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En la presente generación, la humanidad está desechando toda conciencia del pecado, y

le están adoptando nombres con el fin de que la gente no esté atormentada con el
“sentimiento de culpabilidad”; hoy se promueve fuertemente “el pensamiento positivo”.

La Biblia afirma, que Adán pasó a su descendencia el pecado, pero también les transmitió
la facultad de la conciencia que Dios ha dado.

El pecado ocasiona sentimientos de culpa e intranquilidad, pero el hombre ha ideado


diferentes medios para aliviar esos molestos sentimientos; es posible que en parte lo
logre, sin embargo, no se borra el pecado ni se eluden sus dolorosas consecuencias.

La Biblia, y el original Hebreo nos enseñan que el pecado tiene varios niveles.

Levítico 4:2 Habla de Pecados de Yerro. El Hebreo es: Shaga´ 7686 de la


Concordancia James Strong.
Sig: Descarriarse; desviarse; una falta inadvertida, o por ignorancia, sin intención, sin
querer, o sin estar conciente.

Exodo 34:7 habla de Pecado, y aquí se usa el Hebreo: Kjattaa´ 2402.


Sig: Ofensa; una falta a; errar el blanco; pasar por alto; no acertar; violación a la ley.

Números 14:34 habla de las Iniquidades; y es la palabra Hebrea: 5771 avón


Sig: Iniquidad; perversión; injusticia; maldad; deformar; distorsionar; torcer; transtornar;
erróneo; maltratar; agobiar; actuar perversamente.

Exodo 34:7 expresa acerca de las Rebeliones o Transgresiones, y el Hebreo es:


6588 pésha
Sig: Propasarse; desparramarse; extenderse; pelear; disputar; una revuelta e insurrección
en el ser interno; apostatar; romper; rebelión

Isaías 53:10 Habla de los Traspasos; Hebreo: 817 ashám


Sig: Traspaso; instrusión; violar; abusar de; maltratar; ofender; entrar sin derecho;
desolar; invasión; tratamiento severo; penetrar violentamente en el derecho ajeno;
insurrección o rebelión a través de acciones.

El pecado en cualquiera de sus niveles, es energía, vitalidad de expresión, capacidad


para actuar, poder de ejercitar para mal.

El pecado es energía mal usada y usada con abuso; es energía corrupta, ensuciada, y se
transforma en una fuerza rebelde y poderosa, utilizada en sentido contrario para lo cual
fue dada por Dios al principio.

Sin duda, el pecado, trátese del nivel que sea, genera o acarrea consecuencias dolorosas
para el pecador mismo.

De acuerdo al título de estas notas; estudiemos acerca de las cadenas y consecuencias


que generan la Iniquidades.

“...yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad


(iniquidad- Avon 5771) de los padres sobre los hijos, sobre los
terceros, y sobre los cuartos, a los que me aborrecen”Exo. 20:5
Asi que, Dios visita las iniquidades de los padres sobre cuatro de sus generaciones
futuras.

VISITO Hebreo: 6485 pacád


Sig: Visitar o recordar; sumar; inspeccionar; sentencia; juicio; dañar;
herir; golpear; destruir; consignar; castigar; cárcel.

RECORDAR..... Dios jamás olvida, ni pasa por alto ninguna falta o iniquidad del hombre,
todo está desnudo ante Sus ojos.

Dios recuerda cada una de las iniquidades de cada persona, y que nunca fueron
confesadas y puestas bajo la Sangre de Jesucristo.

Cada detalle de la vida del hombre, está debidamente registrado, archivado, o anotado:
sus pensamientos, palabras, acciones, actitudes, reacciones y sentimientos.... todo, todo
está registrado, nada quedará sin su debido pago; a menos que aprendamos y hagamos
nuestro el recurso que Dios tiene para que esto, no sea así.

Por tanto, los pecados de nuestros antepasados no quedaron en el olvido de Dios cuando
ellos murieron. Esas iniquidades generaron un efecto o consecuencia, que sin duda afectó
a quien las cometió, y también a sus cuatro descendencias futuras.

SUMAR... Cuando hemos nacido en el ámbito físico natural, nacimos encadenados y


atados con la influencia de esos niveles de pecado pendientes. Y a menos que nuestros
padres hayan roto esas cadenas de iniquidad, y de acuerdo a como Dios lo demanda,
entonces tuvimos la oportunidad de nacer sin vernos afectados por las consecuencias de
esas iniquidades de nuestros antepasados.

De otro modo, Dios suma las consecuencias y el pago de esas faltas sobre nuestra vida, y
que cometieron nuestros padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos (cuatro
generaciones).

Si en la actualidad una persona escoge hacer iniquidad, al torcer la verdad de Dios, o


distorsiona y deforma la justicia; o deforma el uso y propósito por el cual fue creado
haciendo cosas contrarias, entonces esa persona estará afectando a sus futuros hijos,
nietos, bisnietos y tataranietos. En lugar de restar, se suma.

INSPECCIONAR, EXAMINAR.
Dios viene a la vida de las personas, inspecciona y examina el corazón; si El ve que nada
se hace por detener la impetuosa corriente o influencia de la iniquidad, si El observa que
nada se hace porque la cadena de maldad sea rota, entonces:

SENTENCIA O DICTA JUICIO..


Dios desea detener ese quebrantamiento de su Ley. Establece que esa falta debe ser
sentenciada o sancionada....¿qué es lo que hace? “

GOLPEAR, HERIR, CASTIGAR...


Esto es lo que Dios hace, a través de adversidades,aflicciones, sufrimientos y pruebas
trata de hacer recordar al hombre su pecado, para que tenga la oportunidad de voltear su
mirada a hacia su Creador, y entonces pueda arrepentirse y convertirse.
¡¡qué importante es aprender a romper y detener las cadenas de la iniquidad, las cuales
son acompañadas de su propia maldición y visitación de parte de Dios!!

“El alma que pecare, esa MORIRA; el hijo no llevará el


pecado del padre (o viceversa) ¡¡cada cual llevará su propio
pecado!! Ezq. 18:20

El alma que pecare, esa MORIRA.

MORIRA Hebreo: 4191 mut


Sig: Morir, ser apagado, insensible, estar desconectado, cadáver,
finado, perecer.

En este sentido, se nos muestra que toda alma que pecare, será extinguida,
desconectada e insensible a Dios; se apagará espiritualmente. En este aspecto cada cual
tendrá sus propias consecuencias, sin embargo, en Exodo 20:5 dice Dios que las
iniquidades de los padres afectarán cuatro de sus descendencias.

A menos que los hijos aprendan y hagan lo que tienen que hacer para romper esas
cadenas de iniquidad, ellos entonces evitarán las consecuencias amargas de esas faltas.

Para que nos demos una idea más real acerca de la gran influencia y consecuencias que
llevan las generaciones presentes, vayamos al principio mismo del hombre, para el cual
Dios tenía un Plan Maestro de perfección y santificación eterna.

“Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están


escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio
del mundo” Ap. 13:8

En la eternidad pasada, menciona este texto, un sacrificio, ¡¡el sacrificio del Hijo de Dios!!
¿cómo fue esto? ¿a qué tipo de sacrificio se refiere? ¿cuál fue el fruto de ese sacrificio?
Veamos un cuadro de ese sacrificio:
“...y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres pase este vaso de mí;
empero no se haga mi voluntad sino la tuya.
Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fue SU SUDOR como
GRANDES GOTAS DE SANGRE que caían hasta la tierra.” Lc. 22:41-44

¿Qué encontramos en el Monte de las Olivas? Encontramos un sacrificio en vida; el


sacrificio que hizo Jesús de Su propia voluntad; fue tan intensa su entrega, que su sudor
eran grandes gotas de sangre.
Lo que sucedió en Gethsemaní, fue en parte, un acto natural físico de lo que aconteció
en la eternidad pasada antes del principio del mundo... ¡¡Jesús el Hijo de Dios se dio en
sacrificio!! Este sacrificio, fue como la gran explosión, el BIG BANG, y de donde brotó la
Sangre, o la materia prima para toda creación.

Ahí se incluye nuestra procedencia

“Y de una Sangre ha hecho todo el linaje de los


hombres, para que habitasen sobre la faz de la tierra; y les
ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la
habitación de ellos.... siendo pues linaje de Dios”
Hch. 17:26-29

¡¡Es fantástico y poderoso nuestro principio u origen... somos la sustancia del Hijo de
Dios... fuimos hechos de Su Sangre!!

Fuimos creados a partir de las grandes gotas de Sangre que brotaron del sacrificio del
Hijo de Dios en la eternidad pasada, antes del principio del mundo. Incluso, Dios nos
escogió en él antes de la fundación del mundo. Ef. 1:4

Todos los seres humanos, somos hermanos por creación, tuvimos un mismo principio,
fuimos hechos de una misma sustancia, la sustancia de la Sangre de Jesucristo.

Cuando hemos venido al conocimiento del Evangelio, y aceptamos a Jesús como nuestro
Salvador, entonces llegamos a ser doblemente hermanos; hermanos por creación y
hermanos por redención.

En parte, por esa razón Jesús vino y murió, dio su vida para redimir a Sus criaturas, su
propia sustancia. Es por ello, que Dios tiene una gran paciencia para con el hombre
pecador, desea que ellos sean redimidos.

Lo primero, que Dios creó de cada ser humano, fue el singular Plan Maestro para cada
persona, y hoy asentado en parte, en el ADN ó Código Genético. Ese Plan Maestro,
enseguida fue envuelto por el espíritu que Dios creó para cada individuo y el cual contenía
un corazón espiritual y una voluntad; luego el espíritu fue cubierto por un alma.

Hasta aquí, éramos como una semilla, o un embrión, y que en el periodo llamado tiempo,
obtendríamos una cubierta exterior, llamada: cuerpo. Hoy no alcanzamos a comprender,
sin embargo, en la eternidad pasada Dios nos puso o estableció en el Monte de la
Santidad (ahí no teníamos un cuerpo físico, sin embargo teníamos una gran capacidad
para pensar, razonar, y también de elegir o escoger).

La Biblia afirma, que éramos “Piedras de Fuego” Ezeq. 28:14 1 Pe. 2:5

En esa condición que teníamos, y en ese lugar; Lucero (hoy Lucifer) el Querubín, grande
y cubridor, se paseaba o se movía dentro de la voluntad de Dios, Sin embargó, un día se
llenó de “iniquidad” Ezeq. 28:16, se rebeló contra Dios, e inició su campaña de
contrataciones para que le siguieran a él.

Habló a aquellas piedras de fuego, les invitó a seguirle y se unieran a la guerra que había
declarado contra el Altísimo. Muchas de las piedras de fuego le siguieron otras nó.

Aunque no se poseía un cuerpo físico, sin embargo, ya se tenía una capacidad de


elección o escogimiento. Además una gran cantidad de ángeles lo proclamaron como su
líder. Dios entonces, ya tenía listo un Plan de Redención. Del polvo de la tierra, formó un
cuerpo físico para que en él fuera depositada la semilla de vida llamada Adám. Sopló
aliento de vida sobre él, y llegó a ser un alma viviente, enseguida Dios puso en los lomos
procreativos de Adám todas las semillas o piedras de fuego que contenían el germen de
vida de las generaciones futuras.
Lucifer deseaba echar a perder el Plan Maestro de Dios, y buscó oportunidades para que
Adám, hombre y mujer, abrieran sus voluntades al pecado, y lo logró. Entonces él puso en
los lomos procreativos de Adám, las semillas que se habían corrompido a causa de su
mal escogimiento en el Monte de la Santidad; de esta manera llegaron a contaminarse
aún las semillas que Dios había depositado en los lomos de Adám.

Debido a esta influencia, todas las semillas o piedras de fuego apoyamos el pecado de
Adám, y de esta forma “todos llegamos a pecar”.

“Por cuanto todos pecaron...” Ro. 3:23

Este hecho, no lo logramos entender ahora, pues cuando nacimos físicamente vino como
un velo a los ojos del entendimiento, y hoy vemos oscuramente. 1 Co. 13:12 Esa
información está sepultada en nuestro inconciente...¡¡un día Dios la mostrará!!

Pues bien, ahí en el Huerto del Edén, ya estábamos contaminados, y destinados a ser
visitados por el juicio de Dios, ya que él visita la iniquidad de los padres, hasta la tercera y
cuarta generación.

Al menos hasta aquí sabemos que el inicio de nuestro Árbol Genealógico estuvo en
Adám... Pero ¿y después de ahí? ¿por cual rama del Árbol venimos? ¿Por cuál de los
hijos de Adám tuvimos que viajar, acaso por Seth, o quizás por el iracundo y asesino
Caín?

Solo Dios tiene el conocimiento exacto de ello, por ahora es un secreto, y quizás un día
nos sea mostrado. Pero de lo que sí podemos tener la seguridad, es que viajamos a
través de los lomos procreativos de ¡¡NOE!! En el diluvio, ninguna otra línea genealógica
quedó con vida, solo la vida de Noé. Entonces, tenemos la seguridad de que por espacio
de un año, estuvimos en el arca que construyó Noé.

Ahí estuvimos en los lomos procreativos de uno de los hijos de Noé, no pudo ser de otra
manera, así que toda la humanidad presente procede de solo tres ramas del árbol
genealógico, ellas se llaman: Sem; Cham; y Japhet.

Hoy, solo podemos hacer memoria si acaso de pocas de las más recientes generaciones
pasadas de donde procedemos; es seguro que tengamos noticias de unas cuatro o cinco
generaciones ancestrales, pero ...¿mas atrás, que hubo? ¿Quiénes fueron nuestros
antepasados hace quinientos, ochocientos, mil ó dos mil años atrás?
¡¡NO LO SABEMOS!!

¿Acaso somos descendientes de la línea genealógica de Abraham, el padre de la fe; o de


la línea de José el soñador; o posiblemente viajamos por los lomos procreativos de
Moisés; o de Josué el conquistador; o del fornido y poderoso Samsón; o del profeta
Samuel; del rey cantor David; o del rico Salomón; o quizás del profeta llorón. Todas estas
probabilidades pudieran ser una realidad en relación a nuestro origen; pero también hay
probabilidades que hayamos viajado por los lomos procreativos de otros hombres menos
virtuosos.

¿Acaso somos descendientes de Balaam el iracundo; de Goliat el terrorista y provocador;


del carnal y mundano Lot; o del blasfemo y necio Faraón egipcio; o de Saúl quien se tomó
atribuciones que Dios no le había asignado; o del rebelde Absalóm, hijo de David; o de
algunos de los malos reyes de Israel; o del traidor Judas?
La Biblia menciona a gentes que se caracterizaron por ser hechiceros; adúlteros;
invocadores de espíritus; borrachos; homicidas; ladrones; endemoniados; degenerados
sexuales; avaros; crueles; anticristos declarados; etc.

¿Hay alguna fuente veraz, que nos asegure que no viajamos por los lomos procreativos
de algunos de ellos? ¿Cuál ha sido nuestra línea ancestral después de Noé y sus hijos?
¿Quiénes fueron nuestros antepasados? ¡¡NO LO SABEMOS!!

Las CADENAS DE INIQUIDAD son muy largas yá; hay cadenas que no serán rotas, y las
generaciones que atan esas cadenas terminarán en el Lago de Fuego. Dentro del mundo
espiritual de las tinieblas, hay espíritus asignados para impedir que esas cadenas se
rompan; buscan que las nuevas generaciones sean idénticas a las pasadas, tengan su
misma conducta; hábitos; costumbres, actitudes y acciones de iniquidad.

Esos espíritus buscan que las generaciones vivan bajo la maldición de Dios y su juicio.
Cuando estos demonios y espíritus ven que no hay forma de ganar la batalla a los padres
(ahora cristianos), entonces van contra los hijos, los inducen para que hagan iniquidad,
deformen los principios de la verdad y santidad de Dios; distorsionen los principios de lo
que es justo; etc. y entonces ellos sean un eslabón para una nueva cadena de iniquidad.

Tanto padres como hijos deben ser instruidos a cómo romper esas cadenas de iniquidad;
en muchos casos, no basta el hecho de Aceptar a cristo como Salvador para que
definitivamente sean rotas esas cadenas.

Vemos casos en que los mismos creyentes no pueden librarse o alejarse de ciertos vicios;
hábitos o aspectos malos de conducta, y aunque es verdad, que todo creyente aún
manifiesta las obras de la carne en su propia vida. (Gá. 5:19-21), sin embargo, es
necesario que a través de la oración se rompan esas cadenas e influencias de iniquidad.

¡¡Qué importante es buscar consagrarnos cada vez más a Dios!!


¡¡Qué importante es buscar la prosperidad espiritual de los hijos!!

Si no lo hacemos, se incrementan los riesgos de ser presas o víctimas de esos espíritus,


los cuales promueven una influencia hacia las obras de iniquidad.
La oración, la Palabra de Dios; la Sangre de Jesucristo; la alabanza y adoración; y otros,
son los recursos que Dios nos dá para nuestra protección. Recordemos: somos la
sustancia del Hijo de Dios; fuimos hechos de Su Sangre.

EL Plan de Dios para la vida del hombre, es reintegrarlo a Su reino eterno y santo.
Es verdad que las generaciones, y aún muchos cristianos están sufriendo a causa de los
pecados e iniquidades de sus antepasados, es necesario enseñarles como romper esas
cadenas; Dios tiene instrucciones específicas para cada caso, y si no se siguen las
indicaciones al pie de la letra, entonces no habrá liberación de las consecuencias e
influencias de las iniquidades y pecados de los ancestros. Nm. 14:34

Dios cumple Su Palabra de visitar la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación; esto no sucederá si se hace como Dios dice para romper
esas cadenas. Dios desea tener un pueblo libre, que esté liberado de esas cadenas y de
la influencia de esos espíritus.
De esto surgirá una generación de cristianos verdaderamente vencedores, que en su ser
interno fluyan y corran las frescuras de las aguas del Espíritu y de la Palabra de Dios.

Si somos realistas, encontraremos a pocos cristianos que de verdad están viviendo una
vida de vencedor; son pocos los que experimentan esos ríos de Agua Viva en su vida
diaria.... en parte ¿a qué se debe?

En muchos casos, se debe precisamente a este problema “aún están encadenados en


alguna forma a los pecados de sus antepasados” y son acosados y presionados por esa
influencia promovida por espíritus inicuos

Necesitamos por medio de Dios, ser el inicio de una nueva cadena, ya no atada a la
iniquidad, sino en la verdad.

Necesitamos ayudar a otros a hacer lo mismo; somos muy valiosos a los ojos de Dios,
pues somos sustancia de su Hijo; y si a veces el Padre Celestial viene y aplica un
correctivo a la humanidad, es porque a través de ello está hablando al hombre para que
se arrepienta y se reconcilie con él. Dios aún sigue hablando; pero también sigue
visitando la iniquidad de los padres sobre los hijos; y claro, también visita la iniquidad
propia, o de cada uno. Sal. 38: 4

Así entonces, ya sea a través de las iniquidades de nuestros padres o las propias; es
posible que la santidad, la verdad, la justicia, y lo que es santo, se haya deformado, o
distorsionado al haber practicado, o participado, en: amuletos; lectura de cartas;
talismanes; asistencia a centros espiritualistas; juramentos espirituales no cristianos;
limpias con ramas o huevos; mandas religiosas; consulta de los horóscopos; abortos;
caso de adulterios; magia o brujería; persistente crueldad sentimental o física; práctica
constante de la injusticia (1 Jn. 5:17); robos; hacer engaño; etc. Os. 7:1 Ezeq. 33:15

Ahora veamos el Consejo de Dios para ROMPER LAS CADENAS DE LA INIQUIDAD que
atan a los pecados de los familiares antepasados.

“Y confesarán su iniquidad (personal), y la iniquidad de sus padres, por su


prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron
conmigo en oposición.”Lv. 26:40
“y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres..”
Nh. 9:2

Este es el mandamiento de Dios para este caso....¡¡confesar nuestro pecado, nuestra


iniquidad, y la iniquidad de nuestros padres o antepasados!!
Este es el Consejo de Dios. Vemos en Levítico 26, como Dios a causa de las iniquidades,
envió juicio; hirió, maltrató al pueblo de Israel, puso en desierto sus ciudades y asoló los
santuarios idólatras; esparció al pueblo de Israel; hizo que tropezaran unos con los otros;
Dios mismo se hizo enemigo de Israel...

Y todo fue por causa de la iniquidad, del distorsionar y torcer Su ley, la deformaron y la
torcieron. Dios había predicho que enviaría todas estas cosas si ellos abrazaban la
iniquidad; pero ¿qué dijo Dios que hicieran si ellos deseaban arrepentirse y librarse de las
consecuencias dolorosas? Dios dijo: “Confiesen su propia iniquidad, y la iniquidad de sus
padres”, no dijo “arrepiéntanse por ellos”, solo dijo: “confiesen las iniquidades de ellos.
Es posible, que nuestros ancestros en su ignorancia hicieron juramentos involucrando sus
vidas y quizás las nuestras en el ámbito de la iniquidad, de las cosas torcidas y
deformadas con relación a la verdad.
Posiblemente hicieron prácticas de cosas abominables a los ojos de Dios; quizás nos
llevaron a centros espiritualistas, o estuvieron involucrados en limpias y brujería;
posiblemente eran consultores de los horóscopos; o eran dados a poseer todo tipo de
amuletos; bien pudieron ser aficionados a la magia o tomaron parte en un asesinato o
asalto; o cometieron adulterio. Todo esto y otras cosas más generan iniquidad.
Lo primero que tenemos que hacer para romper las cadenas de la iniquidad, es que
personalmente confesemos, renunciemos, y pidamos perdón por las iniquidades, por
haber participado o practicado ello. Quizás hicimos juramentos, tales como: “pero juro que
me las vas a pagar” “nunca lo voy a perdonar” etc. Aquí también es necesario renunciar y
pedir perdón a Dios.
Si no hubiere nada de esto en nuestra vida, entonces aún así debemos confesar las
iniquidades de nuestros padres.
La palabra Hebrea para CONFESAR, es: Yadá 3034.
Sig: Confesar, denunciar, publicar, lanzar, lamentar, alabanza,
exaltar, glorificar, tirar, declarar.
Este tipo de confesión nos dá la idea de una confesión, una denuncia, y publicación de la
iniquidades ante Dios, pero a la vez debe hacerse en medio de una exaltación a la
naturaleza o nombre del Señor. Debe hacerse en medio de alabanza y adoración.
Ejemplos de este tipo de Confesión, los encontramos en Nehemías capítulo 9, y en Daniel
capítulo 9. En estos capítulos encontramos primero, un reconocimiento a la grandeza de
Dios; a Su poder creativo; se hace una narración de las obras que el Altísimo hizo desde
Abraham, hasta la posesión de la tierra de Canaán; luego se confiesa la dureza de los
antepasados, de su soberbia y rebelión; enseguida exalta la naturaleza perdonadora,
clemente y piadosa del creador, etc. etc.
Así que, por medio de la fe, y con convicción confesemos los pecados e iniquidades
propias; y luego las de nuestros padres, y pidamos a Dios rompa las cadenas que nos
atan al castigo e influencias de los pecados de nuestros cercanos y lejanos antepasados.
Hagamos una ORACION similar a la siguiente:

“Señor mi Dios, Tú eres mi creador, el dueño de mi vida, Aquel que me formó de la


Sangre de Jesucristo; en tu grandeza creaste los cielos y la tierra para nuestra feliz
supervivencia... pero hemos pecado contra Ti, hemos cometido iniquidad, somos
culpables de torcer y deformar la verdad en muchas maneras.... Pero hoy confieso mi
pecado y el pecado de mis padres, de mis antepasados; te hemos ofendido, perdona
nuestras iniquidades, te hemos cambiado por aquello que no es Dios, cubre mis pecados
e iniquidades con la Sangre de tu Hijo..... y ahora: ¡¡ en el nombre de Jesús... rompe en mi
vida, esas cadenas de iniquidad!! Ahuyenta para siempre esos espíritus que me han
encadenado a las iniquidades de mis padres; quiero ser libre en este momento de las
influencias y consecuencias de esos pecados. Quiero ser el inicio de una nueva cadena,
que me ate solo a tu verdad. ¡¡Gracias, te alabo y te adoro porque ya lo hiciste, ayúdame
a conservar para siempre esta bendición!! Amén

Si hemos hecho esta confesión, no importa ahora, cual haya sido la línea de nuestro árbol
genealógico por donde hayamos viajado; lo que cuenta, es lo que acabamos de hacer:
confesamos los pecados e iniquidades propias y las de nuestros padres. Ya han sido
rotas las cadenas y ahora somos libres; enseñemos esto a los hijos y llevémoslos a
romper sus cadenas, entonces gozaremos de mejores oportunidades de vida.
¡¡Esto detendrá la visitación de Dios y su pago por las iniquidades!!
Algunas otras consecuencias generadas por la iniquidad (Avon-5771)
Sal. 38:4 Mis iniquidades... como carga pesada se han agravado sobre mí.

Esd. 9:6-7 Entregados en manos de los enemigos, a cuchillo; a cautiverio, a robo y


confusión (por causa de las iniquidades)

Nm. 14:34 Llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por día.

Ezeq. 4:17 Les faltará pan y agua... por su iniquidad.

Mt. 24:12 Por causa de la iniquidad, el amor o caridad de muchos se enfriará.

Ezeq. 18:30 Convertíos y volvéos de todas vuestras iniquidades, y no os será la iniquidad


causa de ruina.
. ...mas los
pecadores
en su
pecado
serán presos
Prov. 11:6

involucrarse
con practicas
serpentinas,
que deforman
y tuercen la
verdad,
generan
iniquidad

Hijo de tigre,
pintito....de
tal palo, tal
astilla... tal es
la madre, tal
es la hija.
Ezq. 16:44

Si no se
rompen las
cadenas, se
incrementa
el riesgo de
malos
hábitos

Somos
descendientes
de Noé... y
estuvimos en
el Arca durante
el diluvio.

El pecado en
cualquiera
de sus
niveles
acarrea la
muerte
espiritual,
desconecta
de Dios.

Nada hay
oculto, que
no haya de
saberse

que visito la maldad de


los padres sobre los hijos,
sobre los terceros y sobre
los cuartos a los
que me aborrecen”
Exo. 20:5
LA INIQUIDAD
2 EL CONFLITO ENTRE LAS DOS SIMIENTES

1. La iniquidad es el cuerpo del pecado

Es la semilla diabólica engendrada en el espíritu del hombre y que va


a determinar la actividad pecaminosa de este durante su vida.

2. Hay dos simientes que están en continuo conflicto una con la otra:
Génesis 3:15

3. ¿Qué son estas dos simientes?

Son dos naturalezas (una diabólica y una divina; JESUS). En la


simiente de Jesús se encuentra la promesa que Dios le hiciera a
Abraham: Gálatas 3:16
Proceso: Venimos a Cristo a través de la conversión y nos
bautizamos y somos engendrados en nuestro espíritu de esta simiente
divina. Aquí es que comienza una batalla, un conflicto interno en
nosotros entre la llamada carne y la semilla de vida que acaba de ser
engendrada en nosotros. La carne va a querer prevalecer y va a ser
alimentada a través de la iniquidad; y la vida de Cristo va a luchar
contra ella destruyéndola y llevándonos a vivir por el espíritu. Van a
estar en continuo conflicto hasta que una de las dos muera.

4. ¿Qué es la carne?

Es la estructura (la forma) de maldad que a través de la iniquidad en


nosotros, el diablo edifico (construyo) en nuestra alma, para torcernos
el camino de Dios.
Desde que nacemos la iniquidad (que ha sido implantada en nosotros)
empieza a contaminar nuestro corazón, pensamientos y el concepto
de quienes somos, etc.
La carne entonces es una estructura en nuestra formación interna
como criaturas caídas donde toda la herencia de iniquidad va a ser
vertida en nosotros para que se cumplan los diseños del diablo y no
los de Dios.
¿Cuál es el propósito? Llevarnos a vivir una vida en total
independencia de Dios, desviarnos de la justicia divina, para que
vivamos con una conducta de personas caídas y no como seres
redimidos por Dios.

5. David reconoce esta condición interna después de caer en adulterio


con Betsabe Salmo 58:1-3

6. Aquí vemos como la revelación le hace diferenciar entre iniquidad,


rebelión y pecado. Salmo 51:1-6

“ten piedad de mi oh Dios, conforme a tu misericordia borra ms


rebeliones. Lávame más y más de mi iniquidad, y límpiame de mi
pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado esta siempre
delante de mi. Contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de
tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por
puro en tu juicio. He aquí en iniquidad he sido formado y en pecado
me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo y en
lo secreto me has hecho comprender sabiduría.”
Podemos ver claramente como la iniquidad es implantada desde el
nacimiento y si no la quitamos de nuestro ser va a trabajar
continuamente alimentando nuestra vida de la carne hasta llevarnos a
cometer los pecados, enemistándonos así con Dios y trayendo la
muerte a nuestras vidas.

7. ¿Cómo nos afecta la iniquidad?

 Nutre nuestra carne y le da forma en nuestro corazón y


pensamientos para llevarnos a desear lo que después se convertirá en
pecado, la nutre poder para pecar.

 Se manifiesta en la vida del alma y forma en nosotros velos que


impiden el desarrollo de una vida espiritual efectiva.

 Trabaja como una fuerza que nos lleva a permanecer dependiendo


de nuestros propios pensamientos y de nuestros propios deseos que
de Dios. Te deja en el terreno de la mente y el corazón y no puedes
desarrollar el espíritu.

 Tendrá un crecimiento lento, manifestara negativismo, y su fe será


unos días alta y otras bajas.

 Siempre expresara sentimientos de culpa y se esforzara por quitarle


la paz y llenarlo de temores, inseguidades, indecisiones y muerte.

8. La carne es la obra manifiesta de la iniquidad. Gálatas 5: 19-21

“Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,


inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,
orgias, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales, os amonesto
como ya lo he dicho antes, que los que practican tales cosas NO
HEREDARAN EL REINO DE DIOS”
ASI QUE LOS FRUTOS SON LA EVIDENCIA EXTERNA DE
NUESTRA VIDA INTERIOR. Nuestros hábitos y nuestros paradigmas
controlan nuestra vida, y solo el poder del Espíritu Santo puede
destruirla. Ej. Adictas… Vienen a Cristo, un programa tratan el fruto
que es la adicción pero no tratan la raíz que es lo que las llevo a la
adicción, dejan de consumir pero no trabajaron con el dolor, rencor o
rebelión que los llevaron a evadirse, así que inevitablemente la
iniquidad lo va a llevar a otras formas de evasión pecaminosa. Va a
cambiar un hábito por otro hábito. LA RAZON: TIENE ESCRITO Y
GRABADO EN EL CORAZON: “TIENES QUE EVADIRTE, NO
SOPORTAS EL DOLOR” Esta es la razón por la que hay tanta
frustración, condenación e hipocresía en las iglesias.

9. La iglesia tiene que ser libre de la iniquidad para que pueda caminar
el la Gloria que Dios nos prometió.

10. Tenemos que aprender a caminar en el Espíritu.

Esto NO es ir todos los días a la iglesia, ni saberse la Biblia de


memoria. Tiene que ver con desarrollar cada parte de nuestro ser
espiritual, caminar totalmente guiado por el Espíritu de Dios, es la
manifestación visible de
Cristo en nosotros y la total destrucción del cuerpo del pecado en
nosotros que es la iniquidad.
ESTO SOLO SE LOGRA ENTENDIENDO LA VIDA DEL ESPIRITU Y
PASANDO TIEMPO DE INTIMIDAD CON DIOS.

11. Dios quiere ensenarnos a vivir y disfrutar de una vida llena de su


plenitud y para eso tenemos que matar la carne y vivir en el espíritu.
Galatas 5:24 “Pero los que SON de Cristo HAN CRUCIFICADO la
carne con sus pasiones y deseos”

12. Veamos algo poderoso en Romanos 8: 1Y2 “Ahora, pues, ninguna


condenación hay en Cristo Jesus, para los que no andan conforme a
la carne sino conforme al espíritu. Porque LA LEY DEL ESPIRITU DE
VIDA en Cristo Jesús me ha librado de la LEY DEL PECADO Y DE LA
MUERTE”

13. En este pasaje Dios aclara que no hay condenación alguna, para
los que andan conforme al espíritu. No es el que dice Señor, Señor,
sino los que han clavado en la cruz el pecado y viven la vida del
espíritu.

14. El apóstol menciona dos leyes que se oponen entre si: La ley del
espíritu de vida que es gobernada por Cristo a través de una vida
espiritual; y la ley del pecado y de la muerte dirigida por el diablo a
través de la iniquidad.

15. El cristiano carnal no es que no ame a Dios, sino que no ha


matado sus deseos y pasiones que lo van a llevar constantemente a
vivir una vida de pecado, AUNQUE QUIERA llevar una vida espiritual.

16. Señales de una persona espiritual

 Esta satisfecho con lo que Dios tiene para el

 Sabe que su función es SER no Hacer

 Tiene corazón de siervo y no desea el poder


 Sabe que lo importante es hacer la voluntad de Dios, aunque
implique perderlo todo aquí en la tierra para ganarlo todo en el cielo

 Sabe que los designios de la carne son enemistad con Dios, porque
no se sujetan a la ley de Dios ni tampoco pueden

 Conoce que el SER del espíritu implica un camino, una forma de


vivir y actuar, con objetivos muy diferentes a los de este mundo

 Vive dependiendo de Dios para todo

 Vive una relación con Dios, no una religión

Estudio sacado del libro “La Iniquidad”


Autora: Ana Méndez NV010

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