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Algunas afecciones físicas son muy comunes durante las primeras semanas
posteriores al nacimiento. Si nota alguna de las siguientes afecciones en su bebé,
contacte a su pediatra.
Distensión abdominal
Por lo general, las barrigas de la mayoría de los bebés sobresalen, especialmente
después de una toma abundante. Sin embargo, entre las tomas, deben sentirse
bastante blandas. Si el abdomen de su hijo se siente hinchado y duro, y si no ha
tenido una deposición durante más de uno o dos días, o tiene vómitos, llame a su
pediatra. Es muy probable que el problema se deba a gases o estreñimiento, pero
también podría indicar un problema intestinal más grave.
Tos
Si el bebé toma líquido muy rápido o trata de beber agua por primera vez, es
posible que tosa y escupa un poco; pero este tipo de tos debería detenerse
apenas se ajuste a una rutina de alimentación familiar. También puede estar
relacionada con la fuerza o la rapidez con la que baja la leche de la mamá. Si el
bebé tose continuamente o tiene arcadas rutinariamente durante las tomas,
consulte con el pediatra. Estos síntomas podrían indicar un problema subyacente
en los pulmones o el tracto digestivo.
Llanto excesivo
Todos los recién nacidos lloran, a menudo, sin un motivo aparente. Si se ha
asegurado de que su bebé se alimentó, eructó, se mantiene caliente y tiene un
pañal limpio, probablemente, la mejor táctica es sostenerlo y hablarle o cantarle
hasta que deje de llorar. No puede “consentir” a un bebé de esta edad prestándole
mucha atención. Si esto no funciona, envuélvalo bien en una manta de manera
cómoda.
Marcas de fórceps
Cuando se usan fórceps para brindar ayuda durante un parto, estos pueden dejar
marcas rojas o, incluso, raspados superficiales en la cara y la cabeza de un recién
nacido, en la zona donde el metal ejerció presión sobre la piel. Por lo general,
estos desaparecen en pocos días. A veces, se desarrolla un bulto firme y plano en
una de estas zonas debido a un daño menor en el tejido que se encuentra debajo
de la piel. Sin embargo, esto también suele desaparecer en el término de dos
meses.
Ictericia
Muchos recién nacidos normales y saludables tienen un tinte amarillento en la piel,
que se conoce como ictericia. Esto se debe a una acumulación de una sustancia
química, denominada bilirrubina, en la sangre del niño. Esto ocurre con más
frecuencia cuando el hígado inmaduro aún no ha comenzado a cumplir su función
de eliminar la bilirrubina del torrente sanguíneo en forma eficiente (la bilirrubina se
forma por la descomposición normal de los glóbulos rojos en el cuerpo). Si bien los
bebés suelen tener un caso leve de ictericia, que es inofensivo, la ictericia puede
convertirse en una afección grave si la bilirrubina llega a lo que un pediatra
considera como un nivel muy alto. Aunque la ictericia es bastante tratable, si el
nivel de bilirrubina es muy alto y no es tratado de manera efectiva, en algunos
casos, incluso puede provocar un daño en el sistema nervioso o el cerebro. Es por
eso que la afección debe controlarse y tratarse adecuadamente. La ictericia tiende
a ser más común en los bebés que están en período de lactancia, con más
frecuencia en aquellos que no está tomando el pecho correctamente; las madres
que están amamantando deben dar el pecho, al menos, entre ocho y doce veces
por día, lo que ayudará a producir suficiente leche y a mantener bajos los niveles
de bilirrubina.
Letargo y adormecimiento
Todos los recién nacidos pasan la mayoría del tiempo durmiendo. Siempre que se
despierte cada pocas horas, coma bien, parezca estar contento y esté alerta
durante parte del día, es totalmente normal que duerma el resto del tiempo. Sin
embargo, si rara vez está alerta, no se despierta por sí solo para alimentarse, o
parece estar demasiado cansado o desinteresado en comer, debe consultar con
su pediatra. Este letargo, especialmente si es un cambio repentino en su patrón
habitual, puede ser un síntoma de una enfermedad grave.
Dificultad respiratoria
Es posible que el bebé tarde algunas horas después del nacimiento para formar
un patrón normal de respiración, pero, luego, no debería tener más dificultades. Si
parece estar respirando de una manera inusual, a menudo, esto se debe a un
bloqueo en los conductos nasales. El uso de gotas nasales de solución salina,
seguido del uso de una perilla succionadora, es lo que puede resultar necesario
para solucionar el problema; ambos están disponibles sin receta en todas las
farmacias.
Esta infección ocurre con mayor frecuencia en niños menores de 5 años. Los niños que
tienen problemas en el sistema inmunitario corren mayor riesgo de enfermarse de gravedad.
La infección por salmonela puede causar síntomas tales como los siguientes:
Náuseas
Vómitos
Cólicos o dolores abdominales
Diarrea, a veces con sangre
Fiebre
Dolor de cabeza
Los síntomas suelen aparecer en menos de 2 días después de haber estado expuesto. Por lo
general, desaparecen al cabo de 3 a 7 días.
En ocasiones, la enfermedad se trata con antibióticos. Los síntomas leves desaparecen sin
tratamiento con antibióticos. Los casos más graves o las personas de mayor riesgo necesitan
antibióticos.
Cuidados en el hogar
Siga todas las instrucciones que le haya dado el proveedor de atención médica de su hijo.
Si le da medicamentos a su hijo:
Recuerde que el lavado de manos con agua y jabón y el uso de desinfectante a base
de alcohol es la mejor manera de evitar que se propague la infección.
Lávese las manos antes y después de ocuparse de su hijo enfermo.
Limpie el inodoro o el área donde le cambia los pañales después de cada uso.
Deseche los pañales sucios en un recipiente sellado.
No envíe a su hijo a la guardería hasta que su proveedor de atención médica diga
que ya puede hacerlo.
Enséñele a lavarse las manos después de usar el baño y antes de las comidas. Esto
es muy importante si su hijo va a la guardería.
Asegúrese de que no esté en contacto con las heces de reptiles (tortugas, lagartos e
iguanas), aves, perros y gatos. Lave sus manos con jabón después de tocar reptiles, aves,
pollitos y después de manipular las heces de las mascotas.
Lávese las manos antes y después de preparar la comida. Tenga en cuenta que las
personas con diarrea o vómitos no deberían preparar la comida a los demás.
Lávese las manos después de usar tablas de cortar, encimeras y cuchillos que hayan
estado en contacto con alimentos crudos.
Lave las frutas y verduras antes de pelarlas.
Mantenga las carnes crudas alejadas de los alimentos cocidos y listos para comer.
Lave todos los utensilios de cocina (como las tablas de cortar) después de haberlos
utilizado para los alimentos crudos.
Utilice un termómetro para alimentos al cocinar. Cocine el pollo a 165 °F (74 °C)
como mínimo. Cocine la carne molida (de res o vacuna, de ternera, cerdo, cordero) a
160 °F (71 °C) como mínimo. Cocine la carne fresca de res o vacuna, de ternera, cerdo,
cordero a 145 °F (63 °C) como mínimo.
No le sirva a su hijo huevos crudos o poco cocidos (escalfados o huevos fritos con
la yema algo cruda), ni carne de res o de ave cruda o poco cocida, como tampoco leche o
jugos si pasteurizar.
No ingiera alimentos preparados con leche no pasteurizada.
Si amamanta a su bebé:
Problemas de crecimiento
La mayoría de los niños aumentan de peso a un ritmo constante y crecen rápidamente
durante los primeros años de vida. Pero, en algunos casos, los niños no cumplen con estos
estándares esperados de crecimiento. Cuando esto ocurre, se habla de "problemas de
crecimiento".
Los médicos dicen que los niños tienen "problemas de crecimiento" cuando no aumentan de
peso como debieran. Con frecuencia, estos niños también tienen un bajo crecimiento en
altura.
Son muchas las cosas que pueden causar problemas de crecimiento, como las enfermedades
o los problemas de alimentación. Una vez que los médicos detectan la causa del problema,
pueden trabajar con las familias para ayudar a que el niño vuelva a lograr un patrón de
crecimiento saludable.
Si bien se los reconoce desde hace más de un siglo, los problemas de crecimiento no tienen
una definición clara. En parte, esto se debe a que no son una enfermedad o un trastorno en sí
mismos. Por el contrario, son una señal de que un niño está desnutrido. En general, los niños
que no crecen no reciben o no pueden incorporar, conservar o utilizar las calorías que los
ayudarían a crecer y aumentar lo suficiente de peso.
Los médicos suelen diagnosticar la afección en los bebés y los niños pequeños; un momento
en el cual el desarrollo físico y mental es importante. Después del nacimiento, el cerebro de
los niños crece tanto en el primer año de vida como crecerá durante el resto de la vida del
niño. La mala nutrición durante este período puede tener efectos peligrosos a largo plazo en el
desarrollo del cerebro.
Al llegar a los 4 meses, la mayoría de los bebés duplican el peso con el que nacieron y al año,
lo triplican. Pero los niños que tienen problemas de crecimiento no suelen alcanzar estas
etapas de desarrollo. A veces, un niño que comienza "rellenito" y parece estar creciendo
adecuadamente puede aumentar menos de peso más adelante. Después de un tiempo, el
crecimiento también puede hacerse más lento.
Causas
En el caso del reflujo, el esófago puede irritarse tanto que el niño se niega a comer
por el dolor. La diarrea persistente puede hacer que al organismo le resulte difícil
retener los nutrientes y las calorías de los alimentos. Tanto la fibrosis quística,
como la enfermedad hepática crónica y la enfermedad celíaca causan problemas
en la capacidad que tiene el cuerpo para absorber los nutrientes. Es posible que el
niño coma mucho, pero el cuerpo no absorbe ni retiene lo suficiente de esos
alimentos. Los niños con enfermedad celíaca son alérgicos al gluten, una proteína
presente en el trigo y otros cereales. La respuesta anormal del sistema inmunitario
a esta proteína daña el revestimiento del intestino y este no puede absorber
adecuadamente los nutrientes.
Intolerancia a los alimentos. La intolerancia a los alimentos, que no es lo
mismo que una alergia a los alimentos, significa que el cuerpo es sensible a
determinados alimentos. Por ejemplo, la intolerancia a la proteína de la leche
significa que el cuerpo no puede absorber alimentos con proteínas de la leche,
como el yogur o el queso, y esto podría derivar en problemas de crecimiento.
Una enfermedad o un trastorno continuo. Los niños que tienen
problemas para comer (por ejemplo, debido a que son prematuros o tienen una
fisura palatina) tal vez no ingieran suficientes calorías como para tener un
crecimiento normal. Otras afecciones relacionadas con el corazón, los pulmones o
el sistema endocrino pueden incrementar la cantidad de calorías que necesita un
niño y hacer que sea difícil comer lo suficiente como para cubrir esta necesidad.
Infecciones. Los parásitos, las infecciones del aparato urinario, la
tuberculosis y otras infecciones pueden obligar al cuerpo a usar los nutrientes
rápidamente y reducen el apetito. Esto puede provocar problemas de crecimiento a
corto o largo plazo.
Trastornos metabólicos. Los trastornos metabólicos son afecciones
médicas que hacen que al organismo le resulte difícil descomponer, procesar o
extraer energía de los alimentos. También pueden hacer que un niño coma poco o
vomite.
En otros casos, los médicos no saben con precisión qué es lo que provoca el problema.
Diagnóstico
Muchos bebés atraviesan breves períodos en los cuales su peso se estanca o incluso bajan
un poco de peso. Esto no es inusual. Sin embargo, si un bebé no sube de peso durante 3
meses seguidos durante el primer año de vida, los médicos suelen preocuparse.
Los médicos utilizan tablas de crecimiento para marcar el peso, la altura y la circunferencia de
la cabeza, que se miden en cada examen de rutina. Los niños pueden tener problemas de
crecimiento si caen por debajo de un determinado nivel de peso para su edad o si no suben
de peso al ritmo esperado.
Para determinar si hay un problema, los médicos pedirán una historia clínica detallada del
niño, que incluya el historial de alimentación. Esto ayuda a los médicos a ver si el problema se
puede deber a una falta de alimentación, estrés en el hogar o a problemas de alimentación.
Un nutricionista u otro profesional de la salud también pueden hacer un seguimiento de las
calorías de la dieta de un niño para asegurarse de que esté recibiendo suficientes calorías.
Los médicos podrían solicitar exámenes (como un análisis de orina o un hemograma) para
comprobar si existen problemas médicos de fondo. Si se sospecha que existe un trastorno o
una enfermedad en particular, tal vez el médico ordene otros exámenes para detectar esa
afección.
Tratamiento
El tratamiento para los niños con problemas de crecimiento incluye asegurarse de que el niño
reciba las calorías necesarias para crecer y abordar cualquier problema de alimentación
subyacente. Con frecuencia, esto requiere la ayuda de un equipo de atención, que puede
incluir a los siguientes profesionales:
En general, los niños que tienen problemas de crecimiento pueden recibir tratamiento en el
hogar con visitas médicas regulares. El médico recomendará alimentos con muchas calorías
y, tal vez, le recete al bebé una fórmula hipercalórica. Según los hábitos alimenticios del niño,
el médico puede recomendar que se le ofrezcan alimentos con determinadas texturas,
espaciar las comidas para asegurarse de que el niño tenga hambre, evitar las calorías
"vacías" (como jugos y dulces) y otras estrategias, que dependen de la afección del niño y de
la situación familiar.
En los casos de problemas de crecimiento graves, los niños que no crezcan con el tratamiento
inicial tal vez necesiten alimentación por sonda. En la alimentación por sonda, se coloca un
tubo delgado que va desde la nariz hasta el estómago. A través de la sonda, se ofrece una
nutrición líquida a una velocidad constante, que se suele administrar únicamente por la noche.
El niño puede continuar realizando las actividades cotidianas y comiendo libremente durante
el día. Una vez que comience a recibir más calorías, el niño se sentirá mejor y probablemente
comience a comer más por sí mismo. En este momento, se puede retirar la sonda.
Los niños con problemas de crecimiento extremadamente graves tal vez necesiten recibir
tratamiento en un hospital. Allí, se los alimentará y controlará las 24 horas del día a lo largo de
10 a 14 días (o más), hasta que suban de peso. Después, los síntomas de desnutrición grave
pueden tardar meses en desaparecer.
La duración del tratamiento puede variar. Subir de peso lleva tiempo; por lo tanto, tal vez
pasen algunos meses hasta que el niño regrese al nivel normal. Cuando la afección se debe a
un trastorno o una enfermedad crónica, los niños tal vez deban ser controlados regularmente
en el consultorio médico. En estos casos, el tratamiento puede llevar aún más tiempo; tal vez,
toda la vida.
2. Las otitis
Las otitis son una de las infecciones más frecuentes. Es una infección
generalmente bacteriana, a veces como complicación de un catarro de vías altas,
y que según la edad puede evolucionar bien sin antibiótico o requerir antibiótico.
En el primer año de vida hay que tratarlas con antibiótico. Suelen ser muy
molestas y dolorosas, el bebé se despierta llorando por la noche y no quiere
comer porque le duele el oído al tragar.
3. Las gastroenteritis
Las infecciones de orina deben ser descartadas ante un bebé de menos de uno o
dos años con fiebre sin foco claro. Se realizará una tira reactiva de orina que nos
dará una idea de si tiene infección o no y se recogerá un cultivo de orina antes de
iniciar el tratamiento antibiótico. En algunas ocasiones según la edad del niño y
según su afectación del estado general requieren ingreso hospitalario.
Recién nacidos
Ictericia
Sépsis
Criptorquidia
Dificultad respiratoria
Para que los pulmones logren mantenerse expandidos después del primer llanto
es necesario contar con una sustancia denominada surfactante que se sintetiza
durante las últimas etapas del embarazo. Si no está presente el bebé puede
desarrollar síndrome de dificultad respiratoria, poniendo en riesgo su vida.
Tratamiento: Requiere surfactante y ventilación mecánica, además de cuidados
neonatales.
Lactantes (0 a 1 año)
Cólicos
Estreñimiento
Infección urinaria
Afecta a ambos sexos pero hay una ligera predisposición en los niños menores de
un año. La mala higiene y no cambiar el pañal frecuentemente son factores de
riesgo para que ésta se presente. Los bebés no circuncidados acumulan
secreciones que también contribuyen.
Fibrosis Quística
2. Síndrome de Rett
3. Síndrome de Moebius
5. Síndrome de Aase
8. Piel de Mariposa
En España casi 500 personas viven con esta enfermedad rara de tipo
genético que se detecta nada más nacer. Su diagnóstico es frecuentemente
devastador no sólo para los afectados, sino también para las familias, ya que
es una enfermedad degenerativa que no tiene cura a día de hoy, y las
personas que la padecen deben ir siempre vendados.
Afortunadamente su prevalencia es baja, incluyéndose dentro del grupo de
las “enfermedades raras” (aquellas con una frecuencia menor a 1 caso por
2.000 personas). Según los últimos datos de DEBRA Internacional, se estima
que la incidencia de la enfermedad en todos sus tipos es de 15-19 nacidos
9. Hemofilia
La hemofilia, una enfermedad rara que afecta a niños caracterizada por una
alteración en la coagulación de la sangre causada por un defecto genético,
lo que provoca ausencia o disminución de algunos de los factores de la
coagulación. Según su grado, tiene unas consecuencias más o menos
graves.
Un niño de edad preescolar con DMD puede parecer torpe y puede caerse
con frecuencia. Al poco tiempo, tiene problemas para subir escaleras,
levantarse del suelo o para correr. Al llegar a la edad escolar, el niño
posiblemente camine sobre los dedos o la punta del pie, presentando una
marcha un tanto rodante. Su marcha es insegura y se contonea y puede
caerse con facilidad. Para tratar de mantener su equilibrio, saca su barriga y
empuja los hombros hacia atrás.
Asimismo, tiene dificultad para levantar los brazos. Casi todos los niños con
DMD dejan de caminar entre los 7 y los 12 años de edad. En los años de la
adolescencia, las actividades que involucran los brazos, las piernas o el
tronco requieren de ayuda o de apoyo mecánico.
Los síntomas pueden varían desde debilidad muscular leve, como dificultad
para levantarse de las sillas o para girar en la cama, hasta síntomas graves
como debilidad grave o dificultad para tragar. También pueden aparecer
lesiones, erupciones o cambios en la piel, desde enrojecimiento leve hasta
formación de úlceras graves, principalmente en la cara y las manos.
https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/baby/Paginas/common-
conditions-in-newborns.aspx
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/salud-infantil/problemas-generales-del-reci
%C3%A9n-nacido/introducci%C3%B3n-a-los-problemas-generales-del-reci
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https://www.fairview.org/patient-education/116498ES
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-
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https://kidshealth.org/es/parents/failure-thrive-esp.html
https://www.guiainfantil.com/articulos/salud/enfermedades-
infantiles/enfermedades-mas-comunes-en-bebes-de-0-a-1-ano/
https://www.bbmundo.com/bebes/seis-doce/enfermedades-frecuentes-en-el-
primer-ano-de-vida/
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/13-enfermedades-raras-ninos-que-
manifiestan-primeros-anos-vida