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LResumen

El libro critica la opinión de los ciberutópicos de que Internet es en sí misma una


herramienta de democratización. Muestra que es una herramienta que puede usarse
para democratizar pero también para todo lo contrario, es decir, para fomentar la
represión, el conformismo y la ceguera.

Partes
Introducción
El avance de la democracia, que empezó en los años 1980, en la primera vuelta de
este siglo se ha detenido o incluso está retrocediendo. Parece que hay un
"retroceso de las libertades". La idea de que las empresas, en un contexto
neoliberal, provocarían una democratización (ciberutopía) ha demostrado su
impotencia ante el autoritarismos floreciente que se ha adaptado a ella. El
autoritarismo de hoy es amigo del hedonismo y el consumismo y las empresas están
encantadas de hacer negocios. El ejemplo claro es China ya que, al fin y al cabo,
muchos productos proceden de allí. Otros ejemplos son Rusia, Bielorrusia y
Kazajistán.

Hay que promover la democracia. Posibilidades:

Las buenas intenciones no son suficientes


Las guerras no sirven. Por ejemplo las guerras de Afganistán no han dado como
resultado una gran promoción de la democracia. Solo hay que recordar el caso de Abu
Ghraib.
Esperar que Internet abra sociedades cerradas y produzca la penetración de ideas
democráticas. Internet permite un caudal de información superior a las radios que
se usaron en la guerra fría y además es más barato. A la promoción de Internet para
conseguir la democratización se le ha venido a llamar Agenda Libertad y fue apoyado
por el gobierno de Obama. Sin embargo Morozov discrepa que Internet favorezca la
democracia. Piensa que realmente favorece al opresor antes que al oprimido. Por
ejemplo un gobierno autoritario puede censurar (ya sea directamente, por ejemplo
cerrando webs o cortando accesos, o indirectamente, por ejemplo troleando),
vigilar, emitir propaganda (ejemplo blogueros pagados) y mantener entretenidos a
los individuos para que no piensen en asuntos incómodos para el gobierno. Todo ello
sin ningún tipo de complejo y de forma masiva. En el libro justifica su punto de
vista y planta alternativas para conseguir una Internet que se adapte al objetivo
de la democratización. Estas actuaciones deberían ser simplemente un complemento
para influenciar y siempre tienen que tener en cuenta el entorno sociopolítico.
Además las actuaciones tienen que adaptarse al Internet de cada momento ya que este
evoluciona y no siempre para bien.
Capítulo 1. La Doctrina Google
Junio de 2009, jóvenes iraníes provistos de teléfonos inteligentes salen a las
calles para protestar contra lo que consideraban unas elecciones fraudulentas. La
tensión aumentó y algunos piden la dimisión del ayatolá Jamenei. A esto se le llamó
la revolución verde. Muchos consideraban las elecciones justas y estaban dispuestos
a defender a Mahmud Ahmadineyad en caso necesario. Este fue el conflicto más
importante en Irán desde 1979 que se acabó con el reinado del sha Mohammad Reza
Pahleví.

Sin embargo lo que destacaron los medios occidentales fue meditar sobre la
introducción de la democracia vía Internet. Destacaban el uso de herramientas como
Twiter, Blogs, YouTube y Facebook socavaban los bloqueos de información del régimen
permitiendo la planificación de la protesta y convirtiéndola en movimiento. Parecía
que las herramientas eran más importantes que la política y los gobiernos. Los
autoritarismos tenían los días contados. Internet sería el motor que haría avanzar
la democracia. Gordon Brown llegó a decir: «Ruanda no puede producirse de nuevo
porque la información se propagaría con muchísima más rapidez y la opinión pública
hará necesario actuar». Siguiendo esta lógica los millones de personas que se
manifestar el 15 de febrero de 2003 para protestar contra el inminente inicio de la
guerra de Irak, cometieron el estúpido error de no bloguear lo suficiente. Eso
hubiera bastado.

En aquellos días cualquiera que navegara por la red encontraba montones de tuits,
blogs, vídeos y fotos en crudo. Tal proximidad virtual a unos acontecimientos
concretos exageró las expectativas populares sobre lo que podía pasar. Finalmente
lo que pasó es que el Movimiento Verde se desintegró con celeridad y fue incapaz de
constituir un serio desafío para Mahmud Ahmadineyad.

El cómo se trató en occidente la revolución verde reveló el interno anhelo


occidental de un mundo en el que la tecnología sea el libertador que esparza la
democracia por el globo. A esto se le ha venido a llamar Doctrina Google. Ese
esquema mental preexistente se ajusta con la interpretación que se hizo con los
sucesos de Irán y provocó unas expectativas desaforadas.

El origen de la Doctrina Google estuvo en el fin de la Guerra Fría. La tecnología,


con su capacidad única de alimentar el celo consumista, que consideraban una
amenaza para cualquier régimen autoritario, así como su habilidad para despertar y
movilizar contra sus gobernantes fue considerada el elemento liberador definitivo.
Se minimizaron las deficiencias estructurales del régimen soviético. Según esta
visión sin las fotocopiadoras, las cámaras de vídeo, los equipos de televisión, las
máquinas de fax, la literatura clandestina (Samizdat) y las cadenas de radio como
Radio Europa Libre y Voz de América, el régimen no hubiera caído.

En las décadas que sigieron los impresionantes avances tecnológicos con


consiguieron implantar ningún logro destacado. Algunos regímenes autoritarios como
los de Eslovaquia y Servia cayeron. Otros como los de Bielorrusia y Kazajistán se
hicieron más fuertes. Los sucesos del 11S demostraron que Al Qaeda era muy eficaz
en usar las nuevas tecnologías, lo cual no parecía casar muy bien con el punto de
vista de que la tecnología era el mejor amigo de la democracia. Poco a poco los
argumentos del poder liberador del consumismo y la tecnología fueron cayendo. la
visión de los iraníes prodemocráticos hizo rehabilitarlos.

La creencia en la Doctrina Google llegó incluso al Departamento de Estado e incluso


un funcionario escribió un correo a Twiter para recomendar no hacer cierto
mantenimiento que iba a dejar inactivo el servicio. Esto fue publicado por los
medios.

Tanta importancia se le dio a la tecnología en los medios que las autoridades


iraníes consideraron Internet como un instrumento del poder occidental y que se
estaba utilizando para destruir su régimen. Por tanto la red era una amenaza. En
cuanto acabaron las protestas el régimen se puso manos a la obra en hacer una purga
digital de sus contrincantes:

En pocos meses creó un equipo de alto nivel de ciberdelitos cuya tarea consistía en
descubrir cualquier información insultante o falsa en sitios web iraníes. Los que
las realizaban serían identificados y arrestados
La policía iraní empezó a rastrear Internet en busca de votos y vídeos que
mostraran los rostros de manifestantes. Este tipo de fotos eran numerosas. Una vez
localizadas fueron colgadas en sitios web para pedir ayuda al público para
identificarlos. Con esta estrategia se identificaron y detuvieron al menos cuarenta
personas.
La policía, o bien alguien que actuaba en su nombre, buscó detalles personales
(sobre todo Facebook y direcciones de correo) de iraníes que vivía en el extranjero
y les enviaban mensajes amenenazadores en los que conminaban en no apoyar al
Movimiento Verde a menos que quisieran perjudicar a sus familiares en Irán.
Advertían a los iraníes a mantenerse lejos de las redes sociales utilizadas por la
oposición.
Los agentes de control de pasaportes preguntaban a los iraníes que vivían en el
extranjero si tenían cuentas en Facebook. Luego se investigaba independientemente
de la respuesta, y procedían a tomar nota de cualquier amigo sospechoso.
Sin embargo las autoridades iraníes no desdeñaban la tecnología. Aprovecharon sus
beneficios para:

Enviar mensajes de texto bastante masivos para advertir a los iraníes de que en el
futuro se mantuvieran alejados de las protestas en la calle.
El ayatolá Alam Ahdi permitió a los iraníes creyentes que utilizaran cualquier
herramienta, aunque contraviniera la Sharia, en su combate virtual.
Además el régimen iraní hizo una campaña contra la CNN a la que acusó de preparar a
hackers después de que el canal informara sobre varios ciberataques a webs leales
al régimen. Twiter fue acusada de ser la fuente de malestar en el país indicando
que el Departamento de Estado intentó fomentar una revolución vía Internet ayudando
a Twiter a mantenerse operativo. Subrayaba su papel eficaz en la continuidad de los
disturbios. Tales acusaciones en el contexto de Irán, donde todavía se recordaba
las injerencias de la CIA en 1953 que derrocó al gobierno nacionalista de Mohammad
Mosaddeq, suelen arraigar.

Todos estos acontecimientos alertaron a otros gobiernos que sospecharon que era
posible que otra revolución Twiter pronto les vendría encima y pusieron las nuevas
tecnologías en sospecha de que pudieran ser utilizadas para interferir en los
asuntos internos de sus países. Por ejemplo en China y Rusia empezaron a relacionar
las protestas en Moldavia y Xinjiang con la utilización de Internet. Llegaron a la
conclusión de que era preciso controlar más Internet. Pusieron en vigilancia a
todos los bloggeros que tenían influencia pasando a ser considerados posibles
activistas. A partir de este momento examinaron con lupa los actos de las empresas
tecnológicas estadounidenses para evitar conspiraciones y que fueran usadas para
fomentar la inestabilidad. Se asociaba la tradicional desconfianza a los Estados
Unidos, respaldada por su historia, a sus empresas tecnológicas. Eran consideradas
una herramienta que era posible que fuera utilizada

Los diseñadores de políticas occidentales están extraviándose en el ciberutopismo,


creencia en que las nuevas tecnologías de la información pueden obrar el milagro de
que sociedades cerradas se conviertan en democráticas. Sin embargo los tuits no
derrocan gobiernos, lo hace gente. Es utópico pensar que los usuario leen en
Internet lo suficiente se caerá la ideología totalitaria. Solo hay que ver que uno
de los principales métodos de reclutamiento de Al Qaeda es Internet.

El ciberutopismo contagia también a la consideración sobre las empresas


tecnológicas. Por ejemplo se aplaudió mucho cuando Google en 2010 decidió que iba a
abandonar China, harto de las crecientes exigencias censoras del gobierno chino y
los misterioso ataques contra su propiedad intelectual. Los medios admiraban la
defensa de sus principios y de la libertad. Los medios no se plantearon por qué
Google llevaba cuatro años trabajando en China, ni su escasa preocupación por la
intimidad, ni su propensión a jactarse de us relación con el gobierno
estadounidense. Por ejemplo colaboró con la Agencia de Seguridad Nacional en
relación con los ataques a sus servidores en 2010. Por otro lado Twiter y Facebook
se han negado a unirse a la Iniciativa de Red Global, una organización no
gubernamental integrada por distintas empresas tecnológicas cuyo propósito es
ceñirse a las leyes y valores morales que incluyen el derecho a la libertad de
expresión y a la intemidad, recogida en la Declaración Universal de Derechos
Humanos. En el mundo real hay que evaluar el comportamiento de cada empresa
tecnológica. Evaluar si son los heraldos de la libertad, como ellas afirman, o si
son los equivalentes digitales de Halliburton United Fruit Company que explotaban
con cinismo oportunidades, al tiempo que reforzaban a los gobiernos que les
autorizaban la entrada.

Internet ha aumentado el poder el poder de la policía secreta, el de los censores y


el de las oficinas de propaganda de los regímene autoritarios. Además el uso de las
tecnologías de la información supone riesgos adicionales debido a que la
digitalización de la información ha conducido a su centralización. Por ejemplo
comprometer la seguridad de un solo activista (por ejemplo robándole la contraseña)
puede compromenter la seguridad (nombres, caras, direcciones de correo) de todas
las personas que conoce. Por otro lado Internet ha disminuido el nivel de
sentimiento antigubernamental porque el pueblo tiene diversiones baratas casi
infinitas o porque experimenta la necesidad de que el gobierno le proteja frente a
la anarquía del ciberespacio.

Para avanzar en la democratización hay que tener en cuenta que todas las sociedades
libres son iguales, pero cada sociedad no libre es sojuzgada a su manera. Cada tipo
de sociedad tienen que democratizarse de forma distinta. El autoritarismo no se
apoya tan solo en la fuerza bruta, la religión, la cultura, la historia y el
nacionalismo son fuerzas poderosas.

Capítulo 2. Chateando como si estuviéramos en 1989


21 de enero de 2010, la secretario de estado de Estados Unidos, Hillary Clinton
pronuncia un discurso en línea con los ciberutópicos que establece la libertad de
Internet como nueva prioridad en la política estadounidense reconociendo su
importante papel en asuntos exteriores. Hace afirmaciones como que la la libertad
de información respalda la paz y la seguridad, los cimientos de progreso global y
Necesitamos poner estas herramientas (las de las nuevas tecnologías) en las manos
de gentes que las utilice para luchar por la democracia y los derechos humanos en
el resto del mundo. También estableció analogías entre el acceso a la información
prohibida en los regímenes soviéticos y la caída de dicho régimen.

Tanto demócratas como republicanos respaldan esta opinión. Hay que identificar
tendencias para tener una cibercomunicación eficaz que propague la libertad humana
y fomente los derechos humanos y hay que apoyar a los disidentes de sistemas
autoritarios para que puedan transmitir usando las nuevas tecnologías para que así
puedan transformar sus sociedades son algunos de los mensajes. Creen que todas la
sociedades aspiran a la democracia, se encaminan de forma inevitable en esa
dirección con tal de eliminar todos los obstáculos. Internet es una forma excelente
de fomentar el descontento civil hasta obtener la revolución ya que por un lado
aumenta el flujo de información y por otro las redes sociales facilitan y alientan
la coordinación y la movilización. Si un individuo tiene 20 amigos que protestan,
es más posible que ese individuo se decida a dar el paso y también proteste. Al
detectar que los gobiernos autoritarios están luchando por bloquear el flujo de
información en Internet es importante detenerlos. Hay que derribar los cibermuros
que bloquean la libre circulación de información (observar que la metáfora
cibermuro para referirse a los cortafuegos evoca a lo que sucedió con el Muro de
Berlín).

El problema de las metáforas es que cuando circulan pocas personas prestan atención
a otros aspectos del problema no contemplados en la metáfora. La metáfora del
cibermuro exagera la dificultad de enviar mensaje críticos y en cambio minimiza
otros aspectos como:

La información puede ser usada para propósitos de vigilancia


La información puede ser usada para propósitos de propaganda
Parte del flujo de información en lugar de ser disidente puede respaldar al régimen
o incluso criticarlo por ser demasiado laxo.
La información puede ser usada para propósitos de entretenimiento y alienación
Internet puede ser usado para realizar cibertaques a occidente
Al politizar la información se politiza, poniéndolo como sospechoso, a aquel que
reciba información procedente del otro lado del muro
Además la metáfora del cibermuro sugiere falsamente que una vez eliminadas las
barreras digitales no se erigirán nuevas barreras de defensa, lo cual es engañoso
ya que los bloqueos en Internet adopta múltiples formas.
Por otro lado no hay que infravalorar lo que un gobierno autoritario fuerte con
intención de continuar puede llegar a hacer. Por ejemplo:

Pueden clausurar los medios de comunicación. Por ejemplo China en 2009 limitó todas
las comunicaciones en la provincia de Xinjiang durante 10 meses
Aplicar la fuerza. Los gobiernos autoritarios fuerte no evitan tomar medidas
enérgicas contra los manifestante por temor a ser acusados de brutalidad. Aunque
las cámaras capten sus acciones. No les suele importar mucho su imagen cuando está
en juego su poder. Por ejemplo la Unión Soviética envió tanques a Hungría en 1956 y
República Checa en 1968. Los chinos enviaron tanques a la plaza de Tiananmen, la
junta birmana no dudó en reprimir la marcha de los monjes budistas o en Irán en
2009 el gobierno envió francotiradores a los tejados para disparar contra los que
participaban en las protestas del Movimiento Verde
Usar la circulación de información descentralizada para desinformar a la población
Usar la circulación de información descentralizada para generar tanto flujos de
información, muchos de entretenimiento, que disperse la audiencia.
Capítulo 3. El Lolcat favorito de Orwell
A continuación Morozov analiza cómo el entretenimiento provoca la despolitización,
lo que reduce el descontento social. Para ello pone varios ejemplos:

La televisión por cable


Antes de la televisión por cable en Occidente la información política era
inevitable porque el contenido de entretenimiento estaba mezclado con la
información política. Esto produjo ciudadanos mejor informados, más propensos a
participar en política y menos propensos al partidismo. La creación de la
televisión por cable permitió elegir a los ciudadanos y la mayoría eligió e
entretenimiento y no informarse. Esto ha tenido como consecuencia que mucha gente
no esté expuesta a mensajes políticos.
La televisión occidental en la RDA
En la RDA comunista casi toda su existencia se pudo recibir emisiones occidentales
excepto en una pequeña parte del territorio. Supuestamente los ciudadanos de la RDA
deberían haber sido muy activos en el frente político. Sin embargo esto no sucedió
así. La idea de las cadenas occidentales en la guerra fría era conseguir remover
políticamente a los ciudadanos. Sin embargo conseguir que la gente se preocupe por
la política es difícil. Por eso los canales occidentales que se veían en el bloque
comunista usaban programas de entretenimiento y música prohibida mezclados con
programas de política (criticaban al gobierno de turno) y con información de estilo
de vida (que informaban de lo bien que se vivía fuera de ese gobierno y revelar la
bancarrota del sistema). La idea era atraer oyentes con idea de entretenimiento
mejor y aprovechar para emitir propaganda. La implicación política era un
subproducto. En 1961 la principal organización juvenil empezó a enviar a sus
componente a los tejados para descubrir antenas orientadas hacia el oeste y
reorientarlas hacia las torres del Este. La ira popular hizo que se cesaran estas
actuaciones. En 1973 el gobierno reconoció la amplia popularidad de la televisión
del oeste y permitió que todos sus ciudadanos excepto soldados, policías y maestros
la vieran. Según estudios parece que la televisión occidental solo consiguió que
los ciudadanos de la RDA estuvieran más satisfechos. El entretenimiento occidental
provocaba que estuvieran más satisfechos. Esto se podía verificar cuantitativamente
en el número de solicitudes visados de salida. A los alemanes de este no les
interesaban las noticias políticas, muchos ni creían lo que oían pensando queran
desinformación, lo que les interesaba era el entretenimiento, especialmente las
teleseries. En la zona donde no había televisión occidental el descontento político
era mayor y en consecuencia había más solicitudes de visados de salida. Se podía
decir que el entretenimiento occidental era el 'opio del pueblo' del régimen
autoritario. Hacía la vida más soportable porque permitía 'escapar' viendo la
televisión.
Las televisiones occidentales no consiguieron en gran medida la liberación por los
datos (provocar la conciencia política al dar información sobre sus gobiernos). Sin
embargo algunos consideran que sí influenciaron en las conciencias de lo ciudadanos
del bloque del este a través de la liberación de los chismes (al proyectar imágenes
sobre prosperidad alimentaron el consumismo y los ciudadanos soñaban con llegar a
vivir lo que se veía en la televisión). Aquellas cosas a las que en teoría el
Estado había vencido gracias al socialismo (los caprichos, el lujo individual, la
codicia gratificada al instante, la irresponsabilidad liberadora de preocupaciones,
el fetichismo de la comodidad y el deseo de consumo irracional) parece que
provocaron la caída del sistema. Parece que países como China han tenido presente
esta lección. Los estados autoritarios de hoy, salvo Corea del Norte, Turkmenistán
y tal vez Birmania, han abrazado el consumismo y parece que sus regímenes han sido
reforzados. La cultura popular ha erosionado el compromiso político de los
ciudadano. Por ejemplo Moscú es la ciudad con más número de BMWs por metro
cuadrado. Incluso en Cuba se ven las teleseries americana más famosas (mientras
apenas el 2% sintoniza Radio Martí). El gobierno birmano subvenciona conciertos de
Hip Hop, ha creado una liga de fútbol e incluso ha creado una versión local de MTV.
Por otro lado en países como China y Vietnam se censura la disidencia política pero
no la pornografía. Los locales de intercambio de pareja en China aparecen por todos
lados. Mientras estén ocupados en el sexo no estarán en la política. Pronto es
posible que no necesiten ni la censura política.
Russia.ru
Russia.ru es un proyecto de televisión por Internet en ruso (Runet) con apoyo de
los ideólogos del gobierno ruso. Su contenido es producido en su mayor parte por
profesionales proveniente de la televisión profesional. Algunos de sus programas
hablan de política, por ejemplo miembros importantes del movimiento juvenil Nashi,
afín al gobierno ruso, tienen sus propios programas de entrevistas. Sin embargo la
mayoría son de naturaleza frívola como el show de las tetas o un programa sobre
libros de hablan de bebidas alcohólicas. El origen de esta cadena surge de la
preocupación del Kremlin de que la transición desde la televisión, que controla por
completo, hasta el mundo anárquico de Internet, socave la capacidad del gobierno de
fijar sus fines y modelar la reacción del público ante las noticias. Para ello el
gobierno apoya directa o indirectamente un grupo de sitios sobre políticas que
respaldan al gobierno y denuncien a la oposición. Estos medios se deslizan cada vez
más hacia el entretenimiento apolítico. De esta forma los ciudadanos están
entretenidos y a la vez pueden recibir un mensaje ideológico. De esta forma para el
gobierno no es necesario una censura (solo censura sitios de terroristas y
pederastas). El entretenimiento barato y masivo puede tener la semilla de la
despolitización y por tanto la desdemocratización. Internet en Rusia podría ser un
vehículo eficaz para atacar al gobierno. Sin embargo prevalecen los contenidos de
entretenimiento y sociedad (al igual que en Estados Unidos o Europa Occidental).
Intelectuales de países con regímenes autoritarios
Cuando cayó el régimen soviético muchos de los intelectuales quedaron decepcionados
por la política populista, xenófoba y vulgar que preferían las masas. El triunfo de
la democracia liberal y el consumismo envió a muchos a un exilio interno combinado
con despreciable oscuridad. Hoy día, con tantas distracciones, los intelectuales ya
no son necesarios. Por otro lado los intelectuales que viven en estados
autoritarios tienen un distanciamiento respecto a sus compatriotas. Internet es
bueno para la investigación pero no para llevar a la gente a la disidencia.
Internet les permitió relacionarse con colegas occidentales, seguir debates
intelectuales en tiempo real y acceder a mucha información. Por otro lado ya no hay
restricciones para viajar y los presupuestos de investigación han aumentado de
forma significativa. Hay numerosas becas. En consecuencia los intelectuales de
estados autoritarios están más integrados en la esfera intelectual global. Esto les
hace conocer peor su entorno y que su entorno les conozca menos. Se encuentran en
un plácido exilio intelectual. La acción política ni es pedida por las masas, ni
ellos la necesitan en el día y a día. Además conocen que la disidencia tiene
riesgos y hechos desagradables.
Visiones de futuro
Gran parte del pensamiento occidental sobre la forma en que se realiza el control
político bajo el autoritarismo está muy influido por dos pensadores del siglo XX
que analizaron la dispersión del poder y el control bajo la democracia, el
comunismo y el fascismo, dejando una huella profunda en el pensamiento político
moderno: George Orwell y Aldous Huxley. Orwell en su libro 1984 hace hincapié en la
vigilancia omniprensente y la propaganda embrutecedora. Los ciudadanos no tiene
derecho a la intimidad. Por otro lado la clase más baja se mantiene a raya con
cerveza barata, pornografía y hasta una lotería nacional. Huxley en sus obras Un
mundo feliz y Nueva visita a un mundo feliz, muestra como la ciencia y la
tecnología se utilizan para maximizar el placer, minimizar el tiempo que se pasa en
soledad y realizar un consumo continuo. Con esta situación los individuos pierden
la capacidad de pensamiento crítico y aceptan complacidos cualquier cosa que se les
imponga desde el poder. La promiscuidad sexual es alentada desde la infancia y el
sexo se considera una actividad social. La idea de familia es rechazada y las
relaciones sociales están organizadas alrededor de la máxima Todos pertenecen a
todos. Huxley pensaba que el hombre no era racional actuando en beneficio propio,
si no que tenía un apetito infinito por las distracciones. Parece que la posición
de Huxley está más orientado a las democracias liberales y la de Orwell a sistemas
comunistas o fascistas. Sin embargo en las democracias liberales hay elementos
orwellianos (por ejemplo la vigilancia en los Estados Unidos de Joseph McCarthy) y
en las dictaduras comunistas de Huxley (hedonimos de la época de Leonid Brézhnev) .
Está claro que la visión de Huxley es preferible tanto por los gobernantes (salvo
el caso de sádicos), ansiosos de poder y dinero, como para los gobernados. Es más
cómodo, menos peligroso y menos derrochadora de recursos. Además a largo plazo es
más eficaz ya que la vigilancia policial continua a la larga politiza y lleva a la
gente a la disidencia. Nuestras sociedades se parecen cada vez más a la visión de
Huxley.
Décadas después de la caída de la Unión Soviética la dicotomía entre las visiones
de Huxley y Orwell sobre el control político parece desfasada cuando no falsa. Lo
que suele suceder es una mezcla de ambos. Por un lado se da entretetenimiento y por
otro lado se realiza control de los ciudadanos. Actualmente, según Naomi Klein
ambas visiones están convergiendo. Por ejemplos China cada vez se parece de forma
visible a Occidente (móviles de última generación, Starbucks, Hooters) y occidente
cada vez se parece más a China en facetas no visibles (escuchas ilegales, detención
indefinida,...)
Internet ha aumentado el poder de distracción tipo Huxley. Youtube y Facebook son
reservas sin fondo de entretenimiento barato. Además permiten a los individuos
personalizar el entretenimiento a sus gustos. El nivel de entretenimiento actual
podría imposibilitar la democratización. El aburrimiento es una forma eficaz de
politizar ya que no cuenta con válvulas de escape. Internet ha conseguido más o
menos equiparar el entretenimiento en todos los países. Sin embargo el
entretenimiento no cambiará las posiciones de ciertas personas. Además, los
gobierno contrarios siempre buscarán forma de politización al contrario aunque
implique alimentar tensiones étnicas o religiosas. Por tanto algunos elementos
orwellianos siempre estarán presentes en regímenes totalitarios. Además la
información puede desempeñar un buen papel para el control autoritario permitiendo
la propaganda, la censura y la vigilancia (los tres pilares del control autoritario
estilo Orwell). Internet ha reducido la censura pero ha aumentado la posibilidad de
propaganda y vigilancia. Los tres conceptos están conectados y influenciar sobre
uno puede afectar a otro. Por ejemplo animar a usar redes sociales y blogs para
esquivar el control de censores, beneficia la vigilancia (permite identificar las
relaciones entre activistas) y la propaganda ( es más fácil utilizar las redes para
enviar mensajes gubernamentales disimulados por ejemplo a través de blogueros a
sueldo).
En general podríamos decir que las condiciones que han hecho posible la democracia
pueden haber sido específicas de una época. Además todas estas cuestiones también
afectan a las sociedades democráticas las cuales pueden tener en riesgo su propia
democracia.

Capítulo 4. Censores y sensibilidades


Capítulo 5. A Hugo Chávez le gustaría darte la bienvenida a Spinternet
Capítulo 6. Por qué el KGB quiere que te apuntes a Facebook
Capítulo 7. Por qué Kierkegaard odia el Slack

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