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SISTEMA SOLAR

INTRODUCCIÓN

Resumen

Una gran cantidad de pruebas, procedentes de simulaciones por ordenador y de observaciones de otros
planetas en la Vía Láctea, están revelando nuevos detalles sobre la dinámica y violenta historia de nuestro
sistema solar.

La configuración del sistema solar, con pequeños mundos rocosos interiores y gigantes gaseosos en el
exterior, es anómala en comparación con la de otros sistemas planetarios, la mayoría de los cuales
presentan estructuras muy diferentes.

La mejor explicación para la peculiar arquitectura del sistema solar es que los planetas gigantes sufrieron
una prolongada serie de migraciones orbitales e inestabilidades dinámicas hace miles de millones de años.

Esos sucesos tumultuosos podrían haber arrojado planetas enteros al Sol o al espacio interestelar y haber
sido cruciales para los orígenes y la evolución temprana de la vida en la Tierra.
TABLA DE CONTENIDO
SOL

Sol es un poderoso centro de atención: su luz da vida, calor y mantiene unido el sistema solar. El Sol es
una estrella enorme. Con un diámetro de 1,4 millones de kilómetros podría albergar a 109 planetas en su
superficie. Si fuera hueco, más Comparado con los mil millones de estrellas del universo, el Sol pasa
desapercibido. Sin embargo, para la Tierra y otros planetas de alrededor, el Sol es un poderoso centro de
atención: su luz da vida, calor y mantiene unido el sistema solar.

El Sol es una estrella enorme. Con un diámetro de 1,4 millones de kilómetros podría albergar a 109
planetas en su superficie. Si fuera hueco, más de un millón de Tierras podrían vivir en su interior, pero no
lo es. Está relleno de gases calientes que representan más del 99,8 por ciento de la masa total del sistema
solar. ¿A qué llamamos caliente? La temperatura alcanza los 5.500 grados centígrados en la superficie y
más de 15,5 millones de grados centígrados en el núcleo.
MERCURIO

Resumen: Mercurio es el planeta más pequeño del Sistema Solar, es el que se encuentra más cercano al
Sol y es un poco más grande que la Luna del planeta Tierra. Por lo tanto, en Mercurio se puede observar el
Sol mucho más brillante y también unas tres veces más grande que cuando se ve desde la Tierra. De
hecho, el planeta tiene una órbita tan cerrada que puede llegar a tener una velocidad entre los 39Km/s y
los 59Km/s. además, puede alcanzar los 430°C en el día y luego bajar a -180°C en la noche.

Referencia Valor

Categoría: Planeta

Estrella: Sol

Distancia a su estrella: 57,909,227 km

Diámetro: 4,879.4 km

Velocidad Orbital: 47.36194 km/s


VENUS

La idea de que organismos vivos estén flotando en las nubes del planeta Venus es una posibilidad
extraordinaria.

Pero esto es precisamente lo que está siendo considerado por astrónomos después de que detectaran una
sustancia en la atmósfera que no logran explicar.

Se trata de un gas conocido como fosfano o fosfina (PH3), una molécula formada por un átomo de fósforo
y tres átomos de hidrógeno.

 Qué es la fosfina, la sustancia tóxica y con mal olor que encontraron en las nubes de Venus y que
podría ser un indicio de vida
 Por qué un equipo de científicos quiere cambiar el concepto de qué es "vida" (y cómo podría
revolucionar las misiones que buscan extraterrestres)

En la Tierra se asocia a la fosfina con la vida. Se encuentra en los microbios que viven en las entrañas de
animales como los pingüinos o en ambientes pobres en oxígeno como los pantanos.
TIERRA

De los cuatro planetas terrestres del sistema solar (Mercurio, Venus, Tierra y Marte), el nuestro es el único
con la evidente capacidad de mantener vida. Así que el primer paso para determinar lo que hace habitable
a nuestro mundo es comparar sus características con las de sus similares en el Sistema Solar (Tabla 1).
Mercurio es un planeta rocoso, muy similar a nuestra Luna, sin atmósfera y muy cercano al Sol. Debido a
esto, la diferencia de temperatura entre su hemisferio iluminado y el nocturno es de unos 600 °C. Venus,
con una masa similar a la de la Tierra, tiene una atmósfera densa de CO2 y N2 con una presión superficial
de 90 bares. Su temperatura es relativamente uniforme alcanzando los 480 °C en la superficie. Marte, en
cambio, tiene una atmósfera tenue (~10 milibares) de CO2 y N2 con una temperatura superficial promedio
de –63 °C. La Tierra por su parte tiene una temperatura promedio de 15 °C, una atmósfera de O2 y N2 de
un bar de presión superficial. Mercurio y Venus son planetas sin agua, mientras que en Marte la evidencia
geológica indica que hubo agua líquida en su superficie (e.g., McEween et al., 2007) y de acuerdo con las
mediciones de la sondas Oddisey y Mars Global Surveyor, existe una reserva de agua congelada en el
subsuelo marciano (e.g., Mitrofanov et al., 2007). Por razones que no revisaremos aquí, el agua es
considerada como un compuesto primordial para el surgimiento y evolución de la vida (para análisis sobre
el agua como substancia primordial para la formación y evolución ver Chyba y McDonald, 1995).

Así pues, la primera característica sobresaliente de la Tierra como planeta habitable es que tiene la
capacidad de contener agua líquida en su superficie. Para ello requieren la presión y temperatura
adecuadas. Ambas están relacionadas con la presencia de la atmósfera, la cual mantiene la presión
necesaria para que el agua no se evapore pero además guarda parte del calor recibido por el Sol por el
proceso llamado efecto invernadero. Este efecto sucede cuando hay especies químicas en la atmósfera
planetaria que permiten el paso de la radiación visible proveniente del Sol pero absorben la radiación
infrarroja emitida por la superficie del planeta, elevando así la temperatura atmosférica. La diferencia
entre la temperatura de cuerpo negro de un planeta (temperatura efectiva) y su temperatura superficial se
debe al efecto invernadero causado por la presencia de su atmósfera (Tabla 1). Esta diferencia depende de
la masa atmosférica y de su composición, pues gases como el CO2, H2O y CH4 incrementan el efecto
invernadero.

LA LUNA
El 1 de agosto de 1971, mientras exploraban el borde oriental de la llanura de lava conocida como mar de
las Lluvias, en la silenciosa y serena superficie lunar, los astronautas del Apolo 15 David Scott y James
Irwin hallaron algo extraordinario: un fragmento de corteza lunar sumamente antiguo, una reliquia de más
de 4000 millones de años de edad que contenía pistas sobre la formación de la Luna. En cuanto vio el
destello de los primitivos cristales incrustados en lo que más tarde se llamaría «roca del Génesis», Scott
comprendió su posible importancia para resolver el misterio del origen de nuestro satélite. «Creo que
hemos encontrado lo que veníamos a buscar», comunicó al centro de control mientras Irwin y él recogían
la piedra, que se convertiría en una pieza clave del legado científico del programa Apolo.

Los estudios de la roca del Génesis y de los casi 400 kilogramos de muestras que los astronautas del
Apolo trajeron consigo a la Tierra dieron un vuelco a nuestra concepción de la historia lunar. Esas valiosas
muestras provocaron una suerte de reinicio científico, al invalidar las teorías imperantes (que postulaban
que la Luna había sido capturada por la gravedad de la Tierra o que se había formado al mismo tiempo
que ella) al tiempo que revelaban importantes detalles nuevos, como el océano de magma que cubrió el
satélite recién nacido.

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