física, superficie, linderos y código catastral y los gravámenes,
cargas y limitaciones legales que pesen sobre el derecho que
se inscriba o sobre el derecho que se constituya en un nuevo
asiento registral.

Asimismo, López (2010, p. 198) destaca que los testamentos ordinarios

pueden ser abiertos o cerrado. Hay testamento abierto, público o

nuncupativo, cuando su autor lo otorga en forma tal que todo el mundo

puede enterarse de su contenido, aun antes de la apertura de la respectiva

sucesión. Hay testamento cerrado, privado o secreto, cuando se lo otorga de

manera tal que solo el testador y la persona a quien él ha encargado la

redacción del mismo, si fuere el caso, conocen su contenido, ya que el acto

solo se hace público después de la apertura de la correspondiente sucesión.

A su vez, Sojo (2008, p. 396) establece que la diferencia esencial entre

éste testamento abierto del cerrado, es que las disposiciones ordenadas por
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el testador son conocidas de inmediato por todas las personas que

intervienen en el acto del otorgamiento. En tanto que el cerrado, el testador,

sin revelar su úúltima voluntad, se limita a poner en conocimiento de las

personas que deben autorizar el acto, presentándoles el documento cerrado,

el cual contiene su testamento.

Por otra parte el artículo 853 del Código Civil de Venezuela (1982)

establece que el testamento abierto “también podrá otorgarse ante cinco

testigos sin la concurrencia del registrador”. Por otra parte, el artículo 855 del

mencionado código, destaca que:

Todos los testigos firmarán el testamento, y dos por lo menos


reconocerán judicialmente su firma y el contenido del
testamento, dentro de los seis meses siguientes al
otorgamiento, bajo la pena de nulidad; lo que deberá hacer
también el testador si viviere en la fecha del reconocimiento, a
menos que se pruebe que estuvo en la imposibilidad de
hacerlo.

Asimismo, López (2010, p. 203) refiere en cuanto al testamento otorgado

ante cinco testigos, éste debe constar por escrito, ser firmado por el testador

y todos los testigos, estos tendrían que saber de antemano la última voluntad

del testador. Este acto de última voluntad no queda totalmente

perfeccionado, para ello se necesita de manera indispensable que por lo

menos dos de los testigos reconozcan jurídicamente su firma y el contenido

del testamento, dentro de los seis meses siguientes a la fecha del

otorgamiento y que el testador reconozca judicialmente testamento, si vive y


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no está materialmente imposibilitado de hacerlo en la fecha cuando lo lleven

a cabo los testigos presenciales.

En cuanto al testamento cerrado, el artículo 857 del Código Civil de

Venezuela (1982) establece las formalidades que deben llevarse a cabo, en

el testamento cerrado deberán observarse las solemnidades siguientes:

El papel en que este escrito el testamento, o por lo menos el


que le sirva de cubierta, estará cerrado y sellado de manera
que el testamento no pueda extraerse sin ruptura o alteración
del pliego, o se hará cerrar y sellar de esa misma manera en
presencia del registrador y tres testigos. El testador, al hacer la
entrega, declarará en presencia de los mismos que el
contenido de aquel pliego es su testamento.

A su vez, el articulo anteriormente mencionado establece que:

El testador expresará si el testamento está o no escrito y


firmado por él; si no lo firmó porque no pudo, lo declarará en el
acto de la entrega. El registrador dará fe de la presentación y
entrega con expresión de las formalidades requeridas
anteriormente, todo lo cual hará constar encima del testamento
o de su cubierta, y firmarán también el testador y todos los
testigos. Si el testador no pudiere firmar en el acto en que hace
la entrega, el registrador hará también constar en la cubierta
esta circunstancia, y firmará a ruego del testador la persona que
éste designe en el mismo acto, la cual será distinta de los
testigos instrumentales.

Por su parte, Sojo (2008, p. 400) destaca que el testamento cerrado es

aquel en el cual el testador, sin revelar su última voluntad, declara que está

se encuentra contenida en el pliego cerrado, lo que se les presentara a las

personas que deberan autorizar el acto. Este pliego se denomina plica, cuya
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acepción más general abarca el sobre cerrado y sellado, que es donde se

encuentra no solo el testamento, sino cualquier sentencia, orden especial o

documento que debe abrirse y leerse en el tiempo y en las circunstancias

indicadas en su cubierta o en una hoja especial que así lo indique. Las

formalidades exigidas para el testamento cerrado señalan que quienes no

sepan o no puedan escribir no podrán otorgar esta clase de testamento.

Para López, (2010, p. 207) el testamento cerrado, por denominarse

también como un testamento ordinario, puede ser otorgado en cualquier

momento y circunstancia, sin que al efecto se deba tomar para nada en

cuenta la situación peculiar del testador o la del sitio donde él se encuentra,

el contenido de éste testamento no se hace público sino después de la

apertura de la sucesión de su autor.

Asimismo, Sojo (2008, p. 402) indica otras formalidades exigidas en

cuanto al testamento cerrado, siendo éstas referentes al sordomudo y el

mudo que mientras sepan y puedan escribir podrán hacer éste tipo de

testamento, tendrán el deber de escribir a la cabeza de la cubierta que lo

contenga y en presencia del registrador y testigos, que el pliego presentado

contiene su testamento; y si lo ha escrito un tercero, deberán agregar que ha

sido leído por ellos y el registrador expresará en el acta de otorgamiento que

las palabras indicada han sido escritas por el testador en su presencia y en la

de los testigos.
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En relación a lo anterior, el Código Civil venezolano (1982) en su artículo

861 señala que:

El sordomudo y el mudo pueden hacer testamento, si saben y


pueden escribir. Al hacer testamento abierto, deben manifestar
por escrito ante el registrador y los testigos su voluntad; y
después que ésta esté redactada, deben poner al pie su
aprobación. En caso de presentar escrito el testamento,
deberán escribir a su pie, también en presencia del registrador y
testigos, la nota que exprese que aquél es su testamento. Al
hacer testamento cerrado, deben escribir, a la cabeza de la
cubierta que lo contenga y en presencia del registrador y
testigos, que el pliego presentado contiene su testamento, y si
lo ha escrito un tercero deben agregar que lo han leído.

En cuanto a los testigos en estas clases de testamento, el Código Civil de

Venezuela (1982) en su artículo 864 destaca que:

Los testigos en los testamentos deben ser mayores de edad,


conocer al testador y saber leer y escribir. No pueden ser
testigos en los testamentos los ciegos y los totalmente sordos o
mudos, los que no entienden el idioma castellano, los parientes
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad del Registrador que autoriza el acto; los herederos y
legatarios instituidos en el testamento y los parientes de los
mismos dentro de los grados expresados, respecto de los
testamentos abiertos; ni, en fin, el que tuviere algún
impedimento general para declarar en todo juicio.

Para los investigadores los requisitos de forma son esenciales para que

se cumpla la disposición de la última voluntad con la que el testador

determine el destino de sus bienes para después de su muerte, estos

requisitos son solemnes e inherentes a él, por lo que la Ley le dedica suma

importancia a cada requisito para la efectividad del testamento.


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2.1.1.2 REQUISITOS DE FONDO

En relación a los requisitos de fondo del testamento, lo esencial es la

voluntad expresa del causante, que esta cumpla con los requisitos y así

tenga eficacia jurídica, es decir, que el testador carezca de incapacidades

para otorgar testamento, que su voluntad no contenga vicios y que el

heredero sea capaz de recibir o ser llamado a la sucesión testamentaria.

Estos requisitos se explican a continuación;

A) Incapacidad para testar: en cuanto a las incapacidades para otorgar

testamento, el artículo 836 del Código Civil de Venezuela (1982) dispone

“pueden disponer por testamento todos los que no estén declarados

incapaces de ello por la Ley”. Asimismo, el artículo 837 del mencionado

código señala quienes son incapaces de testar, siendo estos “los que no

hayan cumplido diez y seis años, a menos que sean viudos, casados o

divorciados; los entredichos por defecto intelectual; los que no estén en

su juicio al hacer el testamento; los sordomudos y los mudos que no

sepan o no puedan escribir”.

En cuanto a la edad parra testar: Sojo, (2008, p. 380) señala que a partir

de los dieciséis años se tiene capacidad para testar y esta edad puede ser

reducida aun cuando el causahabiente hubiere contraído matrimonio valido,

o fuere viudo o divorciado. En cuanto a los entredichos por defecto

intelectual, el mencionado autor, establece que declarada la interdicción sea


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provisional o definitiva, el entredicho no podrá hacer testamento válido y tal

capacidad persistirá mientras dure este estado.

Asimismo, López, (2010, p. 155) considera que cuando la persona que

tiene dieciséis años o tiene menos edad no puede testar, pero si es casado,

viudo o divorciado, puede y debe llevar a cabo dicho acto de última voluntad

por sí misma, sin asistencia de tipo alguno y sin autorización judicial, ya que

éste acto es personalísimo.

En cuanto a la incapacidad por falta de juicio: Sojo (2008, p. 381) en

cuanto a la incapacidad de los que no estén en su juicio al hacer el

testamento destaca que “podría llegarse al extremo de admitirse que el

testador no está en su juicio cuando por efecto del alcohol o de una

sustancia estupefaciente, se encuentra en total y absoluta falta de

conciencia”.

Por su parte, López (2010, p. 157) considera que para que se de la

incapacidad debido a la insania mental es la misma que ameritaría la

interdicción del testador, pero en este caso se estaría comprendiendo no solo

al demente no entredicho, sino también a cualquier otra persona privada de

cordura al momento de realizar su testamento, como son los casos del

individuo bajo bebidas alcoholicas o bajo la acción de estupefacientes.

En cuanto a la Incapacidad de los sordomudos y mudos: Sojo (2008, p.

381) destaca que “ésta limitación es obvia si se tiene en cuenta que el


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testamento precisa una declaración de voluntad del testador, la cual puede

ser manifestada por escrito ante el registrador, o de palabra ante los mismos

y dos testigos adicionales”.

Por otra parte, López (2010, p. 159) señala que como el sordomudo y el

mudo no pueden hablar, no pueden expresar a viva voz si su voluntad

testamentaria corresponde o no realmente a lo contenido en el documento y

si a su vez resulta que no pueden leer ni escribir, entonces tampoco puede

expresar por escrito lo antes dicho.

B) Vicios de la voluntad testamentaria: En relación a los vicios de la voluntad

de testamentaria, se encuentra el error, el dolo y la violencia, por

aplicación del artículo 1.146 del Código Civil venezolano (1982). A

continuación se desarrollaran cada uno de los mencionados vicios de la

siguiente manera:

- El error: el artículo 896 del Código Civil de Venezuela establece en

cuanto al error que “las disposiciones a título universal o particular,

motivadas por una causa que se reconociere como errónea, no tendrán

ningún efecto cuando aquella causa sea la única que haya determinado la

voluntad del testador”. Asimismo, Sojo (2008, p. 383) destaca que “el

error puede afectar la validez del testamento, sea que este recaiga sobre

la persona o sobre el o los bienes del testamento”.

Por otra parte, López, (2010, p. 191) considera que el error no es muy

común en los testamentos puesto que el error como vicio del consentimiento,
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aun siendo el error inexcusable, si realmente se dio y se logra demostrar,

constituiria causa de nulidad de la disposición testamentaria y estaría siendo

afectada por el mismo.

- El dolo: Por otra parte, el artículo 917 del Código Civil de Venezuela

(1982), establece en relación al dolo que “es nula la disposición a título

universal o particular hecha por el testador, bajo la condición de que sea

él a su vez beneficiado en el testamento de su heredero o legatario”. A su

vez, Sojo (2008, p. 384) define el dolo como “aquellas maquinaciones

fraudulentas encaminadas a inducir a una persona a prestar su

consentimiento en un negocio jurídico determinado, sin las cuales no

hubiera contratado, es aplicable igualmente al testamento, en cuanto al

vicio de voluntad de testar”.

Para López, (2010, p. 195) el dolo es el vicio del consentimiento más

común en los testamentos. Por dolo se entiende como la maniobra, la

maquinación, el fingimiento o el engaño practicado por el instituido sobre el

testador para disponer de su patrimonio hereditario de una manera que no

hubiera sido así de no haber existido tal manipulación.

- La violencia: el artículo 1.150 del Código Civil de Venezuela (1982)

consagra “la violencia empleada contra el que ha contraído la obligación

es causa de anulabilidad, aun cuando haya sido ejercida por una persona

distinta de aquélla en cuyo provecho se ha celebrado la convención”.


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Para Sojo, (2008, p. 384) “viciará la voluntad del testador, cuando fuere

de tal naturaleza que le obligue a dictar una disposición testamentaria que

no habría dictado de no hallarse en tales circunstancias”.

Por otra parte, López (2010, p. 194) señala que para que la violencia

pueda producir efecto, “no bastaría ejercerla solo en el momento del

otorgamiento del acto de última voluntad, sino que habría que mantenerla

hasta la muerte del testador, a fin de impedirle a revocación del testamento

ya otorgado”.

C) Incapacidad de recibir por testamento: en cuanto a la capacidad para

recibir por testamento, el artículo 839 del Código Civil de Venezuela

(1982) establece que “pueden recibir por testamento todos los que no

estén declarados incapaces de ello por la Ley”. Por otra parte, el artículo

840 del mencionado código, reza que:

Son incapaces para recibir por testamento los que son


incapaces para suceder ab-intestato. Sin embargo, pueden
recibir por testamento los descendientes inmediatos, es decir,
los hijos de una persona determinada que viva en el momento
de la muerte del testador, aunque no estén concebidos todavía.

En relación a los hijos que aún no estén concebidos, López (2010, p. 168)

señala que:

Mientras el nondum conceptus instituido no haya sido


concebido y no nazca se mantiene de manera suspensiva y la
misma se mantiene hasta que sean concebidos y nazcan todos
los instituidos de esa manera o hasta que se pueda tener plena
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seguridad de que ya no podrán nacer para que quede


debidamente clarificada la situación sucesoral de la herencia en
cuestión.

- La indignidad: ésta constituye otra causa de incapacidad para recibir por

testamento, el artículo 811 del Código Civil de Venezuela (1982)

establece “quien haya incurrido en la indignidad puede ser admitido a

suceder, cuando la persona de cuya sucesión se trate lo haya rehabilitado

por acto auténtico”. Asimismo, el artículo 812 del mencionado código,

establece que “el excluido como indigno quedará en el deber de restituir

todos los frutos de que haya gozado desde la apertura de la sucesión”.

Por otra parte, el artículo 813 del Código Civil Venezolano (1982), destaca

que:

La indignidad del padre, o de la madre, o de los descendientes,


no daña a sus hijos, o descendientes, ora sucedan por derecho
propio, ora sucedan por representación. En este caso ni el
padre ni la madre tienen, sobre la parte de la herencia que pasa
a sus hijos, los derechos de administración que acuerda la Ley
a los padres de familia.

A su vez, Sojo (2008, p. 388) considera en cuanto al indigno que para

recibir ab intestato, que vendría siendo igual para recibir por testamento de

aquel a quien ofendió, podrá ser redimido; estará obligado a restituir los

frutos de que haya gozado y la indignidad no será transmitida a sus

descendientes.
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- Incapacidad para heredar de las Iglesias de cualquier credo y los

Institutos de manos muertas y los ordenados in sacris y los ministros de

cualquier culto: el artículo 841 del Código Civil de Venezuela (1982),

señala que:

Son igualmente incapaces de heredar por testamento: las


Iglesias de cualquier credo y los Institutos de manos muertas y
los ordenados in sacris y los ministros de cualquier culto, a
menos que el instituido sea cónyuge, ascendiente,
descendiente o pariente consanguíneo dentro del cuarto grado
inclusive del testador.

En relación a las iglesias de cualquier credo, Sojo (2008, p. 385) destaca

que:

Debe entenderse a las congregaciones de fieles cristianos o de


otra religión, organizados y representados por personas
naturales, cuya personería ejercen. Por otra parte, el
mencionado autor, define a los institutos de manos muertas
como aquellas comunidades religiosas y a los organismos
públicos, en quienes se perpetua el dominio y la propiedad de
los bienes inmuebles, por expresa prohibición de enajenarlos o
transmitirlos en cualquier forma a otras personas naturales o
jurídicas.

A su vez, López (2010, p. 178) en relación a los ordenados in sacris y

ministros de cualquier culto, considera que ésta incapacidad en es total y

debido a ello, atañe a todo sacerdote o ministro de culto, sin que se tome en

cuenta los servicios o las relaciones de carácter religioso que tuviese o no

con el testador.
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- Incapacidad para heredar del tutor: el artículo 844 del mencionado

código destaca que:

El tutor no podrá aprovecharse jamás de las disposiciones


testamentarias de su pupilo, otorgadas antes de la aprobación
de la cuenta definitiva de la tutela, aunque el testador muera
después de la aprobación de la cuenta. Son eficaces, sin
embargo las disposiciones otorgadas en favor del tutor, cuando
es ascendiente, descendiente, hermano, hermana o cónyuge
del testador.

Para López (2010, p. 179) en relación a la incapacidad del tutor considera

que esta incapacidad no se justifica ni tiene sentido lógico, puesto que entre

el tutor y el pupilo no existe un cercano vínculo familiar que, por sí mismo,

bastaría para explicar plenamente la institución testamentaria, por lo que

carecería de ello para tener la capacidad de recibir testamento por parte de

su pupilo.

- Incapacidad para heredar del conyuge: el artículo 845 del Código Civil de

Venezuela (1982) señala que “el cónyuge en segundas o ulteriores

nupcias no puede dejar al cónyuge sobreviviente una parte mayor de la

que le deje al menos favorecido de los hijos de cualquiera de los

matrimonios anteriores”.

Asimismo, Sojo (2008, p. 389) destaca que:

Existe una incapacidad parcial que afecta a quien ha contraído


segundas nupcias, luego de disuelto, por supuesto, el vínculo
anterior, en el sentido de limitar su derecho de testar a favor del
cónyuge; ya que no le permite instituirle por una parte superior
34

a la que reciba el menos favorecido de los hijos del o de los


matrimonios anteriores y por consiguiente, el cónyuge
supérstite del bínubo, no puede recibir más de esta porción.

En relación a lo anterior, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de

Justicia, (9/10/2012), N°10-1295, resolvió lo relativo a la solicitud de

demanda de nulidad por inconstitucionalidad contra el artículo 845 del

Código Civil de Venezuela (1982), dicho artículo 845 señala que “el cónyuge

en segundas o ulteriores nupcias no puede dejar al cónyuge sobreviviente

una parte mayor de la que le deje al menos favorecido de los hijos de

cualquiera de los matrimonios anteriores”.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, dicha sala llegó a la conclusión

que la parte in fine de la norma en cuestión constituye una violación al

derecho a la igualdad contenido en el artículo 21 de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela (1999), el cual establece que:

Todas las personas son iguales ante la Ley; en consecuencia,


no se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo,
el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan
por objeto o por resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de
los derechos y libertades de toda persona.

En virtud de ello, la sala declaró parcialmente con lugar la acción de

nulidad por razones de inconstitucionalidad interpuesta contra el artículo 845

del mencionado código, Leyéndose en consecuencia la norma de la siguiente

manera: “el cónyuge en segundas o ulteriores nupcias no puede dejar al

cónyuge sobreviviente una parte mayor de la que le deje al menos favorecido


35

de los hijos. Por lo que ya no representaría esto, una incapacidad para recibir

por testamento”.

- Incapacidad para heredar de las instituciones y legados en favor del

registrador o de cualquiera otro oficial civil, militar, marino o consular: el

artículo 846 del citado código destaca que “las instituciones y legados en

favor del registrador o de cualquiera otro oficial civil, militar, marino o

consular que haya recibido el testamento abierto, o de alguno de los

testigos que hayan intervenido en él, no tendrán efecto”. Asimismo, López

(2010, p. 187) considera que la razón de ser de lo anterior dicho es evitar

las influencias ilegítimas que pueda influenciar al testador y los abusos en

la confianza de éste, mediante los cuales aquellas personas que

intervengan en el otorgamiento o en la redacción del testamento,

pretendan beneficiarse.

Para los investigadores, los requisitos de fondo previamente desarrollados

pertenecientes al testamento, son esenciales puesto que no cumplir con

dichos requisitos acarrearía la ineficacia del testamento, puesto que se

estaría violando lo establecido en cuanto a la voluntad del testador y la

capacidad de éste para testar y del legítimario para recibir.

2.1.2 CONDICIONES LEGALES PARA LA APLICACIÓN DE LA LEGÍTIMA

La legítima es un derecho sucesoral correspondiente a los herederos y

cuya aplicación se encuentra establecida en la ley, es un derecho inviolable


36

que nace con el vinculo existente entre el causante y el causahabiente, la ley

define la legítima como una cuota hereditaria de la cual los herederos o

legatarios no podran gosar hasta despues de la muerte del causante de

conformidad con la ley, la legítima no puede ser sometida a causa o

condición por parte del testador.

Asimismo los legítimarios correspondientes seran llamados por la ley al

momento de la apertura de la sucesión. En caso de la sucesión

testamentaria la legítima puede resultar violentada por parte de las

liberalidades del testador y aun asi dicho testamento no resulta nulo pero

pierde eficacia. En este caso los herederos cuya legítima ha sido violentada

tiene el derecho de intentar la acción de reducción que permite a este reducir

las disposiciones testamentarias hasta cubrir la legítima.

2.1.2.1 BENEFICIARIOS DE LA LEGÍTIMA

El artículo 883 del Código Civil de Venezuela (1982) establece que “la

legítima es una cuota de la herencia que se debe en plena propiedad a los

descendientes, a los ascendientes y al cónyuge sobreviviente que no esté

separado legalmente de bienes”. De igual forma el artículo 884 del

mencionado código señala:

La legítima de cada descendiente o ascendiente, legítimos o


naturales, y la del cónyuge, será la mitad de sus respectivos
derechos en la sucesión intestada; y concurren y son excluidos
y representados según el orden y reglas establecidos para
dicha sucesión. Asimismo, el artículo 822 expresa al padre, a la
37

madre y a todo ascendiente suceden sus hijos o descendientes


cuya filiación esté legalmente comprobada.

En relación al caso de los descendientes el artículo 815 del Código Civil

venezolano (1982) establece que:

La representación en la línea recta descendente tiene efecto


indefinidamente y en todo caso, sea que los hijos del de cujus
concurran con los de otro hijo premuerto, sea que, habiendo
muerto todos los hijos del de cujus antes que él, los
descendientes de los hijos concurran a heredarlos; ya se
encuentren entre sí en grados iguales, ya en grados desiguales,
y aunque encontrándose en igualdad de grados, haya
desigualdad de número de personas en cualquiera generación
de dichos descendientes.

Asimismo, Sojo (2008, p. 449) señala que estos son los hijos nacidos

dentro o fuera del matrimonio y en igualdad de condiciones los habidos en

matrimonio putativo o nulo, los adoptados, y a falta de estos, los nietos y

bisnietos, quienes formarían parte de la sucesión legítima por representación

de su ascendiente legítimario premuerto o por derecho propio si no hubiere

descendientes de grado más próximo.

Igualmente, el artículo 825 del Código Civil Venezolano (1982) establece

que:

La herencia de toda persona que falleciere sin dejar hijos o


descendientes cuya filiación esté legalmente comprobada, se
defiere conforme a las siguientes reglas: Habiendo
ascendientes y cónyuge, corresponde la mitad de la herencia a
aquéllos y a éste la otra mitad. No habiendo cónyuge la
herencia corresponde íntegramente a los ascendientes. A falta
de ascendientes, corresponde la mitad de la herencia al
38

cónyuge y la otra mitad a los hermanos y por derecho de


representación a los sobrinos.

Asimismo, Sojo (2008, p. 449) en relación a los ascendientes señala que

éstos unicamente tienen derecho a la legítima cuando los descendientes del

causante no existan, han sido declarados indignos o han renunciado. Los

ascendientes de grado más próximo excluyen a los de grado más lejano; si

coinciden ascendientes de un mismo grado, la cuota legítima se repartirá en

cuotas iguales entre ellos, sin hacer distinción en que la línea sea paterna o

materna.

En relación al cónyuge el artículo 823 del mencionado código, establece

que:

El matrimonio crea derechos sucesorios para el cónyuge de la


persona de cuya sucesión se trate. Estos derechos cesan con
la separación de cuerpos y de bienes sea por mutuo
consentimiento, sea contenciosa, salvo prueba, en ambos
casos, de reconciliación.

En ese sentido, Sojo (2008, p. 449) en relación al cónyuge sobreviviente

no legalmente separado de bienes, señala que para que el cónyuge tenga

derecho a la legítima no debe estar legalmente separado de bienes, aun

cuando este separado de cuerpos. Una vez decretada la separación por

sentencia judicial, cualquiera sea el fundamento de ésta, el cónyuge

sobreviviente perdera el derecho de exigir la legítima.

En relación al concubino, La sala constitucional del Tribunal Supremo de

Justicia, sentencia N°1.682 de fecha 15/07/2005 reconoce que el


39

concubinato se equipara con el matrimonio, al reconocer a cada concubino

los derechos sucesorales con relación al otro, el sobreviviente, al ocupar el

puesto de un cónyuge, concurre con los otros herederos.

Al ser la muerte una de las causas de disolución del matrimonio como

resultado de la equiparación reconocida en el artículo 77 de la Constitucion

Bolivariana de Venezuela (1999), en cuanto a los efectos y alcances de la

unión estable con el matrimonio, la sala interpretó que entre los sujetos que

la conforman, que ocupan rangos similares a los de los cónyuges, existen

derechos sucesorales a tenor de lo expresado en el artículo 823 del Código

Civil venezolano (1982), siempre que el deceso de uno de ellos ocurra

durante la existencia de la unión. Una vez haya cesado, la situación es igual

a la de los cónyuges separados de cuerpos o divorciados.

Asimismo, la sala consideró que al reconocerse a cada componente de la

unión derechos sucesorales con relación al otro, el sobreviviente al ocupar el

puesto de un cónyuge, concurre con los otros herederos según el orden de

suceder en materia de sucesión ab intestato y habrá que respetársele su

legítima.

Por otra parte, el artículo 823 del mencionado código establece que el

matrimonio crea derechos sucesorios para el cónyuge de la persona cuya

sucesión se trate. Estos derechos cesan con la separación de cuerpos y de

bienes sea por mutuo consentimiento, sea contenciosa, salvo prueba, en

ambos casos, de reconciliación. Este supuesto, podrá ser aplicable a las


40

uniones estables de hecho que estuviesen separados por un lapso

determinado de tiempo y posteriormente se hubieren reconciliado.

De igual modo, el artículo 38 del mencionado código se refiere a la línea

sucesoral de la siguiente manera:

La serie de grados forma la línea. Es línea recta la serie de


grados entre personas que descienden una de otra. Es línea
colateral la serie de grados entre personas que tienen un autor
común, sin descender una de otra. La línea recta es
descendiente o ascendiente. La descendente liga al autor con
los que descienden de él. La ascendiente liga a una persona
con aquéllas de quienes desciende.

Para los investigadores, los beneficiarios de la legítima se determinan por

el orden sucesoral que establece la Ley, esta señala como beneficiarios de la

legítima a los ascendientes, descendientes y cónyuges sobrevivientes, que

no estén separados de bienes. Entendiendo por ascendientes a todo

aquellos parientes de los que de desciende el causante, por ejemplo abuelos

y padres, y por descendientes aquellos que descienden de este, por ejemplo

hijos y nietos. Estos son excluidos o representados según el orden que

establece la Ley.

2.1.2.2 DISTRIBUCIÓN DE LA LEGÍTIMA

Según López (2010, p. 253) la legítima ha sido realizada por el legislador

para proteger a los miembros más cercanos de la familia del de cujus, debido

a las liberalidades de éste que violenten los derecho sucesorales de sus

parientes mas cercanos, efectuadas tanto por acto mortis causa, como por
41

negocios jurídicos entre vivos. Para determinar la cuota reservada a los

legítimarios del causante en cada sucesión, es indispensable, que la

sucesión esté ya abierta y por otra, tomar en consideración no solo el

patrimonio hereditario del de cujus para la fecha de la apertura de su

sucesión, sino también las gratuidades hechas por él durante los últimos

años de su vida.

En relación a la distribución de la legítima, ésta se encuentra

fundamentada en el artículo 884 del Código Civil de Venezuela (1982) que

establece la legítima de cada descendiente o ascendiente, legítimos o

naturales, y la del cónyuge, será la mitad de sus respectivos derechos en la

sucesión intestada; y concurren y son excluidos y representados según el

orden y reglas establecidos para dicha sucesión. Asimismo el artículo 824 del

mencionado código establece “el viudo o la viuda concurre con los

descendientes cuya filiación esté legalmente comprobada, tomando una

parte igual a la de un hijo”

Con relación a la representación en el artículo 815 del Código Civil

venezolano (1982) expresa la representación en la línea recta descendente

tiene efecto indefinidamente y en todo caso, sea que los hijos del de cujus

concurran con los descendientes de otro hijo premuerto, sea que, habiendo

muerto todos los hijos del de cujus antes que él, los descendientes de los

hijos concurran a heredarlos; ya se encuentren entre sí en grados iguales, ya

en grados desiguales, y aunque encontrándose en igualdad de grados, haya


42

desigualdad de número de personas en cualquiera generación de dichos

descendientes.

Los investigadores opinan que si en la legítima concurren los hijos, cuya

filiación esté legalmente comprobada, con el cónyuge no separado de

bienes, o con el concubino o la concubina, la distribución se hará en partes

iguales para cada uno, admitiendose la representación de los hijos de

manera indefinida, Por otra parte, si concurren en la legítima los

ascendientes con el cónyuge o concubino o concubina a este último le

corresponde la mitad de la legítima y la otra mitad a los ascendientes.

2.1.2.3 REDUCCIÓN DE TESTAMENTO

El artículo 888 del Código Civil de Venezuela (1982) establece que “las

disposiciones testamentarias que excedan de la porción disponible, se

reducirán a dicha porción en época en que se abra la sucesión. La acción

para pedir esta reducción prescribe a los cinco años”. Asimismo, el artículo

890 del código anteriormente citado señala que “si el valor de las donaciones

excede de la cuota disponible o es igual a ella, todas las disposiciones

testamentarias quedan sin efecto”.

Por otra parte, el artículo 891 del Código Civil de Venezuela (1982)

consagra que:

Las disposiciones testamentarias exceden de la cuota


disponible o de la parte que de ésta quedare después de hecha
43

la deducción del valor de las donaciones, la reducción se hará


proporcionalmente, sin hacer distinción entre quienes tengan el
carácter de herederos y quienes tengan el de legatarios.

A su vez el artículo 892 del mencionado código destaca que:

Sin embargo, siempre que el testador declare su voluntad de


que una liberalidad tenga efecto con preferencia a las demás,
esta preferencia tendrá efecto, y tal disposición no se reducirá,
sino en tanto que el valor de las otras liberalidades no baste a
completar la porción legítima.

En ese sentido, López (2010, p. 278) refiere que la Ley ha establecido los

mecanismos necesarios a fin de que el legítimario que sufra lesión en su

derecho, pueda hacer corregir la situación. Tales mecanismos son la

reducción de las disposiciones testamentarias y la reducción de las

donaciones. Dicha reducción de testamentos significa la rebaja de las

disposiciones de última voluntad del de cujus, hasta su total eliminación, si

esto fuere necesario para trasladar su contenido patrimonial a la porción

hereditaria del heredero legítimario, hasta que quede saldado el mínimo que

la Ley asigna.

Por otra parte, López (2010, p. 279) destaca que la reducción de las

disposiciones testamentarias se hace antes de la reducción de las

donaciones y parte de que el causante teniendo herederos legítimarios, su

herencia comprende una porción de libre disposición y otra porción

indisponible, que es la legítima, mientras el de cujus no haya agotado con

sus liberalidades la parte de libre disposición de su herencia, no puede

hablarse de la lesión de la cuota indisponible. Por otra parte, el testamento


44

es un acto mortis causa, es decir que, solo produce efecto después de la

muerte del testador.

Asimismo López, (2010, p. 285) establece que la reducción de las

disposiciones testamentarias debe hacerse de manera proporcional, es decir,

que el total de la reducción que deben sufrir las disposiciones testamentarias

del de cujus, para satisfacer o para complementar la legítima que

corresponde a los herederos legítimarios, será distribuido proporcionalmente,

en principio, entre todos los instituidos por testamento; a tales efectos se

atiende al significado o valor económico de las respectivas instituciones. Y en

esta materia no se hace distinción entre los instituidos a título universal y los

instituidos a título particular.

Continua refiriendo el mencionado autor que, el causante tiene la

capacidad para establecer reglas excepcionales a la regla de la reducción

proporcional de sus disposiciones testamentarias, las liberalidades a la que

la norma se refiere, son únicamente y exclusivamente las disposiciones a

titulo universal o particular que haga el causante en su testamente: dicho

término no incluye las donaciones que el de cujus haya efectuado en vida.

De manera que el de cujus puede ordenar que se prefiera, a tales efectos,

una disposición testamentaria respecto de otra disposición testamentaria

suya.
45

Asimismo, López, (2010, p. 288) señala que la reducción de las

disposiciones testamentarias se hace, en principio, en especie. El legítimario

tiene el derecho de exigir en especie, es decir, con los mismos bienes que

integran la herencia. El heredero testamentario o el legatario que deba sufrir

dicha reducción, no puede obligar al legítimario a que éste acepte que se le

satisfaga con dinero o con otro bien distintos de los que componen el

patrimonio dejado por el de cujus.

En ese sentido, el mencionado autor, al comentar el artículo 893 del

Código Civil venezolano (1982) refiere que en caso de que se trate de un

inmueble cuya división no fuese cómoda, la misma norma establece el

procedimiento que debe seguirse. Si la reducción en cuestión absorbiere

menos de la mitad del inmueble, el legatario tiene el derecho de conservarlo

íntegramente y, entonces él compensa con dinero a los legítimarios, el

equivalente al valor de la reducción y de manera equivalente, si la reducción

absorbiere la mitad o más del inmueble, los legítimarios tienen el derecho de

conservarlo, a cuyo fin han de pagar al legítimario, en dinero, el valor de la

porción sobrante.

Asimismo, el artículo 894 del Código Civil venezolano (1982) dispone que

si los herederos y los legatarios no quisieren tomar la finca, ésta se venderá

en pública subasta a instancia de cualquiera de los interesados. Entiéndase

así como el rechazo por parte de los legítimarios, lo que tendría por resultado
46

la venta de la finca en una subasta pública a favor de los interesados en la

misma.

Por otra parte, Pérez, (1992, p. 41) expresa que la acción de reducción no

puede ser ejercida antes de la muerte del causante, ya que se origina con la

apertura de la sucesión: responde a las llamadas porciones originarias del

fenómeno hereditario, cuando los reclamados son sucesores testamentarios,

no hay donaciones y la violación de la legítima se produce por disposiciones

testamentarias, se requiere la iniciación del proceso sucesorio.

En cuanto a las disposiciones y donaciones que exceden de la cuota

disponible, el articulo 890 del Codigo antes mencionado dispone que "Si el

valor de las donaciones excede de la cuota disponible o es igual a ella, todas

las disposiciones testamentarias quedan sin efecto". De igual modo el mismo

codigo en su articulo 891 establece:

Si las disposiciones testamentarias excede de la cuota


disponible o de la parte que ésta quedare después de hecha la
deducción del valor de las donaciones, la reducción se hará
proporcionalmente, sin hacer distinción entre quienes tengan el
carácter de herederos y quienes tengan el de legatarios.

Los investigadores opinan que en relación a la reducción de las

disposiciones testamentarias no es más que la acción que permite al

heredero legítimo proteger su derecho hereditario o reclamar y exigir que sea

repuesta su legítima en el caso de haber sido lesionada por parte de las

liberalidades del causante a la hora de realizar testamento. La reducción de


47

testamento consiste en reducir las disposiciones de última voluntad del

causante para poder pagar al legítimario la cuota de la herencia que ha sido

afectada, entregando lo establecido por la Ley a dicho heredero.

2.1.2.4 REDUCCIÓN DE DONACIÓN

El artículo 1.468 del Código Civil de Venezuela (1982) establece que:

Las donaciones de toda especie que una persona haya hecho


durante los diez últimos años de su vida, por cualquier causa y
en favor de cualquiera persona, quedan sujetas a reducción si
se reconoce que, en la época de la muerte del donador
excedían de la porción de bienes de que pudo disponer el
mismo donador.

Asimismo en el artículo 1.473 del Código Civil venezolano (1982)

establece que:

La acción de reducción, o la de reivindicación, pueden ejercerse


por los herederos contra los terceros detentadores de los
inmuebles que formaban parte de la donación y que fueron
enajenados por los donatarios de la misma manera y en el
mismo orden en que podrían ejercerlas contra los mismos
donatarios hecha exclusión previa de los bienes de éstos. Estas
acciones deben ejercerse en orden inverso de las fechas de las
enajenaciones.

El artículo 1.469 del código antes mencionado indica que la reducción de

las donaciones no puede pedirse sino por aquéllos a quienes la Ley reserva

legítima y por sus herederos o causahabientes. La acción para demandar

esta reducción prescribe a los cinco años. No puede renunciarse este

derecho durante la vida del donante ni por una declaración expresa ni dando
48

su consentimiento para la donación. Ni los donatarios ni los legatarios, ni los

acreedores del de cujus pueden pedir la reducción ni aprovecharse de ella.

Igualmente el artículo 1.470 expresa que:

No se procede a reducir las donaciones sino después de haber


agotado el valor de los bienes de que se haya dispuesto por
testamento: y, si hubiere lugar a esta reducción, se principiará
por la última en fecha y se continuará subiendo de las más
recientes a las más antiguas.

Para López, (2010, p. 291) la reducción de donaciones solo pueden

afectar las llevadas a cabo en los últimos diez años de la vida del causante,

en la legislación venezolana, no se toma en cuenta la totalidad de las

donaciones efectuadas por el de cujus, sino únicamente las llevadas a cabo

por éste durante los últimos diez años de vida. Dicha reducción sólo procede

después de haber reducido total e íntegramente las disposiciones

testamentarias, es necesario haber reducido a cero la totalidad de las

disposiciones testamentarias y que, aun entonces, subsista alguna lesión de

la porción indisponible de la herencia.

Igualmente, el mencionado autor, destaca que no puede hacerse esta

reducción en forma proporcional, sino comenzando por la más reciente y

continuando sucesivamente hasta la más antigua, así como no procede la

reducción de las donaciones si no se ha dejado sin efecto alguno la totalidad

de las disposiciones testamentarias, tampoco precede la reducción de una

donación efectuada por el de cujus, mientras no se haya reducido


49

íntegramente todas las demás donaciones efectuadas por él, con

posterioridad a aquélla.

Asimismo, López (2010, p. 294) señala que la reducción de las

donaciones se hacen, en especie, igual que en la reducción de las

disposiciones testamentarias, sin embargo, este principio sufre en materia de

reducción de donaciones una serie de excepciones que no existen ni pueden

plantearse en lo tocante a la reducción de las disposiciones testamentarias

que lesionan la legítima; y en todos esos casos excepcionales, la reducción

se hace, ya no en especie, sino mediante la entrega de la cosa donada por el

donatario al legítimario lesionado. Los casos excepcionales son: cuando el

objeto de la donación es una cosa fungible o de consumo, la reducción tiene

que efectuarse por el equivalente a su valor.

Por otra parte, López, (2010, p. 294) añade otros casos excepcionales

tales como: cuando la cosa perece por causa imputable al donatario, éste no

puede considerarse liberado de la reducción; Cuando el bien donado es

mueble y fue enajenado por el donatario, y la acción de reducción de

donaciones mobiliarias que lesionan la legítima, jamás pueden proponerse

contra terceras personas. De ahí que, en la hipótesis aludida, la reducción

debe ser efectuada por el equivalente en dinero, al valor del bien donado y

cuando la cosa donada es un inmueble, posteriormente enajenado por el

donatario, quien sin embargo es económicamente solvente, la reducción de


50

tal donación tampoco se efectúa en especie, sino por el equivalente al valor

del bien donado.

Por otra parte, Pérez (1992, p. 47) expresa que la porción legítima de los

herederos forzosos está garantizada contra las donaciones excesivas

efectuadas por el causante. Cuando las donaciones exceden de la porción

de libre disposición, se dice que son, en principio, inoficiosas. Pero no hay

que olvidar que aunque las donaciones aparezcan, como inoficiosas, no se

les reducirá mientras se pueda cubrir la legítima reduciendo las disposiciones

testamentarias, como lo establece el artículo 1.470 del Código Civil

venezolano (1982).

Los investigadores opinan, que la reducción de las donaciones es la

medida de reducción más traumática para las personas sometidas a dicha

reducción puesto que está en comparación con la reducción de testamentos

despoja al donatario de bienes de los cuales ya posee, para poder pagar al

heredero legitimo su cuota correspondiente.

2.1.3 CAUSAS DE INEFICACIA DEL TESTAMENTO

Para López (2010, p. 457) al igual que las disposiciones que integran el

testamento, éste puede quedar sin aplicación debido a la carencia de los

efectos normales que el acto jurídico debería producir. La ineficacia puede

darse por distintas circunstancias, tales como, la violación a la legítima, la

revocación, la nulidad, entre otras. Por otra parte, para Arcas (12/03/2016
51

www.mundojuridico.info) “el testamento es ineficaz cuando no produce los

efectos a que estaba ordenado de manera que queda sin efecto, las causas

de ineficacia son tres: la nulidad, revocación, y violación de la legítima”. Las

cuales se analizan a continuación.

2.1.3.1 VIOLACIÓN A LA LEGÍTIMA

El artículo 883 del Código Civil de Venezuela (1982) establece que “la

legítima es una cuota de la herencia que se debe en plena propiedad a los

descendientes, a los ascendientes, y al cónyuge sobreviviente que no esté

separado legalmente de bienes”. En otras palabras, la legítima es la cuota

del patrimonio del causante que está destinada a los herederos legitimarios,

descendientes o ascendientes, legítimos o naturales, al cónyuge y en virtud

de la equiparación constitucional, al concubino o a la concubina, de la cual

no puede disponer el causante.

Por otra parte, Pérez (1992 p. 37) expresa que la violación a la legítima

puede existir por disposiciones testamentarias bien sea por institución de

herederos, por cuotas o por legados a título particular, siempre que la

legítima pueda ser cubierta, reduciendo las disposiciones testamentarias, en

este sentido la violación a la legítima se hace visible cuando hay institución

de herederos por cuotas puesto que es suficiente conocer esas cuotas en el

caudal hereditario para saber si hay o no violación a la legítima.

Según Pérez (1992 p. 38) la violación a la legítima también puede ocurrir

por donaciones inoficiosas efectuadas por el causante en los últimos diez


52

años, en concordancia con el artículo 1468 del Código Civil de Venezuela

(1982) según el cual las donaciones de toda especie que una persona haya

hecho durante los diez últimos años de su vida, por cualquier causa y en

favor de cualquiera persona, quedan sujetas a reducción si se reconoce que

en la época de la muerte del donador, excedían de la porción de bienes de

que pudo disponer el mismo donador.

Según López, (2010, p. 278) para que pueda hablarse de lesión de la

legítima, es indispensable el concurso de las siguientes circunstancias: que

la respectiva sucesión haya abierto, que el legítimario haya aceptado la

herencia, según indica el art. 889 del Código Civil de Venezuela (1982), que

se haya calculado la porción legítima de la herencia, que el legítimario haya

imputado a su cuota todo cuanto recibió del causante, por donación, por

capitulación matrimonial o por testamento fundamentado en el art. 887 del

Código Civil de Venezuela (1982) y que después de efectuar todo lo antes

dicho, resulte que la porción legítima que corresponde a dicho heredero

forzoso todavía no haya quedado íntegramente satisfecha.

Continuando con el citado autor, en relación a la reducción de las

donaciones que lesionan la legítima, el art. 1.468 del Código Civil de

Venezuela (1982) señala que esta se determina bajo unos principios y

reglas, tales como que solo serán susceptibles de reducción, las donaciones

efectuadas por el causante durante los últimos diez años de su vida, que la

reducción de tales donaciones, solo procederán cuando queden totalmente


53

sin efectos las disposiciones testamentarias del causante y que la reducción

de las donaciones no se hará proporcionalmente sino que se comenzará por

la más reciente y se continuará sucesivamente hasta la más antigua.

En opinión de los investigadores lo referido por las normas y autores

citados, se encuentra que la violación a la legítima ocurre por la disposición

hecha por el causante en el testamento o por donación, en relación a la

cuota hereditaria que está reservada por ley a los legitimarios que tuviere.

2.1.3.2 REVOCACIÓN DEL TESTAMENTO

En relación a la revocación del testamento el artículo 990 del Código Civil

de Venezuela (1982) establece que “el testamento puede ser revocado por el

testador, de la misma manera y con las mismas formalidades que se

requieren para testar. Este derecho no puede renunciarse ni de alguna forma

restringirse”.

Continuando con el artículo 991 del citado código, indica que:

La revocación del testamento puede ser parcial, por esta razón


si el testamento anterior no tiene revocación expresa,
subsistirán las cláusulas del anterior testamento que no sean
incompatibles o contrarias a las nuevas. La revocación total o
parcial puede también ser revocada en cuyo caso renace la
disposición anterior.

En ese sentido el artículo 992 del Código Civil de Venezuela (1982)

establece que “la revocación producirá todos sus efectos aun cuando el

testamento que la contenga quede sin ejecución por muerte o incapacidad


54

del heredero o legatario instituido, o por que renuncien a la herencia o al

legado”.

Según López, (2010 p. 468) el testador tiene la potestad de ejercer el

derecho a dejar sin efectos los actos emanados de su propia voluntad, lo

cual ocasiona la pérdida de la eficacia jurídica del testamento o alguna de

sus disposiciones. La revocación se clasifica en revocación expresa,

revocación tácita, y revocación presunta o legal, las cuales se explican a

continuación según el mencionado autor.

A- Revocación expresa: Se entiende por revocación expresa la

manifestación de voluntad del testador de dejar sin efectos jurídicos todo

o parte de un testamento anteriormente otorgado por si mismo, este tipo

de revocación se considera solemne ya que solo puede hacerse mediante

el otorgamiento de un nuevo testamento y explicita por que la hace el

testador abiertamente.

Para Baqueiro (1990, p. 99) la revocación, en materia sucesora es el acto

voluntario en el cual el testador deja sin efecto alguno un testamento

legalmente otorgado. Ésta revocación puede ser expresa o tácita, se

considera expresa cuando efectivamente se señale la voluntad de revocar

todas o alguna de la disposiciones expresas en el testamento.

B- La revocación tacita ocurre cuando es dictado por el uno nuevo cuyas

disposiciones contrarían las anteriores, aunque no se indique

expresamente la voluntad de revocarlas.


55

Para López (2010, p. 470) la revocación tácita proviene de ciertos actos

realizados de forma indirecta por el testador que implican su voluntad de

dejar sin efecto un testamento anterior total o parcialmente. En el

ordenamiento jurídico venezolano existen cuatro formas de revocación tácita

del testamento o de disposiciones testamentarias, la revocación implícita en

el testamento posterior, la destrucción del testamento, la enajenación del

bien objeto del legado hecha por el testador, la transformación de la cosa

legada hecha por el testador.

Asimismo, el citado autor, considera que la revocación implícita también

denominada tácita, en el testamento posterior, se produce cuando existe un

nuevo testamento y las disposiciones contenidas en el anterior son contrarias

o incompatibles con el nuevo, en consecuencia se mantienen con plena

validez y eficacia las disposiciones del testamento antiguo que no sean

contrarias ni incompatibles con las contenidas en el nuevo testamento, por

esta razón, la revocación tácita puede ser total o parcial, según afecte la

totalidad o solo parte de las disposiciones establecidas exteriormente por el

testador.

A su vez, López (2010, p. 470) señala que surtirá efecto la destrucción del

documento solo cuando no se haya realizado la correcta transcripción y

protocolización en la oficina de registro publica ya que en dicha oficina

siempre existirá registro del testamento, y su destrucción no impedirá que

cause sus efectos.


56

En referencia a lo anterior, el autor citado, considera que la destrucción

del testamento puede determinar la revocación total del testamento, según el

tipo de acto de última voluntad que se haya otorgado, es decir, si el

contenido del testamento no está oficialmente asentado fuera del propio

documento que lo contiene y dicho instrumento se encuentra en poder del

mismo testador, basta que él lo destruya para que su acto de última voluntad

quede revocado.

Continuando con lo anterior, López (2010, p.472) señala los casos

determinados en los que funcionará la revocación por destrucción de

documento que contiene el testamento, a saber: cuando se trate de

testamento ordinario abierto, otorgado sin protocolización ante un registrador,

destruido antes de su protocolización, cuando se trata de testamento

ordinario abierto otorgado ante cinco testigos sin la concurrencia de un

registrador y sea destruido antes de su reconocimiento según reza el art. 853

del Codigo Civil de Venezuela (1982) y cuando se trata de testamento

ordinario cerrado y es destruido, cuando su oportunidad de apertura es

distinta a la exigida por la ley así como también la violación o alteración de

sellos.

En otro orden de ideas, Baqueiro, (1990 p. 97) señala la enajenación del

bien objeto del legado hecha por el testador, esta forma de revocación se

interpreta como tácita debido a que surge cuando el testador hace cualquier

acto de enajenación de los bienes dispuestos en el testamento ya sea a título


57

oneroso o a título gratuito, y sin importar las razones o motivos por lo cual lo

hizo, dejará sin validez el testamento a menos que vuelva a ingresar el bien

al patrimonio del testador, asi mismo el mencionado autor considera que la

transformación de la cosa legada hecha por el testador no es más que una

modificación del bien dado en testamento que pueda afectar su forma

anterior o su primitiva denominación.

Lo anteriormente expuesto se fundamenta en el artículo 955 del Código

Civil de Venezuela (1982) indica que:

La enajenación de la totalidad o de parte de la cosa legada,


hecha por el testador, produce la revocación del legado
respecto de todo cuanto se haya enajenado, aunque la
enajenación sea nula o la cosa haya vuelto al poder del
testador. Igual revocación se efectuará si el testador ha
transformado la cosa legada en otra, de manera que haya
perdido su precedente forma y su denominación primitiva.
Asimismo, López (2010, p. 470) considera ésta disposición como una

revocación tacita del testamento, siempre que afecte directamente el bien

dispuesto en testamento y ocasione la pérdida de su forma anterior o su

primitiva denominación. La revocación puede ser total o parcial según que la

transformación ejecutada por el causante comprenda la totalidad del objeto

legado o solo parte de él mismo.

En otro orden de ideas, la revocación tacita, Según Arcas (20/05/2016)

http://www.ic-abogados.com/ se da sin otorgarse nuevo testamento, sino

cuando es evidente en la conducta del testador su voluntad de que el

testamento otorgado quede sin efecto, de este modo, se presume revocado


58

el testamento cerrado que aparezca en el domicilio del testador con las

cubiertas o los sellos rotos, o borrados, raspados o enmendadas las firmas

que lo autoricen.

Este testamento será válido cuando se probare haber ocurrido el

desperfecto sin voluntad ni conocimiento del testador, o hallándose éste en

estado de demencia; pero si aparecieren rota la cubierta o quebrantados los

sellos, será necesario probar además la autenticidad del testamento para su

validez. Si el testamento se encontrare en poder de otra persona, se

entenderá que el vicio procede de ella y no será aquél válido como no se

pruebe su autenticidad, si estuvieren rota la cubierta o quebrantados los

sellos; y si una y otros se hallaren íntegros, pero con las firmas borradas,

raspadas o enmendadas, será válido el testamento, como no se justifique

haber sido entregado el pliego de esta forma por el mismo testador.

Los investigadores opinan que la revocación es la facultad amparada por

el texto sustantivo (Código Civil vigente) de contrariar los actos emanados de

su propia voluntad con el fin de dejarlos sin efectos, o dejar sin efecto alguna

de las disposiciones, la revocación puede ser expresa, tácita, presunta o

legal y constituye un aporte significativo para la investigación.

C- La revocación presunta o legal procede según el artículo 951 del

Código Civil de Venezuela (1982) cuando el testador para el momento

de otorgar el testamento no tenía o ignoraba tener hijos o

descendientes aun solamente concebidos, son revocables por la


59

existencia o supervivencia de un hijo, descubierta aquélla o verificada

éste después de la muerte del testador, salvo que el testador haya

previsto en el mismo testamento o en otro posterior o anterior, no

revocado ni siquiera tácitamente, el caso de existencia o supervivencia

de hijos o descendientes de éstos.

En referencia a lo anterior, López, (2010, p.475) establece que “es

también revocable el testamento por la superveniencia o por la aparición de

hijos o descendientes del testador, sin embargo, a diferencia de las causas

de la revocación expresa y la revocación tacita, dichas superveniencias y

aparición de descendientes no producen ope legis la revocación del acto de

última voluntad sino que solo determinan su revocabilidad, es decir, la

posibilidad de dejarlos sin efectos mediante la interposición de una acción

judicial.”

Por otra parte, el artículo 952 del Código Civil Venezolano (1982)

establece que “la acción de que trata el artículo anterior corresponde a los

hijos o a sus descendientes, y prescribe a los cinco años de haber tenido

ellos conocimiento del testamento, no pudiendo en ningún caso intentarse

después de veinte años de la muerte del testador, salvo siempre la

suspensión de la prescripción en favor de los menores.”

Asimismo, Lopez (2010, p. 480) señala que dicha disposicion legal

prescribe a los cinco años de haber tenido sus titulares conocimiento del

testamento cuya revocacion se trata, no pudiendo en ningun caso intentarse


60

despues de veinte de la muerte del testador, salvo siempre la suspensión de

la prescripcion a favor de los menores de edad.

2.1.3.3 NULIDAD DEL TESTAMENTO

Para López, (2010, p. 458) la nulidad es una sanción jurídica a un

testamento en el cual se violaron sus disposiciones legales, y haya nacido de

forma defectuosa; así mismo, carece de validez; primero, todo testamento

que tenga vicios en la voluntad testamentaria tales como lo son el error, dolo

y violencia, estipulados en los artículos 1.149, 1.154 y 1.150 del Código Civil

de Venezuela (1982).

Segundo, se considera nulo todo testamento que sea realizado por un

menor de 16 años a menos que sea viudo, este casado o divorciado; por

cualquiera que sea entredicho por defecto intelectual, que no esté a su juicio

de hacer testamento y por quien sea sordomudo o mudo y no sepa o no

pueda escribir debido a que se estaría incumpliendo con los requisitos de

fondo establecidos en el artículo 837 del Código Civil de Venezuela (1982).

Continuando con el citado autor, la nulidad puede ser absoluta o relativa y

total o parcial; la nulidad es absoluta cuando el testamento o determinada

disposición contenida en el mismo infringe la norma legal de orden público o

es contaría a las buenas costumbres, y es relativa cuando la norma legal

violada en el testamento es consagrada por el legislador solo para protección

de intereses particulares.
61

Asimismo, López, considera que la nulidad es total cuando la infracción

cometida afecta directamente a todos los actos del testamento, y es

considerada parcial cuando la violación solo existe respecto a alguna de las

disposiciones de la última voluntad del testador.

Para Baqueiro (1990, p. 96) se considera nulo todo testamento que no

cumpla con un requisito esencial o por inobservancia de una norma

inderogable, así como también podrán ser nulas solo las cláusulas del

testamento que no cumplan los requisitos y solemnidades establecidas en la

ley.

Por otra parte, según el artículo 849 del Código Civil de Venezuela (1982),

el testamento puede ser abierto o cerrado, el testamento abierto será nulo

cuando no cumpla con los requisitos de forma establecidos en los artículos

852 y 853 del mencionado código, por consiguiente es nulo el testamento

cuando no se otorgue en presencia del registrador y dos testigos o ante cinco

testigos sin la concurrencia del registrador, cuando no se otorgue en

escritura pública cumpliendo con los requisitos y formalidades del decreto

con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Registros y del Notariado (2014),

cuando el testamento abierto no cuente con las firmas de los testigos y el

registrador.

Por otra parte, el testamento cerrado es nulo cuando es realizado por

alguien que no sabe o no puede leer, es nulo todo testamento que no

contenga la firma del testador a menos que haya expresado que no pudo
62

firmarlo, igualmente es nulo el testamento cerrado que haya sido otorgado

sin la presencia del registrador y tres (3) testigos, de acuerdo con el artículo

857, numerales 1 y 3, y el articulo 859 del Código Civil de Venezuela (1982).

Según Baqueiro, también puede existir la anulabilidad de alguna

disposición testamentaria que tenga algún defecto, vicio o por inobservancia

de un precepto que sin generar la nulidad del acto de al interesado una

acción que le permita impugnarla.

Desde el punto de vista de los investigadores, la nulidad tiene su génesis

en el nacimiento de los actos jurídicos defectuosos debido al incumplimiento

de los requisitos de forma y fondo establecidos en la ley, por falta de algún

requisito esencial para su funcionamiento o por inobservancia de una norma

inderogable, haciendo así el testamento, anulable o ineficaz por el

incumplimiento de determinados requisitos necesarios para su existencia.

3.1 DEFINICIÓN NOMINAL

Ineficacia de testamentos por violación a la legítima y otras causas.

3.2 DEFINICIÓN CONCEPTUAL

Conceptualmente la categoría se define como la carencia de efectos

jurídicos normales del testamento, entendido éste como un acto revocable

por el cual una persona dispone para después de su muerte de la totalidad o

de parte de su patrimonio, o hace alguna otra ordenación, según las reglas

establecidas por la ley. Dicha ineficacia ocurre, entre otras causas, por
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violación a la legítima cuando los legítimarios no reciben en plena propiedad

esa cuota de la herencia que la ley reserva al descendiente, ascendiente y

cónyuge. Asimismo, existen otras causas que conllevan a la ineficacia de

testamentos tales como la nulidad y la revocación. Cabanellas (2000),

articulos 833 y 883 del Código Civil de Venezuela (1982), López (2010).

3.3 DEFINICIÓN OPERACIONAL

Operacionalmente, la categoría se define como la falta de efectos

ordinarios que debería cumplir el testamento, entendiéndose el mismo como

un acto perteneciente al testador, el cual dispondrá mediante dicho acto, la

repartición de su patrimonio. La ineficacia de este mencionado acto ocurre

cuando es violada la legítima, la cual debe entenderse como el exceso de

proporción dispuesta por el testador restándole así lo que por ley les

corresponde a los herederos legítimos. A su vez, existen otras causas de

ineficacia, como lo son la nulidad y la revocación.


64

CUADRO N°1

OPERACIONALIZACIÓN DE LA CATEGORÍA

ANALIZAR LA INEFICACIA DE TESTAMENTOS POR VIOLACIÓN A LA


LEGÍTIMA Y OTRAS CAUSAS DE CONFORMIDAD CON EL
ORDENAMIENTO JURIDICO VENEZOLANO.

Objetivo
Específico Categoría Subcategoría Unidad de analisis

-Analizar los -Requisitos de -Requisitos de forma.


requisitos de validez del -Requisitos de fondo.
validez del testamento.
testamento.
-Beneficiarios de la
-Analizar las -Condiciones legítima.
condiciones Ineficacia de legales para la -Reducción del
legales para la testamentos aplicación de la testamento.
aplicación de la por violación a legítima. -Reducción de las
legítima. la legítima y donaciones.
otras causas.
-Analizar las -Causas de -Violación a la
causas de ineficacia del legítima
ineficacia del testamento. -Revocación del
testamentos testamento.
-Nulidad del
testamento.

Fuente: Boscan, Garcés, Márquez (2016)

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