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SISTEMA MUSCULAR

La función fundamental de los músculos es la contracción o el acortamiento, una característica


única que los distingue del resto de los tejidos corporales. Por consiguiente, los músculos son los
responsables de prácticamente todos los movimientos corporales y podemos considerarlos como las
“máquinas” del organismo.

Tipos de músculos

Existen tres tipos de tejido muscular: esquelético, cardíaco y liso.

-Músculos esqueléticos: Las fibras musculares esqueléticas están empaquetadas en los órganos
denominados músculos esqueléticos, que se adhieren al esqueleto corporal. Puesto que los músculos
esqueléticos cubren nuestros “soportes” óseos, ayudan a formar unos contornos más lisos en nuestro
organismo. Las fibras musculares esqueléticas son células grandes, multinucleares y con forma de
puro. Son el tipo más grande de fibras musculares; algunas con un tamaño de unos 30 cm de largo.
Los músculos esqueléticos también se conocen como músculos estriados (porque sus fibras
presentan unas rayas visibles), o como músculos voluntarios (porque son el único tipo de músculos
sometidos a un control consciente). Sin embargo, resulta importante reconocer que los músculos
esqueléticos a menudo se activan también mediante reflejos (sin nuestra “orden voluntaria”). Al
pensar en el tejido muscular esquelético, las principales palabras que debes recordar son:
esquelético, estriado y voluntario.
El tejido muscular esquelético se puede contraer rápidamente y con una gran fuerza, pero se cansa
con facilidad y debe descansar después de breves periodos de actividad. Las fibras musculares
esqueléticas, como la mayoría de las células, son blandas y sorprendentemente frágiles. La razón
por la que no se rompen cuando producen dicha fuerza es que miles de sus fibras están unidas en un
bloque por el tejido conectivo, que proporciona fuerza y sirve de sustento a todo el músculo. Cada
fibra muscular se encuentra envuelta en una delicada envoltura de tejido conectivo, denominada
endomisio. Varias de estas fibras musculares se encuentran envueltas a su vez por una membrana
fibrosa más gruesa denominada perimisio para formar un haz de fibras denominado fascículo.
Muchos fascículos están unidos por un “abrigo” aún más grueso de tejido conectivo denominado
epimisio, que cubre todo el músculo. Los epimisios se mezclan con los fuertes tendones, con forma
de cuerda, o con las planas aponeurosis que adhieren de forma indirecta los músculos a los huesos,
los cartílagos o las cubiertas de tejido conectivo.
A parte de la función de anclaje de los músculos, los tendones desempeñan otras funciones. Las más
importantes son proporcionar durabilidad y conservar el espacio. En su mayoría, los tendones son
fibras colagénicas resistentes que pueden cruzar partes salientes de los huesos que rasgarían los
tejidos musculares más delicados. Debido a su tamaño relativamente pequeño, por una articulación
pueden pasar más tendones que músculos carnosos.
-Los músculos lisos: Los músculos lisos no tienen estriaciones y son involuntarios, lo que significa
que no se pueden controlar de forma consciente. Se encuentran principalmente en las paredes de los
órganos viscerales huecos, como el estómago, la vejiga urinaria o las vías respiratorias. Los
músculos lisos impulsan sustancias a lo largo de un tracto determinado o una vía concreta del
organismo. Los términos visceral, sin estriaciones e involuntario son los que mejor definen este tipo
de músculos. Se disponen en capas que en la mayoría de los casos son dos: una en sentido circular y
otra en sentido longitudinal. A medida que las capas se contraen y se relajan de forma alternativa,
modifican el tamaño y la forma del órgano. Mover la comida a través del tracto digestivo y vaciar el
intestino y la vejiga son ejemplos típicos de actividades que realizan los músculos lisos. La
contracción de los músculos lisos es lenta y sostenida.
- El músculo cardíaco: El músculo cardíaco se encuentra sólo en un lugar del cuerpo: el corazón,
donde constituye la mayor parte de las paredes éste. El corazón actúa como una bomba que impulsa
la sangre por los vasos sanguíneos a todos los tejidos del cuerpo. El músculo cardíaco es como los
esqueléticos, en el sentido de que tiene estriaciones, y como los lisos, en el sentido de que es
involuntario y no se puede controlar de forma consciente. Algunas palabras clave para recordar este
tipo de músculo son: cardíaco, estriado e involuntario. Las fibras cardíacas están protegidas por
pequeñas cantidades de tejidos conectivos blandos, disponen en espiral o en grupos de ocho.
Cuando el corazón se contrae, sus cámaras internas se vuelven más pequeñas, e impulsan la sangre
hacia las grandes arterias que salen del corazón. Los músculos cardíacos a menudo se contraen a un
ritmo continuo fijado por el pacificador “interno” del corazón, pero el corazón también puede verse
estimulado por el sistema nervioso para cambiar a “la marcha más alta” durante pequeños periodos.
Las funciones de los músculos

Producir movimientos es una función común de todos los tipos de músculos, pero los músculos
esqueléticos desempeñan también otros tres papeles importantes en el organismo: mantener las
posturas corporales, estabilizar las articulaciones y producir calor.

-Producción de movimiento: Casi todos los movimientos del cuerpo humano son resultado de la
contracción de los músculos. La movilidad del cuerpo en su conjunto refleja la actividad de los
músculos esqueléticos, responsables de la locomoción (caminar, nadar o esquiar, por ejemplo) y del
trabajo con las manos. Nos permiten responder con velocidad a los cambios del entorno. Por
ejemplo, su velocidad y su potencia nos permiten apartarnos de un salto de la trayectoria de un
coche que va a toda velocidad. Asimismo, nos permite expresar nuestros sentimientos y emociones
con el lenguaje corporal mediante sonrisas y muecas.

-Mantenimiento de la postura: Rara vez somos conscientes del trabajo que realizan los músculos
esqueléticos a la hora de mantener la postura corporal. Lo cierto es que ellos trabajan continuamente
realizando un pequeño ajuste tras otro de forma que podamos mantener una postura erguida o nos
mantengamos erguidos al sentarnos, a pesar de la gravedad constante a la que estamos sometidos.

-Estabilización de las articulaciones: Al tiempo que los músculos esqueléticos tiran de los huesos
para producir movimientos, también estabilizan las articulaciones del esqueleto. De hecho, los
tendones de los músculos tienen una gran importancia a la hora de reforzar y estabilizar las
articulaciones que tienen superficies articuladas con un encaje deficiente (como la articulación del
hombro).

-Generación de calor: La cuarta función de los músculos, la generación de calor corporal, es


consecuencia de la actividad muscular. Puesto que se utiliza ATP para conferir potencia a las
contracciones musculares, cerca de tres cuartos de su energía se libera en forma de calor. Este calor
resulta fundamental a la hora de mantener una temperatura corporal normal. Los músculos
esqueléticos constituyen al menos el 40% de la masa corporal, así que son el tipo de músculos que
mayor cantidad de calor generan.

Tipos de movimientos corporales

Cada uno de nuestros 600 y pico músculos esqueléticos se adhiere a un hueso o a otras estructuras
de tejido conectivo en al menos dos puntos. Uno de estos puntos, el origen, se adhiere al hueso
inmóvil o menos móvil. La inserción se adhiere al hueso móvil, y cuando el músculo se contrae, la
inserción se mueve hacia el origen. Algunos músculos presentan orígenes e inserciones
intercambiables. Por ejemplo, el músculo recto del fémur del muslo anterior cruza las articulaciones
de la cadera y la rodilla. Su movimiento más común consiste en extender la rodilla, en cuyo caso el
anclaje pélvico próximo es el origen. Sin embargo, cuando la rodilla está flexionada (por otros
músculos), el recto del fémur puede flexionar la cadera y entonces su anclaje distal a la pierna se
considera el origen.

En general, el movimiento corporal se produce cuando los músculos se contraen a través de las
articulaciones. El tipo de movimiento depende de la movilidad de la articulación y de dónde esté
colocado el músculo en relación con la articulación. El ejemplo más obvio de la acción de los
músculos sobre los huesos lo constituyen los movimientos que se producen en las articulaciones de
las extremidades. Sin embargo, los huesos que presentan una menor libertad de movimiento
también se ponen en movimiento mediante la acción de los músculos, como los movimientos de las
vértebras cuando giramos el torso hacia un lado.
Los tipos de movimientos corporales más comunes se describen a continuación:

• Flexión. La flexión es un movimiento, generalmente del plano sagital, que reduce el ángulo de la
articulación y acerca dos huesos entre sí. La flexión es típica de las articulaciones bisagra (doblado
del codo o la rodilla), pero también se encuentra en las articulaciones de rótula (por ejemplo,
cuando doblamos hacia delante la cadera).
• Extensión. La extensión es lo contrario de la flexión, por tanto, es un movimiento que aumenta el
ángulo o la distancia entre dos huesos o partes del cuerpo (estirar la rodilla o el codo). Si la
extensión es superior a 180° (como cuando inclinas la cabeza o el torso hacia atrás de forma que tu
barbilla apunte hacia el techo), se trata de una hiperextensión.
• Rotación. La rotación es el movimiento de un hueso alrededor de su eje longitudinal. La rotación
es un movimiento típico de las articulaciones de rótula y describe el movimiento del atlas alrededor
del proceso odontoides de la vértebra axis (como cuando decimos “no” con la cabeza).
• Abducción. La abducción consiste en mover una extremidad hacia fuera (generalmente en el plano
frontal) desde la línea o el plano medio del cuerpo. La terminología también hace referencia al
movimiento de abanico de los dedos de las manos o de los pies cuando se mueven hacia fuera.
• Aducción. Se trata del movimiento contrario a la abducción, por tanto, es el movimiento de una
extremidad hacia la línea media del cuerpo.
• Circumducción. La circumducción es una combinación de los movimientos de flexión, extensión,
abducción y aducción típica en las articulaciones de rótula como los hombros. El extremo proximal
de la extremidad es estacionario y el extremo distal se mueve en círculo. Toda la extremidad
describe un cono.
Interacciones de los músculos esqueléticos en el organismo

Los músculos no pueden empujar (sólo pueden tirar, cuando se contraen), así que a menudo los
movimientos corporales son el resultado de la actividad de dos o más músculos que actúan a la vez,
o uno contra otro.
Los músculos están dispuestos de tal forma que lo que hace un músculo (o grupo de músculos)
puede ser revertido por otro. Por ello, los músculos son capaces de producir una gran cantidad de
movimientos. El músculo que tiene mayor responsabilidad para producir un determinado
movimiento se denomina el músculo principal. (El término equivalente en inglés, prime mover, ha
sido tomado por el mundo de los negocios para nombrar a los ejecutivos). Los músculos que se
oponen, o revierten, un movimiento son antagonistas.
Cuando un músculo principal se encuentra activo, su antagonista está estirado y relajado. Asimismo,
los antagonistas pueden ser principales en su forma. Por ejemplo, el antagonista del bíceps del brazo
(músculo principal de la flexión del codo) es el tríceps (músculo principal de la extensión del codo).
Los músculos sinérgicos (sin = juntos, erg = trabajo) ayudan a los músculos principales
produciendo el mismo movimiento o reduciendo los movimientos no deseados. Cuando un músculo
cruza una o más articulaciones, su contracción provoca un movimiento en todas las articulaciones
que cruza, a menos que los músculos sinérgicos los estabilicen. Así, por ejemplo, los músculos
flexores de los dedos cruzan tanto la muñeca como las articulaciones de los dedos. Puedes cerrar el
puño sin doblar la muñeca porque los músculos sinérgicos estabilizan las muñecas y permiten que
el músculo principal actúe en las articulaciones de los dedos.
Los músculos estabilizadores son músculos sinérgicos especializados. Mantienen fijo un hueso o
estabilizan el origen de un músculo principal, de forma que se pueda utilizar toda la tensión para
mover el hueso de la inserción. Los músculos posturales que estabilizan la columna vertebral son
estabilizadores, así como los que sujetan las escápulas al tórax.

Disposición de los fascículos

Los músculos esqueléticos se componen de fascículos, pero la forma en que éstos están dispuestos
varía, lo que produce músculos con diversas estructuras y propiedades funcionales. A continuación
se describen los patrones más comunes de disposición de fascículos.
El patrón es circular cuando los fascículos están dispuestos formando anillos concéntricos. Los
músculos circulares se encuentran a menudo alrededor de aberturas corporales externas a las que
cierran mediante la contracción. El término esfínter (“exprimidor”) es un término general para este
tipo de músculos. Ejemplos de ellos son los músculos orbiculares de la boca y los ojos.
En un músculo convergente los fascículos convergen hacia un único tendón de inserción. Dicho
músculo es triangular o con forma de abanico, como el músculo pectoral mayor o el tórax anterior.
En una disposición paralela, los fascículos son paralelos al eje largo del músculo. Estos músculos
tienen forma de tira . Una modificación de una disposición paralela, denominada fusiforme, produce
como resultado un músculo en forma de huso con un vientre expandido (sección media), como el
músculo bíceps del brazo.
En un patrón peniforme los fascículos cortos se adhieren en oblicuo al tendón central. En el
músculo extensor de los dedos de la pierna, los fascículos se insertan en un lado del tendón, por lo
que el músculo es unipeniforme. Si los fascículos se insertan en lados opuestos o diferentes del
tendón, el músculo es bipeniforme o multipeniforme.
La disposición fascicular de un músculo determina su grado de movimiento y su potencia. Cuanto
más largos y más paralelos se encuentran los fascículos al eje largo del músculo, más pueden
encogerse los músculos.
Músculos intrínsecos y extrínsecos

En lugares como la lengua, la laringe, la espalda, la mano y el pie, los anatomistas distinguen entre
músculos intrínsecos y extrínsecos.
Un músculo intrínseco se encuentra contenido por completo dentro de una región particular y tiene
ahí su origen y su inserción, en tanto que un músculo extrínseco actúa sobre una región designada,
pero tiene su origen en otro lugar. Por ejemplo, ciertos músculos extrínsecos del antebrazo producen
algunos movimientos de los dedos, y los tendones largos de éste alcanzan las falanges. A su vez, los
músculos intrínsecos de las manos, localizados dentro de los huesos metacarpianos, producen otros
movimientos de los dedos.

Músculos: nombre y ubicación

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