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PROMESAS DE JESÚS

*La promesa de la autoridad delegada

«He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo,
y nada os dañará» (Lucas 10.19).
Consideremos esta promesa desde una perspectiva séxtuple.
1.- La fuente de la promesa. «He aquí [yo] os […]»
El valor de cualquier promesa es directamente proporcional a la autoridad de la persona que la
hace, en este caso se trata del Hijo de Dios.
2.- La seguridad de la promesa. «Os doy […].»
3.- El don de la promesa. «Os doy potestad […]»
El enemigo tiene poder y capacidad («fuerza») y el creyente derecho de actuación
(«potestad»), es decir autoridad delegada.
4.- La oposición a la promesa.
Resumida en «Serpientes», «escorpiones» y «el enemigo» (áspid. Sal 91:13. Uno de los
mejores salmos de guerra espiritual) El enemigo es el diablo, en singular, los demás
adversarios son una extensión de su poder maligno. La relación entre las serpientes y los
escorpiones con el enemigo en este versículo es un anticipo de Efesios 6.10–12.
5.- El ámbito de la promesa. «Os doy potestad sobre toda fuerza del enemigo». «Os he enviado
para que continuéis mi ministerio redentor. El enemigo se opondrá a vosotros, pero cuando lo
haga, sabed que os he dado plena autoridad sobre todo su poder, el cual lanzará sin duda en
vuestra contra».
6.- La consolación de la promesa. «Y nada os dañará». . ¿Es eso cierto? Sí y no.
No porque todos los hijos de Dios que han hecho y hacen frente al enemigo han sido y son
heridos por él, y en ocasiones de un modo muy doloroso. Ej.: Pablo
Sí, porque en nuestra lucha podemos ser «derribados, pero no destruidos» (2 Corintios 4.8, 9).
«Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Romanos 8.37). « [Dios] nos
lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús» (2 Corintios 2.14).
Cristo nos ha dado «poder defensivo» al igual que «autoridad ofensiva».(Matthew Henry )

Ministerio de liberación registrado en los Hechos de los Apóstoles.


1.- El diablo trata de detener la acción evangelizadora del pueblo de Dios.
Hch. 4:1-4.- Los apóstoles son juzgados por todo el Sanedrín o concilio judío (5.21, 27), los
azotan y reciben la orden de que «no [hablen] en el nombre de Jesús»
Ellos desobedecen la orden de callar y el diablo sufre su primera derrota registrada en Hechos.
2.- Satanás intenta contaminar la vida espiritual de los miembros de la iglesia.
Satanás trata de conseguir poder sobre la iglesia corrompiendo la vida de una de sus familias
destacadas. (Ananías y Safira). La estrategia del diablo fracasa, gracias a la intervención directa
de Dios. El diablo sufre su segunda derrota.
3.- Satanás intenta dividir a la congregación.
El contexto es el crecimiento cada vez más explosivo de la iglesia primitiva. Satanás quiere
producir fracasos por medio de los éxitos de la comunidad cristiana, formada por dos grupos
culturales distintos: los «hebreos nativos» y los «griegos». (Discriminación en la atención a las
viudas) «No es justo», dicen, «que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las
mesas» actuaron con sabiduría y resolvieron el problema inmediato. A consecuencia de ello
hubo un crecimiento aún mayor de la iglesia (v. 7a), el evangelio se desbordó sobre un nuevo
grupo cultural: los sacerdotes. Satanás tuvo una nueva derrota.
4.- El diablo utiliza entonces su última estrategia: agita a los dirigentes políticos para que hagan
lo que los líderes judíos no habían podido hacer.
El rey Herodes en primer lugar ejecuta al apóstol Santiago, asestando un fuerte golpe al
liderazgo de la iglesia. El segundo paso consiste en arrestar y encarcelar al apóstol Pedro, Dios
intervino, enviando a su ángel excarcelador para liberar de la prisión al apóstol (vv. 6–10, le
hizo una visita al rey Herodes, con consecuencias nefastas, quien murió «comido de gusanos»
¿El resultado? «Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba» (v. 24). Otra derrota más
para el diablo.

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