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PABLO GARAY - DOCTOR OF INTERNATIONAL LAW


医生 帕布罗 格雷 - 国际法 医生
DISCUTIR ALGO QUE ESTÁ FUERA DE DISCUSIÓN
Diferendo sobre la Plataforma Continental Submarina Chile-Argentina 2021

La controversia sobre la publicación de parte de Chile de la Carta Náutica N° 8


dejó a Argentina en una crisis diplomática y colocó al tema en la agenda pública.
Es algo inaudito que a días de las elecciones PASO, impacta como un golpe oculto
que no se ve, aunque de efectos terribles para la soberanía del país.
De parte de Chile, si se escudriña la cuestión desde los medios trasandinos ven la
cuestión como algo que tiene factores de soberanía: los campos de hielos sur, las
fuentes de agua en la cordillera sur, plataforma continental y se suma por último algo
no reconocido oficialmente, y nombrado como una realidad clara y concisa por el ex
Canciller Ignacio Walker.
Si algo tiene Chile en su diplomacia es que pueden tener voces disímiles, la amplia
mayoría de diplomáticos cuentan con gran profesionalismo, y lo mas notable es que
ellos van con un paso mas bien pausado aunque siempre sólido.
Para prueba de ello solo resta ver el diferendo de Salida al Mar de Bolivia-Chile,
resuelto favorablemente para Chile en el 2018, el diferendo del Mar entre Chile-Peru
resuelto con ventajas para Chile en 2014, o el tristemente recordado diferendo con
Argentina resuelto mediante una “mediación papal” que fue extremadamente
perjudicial para Argentina, y Chile salió victorioso en el 1978. Es recordado el rol
entreguista y anti-patriótico jugado por el deplorable Canciller Dante Caputo (1983-
1989), quien en un debate televisivo conducido por Bernanrdo Neustadt, días antes de
la votación en el plebiscito por el SI o NO de 1984, movilizó a la población con
premisas falsas y auto-titulándose de intelectual salvador de la situación, y
amedrentando a todo el pueblo con la imagen que si no se votaba lo que era su
decisión, Argentina iría la guerra nuevamente. En síntesis su posición extorsiva y de
entrega de territorio fue clara: “o regalan el Canal de Beagle, las Islas Malvinas, el
Atlántico Sur, y la Proyección Antártica, como digo yo, o tendrán otra Guerra de
Malvinas”. Las consecuencias de haber escuchado a ese encantador de serpientes e
ilusionista Dante Caputo, las padecemos hasta el día de hoy; y las padeceremos por
centurias.
Argentina tiene varios elementos para defenderse del embate diplomático de Chile.
Los mas importantes son el principio bi-oceánico, la Convención de Derecho del Mar
de Montego Bay (1982), El Tratado de Paz y Amistad (1984), la aprobación por
Naciones Unidas de las Cartas Náuticas y planos de la pretensión Argentina sobre la
Plataforma Continental Submarina de 2009, ratificadas en 2014 y 2016,  Ley Nacional
27.557, aprobada por unanimidad el 4 de Agosto de 2020 en ambas Cámaras del
Congreso Nacional y promulgada por el Poder Ejecutivo el 24 de Agosto del mismo
año. Dicha ley simplemente recoge en norma interna la oportuna presentación
realizada por el Gobierno argentino sobre dicha área ante la Comisión de Límites de
la Plataforma Continental (CLPC).
La Cancillería Argentina obró de modo correcto, y realizó una queja, y a la vez
argumentó que Chile no impugnó ni la presentación ni la decisión de la Comisión
(CLPC), también criticó que la medida intentada por Chile busca apropiarse de parte
de la plataforma continental argentina y de una extensa área de lecho marino y
océano, espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad de
acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar.
PERDER TERRITORIO
Ahora lo importante es también evaluar las voces que abogan porque Argentina
pierda territorio y además que pierda algo que es un capital muy difícil de construir

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en Derecho Internacional y en Relaciones Internacionales, que es el respeto y la
sensación de contundencia y solidez.
De parte de Chile, argumentan que en el año 2009 ellos elevaron una nota de Queja
Diplomática, sobre la pretensión Argentina, también sostienen que el Tratado de
Entrega y Humillación firmado en 1984, no especifica las delimitaciones alrededor de
las islas Diego Ramírez, y es precisamente desde allí es de donde quiere Chile
proyectar una “plataforma continental submarina”. Asimismo aceptemos la astucia de
Chile que expresa que Argentina “confunde” la Zona Económica Exclusiva con la
Plataforma Continental. Y esto denota una famosa “crítica” a la formación académica
y capacidad intelectual de la diplomacia argentina. Esto es algo para reflexionar y
corregir, puesto que Argentina ha tenido fallas a lo largo de la historia.
Sobre las fallas de la diplomacia argentina, también corresponde tener autocrítica.
Han sido diversas oportunidades en las que Argentina tuvo todo para ganar, y sin
embargo perdió. Argentina lo hizo en 1978, en 1982 mediante la vía diplomática.
Ahora en el Derecho Internacional y la Política Internacional han sido varias
oportunidades en las que los países recuperaron territorios o han ganado contiendas.
Un caso simbólico y reciente es como Rusia recuperó la Península de Crimea en 2014.
Lo hizo mediante fuerza de ocupación militar acompañada de una gran astucia
diplomática y un acompañamiento político interno a su política exterior.
ACTUALIDAD ARGENTINA
Hoy se ve como en Chile no creen que sea plausible y hasta tornan inverosímil la
posibilidad que Argentina acuda a la Corte Internacional de Justicia de La Haya en
busca de solucionar un diferendo, ya sea por soberbia o desprecio a nuestras
aptitudes.
Igualmente en Chile consideran que la posición argentina está basada en un error
de concepción, que argentina confunde dos conceptos y que además y un ex-canciller
chileno habla sobre la situación como una “diferencia de apreciaciones”.
Y con una técnica de mantener el mismo tono discursivo y argumentativo,
sostienen que esa “pretensión” de Plataforma Continental Submarina de Argentina -la
que fuere aprobada por Naciones Unidas- es solo una expresión de deseos y que “no
es oponible a ellos”.
Hoy nuevamente Argentina está en condiciones de defenderse, y de ganar esta
contienda, ya sea por medios diplomáticos, como la retaliation, o un gran operativo de
Relaciones Internacionales con países con los que existe un buen diálogo.
Lo que sí es imprescindible comprender es que debemos alejarnos de encantadores
que seduzcan nuestras posiciones para que se pierda soberanía, evadir a los auto-
titulados intelectuales y eruditos, que son solo entreguistas de territorio, o bien de los
que trabaje sobre que si no se entrega esa porción de territorio como ellos propugnan
devendrá la guerra. Toda esa mala experiencia ya la sufrimos en 1984.
A la vez hoy con mas medios de comunicación y tecnología es importante utilizar
estas herramientas y comprender los argumentos, las estrategias y el camino al que
nos quiere llevar Chile. Ya lo hizo una vez, nos engañó con una “mediación” que
conforme sus expresiones iría a ser imparcial, y que de imparcial no tuvo nada.
Es hora de elevar este debate a la opinión pública y prestar atención a como se va
gestando este diferendo, que por seguro durará meses. Y el desenlace dependerá que
Argentina no caiga dos veces en el mismo error.

Dr. Pablo Garay


DOCTOR OF INTERNATIONAL LAW

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