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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

ESCUELA DE POSTGRADO

Maestría en Ingeniería Ambiental

Materia:

Normas y Legislación sanitaria y Ambiental

Ensayo:

Derecho ambiental Dominicano, Antecedentes y Brechas en su


Aplicación.

Trabajo Presentado por:

Dorka Amarilis Luciano Brioso 21-1233

Luis Aroni Díaz Pérez 21-1232

Docente:

Sonia Jáquez M.

Santo Domingo, República Dominicana.

Junio, 2021.
Derecho Ambiental Dominicano, Antecedentes y Brechas Existentes.
El Derecho Ambiental es una disciplina jurídica que investiga, estudia y analiza
las diferentes relaciones entre los recursos naturales y culturales con la
actividad antrópica, con el propósito de regular la conducta humana respecto al
uso, aprovechamiento y explotación de recursos naturales, su conservación y
protección. Su finalidad es tanto prevenir esos daños como poner los medios
para repararlos en caso de que se produzcan y determinar los responsables de
esas acciones lesivas.
El Profesor Martín Mateo define el Derecho Ambiental como la rama del
derecho que incide sobre conductas individuales y sociales para prevenir las
perturbaciones que alteran el equilibrio ambiental, el cual tiene por objeto
garantizar una relación aceptable entre el ser humano y su entorno; esto implica
un proceso de adaptación de los ordenamientos jurídicos a las reglas del
planeta. (Mateo, 1977).
Esta disciplina nace en los años 70 por la toma conciencia social a consecuencia
de algunos desastres ecológicos ocurridos en el mundo. Por lo cual es una rama
del Derecho relativamente joven pero de gran valor para la preservación y
desarrollo de las futuras generaciones. Su origen, como especialización del
Derecho, surge en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano,
celebrada en Estocolmo en 1972. La raíz de esta rama jurídica nace en el
reconocimiento del medio ambiente como bien jurídico del que depende no sólo
el desarrollo económico, sino el bienestar y la salud de la ciudadanía.
En 1942 en la isla de Santo Domingo existía una inmensa cobertura forestal que
cubría toda la isla, con el descubrimiento y la llegada de los europeos al
territorio, estos comenzaron la destrucción de la flora y fauna para establecer
comercios con las maderas preciosas oriundas de la isla existente en la época.
Las primeras legislaciones ambientales de la República Dominica se establecen
con la Real Cédula del emperador Carlos V, con el propósito de garantizar
materia prima (leña) dictó la “Real Cédula”, en el 1539, la cual obligaba que
replantasen árboles alrededor de los pueblos para que siempre existiesen y
nunca faltare madera para leña. Esto indica para esa época donde la isla era un
bosque, existió la visión de que podían terminarse. En su mayoría las
disposiciones de esa época no estaban orientadas a la protección de los recursos
naturales, más bien incentivaban a la depredación de la colonia. Las “leyes de
amparo” del 1591 y la ley de “Composición de Tierras” del 1631, fueron
instrumentos jurídicos que confirmaron la legalidad de la política de
explotación a mansalva de nuestros recursos en sentido general.
Con el nacimiento de la República (1844-1919), los gobernantes basaron la
economía en la ganadería y la explotación de los bosques. A finales del siglo
XIX, comenzaron los primeros esfuerzos tendentes a preservar los sistemas
montañosos. En 1884 en este período se dictó la primera ley de conservación de
los recursos naturales, Ley de Protección de Bosques y Selvas. Esta ley disponía
la prohibición de tala de árboles cerca de las fuentes de nacimiento de los ríos y
manantiales y que cada vez que se dedicara una porción de bosque para la
agricultura debía dejarse un 5% sin talar. Esta disposición protegía dos recursos
naturales fundamentales: los bosques y el agua. En 1909 se promulga la
primera ley que reguló de forma especial el régimen de las aguas, Ley 4916 y
diez años más tardes dicta la Orden Ejecutiva 365, denominada como Ley
Foresta Dominicana.
Esta ley fue sustituida por la Ley 944 sobre Conservación de Montes y Aguas. La
cual prohibió los desmontes, tala y cultivo en las cumbres de las montañas. La
Ley 944 sancionaba el incendio de los bosques con 1 año de prisión, prohibía las
fogatas en los bosques de pino y la destrucción de los árboles en las orillas de los
caminos públicos. Imponía la obligatoriedad de proveerse de un permiso
otorgado por la Secretaría de Agricultura para poder despoblar bosques con
fines de cultivo que tuvieran extensión mayor de 200 hectáreas. En 1919, fue
dictada la Orden Ejecutiva 318 sobre Conservación y Distribución de Aguas en
Regiones Áridas, que de manera específica estableció que los “ríos no eran
propiedad de los ribereños, sino que caían estrictamente bajo el control del
Estado”. El 14 de Noviembre del 1942 se promulga la Ley 124 sobre
“Distribución de Aguas Públicas, la cual derogó la ley 961, fijando claramente la
reglamentación de las “aguas superficiales”.

En el 1928 se establecen las primeras Áreas Protegidas mediante la Ley No.


1052 el vedado del rio Yaque del Norte. En 1933 se crea el parque nacional “Las
Matas”, ubicado entre la provincia San Cristóbal y Monseñor Nouel (Bonao),
mediante la promulgación de la Ley No. 530. La Ley No.1410 de 1947 declara de
utilidad pública una porción de terreno en el paraje el puerto de la común de
Jarabacoa para un parque nacional y se Prohíbe el corte de árboles en el lugar.
Mediante la ley no. 4389, la, se crea una reserva forestal con fines científicos y
de protección a la naturaleza, el parque nacional “Armando Bermúdez”;
Posteriormente, mediante la Ley No. 654, del 24 de abril de 1974, se declara
zona reservada o Parque Nacional El Cabo Francés Viejo y su adyacente playa el
Bretón, en la costa norte del territorio nacional. Estas declaratorias de áreas
protegidas continuaron hasta llegar a contar hoy en día con más 118 áreas
protegidas.

La aplicación y defensa ambiental aún con todas estas legislaciones era difusa y
dispersa. Esta realidad comenzó a cambiar raíz de las influencias producidas
por las Conferencias de Estocolmo de 1972 y de Río de Janeiro de 1992, ya que
cuando promulgaron las primeras manifestaciones ambientales en la
Constitución de 1994, ya era en el período de la Conferencia de Río de Janeiro
1992. Se pone en evidencia que la República Dominicana no es uno de los países
a la bandera de la protección ambiental históricamente, pues a pesar de haber
regulado la protección del mismo estas leyes no se aplicaban en su mayoría.

En la República Dominicana la calidad de la gestión para la aplicación del


derecho ambiental correspondía a la Oficina Técnica de la Presidencia de la
República, aunque también se creó en 1987 la Comisión Nacional del Medio
Ambiente, la cual se considera el primer órgano de control y gestión ambiental.
Con la promulgación de la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos
Naturales No. 64-00 en el año 2000 se avanza hacia el fortalecimiento
institucional. Es a partir de entonces que puede percibir la existencia de un
derecho ambiental con una visión institucional e integral en nuestro país. Antes
de esta ley contábamos con una legislación dispersa.

Con la Constitución del 2010 la cual dedicó su capítulo V al derecho ambiental,


alcanza la máxima jerarquía en protección de los recursos naturales como bien
jurídico tutelado, categorizándolo como un derecho fundamental de tercera
generación, fortaleciendo con esto las garantías de acceso al agua, a un
medioambiente sano y ecológicamente equilibrado. Estableciendo que los
poderes públicos prevendrán y controlarán los factores de deterioro ambiental,
impondrán las sanciones legales, la responsabilidad por daños causados al
medio ambiente y a los recursos naturales y exigirán su reparación.

A pesar de contar con legislaciones con mucho sentido y con gran aplicabilidad
en nuestro pais las regulaciones del derecho ambiental son inaplicables, o bien
su aplicabilidad es limitada. El incumplimiento de las normas jurídicas
dominicanas no sólo es por la sociedad civil sino también por parte inclusive de
las instituciones públicas y privadas. Esta es una realidad extendida a lo largo de
todo el territorio y se practica no solo en materia de derecho ambiental sino más
es una forma de gestión nacional en casi todos los ámbitos. El incumplimiento
normativo hace que empresas nacionales e internacionales con suficiente poder
y capital encuentren en República Dominicana un centro para invertir y poder
operar bajo el control de la burocracia estatal que les permite operar bajo el
descontrol total del impacto que estas pudieran ocasionar al ambiente.

Desde la creación de la Ley 64-00 se aprecia que existen imposiciones políticas


particulares sobre la aplicación de las mismas, orientadas a los intereses
económicos y políticos derivados, intereses personales canalizados, además de
dificultades provenientes del poder ejecutivo por intereses partidistas. Intereses
que buscan la inaplicación legal por grupos empresariales con intereses
opuestos a los objetivos del derecho ambiental. Con este contexto social y
político se hace difícil la aplicación de estos mecanismos de gestión que tanto
necesita la República Dominicana para reconducir la realidad existente y poder
afrontar la lucha contra el cambio climático con esperanzas de victoria.

La sociedad dominicana es una sociedad muy politizada y corruptible en todos


los niveles. Por lo que es necesario disponer de tribunales independientes desde
el punto de vista político, social y económico para que los derechos
ambientales puedan ser aplicados y sancionada su violación y no sean
determinados por intereses particulares que muchas veces están entramados
con el poder ejecutivo y funcionarios que buscan beneficios propios a costa del
deterioro ambiental. La unión de poder y la falta de separación de poderes
permiten entender a la sociedad en su conjunto, y que la defensa de los derechos
ambientales es inoperante.
En los últimos años, debido resurgir de movimiento ambientalista liderados por
sectores de la iglesia y movimientos sociales, determinados privilegios que se
habían establecido con empresas de algún sector productivo de la República
Dominicana se han visto reducidos. Estos esfuerzos no han sido suficientes para
el desarrollo del derecho ambiental Dominicano debido a las trabas derivadas
de la posición que ocupa la organización empresarial en el país la cual favorece
que ciertos sectores tomen el poder o hagan tomar el poder a las personas que
representan sus intereses y que legislen y promuevan políticas para el
cumplimiento de sus intereses.

En la actualidad se aprecia una falta de inversiones en elementos básicos, la


falta de servicios básicos en nuestro país muestra una sociedad muy poco
cultivada sobre el entendimiento de sostenibilidad y la evolución en actividades
sociales y culturales relacionadas con el medio ambiente. Lo que hace que gran
parte de la sociedad no ponga la debida atención en determinadas temáticas
importantes y que el nivel de conciencia social sobre el derecho ambiental no
sea el deseado. En la República Dominicana se observa la falta de
sensibilización ambiental derivada de una gran falta de educación sobre esta
materia. Existe un déficit excesivo de educación medioambiental en el país, por
lo que la población Dominicana no pueden ni siquiera entrar a evaluar el
componente medioambiental de su entorno, al estar centrada su atención en
sobrellevar el día a día y seguido por no poseer el entendimiento propio
necesario de la importancia que es para la preservación de la vida y el planeta la
aplicación y el desarrollo del derecho ambiental.

La principal brecha en República Dominicana para el cumplimiento y desarrollo


del derecho ambiental es la carencia de educación ambiental en todos los niveles
sociales. No se puede negar que hemos avanzado en la materia, tenemos el
Ministerio de Medio ambiente y recursos Naturales, y ese es un gran paso. Sin
embargo se hace necesaria una mayor inversión en investigaciones para el
desarrollo del derecho ambiental, fortalecer las inspecciones y el monitoreo de
los recursos naturales. Aunque en el pais se ha establecido como obligatorio la
enseñanza del derecho ambiental en el sistema educativo, se hace necesario que
los dominicanos tomen conciencia de la importancia del derecho ambiental para
conservación de la vida de presentes y futuras generaciones para no seguir
contribuyendo de manera entusiasta en la destrucción de nuestro planeta. Es de
suma importancia que la legislación ambiental Dominicana sea aplicada en
forma práctica y real en un Estado de Derecho donde impere una visión de
futuro y de desarrollo sostenible y estructurar legislaciones que ayuden a
encauzar el futuro ambiental y que el derecho ambiental dominicano no solo se
quede plasmado en papeles sino que cumpla su función real y efectiva para la
conservación de nuestra especie.

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Referencias:

 CEPAL., “Informe del Seminario sobre las Evaluaciones del Impacto


Ambiental como Instrumento de Gestión del Medio Ambiente: Situación
y Perspectivas en América Latina y el Caribe”, CEPAL, 1989.
http://repositorio.cepal.org/handle/11362/18645. (consultado 11 de
junio de 2021).
 Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, del 18 de
agosto de 2000. República Dominicana.
 S. Morales (2016). Reflexiones jurídicas, políticas y sociales del
entramado ambiental dominicano Funglode. República Dominicana.
 https://es.slideshare.net/enjportal/enj200-derecho-ambiental-
dominicano-andrs-chalas (consultado 12 de jun. de 2021).

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